Conociendo a mis hijos (17)

Quique acariciaba suavemente con la yema de los dedos el brazo de su amigo que recorría de igual manera su abdomen ascendiendo y descendiendo.

Bueno chicos y chicas. Aquí os dejo el 17. Ahora estaréis unos pocos días sin saber de mí. Aunque escribiré otro relato que no tendrá nada que ver con esto. Me toca ahora narrar... y currarmelo un poco para que esto no decaiga. Gracias por todos vuestros comentarios. Un abrazo.

CONOCIENDO A MIS HIJOS (XVII)

-Me alegro de que estés a mi lado-dijo Andrés a su amigo mientras no despegaba un ojo de él.

-Sabes que siempre estaré ahí-le dijo Quique pasándole la mano por la mejilla-y sabes, que más que nada, eres mi amigo, ¿lo sabes no?

-Ajam-asintió con la cabeza Andrés.

-¡Guapo!-le dijo besándole en la frente-en serio, no sabes lo feliz que me haces en tenerte.

-Ya… bueno Quique-dijo Andrés-lo que sí te pido es un poco de calma, que vayamos tranquilos, sabes que todo esto, lo tuyo y lo mío, tendrá que ser a escondidas del mundo ¿lo sabes no?

-Claro, tendremos que ser discretos en ese sentido.

-Pero podremos disfrutar el uno del otro cuando queramos y donde queramos.

-Sí… como por ejemplo… ¿ahora?-dijo Quique besando a su amigo.

-Ja, ja… ¿¡mira que te gusta eh!?-preguntaba riendo Andrés.

-¿El qué…?-preguntó haciéndose el tonto.

-Besarme… dímelo… ¿a que te gusta?-le preguntó.

-Mucho… y ya lo sabes.. así que no vas a conseguir que me sonroje porque es la verdad.

-Y a mí me encanta que lo hagas…-le dijo Andrés.

Quique acariciaba suavemente con la yema de los dedos el brazo de su amigo que recorría de igual manera su abdomen ascendiendo y descendiendo.

-No me imaginaba esto….-dijo Andrés.

-¿El qué?

-Esto… que tú y yo estuviéramos así… en una cama juntos… desnudos… acariciándonos… besándonos…

-Ajam….-asentía su amigo.

-Mi novio… -dijo extrañado Andrés-… me resulta hasta raro decirlo…ja, ja, ja-comenzó a reír.

-Ya… bueno si quieres… lo dejamos en amigos…-propuso Quique.

-¿Tú estás loco?... ¿acaso los amigos hacen las cosas que nosotros hacemos?-preguntó Andrés extrañado.

-Bueno… algunos… sí…

-Eso siempre acaban siendo más que amigos. Y yo quiero que seamos novios.

Quique se sorprendió de lo que había dicho su….novio.

-Bueno… ahora te llamaré cielo, cari, mi tesoro, mi príncipe….-le decía Quique sonriendo.

-Eh, eh, para el carro… espera que me acostumbre un poco a esta situación y ya más adelante, no te digo que no lo hagas, pero entiéndeme, todo esto es nuevo para mí tío.

-Ya… bueno… perdóname en serio… tal vez yo sí quiera ir más deprisa, pero aquí somos dos, así que iremos avanzando poco a poco y cuando tú quieras…mi tesoro… ja, ja, ja-reía Quique.

-¡Afú que tontiito eres!....pero bueno…te tendré que aguantar así.. ja, ja, ja-reía ahora Andrés.

Los muchachos quedaron en silencio. Solo se escuchaban sus respiraciones.

-Andrés…-llamó a su amigo.

-Dime…

-Estoy listo… ahora sé que estoy listo… quiero que me hagas tuyo-le confesó su novio.

-¿Estás seguro?-preguntó.

-Te quiero, y quiero ser tuyo.

Andrés se acercó lentamente hacia Quique. Le miró fijamente a los ojos, y pudo ver en aquel brillo que desprendía una felicidad inmensa. Sintió como sus labios se acercaban a los suyos. Los besó una y mil veces. Sus manos recorrían cada centímetro de su cuerpo, cada poro de su piel.

-Ponte boca abajo-le dijo Andrés a su novio.

Quique se colocó en la cama boca abajo. Empezó a besarle la cabeza, se detuvo en las orejas besándolas y lamiéndolas. Bajó por su cuello, al igual que él lo había hecho antes. Besó todas sus espaldas hasta llegar a su culo. Andrés de rodillas en la cama contemplaba la desnudez del que hasta hacía un rato era su mejor amigo, y del que ahora es su novio.

-Un segundo…-dijo Quique-… abrió un cajón de la mesita de noche y sacó un bote con lubricante-… ten…-y se lo dio a su novio.

Andrés se pajeaba la polla, tomó un poco de lubricante y se lo juntó por toda ella. Tomó otro poco y lo puso en el ano de su novio.

-¿Estás listo?-le susurró al oído.

-Hazme tuyo-le pidió Quique.

Andrés colocó la cabeza de su pene en la entrada del ano de su novio. Poco a poco se fue abriendo paso hacia su interior.

-Uff…-gimió Quique.

-¿Estás bien?...-le preguntó preocupado.

-Duele un poco…joder… es que tienes muy buena polla…

-Toda tuya…enterita para ti…mi tesoro… ja, ja, ja-reía Andrés.

-Ja, ja, ja…métela toda… quiero sentirla bien dentro

Y diciendo eso Andrés dio un empujón y le metió todo su trozo de carne dentro a su novio.

-Ummm..sí..¡dios cómo te siento!-gemía Quique-…y ahora…fóllame como tú sabes.

Andrés comenzó a sacar su polla lentamente para de nuevo meterla de golpe. Notaba como con cada embestida sus huevos llegaban a chocar contra los de su novio.

-Joder tío… cómo me gusta esta dentro de ti…-gemía Andrés.

-Sí… sigue…sigue más…

Andrés aceleraba el ritmo para después aminorarlo. Así estuvo un buen rato bombeando fuerte el culo de su novio. De su amigo. Le sacó la polla de dentro y le pidió que se girara. Andrés colocó las piernas de su amigo en sus hombros, colocó la polla en la entrada de su ano  y esta entró ya sin ninguna dificultad. Notaba el roce de la polla con las paredes de su ano. ¡Qué placer! Los cuerpos rozándose, acariciándose. El sudor recorría sus cuerpos e impregnaba la habitación de un olor más excitante aún.

-Te quiero..  –y diciendo eso besó a su novio.

Quique se comenzó a pajear mientras su novio le follaba cada vez más fuerte. Notaba como con la punta de la polla llegaba a tocar ese punto interno que tanto placer da a los hombres. Estaba en el cielo. Estaba siendo poseído por el hombre que más quería en este mundo. Su sueño se había hecho realidad. Ese cuerpo tan deseado tanto tiempo ahora era suyo, y él se le estaba entregando por completo.

-Lléname con todo tu ser Andrés… hazme tuyo hasta el final-gemía Quique.

Andrés dio todo de sí, aumentó a un ritmo frenético. Las embestidas eran cada vez mayores, la cama comenzó a temblar, estaban ambos fuera de sí. Llegaba el fin, y todo su ser se derramaba a borbotones. Andrés inundó el culo de su novio y Quique se corrió de una forma increíble, llenando todo su abdomen y su pecho. El muchacho se desplomó sobre el cuerpo de su novio. Notaban las respiraciones de sus cuerpos. Los corazones bombear sangre hasta no poder más. Quedaron en silencio.

-Te quiero-dijo Quique.

-Te quiero-dijo Andrés dándole un beso en los labios.