Confortando a mi suegra

Tras separarse de su marido la suegra busca refugio en casa de su yerno quien le dara todo el consuelo que necesita.

"Si … si claro, no, tu sabes que no puedo, Oh si por favor, así esa hora estaría bien, seria maravilloso, a las ocho en punto.., si yo también, … o no lo siento, creo que usted se ha equivocado, este no es el numero se equivoco, no se preocupe, adiós!"

Carmen colgó rápidamente la bocina de su teléfono, y miro nerviosamente a su marido quien estaba parado en el marco de la puerta. El la miraba fijamente, cuanto tiempo había estado ahí?, y cuanto había oído?. Carmen supuso inmediatamente que el no había podido escuchar nada sospechoso, así que se trato de tranquilizar un poco.

El reverendo Roger Camacho, había terminado de celebrar sus oficios, y estaba quitándose su cuello blanco en el espejo, cuando escucho el teléfono, veía su cara más vieja y ojerosa de lo que había imaginado, estaba muy cansado, ya no tenía la edad de un joven pastor. Muchas veces se había preguntado que era lo que su esposa había visto en el hace 28 años cuando se habían casado.

Es que se habian conocido cuando el empezaba a ser pastor en la comunidad donde ella vivía, el tenia 24 años y ella 22, se enamoraron poco a poco, el había tratado de resistir la tentación al principio, pero después su mujer lo había seducido y se habían casado a los 4 meses de conocerse.

Habían tenido una hija casi recién casados, por lo que no tuvieron mucha oportunidad de disfrutar solos de ser pareja, en realidad Roger siempre había reconocido que El era un tipo simple, y desde la primera vez que tuvo sexo con su mujer, supo que el era demasiado rápido en el sexo y que su esposa debía quedar insatisfecha, aunque ella nunca le dijo una palabra sobre eso, seguramente por su posición de recatada esposa del pastor de la comunidad.

Su hija se había casado hacia dos años, con un joven de su misma edad, y ahora vivían a unos kilómetros de su casa.

"Otro numero equivocado?, parece que se han estado equivocando mucho últimamente," hablo Roger a su esposa.

Carmen dio un profundo respiro de alivio y respondió "si otra vez se equivocaron de número"

"Quizás debamos reportar esto a la compañía telefónica, quizás puedan hacer algo" respondió Roger

"Quizás" Contesto Carmen, "Quiere un poco de café, acabo de hacerlo!"

Roger cabeceo afirmativamente, mientras su esposa caminaba hacia la cocina, entonces El miro fijamente el teléfono y se aproximo a este, entonces levanto el receptor, y apretó el botón para remarcar el ultimo teléfono al que se había llamado, el teléfono fue contestado antes de que el primer timbre terminara.

"Carmen?, es usted, se que esta nerviosa, no se preocupe, la veré a las ocho"

Entonces Roger colgó. Su corazón estaba latiendo más rápido, y su cara estaba llena de asombro, a pesar de lo que había descubierto lo impactaba mucho, muy en el fondo el sabia que no debía estar tan sorprendido. El sabia que no era bueno en la cama, que nunca lo había sido, como evitar entonces que su esposa buscara un amante, pero como se atrevía ella, era una mujer madura, el pensó que a su edad, ella no pensaría ya en sexo, ahora que descubría que su recatada y madura mujer lo traicionaba que debía hacer?, en realidad el no tenia una prueba concreta de la infidelidad de su esposa, simplemente una llamada telefónica, eso no era suficiente, pero que tenia que hacer, eso era algo que debía pensar bien.

"Carmen, no se preocupe por el café, tengo que salir a la iglesia, debo hacer varias cosas, no me esperes temprano" Hablo Roger.

El escucho a su esposa diciéndole adiós, mientras el salía de la casa, el cerro la puerta de su casa y empezó su caminata a la iglesia su refugio.

Cuando Carmen escucho la puerta cerrarse, respiro de nuevo profundo del alivio, había estado cerca, ella no tenia intenciones de lastimar a su marido, después de todo había vivido con EL durante 28 años, prácticamente una vida, pero francamente estaba harta de ser la recatada y fiel señora del vicario, ella había aceptado la precocidad sexual de su marido, y esto no había cambiado con los años, ella siempre quedaba insatisfecha, aun ahora después de tantos años, ella deseaba experimentar mas, pero claro el reverendo Camacho además de su problema de precocidad solo estaba interesado en el sexo en la posición tradicional, las caricias estimulantes eran inexistentes, por lo que ella nunca había alcanzado un orgasmo con su marido, se sentía un ama de casa frustrada, una mujer que llegaba a la madurez completamente insatisfecha, así que cuando tuvo la primera oportunidad del adulterio, ella la había tomado como quien se aferra a un cinturón salvavidas en alta mar.

Ella miro el reloj de la cocina, sintió un pequeño escalofrío, al darse cuenta que Mario llegaría en menos de una hora. Ella sentía como su cuerpo empezaba a reaccionar mientras pensaba en el cuerpo viril y joven, en sus musculos definidos y firmes y en en solido y grueso pene de su yerno!. Un hormigueo recorrio su cuerpo, bajo la bata que usaba sus pezones se endurecieron, y podia sentir como como su vagina se humedecia, estaba mas que lista para su amante, podria esperar todavía una hora.