Coño bien húmedo
Una zorrita con ganas, eso es lo que soy. Ésta es la historia de mi primera masturbación, donde exploté de placer y, desde entonces, cada noche hago un encuentro con el porno para humedecer mi coñito.
Ésta es la historia de mi primera masturbación, donde exploté de placer y, desde entonces, cada noche hago un encuentro con el porno para humedecer mi coñito.
Tenía 13 años. Todo comenzó cuando me empecé a interesar por las páginas web porno, con cientos de vídeos, fotos... Por aquel entonces me ponía muy cachonda, pero no me atrevía a masturbarme.
Una noche viendo un video de sexo, concretamente de dos lesbianas, inevitablemente me corrí del gusto. Inmediatamente mis dedos fueron hacia mi húmedo coño y empecé a tocarme.
Metía mi dedo. Lo sacaba. Jugaba con mi clítoris. Frotaba y frotaba, aquello era magnífico. Tal era el placer que exploté por completo con un tremendo orgasmo.
Jamás en mi vida me habia sentido tan satisfactoria; continué viendo el video, ya cachondísima y a mil por hora.
Era una jovencita. Exploraba por mi cuerpo. Un día me unté de aceite y me froté tanto el coñito que me volví a correr. Pero claro, era un secreto, mis amigas no tenían por qué saberlo. Lo único que tenía claro es que, cada noche, tenía un encuentro con mi vagina, mi clítoris y mi dedo.
Y si os digo la verdad, ha pasado muy poco tiempo y sigo siendo una adolescente. Aún no me privo de mis maravillosos orgasmos que me hacen explotar de placer, incluso sigo viendo vídeos lésbicos porque me pongo cachondísima. Tengo tantas historias que... comenzaré a publicarlas con todo lujo de detalles.
Sé que este relato ha sido corto, pero digamos que era de presentación.
Preparaos internautas, porque llegó la zorrita con ganas.