Confidencias de Lorena

Es la historia de una mujer que se enamora de su verdugo después de violarla

Autora: Lorena

Confidencias de Lorena

El desconocido

Las siete de la mañana. Estoy apurada cuando salgo de casa rumbo al trabajo. Subo en el autobús y ahí esta él.

Con esa mirada que me intimida, pero que al mismo tiempo me atrae. Siempre me mira profundamente, como si quisiera desnudarme con la mirada, y yo hago como que no me doy cuenta, pero él sabe que no me es indiferente, por el leve sonrojo de mi rostro cada vez que lo encuentro en el bus. Con la mirada perdida en el paisaje que pasa raudo ante mis ojos, una leve sonrisa me une a ese hombre que me acosa sin atreverse a hablarme. Pero esta vez es diferente, pues al momento de bajarme del autobús vuelvo mi cabeza y le sonrío. Como siempre él se queda viéndome por la ventanilla, pero esta vez sabe que hemos hecho contacto y que las cosas no pueden seguir tan distantes entre ambos.

Mi día transcurre normalmente hasta la hora de la salida. Me dirijo a la parada del autobus y él está ahí, esperándome. Se me acerca y me hace algo de conversación, me dice que su nombre es Salvador. Es alto, de ojos cafés, más bien blanco, fornido, con algunas canas que lo hacen ver interesante. Me entero que es Contador, divorciado y que lleva poco tiempo en la ciudad. Al parecer somos dos recién llegados a esta urbe, pues yo llegué no hace más de seis meses, después de titularme de Abogada.

Me invita a un café y yo gustosa le acepto pues hace frio y comienza a llover la conversación, que se hace muy amena pues es un hombre muy divertido. Como es viernes puedo quedarme un rato más fuera de casa. Después de dos cafés y una amena charla, decidimos cenar y tomarnos algunas copas.

Cerca de las 10 de la noche le digo que ya es tarde y debo tomar un taxi para irme a mi casa, a lo que él se ofrece acompañarme y nos embarcamos rumbo a mi departamento, donde le invito a entrar para tomarnos un último trago.

Le invito un vino me dice que no quiere pues ya ha bebido demasiado para una noche. Voy a mi habitación a dejar mi bolso y estando en eso siento que me cae encima, empieza a tocarme, a sobarme las piernas, la tetas, la cuca, pese a mis protestas. Me tira en la cama, me da una fuerte bofetada y me dice que soy su puta, que hace rato me venía vigilando, Yo estoy muy asustada y grito, pero el me arranca la falda, la blusa los calzones, todo y con su corbata y mis medias de nylon me amarra a la cama, dejando libres solamente mis piernas. Se desnuda, se tira encima mío y me besa la boca a la fuerza. Yo le grito groserías y el me golpea otra vez me coge las tetas y me chupa los pezones, me mete la mano en la cuca, pasa un dedo por toda la raja y eso me calienta y me dice si puta te estas calentando. Se baja hasta mi raja, mi cuquita y se la empieza a comer. Me chupa el clítoris y mete un dedito, ahhh que rico. Me saca un orgasmo, pero me niego a seguirle el juego y trato de cerrar las piernas, pero Salvador no me deja, se levanta y me abre la boca y mete su pedazo de carne bien duro, me dan ganas de vomitar pues es gruesa esa verga y casi no me cabe en la boca, pero me la mete , me folla la boca con ese mástil tan delicioso, lo hace hasta correrse, el muy miserable me hace tomar toda su leche que tiene un sabor saladito pues es bastante sabroso, he de confesar que me gustó y que muy dentro de mí estoy terriblemente excitada. Me abre bien las piernas, me las hace flexionar, me besa nuevamente la cuca, se levanta un poco y me mete esa barra de carne. Me folla salvajemente, ummm que rico, es un mete y saca super delicioso. Hace rato no me comía un hombre así. Comienzo a gemir y a decirle:

"Si papi, así mi amor. Métemelo mas. Qué rico. Ahhh, Salvador"

Se calienta más y me da más duro, un sexo fuerte y rudo que yo nunca lo había hecho así , me suelta las manos pues siente que le estoy colaborando, me pongo de perrito y vuelve a metérmelo en la cuca, ahhh sí que rica sensación. Tengo un orgasmo que me lleva a la luna, él lo siente y me dice

"Sé que te gusta perra"

Seguimos asi hasta que nos corremos los dos el lo hace dentro de mi útero. Qué rico es.

Cae sobre mi espalda estamos cansados por la faena de culiada que me dio a la fuerza y que yo termine aceptando, Salvador descansa y yo a su lado le digo que porque lo hizo que de todas maneras yo me quería acostar con él que era solo de darle tiempo al a tiempo y él me dijo que no, que me deseaba desde hace tiempo y que quería que fuera así de rudo, pues mi cuerpo invitaba al pecado que nunca se había acostado con una mujer negra y que deseaba saber cómo era yo le dije que no tenía que haber sido así pues me gustaba desde hacía tiempo.

Nunca denuncie la violación pues yo en parte tuve la culpa, ese día me pidió perdón, después de eso nos seguimos viendo pero cada vez que lo hacemos lo hacemos cariñosamente pues Salvador me ama y yo a él.