Conocía al padre y al hijo (1)

Las casualidades de la vida hacen que me lo monte con una pareja padre e hijo, aunque ellos no lo sabían (primera parte)

Conocí a Rafa hace unos siete años, justo cuando empecé a follar con hombres. Antes había tenido algún escarceo con tíos, pero seguía con mi novia del instituto. Llegó un momento en que lo dejamos, así que yo tuve más libertad para experimentar mi verdadera sexualidad.

En uno de esos primeros contactos, contacté vía chat con un chaval de mi edad (yo contaba con 30 años) que me ofrecía la posibilidad de hacer un trío. Él era versátil y estaba con un tío de unos 40 años fvibradoy guapo también versátil. Así que me dirigí a Gràcia y cuando llegué ellos ya estaban montándoselo. La cara de alivio de Rafa (el de 40 años) fue instantánea, y es que el anfitrión nos había mentido a los dos: ni tenía 30 años (más bien 45) ni estaba dotado y mucho menos estaba bueno. El caso es que empezamos a enrollarnos Rafa y yo, dejando de lado al dueño del piso. No nos tiró porque el espectáculo que le ofrecimos fue impresionante mientras él se pajeaba, pero vimos la cara de desilusión que puso cuando le dijimos que preferíamos que no participara o sino ambos nos íbamos.

Rafa resultó ser un tío encantador. Tras salir de la "casa del infierno", nos fuimos a tomar una cerveza a una terraza del barrio (era el mes de mayo creo recordar y hacía muy buena tarde) y nos pusimos al día sobre nuestras vidas. Lo cierto es que me cayó genial desde el principio, y no me costó nada abrirme a él, y él también se abrió a mi. Me contó que estaba casado y que tenía un hijo de 15 años, aunque la relación con su mujer era más de amistad que otra cosa. Le pregunté si se había casado sabiendo que era gay, y me confesó que no, que todo comenzó cuando se apuntó al gimnasio tres años antes.

  • Perdí 15 kg de grasa y gané 12 de músculo.

  • Joder, yo te veo estupendo tío.

  • Ya, pero es que estaba muy dejado… ya sabes, matrimonio, hijo, estabilidad, aburrimiento.

  • Pues estás tremendo, menudo cuerazo y menudo culo tío. ¿Y dices que todo empezó en el gimnasio? ¿En los vestuarios?

  • No, no… fue en una noche de cena de gente del gym, hace un año más o menos.

  • ¿Un año?

  • Sí, tampoco te creas, aunque en este tiempo he corrido (y me he corrido) mucho, más que en los 39 restantes, jejeje.

  • ¿Y qué pasó?

  • Nada, lo típico, nos fuimos de cena la gente del gym… nos sentamos los tíos de la zona de pesas juntos y las tías de las clases de spinning y aerobic juntas. Lo cierto es que yo no imaginaba que hubiera gente gay en el gym. Yo iba, me ponía mi música, hablaba con el entrenador para que me corrigiera e iba a la mía, lo que pasa es que alguna vez tenía que esperar a que la máquina estuviera libre y te ponías a hablar con el chaval para no dar la impresión de ser un subnormal. Luego, en las duchas, también hablas con unos, con otros, de fútbol, de tías… todo muy artificial por lo que descubrí más tarde.

  • Ya, bueno, eso nos pasa a todos, en el trabajo también hay que actuar así algunas veces.

  • El caso es que después de la cena nos bajamos al Baja Beach a tomarnos unas copas. La gente se fue dispersando y acabamos tres tíos juntos. Yo les buscaba tías para ligar, pero ellos como que no hacían mucho caso. A eso de las 5 de la mañana me preguntaron si quería la última en casa de uno de ellos, y yo inocentemente asentí. Vivía cerca, por el Raval, y en unos 15 minutos llegamos a su piso. El tío empezó a quitarse ropa porque hacía bastante calor, y nos enseñaba sus progresos en el gym. El otro chaval le decía que estaba bastante bien, pero que debía reforzar piernas y algo de glúteos, y ni corto ni perezoso se bajó los calzoncillos y nos enseñó el culo.

- ¿No te parece que tengo bien el culo?

El otro chaval se puso detrás y empezó a comerselo. Imagina como me quedé yo, les dije que me iba y que les dejaba solos, aunque me había empalmado. El caso es que me dijeron que me quedara, que nos lo podríamos pasar en grande. Yo no estaba seguro, pero con mi mujer hacía tres meses que no follaba e iba muy salido, así que me quedé.

Acabamos follandonos los tres, incluso hicimos un trenecito, donde yo fui el del medio. Eso sí, para dilatarme el culo estuvieron comiendomelo unos 20 minutos y ayudó que me dieron a esnifar poppers (que yo no sabía lo que era).

Desde entonces, alguna vez que nos quedábamos solos en los vestuarios del gym, nos lo montábamos rápido, y más adelante descubrí que no éramos los únicos tíos a los que nos iba la marcha entre machos.

  • Joder, que fuerte… ¿y cómo llevas lo de tu mujer?

  • Mal. Lo cierto es que estamos distanciándonos, aunque el afecto que nos une es grande todavía y creo que estamos juntos más que nada por Andreu, mi hijo.

Rafa y yo continuamos viéndonos como follamigos varios años. Finalmente se separó de su mujer y se fue a vivir al Gayxample en un piso donde más de una vez hicimos orgías multitudinarias. Con el tiempo, dejamos de vernos puesto que él se emparejó y yo tenía otros follamigos. Después de varios años sin saber de él, hace unos días me escribió un whatsapp. Me dijo que lo había dejado con Fernando y que si me apetecía volver a verle. Lo cierto es que las folladas con Rafa eran buenas, así que quedamos en vernos, tomar una cerveza y si surgía y nos apetecía…

Quedamos en un bar cerca de mi casa, y aunque los años habían pasado por él (ya tenía cerca de 48), seguía fibradete y estaba todavía de buen ver. No es que yo tenga un prototipo de tío (me molan casi todos mientras tengan agujero donde meter mi rabo), pero el cabrón todavía tenía aquel morbo del primer día cuando nos conocimos en Gràcia. Nos estuvimos poniendo al día, mis ligues, los suyos, me contó que su mujer se había vuelto a casar con uno de su curro, y que su hijo ya tenía 22 años y estaba tremendo.

  • Porque es mi hijo, sino me lo follaba.

  • Jajajajajaa, ¡que burro eres! ¿Pero es gay?

  • No, bueno, no lo creo.

  • ¿Cómo que no lo crees? Eso se sabe.

  • No, yo creo que no. Es muy dejado. Podría ir al gym, es guapo, pero tiene pancheta y debería estar más musculado, así que no creo… No se fija mucho en su aspecto, tú ya me entiendes…

  • Bueno, no todos los tíos somos unas musculocas como tú

  • Jajajajaja, ahora el cabrón eres tú… venga, ¿me follas?

Nos subimos a mi piso, y ya en el ascensor empezamos a magrearnos y a besarnos. Me sacó la polla y empezó a masturbarme mientras me metía la lengua hasta la campanilla. Rafa había aprendido mucho, sin duda, estos años.

Yo mientras le tocaba los pectorales. Descubrí que se había puesto un piercing en un pezón (uffff, como me pone jugar con ellos) y con la otra mano apretaba sus duras nalgas trabajadas del gym.

Cuando entramos a mi casa, ya íbamos casi medio en bolas, nos acabamos de desnudar y empezó a hacerme una mamada de campeonato, tragándose mi nabo hasta el fondo. Menudo placer me estaba dando el tío. Le cogí la cabeza y empecé a follarle la garganta. Él me miraba a los ojos. Le saqué la polla y le escupí en la cara. Abrió la boca y pidió más, así que le tiré otro lapo, pero esta vez acerqué mi cara a su boca para que se lo tragara entero. Rafa empezó a gemir y volvió a tragarse mi nabo, mientras me tocaba los huevos con una mano. Yo estaba de pie en la entrada de mi piso y le dije

  • Vamos a la cama tío.

  • ¿Tienes poppers, tema o ghb?

  • No, solo uso poppers… lo otro no me va.

  • Ok, sácalo.

Fui a la nevera, saqué el botecito y cuando llegué a la cama estaba a 4 patas ofreciendome su ojete depilado. Le pasé el bote y me arrodillé para empezar a comerle el culo. Menudo sabor tenía, salado del sudor aunque limpio. Su ojete se abrió instantáneamente y le pude meter la lengua dentro, entera. Pocas veces lo he conseguido con tíos, pero el culo de Rafa sabía lo que se hacía. Mientras, él se abría los cachetes y yo me pajeaba.

  • ¿A qué coño esperas? ¿Me la metes?

Tiré un salivazo a mi capullo y lo restregué contra su ojete. La calentura de Rafa era tan grande que ni esperó a que yo le metiera la polla, directamente echó su cuerpo hacia atrás y mi rabo entró en su culo sin haberme movido yo del sitio.

No había puesto el aire acondicionado, y hacía calor, mis gotas de sudor caían sobre su cuerpo. Rafa estaba completamente extasiado.

  • Joder, qué rabo. No me acordaba ya de lo grande que era. Tío, ábreme el culo. Rómpelo que es tuyo.

  • Tu culo si que está rico tío. Pocos culos como este me he follado yo… ¿donde te has metido todos estos años?

  • Sigue follándome así y será tuyo cuando quieras.

Le saqué la polla, lo tumbé hacia arriba, me puse sus piernas en mis hombros y volví a meterle el rabo. Así podíamos vernos las caras mientras follábamos. Acercamos nuestras bocas y empezamos a morrearnos mientras yo bombeaba. De vez en cuando me separaba y le escupía. Él pedía más. Y le volvía a escupir.

Con su mano se pajeaba aunque le decía que estuviera tranquilo, que no quería que se corriera pronto. Ese polvo era para disfrutarlo. Después de cerca de 10 minutos follando, se la volví a sacar. Necesitaba descansar un poco y beber (el calor ya era insoportable).

Me acompañó a la cocina y mientras abría un bote de cerveza, él se amoló y me volvió a comer el rabo para que no se me bajara. Me bebí la cerveza casi de un trago, aunque me guardé un poco el la boca. Le saqué la polla y le besé, pasándole la birra de mi boca a la suya. Tragó la cerveza y me volvió a comer la polla. Tenía la boca fresca y lo agradecí.

Volvimos a la cama, y le puse otra vez a 4 patas, me apetecía seguir comiéndole el culo ahora que lo tenía más abierto. Mientras se daba otro chute de poppers, el culo se abrió aún más, y me atreví a meterle 3 dedos. Él me dijo que una vez un tío había conseguido meterle la mano, aunque lo cierto es que a mi el tema del fist no me va mucho. Sin embargo, con mis dedos masajeaba su próstata y Rafa gemía de placer.

  • Metemela tio, necesito polla.

Se la volví a meter, yo estaba ya muy caliente y cerca del orgasmo, y él también. Cuando ya íbamos a corrernos, le saqué la polla y nos dio el tiempo justo para hacer un 69. Hasta ese momento yo ni siquiera había catado su polla. Nos corrimos casi a la vez (él primero y yo cuando noté su leche en mi boca). Ambos la guardamos y nos morreamos intercambiándola de una boca a otra, hasta que al final nos la tragamos.

Nos quedamos tirados en la cama, sudados como cerdos, y le invité a una ducha.

  • Espera un poco tío, que estoy muy acelerado por el poppers.

  • Tranquilo, esperamos y se te pasa.

Se metió en la ducha y me dijo:

  • Vente un momento.

  • ¿Qué quieres?

  • Tío, estoy muy salido… ¿tienes colegas para tríos?

  • Sí, pero ¿para ahora?

  • No, hoy no, y mañana voy a salir a un congreso a Zaragoza… vuelvo el viernes. ¿Nos montamos uno por la noche?

  • Ok, no habrá problema.

  • ¿Puedo elegir cómo quiero que sea el tío?

  • Joder, ni que tuviera un catálogo de follamigos, pero dime, ¿cómo quieres que sea?

  • Jovencito… quiero follarme el culo de un veinteañero, mientras tú me rompes con tu rabo…. quiero abusar de un chavalín. ¿Conoces a alguno así?

  • Sí, tengo un chaval de unos 21 años que le mola la caña, y es guapo, muy guapo.

  • Ok, pues el viernes quedamos, ok?

  • Hecho, ten, aquí tienes una toalla.

Dicho y hecho, aquella misma noche llamé a mi follamigo más joven, que casualmente se llamaba Andreu… (continuará)