Conociendo a un desconocido

Un joven termina metiendo a su casa a un completo extraño que abusará de el.

Después de un par de horas jugando cartas y bebiendo cerveza cualquiera necesitaría un baño.

Tengo 25 años, no mal parecido, dicen por ahí, visito el GYM tres veces por semana, me considero bisexual de closet y bebo cerveza con algunos amigos dos viernes por mes saliendo de la oficina. Aquel había sido un día con mucho trabajo y queríamos desestresarnos.

Necesitaba un baño con suma urgencia y el más cercano estaba justo al otro lado del lugar donde nos habíamos ido a meter aquel viernes. El lugar era exclusivo, en una zona bien de la ciudad de México no lo habíamos visitado nunca, buena música, buen ambiente y para mi gusto mucho chaval de buen ver. Como pude llegue hasta el baño a punto de estallar, baje el ziper de los jeans y libere mi miembro que ansiaba eliminar parte de la cerveza que había bebido, ¡claro ya destilada!, cerré mis ojos sintiendo una satisfacción enorme que corría desde mi pelvis hasta mi cabeza. Mmm… liberé un fuerte chorro del liquido caliente por cerca de un minuto…. finalmente mi cuerpo entero vibro agradecido al expulsar las últimas gotas. Ah ah ah…Ufffff...siii… Al abrir los ojos me encontré con mi rostro justo en la pared que tenía enfrente, entré tan deprisa que no había reparado en los detalles, el baño estaba tapizado de espejos en las paredes y las divisiones de los mingitorios, de arriba abajo, lo que menos existía ahí era privacidad, había ocho mingitorios, cuatro del lado izquierdo y cuatro del derecho y debido al reflejo de les espejos, al usar cualquier urinario, podía uno espiar hasta el mas mínimo detalle del o los que usaban los urinarios del lado opuesto, al igual los del otro lado podían deleitarse observando a los vecinos.

No había nadie cuando entre, sin embargo, al terminar mi tarea y al abrir los ojos observe que del otro lado, en ese momento había un chaval en lo suyo, tendría unos 19 años, el espejo en las divisiones del urinario donde se encontraba me ofrecía una vista completa, por el ángulo del reflejo, pude ver un buen trozo de carne sin circuncidar sacudiéndose al tiempo que terminaba. Que vista!

En los lavabos no le perdí de vista, observe hasta el mas mínimo detalle a través del espejo, no mas de 20 años, piel blanca, con un peinado relamido completamente hacia atrás lucia cabello quebrado de un color castaño claro, que le iluminaba cada facción de su carita de de niño bonito y coqueto, labios rojos y carnosos, cejas gruesas y pobladas, pestañas largas y onduladas, todo encajado en un cuerpo perfecto, delgado, espalda ancha, trasero rico y redondo y un paquete, que acababa de conocer, que se marcaba tremendo en los ajustados jeans azules deslavados que llevaba puestos, cada botón en la entrepierna de los jeans, era una invitación a no perderlo de vista, vestía una suéter color rojo que le ajustaba muy bien en esa escultural espalda, me deleite observando su abdomen un tanto marcado al quitarse mi amigo el suéter levantándosele en el acto la camisa rosa tipo polo que llevaba debajo, mostrándome al tiempo, una fina hilera de vello rubio que corría desde la parte baja de su pecho y se perdía en los ajustados jeans. ¡Este chaval me estaba derritiendo! Se quedo solo con la camisa rosa que le lucia perfecta y además dibujaba unos pectorales mmm no exagerados pero si trabajados y que estaban coronados por un par de tetillas, ¡que estaban como para morder! Salió del baño solamente dirigiéndome una mirada furtiva sin la mayor atención.

Salí del sanitario detrás el, lo ubique, se sentó a una mesa detrás de la nuestra. Compartía la mesa con otro chaval y dos niñas que seguro alcanzaban a penas los 18años. Mi amigo estaba muy caliente con una de las chicas, sin embargo poco después éstas se fueron y los dejaron solos. Diego –como escuché que le llamaban- tenía una mirada de lujuria reprimida, en esos lindos ojos color marrón, al verlas partir.

Jugamos cartas con mis amigos hasta cerca de la 1.30 de la mañana y entonces decidimos irnos. Diego seguía bebiendo con su compañero, y de hacho ya estaba algo pasado de copas. Mis amigos salieron del lugar, comente que tenia que ir al baño y que no me esperaran, nos despedimos.

-Perdón me regalas un cigarro? Me miraron los dos chavales con unos ojos que ya comenzaban a verse vidriosos por la desvelada.

-MMM…Claro –dijo Diego y me extendió la cajetilla.

-Sabes, yo conozco a Daniela –dije con toda la seguridad del mundo.

Había puesto suficiente atención a su plática como para saber que la chica con la que estaba cachondeando era Daniela y que se acababan de conocer en el lugar.

-Como? –me miro Diego fijamente a los ojos.

-Te puedo asegurar que te dijo que se tenían que ir porque el chofer de su papa estaba a la puerta del lugar y que si no se iban en ese momento su papa la mataría.

-Como sabes? Me pregunto al tiempo que me sentaba en su mesa.

Claro, lo había escuchado todo, no soy adivino, pero esto era parte de la estrategia para hacer plática.

-Mira guey (Expresión mexicana, para dirigirte a alguien de confianza) estas viejas creo que son las que le hicieron lo mismo a unos amigo hace un tiempo, nunca lograron nada con ellas solo se dan a desear para que les paguen la cuenta. –Como había sucedido con Diego y su amigo, y me había enterado también. Probablemente no era cierto todo lo que estaba diciendo, sin embargo, ya tenía cautivada la atención de mis dos nuevos amigos.

-Como crees guey! Me dijo Raul, el amigo de Diego, que por cierto no estaba de mal ver tampoco.

-Intenta llamarle mañana, yo espero equivocarme, porque mis cuates me dijeron

Después de casi dos horas de plática, parecía que nos conocíamos de hace años. Habíamos hablado de mujeres, experiencias con éstas, sexo, viajes, etc. Pude ver que Diego se había quedado caliente por el cachondeo con su amiguita, ya que, de vez en vez se tocaba el paquete deliberadamente cuando hablábamos de sexo. Estaba yo sentado junto a el, así que tenia una visión perfecta de su entrepierna, el bulto se le veía realmente apetecible cuando abría y cerraba esas duras piernas excitado por la plática. Casi eran las 4 de la mañana Diego estaba un poco más bebido que Raul. En este tiempo habíamos pedido una botella de tequila y yo estaba a cargo de servir las copas, y me ocupé de cargar un poco más las de Diego. Me enteré que iban a pedir un taxi para irse, que eran casi vecinos, que sus papas no les habían querido prestar el auto y que habían preferido pagarles el taxi de regreso, porque un mes antes habían chocado el lujoso auto del papa de Diego.

-Como creen que los voy a dejar irse en taxi, les doy un ride y se ahorran esa lana!

Les pareció una excelente idea. La verdad es que a esa edad, 19 de Diego y 18 de Raul y con unas copas encima, uno confía casi ciegamente en alguien que le acaba de invitar otra botella de tequila minutos antes.

Vivían a casi 15 minutos en auto, pase a dejar primero a Raul y finalmente a Diego, que vivía a unos 2 km más adelante.

-guey te has portado bien con nosotros –Me dijo con una voz un tanto extraviada por el alcohol.

-La verdad es que me cayeron bien tu y Raul. –contesté

-Oye Diego me dejarías pasar a tu baño? Le pregunté al tiempo que me estacionaba en la entrada que me había señalado.

-Si claro, estaciónate aquí

Entramos a su casa, era bastante grande, un amplio jardín con una fuente en medio y bastante árboles.

-Un amigo –dijo al soñoliento policía que se acaba de asomar de la caseta que estaba en la entrada principal de la residencia y que recién nos había abierto la puerta.

La estancia lucía oscura, sin embargo, estaba bien decorada, pude ver entre sombras, pasamos directo al segundo piso. Subimos unas escaleras de mármol y ya arriba atravesamos un largo pasillo. Mi amigo de ves en cuando se detenía de la pared, dado su estado era de esperarse. No prendió luz alguna para no despertar a nadie, según me explicó.

-Sabes, creo que algo me cayó mal, no me siento bien del estómago. Dije al llevarme la mano al abdomen.

-Ahí esta el baño guey –me señalo la puerta –no te me vayas a cagar aquí. Ja ja ja, reímos los dos.

Hice algo de tiempo en el baño, después salí y lo busque.

-Por acá –me hablo en voz baja para no despertar a su hermano menor que dormía, según me dijo en la habitación contigua –A tientas encontré la puerta de su recamara, ya que, seguíamos a oscuras y entre.

A la luz de una lámpara en un buró pude ver un cuerpo definitivamente perfecto, mi amigo se había quitado todo de la cintura para arriba y estaba recostado en la cama, sin zapatos, sin cinturón, tenia los jeans con dos botones desabrochado, sus dos manos sostenían su cabeza y dormitaba, sus brazos marcados por el trabajo en el GYM hacían juego perfecto con el vello rizado de sus axilas, casi podía percibir el olor de su desodorante, el fino vello de su abdomen se perdía ahora mas abajo en el elástico de un boxer blanco de marca, y su carita de niño travieso ahora estaba relajada.

-Creo que bebí mucho –dijo sin abrir los ojos, el aire me hizo mal, me siento mas mareado.

-Oye Cabrón te dejo caliente aquella niña verdad? –le pregunté definitivamente decidido a hacer mas tiempo y lograr algo mas.

-Si la verdad si, me la manosee bien rico y quería de menos que me lo mamara. –Sin abrir los ojos se toco el prominente bulto que se dibujaba en sus desabrochados jeans.

Me acerque a un paso de la cama donde estaba acostado y haciendo su mano a un lado masaje su carne por encima de esos ajustados jeans.

-Que pasa gueyyy! Abrió los ojos de golpe se incorporo un poco en la cama y me sujeto la mano alejándola torpemente de su paquete por la borrachera que traía.

-No andas caliente?

-Si cabrón, pero

-Te va a gustar

Tome su brazo con mi otra mano le hice soltarme y volví a tocar su bulto.

-Pero gueyyy, no

Seguí masajeando, no podía detenerme, se quedo como inmóvil, absorto y sorprendido observo mi mano subir y bajar por su paquete. Después de unos segundos reaccionó y me miró a la cara, sus pupilas estaban dilatadas, y temblaban levemente, demostrándome a leguas que la experiencia de mi amigo en este terreno era nula. Su carita de niño travieso ahora era de inseguridad.

-gueyy, no espérate –Me dijo en un tono de súplica –es que yo… este…no..no.. quiero –a penas articuló estas palabras y pude detectar también en esa ronca vocecita, cierta confusión, mi victima no sabía si relajarse y disfrutar o resistirse. El alcohol que ingirió horas antes fue mi cómplice, porque Diego estaba como sedado. Me senté en la orilla de la cama a su lado y al minuto de sobar tremenda herramienta sobre los jeans, simplemente se dejó hacer, después observé y tenía los ojos cerrados apretándolos fuertemente y con las manos a sus costados aferrándose a las sabanas de la cama como si su vida dependiera de ello, entonces desabotoné los 3 botones restantes del pantalón de mezclilla, mi amigo no me lo impidió. Sobre los boxers blancos puede admirar tremendo falo simi erecto hacia su lado izquierdo y en la punta, marcado sobre la tela de sus interiores ya se marcaba una mancha de liquido originada por su excitación. Sobé el pene de mi amigo sobre los boxers un momento mas y después me incline para con la lengua tocar la punta mojada de la tela, esto fue lo que detono la bomba.

-Ufffffffffffffffffffffffff, guey……que rico…..chúpamelo…-me ordeno.

Tome el elástico del boxer y libere semejante trozo de carne de su prisión, al instante me lo metí en la boca y con mi lengua empecé a acariciar el glande y a recorrerlo en todo su diámetro. Su pene era riquísimo, poco mas blanco que el resto de su cuerpo, rojo de la punta, ancho y venoso, las venas le daban un aspecto rudo a tremenda herramienta, sin embargo, todo el falo era suave y terso. Lo tome con delicadeza y hundí mi boca casi hasta el fondo, pude oler, ese aroma púbico que tiene un machito joven de esa edad, olía a lujuria cien por ciento.

-Eso es cómemelo todo, trágatelo. –Me decía al tiempo que empezó un vaivén con su cadera con lo que me empujaba semejante rabo erecto casi hasta al fondo de la garganta sentí rozar mi labio inferior los finos vellos que cubrían sus cojones llenos de leche. Poco a poco fui deslizando los jeans y el boxer mas y mas abajo con lo que quedaron al descubierto las duras y marcadas piernas de mi caliente amigo, al liberarse completamente de los jeans abrí poco mas las piernas dándome libre acceso a zonas mas privadas. Con la lengua alcance a recorrer todas su bolas, me metí una en la boca y luego la otra, Diego permanecía inmóvil aferrándose con su mano izquierda a las sábanas y ya con la derecha a mi nuca, deslice mi lengua hasta la parte baja de su escroto y lamí esa área entre el ano y los testículos.

-Uuuuuufffffffffff –su respiración era muy agitada y el movimiento de caderas apuntando hacia mi boca era cada vez mas intenso.

-Espera –Le corte su ya cercana eyaculación.

-No cabrón sigue, ándale, no pares, dame tu boquita, que las chupas de campeonato, ni mi vieja me lo mama así, dale, mámalo.

Acaricie semejante pedazo de carne de 18 centímetros con una mano y con la otra recorrí su abdomen, que con la luz de la lámpara y su color de piel parecía ser dorado, masturbe su mástil por unos segundos y después con mi mano libre me desabroche el cinturón, liberé el botón de mi pantalón del traje y baje mi ziper, mi falo estaba que reventaba de excitación. Ahora tocando su pene con una mano y con la otra masajeando el mío me metí de nuevo su herramienta en la boca, Diego abrió los ojos y me miro a la cara.

-guey me dejas cojerte?

Mi caliente amigo estaba al máximo de excitación, me estaba pidiendo que lo dejara penetrarme. Simulé que no escuche, sin embargo, a pesar de que en ese mismo instante le pagaría para hacerlo, decidí llevarlo al borde de la locura sexual haciendo crecer mas su lujuria y que llegara el momento en el que me suplicara que lo dejara penetrarme. Acelere más el ritmo de mi mamada al tiempo que con una mano lo masturbaba y con la otra acariciaba sus velludas y duras piernas.

-Te han dado por el culo putito?

Sus palabras al tiempo que me excitaban mas y mas a el lo alimentaba de superioridad, lo que clásico macho siente al recibir una mamada bestial. Su respiración era mas agitada, toque su pectoral izquierdo y descubrí que tenía un latido super acelerado.

-Cabrón déjame culearte!!!

Disminuí ahora el ritmo de mis lamidos y con la lengua suavemente empecé a recorres su abdomen, desde el ombligo, pasando por la punta de su pene, sus colas y hasta llegar al ano. mi machito caliente, dio un salto y abrió, por reflejo un poco mas las piernas, lo que me permitió confirmar que ese culito era completamente inexplorado.

-guey espérate, salte de ahí, es propiedad privada!!!

Con una mano lo seguí masturbado me incline entre sus piernas y me jalo los cabellos como tratando de hacerme salir de ahí, sin embargo, su calentura lo venció, me dejó hurgar su ano con la lengua. Que rico culito! El cabrón tenía un culo virgen , pero no por mucho tiempo, comencé a jugar con un dedo en la entrada de su esfínter y trató de impedírmelo, al momento, saque el dedo, le di una mamada y se relajó y entonces meti el dedo hasta adentro de un jalón. Diego dio un grito ahogado que seguramente su hermano en la habitación de a lado escucharía. Observe su cara y tenía lágrimas en los ojos, mi amigo quedo como débil después de semejante dedazo en el culo y seguía sedado por el tequiala de hace un rato.

-guey nooooo, me duele!!!, sácalo, sácalo.

-Esta bien lo voy a sacar despacio, despacio, pero relájate para que no te duela.

Comencé a mover mi dedo dentro, lo giré y lo sacaba poco a poco mientras seguía mi tarea con la otra mano dándole tremenda masturbada. Todo esto generó un conjunto de sentimientos en Diego que ni el mismo se explicaba que sentía, si excitación, dolor, miedo, no lo sabía. Al casi ya haber sacado en su totalidad mi dedo índice de su trasero, lo volví a clavar y esta vez se fue todo.

-ahhhhhhhhhhh, gu, dijiste que lo ibas a sacar, ya déjame. Me siento mal, creo que voy a vomitar. Se incorporó, lo dejé y se fue en dirección al baño, que se encontraba a un costado de su guardarropa en la misma habitación. Mi amigo realmente estaba mal, ya que, escuche en el baño como volvía el estomago, creo, que tanta excitación tenía que tener una respuesta en su organismo y como no estaba acostumbrado a que le metieran dedos en el culo, pues vomitó.

Me acerque sigilosamente al baño y lo vi, lucia inclinado en el lavabo y exhibía ese rico trasero, duro bien formado me acerque por detrás con el pene erecto a mas no poder por semejante visión, lo sujete por atrás coloque mis manos alrededor de su abdomen y lo aprisioné a mi cuerpo fuertemente, al tacto con mis manos dió otra arcada y casi vomitaba de nuevo.

-gueyyyyy, no de verdad, déjame, ya…por favor.

Mi lujuria pudo mas y entonces ante semejante indefensión de mi victima. Lo violé, en su propia casa, en su propia recamará, en su propio baño. Con mi mano izquierda sujete su abdomen apretándolo lo mas que pude contra mi y con la otra acomode la cabeza de mi verga que estaba a punto de estallar en la entrada de su culo. Los minutos siguientes fueron gloria para mi y un infierno para el, sin embargo nuestros cuerpos se fusionaron de tal forma que después de haber dado la primer envestida penetrando la mitad de mi pene en su intestino paro de vomitar y se entregó a mis deseos. Apoyando sus dos manos en el lavado y con sus caderas completamente a mi disposición, lo hicimos por cerca de diez minutos. Mi amigo seguía mareado por el efecto de alcohol lo que me facilito la tarea de convertir a este machito en un niño dócil.

-ah ah ah ah, eran los pocos sonidos que lograba articular mi putito.

Podía admirar su rostro a través del espejo, que todo lavabo tiene, su cabello despeinado, su frente llena de sudor, su boca con residuos de saliva y lagrimas por las mejillas. Todo mi carajo estaba en su interior 15 centímetros de carne ardiente le estaba quemando a Diego en su interior, mis cojones chocaban contra sus nalgas en una armoniosa envestida y nuestros sudores se encontraban justo en su raja y se deslizaban hacia abajo para lubricar la entrada de mi falo en su esfínter. La calentura fue tanta que al momento siguiente diego ya se movía en dirección y en ritmo a la tremenda culeada que le estaba dando.

-guey, -Me dijo el tiempo de que detenía mis envestidas con una mano.

-Queee? -Pregunte con un tono de impaciencia, ya que estaba cerca de acabar.

-Quiero darte por el culo ahora yo!

Sus palabras fuero la confirmación de que esto ahora ya no era una violación, sino que, ahora el también lo deseaba, deseba vengar su virginidad y darme ahora a mi la lección con tremendo falo de 18 centímetros, venoso y grueso. Saque mi pene de su culo, cosa que hice con delicadeza, ya que, en cualquier momento me correría, pude ver que su culo estaba roto, al sacar mi falo, escurrieron por sus piernas gotas de residuos de mi líquido seminal y su sangre que se había mezclado en su interior.

-ve a la cama! -me dijo en tono imperativo.

Salí del baño y el enseguida de mi. Me senté en la cama y el se paro justo enfrente de mi con su pene flácido y entonces me lo metí a la boca dándole tremenda mamada o través. En dos minutos su pene ya tenía tremenda erección que me asustó. Se deslizo justo por encima de mi y me hizo acostarme en la cama quedando nuestros rostros frente a frente a escasos cinco centímetros de distancia, no nos besamos, pero en ese momento hubiese dado mi vida por besar esos ricos labios carnosos que adornaban esa carita de niño malcriado.

Con su cabello colgando en su frente y escurriendo de sudor me levantó las piernas y las coloco justo en sus hombros. Los papeles ahora se habían invertido yo estaba a su disposición, con mis ojos observando fijamente su rostro, el observando el mío, su pene en la entrada de mi ano y con un curioso de 17 años en la puerta de la entrada de la recámara, ahora todo se tornaba mas interesante.

-Diego!!! –Exclamo su hermano que acababa de asomarse a la recámara y observaba con atención.

-Carlos!!! –Que haces levantado? Se incorporo soltando mis piernas y dejándolas caer al piso.

-vete a tu cuarto, aquí no paso nada! Esta claro? –dijo en tono severo Diego a su hermano menor.

-Pero, pero guey te estas cojiendo a ese guey??? Eres?

-No Carlos, haber, entra – le ordeno ahora mas exasperado que antes, cerrando la puerta del cuarto. -Pude ver en los ojos de Diego que podía haber matado a su hermano en ese mismo momento para silenciarlo para siempre y no se supiera lo que estaba pasando entonces.

Me cubrí con las sabanas de la cama y me acosté tímidamente a observar cual sería el desenlace de todo esto, yo pude haberme vestido en ese instante y largarme de ahí, sin embargo algo me decía que algo pasaría.

-Mira Carlos todo esto es un error, así que, vas a salir de aquí y en la vida hablaremos de lo que viste, te quedo claro?

-Diego, pero, pero, yo… quería, mejor dicho, no se como decirlo.

-Queee Carlos?

-Quiero ver como te cojes a este cabrón. Soltó el chaval hermano de mi semental.

Se hizo un silencio en el cuarto