Conociendo a dos vecinos por la cuarentena
Dos vecinos que nunca me hablaban comenzaron hablarme después de que me vieron por la ventana de mi habitación, era pleno verano, descuido de mi parte dejar la ventana abierta.
Conociendo a dos vecinos por la cuarentena
Manoseadas que me dieron y uno de ellos consiguió un poco más
No sé por dónde comenzar, quizás podría ser:
Después de que dos vecinos me vieron por la ventana que da a mi habitación, ya que viven en los departamentos que están frente al que yo habito, se dieron cuenta que estaba en mi cuarto en ropa interior, iniciaron las charlas en la calle, comenzaron a saludarme ya que antes no lo hacían; ya sea en el trayecto de casa a la tienda o viceversa, incluso, en la misma tienda.
Uno de los vecinos, ha de tener mi edad, la verdad no le pregunte su edad pero más o menos así lo calculo (yo tengo 22 años). Vive con sus padres, familia, así como yo. El otro vecino si es más grande, tampoco le he preguntado su edad, pero yo calculo que de mínimo a de tener unos 35 años, sino es que tiene más. Él si vive solo, aunque a veces tienes una que otra visita, por lo general familiares (dos o tres) y amigos (uno o dos), quizás por lo del covid. Pues me ha comentado que si llega hacer fiestas – reuniones, principalmente con sus amigos.
En la tienda el chico me saludo, me hizo platica como si fuéramos amigos – conocidos, ya me dijo que estudia, en que trabajaba, cosas mundanas o cotidianas. Al salir de la tienda me dijo que si había tenido mucho calor dado que se percató (según no con la intención de verme) en uno de los días y me vio ligera de ropa. Ya le expliqué que hacía calor (era verano cuando inicio ya estábamos en plena cuarentena). Me comentó que ya me había visto, pero como siempre hay prisas, y por lo regular me ve a lo lejos no había podido saludarme y preguntar mi nombre, pero que hace tiempo quería hablarme. Pero por muchas cosas no se había podido hasta ahora, gracias a la pandemia. Y era de esperar la clásica pregunta, de que si tenía novio. Obviamente le dije que sí. Comenzó a preguntarme si lo veía, sino lo extrañaba, ya que le dije que por lo de la pandemia no lo veía… etc., también le pregunté cosas similares, por así decirlo.
Al pasar los días pues las charlas eran más frecuentes, no digo que fueran diarias ya que no salgo todos los días a la tienda, super, mercado o banco, digamos que, por lo regular salgo una vez a la semana, exageradamente dos, obviamente cada que salgo no lo veo en la calle a veces si a veces no.
A veces nos hemos acompañado en las ida y vuelta a la tienda, pero de ahí no pasaba.
Conforme fueron pasando los días… ya que esto sino mal recuerdo inicio por abril lo de la pandemia, lo de verme en ropa interior ya fue como en junio, en julio ya eran las charlas digamos más como de amigos – conocidos. Llegó el momento en que la charla podría caer en cualquier tema, como el de si no me hacía falta las caricias de mi novio…
Obviamente le dije que sí, pues… hacía falta, además el calor y etc.…
Para ya no extenderme más, en una de las ocasiones que salí ya algo tarde – noche a la tienda, pues me lo encontré y ya de regreso en un pasillo pues no quedamos mirándonos fijamente y sin mediar palabras nos besamos, lo que dio pauta a comenzar cachondear – fajarme – manosearme, así sucedió un par de ocasiones, no necesitábamos palabras, solo nos veíamos y sabíamos lo que queríamos, lo que deseábamos, al menos yo si deseaba ser tocada, sentirme deseada. Cada que se podía y en particular con la ayuda de la oscuridad que brinda la noche, era nuestra cómplice. Desafortunadamente o afortunadamente en los días posteriores en su familia, en su casa tuvieron visitas, al parecer llegaron familiares y creo que estarán con ellos algún tiempo. Así que se acabaron nuestros pequeños encuentros. Sin embargo, algo más sucedía y yo no me había percatado.
Por otro lado, el que vive solo, el que según yo a de tener 35 como mínimo, sino es que tiene más. Las charlas se dieron poco a poco, así mismo, fueron evolucionando hasta llegar a temas del tipo sexual. También hubo ocasiones en que me lo encontré en la tienda, incluso en el mercado, también comenzó hacerme la plática, muy similar a la del chico que estimo que tiene mi edad. Igualmente, mencionó el tema del calor, dado que también me llegó a ver en ropa interior. Él sin tapujos me dijo: también cuando estoy solo en casa (sin visitas familiares o amistades) que anda en ropa interior, y que en su cuarto que si duerme desnudo, que también si están todas las cortinas cerradas anda desnudo por todo de departamento (sabía a lo que se refería ya que sabía que me había visto en ropa interior, pero fingí no saber), haciéndome la que no sabía a lo que se refería, comenté que si viviera sola a lo mejor haría algo similar pero pues no vivía sola. Hubo ocasiones en que me encontré a los dos en la tienda, pero charlas simples y fingir como si nada pasará entre el chico y yo.
Hasta que en una ocasión me dijo el señor tal cual, ¿cómo no ves a tu novio el vecino te ayuda? Yo también te puedo ayudar, además el ya no podrá ayudarte mucho, tiene visitas por lo que sé o me entere (ellos viven por así decirlo frente de mí, en el edificio que está frente al que yo vivo, lo que significa que ellos son vecinos más cercanos, ya que uno vive al lado del otro vecino, lo que cambia es su entrada, uno entra por las escaleras de la entrada A y el otro por las escaleras de la entrada B).
Yo me hice la que no entendí, la que no escuche, pero pues fue más insistente, así sin tanto rollo me dijo: si los he visto en el pasillo ya en la tarde noche; deberías tener más cuidado, podrían tus padres o tus hermanos darse cuenta. Y pues ya me reí, supongo de nervios, porque nos había visto, conocía nuestro supuesto secreto; me comento que en la entrada de su edificio o incluso en el piso donde él vive no habría tanto problema, ya que sus vecinos se había ido a cuidar a otros familiares y le encargaron sus departamentos por cualquier cosa, además agrego: ahí con y sin pandemia siempre se mantiene solo, todos trabajan y casi durante el día está solo, habría vecinos por lo de la cuarentena pero, se fueron con sus familiares para ayudarlos. No solo eso, también me dijo algo más sin ningún pudor ni consideración, o como algunos dicen, sin pelos en la lengua: de haber sabido que eras así, desde cuando te hubiera invitado a mis fiestas y/o reuniones. Pero la verdad, como te vi, tu forma de ser, vestirte, comportarte, te me hacías una chava mamona (o sea payasa, fresa o que me creo mucho), pero me doy cuenta que eres buena onda y no me refiero por lo del vecino y tú, sino por las charlas que estamos teniendo (ya habíamos platicado cosas en general, durante los recorridos o los breves encuentros en la tienda, mercado o recorridos entre la casa y dichos lugares, ya fuera de ida, regreso o en el cruce -el ir y yo regresar o viceversa-).
Por otra parte, pues yo, con tanto encierro y ya haber comenzado a sentir caricas del vecino de mi edad pues… tenía ganas de más caricias.
En la tienda, mercado o cualquier lugar donde me encontraba me saludaba, dependiendo de las personas y del lugar, era el tipo de charla que me hacía. Pero cuando en ocasiones estábamos solo en algún recorrido no perdía la oportunidad de decirme que me ayudaba, que él no tendría problema, que era discreto, que ya sea afuera o en su casa no había problema, que incluso se conformaba con solo ver (se refería que, sino no dejaba a que él me ayudara, el vecino podría ser, pero que afuera del lado de su entrada o incluso en su depto.). No solo eso, llegó un momento que, en el mercado o en la tienda, buscaba estar cerca de mí (la tienda es pequeña, por lo que se prestaba a tener roses o que chocáramos si habíamos más de cinco personas; por su parte, en el mercado también lo llegó hacer, disque sin querer, era un poco más cuidadoso, dado que se supone tenemos que mantener distancia, pero aun así se daba sus mañas). Total, que en una ocasión que salieron mis padres y yo tuve que ir a la tienda, sucedió lo mismo que le digo: ok, vamos a ver si es cierto, a ver si mejor que mi novio o el vecino, tengo unos 15 minutos porque salieron, pero no tardan en regresar. Sin pensárselo dos veces me invitó a su depto., pero le dije que no, que solo afuera, pues sólo quería ver si realmente era tan bueno como decía. Apenas llegamos a la entrada y a las escaleras que van para su departamento, comenzó a toquetearme, fue más aventado que el otro vecino, me manoseó, cachondeó en mis zonas erógenas, me besó en boca, mejilla y cuello. Casi me dedea sin más, salvo que no lo hizo, y no lo hizo porque yo no lo permití. Porque creo yo que si lo hubiera dejado dedearme, de seguro me termina cogiendo, sino, de mínimo me hubiera masturbado.
Ya cuando me moje de la excitación (no sé si daría cuenta) y calculando el tiempo, le dije que parara, pues debía llegar a casa antes de que regresan mis padres. No le pareció al principio pero con lo de la cercanía, lo de mis padres pues aceptó; no sin antes decirme: ¿qué te opinas, te gustó, mejor que el vecino? Porque a tu novio aún no creo ganarle, pero quizás más adelante. La verdad, si me gustó, esa forma tan atrevida, descarada de manosearme sin pedirme permiso, él a lo que iba. Solo le dije: que estaba bien, que quizás en otra ocasión repetiríamos, pero ya veríamos más adelante.
Pasaron como dos semanas sino es que tres en que tuviéramos otro encuentro, sin embargo, lo seguía viendo ya sea afuera de nuestras casas, en la calle, tienda y mercado. Después me percaté de que él estaba al tanto viendo o checando (por no decir vigilando) a qué hora salía yo de casa y los días. Buscaba la forma de salir cuando me veía, pero a veces salía acompañada o ya me estaban esperando o había gente así que, solo quedaban los saludos y una charla breve de vecinos.
Para cuando se volvió a dar el segundo encuentro, fue ya en la tarde - noche de una de las ocasiones que fui a la tienda. No lo voy a negar, tenía ganas de ser magreada, deseada, toqueteada, etc., con el vecino de mi edad pero no se podía, solo pasaron hacer saludos y charlas breves; ya que salía con alguno de sus familiares, y las pocas veces que salía solo, salía de a rápido o tenía que ir a algún lugar.
Así que ese día, me encontré al vecino de 35, lo saludé y le dije que llevaba algo de prisa, que si me podía ayudar con las cosas de la tienda, al parecer entendió o captó rápido mis intenciones o si no fue así, pues sucedió. Ya al ir de regreso (obviamente le pedí que me ayudara a cargar las cosas), le dije que el encierro hace que nos comportemos de muchas formas, así que le dije: siempre me has ofrecido tu ayuda, ahora yo te la pido, pero debe ser rápido, pues no puedo tardarme mucho así qué tú decides.
Me llevó de nuevo a la entada de su edificio, nos pusimos debajo de las escaleras y otra vez comenzó a tocarme con más ganas, supongo porque iba en leggins (en la anterior ocasión iba en jeans). Incluso, al sentir que llevaba su mano a mi intimidad, lo detuve, pero él me dijo: la de la idea fuiste tú. Yo le respondí que ya lo sabía, pero no podía tardarme mucho, así que le dije: solo puedes tocarme por encima de los leggins, en otra ocasión con más tiempo te lo compensaré. Sin más, él se apartó un poco de mí (estábamos de frente los dos, como si fuéramos novios besándonos y cachondeando, agarrándome las nalgas y piernas principalmente, cuando mencionó que trato de meter su mano en mi intimidad es porque: cuando estuvimos cachondeando de frente y me manoseaba las nalgas y piernas, también bajo más su mano y desde mis nalgas trato de llegar a mi vagina por en medio de mis piernas, al parecer más o menos llegó, regresó su mano pero en ésta ocasión trato de meterla a mis leggins, cosa que no permití), en cuanto considero lo suficientemente retirados me dio la vuelta, y me volvió a acercar a su cuerpo, pero esta vez de espalda, prácticamente mi trasero quedo sobre su verga (que por cierto en ese momento me percate que es más grande que la del vecino, tanto a lo largo como a lo ancho, y vaya que la sentí bien, salvo que fuera por el pantalón de mezclilla -eso lo sabría más adelante-. Ya que me puso apoyada en su cuerpo de espalda, para que sintiera su pecho, sus piernas y sobre todo su virilidad en mi trasero (ya que incluso me la restregaba, frotaba o movía para que la sintiera más, no se conformó con solo tenerla apoyada en mi trasero, quería que la sintiera en ambas nalgas), al ya tenerme de esa manera, deslizó una de sus manos hasta ponerla en medio de mis piernas por la parte de enfrente y comenzó a frotar sus dedos hasta que encontró mi vulva, mis labios vaginales y ahí se dedicó a darme placer, su otra mano, la subió hasta tener uno de mis senos en ella, estuvo jugando, apretando haciendo todo lo que quiso hasta encontrar mi pezón o hacer que mi pezón estuviera durito, sin olvidar que su boca junto con su lengua juga en mi cuello, ya sea lamiéndome, chupándome como si fuera hacerme un chupetón (cosa que le dije que no porque se darían cuenta en mi casa, cosa que aceptó) y besándomelo. En cuanto me moje o tuve mi orgasmo le dije que ya parara, que me estaba tardando más de lo debido y en casa podría tener problemas. Accedió, pero mencionó que después se las cobraría por dejarlo todo duro.
Con el paso de los días, cuando tenía que ir a la tienda, trababa de que fuera en la tarde – noche, cosa que él también ya sabía, pero no siempre se podía hacer mucho, salvo dialogar. Pero cuando sabía que tenía un poco más de posibilidad de tardarme más pues… lo hacía. Y como quedé en compensarlo, pero no lo había hecho, me sugiero que, cuando pudiera tener un poco más de tiempo fuera en leggins a la tienda, así él sabría que habría un poco de tiempo, y para compensarlo me expresó que igual podría llevar una sudadera para poder compensarlo. Entendí por dónde iba el asunto, le mencioné que mis niñas son pequeñas y… me interrumpió. Eso es lo mejor, te pones unos leggins o licras, te pones una sudadera, una playera, y no te pones sostén, al cabo los leggins y las licras las usas sin ropa interior −no creas que no me he dado cuenta−, de esa forma me podrás compensar. Será rápido… me dirás que tiempo tienes, pero de mínimo unos 5 minutos a máximos 15 minutos.
Así que para la tercera ocasión pues ya fui en licras, playera, sudadera, tines y tenis. Pero como siempre a la hora de cuando cambia el día en tarde – noche. Al verme salir de esa forma fue alcanzarme a la tienda, casi llegamos a la tienda cuando le dije que si iba a comprar algo, me dijo que no, entonces le pedí que regresara a su casa, explicando que, podría verse ya sospechoso que siempre estemos llegando a la tienda juntos o encontrarnos muy a menudo, más que con los otros vecinos. Aceptó más o menos, porque le dije que, estando cerca, no faltaría el vecino chismoso, así que, mejor me esperará allá, hay menos gente y un poco más oscuro que en la tienda. Entonces me añadió: está bien, pero te espero en las escaleras que están para entrar a mi depto.
Me apuré en la tienda y me fui lo más rápido que pude, quería saber, aunque ya me daba una idea. Llegue donde él estaba, sin más me dijo deja las cosas en el suelo y siéntate sobre mí (él se encontraba sentado en las escaleras que están a unos pasos de su depto.), sin perder tiempo, me sentó sobre sus piernas de frente a él, haciendo que mis piernas lo rodearan, lo abrazaran, me desabrochó la sudadera, subió mi playera y…
Si, efectivamente, comenzó a besar, lamer y chupar uno de mis senos, mientras al otro lo manoseaba, pero… sabiendo como es él, pues su mano libre, la pasó por atrás de mí hasta llegar a mi trasero y estarlo acariciando. Estuvo un rato así, cambio de seno y me comentó: ya me compensaste, después veremos que más iremos haciendo, ahora no te quito más tiempo y regresa a casa; mientras me decía esto me bajo la playera y ya me acomodé yo la sudadera, y como era de esperarse, me dio una manoseada a dos manos en mis nalgas cuando me ayudo a levantarme de sus piernas.
Así siguieron pasando los días, obviamente no siempre era vernos para hacer travesuras, pero cada cuando se podía, pues esa era la señal, ir en leggins o licras, tenis, playera y/o sudadera.
Salí unas dos o más bien tres veces así más, y era más o menos lo mismo, fajar – manosearme por encima de la ropa, ya para ese entonces, ya me había confesado que me había visto en varias ocasiones pero nunca se atrevió a saludarme, pero que también se había percatado que los leggins y las licras las usos sin ropa interior, como era de esperarse, también me preguntó qué tipo de ropa interior uso, así que ya sabe el tipo de brasieres que llegó a usar, y que solamente uso tangas, incluso cuando llegas Andrés, pero no se quería quedar con la duda, así que me preguntó que si estando en mis días también uso tangas, le dije que si, que en sí para esos días uso copa, que por eso no hay problema.
Así que en las siguientes ocasiones pues paso más o menos lo mismo que ya conté. Alguna que otra variante, pero no mucho que mencionar o valga la pena, solo que era cerca de su depto. para evitar miradas indiscretas.
Obviamente, charlábamos más, sobre diferentes temas y sobre todo sex.
De mi novio, de mí, de lo que me gusta de lo que le gusta a mi novio, etc. Yo solo conté cosas simples, nada comprometedor. Pero también en esas ocasiones placenteras, pude confirmar que, sí, evidentemente, lo tiene gordo y grande, es grueso y largo su pene. Pero lo quería comprobar, tenía esa curiosidad, saber que tanto, incluso entre esas platicas, salió que podría ser mejor que mi novio, ya que había demostrado ser mejor que el vecino, pero… cómo explicarlo… quizás más adelante.
Y obviamente insistía en querer ayudarme a más, pues obviamente platicamos que durante toda la pandemia no he tenido sexo con mi novio, no faltan los comentarios de sino me hace falta, sino lo extraño, etc. Obviamente el bien ofrecido, jaja. Pero tenía mi curiosidad de saber y conocer más sobre él, sobre todo conocer si lo tiene grande.
Un día que tuvieron que salir, mi mamá tenía que ir a ver a una de sus hermanas y cosas así… pues pensé en averiguar más, obviamente no le avise, no me vestí como era la señal de “tengo tiempo para un faje”. Así que me vestí con jeans ajustados, top, playera de las que se abrochan, para no complicar, ropa que no da mucha facilidad, pues si sabía que teníamos tiempo, de seguro me iba a querer coger.
Salí a la calle, obviamente ya me había percatado que él siempre está al tanto de mi habitación viendo si voy a salir o no. Fingí ir a la tienda, más bien que ocupaba ir a la tienda, pues si fui a la tienda, me alcanzo pues al verme vestida así, sabría que no había tiempo, además era medio día.
Platicamos un poco, después por suerte llegaron unos WhatsApp, que fue cuando le dije que mi mamá me estaba avisando que se iban a tardar (ella y mis hermanos) como una media hora, quizás una hora… así que… tenía alguna idea…
Sin más me dijo: pues si quieres vamos a donde siempre, así que nos fuimos para el lugar de siempre. Así que nos fuimos a las escaleras, llevaba pocas cosas de la tienda…
Al llegar a las escaleras pues lo de siempre, fajes, manoseos, besos, cosas así tipo pareja – amantes.
Pero se puso muy intenso, yo también me calenté mucho, la cuestión es que me comentó: otra vez tendré que masturbarme porque solo me calientas y también tengo mucho tiempo sin sexo, y no quiero que me duelan los huevos por no sacar el semen −en sí dijo otra cosa, sacar la nívea−. Yo le comenté que si no le gustaba manosearme – fajarme, y me dijo que sí, pero pues también tenía las ganas de desahogarse. Porque hasta me explicó: ve cómo lo tengo de hinchado por tú culpa (se refería a su verga toda gruesa), es más, mejor siéntelo para que compruebes. Lo toque por encima del pantalón, y si, se sentía muy grueso, duro y obviamente largo. También añadió, mis huevos están cargados pues ya tiene tiempo que te vi y me masturbe, ya los he de tener llenos. Así mismo agregó: ¿no me quieres dar una manita para que se me quite está hinchazón? Tú si terminas húmeda, si tienes tu orgasmo, pero yo... haciéndome la difícil, porque una cosa era fajar y ya otra lo que proponía, pues incluso solo lo había dejado tocarme por encima del pantalón, y los de mis senos fue por compensación. Prácticamente me pidió que los masturbara. Yo seguía en el mismo plan, haciendo algo de tiempo calculando el tiempo para cuando regresaran mis padres. Total, que, le dije: está bien te ayudaré porque me has ayudado con este encierro, pero… ¿aquí? (me refería a las escaleras). Me respondió que por él no había problema, que no tenía inconveniente en que lo masturbara en plena escalera. Pero yo dude porque era de día y quería evitar algún incidente, un vecino chismoso con celular o algo así. Como me vio muy dudosa añadió: si no tienes inconveniente, podemos ir a mi depto., ahí no habrá problemas. Yo tuve que recalcar, pero solo te masturbaré, nada de otra cosa, además ya va como medía hora y mi mamá dijo que a lo mucho se iban tardar una hora.
Aceptó o acepte, algo así. Entramos a su casa, nos fuimos a la sala, nos acomodamos y me dijo: pues para que veas que no solo quiero que me masturbes, me hagas una rica paja, seguimos cachondeando mientras me masturbas. No me quedó otro más remedio que aceptar (jaja, yo bien sacrificada), él se desabrochó el pantalón y bajo el cierre, se bajó un poco el pantalón y sus boxers, se sacó su verga y se volvió a sentar en el sillón. Y yo ¡OH! Si que la tiene grande, tanto gruesa como larga, y según él, aun le faltaba pues por el inter o la pausa en que dejamos de fajar se le había bajado un poco el asunto. Sin más se acomodó a mi lado, me acercó a él, comenzó a manosearme, como yo no me decidía aun, tomo mi mano y la puso en su verga. Obviamente el seguía cachondeándome, o más bien poniéndome cada vez más y más caliente. Supongo que lo noto, ya que después de un rato de manoseo y de estarle tocando la verga, se apartó un poco de mí, me vio a los ojos, la cara y la boca… bajo su mirada a su verga y…
Me volvió a ver a los ojos, comenzó a tocarme otra vez, pero está ocasión comenzó desde mis piernas, fue subiendo poco a poco, pasando por mis nalgas, llego a mi espalda, fue subiendo despacio hasta llegar a mis hombros, en todo ese tiempo, jamás dejó de verme a los ojos, cuando sus manos llegaron a mis hombros, fue acercándome o más bien bajándome para su miembro. Por un momento se detuvo al estarme acercando – bajando para con él, ya no sentí que hiciera presión o alguna fuerza para bajarme… por un momento lo pensé, incluso dude si realmente… así que sin más, yo termine por bajar los pocos centímetros que faltaban…
Ahí comencé a mamársela a mi ritmo a mi tiempo, quizás era lo que buscaba o esperaba. Pero al meterla un poco más a mi boca, sentí como acariciaba mi cabeza, ya no había palabras de parte de él, mías, pues menos. Lo que si pude comprobar es que, tenía razón, no la tenía del todo bien dura, ya que al estar un rato mamándosela sentí cómo creció, al menos se le puso más gorda, y con una de mis manos, pues no estoy muy segura si también se hizo un poco más larga, pero de lo que si estoy segura es de que se le puso más gorda.
De lo que si estoy segura es que, a lo largo no me entró toda, según yo me han de ver entrado como 15 cm, pero aun faltaba para poder entrar toda a mi boca. Hice lo que pude, mi mayor esfuerzo, hasta que sentí una de sus manos en mi cabeza (ya que cuando me aplique a mamarla, dejo de tocarme la cabeza, como que se recargo totalmente en el sillón para disfrutar). Creo que era para avisarme que estaba por terminar o quizás quería decirme algo más (eso lo supe después, no ese día sino en días posteriores), entonces intensifique la labor de mis labios junto con mi lengua y pues…
Recibí lo que tenía que recibir.
Cuando sentí que terminó, me trague todo el semen que puede, después de eso, me incorporé, como si nada hubiera pasado. Lo vi a los ojos me vio, sonreímos los dos. Después hizo pulgar arriba con ambas manos.
Se acomodó el pantalón, cuando creo se recuperó me dijo: que rico la mamas, se ha de sentir mucho mejor su pudieras metértela toda a la boca. Pero no me quede callada y le respondí: no te pases, si la tienes muy larga y gruesa… agregó el: lo sé, por eso no quise ni forzarte ni tomarte de la cabeza, ya una que otra “novia” me lo había dicho; pero eres la primera chica que a la primera ocasión casi se la traga toda, tres cuartos de su verga, tu novio a de estar muy complacido, y ahora yo también. De haber sabido que así de rico la mamas, desde que se mudaron para acá te debí haber hablado. Ahora sé que eres mamona, pero de las buenas no de las mamonas que se sienten mucho… dijo un par de cosas más… que quizás después les cuente. Total, me arregle lo mejor que pude, le mencioné que a lo mejor podríamos tratar de que sea completa, pero que después hablábamos, pues mejor me iba no sea que llegaran antes mis padres a la casa.