Conociendo a mis hijos (20)
Me dirigía por el pasillo hacia mi cuarto y unos gemidos empezaron a llegar a mis oídos. Provenían del cuarto de mi hijo Luis.
Gracias a todos por vuestros comentarios y valoraciones. En espacial a los que ya lo saben.. Un abrazo.
CONOCIENDO A MIS HIJOS (XX)
-¿Qué haces guapo?-dijo Andrés a su novio posando su barbilla en su hombro mientras miraba el ordenador.
-Leo un relato… -dijo mirándole a la cara-…¡me tiene enganchado!...ya te contaré de qué va.
-Mañana le he dicho a mi padre que iré por la mañana a casa, antes de que se marche a trabajar, tengo que decirle que me quedaré aquí un par de días para preparar los exámenes, espero no encontrarme con mi tío.
-¿Quieres que te acompañe?
-No te preocupes, mejor quédate aquí, no tardaré mucho y tampoco quiero que madrugues sin necesidad, mi padre se marcha sobre las 8 así que tendré que madrugar bastante mañana.
-Bueno como quieras-dijo su amigo dándole un beso en la mejilla.
-¿Carlos?-pregunté nada más entrar a casa, no recibí respuesta. Vaya, mi hermano no estaba en casa, habría salido. Ahora lo necesitaba para hablar un poco y olvidarme de todo lo que me liaba la cabeza.
Me dirigía por el pasillo hacia mi cuarto y unos gemidos empezaron a llegar a mis oídos. Provenían del cuarto de mi hijo Luis. Acerqué el oído para escuchar mejor, y pude reconocer aquella voz cuyos gemidos se escuchaban en toda la casa ¡era mi hermano! ¡Mi hermano estaba follando en el cuarto de mi hijo¡ Pero… mi hijo no podía ser… se acababa de marchar, yo mismo había hablado con él. De pronto una tremenda curiosidad por saber quién estaba en aquel cuarto con mi hermano invadió mi cuerpo. Coloqué mi mano en el pomo de la puerta y la abrí.
La imagen que me encontré me dejó boquiabierto. Mi hermano estaba en la cama a cuatro patas y un Dios del propio Olimpo estaba follándoselo salvajemente. Sus cuerpos estaban sudados, el hombre embestía a mi hermano con aquella polla que se veía de gran tamaño. Tardaron unos segundos en darse cuenta que yo había entrado en la habitación.
-Hola hermanito-me dijo entre gemidos. Su cara de placer me dejó sin palabras.
-Ho…. hola-no podía articular palabra.
Mi polla dio un respingo en mi pantalón, aquella situación era lo más que había vivido nunca. Ver a mi hermano siendo follado por un macho como aquel, me había excitado demasiado.
-¿Te vas a quedar ahí mirando?-preguntó mi hermano.
-Puedes unirte si quieres-dijo aquel tío que no dejaba de follarse a mi hermano.
-Venga hermanito, lo pasaremos bien-me dijo Carlos.
Me quedé paralizado, en aquel instante no sabía cómo reaccionar, me… me estaban pidiendo que me uniera a ellos. Inconscientemente mis manos se dirigieron a mi camisa que la comenzaron a desabrochar, en pocos segundos ya estaba totalmente desnudo delante de ellos. Mi polla erecta iba a reventar. Me acerqué a ellos, mi hermano me agarró la polla con una mano, me la llevó hasta él y se la metió en la boca. ¡Ahhh…. Cómo me gustaba! Comenzó a comerse mi polla de forma salvaje. Con cada embestida que recibía de aquel tío se la metía más al fondo. Me agarró del culo con sus dos manos y se dejó follar por sus dos agujeros.
-Ummm…. Sí… sí…más fuerte-gemía mi hermano.
Aquel tío era realmente espectacular. Era muy guapo, rondaría los treinta y pocos. Tenía un cuerpazo. Un pecho bien desarrollado y unos abdominales de infarto. Y para lo poco que había visto, se notaba que también tenía una buena polla entre las piernas. Se follaba a mi hermano incansablemente, y eso me excitaba aún más. Mi hermano, siendo follado por mí y por aquel macho. Aquello no lo podía aguantar y decidí sacar la polla de su boca, quería disfrutarlo y si la dejaba, me correría en breve.
Me acerqué a donde estaba ese tío follándose a mi hermano. Contemplé con detenimiento como aquella polla entraba y salía de su ano. Aquella verga se hacía paso en el interior de su culo sin dificultad alguna. El culo se apoderaba de ella y por segundos la dejaba salir para de nuevo recibirla.
-¿Quieres follártelo tú?-me preguntó sacando la polla de su culo. El ano de mi hermano estaba totalmente dilatado, me coloqué detrás de él y se lo introduje de golpe.
-Ummm.. sí hermanito… fóllame fuerte-decía mi hermano entre gemidos.
Comencé a follármelo bien duro. El otro macho se puso donde yo estaba dándole polla a mi hermano por su boca, le agarró por la cabeza y se lo follaba bien fuerte, mi hermano en ocasiones daba arcadas, la saliva le salía de la boca. Sacaba por momentos la polla de la boca reluciente y chorreante de babas y de nuevo se la metía en su boca. ¡Buaff eso era lo más!
Después de un rato bombeando el culo de mi hermano los huevos me comenzaban a doler del choque con su culo.
-¡Os quiero a los dos dentro!-dijo en un momento de sobrexcitación mi hermano-Túmbate bocarriba hermanito-me ordenó, a lo que obedecí.
Me tumbé en la cama con mi polla bien erecta apuntando al cielo. Mi hermano se colocó encima de mí y se metió la polla de golpe. El tiarraco se colocó detrás de él. Apuntó a su ano que ya estaba ensartado por mi polla, comenzó a empujar y fue entrando lentamente. Mi hermano soltó un quejido…¡Ah… me partes!-dijo. El tío siguió metiendo su buena verga. En aquel instante yo estaba flipando, ¿Cómo era posible meterse dos pollas de aquel calibre en ese culo? ¿Para tanto daba? Notaba como su polla rozaba la mía y poco a poco iba entrando en su interior. Yo apenas podía moverme porque tenía a mi hermano encima pero notaba como nuestro acompañante empezaba a entrar y a salir del interior de mi hermano. Le miré a la cara, Carlos tenía los ojos cerrados, su cara era de placer, un placer intenso. Se mordía los labios del gusto que sentía. Me acerqué lentamente a él y comencé a lamerle el cuello, a acariciarle el pecho y a pellizcarle los pezones. Carlos abrió los ojos, se acercó a mí, y me besó.
-Me voy a poner celoso-dijo con una sonrisa el otro tío cuando nos vio besarnos.
-Tú sabes que yo te pertenezco a ti-dijo mi hermano lo que me dejó un poco asombrado.
-Ya me explicaréis todo esto…dije… pero ahora sigue con esta buena follada… te vamos a preñar los dos el culo hermanito-le dije. Me asombré a mi mismo ¿Cómo podía haber dicho aquello? Pero la situación era tan excitante que no podía más.
-Me voy a correr-avisé.
-Y yo Carlitos… te voy a llenar-dijo el otro tío.
Unos segundos después estábamos los dos gimiendo y nuestras pollas comenzaron a llenar el culo de mi hermano. Nuestras leches se mezclaron en su interior. Y nuestras vergas se seguían rozando mientras se lubricaban mutuamente de nuestros espermas.
Nuestro compañero salió del interior de mi hermano y mi polla que se empezaba a desinflar también salió. Mi hermano se puso en pie en la cama, tenía la polla que le iba a reventar. Comenzó a pajearse…
-¿Quién quiere bibe?-preguntó.
A mi nuevo desconocido le faltó tiempo para aferrarse a la polla de mi hermano, comenzó a mamársela. Al verlo me entró un poco de envidia, quería probar también la polla de mi hermano. Me incorporé y me acerqué a ellos…
-¿Quieres también hermanito?-me preguntó con lujuria. A lo que afirmé con la cabeza.
Mi compañero dejó de mamarle la polla a mi hermano, la tomé con la mano y me la introduje en la boca. Comencé a mamársela fuertemente. Notaba el roce de su piel con mis labios y como el glande llegaba a tocar el final de mi boca. Tenía muy buen tamaño la polla de mi hermano. Mi compañero se acercó a mí, yo seguía mamando el glande de mi hermano y él se centró en sus huevos. ¡Estábamos haciendo una doble mamada! ¡Cómo me gustaría estar en el cuerpo de mi hermano! Seguíamos mamando, alternábamos, yo bajaba hasta los huevos y él se deleitaba con el capullo para luego los dos besarnos con el glande entre nuestros labios. ¡Qué morbo de situación!
-Me voy a correr…-dijo mi hermano
Mi compañero me tomó de la cabeza, juntamos nuestras caras y nos preparamos para recibir la leche de mi hermano que salió a borbotones llenándonos nuestras caras. Gran parte la recibió mi compañero y otros cuantos trallazos fueron a estrellarse a mis ojos y a mi boca.
-Ahhh… siiii…-gemía mientras se vaciaba.
Después de la corrida quedamos los tres exhaustos. Caímos rendidos en la cama. Yo me levanté y fui al baño, tomé un poco de papel higiénico y me limpié la cara. Se lo acerqué a la habitación para que se limpiaran también ellos.
Tras limpiarse el resto de corridas me quedé en silencio… esperaba una explicación por parte de mi hermano.
-Roberto… verás… te voy a contar…-me dijo mi hermano-Él es Fernando…. mi amante-me confesó mi hermano. Me sorprendió verdaderamente.
-Osea… ¿tú eres el chico que conoció en el trabajo?-pregunté.
-Exacto… soy ese-dijo él.
-Bueno… nos deberíamos haber presentado en otra situación pero… encantado-dije dándole la mano.
-Pero… Carlos… estabas aquí tan mal, también en parte por él, porque él no quería seguir ocultando lo vuestro y ahora, estáis aquí, habiendo hecho lo que hemos hecho… esto es mucho para mí-dije, necesitaba que me lo explicaran.
-Verás Roberto… -me empezó a explicar él-… sí es cierto que yo le dije a tu hermano que no podía seguir ocultando nuestra relación. Cuando tú estás con alguien que en un principio comienza una relación a escondidas, porque ese alguien tiene pareja, y te vas enamorando cada día más de él, llega un momento en el que no puedes ocultarlo más. Te duele demasiado el ir con él por la calle y no poder besarle, no poder tocarlo, y más cuando le ves a diario en el trabajo. Por eso le dije que se tenía que pensar lo que iba a ocurrir entre nosotros y en su vida, y se tenía que decidir.
-Vale…-dije, empezaba a entender las cosas.
-Y…-siguió mi hermano-… le conté que le había dicho la verdad a María, y que me había venido aquí con vosotros un tiempo hasta que me aclarara. Y bueno, me ha dado una gran sorpresa al venir aquí.
-Y… ¿qué haces aquí?-le pregunté a Fernando.
-Bueno… vengo para llevármelo como quien dice… no puede estar así, alejado de su vida, de su trabajo. Yo le apoyaré en todo para volver a su vida, y bueno, sé que me costará lo de seguir a escondidas pero poco a poco iremos avanzando en eso.
-Entonces… ¿te vas Carlos?-le pregunté.
-Bueno… mañana creo que me iré pero antes tengo que hablar con mis sobrinos. Es justo que sepan la verdad de su tío. Y no quiero irme sin despedirme de ellos.
-Ah… de acuerdo hermano… pues mañana Andrés me ha dicho que vendrá por la mañana y Quique, esta noche se queda en casa de su amigo pero mañana cuando vuelva del instituto podrás despedirte de él.
-Vale… perfecto… me hubiera gustado quedarme más tiempo aquí con vosotros, os prometo que volveré en las próximas vacaciones.
-Claro que sí hermano, y bueno, esta experiencia, ha sido un poco… rara…-dije.
-Ya… comprendo que pillar a tu hermano en la cama con un desconocido… puede ser excitante a la vez que cortante-dijo mi hermano.
-Sí… verás… yo quería…-me intenté explicar.
-Déjalo hermano… no me tienes que explicar nada, te querré igual, y esto ha quedado entre nosotros, bueno y Fer, jeje-dijo sonriendo.
-Vale Carlos… ahora os dejo… ya he tenido bastante por hoy… ¡y yo que quería tomar unas copas contigo! ¡y me encuentro con algo mejor! Jaja-reí.
-Ja,ja,ja-reían los dos.
-Bueno… que descanséis… y gracias por venir Fer, Carlos te necesitaba.
-De nada…-dijo.
-Hasta mañana.
-Buenas noches.