Conociendo a Andrea 1/2

``` Hola, mi nombre es Silvia, tengo 22 años, mido 1.60, soy delgada, con muy buen cuerpo, pelo lacio, negro y largo, ojos cafés, y labios rosas. Salgo de casa muy a prisa, es mi primer día a cargó de un grupo, soy estudiante de medicina de penúltimo cuatrimestre y me aceptaron cómo instructora de la materia de Farmacología, le doy clase a los de generaciones más pequeñas. Y justo hoy me quede dormida. La ventaja es que vivo a solo 4 cuadras de la facultad. Mi celular empieza a sonar, de seguro es mi amiga preocupada por qué no he llegado. Mientras busco desesperadamente el celular, choco con una chica en la entrada...

Andrea: Que diablos te pasa, ¡fíjate por dónde caminas!

Silvia: De verdad lo siento, no fue mi intención, lo lamento.

Andrea: Un lo siento no es suficiente, hiciste que tirará mi café.

Silvia: Oye necesitás calmarte, además la que debería estar molesta soy yo, mira como dejaste mi bata llena de café.

Andrea: Eso es por tu culpa, si no anduvieras como desquiciada corriendo por ahí.

Silvia: Mira no tengo tu tiempo, adiós.

Salgo corriendo hacia el cuarto piso que es donde será la clase. Al llegar me disculpó con los chicos, y con mi amiga.

Gabriela: ¿Que te pasó? ¿Que tiene tu bata?

Silvia: Choque con una tipa en la entrada y me derramó el café encima, pero no pasa nada, hay que empezar.

Alguien toca la puerta y mi amiga se acerca a abrir, para mí sorpresa...

Andrea: Una disculpa, ¿Será que puedo pasar?

Gabriela: Llegas 15 minutos tarde, no puedes pasar lo siento.

Silvia: Gabriela déjala pasar, solo por hoy, yo sé que los accidentes pasan ¿Verdad doctora?

Andrea se nota apenada y sorprendida, acaba de reconocer a Silvia.

Andrea: Si, lo sé! Muchas gracias.

Sigo dando la introducción del curso, pero no puedo dejar de ver a esa chica, es muy bonita, es una lastima que sea una arpía petulante.

Silvia: Eso es todo por hoy chicos, los veo la próxima semana, no olviden lo de su manual.

Me pongo a ordenar las cosas y ayudo a Gabriela a apagar la computadora. Ya se han ido todos los chicos, menos esa misteriosa chica.

Andrea: ¿Oye puedo hablar contigo?

Silvia: Si me vas a gritar de nuevo, paso.

Andrea: En realidad te quiero pedir disculpas por cómo me porte hace rato, no fue tu culpa fue un accidente, lo siento. Y te quiero proponer que si quieres yo puedo lavar tu bata.

Silvia: Está bien, aceptó tus disculpas, y tienes suerte, me ahorrarias un poco en la lavandería, acepto.

Andrea: Gracias y de verdad lo siento.

Me quitó la bata y se la entrego, Andrea la toma y sonríe, se despide y sale del salón.

Gabriela: ¿Tan rápido y ya ligando? El poder corrompe amiga.

Silvia: No digas tonterías, es la chica con la que choque está mañana, ni la conozco.

Gabriela: Quizá no la conoces, pero bien que te gustaría, si no le quitaste la mirada de encima durante toda la clase.

Silvia: Basta! Obvio no, además, por si lo olvidaste yo tengo novia.

Gabriela: Claro, pero tú "novia" te pidió un tiempo por qué se iba de intercambio un año.

Silvia: Cállate y mejor ayúdame que ya viene el otro grupo.

Durante el día debo dar mis clases como instructora y asistir a mis clases normales, no puedo evitar pensar en lo que Gabriela me dijo, hace 7 meses que mi novia se fue a España de intercambio, se supone que pasaríamos la relación hasta que volviera, y prometimos ser fieles, hasta ahora yo he cumplido con mi promesa, pero la verdad tengo mis dudas del si ella lo ha hecho, sé que nuestra carrera es demandante y que la diferencia de horarios es mucha, pero ha estado muy rara últimamente. Estos pensamientos me abruman todo el día, al terminar todas mis clases me dirijo a mi departamento, y le marco a mi novia, esperando que su voz disipe todas estas ideas, pero no contesta. Guardo el celular y entro al edificio. Mi celular empieza a sonar y lo saco rápido pensando que sería ella, pero no, es un número desconocido.

Silvia: Bueno?

Andrea: Hola! Soy Andrea la chica con la que chocaste está mañana, me tomé la libertad de pedirle tu número a tu amiga Gabriela, tngo tu bata limpia y quiero ver si aún estás en la facultad para dártela.

Silvia: Lo siento ya estoy en mi casa, pero podría volver, ¿Hasta que hora estarás ahí?

Andrea: Bueno no te preocupes no hace falta que vuelvas, ya mañana será.

Silvia: No es molestia, en realidad vivo cerca de la facultad, podría llegar en 5 minutos.

Andrea: Yo igual vivo por aquí, si quieres podría ir a dejarte la bata a tu casa.

Me sentía tan cansada que acepte la propuesta, le mandé mi ubicación y espere en la entrada del edificio. Mientras llegaba decidí Abrir Instagram y me encontré la foto de una amiga de mi novia, al parecer el fin de semana se habían ido de fiesta, al prestar más atención me doy cuenta que en los comentarios de la foto una chica le comento un comentario estúpido pero muy gracioso y eso llamo mi atención, al prestar más detalle me doy cuenta que la foto de perfil de esta chica es una foto de mi novia besandose con ella, no puedo evitar derramar una estúpida lagrima, cuando llega Andrea.

Andrea: Hola! ¿Te encuentras bien? Lamento la tardanza, no encontraba el lugar.

Silvia: Descuida, estoy bien, y si está un poco escondido el edificio, ¿Tienes mi bata?

Andrea: Si, aquí está, logré desmancharla parace nueva. Oye, si quieres podemos ir a cenar algo, te ves triste y creo que hoy fui muy grosera contigo, es lo mínimo que puedo hacer.

La verdad es qué me tomo por sorpresa, me pareció muy extrovertida y la verdad no podía dejar de mirarla, ella se puso nerviosa, lo supe por qué mordía su labio y empezó a acomodarse el pelo varias veces, en una de esas ocasiones logré ver una pulsera arcoiris en su muñeca.

Andrea: ¿Solo vas a mirarme? ¿No vas a contestar? Ya sé que soy bonita pero también tengo hambre jajaja.

Silvia: ¡Ay perdón! Es que me distraje con tu pulsera...

Andrea: Entiendo, si te molesta no te preocupes, solo intentaba ser buena onda, no quiero molestar, creo que mejor me voy.

Silvia: ¡No! Para nada, no me molesta, de hecho... ¿Por qué no entras, pedimos algo de comer y hablamos un rato?

Andrea: Me parace buena idea.

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