Conociendo a mis hijos (21)
¡Eras mi tío! ¡Te quería tanto!-
Muchas GRACIAS por vuestros comentarios y valoraciones. Estaré eternamente agradecido. No sabía que el publicar relatos me haría conocer a 3 personajitos que son GRANDES, andres, Roxanne y Rofacale. Sois mis TRES DIOSES. Gracias de verdad por todo...
CONOCIENDO A MIS HIJOS (XXI)
Me levanté antes que sonara el despertador. Había dormido de lujo, no sé si por lo ocurrido anoche con mi hermano o el estar feliz por él, al menos sabía que su chico estaría a su lado apoyándole. Me di una ducha rápida, me vestí y me dirigí a la cocina a preparar el desayuno.
-Hola papi-me dijo Andrés mientras entraba en casa.
-Hola hijo, buenos días-se acercó a mí y me besó en la mejilla, ¡siempre tan cariñoso!
-¿Cómo van los estudios hijo?-le pregunté
-Bien, bien, oye papá, ¿te importa si me quedo en casa de Quique un par de días?, así podemos aprovechar más y estudiar juntos no es igual que solo, así podemos resolvernos las dudas y demás, y como sus padres aún no han vuelto porque su abuela está enferma…-mi hijo me explicaba… le notaba nervioso, ¿qué le pasaba?
-Hijo… claro que puedes… pero antes… ¿puedo hacerte una pregunta?
-Claro papi…dime- mi hijo me miraba.
-Yo sé que Quique es muy buen amigo tuyo… y… no sé… la verdad es que vuestra amistad es bastante fuerte… pero lo que quería saber hijo…¿hay algo entre Quique y tú?-acabé por preguntar.
-Ja,ja,ja-reía mi hijo.
-Perdona hijo… no sé… es que…, me vas a matar, puede que te enfades conmigo por lo que te voy a decir, y estás en todo tu derecho-le dije. A mi hijo le cambió en segundos la cara. Su sonrisa se volvió seria.
-¿De qué me estás hablando papá?-preguntó serio.
-Verás hijo… la otra noche que se quedó Quique a dormir en casa… os escuché hablar-le confesé.
Andrés estaba sorprendido, pero una mueca de seriedad reflejaba su rostro.
-¿Qué escuchaste papá? Ya eres mayorcito para escuchar tras las puertas-me preguntó a la vez que subía su enfado.
-Verás hijo… escuché la confesión de Quique-cuando se lo dije Andrés agachó la mirada.
-O sea… ¿qué sabes?-me volvió a interrogar.
-Que es gay… y que le gustas…-terminé por decir.
-Pues eso es papá… es mi amigo, es gay y le quiero más que a nada. Y bueno, tenemos una amistad muy grande y lo protegeré con capa y espada ante cualquiera que intente hacerle daño-me decía mi hijo y me dejaba asombrado, se notaba seguro de lo que decía, pero aún así, notaba algo raro en su mirada, era su padre.
-Vale hijo… no digo que ser gay sea malo… de hecho tu tío lo es y mira…-le dije a mi hijo.
-¿Cóomo?-preguntó Andrés asombrado.
-Bueno… no te lo debería haber dicho hijo…lo siento, mejor eso lo hablas con él-le dije.
-Voy a recoger algo de ropa, ahora vuelvo-me decía dirigiéndose a su cuarto algo nervioso.
Comencé a preparar el desayuno, preparé unos zumos, café, y unas tostadas. Hoy seríamos cuatro para desayunar.
-Buenos días Roberto-me dijo mi hermano entrando en la cocina.
-Ey… buenos días hermano…¿qué tal dormiste?
-De lujo, dormir junto a la persona que quieres, es como estar en el cielo.
-Es verdad… oye me alegro mucho de que haya venido a por ti Fer, se nota que te quiere-le dije.
-Ya… pensaba que me iba a ir peor… y mira… me sorprendió cuando me llamó preguntándome por la dirección de la casa…no me creía que estuviera aquí-me dijo mi hermano.
-Je, je, tu sobrino está en su cuarto, ha venido a por algo de ropa-dije a mi hermano.
-Ok, voy a hablar con él, tengo que contarle algo que tú y yo sabemos-me dijo. Me sentí mal, yo ya me había adelantado a él, le había quitado el derecho de explicarse, espero no haberla cagado.
-¿Puedo entrar?-preguntó Carlos.
-Sabes que no eres bienvenido-le dijo Andrés con algo de ira mientras buscaba ropa en el armario.
-Andrés, por favor, te suplico que me escuches, quiero hablar contigo. Solo te pido unos minutos, por favor-dijo Carlos entrando y cerrando la puerta.
-¿Unos minutos, unos minutos? ¿Acaso tu me dejaste a mí unos minutos, para al menos defenderme?... ¡te odio!-dijo entre dientes y con rabia en sus ojos, una lágrima comenzaba a recorrer su mejilla.
-Andrés, no te puedes imaginar lo mal que me he sentido todo este tiempo, te hice daño, y sé que ya es tarde…
-Sí es tarde…¿y ahora me vas a pedir perdón? –Andrés no podía mirar siquiera a su tío a la cara, el dolor que sentía por él volvía de nuevo a su corazón, ¡cómo necesitaba a Quique en ese momento!
-Andrés… siéntate por favor… quiero contarte algo… es muy importante…. Hoy me marcharé y no quiero irme sin hablar contigo-suplicaba su tío. Andrés optó por escucharle, al fin y al cabo quería escuchar su perdón.
-Te escucho…-dijo Andrés sentándose y cruzándose de brazos.
-Verás… lo que ocurrió estuvo mal Andrés… muy mal… aquella noche yo estaba borracho y…¡maldita sea… mi otro yo hizo todo eso!...
-¿Tu otro yo?... já, no hagas que me ría por favor, suenas patético.
-Es cierto Andrés, verás cuando estoy excitado, es como si me poseyera otro ser, no soy yo, soy otro yo. Hago cosas de las que luego me arrepiento. Me dejo llevar y no sé… sé que no es escusa para disculparme, sé que te hice mucho daño, sé que aquello no estuvo bien. Y sé que me arrepiento muchísimo Andrés. ¡No sabes cómo daría por volver atrás en el tiempo a aquella noche, y en lugar de hacerte daño decirte lo mucho que te quiero, lo mucho que siempre te he querido, lo mucho que te querré!-una lágrima empezaba a caer por su rostro-Verás… soy gay Andrés-confesó de golpe.
-¿Y?
-Sólo quería que lo supieras, conocí a alguien, y estoy enamorado de él. Y por esa razón, dejé a tu tía, no podía seguir engañándola, y no sabes lo mucho que me duele el hacerle daño. Mi corazón no podía más, no podía seguir con la mujer que estaba casado y la persona de la que estaba enamorado no podía seguir conmigo si no cambiaba, además, tú estabas siempre en mi recuerdo y todo lo que te hice. Has sido el peor error que he cometido en mi vida, a la persona que más daño habré hecho y sé que no puedo remediarlo, porque el daño ya ha está hecho pero por favor… perdóname-y se puso a llorar.
Andrés se conmovió con las palabras de su tío. Lo tenía ahí, suplicándole perdón, confesándose con él. A pesar de que le había hecho mucho daño, era su tío, siempre le había querido, pero a partir de aquella noche, todo el amor que sentía por él, se transformó en odio, en ira, y ahora, de nuevo, ese amor empezaba a brillar como un haz de luz en su corazón. Andrés no podía soportar más las lágrimas que salían de sus ojos, quería a su tío, le había hecho daño, pero perdonarle… borrar todo el sufrimiento que ha pasado… Se puede perdonar a una persona que se quiere por mucho daño que te haya hecho pero olvidarse… eso jamás.
-Me hiciste mucho daño, me sentí sucio, vacío. Hubo días que no comía, no dormía. Me venía a la mente una y otra vez todo aquello que me hiciste. Te apoderaste de mí sin mi consentimiento. ¡Eras mi tío! ¡Te quería tanto!-decía Andrés llorando-pero aquel día perdí todo. Mi juventud se acabó en aquel momento. Pero…¿sabes una cosa? Ahora soy feliz. Y me das pena, mucha pena. En el fondo no te mereces sufrir, y si fuera un egoísta te haría sufrir tanto como yo he sufrido o más. Podría salir ahora mismo de mi cuarto y decirle a mi padre que me violaste pero ¡No! Os queréis demasiado. Sé todo lo que habéis pasado el uno por el otro y eso está por encima de todo, por encima de mí y de Luis. Y bueno… sé que no lo estás pasando bien, si te sirve de consuelo para tu alma, te perdono, pero jamás olvidaré todo el daño que me hiciste. Me dolerá siempre, pero puedes irte tranquilo.
-Gracias Andrés… no sabes lo mucho que me ayudas en este momento…los errores se pueden arreglar y ese había sido el mayor error de mi vida y quería arreglarlo. Es también uno de los motivos por los que había venido, pero no había tenido oportunidad de hacerlo, porque no te había vuelto a ver. Pero de nuevo, gracias por darme tu perdón. Te quiero sobrino.
Carlos extendió los brazos y Andrés aunque algo dudoso se dejó llevar por aquella chispa de amor que sentía por su tío y le abrazó. Tras este abrazo después de tanto tiempo entre tío y sobrino volvieron al salón.
-¿Qué tal todo?-pregunté.
-Bien…-contestó Andrés-he estado hablando con mi tío…-miró a Carlos a la cara y éste sonrió.
-Es que no había tenido oportunidad de hablar con mi sobrino favorito-dijo mi hermano.
-Ya…
-Buenos días a todos-dijo Fernando que llegaba al salón.
-Emm.. buenos días Fer-dije.
-Buenos días cielo-dijo mi hermano que se acercó a él y posó un beso en sus labios.
Andrés estaba un poco sorprendido.
-Andrés… éste es Fernando…-le presentó mi hermano.
-Encantado…no sabía que estabas aquí… ¡vaya sorpresas por la mañana!-decía mientras daba la mano a la pareja de su tío.
-Venga… vamos a desayunar.
El desayuno corrió entre risas e historias. Recordando momentos vividos entre mi hijo y su tío en ocasiones cuando venía a visitarnos. Fernando reía. Se les veía felices a los tres. Me alegraba por ellos.