Conociendo a Miguel Angel
Conocí a un maduro llamado Miguel Angel.
Hola, soy Andrés otra vez.
Lo que a continuación voy a relatarles me sucedió hace unos años.
Para desplazarme a mi lugar de trabajo tomada el autobús desde mi casa hasta el centro de la ciudad. Era muy rutinario y siempre veía a las mismas personas en el autobús.
En cierta ocasión, al subirme al autobús tenia la sensación que alguien te mira fijamente, y no me equivoqué. Al final del autobús estaba un señor de unos 55 años, grueso más no gordo, de estatura media, con algunas canas, lentes grandes, barba de un día, algunos vellos en los brazos; que no me quitaba la mirada.
A pesar de haber asientos libres, él estaba de píe. Yo busqué mi asiento lo más cercano a ese señor.
Al poco tiempo de sentarme, algo me rozaba en el hombro. Volteé un poco asustado y me di cuenta que era su pierna. Le sonreí, a lo cual me respondió de igual forma. Pense: aquí hay interés!
La persona que viajaba a mi lado se levanto para bajarse, y el señor me pidió permiso para sentarse él. Sentados uno al lado del otro era otra cosa. Verlo de cerca era maravilloso. Me gustaba mucho. Empezamos a hablar de cosas cotidianas, el clima, el trabajo, etc. Se llama Miguel Ángel.
Resulto que vive muy cerca de mi casa. Somos casi vecinos. Mientras conversábamos, nuestras piernas se juntaron con un masaje suave que me calentó mucho.
Sin muchos rodeos me pregunto si tenia un "lugar" donde pudiéramos estar solos. Le dije que no. A lo que le encontró una solución muy sencilla.
Me comento que tenia un "amigo" que le permitiría que estuviéramos juntos pero con la condición de estar luego los tres juntos. No lo entendí muy bien, pero me saco de dudas con estas palabras:
Es un amigo con el que mantuve relaciones por un tiempo y quedamos de amigotes. Se llama Luis, y es muy libre en sus relaciones. En otras palabras, nos podrá prestar su apartamento sí después lo hacemos con él.
Le dije que yo no me acostaba con nadie que no conociera. Que era homosexual pero no libertino (¡que santo soy!).
Me dijo que era de forma segura: solo sexo oral y si quería algo más, usaría protección.
Accedí a conocerlo primero y después, ya lo pensaría.
Así que después de mi trabajo nos fuimos a casa de Luis. Resulto que yo había conocido a Luis un tiempo atrás y habíamos echado un par de polvos, y eso facilitó mucho las cosas.
Nos sentamos en la sala a ver algo en la televisión cuando Luis nos sorprende con un canal gay. Le pregunte que canal era y me dijo que era nuevo en la tele por cable y que tenia un costo muy bajo para la calidad de las películas.
Debo recordarles que mis gustos son por los hombres mayores, gruesos y velludos. Y en el canal gay, casi siempre, son películas de jóvenes de gimnasio.
A pesar de mis gustos, el efecto de las escenas se notó al poco tiempo. Estabamos los tres calientes, y tomando confianza, nos desvestimos. Cada uno en una silla, desnudos, pajeándonos, mirándonos, el ambiente era deliciosamente excitante.
Miguel Ángel es un hombre de contextura normal, trigueño, un poco grueso, de brazos, piernas y torso velludos, cara redonda, de 55 años, lo que se dice un hombre normal. Pero desnudo es otra cosa. Su miembro en reposo tenia un tamaño como cualquier otro, pero al calentarse se desarrollaba de una forma increíble. Pasaba a ser unos de los miembros más grandes que me he comido. Desde la base se engrosaba hasta la cabeza, terminando en un glande de considerables dimensiones.
Luis, igualmente es un tipo normal. Blanco, con pocos vellos, más bien delgado, de unos 58 años, de 1.65 de estatura, y su miembro no se desarrolla tanto como el de Miguel Ángel.
Teniendo como testigo a la tele, nos tumbamos en la alfombra a acariciarnos mutuamente. Me dedique a chupar el miembro grande y duro de Miguel Ángel, mientras Luis me chupaba el mío, y Miguel chupaba el de Luis. Hicimos un circulo de chupadas. Cambiamos muchas veces de posturas. Practicábamos las poses que veíamos en la tele.
Preparando mi culo para ser poseído, unte un poco de crema lubricante y me senté en la polla de Miguel Ángel. Lo hice lento para que no me doliera tanto, pero era inevitable sentir una combinación de dolor y placer, además del gusto que me daba Luis al mamármela.
Miguel pidió cambiar de posición para él poder chupar la polla de Luis. Antes que Miguel Ángel eyaculará, me la saco para que Luis lo penetrará en pose de perrito, y aproveche para meterme dejado del cuerpo de Miguel Ángel y hacer un 69, mientras Luis lo lubricaba y poseía. Al ser el miembro de Luis no tan grande, a Miguel Ángel se le fue toda de un solo empujón (no mostró síntomas de dolor, por lo que concluí que era un experto en ser penetrado), y quería comprobarlo con mi polla.
Me salí del 69 que hacía con Miguel Ángel y quite a Luis para ponerme yo. Luis le metió polla a Miguel Ángel en la boca, y yo por el culo. Ahora si le dolió la entrada, ante lo cual me quedé quieto un momento mientras se acostumbraba. Lo tomaba por el cabello y tiraba de él, viendo como Luis se lo follaba por la boca.
Cambiamos nuevamente de posición: me acosté mirando el techo y Luis se sentó en mi polla. Miguel Ángel se puso detrás de Luis y le lubricó más el culo. Con mucha paciencia y después de varios intentos pudo metérsela junto a la mía. Era la primera vez que hacia una doble penetración. Era una sensación increíble. Todos gozábamos mucho. Todos pasamos por esa posición.
Y para terminar, nos chupábamos la polla entre todos en un circulo y cada uno termino en la boca del otro, en una explosión múltiple de semen.
Nos fuimos al baño a limpiarnos los líquidos corporales. Entre los tres nos untábamos jabón, lo que provocó una nueva reacción de nuestros miembros los cuales fueron nuevamente succionados mutuamente.
¡Que placer! Una nueva corrida de leche en nuestros cuerpos. Parecía que nos limpiábamos con leche humectante humana.
Nos pusimos nuestras ropas y salimos a cenar a un restaurante cercano.
Ya que nos conocíamos mucho mejor, la conversación era caliente. Quedamos en volver a hacerlo, pues habíamos disfrutado mucho.
Posteriormente, yo visitaba a Luis por mi cuenta, y luego me enteré que Miguel Ángel hacia lo mismo.
En casa de Luis conocí a varios amigos suyos con los que la pasé muy bien, pero eso será tema de otro relato.
Espero os guste y hasta pronto.