Confidencias 01 Papá me vuelve su putito

-Eleva las nalgas amor. Colocó cada una de sus manos sujetando mis nalgas y tiró para separarlas más.

“Confidencias resulta un intercambio de notas cruzadas entre dos muchachos que se conocieron por internet. Estuvieron mucho tiempo intercambiando mensajes sin importancia, hasta que la confianza favoreció que se fueran abriendo el uno al otro, realizando esas confidencias que solo se pueden hacer a quien confías.

Terminaron enamorándose pero las circunstancias de cada uno los hicieron escoger otros caminos que llevaría a uno de ellos a vivir extrañas aventuras sexuales.

Por tanto no se trata de un relato al uso y propiamente mío. Me limito a preparar sus escritos para intentar hacerlos parecer un relato.

No arranca desde el principio con los primeros mensajes. Escojo el momento donde creo que comienza a tener interés para el lector.”

Mi hermoso amor, vida mía.

Me es difícil comenzar y no quiero que te asustes.

Es maravilloso que puedas meterte un dildo aunque sea chiquito, así estarás acostumbrado para recibir mi verga, o las que sean si te llega a gustar, la mía creo que me crecerá más, aún soy pequeño, me imagino a los dos sin un pelito en el cuerpo y rozando nuestra piel, que gusto más exquisito y que placer.

Tengo que seguirte contando, ayer leí tu mensaje y no te pude contestar, mamá me llevo al ballet, quiere que esté ágil y mi cuerpo siga delgado con el culito duro y alto porque eso gusta a los varones mayores, pero que no se me marquen mucho los músculos, solo lo necesario para gustar a los hombres como el tío Eduardo, esos que tienen dinero y me podrán mantener bien.

-Pero mamá ésos son mayores, yo quiero a chicos como

Pablo

y Erico. Me atreví a asegurar.

-Como ellos los tendrás a montones, cariño el dinero es muy importante, no queremos que hagas lo que no desees, pero tú quieres al tío Eduardo, te hace bonitos regalos y solo quiere jugar un poco contigo mi amor.

¿Qué iba a decir ante eso?, ¡dime Adri! Luego a la noche estaba para dormir y alguien apareció en la puerta, pensé en

Pablo

que me querría follar o que se la chupara como hacía muchas veces.

-¿

Pablo

? La sombra se me acercó sin hablar pero no podía ser

Pablo

, era más grande y tenía más cuerpo.

-Calla pequeño, soy papá. Se tumbó a mi lado y levantó la ropa para meterse debajo, sentí sus piernas peludas pegadas a la mías haciéndome caricias con los pelos, hacía mucho tiempo que no estaba así con papá, me envolvió la ternura y le abracé, tenía el pecho desnudo y sentí la suavidad del vello que tiene en el.

-Papá, mami quiere que esté con el tío Eduardo, ¿no lo permitirás, verdad? Me hará daño, no quiero que me la meta. Y me puse a llorar mientras él me acariciaba.

-No pasa nada mi amor, estoy en problemas otra vez y tengo que cumplir el trato, el único que nos puede ayudar es el tío Eduardo cariño. No te lo pediríamos si se pudiera evitar.

Pablo

y Erico te están entrenando y ya llevas mucho tiempo, no podré demorarlo más.

Cada vez lloraba más, mi primo y

Pablo

habían estado entrenando mi culo, ¿para qué?

-Mi amorcito, tu eres un nene preciosa y los hombres se fijan en ti, te desean nenito, El tío Eduardo te quiere para que cumplas tu destino, él mismo hace tiempo que te desea pero tenía que prepararte mi amor y he ido retrasando la entrega de mi nene. Yo lloraba y papá acariciaba mi espalda, me apretó contra él y entonces noté que estaba desnudo y el pene lo tenía duro.

-No estarás mejor con nadie, el tío Eduardo quiere que estés preparado y puedas agradar al hombre que te tienen destinado, tendrás lo que desees y nosotros cuidaremos de ti, nos tienes que ayudar amor, tengo que pagar mis deudas.

No entendía muchas de las cosas de que me hablaba, todo me resultaba muy complejo y me aturdía. Tenía claro que no quería que me entregaran a Eduardo a pesar de que lo quería.

-Me hará daño papi, su verga no será como la de Erico o

Pablo, me romperá el culito y querrá cogerme a todas horas.

No paraba de llorar, estaba temeroso y acobardado.

-Calla mi amor, no iras a vivir allí, ahora solo quiere que estés con él y un amigo suyo, nada más mi amor, será fácil y no te harán daño, tú ya estás preparado y lindo como un buen nene, que vas a ser obediente y quieres a sus papas y los vas ayudar.

Me besaba toda la cara mientras me acariciaba muy tierno pero su duro garrote se apretaba a mi pierna.

-Cariño te lo voy a hacer yo para ver si tu culito está listo y puede tener una verga de hombre de verdad sin hacerte daño.

-Pero tú eres mi papá, no sé si me la puedes meter. Sabía que eso no estaba bien, o creía que era así aunque siempre lo he deseado.

-Erico es tu primo mi amor y no pasa nada, es para comprobar cómo te entra y evitar que te puedan hacer daño mi niño, confía en tu papi. Ahora déjate llevar y piensa que es

Pablo

el que te va a coger, cierra tus ojitos mi amor y relájate.

Hice lo que me pedía y pensé, no en

Pablo

, en que eras tú amor mío, me daba cuenta de que no era así cuando notaba sus pelos sobre mi piel, su espesa barba arañando mi rostro. Me estaba comenzando a gustar, papá besa muy bien.

-Papi, ¿está bien que tú me cojas? A mí me gusta.

-No pienses amor, déjate llevar y disfruta de papá sin pensar quien te la da. Me desnudó, él ya lo estaba, había venido preparado y sabiendo a lo que venía.

Me colocó de rodillas y apretó mi cabeza y el pecho sobre la cama.

-Eleva las nalgas amor. Colocó cada una de sus manos sujetando mis nalgas y tiró para separarlas más.

Al estar tan delgado no hace falta realmente, mi huequito quedaba expuesto para que las vergas entren limpiamente. Grité cuando sentía como su barba raspaba mis nalgas y su lengua pasaba por mi ano.

-¡Papi! ¿Qué me haces papi? Hablaba en voz alta, sin importar que

Pablo

me escuchara, seguro que lo hacía, nuestras habitaciones estaban una al lado de la otra y yo le escuchaba cuando él follaba con sus amigas.

Mi papá tenía que haberse comido muchos culos, el de mamá y seguramente bastantes más, era un maestro tirando de mis nalgas para abrir mi ojee y meter la lengua muy profundo.

-¡Qué rico papi, que rico me das tu lengua!

-¿Te gusta amor, te gusta?

-Sí papá, sí, no te detengas. Me esforzaba para elevar más el culo y relajaba el ano para que metiera más la lengua. Era el primero en probar mi culito sin pelos que mamá se preocupó de que me quitaran.

-¡Papi! ¡Papi! Me voy a correr papito, me lo chupas muy bien. Entonces se detuvo y me golpeó, primero en la nalga izquierda y en la derecha con dos palmadas seguidas, grité del dolor.

-Duele, eso duele papi, no me pegues, seré bueno y haré lo que quieras. Dos fuertes palmadas volvieron a golpear mi trasero y dolían más que las primeras. Sentí que me salían las lágrimas.

-Por favor papi, seré bueno, no me castigues más. No me atendía y volvió a golpearme otra vez, ahora con más fuerza. Lloraba y no podía respirar por la nariz, los mocos me colgaban y la cerraban, mi verga se había encogido como si no la tuviera, el ano se me cerraba estremecido.

En ese momento comenzó a lamerme las nalgas y a besarlas.

-Ya no más cariño, ya vas aprendiendo y sabes quién manda. Sentía que el culo me ardía pero él lo calmaba con sus besos y soplando sobre la piel herida.

Sentí algo fresco que caía, ahora veía un frasco de crema, lo extendía por la lacerada piel con la lengua y comenzó a gustarme la sensación de calor que tenía, el dolor se había ido, solo lo sentía si me tocaba con la mano pero la crema hacía milagros.

Después del castigo, recibir sus carias resultaba delicioso, relajante, placentero, tanto era que movía ligeramente las caderas para disfrutarlo más, y papá se inclino y me entregó un pañuelo de papel para que me limpiara la cara.

-Tú eres un niño bueno, pero tienes que obedecer a tu hombre amor, los machos siempre te darán amor si los obedeces como una hembra entregada, ¿me entiendes?

-Sí papi, seré bueno y estaré con el tío Eduardo, haré todo lo que tú me mandes.

-Bien, así está bien, tienes que ser una dulce nena para que tu macho te quiera, darle el placer que te pida, mamarle la verga si lo necesita. ¿Lo vas a hacer así cariño?

-Sí papi, sí como tú quieres.

-Ahora vas a chupar la verga de papá y sacarle la lechita amor. Volvió a darme crema en las nalgas y ya estaban más calmadas, se tumbo boca arriba para que le hiciera la mamada que quería.

La verga de papi daba un poco de miedo, la tenía baja y se estiraba sobre su vientre como una culebra negra. Tiene mucho pelo desde el ombligo hasta los testículos y las piernas.

Seguía teniendo reparos, ese hombre era papá y le iba a comer la polla, abrió las piernas y la verga se escurrió cayendo junto a sus testículos, levantó la cabeza y colocando las manos bajo la nuca, sus ojos me miraban ordenando, el espectáculo resultaba muy erótico y veía los negros vellos en sus sobacos, en su pecho, todo él tan distinto de su hijo.

Me coloqué entre sus piernas y las abrió para dejarme sitió encogiéndolas para abrazar mi cuerpo con ellas.

-Venga, empieza. No quiero volver a repetirlo.

Hinqué la cabeza y apoyé mi mejilla sobre su pubis, tiene un olor muy profundo a macho mayor, más fuerte que el de mi primo y ese olor me excitó, sentí palpitar mi pene.

Cogí su verga y comencé a lamerla, te digo de verdad que sabía deliciosa, la sentía blanda y suave en mi boca hasta que rápidamente comenzó a coger dureza, comenzaron a salirle los fluidos y me llenaban la boca. La tenía empalmada y dura como si fuera una roca.

-Ahora pequeño métela hasta el fondo. Ya lo había hecho con mi primo y con

Pablo

pero la verga de papá era mucho más larga y gorda, seguramente veinticinco centímetros de carne dura y jugosa.

-Bien, machote. Articuló cuando enterré mi barbilla en los pelos de su pubis.

A partir de ahí fue un follarme que era un frenesí hasta que me dolió la garganta.

-Ahora, para terminar, te la daré por el culito preciosa, ¿estás de acuerdo?

-Sí papi. He de decirte que para ese momento estaba entregado a él, no por los golpes en mis nalgas, o porque me lo ordenara. Estaba loco por el olor que despedía a viril semental. Hubiera comido su culo pero él quería usar el mío para descargar sus huevos.

Volvió a ponerme de rodillas y a lamerme el culito, lograba que jadeara y arañara las sábanas de mi cama, resultaba enorme el placer y eyaculé cuando me penetró con los dedos. Llegó a meterme tres de ellos con gran cantidad de crema.

Volvió a recolocar mi cuerpo tumbado mirando al techo y se ubicó entre mis piernas, subió las mías a sus hombros y sujetando su verga me dijo al oído.

-Ahora hijito sentirás la verga de tu padre, no busco mi placer, es para que te acostumbres y otros no te hagan sufrir. Creía que después de haberme metido tres dedos mi hoyito estaría preparado para recibirle y que equivocado estaba.

La entrada de su capullo me hizo gritar de dolor y detuvo su empuje, solo fue un momento y luego continuó.

Comencé a gritar y tapó mi boca con sus labios, Era horroroso y golpeaba con mis piernas sobre sus hombros.

-Calma, pequeño, tranquilo, la tienes toda en tu cuerpo, ahora relájate. Lloraba entre sollozos.

-Me has hecho daño papi, decías que me tratarías bien. Solo me besaba sin hablar y susurraba en mi oreja.

-Shisssss. Shissss.

Pasó el tremendo dolor aunque me sentía prensado, lleno y queriendo expulsar de mi culo la verga, empujé como queriendo cagar.

-No lo hagas, si sale la volveré a meter. Entonces dejé que mi culo se fuera adaptado a él y comenzó a sacarla y meterla, ya sabes, el clásico movimiento de follar y comencé a sentir gusto, cosquillas, entre dolor y placer y comencé a mover mis caderas acompañándole en el coito.

-Ves, sabía que te gustaría, lo malo es al principio. Termino. Unos minutos después, suspiraba por su polla, sentía la tremenda necesidad de que no saliera de mí, me masturbé unos pocos movimientos y comencé a eyacular, el orgasmo hizo que mi culo se cerrara alrededor de su polla y que ésta se agrandara más.

-Me voy a correr hijito, donde quieres el semen.

-En la boca papi, dámelo en la boca. La sacó de golpe y la acercó a mi cara, tuvo que masturbarse varias veces mientras yo abría la boca y tocaba la punta de su verga con la lengua.

Movía la mano a gran velocidad y así salieron los chorros del esperma, la mayor parte se perdió en mi pelo, en la cara y en la cama y la menor cantidad la recibí en la lengua.

Era la primera vez que saboreaba el mismo esperma que me engendró.

-Vamos al baño, quiero limpiarte el culito pequeño. Me había roto el culo y el escarlata manchó la loza blanca del váter. Mi miró muy bien el culito abriéndolo con los dedos.

-No es nada, con una pomada cicatrizante mañana lucirás como nuevo.

Me llevó en sus brazos a la cama después de lavarnos.

-Ya has aprendido la lección. Creía que Erico y

Pablo

te habían abierto totalmente. Tendrás que dejarles que te hagan una doble y usarás un plug durante el día. Tienes que estar bien abierto para que no te lastimen.

Me besó con gran ternura y bajó al dormitorio del piso inferior donde duerme con mamá.

Ahora, recordando los azotes, pienso en ellos con miedo pero deseo que se repita y me golpeé lo que él quiera, que me castigue por ser malo aunque no lo seré y haré lo que él y el tío Eduardo me digan.

Ya ves amor mío, si tu estuvieras conmigo sería diferente, pero no puedo negarme a ayudar a los míos.

Sé ahora, que los chicos que vi no son del tío Eduardo, los contratan en una agencia, los usan y se los intercambian. De momento papá solamente me dejara para que me usen el tío y un amigo suyo.

Te quiero, te adoro tanto mi amor, quiero tenerte a mi lado, vivir en esa casita que me querías comprar, la prefiero a los lujos que me prometen mis padres.

Besos mi amor, antes tu novio, tu esposo ahora si me aceptas y si quieres tu esclavo.

Respuesta.

Mi esclavo, me encantas...

Mi esposita, suena de maravilla lo que te hizo tu papi , con todos dos detalles de cómo te lastimo, como te cura, como te dio tan profundo hasta dejarte súper despechado, aunque claro debes ayudar a los tuyos, pero me parece increíble que ese hombre, tu tío Eduardo, solo te busque para que seas su putito, es cierto que ese tipo de gente es común que haga eso, pero me da miedo que te vaya a lastimar, porque ya probaste que aun no estás listo para algo así, pero que le ofrece a tu familia?

Mi amor, la verdad si me encantaría estar contigo y salvarte de todo esto que puede suceder, yo provengo de una familia muy solvente, pero claro que no sabría cómo encontrar la fórmula para ayudarte a ti y a los tuyos!

Me gustaría sacarte de ese embrollo y hacerte mi esposa de una vez, para que yo solamente te cuide y tú a mí, claro que yo ayudaría a tu familia sin nada a cambio, pero no sé cómo hacerlo!

Besos mi amor, besitos!