Confieso mi amor
No desnudo mi cuerpo en este relato sino mi corazón.
¿qué me motiva a escribir estas palabras?
Será que siento lo imposible de nuestra relación que sólo existe en mi imaginación .
O tal vez será posible que tú también leas estas historias cuya finalidad no es otra que liberar la parte animal que en todos habita
El caso es que hoy hace casi veinte años que nos conocemos, veinte años que te vi por vez primera siendo niña cuando apenas estabas interesada en algo más placentero que un helado de chocolate.
Yo estaba saliendo con tu prima por aquel entonces, los dos disfrutábamos de las mieles del primer enamoramiento, las miradas de deseo del cuerpo ajeno, el ansia de acelerar los corazones y, cómo no, la búsqueda del orgasmo compartido. Por ello no te presté atención claro, tú tan niña no despertabas esas calenturas por aquel entonces.
Los años pasaron, la novia enfrió su pasión, levantó el vuelo en busca de otro galán, pero tú quedaste en mi memoria con tu mirada cándida y los ojos de avellana con toque verdoso. Aún entonces no me percataba que estaba hipnotizado ¡diablo de hormonas! Si ni siquiera tenías cuerpo de mujer pero tu cara mitad angelical mitad diablesa prometía, ¡vaya si prometía!
Yo marché a ultramar, tú difuminaste tu recuerdo, y eso hizo que fuese imperecedero en mi memoria. En cada niña veía tu sonrisa, en cada novia tu mirada, y sin embargo no era la pasión que ellas me brindaban la que me satisfacía, sino la que nunca supiste dedicarme la que me atormentaba por las noches.
Con el tiempo regresé, ya la cabeza serena. En mi mente un vago recuerdo y una nota llamándome infantil, pueril el esfuerzo en conservar tu risa cuando juntos íbamos a la playa. Aquellas miradas furtivas que te dedicaba diciendo..merece la pena esperar a que crezca. Nunca supe si mis miradas fueron siquiera percibidas, no digamos correspondidas. Entiendo que no por tu edad entonces pero la imaginación juega malas pasadas, hubo momentos en que creí que sí.
Ahora, cuando han pasado todos estos años, reflexiono y me doy cuenta de lo loco que estaba entonces, pero loco por estar contigo. Por supuesto que habría esperado los años que hicieran falta, toda tú tenías que madurar pero esperé demasiado, la dulce niña creció, sus fantasías cambiaron y yo envejecí. Claro que no hay una diferencia de edad tremenda, apenas seis años, pero lo que la edad no me sirvió lo procuró mi actual pareja. Sí, mi pequeña, estoy casado, felizmente debo decir ya que nada me falta pues tengo familia , hogar e hijos. Y es en estos momentos en los que el alma se siente un poco decaída cuando recuerdo lo bien que me sentía cuando estábamos juntos, aunque yo pensaba que era por tu prima.
No creo que sepa nunca si existió un sentimiento de correspondencia, he dicho que me gustaría pensar que sí, aunque mi corazón se agita pensando en las consecuencias de lo que voy a transcribir. Saber de tí es fácil, ya que nos hemos visto y tenemos amistades comunes, pensar en lo que sentiría de poder posar mis labios sobre tu cuello me eriza todo el cuerpo. Si sigo soñando pienso en cómo me distraería de mis obligaciones para estar contigo y no sé si debería compartirlo con las personas que lean estas palabras (con suerte alguna ya se habrá aburrido y retornado al índice de relatos). Pero no, yo quiero que veas cómo exhalo mi último aliento para decirte que fue un error dejarte , que fue otro error marcharme, que sigo cometiendo el error de no decirte la febril necesidad de estar contigo, las noches que perdía el sueño imaginando cómo sería abrazarte furtivamente a escondidas de tu familia, cómo en un juego de adolescentes te escondería en un armario oscuro y yo contigo, que en la penumbra te daría un primer beso buscando respuesta, y que si la encontraba bueno, si la encontraba continuaría besando todo tu cuerpo de mujer adulta, nunca más una niña, sino las curvas de la mujer de mi vida.
Siempre he pensado en lo que sentiría haciendo el amor contigo, seguramente lloraría. Dirás que menudo tiarrón sensiblero estoy hecho, pero la consumación de tantas fantasías sería como un chute de droga pura. No voy a entrar en demasiados detalles, basta decir que sería tan dulce con mis caricias como el recuerdo que permanece grabado a fuego, tan brillante que lo rebusco en mi alma con frecuencia, y tan intenso que duele. Los besos que te debo son tantos que para no sobrecargar tu piel podría durar días dándotelos. Por supuesto algunos besos son más intensos que otros y bien sabe el destino que los más osados serían los más duraderos. Mi dulce amor, escribir esto podría liberarme un poco tal vez, pero creo que me esclaviza aún más. Tengo una vida ya construida y nada puedo ofrecerte sin destruir a los que me rodean. Si lees esto quiero que sepas que saltaría al vacío sin dudarlo por ti pero con el corazón destrozado de haber causado dolor a mi alrededor. Soy valiente al escribir mis sentimientos pero cobarde al esconder mi identidad. Mi fantasía eres tú, M., y quiero que lo sepas, pero no puedo ser egoísta y pedirte que me esperes hasta que mis hijos puedan afrontar este dilema.
Mi corazón está dividido en dos, por un lado la vida que es, y por el otro la que podría ser. Si tú me dijeses al oído "lo he leido " sería el disparo que arrancaría mi cuerpo para una nueva carrera de fondo, carrera en la que llevamos muchos años de retraso pero tal vez sea hora de cerrar el cajón de las fantasías , sobre todo porque nunca supe si al menos me miraste una vez.
Tuyo por siempre mi vida.