Confundido Con Otro

Cuando eres invisible en tu vida, por más que hagas no destacas en nada, porque eres el término medio, mas medio de todo el mundo. Y un día te confunden con otra persona, apuesto que os gustaría hacer que ese día no se acabara nunca y eso intentara nuestro protagonista por todos los medios...

Confundido Con Otro

Me monte en el tren como cada mañana, tenía que ir a estudiar, a la universidad de Jerez. El viaje se me hacía cada vez más largo y tedioso, sobre todo porque últimamente, veía muchas parejas felices y eso no me gustaba, desde mi última ruptura, eso solo me provocaba dolor.

Pero era inútil preocuparme por eso, ya que era algo que escapaba de mi control y por mucho que quisiera no podía decir:

-      No, no, si sois pareja, no podéis subir-

Hubiera estado bien poder hacerlo, si alguien me hubiera podido leer la mente y hubiera visto mi sonrisa de felicidad, hubiera dicho un “uhm” muy preocupante. Pero por ahora y hasta que dios, el narrador o esa energía cósmica, que maneja mi mundo, decida lo contrario, aquí no puede haber nadie que lea mi mente, como mucho mi rostro y si es una mujer seguro que ni me mira.

No por nada, pero, es que cuando nací, el mundo se puso en contra mía, todos dicen que el término medio es lo mejor del mundo, pero eso es porque no me conocen a mí. Ni soy alto, ni soy bajo, ni soy guapo, ni soy feo, ni soy gordo, ni soy delgado y así podríamos tirarnos toda la vida. Podríamos decir que tengo más ventajas que los que son feos, bajitos, gordos, pero estaríamos mintiendo como bellacos.

Es que la gente no busca el término medio, haber lo buscan en sus situaciones, pero como pareja buscan a alguien que destaque, al menos en algo y yo como término medio, no destaco en nada, bueno, solo destaco en eso, en fin, en no destacar nada, en eso…definitivamente, soy el mejor. Cuando te fijas en las parejas, siempre el chico destaca en algo, aunque sea malo, pero eso es una regla que no tiene excepción, ni siquiera para confirmarse ella misma.

Por eso los chicos normales, como yo, los chicos normales como grupo definido mas bien, que no soy el único por desgracia para ellos, por fortuna para mi, nos morimos solos y solteros. De hecho nunca he tenido algo conocido como novia realmente, mi ruptura era con una chica que había sido para mí, mi novia, pero yo para ella, no sé que había sido exactamente, pero eso es otra historia, fue la primera en verme y la primera en olvidarme, continuando con esta historia…

Como decía no he tenido ni novia, ni rollos largos, ni rollos y en el colegio nunca me invitaron a los típicos juegos “chico-chica”, no por maldad ni nada de eso y eso es lo peor. Lo peor es que no es que me rechazaran o me dijeran no, tú no juegues, es porque al ser tan normal, la gente solo se acordaba de mi cuando me tenía delante, el resto del tiempo, se olvidaban de mí y yo que tampoco tenía un interés desmesurado, no decía un simple:

-Oye, que estoy aquí y eso-

Pero bueno, mi vida no iba a pararse por los demás, ni siquiera porque no fuera solo un grupo, sino que todo el mundo, la primera semana de viajes en tren no fue nada del otro mundo, lo típico, el revisor pasaba por delante mía y no se fijaba en que estaba aquí, algún gracioso o graciosa se me sentaba encima, antes de percatarse de que estaba allí, en fin, lo típico, lo normal.

Pero lo que no alcanzaba a comprender, es que hasta la maquina del tren, tuviera problemas para aceptar mis tickets, era como si su sistema fallase mágicamente, para no permitirme la entrada, a veces compraba el ticket, por pura honradez, otras que no tenía dinero, porque mis padres se habían olvidado de mí, me colaba detrás de alguien y ya está, solo necesitaba ser lo suficientemente rápido, para que las puertas no se cerraran antes de que yo pasara.

En clase siempre algún graciosillo gastaba la broma pesada de tirarme algo con la escusa de que le iban a dar a otro, que a mí no me habían visto, casi siempre tenía que pelearme con el profesor de turno, para que me pusiera que estaba en clase, aunque eso tenía sus ventajas y es que cuando no estaba tampoco me ponían falta. Lo peor era la cara que ponían todos cuando pasaban algunas de esas cosas o tras mucho esfuerzo llamaba su atención unos instantes, su cara decía claramente: “¿Pero, quien es este?” y eso no sería frustrante si llevara prácticamente toda la vida con la misma clase, yo los conocía a todos, pero nadie, absolutamente nadie, me conocía ni sabía nada de mí, en clase.

Por fortuna, no puedo decir que toda mi vida sea transparente, tenía a mis padres que con ellos hacia el efecto contrario, al menos cuando me tenían delante, pero literalmente me tenía que poner en medio de su camino, en ese momento lo único que existía, para papa y para mama, era yo. Tanto fue así, que se separaron finalmente sin saber por qué y ese motivo fue, demasiados atenciones a mí, ya que, tuve mi etapa tonta como todos, pero no podía tenerla en la calle porque nadie me veía y la tuve con ellos.

Luego no existía como siempre, lo cual tenía ciertas ventajas y desventajas a su vez, como todo en la vida que es jodidamente bueno y jodidamente malo, según se mire. Hasta que un día, todo cambio y cuando digo todo, me refiero a todo, todos pensareis cuando os lo cuente: “usurpador, mentiroso, farsante” pero todos me juzgáis desde vuestra perspectiva, desde vuestro maravilloso mundo, si estuvierais en el mío, todos haríais lo mismo que yo.

Antes de avanzar en la historia, seguiré si me permitís contándoos mi miseria. Aunque gracias a mis padres no me sentía solo, al menos no completamente, ni tenía falta de cariño, ni estaba necesitado de relacionarme con nadie, podríamos decir que me acostumbre a esta situación, pero siempre he sentido que me faltaba algo.

Algo que aunque a veces no admitamos, nos hace falta a todos tarde o temprano, cariño especial del otro sexo, a menos que quieras del mismo, claro, que ya en eso, no me meto. Pasaron días, bueno, quien dice días, semanas, años, habían pasado así, sin que cambiara nada, hasta que mi vida dio la vuelta de campana, dicen que a toda vida le llega el momento de cambiar, de darle la vuelta a la tortilla y por increíble que parezca ese momento me llego a mí.

Un día desayune lo de siempre y a la hora de siempre, compre el billete como siempre, me senté en el vagón de siempre y en el mismo asiento, todo apuntaba a que sería un día de lo más corriente, nada había cambiado, hasta que…

En la parada siguiente a mi parada subió al vagón, la tía mas despampanante del mundo, típica tía de anuncio, apuesto a que cualquier famosa o modelo del mundo, como “Beyonce, Shakira, Britney Spears” o la mujer más bella del mundo del momento, le tendría envidia a esta mujer aunque por fuera dijera lo típico de te sales del estereotipo de 90 / 60 / 90, pero si cualquier mujer odiara a esta mujer, no me hubiera extrañado ni la mitad, de lo que hizo, me saludo efusivamente y con efusivamente, me refiero a efusivamente y se sentó a mi lado.