Conociendo mi destino [Parte II ]

Continua la historia de Javier en ese pequeño pueblecito donde conoce realmente cual es el destino que le espera, aunque aun no lo acepte del todo, su historia con Alex continua...

Llevaba ya allí tres días y no había visto aun a Alex ¿Dónde demonios se había metido? Tras recorrer el pueblo con la moto, me di cuenta de que al final, no era en absoluto grande como pensé tras recapacitar, si, tiene una calle recta algo larga, pero como mucho hay dos calles mas, ese pueblo se componía únicamente con esa calle larga, ayer, aburrido y sin saber que hacer, decidí explorar los alrededores y sin saber como, llegue a un precioso lago rodeado de árboles, era realmente precioso y la verdad, de esos típicos lugares donde organizas un picnic o algo así para tirarte a alguna tía, cuando debía de estar pensando eso, en mi mente apareció el niño, esto ya se estaba volviendo extraño ¿Ni si quiera pensar en follarme a una tía? ¿Enserio? ¿Cuánto tiempo más tendría que aguantar al niño en mi cabeza?

Por fin le vi, acababa de bajar al bar a cenar cuando vi al chico bajar por las escaleras, estaba algo desaliñado, no había salido de su cuarto estos días, se notaba demasiado, su madre, tras reñirle, le mando a darse una ducha, no pude evitar morderme el labio al imaginarme al niño en la ducha, desnudo… ¡Quería ir! Quería entrar a esa ducha y poner al chico contra la pared, abrirle el ano y penetrarle con fuerza y ganas, pero no podía, no con sus padres andando por ahí… ¿Y si…? No, el chico no aceptaría ir al lago conmigo, suspire, tenia una idea clara, no me quitaría al chico de la cabeza, no hasta que no me lo follase al menos, espero que después no vaya a mas, rezo por que no vaya a mas…

En mi mente fantaseaba con el chico cuando volví a escuchar la voz de este, alzo la vista y miro al niño, vestido parecía algo mas mayor de lo que aparentaba en pijama o desnudo por completo, llevaba una camiseta negra, unos vaqueros ajustados de color rojo y unas converse negras también, el flequillo rojo le tapaba la mitad del rostro, genial… Me quería ligar a un emo, un bufido salio de mis labios ¿Dónde iba yo con un chico? ¡Y encima emo! Siempre me había reído de ellos, por su estilo, por lo que hacían… Espera ¿Alex se cortaba? No, no, cuando le agarre la otra noche la mano para que me pajease no tenia corte alguno, menos mal. Me había vuelto a sumir en mis pensamientos, cuando ‘’desperté’’ la madre de Alex le estaba gritando que me llevase la cena a la mesa, este a regañadientes acepto trayéndome el plato de pasta recalentada que le habían preparado, en estos días por allí había pasado únicamente una persona y juraría que alquilo la habitación únicamente para un polvo, pues se fue en mitad de la noche, acompañado por alguien, la razón de que faltasen clientes fue lo que me ha llevado a la conclusión de que esperaba que la comida que le servían fuese la que se habían echo a ellos o algo ya que no le dejaban escoger en el menú y estaba recalentada, al menos así le sabia .

– Buenos días Alex – dije en un tono amistoso mirando al chico a los ojos, o al menos intentándolo ya que me apartaba la vista – ¿Cómo estas? Hace tiempo que no te veía, pensé que te habías escapado o algo – río algo forzado intentando hacer un chiste o algo así, pero el no se ríe y me limito a parar.

– No, he estado en mi cuarto encerrado, no tenia ganas de salir – No dijo nada mas, torcí los labios levemente.

– Oye Alex, ¿Te apetece ir luego a la noche a dar una vuelta en moto o algo? Podrías enseñarme este sitio o lo que sea… – tenia la esperanza de escuchar un si, de llevarle al lago, de hacerle mío, pero de momento, mi propuesta era el de un mero paseo.

– La verdad es que no, no tengo gana alguna de ir a algún sitio contigo – sus palabras me impactaron demasiado, ¿Por qué era tan duro conmigo? ¿Qué había echo yo? Entonces caí a la cuenta, la otra noche, cuando juraría que le vi parpadear, lo había echo, estuvo despierto todo el rato, pero aun así se dejo hacer, no se quejo lo mas mínimo ¿Por qué se enfada ahora? Baje levemente la cabeza en silencio, intentando caer en el por que de su enfado, ya esta… ¿Era por lo de que me gustan las tías y no los tíos? Después de lo echo, normal que le molestase aquellas palabras, suspire, al ver que no decía nada mas, se limito a añadir antes de irse – Si me disculpas, tengo cosas mas importantes que hacer, como tocarme los huevos a dos manos en mi cuarto.

– Espera Alex, quiero hablar contigo, por favor, ven esta noche conmigo… – No me había dado cuenta pero me encontraba agarrando su mano fuertemente, no queriendo que se alejase, si él fuese una chica, lo entendería, tendría buenos melones y si era pelirroja mejor aun, siempre me han atraído los de pelo rojo ya sea teñido o natural, es un color por el que siento debilidad, pero jamás pensé que esa debilidad se mostraría con un chaval de quince años – por favor… – susurre una ultima vez en un desesperado intento de darle pena o algo así y que quisiese venir conmigo.

– Esta bien, en cuanto acabes de cenar, ve a mi cuarto a buscarme, es la numero seis, hasta luego – ¡Bien! Había funcionado, iría conmigo a la laguna, todo marchaba según el plan, si, si, si, pero aun así, había algo que me chocaba, ¿Acaso el enfado había echo que Alex dejase de ser tímido de golpe o que? No me importaba, pero reconozco que el hecho de que fuese tan infantil es una de las cosas que mas me atraían de el chico.

No tarde demasiado en cenar, no tenía mucha hambre, pero no quería hacer el feo y además quería terminar cuanto antes y así ir a por el pequeño, cuando pague la cena y subí al cuarto indicado, claramente el niño esperaba que tardase mas, pues nada mas abrir la puerta sin llamar si quiera, observe al joven sentado en la silla de su escritorio, masturbándose, su mano subía y bajaba por el largo de su miembro, brillaba, por lo que supuse que habría usado algún lubricante o algo así, me quede embobado con aquella visión, sus ojos cerrados y la cabeza hacia atrás mientras se mordía el labio inferior, disfrutaba, claramente disfrutaba y yo, le corte el royo, grito y se tapo con lo primero que pillo por allí, yo salí cerrando la puerta tras de mi mientras me apoyaba en esta sin soltar aun el picaporte, con los ojos abiertos de par en par, no me creía lo que había visto, pero así era, a los cinco minutos, yo ya había cambiado de postura y me encontraba en la pared de enfrente, apoyado, mirando a la puerta, queriendo entrar y terminar lo que él había empezado, pero no lo hice. Alex salio por la puerta cabizbajo, volvía a ser el tímido de siempre, dejando de lado el hecho de la vergüenza que llegaba a sentir en estos momentos.

– V-vamo-vámonos… – consiguió decir con bastante dificultad sin apartar la vista del suelo en ningún momento, aun así pude distinguir como sus mejillas estaban rojas como su pelo, pobre, tendría que estar pasando una vergüenza increíble con aquello, quise decirle que lo dejábamos para otro día, pero lo mismo se encerraba nuevamente y no le veía mas o se lo tomaba a mal o algo, sentí como me agarraba la mano y mire estas, pero una voz al final del pasillo me hizo soltarle de repente.

– ¡Eh! ‘Hijo! ¿Dónde vas a estas horas? – el padre de Alex se acercaba a nosotros mientras nos examinaba con la mirada queriendo saber que hacíamos o algo así, rezaba por que no nos hubiese visto de la mano, ese tío, tiene pinta de homófono.

– Íbamos a dar una vuelta y así le enseñaba el pueblo, papa.

– ¿Tan tarde? – note como alzaba una ceja algo incrédulo.

– Si, así le llevo a algún bar… Emm… Tiene ganas de conocer a alguna chica… – note como sus ultimas palabras salieron atropelladas, no quería decirlo, pero así les dejaría en paz.

– Esta bien, tú, cuida de mi hijo y no lo traigas muy tarde de vuelta o lo dejes solo para irte con cualquier fulana.

– Si, señor, no se preocupe – cualquiera diría que le hablo a un sargento, pero convencido por fin, el hombre se fue y ambos pudimos irnos, decidimos no cogernos nuevamente de la mano pues su madre aun nos podría ver al pasar por el bar para salir.

Una vez subidos en la moto me di cuenta de que solo tenia un casco, se lo cedí a él, yo era mas duro, si había un accidente soportaría mejor lo que me pasase que el pequeño, sentí sus brazos rodeando mi cadera fuertemente y una sonrisa se dibujo en mi rostro, acelero a máxima potencia en dirección a la laguna, seguramente él ya habría ido allí un montón de veces, pero quería que esta noche fuese única, bueno al fin y al cavo, si se había enfadado por sus palabras y resultaba que le dejo masturbarle, era por que algo quería y estaba dispuesto a aprovecharme de ello, al llegar aparque a un lado de un camino de tierra, aquello estaba desierto, de haber sido un pueblo mas grande o con mas gente, lo mas probable es que estuviste lleno de borrachazos haciendo botellón o de parejas enrollándose, pero allí no había nadie, alumbrados con la luz de la luna, sentí la mano de Alex apretarme la mía, se me había olvidado lo de el miedo a la oscuridad, mierda, pero el no se había quejado y había venido, por algo seria.

Nos estamos acercando al agua, pero a medida que te acercas, el agua parece mas tenebrosa ya que con la falta de luz no se ve el fondo, como dije casi al principio de esta historia ‘’parece el comienzo de una peli de miedo’’ todo este pueblo lo parece, ahora debería salir un monstruo del agua o algo así, tan convencido estaba de ello que pego un bote cuando un pájaro sale volando con algo de ruido, Alex nota que por un segundo he tenido miedo por lo que el suyo aumenta, tengo que calmarlo o saldrá corriendo de un momento a otro.

– Ei, pequeño, tranquilízate, aquí no hay nada, enserio… – un baño, si, eso seria una buena escusa para acabar desnudos uno frente al otro, solo tenia que convencer a un niño asustadizo de que se desnudase y entrase conmigo, un desconocido que además casi lo había violado, a un lago tenebroso en mitad de la noche, excelente plan, solo necesitaría cuerdas, cloroformo y vete tu a saber que mas, suspiro, es una real estupidez, pero no pierdo nada por probarlo, lo mismo hasta acepta ir conmigo, total, yo iré y no querrá quedarse solo aquí – ¿Nos damos un baño? Venga, te gustara.

Comencé a desnudarme ante el chico mientras el me miraba aterrorizado por la propuesta, sin embargo, al ver que lo dejaba solo para acercarme al agua, se quito la camiseta y los pantalones y salio corriendo tras de mi, bien, el miedo a quedarse solo era mas fuerte que el de entrar en un lago oscuro, metí un pie en las frías aguas y espere un poco a acostumbrarme antes de meter el otro, Alex me agarraba fuerte del brazo pero aun no había tocado el agua, tire de el, lo agarre entre mis brazos y salí corriendo al agua hasta estar mojados, el niño se aferro a mi con fuerza, no solo estaba tiritando, juraría que estaba llorando, suspiro y le abrazo contra mi con fuerza, acabo por salir del agua con el en brazos, pobre, se lo acababa de hacer pasar muy mal, lo llevo a la orilla y le apoyo en un árbol, miro sus ojos suavemente y con mi camiseta comienzo a secar el cuerpo del pequeño mientras el se acurruca contra el árbol intentando relajarse, baje por su torso lentamente secándole con la camiseta, arrodillado ante el mire su boxer y bajo este el leve bulto que ofrecía, el frío agua debía de habérsela arrugado o algo así, río pensando en eso, no lo pienso, le miro de reojo, esta algo sonrojado, bajo su boxer lentamente, veo su miembro, evidentemente, estaba encogido a causa del frío, se lo agarro levemente y muevo la mano de arriba abajo dándole calor, escucho sus leves gemidos y por como se esta quieto, no quiere que pare, paso la lengua por su glande tras echarle el pellejo levemente hacia atrás, noto como endurece cada vez mas en mi mano, aquello me excita también, la calidez me inunda a causa del calor, sabe al agua del lago pero no me importa, me la meto entera en la boca y succiono, el comienza a gemir algo alto a la par de inocente, por su rostro de miedo, daba a entender que aquella era su primera vez, ya que no estaba contando lo de la otra noche, el supuestamente estaba dormido, eso no cuenta, pase la lengua por el tronco de su miembro, de la base a la punta lentamente, ese niño no aguantaría demasiado, casi desde la primera lamida sabia que se correría en poco tiempo, volví a introducirme su miembro en mi boca, entero, era pequeño y cabía en esta sin problema, succiono nuevamente, ya hacia rato que salían leves fluidos que hacían mas fácil mover la boca con esto dentro, comencé a notar como su miembro expulsaba pequeños chorros de semen algo amargo, succiono hasta lamer la ultima gota de aquello y la suelto dejando que cayese flácida ante él, para no tener practica en hacer mamadas, a Alex parecía bastante conforme, aunque él tampoco tenia experiencia en que se las hicieran por lo que se podía decir que gracias a eso ambos éramos una pareja  un tanto… Extraña.

Me puse en pie en silencio, mirando a Alex a los ojos y el me miraba con las mejillas bastante sonrojadas, nadie dijo nada en esos momentos, el se abalanzo sobre mi y beso mis labios con ganas, le correspondí, comencé a besar sus labios con las mismas ganas y deseo, cuando nos separamos acaricie su rostro lentamente, le mire a los ojos, ¿Qué me pasaba? Ese niño, ese niño era… Perfecto…

Se hacia bastante tarde por lo que me puse en pie y ambos nos vestimos, subimos a la moto y volví a darle el casco, arranque a toda maquina deseando volver al hotel, quería hacerlo, encerrarnos en su cuarto, o en el mío, y hacerle el amor en cualquier parte de ese cuarto o del baño, a decir verdad, tenia tantas gana que quería hacerlo ahora mismo, parar y en cualquier cuneta, hacer a ese niño mío, mío y de nadie mas.

Entramos a su cuarto sin complicación alguna, sus padres habían salido y convencidos por fin de que no entraría nadie allí, cerraron el bar y el hotel, aquello estaba a oscuras pero Alex debía de tener las mismas ganas que yo ya que sin problema alguno copio mi mano entrando al local sin darle si quiera al interruptor, no aguante mas y ¿Qué mas da? Estamos solos ¿No? Lo empuje a la pared besando sus labios con gran intensidad, notando la calidez de los suyos, se movían torpemente entre mis labios, lo agarre por la cadera y lo senté sobre una mesa mientras el me subía la camiseta y acariciaba mi torso, hice lo mismo con la suya, baje mis besos por su mentón lentamente mientras el estiraba el cuello para dejarme espacio, lamí su cuello despacio mientras el desataba mis pantalones, cayeron al suelo por el peso, alce su cadera despacio para poder quitarle los suyos y de paso baje su boxer para no tener mas interrupciones, sentía como el bajo los míos con torpeza y seguido me agarraba el miembro, estaba intentando masturbarme como la otra noche, solo que esta vez yo no movía su mano, jadee levemente, su torpeza era hasta excitante, entonces, durante un segundo, fue el quien llevo la situación, se bajo de la mesa y me empujo sentándome ahora yo en esta, bese sus labios con intensidad  mientras el me correspondía, bajo mis manos acariciando su torso nuevamente, baja los besos por mi mentón y llega a mi torso, se lo que quiere hacer y personalmente, quiero que lo haga, se arrodilla ante mi y agarra mi mimbro entre sus manos, esta algo flácido pero no del todo, me había comenzado a excitar casi desde el momento del lago, pero aun así no estaba duro del todo, se humedeció la mano con saliva y comenzó a moverla de arriba abajo, la calidez que tenían ahora sus manos me embriaga haciéndome sentir únicamente placer, se nota demasiado que intenta imitar mis movimientos, pero dado que yo tampoco tengo mucha experiencia, no acaba de ser perfecto, echa hacia atrás el pellejo de mi miembro dejando ver el hinchado glande que pedía a gritos alivio, comienza a lamerlo de una forma infantil como si se tratase de un chupa chups o un helado, ya estaba duro del todo, no quería mas, no quería que siguiera chapándomela, quería entrar en él, vuelvo a llevar las riendas, agarro su cintura y lo coloco contra una mesa, el coloca su rasero en pompa aunque agarra la mesa con algo de fuerza sabiendo que al ser la primera vez le dolería un poco al menos, separo sus nalgas y le lamo una de estas lentamente acabando por darle un mordisco el jadea sonrojándose al sentirlo, dejo caer un reguero de saliva en el ano de este y con un dedo evito que resbale entre sus nalgas, acaricio su ano con el dedo humedecido queriendo dilatarle al máximo antes de intentar entrar en su interior, esta apretado y no se si es por que aun nadie lo había echo o por que el no se relajaba, por lo que me apresure a decir.

– Relájate pequeño… No te haré daño, te lo prometo… – sabía que no seria así, ambos lo sabíamos pero aun así se calmo un poco, relajándose levemente.

Introduje el dedo en su ano haciendo leves círculos con este notando que cada vez tenia mas soltura, no solía hacerlo por ‘’atrás’’ por lo que saque de mi cartera un condón poniéndomelo enseguida, no quería perder tiempo, cuando lo note lo suficiente dilatado, coloque el glande en su entrada presionando, el niño intentaba no llorar al sentir la presión, le estaba haciendo daño, pero sabia que poco después ese dolor seria placer y lo quería a toda costa, conseguí meter en él el glande, la presión de este hacia algo de daño, pero aun así se quedo quieto, al igual que yo, hasta que comienza a dilatar poco a poco, la sensación me gusta, nos gusta, pues el ha comenzado a emitir suaves gemidos, muevo la cadera con leves golpes introduciendo poco a poco mi miembro dentro de este, ya estoy dentro, cierro los ojos, su ano es tan calido y se ajusta  la perfección a mi miembro, rodeándolo por completo, no lo pienso, solo lo quiero, agarro fuertemente la cadera del chico y sacándola casi por completo entro en el con una estocada hasta notar como mis huevos chocan con los suyos, es una sensación bastante placentera, lo repito varias veces comenzando así un ritmo algo rápido para ser la primera vez del chico, quizá debería ir mas lento, pero no se queja, gime, le gusta, he podido escuchar mi nombre entre sus gemidos, también pedía mas, aumento el ritmo, se podría decir que me estoy volviendo loco, solo quiero mas, quiero sentirle, llenarle, quiero entrar en el al máximo, muevo mi cadera a un ritmo bastante rápido, en el bar solo se escuchan nuestros cuerpos chocando uno contra el otro sin contar claro los gemidos que emitimos ambos, me dispongo a agarrar su miembro para así darle mas placer aun pero lo noto pegajoso, ya se ha corrido y en abundancia por el tacto, el placer para el chiquillo debía ser enorme, mis gemidos aumentan el volumen, cada vez noto como el calor crece, como estoy cada vez mas cerca del éxtasis, al final, con un fuerte gemido, suelto las caderas de Alex dejando que este se sostenga mientras me corro dentro de la funda de látex, apenas he acabado de correrme cuando el cuerpo del muchacho cae sobre la mesa aun jadeando, no era capaz de hablar, ni de moverse, el éxtasis le recorría las venas aun, me quito el condón y lo tiro a una basura del bar, lo cojo en brazos y como puedo recojo nuestra ropa para no dejar rastro alguno, limpiando un poco la mesa con una de las camisetas, no se bien cual use, me gire y subí los escalones hacia los cuartos, aun estamos desnudos, entramos a su cuarto y lo deja sobre su cama, mientras cargaba con el e había quedado dormido, sonreí al verle así. Tras arroparle y asegurarme de que dormía, me dirigí a mi cuarto, si sus padres nos pillaban en el mismo cuarto y encima desnudos, la cosa acabaría mal, entre a mi cuarto, tire la ropa al suelo y tras una larga ducha me tumbe en la cama no tardando en dormirme, esa noche fui a la cama con una sonrisa…

CONTINUARA