Conociendo a mis hijos (3)
En ese mismo instante se me vino a la cabeza la idea de que esto fuera un plan tramado por mi hijo y su amigo para pasar la noche juntos.
CONOCIENDO A MIS HIJOS (III)
Cuando terminé de darme una segunda ducha fui al cuarto a ponerme algo de ropa cómoda para después ir al salón con los muchachos. Me puse una camiseta blanca y unos pantalones cortos bastante cómodos que, la verdad, me marcaban todo el paquete.
-¿Qué tal va la partida?-pregunté a los chicos al llegar al salón.
-¡Bien papi!-contestó Andrés sin levantar los ojos del televisor.
Luis me miró y me guiñó un ojo mientras una sonrisa se dibujó en su cara. La verdad es que lo habíamos pasado de lujo un rato antes.
-Oye papá, tengo que comentarte una cosa-me dijo Andrés.
-Dime hijo.
-¿Se puede quedar Quique a pasar la noche en casa? Es que sus padres se han ido de viaje esta tarde porque su abuela está enferma y se quedará solo esta noche.
-Sí, hijo, no hay problema, aunque ¿Dónde va a dormir?-le pregunté ya que en la casa sólo había tres dormitorios, el mío y el de cada uno de mis hijos.
-Por eso no te preocupes papá, puede dormir perfectamente en mi cama.
-O puedo traerme mi saco de dormir si no hay sitio-comentó el muchacho.
-No hombre, no hay problema en que duermas con Andrés, si en esa cama dormiréis bien los dos esta noche-dije.
En ese mismo instante se me vino a la cabeza la idea de que esto fuera un plan tramado por mi hijo y su amigo para pasar la noche juntos. Es el momento idóneo para descubrir si mi hijo Andrés es gay o no. Aunque si en verdad lo fuera, Quique es un muchacho bastante bello como para ser la pareja de mi hijo.
La noche siguió, los chicos jugando a la consola y yo mientras leía un libro, o hacía como que leía, ya que no podía despegar ojo de aquellos tres chicos que estaban en mi casa jugando como niños pero con unos cuerpos realmente espectaculares. Llamamos para que nos trajeran comida de un chino, nos inflamos de comer y acabamos los cuatro a punto de explotar.
-Yo me voy a ir a la cama ya-dijo Luis, se acercó a mí y me pasó su mano por mi cabeza con un gesto de cariño-. Buenas noches viejo.
-Buenas noches-contestamos los tres a la vez.
-Papá, Quique y yo también nos vamos a ir ya a la cama-me dijo mi hijo Andrés.
-¿Ya?, ¿Tan pronto?-pregunté-. Yo que tenía pensado abrir una botella de whisky que tenía guardada desde hace mucho tiempo, y ahora que se ha acostado el menor de la casa, podíamos abrirla.
Ambos se miraron a la cara y al final decidieron quedarse un rato para tomar un trago conmigo. Yo me dirigí hacia el mueble donde tenía guardada la botella y los vasos.
-Bueno, aquí está, espero que os guste-les dije mientras les servía una copa.
-Gracias-contestaron ellos.
Durante la primera copa el tema de conversación fue sobre temas variados, sobre el baloncesto, los estudios, etc., yo con toda mi intención les serví un segundo trago y abrí el tema de conversación con una pregunta más subidita para calentar el ambiente:
-¿Y bueno Quique, tú ya tienes novia? Porque mi hijo Andrés me ha comentado que no, ni quiere-le pregunté al muchacho el cual se quedó un poco cortado ante mi pregunta.
-No señor, la verdad es que las tías son un poco raras.
-Ja,ja,ja-reí-. Esas mismas palabras son las que me ha dicho mi hijo Andresito.
-¿Ah sí?-preguntó el chaval clavando la mirada en Andrés.
-Sí-contestó Andrés asentando con la cabeza.
-Bueno, pero hoy en día no todo es tener novia. Lo más normal también es tener novio, porque hay muchos chicos en el mundo que son gays, ¿o no creéis?-le pregunté a los dos dando a ver mi doble intención.
-Pues sí, hay bastantes gays por ahí-contestó Quique quien no dio mucha importancia al asunto.
Me di cuenta que a Andrés parecía que se le había comido la lengua un gato, con la cabeza agachada no me miraba ni se inmutaba por la conversación.
-Andrés hijo, ¿te ocurre algo?-le pregunté.
-Sí papá, es que creo que no me está sentando bien el whisky, creo que es mejor que nos vayamos a la cama ya-dijo mientras agarraba a Quique del brazo y lo levantaba del sofá.
-Vale, como quieras-contestó el otro que se encaminó detrás de él.
-Bueno hijo, si te sientes mal será mejor que te acuestes. Buenas noches-dije mientras desaparecían por el pasillo.
Yo me quedé viendo un rato la tele con la intención de que cuando fuera para mi cuarto escuchar detrás de la puerta de Andrés por si podía percibir algo. Y así lo hice.
Apagué la luz del salón y se quedó la casa a oscuras. De camino para mi cuarto vi cómo la luz del cuarto de Andrés permanecía encendida. Acerqué mi oído a la puerta y presté toda la atención del mundo para escuchar la conversación que mantenía mi hijo y su amigo.
En el cuarto de Andrés:
-Oye, me cae muy bien tu padre, llevaba tiempo sin hablar con él-dijo Quique.
-Sí-dijo Andrés un poco pensativo.
-¿En qué piensas?-preguntó.
-No…es que…no sé qué le ocurre a mi padre. Hoy me preguntó si me masturbaba, tal y como te ha comentado, esta noche te pregunta a ti que si tienes novia, no sé, mi padre nunca ha entablado ni conmigo ni con mi hermano ningún tema de conversación de este tipo.
-Pero bueno, por eso no te tienes que preocupar. El pobre hombre se pensará que ahora es el momento para hablar de estos temas, aunque viene con unos añitos de retraso.
-Ya-contestó resignado.
-Oye, Andrés…
-Dime.
-Verás, es que… llevo tiempo que quiero comentarte una cosa, y como eres mi mejor amigo, quiero que seas el primero en saberlo.
-Joder, dime tío-dijo casi preocupado incorporándose en la cama.
-Verás, tú sabes que yo no tengo novia, ni nada por el estilo. Pero, la verdad es que llevo un tiempo que me siento atraído por alguien.
-¿Por quién?
-A ver, Andrés, lo que te quiero decir, es que,… -se hizo un silencio.
-Venga Quique, que eres mi colega macho.
-¡Tío es que me da vergüenza!....Verás, yo…, yo… creo…no…yo soy gay.
-Ja, ja, ja-reía Andrés. ¿Y por eso tienes que liar tanto? Joder, que no es una cosa del otro mundo-le dijo sonriendo.
-¿En serio no te molesta ni nada?-preguntó aliviado.
-¡Qué va hombre!, pero ¿has mantenido ya relaciones con algún tío?-preguntó Andrés.
-No, eres a la primera persona que se lo digo. Es que hace ya varios años que no hago más que fijarme en los tíos, y paso totalmente de las tías, y entonces… por eso creo que seré gay.
-Muchas gracias amigo-dijo-… Oye… ¿y hay algún chico que te atraiga?-preguntó con curiosidad.
-Sí, la verdad es que sí, pero no me pidas que te lo diga…-le suplicó Quique.
-Vale, pero pensaba que ya que tenías la confianza en mí como para decirme que eres gay, también me podías decir quién es esa persona-le dijo.
-Es que, no es fácil Andrés… decir esto no es fácil… -se hizo un silencio-.
-Bueno, no te preocupes.-dijo mi hijo para calmarlo.
-Está bien… te lo diré…¡Eres tú!-dijo Quique sonrojado mirando a la cara de Andrés para ver su reacción en el momento en que le revelaba aquello.
-¿Qué?-preguntó Andrés sin saber qué hacer ni decir en aquel instante.
-Sí, Andrés, eres tú, eres tú el tío que me gusta, y mucho Andrés. Eres mi mejor amigo, mi colega, mi confidente, el único que sabe todo sobre mí, por eso no quiero que esto sea motivo para que tengamos que dejar de ser amigos, por el hecho de que tú a mí…
En ese instante Andrés le dio un abrazo a su amigo Quique, un abrazo que jamás le había dado a nadie. A Quique se le dibujó una cara de felicidad al sentir cómo su amigo lo abrazaba y no le preocupaba nada de lo que él le había dicho. Era un amigo de verdad.
Pero ese abrazo no quedó ahí, ambos se quedaron mirando fijamente durante un buen rato…
-Eres mi mejor amigo, ¿lo sabes?-dijo Andrés-. Y en ningún momento dejarás de serlo, aunque yo sea el macho que te guste, ja, ja, ja-reía.
Ambos comenzaron a reírse, Quique al ver que Andrés lo aceptaba tal como era se atrevió y le dio un beso en los labios a su gran amigo.
-Lo siento-dijo mientras retiraba la cara.
-Espera, espera-dijo Andrés.
-¿Qué?-preguntó Quique.
-Joder, ya que has sido capaz de robarle un beso al tío que te mola qué menos que se lo des en condiciones, ¿no?-le dijo Andrés, lo que provocó que Quique se quedara atónito-.Además, no todos los días me besa un tío, je je.
Al momento se fundieron en un beso maravilloso, un beso apasionado. Dos amigos que lo estaban compartiendo todo ahora también estaban compartiendo sus labios, se querían, era una amistad maravillosa.
Andrés sabía que él era el chico que rondaba los pensamientos de su amigo Quique. Pero no quería ir más allá de lo de esa noche, dejó que las cosas ocurrieran cuando fueran, pero esa noche tenía suficiente con que su amigo le abriera el corazón como lo había hecho.
-Creo que será mejor que durmamos, ¿no crees?-preguntó Andrés.
-Sí, hasta mañana amigo-contestó Quique.
-Hasta mañana.
Me dirigí a mi cuarto pensando en todo lo que había escuchado desde el cuarto de mi hijo Andrés. Su amigo le había revelado su gran secreto. Le había abierto su corazón. En verdad, si mi hijo Andrés fuera gay, ¿no se lo habría contado también a su gran amigo en aquel instante?, bueno… ya conseguiré saberlo, pero eso ya será otro día.