Conocer los secretos mas intimos (2)

Un maravilloso fin de semana inesperado para todos.

Tal y como he contado en el anterior relato la situación se paralizó, hacia mucho tiempo que no sucedía nada entre los cuatro, pero sin pensarlo ocurrió algo maravilloso, una experiencia extraordinaria, sobre todo por ser inesperada, ya que habíamos renunciado a que volviera a ocurrir algo entre nosotros cuatro.

Roberto llevaba un tiempo diciéndome que tenia ganas de ir a un local de intercambios, solo fuimos en una ocasión y nos gusto la experiencia de hacer el amor los dos solos allí entre tanta gente y tanto morbo, no pensamos hacerlo con desconocidos, primero por el miedo de un contagio y segundo porque una experiencia así sobre todo debe de ser excitante y aquello suponía frialdad.

Era viernes, Juan le pidió a mi marido la dirección del local, ellos querían ir para ver como era aquello y mi marido le dijo que si no les importaba que les acompañáramos, Juan y Julia aceptaron y quedaron en ir después de cenar los cuatro. Yo de esto no sabia nada, simplemente cuando Roberto llego a casa le note una sonrisa de oreja a oreja, intuía que algo tramaba y tras preguntarle en varias ocasiones al final me dijo "he quedado con una amiga para tomar una copa" me quede de piedra, lógicamente se que la fantasía de mi marido es un trío mhm, no me niego a darle ese placer, siempre que sea con una conocida, así que me tubo toda la tarde en vilo, me producía a la vez de morbo una extraña preocupación. Yo mientras tanto no dejaba de hacerle preguntas, lo primero que quería saber es de que la conocía, me contó que era una comercial que conocía desde hacia mucho tiempo, que era soltera, guapa y simpática, que le había echado el ojo y le había invitado a una copa. Me pase toda la tarde dándole vueltas al asunto y sin creérmelo del todo.

A ultima hora de la tarde me dijo "he quedado con Juan y Julia para ir al local de intercambios, eso si, en plan Light", yo me quedé de piedra, hacía tiempo que no surgía nada entre los cuatro porque el nos paró los pies y ahora era él el que giraba la llave para abrir la puerta. Cenamos cada uno en nuestra casa y nos marchamos juntos al local. Cuando llegamos una relaciones publicas nos enseño las instalaciones, nos tomamos un par de copas y nuestros amigos nos dijeron que se querían marchar porque la verdad que el local deja mucho que desear en cuanto a decoración y el ambiente no era el mismo que la otra vez que fuimos solos, la gente era mas mayor y no estaba tan higiénico, así que decidimos irnos los cuatro.

Les invitamos a tomar una copa en nuestra casa, salimos al jardín, la noche era esplendida, la conversación empezó a girar en torno a lo que habíamos visto allí, dentro de lo que cabe no hay duda de que era morboso aunque no nos gustara el ambiente, Roberto tiene un culito precioso y le sientan los tangas como un guante, ni corto ni perezoso se quito el pantalón, el comentario de Julia y yo fue el desencadenante, me pone muy caliente verle insinuarse, así que yo también enseñe mi tanga, me quite el vestido y le saque de su escondite su precioso pene, empecé a comérmelo con todas mis ganas, al final acabamos los cuatro en el césped, eso si, cada uno con su pareja. En esta ocasión estaba por cumplirse la fantasía de Julia.

Julia estaba cabalgando encima de Juan y en ese momento le dije a Roberto "acércate a ella y la penetras por el ano", nos acercamos a ellos y lo intento en varias ocasiones pero el agujerito se resistía, así que se la introdujo por la vagina a la misma vez que Juan, fue una experiencia muy excitante ver a Roberto penetrarla, ver como mueve su culito dentro y fuera, oír los gemidos de Julia que pedía mas y mas. Estaba clarísimo que no me iban a dejar sin probarlo a mi, me subí encima de Roberto y volví a sentir esa sensación tan maravillosa, Juan acariciaba mi espalda, mis pechos, mis nalgas, mis piernas mientras yo notaba como se abría mi ano como si fuera una flor y sentí como me penetraban mejor si cabe que la primera vez, cual fue mi sorpresa cuando Juan saco el pene de mi ano y me penetro por la vagina a la misma vez que Roberto, la sensación era de estar completamente llena de placer. Cuando nos quisimos dar cuenta el sol empezaba a salir, estaba amaneciendo, nos despedimos sin saber que esto no tenia fin, que cualquier día surgiría algo nuevo y que el intercambio era lo único que faltaba por probar.

Al día siguiente Juan y Julia nos llamaron para darnos un bañito en su piscina, nos sentamos en el césped y estuvimos hablando de la noche tan estupenda que habíamos tenido, Julia sacó una bandeja de fruta para merendar, sandía, melón, kivi, y como no una copita de anís. Julia y yo nos comíamos la fruta de una forma muy sensual, mojándola en el anís y chupándola lentamente, ellos se excitaron y Juan cogió a Julia de la mano y se la llevó al salón. Roberto empezó a besarme saboreando el anís que tenía en la boca, me mordisqueaba el cuello mientras sus manos se deslizaban en mi pecho, me dijo "cierra los ojos" los cerré y noté un excitante frescor en el clítoris, me pasaba la sandía por el clítoris bajaba hasta la entrada de la vagina, la introducía y después la chupaba para repetir la misma operación, así llegue a un gran orgasmo mientras que oíamos los gemidos de Juan y Julia desde el salón y como si se tratase de la música de la flauta de amelín, como hipnotizados, nos dirigimos al salón, estaban en el sofá Julia le estaba haciendo una buena mamada a Juan, yo aproveché para ayudarla, mientras yo metía su glande en mi boca, ella le comía los testículos y Roberto nos acariciaba a las dos. Miré a Roberto directamente a los ojos para obtener su aprobación, no hizo falta que me dijera nada, sabía que me daba permiso para subirme encima de Juan, abrí mis piernas y lentamente me fui introduciendo su pene en mi vagina, con movimientos lentos y en circulo cabalgaba encima de el, al girar la cara vi como Julia cabalgaba sobre Roberto, me excité todavía mas de lo que ya estaba y aceleré el ritmo sintiendo como Juan me cogía por la cintura para penetrarme hasta el fondo, llegamos los cuatro casi a la vez a un profundo orgasmo. Cuando quisimos darnos cuenta el sol se estaba escondiendo, estaba anocheciendo.

Conocimos los secretos mas íntimos de nuestros amigos, ellos los nuestros y los hicimos realidad.

Seguimos siendo muy buenos amigos, a pesar de que la puerta esta cerrada y echada la llave para siempre.

Dedico estos dos relatos a Roberto, Julia y Juan. Gracias por haber echo posible los momentos tan maravillosos que hemos pasado juntos los cuatro. Os adoro

P.D. Queridos lectores, se que este relato podría ser mas extenso ya que muchas situaciones no las he descrito, la falta de tiempo es la culpable, de todas formas intentare animarles a ellos para que escriban relatos sobre lo que sucedió. Espero que os guste.