Confidencias 16 Pablo, Eduardo y Yasin, los tres

Como siempre con Yasin grité, pataleé y Eduardo disfrutaba mirándome gozar ese descomunal miembro que se hundía en mis entrañas

Confidencias 16 Pablo, Eduardo y Yasin, los tres el mismo día

Espero no entretenerte demasiado y dejarte trabajar cariño mío.

Me has puesto muy contento hablándome de las fotos  y sabiendo que te han gustado. Si hubiera estado a tu lado, siendo tu ayudante, ese precioso precum que te salía lo hubiera comido con gusto y luego te hubiera mamado hasta que llenaras mi boquita con tu leche, deseo que llegue el momento de ordeñarte la verga y me alimentes.

Puedes responderme al correo, sabes que pertenece a Rubén pero me ha dado acceso a él.

Mi hoyito, que es tuyo y te pertenece, está así porque ahora estoy muy delgado y además la posición es de preparado para recibir la verga, me gusta esa posición de dominado, que me coman el anito para dilatarlo y me la metan en esa posición al principio.

Si tu lo quieres nos bañaremos en tu semen, aunque cuando estemos juntos no podré dejar de comerlo y no me parece nada guarro, en el sexo voluntario todo es bello, el incesto, la sodomía, no veo nada malo en ello, ni en los castigos si es que son aceptados. Personalmente lo paso bien cuando me castigan las nalgas por ser malo.

Yo te obedezco Adri querido, solo me ofrezco a los que son mi familia y mí a dueño actual Eduardo al que debo tener contento.

A veces, no siempre, me corro sin tocarme la polla, mis sentidos sensoriales en el ano están muy desarrollados y cuando la verga acaricia y soba mi próstata, tiro precum a raudales y logran que me vaya sin tocarme. A veces sin eyacular, en orgasmos secos que me vuelven loco.

Ahora ya que mi anito está acostumbrado y no sufre cuando lo perforan, gozo desde el instante que siento un glande en el hoyo. Y será también mi cabeza que trabaja sin descanso.

Pienso que coincidimos en muchas cosas, aprovecha para trabajar hasta el sábado que quiero que te diviertas como hago yo. Besos por acordarte de mi rey mío.


El viernes me divertí en el colegio, los mayores tenían un partido en su clase de E.F y bajamos a verles un rato. Destacaban Pablo y Erico entre ellos, no es que los otros no resultaran atractivos pero esos dos chicos eran los míos, a los que quiero.

Los recreaba desnudos en mi mente, corriendo detrás del balón y moviéndose sus genitales sueltos tras la tela, me reí de mi mismo. ¡Cómo tenía la cabeza! La de arriba y la de abajo al endurecérseme el pene.

Cuando dejamos la clase a la tarde, los mayores habían salido antes y Damián llegó a por mí, Simón y Rubén perdieron el autobús por mi culpa y los llevamos a sus casas, no lo hacíamos todos los días, dejamos a Simón y como mañana no podría visitar a mamá decidí pasar un momento para verla. Busqué en la mochila las llaves que aún las tenía.

-Voy a casa un momento para saludar a mi madre y vuelvo enseguida. Damián se apeó del coche y se acercó a nosotros.

-Aprovecharé para ir a buscar al señor y llevarle a casa, me está esperando, después volveré a buscarle. Me pareció ideal así podría están más tiempo con mamá.

Me despedí de Rubén y antes quedamos de acuerdo para ir al local del sábado pasado a divertirnos, cada uno iría por su cuenta ya que no nos íbamos a ver hasta entonces. Entré en casa y grité el nombre de mamá, fue Carmen la que apareció llegando de la zona de cocina, no lo había hecho casi nunca pero ahora necesitaba abrazar a la buena mujer.

-¿Mamá no está? Le pregunté al separarnos del abrazo.

-Creo que volverá en poco tiempo pero Pablo está arriba, así puedes esperarla en compañía.

Subí las escaleras, escuchaba el agua de la ducha caer en el baño que compartía con Pablo y me dirigí a la puerta de enfrente, a mi habitación.

Permanecía como siempre pero vacía, conteniendo los muebles, alfombras y cortinas. Una habitación sin vida, me senté sobre la cama y giré la vista por ella. ¡Cuántos recuerdos! Mi rincón de toda mi vida.

Dejé de escuchar el agua y salí para ir al baño y saludar a Pablo, estaba secando su juvenil y bien formado cuerpo, seguía aumentando y creciendo, le veía de espaldas a mí pero cruzamos la mirada en el espejo. Me acerqué y comencé a secarle la ancha espalda, aún se le notaban los omoplatos. Acerqué la cara para besarle la columna.

-Estás desarrollado mucho músculo, esta mañana te veía divino en el partido. Pablo solo suspiró y se pasó las manos por el pelo.

-Venía a ver a mamá y estar un rato con ella.

-¿Y a los demás no? La voz le sonaba ácida y herida.

-Nosotros nos vemos todos los días. Le abracé y pasé las manos por su abdomen marcado y duro, veía por el espejo como el vello le iba creciendo en el pecho y en alguna zona de los abdominales. Baje la mano hasta su miembro viril que colgaba dormido.

-No te enfades Pablo, sabes lo mucho que te quiero.

-Sí, y prefieres a tu primo para que te folle saltándote una clase.

-También a él le quiero, lo haré contigo cuando lo desees, si quieres todos los días yo estoy dispuesto.

Se dio la vuelta y me miraba de forma apasionada, como si no tuviera la ropa puesta, me desnudaba con la vista y me abracé a él buscándole la boca.

-Ahora es un buen momento. Comenzó a besarme muy fuerte, frenético, y el pene se le iba poniendo duro, lo notaba en mi vientre apretando.

-Déjame unos minutos que me lave. Le aparté y comencé a desnudarme, él me ayudaba y me metí en la ducha, iba a desenroscar el flexo para usarlo como cánula apoyándolo en el ojete del culo, me había llevado la mía a la casa de Eduardo.

-Tienes ahí otro aparatito. Miré donde me señalaba, en la jabonera incrustada en la pared había una cánula parecida a la mía, de cabeza cónica en lugar de ser una bola y con agujeritos en todo su recorrido. Me extraño ver allí ese objeto, Pablo no se limpiaba el recto, nunca conmigo.

Me hice varios lavados hasta quedar limpio, me terminé de duchar y después de secarme me di crema en el anito, por dentro y por fuera. Pablo se había ido, no le gustaba verme hacer esas prácticas. Fui desnudo hasta su habitación y me esperaba tendido sobre la cama, subiendo y bajando el pellejo de la verga en una masturbación que eran caricias para que no perder la dureza.

Tenía puesta una peli porno en el plasma, porno heterosexual, Un chico joven follando con una mujer mayor que él, en ese momento la mujer le estaba haciendo una paja cubana con las tetas a la gran polla del chico, no pude evitar una carcajada por la fijeza con que miraba la escena.

-Yo no tengo esos melones para hacer la paja. Me tumbé a su lado quitándole la polla de las manos comenzando a masturbarle como él hacía.

-Pero tienes otras cosas también muy ricas putito. Rápidamente se colocó sobre mí empezando a besarme la cara y frotar su duro pene con el mío no tan duro.

-Te extraño pequeño, antes no daba importancia a tus visitas de las noches y ahora quiero tenerlas.

-¿Qué putito precioso eres? Sí, te follaría todos los días, puedo hacerlo varias veces.

-Déjame que te la mame un poco Pablo, me gusta tu verga tan rica.

-No, ahora no, quiero cogerte para eso te has limpiado el culo, luego me la mamas, ven mariquita que te como el culito. Me colocó en mi posición preferida, arrodillado en la cama con el culo elevado y las nalgas muy abiertas, la cabeza humillada apoyando la mejilla sobre la sábana.

De esta manera ofrecía el hoyito bien abierto y entregado a mi amante. Se colocó entre mis piernas y sujetando la verga me sacudió con ella en el hoyito, gemí dolorido y cerrando un poco el culo.

-Ábrelo marica. ¿No quieres la lengua dentro de ti? Me relajé y el hoyito quedó tirante, aplicó su lengua en él lamiendo las paredes hasta llegar al anito y escupió para luego pasar la lengua muy suave.

Deslicé una pierna para quedar a su costado procurando no cerrarme, de esta manera podía llegar a su verga y a esos testículos tan hermosos y duros que posee. Los acaricié en mi mano, se movían agitados a la vez que su cuerpo. Su polla escupía precum y lo recogí para llevarlo a mis labios y dejarle extendido allí para irlo recogiendo despacio con la lengua.

Pablo no cesaba de lamer y meter la lengua en el anito de su puto. Adri de mi corazón, te digo que Pablo sabe muy bien como chupar mi culito hasta desear que me introduzca su gran garrote de macho.

-Te lo voy a meter putito lindo, pero de otra manera. Me dio la vuelta para follarme por delante, qué rojo estaba Adri, parecía que estallaría y la sangre le saldría por los poros de la piel, gigantesco sobre mi recogiéndome las piernas para colocarlas sobre mi pecho y tener fácil acceso a mi agujero del placer, me sujetaba con una mano los tobillos pegándome en el pecho y con la otra dirigía la verga al ano que palpitaba esperando ser traspasado, inundado por la larga, plana y estirada polla.

Me follaba terrible, se cansó de sujetar mis piernas y me pidió que lo hiciera yo, agarré mis tobillos y tiré para elevar el culo y dejar expedito el camino para que me entrara hasta el fondo.

Balanceaba mi cuerpo apoyado solo en la espalda ayudando a la fricción de su verga en el ano.

-¡Sí…! Puto, qué bien te enseñan. Dejé las piernas al aire forzándome en esa posición para llevar mis manos a sus tetillas y pinzarlas, jugar con ellas en su pecho poderoso y sujetar su cara.

-Bésame mientras me follas amor. Mi culito era un horno, un volcán que quería dejar escapar la lava que sentía ardiendo, y me besaba sin dejar de hacer su otra labor, follar a la hembra ansiosa dominada por el macho. Mi culito segregaba los juguitos que hacía que la verga entrara bien lubricada hasta lo que daba de ella, llegando con sus hermosos cojones hasta mi perineo donde explotaban con sonoros golpeteos.

-Me voy a correr putito, siento la venida ya. Yo también lo notaba, su estado de excitación resultaba tremendamente erótico.

-Sí, llena el culito de tu puto amor. Deseaba sentir su caliente semen en el fondo de mi vientre.

-¡No, en la boquita!, quiero que te lo tragues, voy a sacarla. Me revolví de tal forma que al momento de extraerla caliente de mi culo ya la tenía en la boca. La metí hasta la garganta y la saqué hasta dejar el capullo grueso y turgente solamente dentro, para recibir toda su leche de macho preñón en la lengua.

Convulsionó entre estertores derramando la preciosa carga de sus huevos en mi lengua y paladar, en espléndidos chorros que me golpeaban sin cesar y tenía que tragar por su abundancia y cremosa consistencia, Pablo era un semental en potencia, sería igual a su tío cuando tuviera la edad madura de macho que domina a sus hembras.

La verga no se le bajaba a pesar de seguir chupando de ella y yo no me había corrido aunque lo necesitaba y sentía en la garganta el deseo que me ahogaba.

Me volvió a empitonar con su verga, ahora de costado, ocupando una mano en hacerme girar la cabeza para morderme en los labios y la otra acariciando mi sensible pene.

-¡Ahhh! Pablo, me viene, me viene. Me sacó la verga y metió mi polla en su boca. Chupaba de ella con ansia, quizá deseoso de devolverme el favor y me terminé de correr en su boca, en el fondo de su garganta.

Continuaba con su polla erecta.

-Vuelve a metérmela hasta que se baje, por favor. Lo hizo así, como yo le pedía volvió a ocupar el lugar en mi culo hasta que fue cediendo y saliendo ella sola de mi ano.

-Ha sido glorioso Oriol, por muchos coños o culos que tenga el tuyo es el mejor.

Ahora se volvía tierno y dulce, acaricié su pecho y coloqué mi cabeza en él escuchando su respiración.

-Oriol… Me tocaba las tetitas con la yema de los dedos, muy tierno, muy amable.

-Con lo que te voy a decir no quiero que lo nuestro salga perjudicado… Sabes que las mujeres me van, y bien…, mamá y yo a veces… Se interrumpió pero no necesitaba que siguiera, ya lo presentía.

-Ella me necesita ahora que papá no viene… Sentía que me mentía, ese no podía ser el motivo.

-¿Folláis los dos? ¿Se lo haces a mamá?

-Ana es muy caliente, necesita una verga en el coño, perdóname si te ofendo. No, no me ofendía, si yo era igual que mamá, lo entendía aunque se me escapaba el hecho de que fuéramos los tres una familia tan…, ¿tan caliente? ¿Depravada y viciosa? ¿Degenerada, envilecida? ¿Éramos todo eso?

-Echará en falta a papá… Siempre han sido muy fogosos. Recordé cuando quería que me cogiera a mí y decía que tenía que cumplir con sus obligaciones de marido.

-Sinceramente, ya lo hacíamos antes, a veces solos los dos, la mayoría participaba también papá, él la daba por detrás y yo por delante.

-No era solo sexo Oriol, en mi había un loco deseo por ella que papá supo aprovechar. Es tan bella, tan ideal, os parecéis tanto en todo, cuando gritáis de júbilo al sentiros llenos de verga, vuestros gestos. A veces pienso que es a ella a la que follo cuando lo hago contigo y al revés.  Se calló repentinamente.

-¡Joder! No sé por qué te he contado esto.

-Hablaremos de ello, no ahora que entiendo el por qué la llamas por su nombre Ana, y esa cánula de limpieza en el baño, que se limpia para ti como yo hago. Lo sospechaba y no puedo reprocharos nada, solo tengo que asimilarlo.

Nos duchamos en silencio y permanecimos así, pensativos hasta que mamá apareció. Venía radiante y guapa a rabiar, si yo la veía de esa manera que era su hijo y además puto, como lo harían los demás.

Nos besamos y hablamos un tiempo, sin sacar el tema de papá hasta que llegó Damián a buscarme para llevarme a casa, los besé a los dos con un beso en los labios a cada uno. Los quiero, no los puedo ni debo juzgar. Los dos son hermosos y en su pleno afán de acoplamiento sexual aunque, sin parecerlo, mamá le doble la edad.

-Eduardo nos ha invitado para comer con vosotros el domingo. Asentí con la cabeza y corrí hacia la puerta exterior del jardín asintiendo sin volverme.


Dulce me recibió con saltos y muestras de cariño, no sé quien le estaría enseñando a comportarse para su educación, no me preocupaba, era un cachorro igual a su amo.

Mi mochila estaba en mi habitación quería revisar mis apuntes de la agenda, sí, soy de los que usan agenda de papel y lo apunta todo en las clases.

-El señor está en el gimnasio y me ha pedido que cuando vuelva vaya a verle. Dejé lo que tenía proyectado hacer y me desnudé, no me vendría mal un rato de natación.

Al entrar vi a Eduardo en la cinta de correr, él solo andaba, deprisa pero caminaba, y eso le hacía sudar, llegue hasta él y le di un beso en los húmedos labios, no dejaba su ejercicio y escuché el chapoteó de algo que se movía en la piscina.

Le miré sorprendido y encontré su mirada maliciosa como respuesta.

-Una visita de sorpresa para ti. Me acerqué a la cristalera donde la cortina estaba corrida. Yasin nadaba de espaldas, su negra piel brillaba al pasar el agua por él. Me vio y me saludó con la mano, fui hasta la zona de entrada y me acerqué al borde sonriéndole, Dulce me había seguido y miraba curioso la lámina de agua, que al moverla el moreno le llegaba hasta los pies haciéndole retroceder.

-¡Yasin! Grité y me zambullí en el líquido salpicando con el agua en mi caída, saqué la cabeza y vi a Dulce retirado y asustado, nadé hasta mi amigo, si puedo llamarle así, y creo que sí para abrazarme a su cuello y besar sus gruesos y negros labios.

Nos abrazamos en el agua y nos besamos en silencio.

Había dejado los brazos de Pablo y ahora estaba en los de Yasin, iba a resultar un día muy completo, para compensar los otros oscuros y sin tanto placer.

-¿Qué haces aquí mi dulce negro? Se echó a reír.

-Yo vivo de esto, me ha contratado uno de mis buenos clientes que exige en la agencia que me quiere a mí.

-¿Eduardo? No sé para qué preguntaba lo obvio.

-¿Quien si no? Luego jugamos en el agua, lo siento por él pero nado mejor. Dulce nos miraba queriendo saltar al agua para jugar con nosotros pero no se atrevía. Yasin se fijó en él.

-Es un perro muy bonito, me gusta, dile que entre en el agua para jugar.

-Dulce, ven, ven aquí amor. Hacía como queriendo saltar y al ver llegar el agua a sus patas retrocedía.

-Ven preciso, ven. Algo increíble sucedió, Yasin extendió los brazos hacía mi Dulce y éste saltó al agua. Sentí que me había traicionado.

Jugamos un ratito con él hasta que se acostumbró y nadaba a nuestro lado, más al lado de Yasin, comenzaba a sentirme celoso.

Eduardo nos llamó y salimos, nos tendió unas enormes toallas y él mismo comenzó a secar a Dulce subido en una butaca.

-¿Qué te ha parecido la visita? Me dijo Edu al oído mientras Yasin terminaba de secar el pelo de Dulce. Mi mirada se dirigió el chico que desnudo, con algunas gotas de agua aún en su piel, se afanaba en secar a mi perro jugando a la vez con él.

-Sabes que Yasin me encanta aunque lo tengas que pagar para estar un rato con él.

Eduardo acariciaba mi barbilla y me la alzó para besarme la boca.

-Un rato, una noche, lo que tú quieras. Me empujaba con suavidad para que me acercara al macho que era Yasin. Empezaba a adivinar que Eduardo disfrutaba mirando como otros hombres me follaban, lo que él no podía hacer aunque lo deseara con todas las fuerzas de su ser.

Abracé el cuello del moreno dejando a Dulce entre los dos. Yasin respondía a mis besos con dulzura, con pasión en algunos momentos. Eduardo le pagaba y Yasin cumplía haciendo lo que además deseaba.

-Espera, vamos a beber para que todo funcione bien. Me dejó sobre la butaca con el rabo tieso, yo no necesitaba de afrodisiacos y esas cosas pero él sí, se suponía que tenía que presentar ante Eduardo un aspecto de macho al punto.

Llegó con dos vasos, adiviné que el ya había tomado por el endurecimiento de su pene que estaba empezando a crecerle.

Bebí el líquido sintiendo muy rápido su acción, él lo apuró en un momento y me abrazó frotando su inmensa virilidad aun no despierta del todo sobre mi muslo.

-Vamos a tu habitación, ahora tienes tu sitio. Eduardo se levantó, caminando para dirigirse al pasillo donde estaban nuestros dormitorios, le seguimos, Yasin sujetando mi mano, intuí algo de miedo en su actitud, miedo a no poder cumplir con su trabajo y me dispuse a ayudarlo, disfrutarlo sí, pero también a que se sintiera orgulloso de su virilidad tan grande que necesitaba de auxilios externos para cumplir como se esperaba de él.

Encima de mi cama nos besábamos enredando nuestras piernas, sentía su extremado calor en el aliento de su boca, en su ahora dura erección que estrellaba en la entrada de mi anito, deseoso y asustado por recibir tamaño visitante aunque ya lo hubiera probado.

Eduardo nos miraba y masturbaba su grande y floja polla con ojos de lujuria no exenta de cariño.

-Edu métemela tú primero, abre camino a Yasin. Me miraba un poco cohibido y se señaló el largo pellejo de su verga que colgaba sobre sus grandes huevos.

-Toma una pastilla, solo una para entrar en mí. Agarré el tubo suave y peludo de su miembro y gatee para llegar hasta él y comenzar a besarlo y lamerlo como gato.

Yasin comenzó también a pasar la lengua por los duros pezones de sus tetas y a acariciar el pecho de mi dueño y señor.

Tomó como le pedí una pastilla y mientras lo besaba y lamía los labios metía mis dedos en el culo agrandándolo, hacía poco tiempo que había recibido la verga de Pablo, mi ano estaba preparado para todo, pero su verga necesitaba entrar en algo que le acogiera sin ofrecerle resistencia.

Me la dejó ir ayudado por Yasin que la guiaba a mi ano y mantuvo la mano hasta que la cabeza de la verga me invadió, continuó entrando hasta sentir sus testículos en mis nalgas, ahora era el momento de que trabajara yo.

Y lo hice con esmero, con ganas y dedicación, con todo lo que puede dar un puto amaestrado para dar placer a su amo, me revolví, amasé su polla con mis esfínteres, le excitaba diciéndole lo bien que me follaba y el placer de sentir a un macho como él devorando mi culito. Yasin ayudaba a su cogida lamiendo la polla de Eduardo cuando salía de mi culo y mi anito también, dándonos más placer a la cogida.

Mi viejito se vino en poco tiempo, me aplastaba con su cuerpo sin poderse sostener sobre los brazos, no me importaba, lo sentía respirar con dificultad, agobiado mientras acariciaba su espalda y Yasin seguía lamiéndole el culo y el pene lacio que salía de mi culo con chorretes de su leche. Otra victoria conseguida, lo había disfrutado y le abracé mordiéndole los labios.

Cualquiera podría pensar que cumplía con mi obligación sin más, no era cierto, en parte así era, pero sentía un cariño inmenso por ese gran hombre poderoso y fuerte, ahora débil para ciertas funciones, pero atractivo y enigmático hasta subyugar.

Mi culo estaba plenamente receptivo, no me había llegado a correr con la cogida de Eduardo, seguramente ese fue un fallo que él lo notaría y heriría en su amor propio.

No lo parecía, y lo mismo que hizo Yasin ayudándole para mi penetración, el lo hizo ayudando a Yasin, sujetando su enorme tubo de carne lleno de sangre que me iba a perforar llenando mi ya usado culito, preparado para recibirle y disfrutar de tamaño elemento viril.

Como siempre con Yasin grité, pataleé y Eduardo disfrutaba mirándome gozar ese descomunal miembro que se hundía en mis entrañas hasta llegarme a la boca del estómago, y lamía la leche que salía de mi culo que él y Yasin habían dejado dentro, seguramente algo sería de Pablo.

Terminé rendido, exhausto, deshecho, satisfecho a más no poder. Tres vergas en una tarde se había comido mi goloso culo y se abría y cerraba mientras expulsaba la preñada sonriendo.

Nos duchamos y vestimos, habían preparado una cena fría y Eduardo quiso que Yasin se quedara a cenar con nosotros, luego vimos un rato la tele mientras Eduardo nos hablaba de tantas cosas que él conocía mientras estábamos sentados.

Dulce no se apartaba de Yasin y éste lo acariciaba sabiéndolo atraer haciendo que el perrito ronroneara ante sus caricias bien dadas. De repente habló interrumpiendo a Eduardo.

-Tu perrito es gay. Le miré sorprendido y sonriendo incrédulo.

-¡Venga ya Yasin! Eso son tonterías. Eduardo no hablaba, nos miraba a los tres, creo que divertido de nuestras bobadas.

-Te lo digo de verdad, mira sus reacciones. Yasin levantó el rabito de Dulce y comenzó a mover su mano, supongo que tocando su anito. Dulce se quedó quieto, estiraba el cuerpo y miraba lánguidamente a Yasin.

-Ves, le gusta que le toquen el anito. Se llevó el dedo índice a la boca y volvió a ocultarlo tras el rabito de mi perro, este elevó la colita como ofreciéndole su culo a mi moreno amigo. Se puso en pie y giró el cuerpo, Yasin le había metido el dedo en el culo y dulce solo daba vueltas sobre sí mismo buscando quien era el que le hacía lo que solo sentía.

Eduardo no podía ocultar la risa, y yo también reía. Casualidades de la vida, el amo mariquita y el perrito era lo mismo. Yasin miró a Eduardo y éste le hizo una señal de asentimiento.

-Entre los animales sucede como con nosotros. Le miré sorprendido, yo no era un ignorante y sabía algo sobre todo eso.

-De esta semejanza nos aprovechamos los humanos, se supone que somos más inteligentes que ellos. Volvió a mirar a Eduardo, éste asentía a lo que decía.

-Me han contratado para todo Oriol, maridos para que dé verga a sus esposas, padres para que se lo haga a sus hijas o hijos, me he dejado follar por perros y otros animales…, y aquí parece que se hundió en un negro abismo.

-Todo por el puto y necesario dinero. Yasin me estaba dejando alucinado, yo le creía medio imbécil y solo hacía adaptarse a la vida que tenía, sin protestar, salvo en ese instante amargo.

Nos despedimos y por una vez acompañé a su habitación a Eduardo, Estaba Tomás delante recogiendo la poca ropa que llevaba y desnudo se metió en su cama. Le di un dulce beso en los labios.

-Gracias otra vez Edu, eres mayor pero genial para pasarlo bien contigo.

-He invitado a tu madre para comer el domingo.

-Yo mañana a la tarde he quedo con mi primo para ir de fiesta, ¿puedo? Miró el retrato de su esposa mientras asentía a mi pregunta y luego a mí.

-Me encantaría que pudiera verte a mi lado, le gustaría. No le entendía lo que pretendía decirme, me despedí para ir a dormir, mañana tenía mucho trabajo y a la tarde la fiesta y el baile.

Dulce saltó a mi cama para que lo acariciara mientras me dormía, estaba haciéndose una costumbre el que anduviera por la casa como quisiera y durmiera en mi habitación guardando mi sueño.


Adri, mis fotos puedes usarlas para tu diversión, con prudencia. No sé si a Eduardo le gustará que te las haya enviado, sabes lo importante que es y que no se puede, yo no puedo ni debo comprometerle. Besos Adri, te pediría que me enviaras tus recuerdos cada día, pero no deseo ser egoísta ni controlarte. Te amo vida mía.

Respuesta:

¡Mi golosa esposita de mi vida!

Vida mía, por supuesto que me encantas, cada día que pasa me excitas más y me alegra que te pueda responder el correo, espero que lo puedas ver, y que también lo podamos usar como medio de comunicación si tu lo prefieres, por eso pregunto.

Sexy amor te han abierto más tu hermoso culito, y tres veces más en un solo día, vida mía sí que disfrutas de todos los placeres de la vida, como te ha regalado la polla de Yasin, te has divertido de lo mejor, cabalgando y siendo perforado por esa anaconda que introdujo en tu culito maravilloso.

Y enterarte de que tu mamá en su necesidad de mujer, haya decidido ser cogida, me sorprende lo que ahora sé, que lo caliente lo traes en la sangre, y que de hecho sean tan abiertos al incesto sin tabúes.

Oye, ¿y no has pensado en algún día tirar junto con tu mami y que a ella y ti se los follen? Lo digo como forma de compartir una experiencia entre ustedes dos, ¿o deseas más que solo seas tú?

Imagínate si a tu mami le presentaras a Yasin y de alguna forma ella terminara follando con él, ¿sería de lo más maravilloso no, ver como se la coge con su gran verga?

Espero que no creas que yo pienso sucio de todos, ni que te vayas a ofender por lo que digo de tu mami, solo que mi polla piensa más que mi cerebro e imagino cosas.

Pero lo que más deseo es que te encuentres bien y que tengas cuidado de no excederte en follar, imagino que te dejan demasiado rojo tu anito y te arde, ¿claro que con tranquilidad no?

Me encanta que tu y yo seamos así de abiertos, y que no me consideres guarro por lo del baño en semen, la verdad es que me excita mucho más el semen cuando lo veo, que cualquier clase de porno, o incluso que tu sexy cara o tu hermoso culito mi vida.

Mi Oriolito hermoso, espero que Eduardo te de lo mejor, y que tu cachorrito Dulce, si también le gustan las pollas, pues que le den su espacio para que se desarrolle, y no sé si te animarías a hacerle el amor o sí eso si no le harías.

Pero mínimo lo podrías masturbar con su anito como lo hizo Yasin, ¡jijiji!, me sorprenden los animalitos que les gusta la verguita, ¡jajaja!

Mi amorcito, te amo más que cualquier otro día.

La verdad desearía tener más experiencias en el sexo para contártelas como lo haces tú conmigo, porque siento que te estoy fallando en cuanto a darte placer o a que me imagines o me veas como yo te veo a ti.

Mi vida ojala y me follara a un puto, solo para relatarte mi experiencia que algún día quiero que tú y yo escribamos una juntos.

Besos mi hermosa y sexy esposita que le encanta ser golosa. ¡Jajaja!