Conociendo a mis hijos (15)

Tú eres el mejor amigo que he tenido nunca...

Espero de todo corazón que os guste. Para mí es bastante especial este relato.

CONOCIENDO A MIS HIJOS (XV)

-¿En qué piensas?-preguntó Quique a su amigo que tenía la mirada perdida en algún punto del salón.

-En nada…-contestó.

-Venga… dímelo-insistió Quique-sabes que puedes, además, no me mientas, te conozco demasiado bien y sé que algo te preocupa.

-Verás Quique…-explicó su amigo-… es que es algo que… no sé… ya te lo contaré… pero ahora no es el momento.

-Bueno amigo… como quieras…¿otra birra?-preguntó.

-Sí sí, claro, mi cuerpo con 4 no entra en calor… ja, ja, ja-reía Andrés. No sabía cómo pero su amigo siempre conseguía sacarle una sonrisa cuando peor lo estaba pasando.

A Andrés le pasaban por la mente miles de cosas, el sufrimiento al recordar aquella noche, el odio que siente hacia su tío, el amor que le demuestran su padre y su hermano, y la gran amistad que unía a Quique. André suspiró…

-Ten-dijo Quique mientras le daba la cerveza a su amigo.

-Gracias…y bueno… ¿qué hacemos ahora?-preguntó Andrés-porque… ya es un poco aburrida la Play.

-Pues… vamos a mi cuarto… en la cama estaremos más cómodos-propuso Quique.

Los chicos se bebieron la cerveza rápidamente y se fueron hacia el cuarto.

-¿Quieres un masaje… como ayer?-preguntó Quique.

-¿Cómo ayer…?-le contestó su amigo con otra cuestión.

-Bueno… si no te gustó lo del dedo… podemos quedarnos en el masaje simplemente.

-¡Qué va…! Si me encantó… ya te lo dije… Pero, lo del dedo… no sé… bueno tú empieza.

-Venga desnúdate… yo me quedaré en bóxer. Porque con esta ropa es un poco incómodo la verdad.

Andrés se desnudó por completo y se tumbó en la cama. Quique se quitó la ropa y se quedó solo con el bóxer. Tomó el bote de crema y se montó sobre su amigo.

Se puso un poco de crema en las manos y comenzó a extenderlas por su espalda. Con el simple contacto de las manos con su piel Andrés empezó a gemir…

-Ummm… qué gusto.

-Ja, ja, pero si aún no he empezado-reía Quique.

-Ya… pero me gusta.

-Bueno… disfruta del masaje, y deja la mente en blanco.

Quique siguió con el masaje, le masajeó el cuello, los hombros, bajó por los costados de la espalda, haciendo círculos, se esmeraba el muchacho lo mejor que podía en aquel masaje a su amigo. Se echó un poco hacia adelante y apoyó su pecho en las espaldas de su amigo.

-¿Te gusta?-le preguntó en el oído casi susurrando.

-Ummm… me encanta… ¡qué manos tienes!

-¿Puedo hacer lo que quiera?-pidió permiso Quique a su amigo.

-Soy todo tuyo, cualquier cosa que me hagas me gustará.

Quique comenzó a besar con pequeños besos el cuerpo de su amigo, empezó en la oreja, y haciendo un camino muy sensual de besos bajó por su cuello, por el hombro, y se fue deslizando vértebra a vértebra hasta llegar al comienzo del culo. Empezó a acariciar el culo de su mejor amigo, aquel que tanto le gustaba, con el que tantas veces había soñado, y lo besó lentamente. Se acercó lentamente hasta donde los dos glúteos tan admirados por él escondían ese punto que tanto placer le había dado a su amigo. Apartó los glúteos con las manos, acercó su boca comenzó a lamer con suavidad el ano de su amigo.

-Ohh… sí colega….¡qué rico!-gemía Andrés.

Su amigo se esmeraba en lamer toda la aureola del ano. Tomó su dedo corazón, lo ensalivó bien, lo colocó a las puertas de aquel culo tan delicioso y lo introdujo.

-Ummm..-gemía.

-Si yo sé que te gusta…-decía Quique.

-Claro tío… me gusta mucho… sigue, no pares.

Quique, como sabía que le gustaba tanto a su amigo, fue acelerando el ritmo con cada metida y sacada de su dedo. Lo sacaba por instantes y seguía lamiendo e introduciendo la lengua en aquel delicioso ano. Ahora tomó dos dedos, los ensalivó bien y los puso justo a la entrada.

-Si te duele paro ¿vale?-avisó Quique a su amigo.

-Vale.

El muchacho empezó a introducir los dos dedos, Andrés dio un quejido, un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Quique paró.

-¿Te duele?-preguntó preocupado.

-Molesta un poco, espera…-pasaron unos segundos y el cuerpo de Andrés se amoldó a aquellos dos dedos que querían entrar en su interior-… venga sigue, pero despacio-le dijo a su amigo.

Quique siguió introduciendo los dos dedos, hasta que llegaron a entrar por completo. Los sacó muy lentamente y siguió con un mete y saca un poco más acelerado.

-Joder tío… ¡esto es lo más!-gemía Andrés.

-No, no amigo… esto no es lo más… y tú lo sabes.

-Bueno… tú sigue así….que me mola.

Y Quique siguió sacando y metiendo los dedos del culo de su amigo como si lo estuviera follando con su mano, de vez en cuando escupía en la entrada del ano para que no perdiera lubricación.

-Joder tío, me tienes cachondo perdío-dijo Quique sobándose el paquete.

-Desnúdate tío-le ordenó su amigo.

-Ponte a cuatro patas-dijo Quique.

-¡Eh tío… no vayas…!

-¡No!... no te preocupes…pero es mejor esa postura, te lo aseguro.

Andrés se puso a cuatro patas, Quique desde detrás suya se aferró de nuevo a su ano. Lo lamía una y otra vez, escupió un par de veces para lubricarlo bastante bien, y de nuevo los dos dedos volvieron a introducirse en el interior de su amigo. Andrés gemía cada vez más fuerte, Quique le cogió con la otra mano la polla que estaba totalmente erecta y estiraba de ella hacia abajo, pajeándolo como si lo estuviera ordeñando.

-Joder tío…. ¡qué gusto!-gemía Andrés-… sigue sigue.

Quique le introducía los dos dedos a su amigo y le pajeaba cada vez más rápido.

-No aguanto más… ¡me voy a correr tío!

-Sí….¡vacíate tío!

Y diciendo eso Andrés se empezó a correr como una bestia. ¡Qué cantidad de semen echó! Ocho interminables trallazos de leche salieron disparados de su polla que se fueron a estrellar contra las sábanas de la cama. Quique notaba como el ano se contraía con cada corrida. Cuando acabó su amigo sacó con cuidado los dedos de su interior. Miró lo rosadito y delicioso que tenía su amigo el culo. Bajó y lo lamió.

-Algún día…. Serás mío-dijo Quique dirigiéndose al ano de su amigo.

-Ja,ja-reía Andrés que se reponía de la corrida que había echado-algún día…

Los muchachos se tumbaron en la cama, estaban totalmente desnudos, sus cuerpos se rozaban con cada movimiento.

-¿Estás mejor?-preguntó Quique.

-Si te digo la verdad…. Se me olvidan las cosas cuando estoy contigo.

-Ohhh…. ¡qué bonito!-dijo su amigo riéndose.

-Ja, ja, ja, ¡qué tonto eres!-reía Andrés.

-No en serio, tío, yo lo que quiero es que lo pasemos bien…

-Y yo lo paso bien contigo…-le agarró de la cabeza y le dio un beso en la frente a su amigo.

-Y bien…-si hizo el silencio por unos segundos.

-Oye…-dijo Andrés mientras se giraba hacia su amigo.

-¿Qué…-preguntó Quique que se giraba también para poder mirar a su amigo a la cara.

-Gracias…-y diciendo esto se acercó hacia su amigo y le dio un beso en la boca.

Sus labios permanecieron unidos durante eternos segundos. Sintiendo su calor, su amor.

-Tío… esto… esto-tartamudeaba Andrés.

-¿Qué…-preguntó de nuevo Quique.

-Joder Quique… pues que…-se quedó callado.

-Andrés.. pues qué?-preguntó ya impacientándose Quique.

Andrés no respondió, y de nuevo volvió a besar la boca de su amigo. Esta vez con pasión. Puso toda la pasión en ello. Sus labios se separaban por segundos y sus lenguas se entrelazaban. Un beso para recordarlo el resto de sus vidas.

-Andrés… yo…

-Shh… ¡calla!

Andrés se tumbó encima de su amigo, comenzó a lamer su oreja, dándole pequeños bocaditos, y siguió bajando por el cuello. Bajó lentamente besando como su amigo lo había hecho anteriormente con él hasta llegar a uno de sus pezones. Lo lamió, lo mordisqueó, lo besó. Y siguió bajando por sus abdominales hasta llegar a su pubis. Quique estaba totalmente excitado. Su polla estaba totalmente empalmada y comenzaba a echar algo de precum. Su amigo agarró la polla con una mano y se la introdujo en la boca. Quique estaba que no salía de su asombro. ¿¡Su amigo Andrés comiéndole la polla!? Había soñado infinidad de veces con aquel momento y precisamente en ese mismo instante se estaba cumpliendo. Quique se apoyó en sus codos para poder contemplar como su amigo Andrés lamía y besaba su gran verga, con poca experiencia, pero sabía cómo darle placer.

-Joder Andrés… ¡no sabes cómo he soñado esto!-gemía Quique.

-¿Ah sí…?-preguntó Andrés sacándosela de la boca.

-Buff tío.. sigue no pares por favor.

Y Andrés de nuevo se introdujo la polla de su amigo en la boca. Comenzó a aumentar el ritmo succionando la polla cada vez más. Quique gemía de placer. Estaba fuera de sí. No podía más.

-Tío… me corro-dijo entre gemidos.

Andrés aumentó la velocidad. Mamaba con más fuerza aquel trozo de carne palpitante, notaba el roce de su polla con sus labios y sintió como su boca se llenaba de la leche de su amigo. Sentía como el semen salía disparado de la polla hasta chocar con su paladar y sin pensárselo se tragó la corrida de su amigo. Siguió mamando lentamente y notaba como iba perdiendo esa dureza que tenía hacía unos segundos. Cuando terminó se tumbó en la cama, se limpió el poco semen que le había salido por las comisuras de los labios con el antebrazo, y se quedó callado. Solo se escuchaba la respiración acelerada de Quique que poco a poco iba volviendo a la normalidad. El silencio reinaba en la habitación.

-Te quiero Quique-rompió el silencio Andrés mirando algún punto fijo en el techo.

-Sabes que yo también amigo-contestó.

-No… lo que me refiero… es que… yo también te quiero…

-Ja, ja-reía Quique-… ya sé que tú también me quieres.

-Ya, pero yo te molo, porque me dijiste que sí ¿no?-preguntó Andrés.

-Sí, claro…-afirmó.

-A lo que me refiero… es que… tú también me molas Quique.

Su amigo quedó callado. ¿Cómo? ¿Tú? ¿Mi mejor amigo? ¿El mismo tío que me gusta? ¿El mismo con el que he soñado tantas veces? –pensaba Quique.

-¡Podías decir algo…!-dijo Andrés.

-Tío… es que… me acabas de dejar…-Quique estaba sorprendido aún, no podía articular palabra.

-Ya… bueno… quería que lo supieras. Que a ver, aunque somos amigos, pero sí es cierto que, no sé tío, ¡todo esto es muy raro! A ver…, que a mí no me gustan los tíos, pero tú, tú eres diferente.

Quique contemplaba con detenimiento a su amigo.

-Tú eres el mejor amigo que he tenido nunca, y el otro día, joder, me sorprendiste cuando me dijiste que eras gay, ¡no me lo esperaba sinceramente! Y luego… cuando me dices que yo era el tío que te gustaba…¡no veas, me dejaste KO! Pues no sé tío, pero lo único que sí sé es que yo te quiero mucho como amigo e incluso como algo más, no te voy a mentir, porque, tal vez, en mi interior, haya un sentimiento más fuerte que el de una simple amistad, ¿entiendes? Joder Quique… ¡di algo!-Quique no salía de su asombro, parecía que estaba en un sueño, sí, todo aquello lo estaba soñando ¿no?

-¿Qué te digo…? ¿Qué ahora mismo soy la persona más feliz del mundo?... ¿Quieres que te diga eso? ¿Quieres que te diga que he soñado cada día con que me decías eso? ¿Con que me decías que yo también te gustaba? ¿Quieres que te diga que me muero cada vez que me dices te quiero…. Aunque sea de coña? ¿Quieres que te diga que un escalofrío recorre mi cuerpo cada vez que me tocas o me rozas? ¿Quieres que te diga que mi corazón es como si se me saliera por la boca cada vez que me nos hemos besado? Andrés… Yo, simplemente, te quiero. Y bueno, esto… ¿Qué vamos a hacer?

-No sé…eso tú la sabrás que eres el gay-sonreía Andrés.

-¡Qué tonto!, yo eso lo empezaría a dudar-reía Quique-...bueno… ¿qué somos?-le preguntó a su amigo-...¿amigos... follamigos... novios... amantes?

-¿Novios?-preguntó Andrés dubitativo en modo de respuesta.

-Te quiero Andrés-y diciendo eso, sus labios nuevamente se fundieron en un cálido beso.