Conociendo vergas

Me gusta ir a dónde pueda encontrar lo que me gusta;una buena verga al menos para mamarla y saborear su leche.

Conociendo vergas

Es difícil encontrar personas que te acepten con tus gustos, a mí por ejemplo, me excita usar ropa interior femenina, desde muy niño tomaba la de mis hermanas y a escondidas me observaba, me parece muy sexual sentir la seda suave y coqueta de la ropa interior femenina.

Cuando siento deseos de que me cojan, o de al menos mamar una buena verga, en casa me preparo a conciencia, claro sin que mi familia lo sepa. Me baño y preparo bien mi culo para que sea usado en caso de que se necesitara, uso una crema depiladora, que poco a poco me está dando buenos resultados, pues deja mis nalgas muy suaves, me excita que me las agarren y acaricien, y que sientan rico al hacerlo, me pongo una tanga de hilo dental, a veces uso alguno de los ligueros de mi esposa, pero esa ocasión que les contaré, solo me puse unas medias rojas que parecen ligueros, estilo "red", por cierto se llaman "tabú" , y que mi esposa acaba de comprar, aunque no la he visto así, yo ya me las probé, y las usé con uno que quedó encantado en el cine, pero dejen les platico;

Tuve la tarde libre en mi trabajo, había leído unos relatos eróticos que me pusieron a mil, y decidí buscar a alguien con quién coger.

Llegué a la casa, no había nadie y me puse ropa deportiva, para facilitarle las cosas a quién me hiciera el favor. Como tenía poco de haber encontrado esas medias tipo liguero, estaba ansioso por usarlas, me las puse y mientras me dirigía al cine, el hecho de traer puesta la prenda femenina, me estaba excitando y llenando más de deseos sexuales.

En la entrada siempre están las mismas personas que atienden el cine, no preguntan ni comentan nada, al menos eso creo. Al entrar no se mira nada, a tientas me dirijo hacia donde por lo general me gusta estar, un rincón que se presta para hacer lo que quieras. Creo que algunos ya me conocen porque casi siempre sucede que apenas llego y ya está alguien detrás de mí, restregándome su verga en mis nalgas, y sacándola para que se las mame, hasta que se vienen en mi boca. No siempre hay suerte, a veces salgo sin coger o al menos mamar. Otras ocasiones espero paciente que alguien se acerque y si me gusta, permito que se den las cosas.

Eso mismo pasó, cuando llegué, me puse en el rincón y llegó un hombre al que conocía más su verga que su cara, que luego supe se llama Martín, pero no me importa si es o no su verdadero nombre. Martín se pone detrás de mí y se baja el short, o pants, y saca su verga y con gusto se la mamo. Es un hombre alto y corpulento, su verga suficiente para complacer a cualquiera, es gorda y su glande un poco más en proporción al resto de su verga, o sea de verga cabezona y gorda, su olor es rico, siempre recién bañado limpio. Como ya le he mamado muchas veces, sé que le gusta y sé como hacerlo venir. Me agaché para hacer mi labor oral, su verga semi parada se empieza a endurecer en mi boca, muerdo sus testículos con suavidad provocándole suspiros que ya conozco, aunque su verga es grande y gruesa, logro meterla toda hasta mi garganta, y cuando estoy así, saco mi lengua para acariciar sus bolas, esto lo vuelve loco, pero aguanta demasiado y no es fácil de venirse, y eso me gusta porque me gusta estar buen rato mamando su verga.

Pero yo deseaba algo más, me levanté y me acerqué a él para decirle que si deseaba cogerme, el cabrón me respondió que no le hacía a eso y que solo me buscaba para que se la mamara, porque le encantaba mi trabajo. Me bajé el pants y me volteé para que tocara mis nalgas adornadas por esas medias "tabú" de mi esposa, en la oscuridad parecía liguero, el hombre tocó y acarició mis nalgas pero no se animó, le insistía que traía condones, pero no se animó, como se quería ir, lo detuve y me agaché para seguir mamando su verga jugosa, pero no me agaché por completo, quedaron mis nalgas expuestas, y otro que estaba cerca aprovechó para acariciarlas, se replegaba en mi pero sin cogerme, Martín me agachó y acercó al otro para que también lo mamara, y empecé a gozar con dos pedazos de buena verga, el otro era un jovencito que se agachaba para acariciarme las nalgas. Su verga no era tan rica como la del primero, pero igual lo mamaba delicioso. Me volví a levantar pero esta vez dándole las nalgas a mi amigo desconocido o sea a Martín, para que se animara, ponía su verga en mis nalgas pero no me la metía, solo las acariciaba, volví a colocarme para estar mamando alternadamente las vergas, al parecer el show llamó la atención porque de repente ya había espectadores, unos intentando acariciar las vergas, otros mis nalgas. Sin saber cuando ya tenía a dos más con su verga de fuera, no me daba abasto y apenas mamaba una, me quitaban para que siguiera con otra, luego uno de ellos al que nunca le vi la cara, sacó un condón me lo dio para que se lo pusiera y con mi boca terminé de acomodarlo, luego levantó mis nalgas y se puso detrás de mí, lo detuve como pude y saqué un lubricante para untar en mi culo, pero éste estaba deseoso de coger y no me puse mucho, traté de ponerme saliva, entonces me tomó de la cintura y arremetió contra mi trasero que se abrió con el gusto de recibir un pedazo de carne, si su verga hubiera sido como la de Martín, ¡qué dolor!, por suerte no era grande. Mientras yo mamaba las otras tres vergas él me cogía y me daba nalgadas, alcanzaba a sentir las caricias de los demás. El que me cogía no tardó en venirse, cuando lo hizo se agachó y me estrechó colocándose en mi espalda, sentí sus jadeos en mis oídos hasta que dejó de expulsar su semen que caía en el condón. Puse mis dedos en su verga para sostener el condón y la sacó, se abrochó el pantalón y se fue, apenas se fue y el jovencito que había llegado después del primero, se animó y empezó a meter sus dedos en mi culo recién perforado, se agachó y me pidió un condón, lo saqué como pude y se lo di, rápido se lo puso y empezó a cogerme de manera que no podía mamar las vergas de los otros, abrí mis piernas en una "v" invertida y empecé a mover mis nalgas mientras como podía seguía mamando. Igual que el otro no aguantó mucho y se vino gimiendo sin importarle que lo escucharan. Mientras intentaba ver su cara, observé que había varios espectadores, a mi no me importaba al fin y al cabo a eso vamos, a desahogar nuestros instintos, y el mío es sentirme "ella", y poder satisfacer a los hombres que me gusten con mis nalgas y mi boca. Cuando el segundo terminó de venirse, me quedé como estaba, mis nalgas expuestas, y algunos las acariciaban lujuriosamente, cosa que me agrada y me excita. El otro estaba a punto de venirse, entonces me agaché para concentrarme y mamarle hasta que lo lograra, mientras a Martín lo masturbaba, el que se venía, puso sus manos en mi cabeza para impedir que sacara su verga, pero yo quería sentir su semen en mi cara, cuando estaba a punto, quité sus manos de mi cabeza y me hice un poco hacia atrás, el chorro de mecos cayó en mi cara, abrí mi boca para probar un poco, antes de que terminara la metí a mi boca y seguí succionándolo hasta la última gota, se recargó en la pared cansado. Regresé a la verga más conocida; la de Martín, mezclaba la leche del otro con el sabor del que había empezado todo. Uno de los que observaban levantó mis nalgas para seguir acariciándolas, murmuraban entre ellos, alcanzaba a escuchar que mamaba rico, dejé que jugaran con mis nalgas. El hombre gordo aún no se venía y a mí ya me dolía la quijada, me levanté y le dije que se perdía de una rica cogida, me bajó para que siguiera mamando, resignándome, al fin y al cabo ya había mamado cuatro vergas y dos me habían cogido, de repente se quitó y me dejó como puta de rancho, con las ganas de volver a probar su leche. Me levanté y me acomodé la ropa, los mirones no hacían nada. Me recargué en el muro que está cerca, como esperando cliente, poco a poco me quedé solo, en eso Martín pasó, una vez y luego otra vez, pensé que buscaba a alguien, pero lo que quería era que estuviera solo, yo estaba recargado en el muro cuando sentí detrás de mí una verga que me parecía conocida, era Martín, sin perder tiempo me bajó el pants y metió su verga haciéndome suspirar de placer, ea verga era la que quería sentir desde la primera vez que la mamé, bajé mi mano para acariciar sus huevos, y noté que ya traía condón, yo con gusto hacía mis nalgas hacia él, la cogida de los otros permitió que Martín la metiera sin tanto esfuerzo para él, ni dolor para mí. Entonces por primera vez escuché su voz;

--¡QUE BIEN ESTAS, NO SABÍA QUE COGÍAS TAN BIEN!.—

--¿ENTONCES TE GUSTA COGERME, PORQUE NO QUERÍAS?.—

--¡NO QUIERO QUE ME VEAN!.—

--¿PERO QUE IMPORTA?, ¿A QUÉ CREÉS QUE VIENEN?.—

--¡SOY CASADO, Y SOLO VENGO A QUE ME LA MAMEN!.—

--¿PORQUÉ TU MUJER NO TE LA MAMA?.—

--¡SI, PERO NO ME GUSTA COMO LO HACE!.—

--¿Y TE GUSTA COMO TE LO HAGO YO?.—

--¡SI, Y LA VERDAD ME ESTABA PERDIENDO DE ESTE CULO SABROSO, ME EXCITÓ VERTE COGER CON LOS OTROS!.—

--¿PORQUÉ NO TE ANIMABAS?.—

--¡QUERÍA ESTAR SOLO CONTIGO!, AYY QUE RICO CULO TE CARGAS, COGES MEJOR QUE MI MUJER!.—

--¡Y ESTO NO ES NADA PAPI, SI ME TUVIERAS EN LA CAMA TE ASEGURO QUE LO DISFRUTARÍAS!.—

--¡TE LO CREO, ASÍ COMO VIENES Y COMO TE MUEVES,MMM!.---¿TE GUSTA LO QUE TRAIGO?.—

--¡SI, MAMITA, MUÉVETE QUE ME VENGO, MUÉÉVETEE!.—

Mis nalgas obedecieron por instinto, me puse como me gusta, abrí mis piernas en forma de "v", invertida para que colocara sus manos en mis caderas y me cogiera con fuerza, entonces vi que empezaban a acercarse para ver lo que pasaba, creí que espantarían a Martín pero ya no aguantó y dejó escapar su semen, bajé mi mano para sentir el paso de su leche entre sus huevos, unas manos acariciaban de lado mis nalgas queriendo tocar mi culo aún teniendo la verga adentro, me levanté para sentir la respiración acelerada de mi macho sin dejar de menear mis nalgas ensartadas en ese rico pistón, cuando Martín terminó de venirse, la sacó y se quitó el condón para tirarlo, de inmediato se fue. Yo quedé satisfecho y contento, pues la acción estuvo buena, por esa ocasión, valió el boleto de entrada, y creo que salí debiendo.

Descansé un poco en los asientos, miré mi reloj, pensé que por esa vez ya era suficiente, así que salí de la sala. Cuando iba a dar vuelta a la esquina, un auto se acercó, era Martín que me dio el teléfono de su trabajo, deseaba volver a verme, pero en otro lugar. La siguiente vez con él, fue fenomenal, me llevó a un motel de la carretera y la pasamos super, claro que llevé ropa interior femenina, que volvió loco a Martín, y le encantaba compararme con su mujer, y yo "encantada" de ser la "otra" y mejor que su esposa.