Conociendo por primera vez una Sauna

Tras deambular por la sauna, entre finalmente en la sala de visionado, donde había un treintañero en un lado, dos cuarentones dándose el lote mutuamente en otro y dos maduros al fondo, situándome precisamente al lado opuesto en el fondo.

Conociendo por primera vez una Sauna

Mi primera vez en una sauna… haber que lo piense, creo que fue hace seis o quizás siete años, debo basarme en que aquel año no tenia aun hijos. Lo que recuerdo que fue por navidad, aproveche un día que estaba de vacaciones, por lo que os situare que debió de ser entre el 26 de diciembre al 4 de enero, días que debo de quitar como el 28 de diciembre… lógicamente el día de los inocentes, los días 31 de diciembre y 1 de enero.

Un día de esos fue, recuerdo que fue entre semana y que entre por la tarde a eso de las cinco de la tarde, eso sí… después de haber dejado a mi santa esposa con una amiga en el Centro Comercial Nervión Plaza. Estas iban a comprar regalos de navidad y aunque insistieron a que fuera con ellas, pues necesitaban los gustos de un hombre para dar su opinión, como el brazo fuerte para poder llevar las bolsas. Yo lógicamente, me disculpe alegando que debía de ir a ver posibles regalos, regalos que en verdad tenía ya, pues como buen previsor… suelo tenerlos con previsión.

Tras dejarlas me dirigí hacia la Macarena (uno de los barrios más famosos de Sevilla, ¡¡¡Ojo!!!... he dicho uno de ellos), dándome cuenta que la calle Resolana era contramano, por lo que tuve que dar una vuelta tremenda, pero teniendo la suerte que al entrar por la calle Adelantado, calle que da la espalda a la calle Resolana, pues encontré un hueco libre… hueco donde aproveche para aparcar.

Tras salir del coche y después de haber dejado algunas pertenecías, me dispuse a caminar hasta la entrada a la sauna, cuya puerta daba a un mostrador blindado por mamparas de metacrilato. Donde un chico me pregunto…

  • “Una entrada… No!!!”, dijo.
  • “Si… una”, respondí nervioso.
  • “Son nueve euros”, me soltó.

Tras  pagarle la costosa entrada, pensando que al menos valdrá la pena, antes de marcharme este me paso por un cajón metálico que apareció a mi derecha. Dos toallas… una pequeña a modo de pareo y una grande para el cuerpo, una llave con una ficha… para la taquilla, unas zapatillas… la cual me informo que no debía de quitármela para nada, un preservativo y un sobre de vaselina. Preguntando por estos dos últimos objetos…

  • “Y esto para que”, le solté.

Contestándome el chico…

  • “Usted se lo lleva por si acaso”, me contesto.

Tras darme acceso al interior de la sauna, me lleve una pequeña desilusión más al esperarme algo diferente, digo diferente… pues al menos en referencia a los vestuarios. Pues nada más entrar te topas con ellos, una hilera de taquillas a la izquierda con un banco de madera. Separando un pasillo que daba ya acceso al interior, donde estaban las saunas, zonas de piscina, cuarto oscuro, el laberinto y cabinas. Al otro lado del pasillo o sea a la derecha, había un muro donde detrás de este… estaban situadas las duchas y aseos.

Tras comenzar a desnudarme, dejando en el interior de la taquilla toda mi ropa, quedándome desnudo totalmente, ya con las miradas indiscretas de algunos. Me puse antes de nada las chanclas blancas, esa pequeña toalla a modo de pareo, tras guardar en un pequeño bolsillo del pareo el preservativo y la vaselina, cerré mi taquilla colocándome la llave sujeta a la muñeca.

Antes de acceder al final del pasillo, entre en los aseos a orinar y tras quedarme a gusto, comencé a ducharme, donde pude ver a dos hombres… uno pequeño de estatura y delgado. Cuya dedicación a la limpieza era admirable, digo admirable pues se enjabono a gusto cada centímetro de su cuerpo, observando cómo llegaba a introducirse hasta la mitad de la pastilla de jabón dentro de su ojete.

El segundo hombre, cuyo físico era de grandes dimensiones, cuerpo corpulento de grandes manos, casi calvo y el cual no me quitaba ojo. Ojo que en verdad me asustaba, pues nada más esa mole, me llegaba a la cabeza los pensamientos del tamaño de su polla… mmm!!!.

Siendo este mismo quien quiso ayudarme a enjabonarme mientras me duchaba… mmm!!!, mientras me caía el agua desde mi rostro y se diluía por mi cuerpo hasta los pies, no me di cuenta de lo cerca que este estaba. Sintiendo su presencia una vez que coloco una de sus manos en mi hombro al tiempo que con la otra, comenzó a enjabonarme el pecho al tiempo que pegaba su tremendo bulto a mis nalgas… uuummm!!!.

Fue el momento en que se me hizo realidad mis pensamientos sobre el tamaño, aunque amablemente le hice ver que de momento no deseaba nada y que quizás más tarde. Este no entendió la indirecta y tras ascender su mano desde mi hombro hasta mi nuca, tomando mí cabeza como si se tratara de un melón al tiempo que pegaba su boca a la mía, mientras su otra mano la introducía bajo mi pareo… tomando mi miembro.

Fueron momentos bastante incómodos pues aunque deseaba tener relaciones allí, pensaba que era muy pronto para poder tenerlas, pues deseaba curiosidad por las demás estancias. Lógicamente rehuí su boca y aunque aquel pedazo de aparato, ya llamaba a la puerta de mi orificio, me separe bruscamente de él y tras volvérselo hacer saber, este acabo por soltarme.

Recuerdo que nada más ver la sauna… sauna que era bastante pequeña, entre dándome que desde esta se accedía a otra. Tras entrar había en su interior un hombre… lógicamente, mostrándome este sus atributos a los pocos minutos, volviéndome a marchar. Seguidamente a la sauna y accediendo por el pasillo, di a la entrada del laberinto o cuarto oscuro, pues desde aquí y en final de este. Daba a otro laberinto cuyos pasillos daba a unos cuartos con una pequeña ventana, ventanas que podías observar la sala de proyección, donde algunos chicos y maduros veían una película porno gay.

Continúe por el otro lado del pasillo, donde vi las cabinas que no eran otra cosa que lugar para estar a solas con uno, continúe y accedí a las termas y piscina. Dos termas que mas que termas, eran jacuzzi y eso sí, una piscina al otro lado cuya dimensión era considerada. Entre en una de esas termas y me quede un rato dentro, aprovechando esa agua caliente cuyo efecto no era otro que poder dilatar mi orificio anal… mmm!!!.

Tras salir de esta y sin que nadie se me hubiera acercado, pues muchos miraban pero pocos te entraban. Bueno continuo, entre en la sala de visionado donde había un treintañero en un lado, dos cuarentones dándose el lote mutuamente y dos maduros al fondo, situándome precisamente al fondo.

Recuerdo que comencé a masturbarme, primero sobre la toalla y poco después bajo esta, fue precisamente cuando una vez que se marcho el treintañero, estos dos maduros se me acercaron… uno por cada lado. Comenzaron por colocar sus manos una por cada uno en cada muslo mío, preguntándome uno de ellos…

  • “Tú no vienes mucho por aquí, verdad”, soltó.
  • “No es mi primera vez, tenia curiosidad por saber cómo era”, respondí.
  • “Y como va tu curiosidad, te va gustando lo que vas viendo”, me soltó el otro.

Sentía sus manos ascender hasta que entre ambos me cogieron mi miembro, comenzando a pajearme uno de ellos al tiempo que otro masajeaba mis testículos… ooohhh!!!. Uno de ellos busco mi boca y cuando me vio que no era de mi agrado los besos, comenzó a besar mi cuello y hombro al tiempo que masajeaba mi pecho. Momento en que el otro se inclino hasta introducirse mi miembro en su boca, sintiendo esa cálida cueva y esa víbora que no era otra cosa que su lengua… uuummm!!!. Siendo uno de ellos el que me pregunto…

  • “Eres activo o pasivo”, dijo.
  • “Soy pasivo, pero me gusta ambas cosas”, conteste.

Fue el momento en que sentí como mientras tragaba toda sus manos comenzaron a acariciar por el perineo… uuummm!!!, mientras el otro me daba su miembro… miembro que no estaba nada mal. Comencé a chupar su polla… ayudándome con una de mis manos, mientras este no dejaba de acariciarme tanto cabellos como pecho, llegando incluso a pellizcar mis pezones con fuerza… ooohhh!!!.

Mientras estaba en la gloria uno de estos, me sugería entrar en una de las cabinas, cabinas que fue uno de ellos quien se acerco a modo de poder cogerla. Tras volver y hacernos saber que todas estaban ocupadas, recuerdo que las opciones que estos barajaban eran, entrar en una de esas cabinas del pasillo o quedarnos allí. Donde podíamos ser observados por otros, incluso dejar que ese trió se pudiera convertir en cuarteto o algo grupal… uuummm!!!.

Optaron finalmente por la cabina y tras entrar, me hicieron arrodillar entre ambos, comenzando por comerme ambas… primero una mientras masturbaba la otra, alternando el miembro y la masturbación. Estos se comían la boca entre ellos y se acariciaban al tiempo que me acariciaban a mí, ya sea por mis cabellos o por mi espalda, pecho o cuello… mmm!!!.

Cuando me hicieron apartar de sus pollas, pollas que estaban más que listas, decidieron que era momento de ser penetrado, observando cómo se colocaban estos los preservativos al tiempo que tiraban al suelo los envoltorios. Tras hacerme girar de manera que les diera la espalda, me inclinaron sobre la pared al tiempo que me sujetaba con las manos, una vez que flexione los brazos.

Uno de ellos puede verlo como retiro mi pareo… tirándolo al suelo junto a los envoltorios, comenzando a utilizar su vaselina con mi orificio anal y con su tronco. Mientras el otro se colocaba en cuclillas, delante de mí al tiempo que tomaba mi miembro, miembro que se lo introducía dentro de su boca, comenzando a chupármela… ooohhh!!!.

Note su glande golpear primero mis nalgas al tiempo que posaba una de sus manos en mi hombro, tras introducirla entre mis glúteos y topar con mi orificio anal. Comenzó a presionar al tiempo que apretaba su mano en mi hombro… ooohhh!!!, claro está me dolía bastante pues su grosor era bastante, fuera aparte que llevaba meses al menos sin tener relación alguna con penetración… uuuummm!!!. Preguntándome este…

  • “Te han penetrado alguna vez”, soltó.
  • “Síiii!!!”, conteste.
  • “Pues tiene el ojete muy estrecho, tanto que nos va a doler una vez la tengas toda dentro, pues de aquí no sales hasta que no me haya corrido dentro de tu culo”, soltó nuevamente.

Comenzando este a presionar contra mi orificio, sintiendo como esa polla me destrozaba por dentro, acallando mis gritos no solo de dolor sino también de placer, mediante mi brazo pues no me quedo más remedio que morderme. Placer que por el otro lado me lo estaba proporcionando el otro, mediante una tremenda mamada… aaahhh!!!.

Cuando sentí sus genitales golpear mis nalgas, sintiendo su pelambrera tanto de su cuerpo velludo como la de su ingle, chocar contra mi cuerpo una vez tras otra. Hasta quedarse unos minutos inmóvil, minutos que deja para que me adapte a su grosor, minutos que me parecieron eternos. Minutos que cesaron una vez que comenzó a penetrarme ahora con ambas manos en mis hombros, manos una a cada lado de mi cabeza, presionando al tiempo que me embestía y en no más de cinco o seis embestidas. Tras pegar un alarido se vino, alarido que hizo que otros se acercaran, alarido que hizo que el otro tomar su lugar, comenzando a penetrarme más fácilmente, pues su amigo ya dejo allanado el camino… ooohhh!!!.

Como recuerdo el significado de ese grito, pues aunque fue de placer, también significo que atrajera como zombis a aquellos, aquellos que comenzaron a golpear la puerta, aquellos que deseaban unirse a nosotros. Entre jadeos ya por mi parte, me uní a las obscenidades y jadeos del penetrador, ambos estábamos disfrutando mientras el otro nos miraba. Otro que no se le ocurrió mejor idea en ese momento que abrir la puerta, viéndome como aquellos hombres nos miraban como hienas. Llegando a alargar algún que otro su brazo hasta mi cuerpo, comenzando a acariciar unos y otros pellizcar, mientras gemíamos.

Sentí oleadas de placer cuando pude ver cómo me la chupaban, peleándose por hacerlo, mientras continuaba siendo penetrado, momentos que duro poco cuando este, entre convulsiones me hizo saber que se venía. Confesándome…

  • “Como me hubiera gustado haberlo hecho a pelo, deseaba echar toda mi leche en tu culo o si me hubieras dejado en tu boca”, soltó.
  • “Contestándole que quizás la próxima vez pueda hacer ambas”, solté.

Tras ponerse estos el pareo mientras me agradecían el gran momento que habíamos pasado, acabamos por marcharnos los tres a pesar de aquellos incondicionales, aquellos que deseaban hacer lo mismo que estos dos, cosa que yo no estaba por la labor.

Tras marcharme de allí, me adentre nuevamente en el jacuzzi, cuya aguas templadas alivio el dolor de mi orificio anal, calmándome… mmm!!!. Perturbando mi descanso ese enorme hombre de la entrada, aquel que sin llegar a preguntar se introdujo en el jacuzzi, llegando a enseñarme aunque quizás no fuera su intensión, aquel tremendo miembro, cuya visón me hizo temblar, no solo de dolor sino de placer. Nada más entrar y sentarse junto a mí, me soltó…

  • “Menuda juerga te has montado antes, no he podido resistirme a mirar”, dijo.
  • “Habrás disfrutado con esos dos maduros, verdad…”, volvió a soltar.
  • “No estaban mal servidos, creo que te has quedado con las ganas”, dijo.

Recuerdo que sentí su mano bajo el agua… acariciando mi muslo, descendiendo y ascendiendo hasta que se adentro por debajo del pareo… mmm!!!. Soltándome…

  • “Vaya como estas, no desearía estar con un viejo como yo”, me dijo.

Palabras que fueron unidas al gesto, gesto que no fue otro que tomar mi mano, dejándola sobre su miembro… mmm!!!. Palpe sobre aquel bulto y comprobé que este tampoco estaba mal, pues una cosa fue que la notara entre mis glúteos y otra muy diferente era tocarla. Introduje mi mano bajo su pareo y acaricie su duro tronco, tras acariciarle su miembro lo tome, comenzando a pajearsela llegando a tirar de su prepucio hacia atrás. Este gemía y suspiraba al tiempo que me decía…

  • “Hoy vas a saber lo que es un hombre, no te voy a dejar de dar hasta que vacié mis grandes huevos, te vas a convertir en mi putita”, dijo.
  • “No me gusta usar preservativos, todos los que me dan son pequeños, tendrías algún impedimento que te la meta a pelo”, pregunto.
  • “No, no tengo… además me gusta sentirla viva dentro de mí, me gusta sentir a mi hombre”, conteste.

Momento en que su mano soltó mi miembro, dirigiendo su mano a mis nalgas y tras restregar varios dedos entre mis glúteos, comenzó a presionar mi ojete… aaahhh!!!, comenzando a follarme allí mismo con sus dedos, dedos que me introdujo… siendo dos de un tirón, mientras gemía y no dejaba de masturbarlo. Sentí aunque con dolor pues sus maneras no eran precisamente con delicadeza, sentí el dolor de sus tres dedos abrirme mi conducto anal, llegando a intentar ser cuatro. Llegándonos a interrumpir uno, mentándonos…

  • “Dentro del jacuzzi está prohibido mantener relaciones”, soltó.

Palabras que no estaba conforme, pues relación aun no había, pero agradecí su aparición, pues este me estaba produciendo muchísimo dolor mediante sus dedos. Pensé…

  • “Gracias a Dios”.

Aun recuerdo como tras salir del jacuzzi, me hizo seguirle por ese pasillo, cuyas personas que pasaban junto a nosotros se nos quedaban mirando. Mirando quizás más a este hombre que a mí, pues era él quien iba a satisfacerme, era él quien iba a disfrutar del único jovencito que había en toda la sauna. Cuya clientela en esos momentos eran de cuarentones hacia arriba, maricones (ojo!!!, no lo digo de forma despectiva y menos con ganas de molestar, me refiero de esta forma a esos que por su forma de hablar o moverse, más parecen homosexuales que los propios homosexuales, no sé si me he explicado bien o con propiedad), plumas y osos.

Recuerdo que tras entrar en una de esas cabinas, me fije bien en el interior, pues había en el centro de esta un potro, cuyo objeto me sirvió para tumbarme como este me pidió. Pues comenzó a comerme el culo, disfrutando enormemente al tiempo que introducía sus dedos, dedos que impregno en vaselina, dedos que llegaron a desaparecer en mí orifico anal hasta cuatro, mientras me retorcía de dolor y placer. Soltándome…

  • “Grita si quieres, aquí nadie nos interrumpirá, aquí saben perfectamente lo que estamos haciendo”, soltó.
  • “Gime bien fuerte… que oigan como gozas, gime como la perra que eres”, volvió a soltar.

Se incorporaba y sin dejar de penetrarme con sus dedos, comenzó a besarme el cuello, mientras me estremecía de placer. Pues como toda hembra nos pone los besos en el cuello, siendo mí mayor parte del cuerpo sensible… aaahhh!!!. Besaba, lamia e incluso me daba muerdos alternando con mi oreja, chupaba el lóbulo mientras yo jadeaba y me movía al compas de sus dedos… ooohhh!!!.

E incluso recuerdo que cuando quise masturbarme y este de un solo manotazo, acabo por apartármelas al tiempo que soltaba…

  • “No te toques, estando conmigo eres como un eunuco”, soltó.
  • "Deja de tocarte, coño", soltó nuevamente.
  • “Vas a ser mi nena, no tendrás polla ni culo… sino un coñito que desvirgar, pues hoy sabrás lo que es un macho de verdad”, dijo.

Tras cogerme del cuello me hizo levantar del potro, haciéndome agachar al tiempo que me soltaba…

  • “Vas a comérmela, disfruta de una buena polla”, soltó.

Colocándome en cuclillas mientras este se apoyaba sobre el potro… se la cogí, como os dije al principio su miembro era grande y grueso, podría a aventurarme y deciros que sería de unos 20 x 4 cm. Con unos grandes y peludos genitales que le colgaban, llamando sobre todo mi atención su glande, pues tenía forma de champiñón… mmm!!!.

Tras coger su tronco… acerque mis labios a este, comencé a restregármelo al tiempo que lo humedecía y movía mi mano, descendiéndola hasta la base y magrear sus genitales, mientras este gemía y comenzaba a acariciar mi nuca. Separe mis labios… comenzando por darle un pequeño muerdo a su glande, soltando este…

  • “Ooohhh!!!, que bien lo haces… uuummm!!!.

Recorrí su tronco desde su glande hasta la base de su miembro, recorriéndolo con mis labios al tiempo que lo impregnaba con mi saliva, sintiendo su polla suave pero al mismo tiempo rugosa y sus gruesas venas… ooohhh!!!. Desde la base ascendí lamiendo hasta su glande, tragándome este en su totalidad al tiempo que este me soltó…

  • “Joderrrr!!!, que calladito te lo tenías, como la comes coño”.
  • “Sigue… sigue, que me gusta”.

Tras sacármela y al tiempo que con una mano lo masturbaba con la otra, magreaba sus genitales… sintiéndolos en mis manos como pelotas de tenis… uuummm!!!. Descendí nuevamente al tiempo que lamia su tronco hasta sus genitales… ooohhh!!!, los cuales comencé a chuparlos e introducírmelos dentro de la boca con sumo cuidado. Soltándome este entre jadeos…

  • “Ostia que puta eres, me estas matando, que manera de comérmela”.
  • “Tu sigue así, pues cuando me toque a mi follarte, no voy a tener contemplaciones, te la voy a meter por ese coñito que tienes de un tirón”.
  • “Como daría todo lo que fuera por tenerte todo un día en mí cama, comiéndomela y disfrutando de esa boca de puta que tienes, sigue!!!... no te pares”.

Ascendí nuevamente e introduje su gran glande con forma de seta (imaginaros un champiñón) dentro de la boca, abrí todo lo que pude y comencé a tragar, sacándola y volviéndola a introducir, una vez tras otra al tiempo que con los labios intentaba bajar su prepucio… uuummm!!!.

  • “Joder!!!... puta, como sigas así vas a ser que me corra”, soltó.

Tras tragármela en toda su totalidad, llegando incluso este a presionar mi nuca a modo de poderla aguantar, tuve que sacármela por falta de aire. Aprovechando este por hacerme levantar, tras darme un morreo inesperado, me giro y me echo sobre el potro, levanto mi pierna izquierda sobre este a modo de tener mi orificio anal mejor. Sentí como restregaba varios de sus dedos por mi ingle, girando mi rostro no solo pude ver como lamia la zona de sus dedos, sino que vi como retiraba el cerrojo del pomo de la puerta.

  • “Vamos a ya, prepárate que te va a doler”, aviso.

Sujetándome a unos huecos que tenía el potro, sentí como su glande presionaba mi orificio anal, comenzando este a presionar despacio y menos mal que no cumplió su amenaza. Muy lentamente fui sintiendo con gran dolor y al mismo tiempo placer, como fue alojándose dentro de mí… uuufff!!!.

Tras minutos o al menos eso me parecía a mí, se detenía a modo de que mi orificio pudiera asimilar el grosor, grosor que pasado este tiempo volvió a presionar… aaahhh!!!. Sintiendo la mitad de su miembro… eso y que el mismo me lo hizo saber, mentándome…

  • “Ya falto poco, ya te he metido la mitad de la polla, un esfuerzo más y te sentirás en el paraíso”.

Sentía como aquella polla me estaba desgarrando, pero aun así no deseaba que cediera en su empeño por metérmela… aaahhh!!!. Siendo aun más doloroso cuando los pocos centímetros que le quedaban, metérmelos de una sola embestida, sintiendo sus grandes y peludos testículos chocar contra mis glúteos, soltando un alarido como de alivio.

Iniciando las embestidas anales al tiempo que me sujetaba con ambas manos por la cintura, penetrándome con fuerza y gracias al potro evitaba caerme hacia adelante, pues en cada una de sus penetraciones empujaba con fuerza y el impulso del vaivén, hacia que me moviera… aaahhh!!!... ooohhh!!!... aaahhh!!!... uuufff!!!. Me dijo…

  • “Relájate… disfruta de la follada, te noto algo tenso, relaja tus músculos coño… disfruta”, soltó.

El dolor fue dejando sitio al placer, disfrutaba de cada una de sus embestidas, disfrutaba de sus besos en mi espalda, disfrutaba de las cachetadas en mis nalgas. Soltándome este…

  • “Joder me voy a correr dentro de poco, voy a llenar tu culo de leche, voy a vaciar mis cojones”.

Momento en que la puerta se abrió, no porque la haya visto abrirse, pero si por el ruido del poco y crujir de la madera. Apareciendo un maduro, maduro que este le hizo señas de entrar, maduro que tras colocarse delante de mí. Coloco su polla en mi cara, polla que me dijeron que chupara, polla que me hicieron comer, pellizcando mis glúteos a modo de hacérmelo entender.

Tras tragar esa polla y darle el mismo tratamiento que a mí amante, no tardo mucho en venirse… uuummm!!!. Al tiempo que este descargaba dentro de mi boca, haciéndome tragar toda su leche caliente, mi macho se corrió. Echando dentro de mí como predijo todo su orgasmo, orgasmo que sentí incluso salir una vez que la saco de mí, sintiéndolo discurrir por mis piernas hasta mis pies. Volviéndola este a introducir, escuchando en ese momento el chapoteo de su orgasmo, mientras me soltaba…

  • “Vas a tener que ducharte, estas todo perdido, manchado de leche, sangre e incluso mierda, te la he metido bien profunda”, dijo.

Tras salir de la cabina ambos nos fuimos a la zona de duchas, caminaba dolorido, caminaba con dificulta hasta las duchas, duchas que me sentó de maravilla. Me limpie a conciencia y con cuidado, siendo objeto de miradas, miradas de deseos, no solo de mi amigo, sino de extraños. Pues este envalentonado por mi manera de limpiarme… vino a “ayudarme”, queriéndome penetrar nuevamente y que yo impedí, no porque fuera tarde sino por el dolor que sentía. No teniendo más remedio que arrodillarme y hacerme acabar en mí boca, saboreando su leche que para nada era de sabor agria, simplemente no tenía sabor.

Tras sacarme, vestirme y salir de allí, camine despacio y como pude hasta mi coche, saque el móvil de la guantera y vi las numerosas llamadas de mi mujer, como los whatsap. Contestándole al tiempo que le tranquilizaba, haciéndole saber que me encontraba en un lugar que supuestamente no había cobertura, cosa que le tranquilizo un poco pero aun así, seguía preocupada.

Ya con mi rutina y acudiendo por las tardes-noches a la explanada del Charco de la Pava, donde solía encontrarme con mi amigo Manuel. Cuya insistencia era ya de un acosador sobre el tema de irnos a la sauna, ignorando este que ya había estado allí, mientras este me decía…

  • “Vámonos a la sauna José, veras que te gusta cuando la veas, podríamos disfrutar plenamente allí solos los dos, podríamos meternos en una cabina sin ser molestados por otros, sin tener que compartirte”.

Bueno os dejo hasta una nueva anécdota… vale, ya me contáis que os aparecido y mis “amantes” deciros que me hagáis saber si me he olvidado o dejado algo en el tintero, os dejo y hasta pronto.

Como suelo decir… me da igual donde disfrutemos, mientras que mientras gocemos ambos, pues para el momento que lo hacemos el lugar es lo de menos, ya que busco encuentros esporádicos a conveniencia. Debo rectificar en eso que tanto comulgo, sobre que… “No hay maduro que deseen ser mamados y follarse un buen culo”, ya que no solo hay maduros sino también jóvenes aunque estos no sean de mis preferencias.

Espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí… obviamente habréis notado que soy bisexual, pasivo y algo sumiso, siendo mis preferencia hombre maduros. Os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque sea algo sumiso y me deje hacer, como una buena putita que dicen que soy, mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , hasta pronto.