Conociendo a mi suegra I

Todo comienza una calurosa mañana de verano, mi suegra me recibe para pasar un día de piscina y cervezas, con una conversación agradable.

Conociendo a mi suegra

Todo comenzó una mañana calurosa de Junio en el sur de España, ya se pueden imaginar lo calurosas que pueden llegar a ser esas mañanas. Cuando sonó el despertador aún no sabía como iba a cambiar mi relación con Isabel, mi suegra. Nos conocíamos desde hace un año pero nunca habíamos intercambiado muchas palabras o una conversación diferente a las banales de las que todos conocemos.

La noche anterior había quedado con mi novia para pasar el día juntos en su casa, en la piscina, con algunas cervezas y quizás algo de comida para llevar pero eso aún no estaba decidido. Una vez suena el despertador, mi cuerpo se empieza a activar, una parte parecía que ya llevaba algunos minutos activada quiero pensar que tuve algún buen sueño con mi novia de protagonista. Ella Lucía de pelo castaño, liso y largo hasta un pelín por debajo de sus hombros, ojos claros, no sabría decir aún hoy de que color exacto son, eso sí, preciosos y cuando sonríen todavía más, heredados de su madre y se podía intuir que no era lo único que había conseguido genéticamente de mi suegra.

Una vez en pie, previo paso por el aseo me visto con un pantalón corto y una camiseta, sencillo tampoco me vuelvo loco pillando lo primero que más o menos encuentro en el armario. Paso por la cocina y cojo un plátano de canarias para desayunar por el camino y pillo mis gafas de sol al salir, voy caminado ya que no vivimos muy lejos, unos 20 minutos.

Al llegar y tocar el timbre, me abre la puerta mi suegra a quién no esperaba ver allí ya que Lucía había dicho que no estaría debido a una reunión de trabajo. La saludé y le comenté mi sorpresa al verla, a lo que me respondió que esperaba no serle de molestia por estar en su casa, con un toque de ironía y una pequeña sonrisa dibujada en su rostro. Me invitó a pasar y me dijo que Lucía había salido al supermercado, Isa sabía nuestros planes de piscina y cervezas por lo que me dijo que podía pasar directo a la piscina y esperarla allí, fue ahí donde caí que me había olvidado el bañador. Al comentárselo me dijo que no me preocupara que le dejaba uno de su Mario, su hijo, mi cuñado y yo nos llevábamos bien así que no habría problema y usábamos la misma talla. Me dijo que subiera con ella y que aprovechara para cambiarme arriba, acepté y subimos conversando sobre si teníamos otros planes para hoy, a lo que le dije que teníamos ganas de estar en la piscina tomando una cervezas, Isa responde muy bien, está el día para estar mojados quizás me una a ustedes si no les importa. Mi primer pensamiento fue que nos cortaría un poco el rollo pero por su puesto le dije que no lo dudara que se pusiera el bikini, eso haré me respondió justo después salía de la habitación y me dejaba cambiándome, lo cual hice rápido y en un momento estaba en el jardín trasero, fui a tocar el agua cuando escucho a Isa diciéndome ni te lo pienses, al girarme pude ver lo espectacular que lucía en su bikini rojo a sus 49 años, piernas largas bronceadas que empezaban en unas uñas lacadas en rojo a juego con la tela del bikini, aquí confirmé que su hija lo había heredado de ella. Sus tetas se veían perfectas con un movimiento sensual a medida que se acercaba a mi y a la piscina, aun no la había visto por detrás pero intuía que me iba a gustar, no parecía que la tela le iba a cubrir mucho y ya conocía bien el culo de Lucía que me volvía loco cada vez que fallábamos. Cuando trataba de no comerme a mi suegra con los ojos y grabarme su imagen en la cabeza vibró el móvil, un mensaje de mi novia, diciendo que se había encontrado con dos amigas que iba a tardar un poco que me metiera en la piscina y la esperara dentro. Se lo comenté a Isa y me dijo no estamos mal aquí esperándola, girándose para mi sorpresa y dejándome ver su culo vestido con ese bikini y diciéndome que iba a por unas cervezas. Decidí meterme en el agua pues mi polla estaba más grande de lo normal y se notaba si miraba, no quise incomodar.

Isa al volver caminaba hacia mi con las dos cervezas y en su bikini, estaba muy buena, se agacha y me acerca una a la mano las abrimos y chocamos nuestros botellines, que buena está dije. Isa dijo “ahh, así que entonces estaban bebiendo cervezas antes de ayer en el cuarto”, extrañado por su comentario le pregunté a que se refería que no lo entendía, diciéndome que hace dos noches me había escuchado diciendo mmm que buena estas o que buena esta no estoy muy segura de lo que escuché, inmediatamente sabía que se estaba refiriendo a que nos había escuchado follar a su hija y a mi. Primero pensé que era otra cosa lo que hacían pero al escucharte ahora parece que eran cervezas, ¿no?. Fui valiente y le pedí disculpas por tenernos que escuchar. Ella se metió en la piscina y se sentó en el primer escalón, medio cuerpo dentro medio cuerpo fuera y me dijo, no seas bobo, no pasa absolutamente nada es normal, te puedo confesar algo? Yo ya no sabia por donde íbamos o como habíamos llegado a eso, así que le dije que si, que me confesara. Me dijo que había pasado por la puerta y que nos escuchó jadear y gemir y que le entró la curiosidad y se quedó escuchando unos segundos, que fueron minutos cuando se vino a dar cuenta, me pidió disculpas por eso a lo que le dije que no pasa nada,

  • me llamó la atención lo que parecía disfrutar mi hija bueno y tu también parecía que te lo pasabas bien,

  • si, sonreí, no le voy a mentir, estuvo muy bien, bueno siempre nos lo pasamos bien, nos divertimos mucho

-me gustaba lo que le decías

-pero cuanto escuchó?, que vergüenza. Me atrae la idea de que me escuchen o incluso que me vean, pero unos segundos, un minuto

-bastante, lo confieso, la llamaste putita

  • lo siento de verdad, no es mi

-no te preocupes, es en la cama, está permitido si les gusta y es consentido, yo quiero que mi marido me llame puta, guarra pero no le gusta es muy tierno. Por eso me gustó escucharte. Justo después me fui a la habitación supermojada y me desnudé y… que calor, dejo la cerveza en el borde y se metió completa en el agua buceando hasta el otro lado.

En ese momento yo disfrutaba de la conversación, no sabía como habíamos llegado a esa conversación sexual, pero estaba completamente empalmado, de vez en cuando bajaba la mano disimuladamente y me apretaba para sentir un poco de placer.

Isa al volver del lado opuesto me diciendo que iba a la tumbona, me dejo con la maravillosa visión de su cuerpo al alejarse, se sentó mirándome, sonrió, apartó la mirada y negó con a cabeza como pensando que estoy conversando con mi yerno.

Me hundí y salí del agua en dirección a la otra tumbona, me pidió disculpas a lo que le respondí que estaba disfrutando la conversación que no se preocupara.

-Pero es que casi te cuento que me masturbé pensando en lo que le decías a mi hija.

-Yo le guardaría el secreto si me lo llegara a contar en algún momento y me reí acercándole mi botellín para brindar con el suyo.

-¿ te puedo preguntar algo?

  • claro, lo que quieras

  • ¿Qué estaban haciendo cuando decías “que buena esta”?

  • sexo oral dije un pelín sonrojado

  • anda mira mi niña y ¿lo hace tan bien?

  • si, si, no me puedo quejar la verdad, aunque ella si que no se puede quejar

  • ¿Qué me quieres decir, estás presumiendo de… señalando con sus ojos a mi entrepierna en modo broma?

  • no, no me refiero que yo, que ella disfruta mucho con el sexo oral cuando yo se, ya sabes

  • ya se el que? No veía nada, solo escuchaba

  • si, que, cuando se lo como, se le nota disfrutar.

  • a mi también me vuelve loca cuando mi marido me lo come y no te voy a mentir, me gusta mucho comérsela también

Ya si que no había vuelta atrás, habíamos sobrepasado el punto de no retorno, ninguno de los dos parecía incomodo y disfrutaba revelando los juegos. Isa parecía jugar conmigo mientras yo disfrutaba de sus preguntas y revelaciones.

En ese momento tomó el bote de crema y me dio un poco de crema diciéndome que me pusiera que me iba a quemar, me la pase por los hombros y la cara en lo que ella lo hacia por sus piernas, vientre y escote en lo que seguíamos conversando, nos tumbamos boca arriba y al ir a por otro sorbo de la cerveza, ya se había acabado me ofrecí a ir a por más. Me levanté no hice ademán de taparme la erección, creo que ella la había notado ya, fui a la nevera y al volver ralenticé el paso para ver bien su cuerpo, en mi cabeza ya volaban muchas ideas una de ellas era preguntarle si quería vernos mientras follábamos, pero no sabia como preguntarle.

Al llegar, Isa me dijo que el móvil vibró, miré el móvil y Lucía decía que ya iba para el supermercado y no tardaría. Al comentárselo a Isa, dijo que nuestra conversación se iba a terminar y que me fuera a la piscina a ver si se me bajaba lo mío me dijo.

-Oye esta noche me voy a quedar aquí, creo que sería justo que nosotros te escuchásemos esta noche jugar con tu marido dije en tono de broma para comprobar que respondería, arriesgué un poco pero Lucía venía de camino no sabia cuando tiempo tenía o si se iba a repetir esta conversación.

  • Si, claro que Lucía iba a querer escuchar a sus padres, estás loco.

  • Lo mismo que tu escuchaste a tu hija es…

Dubitativa dijo, bueno no va a poder ser porque Ramón no vuelve hasta la próxima semana. Un poco de decepción me invadió.

-Podré ver el segundo round? me preguntó, hoy seguro que vas con ganas volvió a señalar con su mirada mi entrepierna.

-ver? Quieres vernos?

-escucharles me refería perdón, no se en que estaba pensando

  • quizás puedo dejar la puerta un poco entornada

  • en serio? Quieres que les vea? Sabes que no van a ser unos segundos

-bueno, si me da morbo, voy a intentarlo. Creo que le voy a sacar el tema a Lucía a ver que opina.

-Hola guapo, sacar el tema de que? Espetó Lucía enfundada en un bikini rojo como el de su madre.

No nos habíamos dado cuenta de que había llegado, incluso se había cambiado y acercado a nosotros con 3 cervezas. Isabel estuvo rápida y trato de cambiar la conversación o darme mas tiempo para responder, preguntándole como había tardado tanto, con quien estaba, minutos después de estar respondiendo a su madre, me volvió a preguntar que sobre que tema quería mi opinión. Pues este bañador que gusta que creo que se lo voy a “robar” a tu hermano reí, Lucía sentándose a mi lado me dijo, pues no es mala idea, me dio un beso y me susurró que me tapara un poco que se notaba que estaba empalmado y me preguntó que si tanto le gustaba su bikini.

Continuará…

Espero que les guste. Acepto comentarios, sugerencias, ayudas al correo: marcosefece@hotmail.com