Conocer los secretos mas intimos

Sin proponernoslo, mi marido y yo acabamos realizando nuestros sueños junto con nuestros vecinos y sobre todo amigos.

Conocimos a Juan y a Julia cuando nos mudamos de casa hace cuatro años, eran nuestros vecinos de al lado, con el tiempo nos hicimos grandes amigos y quedábamos casi todos los fines de semana para tomar una copita en casa, ver una película, o salir a bailar, después de estar toda la semana trabajando a todos nos venia muy bien divertirnos y reírnos de todo un poco.

Poco a poco en nuestras conversaciones empezamos a hablar de sexo y quedábamos para ver los cuatro juntos un programa de televisión del que se hablaba de todo sobre el sexo, empezamos a coger gran confianza, hablábamos de sexo abiertamente.

Una noche nos propusieron jugar a un juego de mesa erótico y muy divertido, en el recorrido del juego había que superar múltiples pruebas, preguntas intimas y poco a poco se iban perdiendo las prendas, aceptamos el juego y poco a poco las prendas de vestir fueron desapareciendo mientras el ambiente se fue caldeando. Al principio todos nos sentíamos muy cohibidos pero luego se fue relajando poco a poco gracias a la confianza que se respiraba entre todos. Jugábamos sentados en el sofá y no dejábamos de hacer tragos a las copas de bebidas que teníamos encima de la mesa de juego. Los mandatos de las cartas de suerte eran bastante atrevidos y el ambiente pasó de cálido a tórrido. A la media hora estábamos todos en ropa interior. Me tocó hacerle a Julia una pregunta intima " ¿Has estado con mas de una persona en la cama?", ella se quedó parada mirando a Juan como pidiéndole permiso para responder, entonces yo la dije "¡Venga Julia cuéntanoslo que te has quedado muy pensativa!" a lo cual respondió "si", fue cuando nos contaron que habían tenido una experiencia de intercambio, lo cierto es que nos dejaron fascinados y muchísimo mas calientes de lo que ya estábamos.

Otra de las pruebas que jamás olvidaremos fue cuando a mi marido Roberto le tocó la prueba de la silla, había que atarle a una silla y vendarle los ojos, mientras que los demás le teníamos que acariciar durante un minuto, yo no pude resistirme y empecé a chaparle su sexo a lo que Julia también se unió, la cara de excitación y sorpresa que puso al notar dos lenguas no podré olvidarla jamás al igual que Juan que estaba muy excitado al ver a Julia en esta situación. Esa noche fue muy especial, todos nos sentíamos a gusto y nos reíamos mucho según las distintas situaciones que se iban sucediendo y al mismo tiempo el ambiente erótico y desinhibido que se fue creando entre los cuatro fue subiendo de nivel sin apenas darnos cuenta.

Después de esto nos sentamos de nuevo cada uno en nuestros respectivos asientos. Juan enfocó el tema, y más o menos propuso si nos apetecía hacer algo de sexo todos juntos, sin necesidad de llegar al intercambio. No hizo falta hablar más, cada pareja empezó acariciándose entre sí y poco a poco, entre todos nos fuimos calentando muchísimo ya que era muy excitante ver a otra pareja haciendo sexo delante de nosotros. Yo miraba a Juan y a Julia y de vez en cuando notaba que ellos también miraban. En un momento dado, mientras Juan penetraba a Julia, yo no pude evitar acariciarle sus senos, ella también empezó a acariciármelos a mí, nos empezamos a acariciar y a besarnos. Era la primera vez que mantenía un contacto sexual con otra mujer y fue muy excitante, ellos al notar que nos gustaría mantener una experiencia lesbia, abrieron el sofá cama y las dos nos empezamos a fundir entre besos y caricias, lamía el sexo de ella como si se tratase de un caramelo igual que ella me hacia a mí en un sesenta y nueve lesbio.

Al día siguiente, Roberto y yo estuvimos hablando mucho sobre lo que habíamos hecho y como nos habíamos sentido. Llegamos a la conclusión de que nos lo habíamos pasado muy bien, aun pese a algunos momentos de celos que tuvimos, que lo más importante es que lo habíamos hecho juntos, y que éramos capaces de compartirlo y hablarlo. También dijimos que nos gustaría volver a repetirlo.

Pasamos varios fines de semana jugando, incluso llegamos a preparar pruebas que no estaban incluidas en el juego y que lo harían mucho mas caliente de lo que ya era, eso si seguíamos sin llegar al intercambio, cada oveja con su pareja. Una noche Julia y yo nos propusimos que fuera una velada especial, preparamos una cena sugerente, buen marisco, buen vino y un postre especial para comerlo todos juntos "fresas con un chorrito de anís", la cena sería mucho más bonita si nos vestíamos todos de gala, les dijimos a ellos que se pusieran traje con corbata que teníamos una sorpresa. Julia llevaba un vestido negro con brillantina largo y yo un vestido granate largo con escote de dama de honor, debajo de los vestidos nos pusimos lencería fina con ligero, llenamos todo de velas y pusimos música romántica. La cena, el vino, el ambiente y el vestuario invitaban a una noche especial, terminamos de cenar y sacamos el juego, la primera prueba era para todos "Toca baile, durante una canción cada minuto se tiene que cambiar de pareja, y bailar muy sensualmente", la velada se hacía cada vez mas erótica, cuando nos quedamos Julia y yo con la lencería no pudimos aguantar mas los cuatro, les hicimos un baile striptis muy erótico y claro.. jajaja... se abalanzaron sobre nosotras. Lógicamente después de tanto hablar de sexo ellos sabían cual era nuestra fantasía, la mia en concreto se hizo realidad esa noche, mientras yo cabalgaba encima de Roberto tendidos sobre una manta en el suelo, note las manos de Juan, empezó a acariciarme la espalda, los senos y las nalgas, note como mi ano se abría lentamente para recibir el pene de Juan mientras mi vagina estaba llena con el pene de Roberto, la experiencia, lo que sentí en ese momento fue el máximo placer que una mujer puede recibir, había cumplido mi fantasía.

Fueron muchas las sesiones de sexo que mantuvimos con ellos, siempre sin llegar al intercambio, casi podíamos decir que era lo único que faltaba por probar, aunque a Julia su fantasía todavía estaba por llegar. Llego un momento en que a Roberto le dejó de hacer tanta gracia, cada vez sentía mas celos y al ser el mas cortado de todos no se sentía tan a gusto como los demás, cortó los juegos por miedo de perder la amistad que nos unía a ellos. La puerta se quedó cerrada pero ninguno echó la llave.

P.D. Como a mí me gustan los relatos cortos e intensos, he decidido enviar el relato en dos partes. Espero que os guste.