Confundido con Otro 1

¿No decirle a alguien que se equivoca es engañarle? ¿Aprovechar una situación favorable de ese alguien, para ti mismo que sabes aprovecharlo, es pecado? ¿Seguirle la corriente a alguien es malo? Esas respuestas tendréis que dársela a Rafa o a José, ustedes.

Confundido Con Otro

La despampanante chica no solo se había sentado a mi lado, si no que me había dado tres besos de manera muy efusiva, bastante pegada a mí, luego se sentó a mi lado, sin separarse nada de mí, ni un milímetro con su cuerpo pegado al mío, aun continuaba, dándome besos, por la cara.

-      Echaba de menos, abrazarte Rafael

-      Yo soy…llama…llámame José

-      Vale, como quieras Rafa, digo José

Hubo un pequeño silencio pero no era nada incomodo, ya que ambos acariciábamos la espalda del otro y disfrutábamos del abrazo, como si fuera un abrazo eterno.

Ella olía a caramelo.

-      ¿Qué estás haciendo, ahora?

-      Estoy estudiando a Ingeniería Informática, de hecho iba de camino ahora.

Se separo, para mirarme a los ojos, no demasiado lejos y sin quitar su brazo de mi espalda.

-      Oh que pena, ya me había hecho ilusiones de que podríamos pasar el día entero juntos.

-      Bueno…po-podemos, por un día que me las salte, no pasa nada.

Hice un gesto de que las clases me importaban una mierda, ella contesto con una sonrisa y aproveche para pasarle el brazo por encima, a lo que ella aprovecho, para pegarse más a mí.

-      Bueno, cuéntame ¿tu numero sigue siendo el 853-45-54-55?

-      No, ahora es este otro: 824-13-25—85

-      Vale, lo apunto, ¿sigues viviendo solo, en la calle comino numero 3?

-      Vivo con compañeros de piso en la calle Caroní numero 10

-      Que de cambios en tu vida y yo me los he perdido…

-      No te aflijas mujer, ya no tienes porque perdértelos mas

-      Ya, claro y ahora me dirás, que ya no estás con tu novia, ¿verdad?

-      Me has pillado

-      ¿Qué?

-      Que ya no estoy, con mi novia

-      ¡¿dejaste a Marta?!

-      Claro, hace algún tiempo

-      Pero, si os ibais a casar…

-      Bueno, al final no fue…

-      Vaya yo que siempre pensé que con nuestra relación tan cercana, si la dejabas me buscarías y acabaríamos casados

-      Y te busque

-      ¿en serio?

-      Sí, pero Marta me borro tu numero y no te encontraba.

-      Bueno, eso tiene fácil solución, saca el móvil, que te lo apunto de nuevo

Me guiño el ojo e hizo una mueca con los labios, que me hizo desconfiar un poco de su actitud tan colaboradora en esta situación, tan extraña.

(Macarena

811-16-26-69)

-      Bonito numero, aunque parece falso

-      Picaron eres, llámame si no me crees, no quiero empezar una vida contigo, mientras que creas que te engaño.

Mis ojos se salieron de la órbita, ¿empezar una relación con ella, compartir una vida, juntos, que quería que me casara con ella? Llame a su número y sonó una simpática melodía en su teléfono. Recordé que todo esto era una simple confusión de la que me estaba aprovechando, así que suspire aliviado, las palabras casarme, tener hijos y todo eso, me venían muy: grande, al menos por ahora.

Aunque es tan bonita y tan encantadora…

-      ¿ves, tonto? Yo te sigo queriendo de verdad, como te voy a engañar.

-      Y yo a ti, Maca

-      Ya no recordaba que eras el único que me llama así

Y nos dimos un beso en los labios, más bien me beso ella, yo solo la había mirado a los ojos por primera vez, contemplando esos ojos cristalinos, pensé que nos íbamos a dar solo un roce de labios pero, una vez con los labios unidos, me comió los labios con los suyos, como si llevara años queriendo hacerlo, demostrándome que no solo eran bonitos sino que también suaves y que sabia usarlos. Al abrir los míos siguiéndole el beso, metió su lengua a bastante profundidad, demostrándome que la tenia larga y la metió con tantas ganas, que casi me hace atragantar. Pero con sus manos, que pasaron acariciándome la cara, parándose en mi nuca, evito que me separara,  además de paso dejo a mis manos el camino libre para acariciar su cuerpo, acaricie solo las piernas, el pelo, la cintura y el pelo.

Sus piernas eran torneadas pero a su vez tan suaves que casi eran adictivas y resbaladizas, su cintura tenía una curva perfecta, que tan solo con tocarla, provocaba erecciones, su pelo era largo, sedoso y olía fuertemente a miel, lejos de ser un olor desagradable, con el caramelo en el fondo, lo hacia un olor muy dulce.

-      Rafa, digo José, tu hazlo como antes, no te cortes, que yo sigo siendo tuya del todo

-      Vale, perdona, estoy oxidado

-      No te preocupes, te voy a mostrar el camino

Abrió las piernas, todo lo que el vestido corto de color rojo le permitía, agarro mi mano que estaba acariciando sus piernas y la metió entre ellas en línea recta, sin desviarse ni un milímetro, como si tocar una pierna, fuera trampa. Pensé que pararía a medio camino, pero no paro, solo cerro las piernas cuando mi mano llego al fondo, para evitar que la sacara. Aunque quede totalmente en shock, al notar en mis dedos que no llevaba ropa interior, que estaba total y absolutamente, depilada por todas partes.

Totalmente depilada.

-      Te he echado de menos, Rafa

-      José… yo también Maca

Ella sonrió por mi corrección, note como se pegaba un poco más a mi e incluso note como se iba mojando.

-      No me llames así, que me mojo toda

-      ¿así, como, Maca?

-      Mmm…si, así.

-      Me estas poniendo perdido

Ella me susurro en el oído, “imagina como te pondría en una cama”, y comenzó a comerme la oreja. Esta chica me estaba confundiendo con un tal Rafa, pero a su vez, me estaba volviendo loco, no podría contenerme mucho más. No quería llegar tan lejos, pero si quería disfrutar con ella, tendría que dejarme llevar hasta donde ella quisiera llegar. En cierto modo la culpa la tenía ese tal Rafa, por jugar a dos bandas, pero no sabía hasta que punto mi consciencia, aguantaría.

-      Maca, si sigues así, te voy a llevar al baño

-      ¿ya? Si aun ni me has tocado, tan solo has dejado la mano ahí

-      Si…pero está muy cerca

-      ¿te dejo sacarla?

-      Si, mejor, eso en un sitio más privado

-      Que romántico te has vuelto, con una condición, bésame.

La mire a los ojos, ella cerro sus ojos y puso morritos, preparándose para mi beso, estaba hermosa. Por mi timidez de que nunca lo había hecho así, delante de tanta gente y con una chica que llamara tanto la atención, solo le di un roce de labios, ella previendo que me iba a retirar, me mordió los labios, jalo hacia ella y se tiro sobre mí, acabando mal sentada sobre mí, besándome con fuerza, que por el sabor metálico del beso, creo que me hizo hasta sangre en los labios y mi mano seguía ahí dentro, por su cambio de postura y movimiento estaba rozando, bien rozado.

La moví por curiosidad no pudiendo resistir más la ansiedad, por la cercanía y los frotamientos de ella contra mi mano. Ella respondió con un gemidito, digno de una película porno, al final sus piernas se abrieron en un descuido, toda la gente a nuestro alrededor no perdía detalle de lo que hacíamos.

Junto a nosotros había una familia que no miraba con buenos ojos lo que hacíamos, unos chavales que no perdían detalle, de lo que hacíamos por lo obvio y unas chicas que miraban atónitas, aunque con una preocupante y extraña, mirada que era una mezcla perfecta de celos y envidia.

-      Rafa, aquí no ¿vamos al baño?

Ahora se hacia la inocente, además lo dijo en voz alta y me estaba provocando, sin duda éramos todo lo contrario, pero que podía hacer, salvo conocerla y dejarme llevar, mientras durara mi tapadera, sería un estúpido y un necio, si no lo hiciera.

-      No me lo digas dos veces

-      ¿Vamos?

-      Vamos

Me dio la mano enlazando su mano a la mía, a pesar de tener la mano, mojada de ella misma, no hizo ningún gesto de asco o amago de retirarse.  Recorrimos un par de vagones así, cogidos de la mano, como una pareja, por primera vez, todos nos miraban al pasar, esta sensación de sentirme observado era nueva para mí y me sentía a la par, tan genial y tan avergonzado, sin embargo ella, lo llevaba con tanta naturalidad…que era interesante a la vez que espeluznante.

Entro en el baño ella primero, luego la seguí yo, por ultimo cerró la puerta y su mirada cambio, mirando para bajo, callada sin decir nada ni hacer nada.

Me acerque a ella y juraría que dio un paso para detrás.

-      ¿Qué te pasa, Maca?

-      ¿Qué me vas a hacer, Rafa?

-      Mmm…no lo sé ¿tú qué quieres que te haga?

-      Lo que tú quieras

Solo me acerque a ella, ella pego su culo a la pared de la puerta, la bese tímidamente y lentamente, la rodee con mis brazos, pegándola a mí, ella no oponía resistencia, pero tampoco colaboraba nada. Solo dejo sus manos en mi pecho, quietas, a modo de barrera para que terminara de acercarme, parecía que toda la seguridad que mostraba antes, se había ido por el váter.

-      ¿Segura que quieres, Maca?

-      Mmm…si, Rafa

Tenía una voz tan erótica en este instante, que al pegarla a mí, nos notábamos mutuamente sin necesidad de hacer…

Nada.

Aunque solo le salía un hilillo de voz, de toda la fuerza que tenia fuera al hablar, poco quedaba.

-      Estas muy mojada

-      No me digas eso

-      ¿Por qué?

-      Porque tu estas muy duro

-      ¿y eso que tiene que ver?

-      ¡Mucho!

Decidí callarme pues esa conversación no era el momento de tenerla o acabaríamos lanzándonos el uno sobre el otro, pues nos estaba poniendo demasiado a ambos. Viendo su cambio de actitud, me dedique a disfrutar de sus labios, ya que ahora no abría la boca ni a tiros, me dedique a acariciar su cintura, su espalda que el vestido rojo debajo descubierta, mostrando su espalda curvada y suave, su pelo y sus manos, solo acariciaban mi pecho en un limitado recorrido y en ese mismo lugar jugaban nerviosamente, entre ellas.

Interrumpí su inocente juego de manos

-      No te olvides de mi

Agarre ambas manos y una la lleve a mi cara y otra a mi culo, la de mi cara se atrevió a acariciarme, pero la otra la retiro al grito de: “¡Oye!”

-      ¿Qué pasa?

-      Nada…

Miro hacia un lado, puramente avergonzada, con una mano, tras acariciarla, subí su barbilla, lo suficiente para que me mirara y en ese momento, la bese con tanta pasión, que abrió su boca y al fin mi lengua, rozo la punta de la suya, se asusto y se retiro dándose un coscorrón contra la puerta del tren.

-      ¡Au!

Pero yo solo pude reírme, haciéndola enfadar, aunque se contagiaba de mi risa

-      Oye, no tiene gracia, me ha dolido mucho

Más me reí con su comentario y empezó a enojarse de verdad

-      Eres un idiota

Abrió la puerta e hizo el amago de salir, pero la agarre del brazo, pillándola desprevenida, jalándola hacia mí y mitad dentro del baño, mitad fuera en el tren, nos dimos un beso muy pasional que lo corte separándome, besándole la frente y acariciándole la cabeza donde se había dado el golpe, a la vez.

Delante nuestra estaba uno de los chicos, que esperaba para entrar en el baño, con ligera impaciencia, mientras me subían los colores y ella sonreía como una niña pequeña. De la mano me llevo hasta el asiento de antes, mientras que la gente nos miraba sorprendidos y el tren anunciaba nuestra parada.

-      Hemos acabado, justo a tiempo, Rafa.

Le iba a decir acabado qué, pero preferí callármelo, a pesar de la dolorosa erección que empezaba a tener.

-      Si, ha estado bien, Maca

-      Mmm…Calla, Rafa

Apoyo su cabeza sobre mi hombro y en ese mismo movimiento, aproveche para apretujarla contra mí.