Confesiones entre lujuria

Dos amigas y muchos secretos

Esa noche, H se encontraba relajándose en un baño calentito en su enorme bañera cuando su teléfono sonó. Agarrándolo, miro la pantalla y vio que era una de sus mejores amigas. Aceptando la llamada, esta sonrió y se hundió un poco más en el agua.

-¿Qué tal linda? –pregunto Hécate.

-Muy bien, tengo cosas que contarte amor... -le contestó Beth que estaba tumbada en la cama mirando el techo de su habitación.

-Mmm, ¿sí? Puedes contarm...

-No, tiene que ser en persona -su amiga soltó una risilla y continuó- es una cosa muy importante... Además, tengo que enseñarte una cosita que me he comprado... -Oyó como su amiga suspiraba y abría el grifo de agua- ¿Qué haces?

-Me estoy duchando -Beth soltó una carcajada ante lo cual H frunció el ceño- ¿Tú nunca te duchas?

-Por supuesto que si... pero me rio de lo oportuna que soy amor...

-Ah perri no te preocupes, si me hubieras pillado en otra escena inoportuna, ten por cuenta de que no te hubiera cogido el teléfono.

-Ya- dijo Beth con una risita. –Es que si me lo coges es para matarte linda. Entonces, ¿nos vemos dentro de diez minutos?

-Si –H suspiro, el agua ya se estaba enfriando –Tráete nuestra bebida preferida.

-Tengo una de reserva para hoy.

-Perfecto. Besitos, linda.

-Chau cariño.

H salió de la ducha y quitando el tapón que retenía toda el agua en la bañera, se puso una toalla alrededor de su cuerpo y fue hasta su armario, para ponerse un cómodo chándal. Cuando estaba secándose el pelo con la toalla, el timbre la sobresaltó, se acercó la puerta y la abrió.

-Has sido muy rápida eh...

-Teniendo en cuenta que vivo aquí al lado -le dijo Beth entrando en la casa con una bolsa en cada mano, más el bolso.

-Como seas así para todo linda... -dijo H sonriendo con malicia.

Beth se paró en seco y pasando las bolsas de una mano a la otra, le pasó el dedo por su hombro de manera seductora.

-Puedo asegurarte que no amor... -y viendo la cara que se le quedó a H, dejó sus bolsas encima del sofá y se tiró en él.

Hécate se quedo parada. No habia visto nunca a su miga de esa manera. Habia algo que la llamaba a que empezara a hablar muy pronto o no podría aguantar sin empezar a preguntarle.

-Bueno, ¿Qué traes en todas estas bolsas?

-Comida, aperitivos nada más... Y como no, -Beth abrió un bolsa y saco una botella de tequila de reserva de varios años.

-Mmm… Eso ya me gusta más. Perame que te traigo unos chupitos y me cuentas todo.

La hembra camino hasta la cocina y saco dos chupitos del congelador y volvió a reunirse con Beth. Poniendo las bolsas sobre la mesa, se sentó a su lado acomodándose en él sin dejar de sonreír.

-Bien, ¿a qué debo esta linda visita?

-Pues que ayer, como os conté quedé con Peter -Beth abrió la botella y sirvió un chupito de tequila para cada una, se lo tomaron y sonriendo, continuó- y bueno, os conté también, que me dijo que me iba a dar una sorpresa...

-¡Es verdad! ¿Qué fue? -dijo su amiga mirando sus manos- ¿Una pulsera, reloj... anillo?

-Nooo, que vaaa -rió Beth y se acercó a ella para susurrarle- un trió con otro hombre -ante la cara de su amiga, Beth rió aun más- quería probar algo nuevo y un día de locura se lo comente... y ayer, pues ¡puf! llegamos a su casa y un macho... Ohhhh amiga -dijo dándole palmaditas en el hombro y cerrando los ojos para respirar profundamente- ¡Qué macho! Moreno, ojos verdes, alto, fuerte... Dios, si parecía que se habia tragado una tableta de choco y se le habia quedado ahí.... -dijo tocándose el vientre produciéndole unas risillas a su amiga.

-Maldita Loba estas echa Beth… Mira tú si al final el Peter Pan nos salió todo un lindo hombrecillo.

-Jope tía, no te metas así con él. Es muy bueno conmigo y me encanta que me sorprenda.

-Bueno... –H sirvió otro tequila y le paso el chupito a Beth -¿Qué será lo próximo? Por que mira que ya no se qué pensar de esa mente que tienes.

-Pues la verdad… Es que aun lo tengo que pensar muy bien. ¿Y tú? ¿Has conocido a algún macho últimamente? –pregunto con una sonrisa malvada la rubia.

-Esta semana ha sido algo movidilla, que quieres que te diga.

-Cuenta, cuenta.

-Pues tengo un visitante nocturno, luego me invitaron a un baile de mascaras que resulto ser la mejor noche de mi vida.

-Uyuyuy. Veo que te la has apañado muy bien sin mi ¿eh? –dijo Beth.

-Cariño, te echo de menos, pero si estas muy ocupada con Peter no puedo culparte. Pero la verdad es que no paran de pasarme cosas muy extrañas.

-¿Me has echado de menos eh? –dijo Beth arqueando una ceja.

-Pues… Nop, solo era pon cumplir –exclamo Hécate partiéndose de la risa.

-Ya claro... -dijo Beth acercándose a ella y su amiga rápidamente conociéndola, sirvió otro tequila- Puedes tenerme miedo sip... acaba de ocurrírseme una fabulosa idea... -dijo antes de tomarse el tequila.

-Verás ahora...

-Voy a hacer un trió con otro tía.

H casi se atraganta con el tequila y Beth no pudo menos que echarse a reír.

-Ayyy, ni que no fueses mi amiga y no supieras que ya he probado antes con una hembra amor... -le pasó el dedo por los labios mojados y le sonrió picaronamente- si quieres, tu puedes ser la invitada.

-¿¿Yo?? -dijo H con los ojos abiertos.

-Pues claro... Tengo mucha confianza contigo y además, que coño, estas re buena querida...

-Pero, pero... -Beth sonrió cuando las mejillas de su amiga se tiñeron de un color rojo intenso.

-Ya te he visto más veces desnuda, esta vez será igual... pero con placer incluido.

-Deja deja… Creo que se te ha subido el alcohol, te está afectando. ¿Además? ¿Desde cuándo a ti te molan las tías Beth?

-Cariño, todo es probar. Aunque… pensaba que te emocionaba la idea.

H se sirvió otro tekila, pero esta vez doble haciendo que sus mejillas se colorearan más. Beth se empezó a reír de ver como se estaba poniendo la cosa. Su pobre amiga se creía que iba de broma.

-Hécate, voy a decirte algo

-¿Tengo que tener escudo y coraza? Ya no me fio ni un pelo de ti. Te temo.

-Pues… -Beth se puso muy seria

-Ay linda, me estas asustando, anda tomate otro tequila y recupera la memoria.

Beth se tomó otro tequila y doble, como el que unos segundos antes se habia tomado su amiga, pero no para olvidar, sino para entonarse un poco.

-Me interesas -susurró Beth sentándose más cerca de ella.

-¿Cómo? -dijo H moviendo su culito unos centímetros más allá.

-Como sigas así vas a tirarte del sofá... Ven acá, no te vayas -Beth la cogió por la cintura y tiró de ella hasta quedar a unos centímetros de su cara- Quiero probarte linda...

Su amiga abrió los ojos y los cerró cuando Beth le puso su mano en su pierna y empezó a acariciarle a lo largo de su muslo.

-Beth... tequila... -susurró su amiga.

Beth rió y le sirvió otro chupito de tequila, pero esta vez, lo que hizo fue echarse la sal en el cuello.

-Toma -le entregó el vasito y sonrió al ver que su amiga buscaba el sal- El sal está aquí... -susurró ella señalando hacia su cuello- no hay más...


H siguió la dirección de su dedo y trago saliva. Esto no era normal, no señor. Mirando a Beth, la chica estaba muy cerca de ella y con el cuello ladeado.

-No creo que sea una buena idea.

-Venga bebe, no es nada malo. –contesto B con una sonrisa.

Asintiendo, H se acerco a la curvatura de su cuello y lamio la sal rápidamente y se tomo el chupito para dejar el vasito en la mesa y servirse otro.

-¿Qué has traído de comer? –pregunto cambiando de tema.

-Nada consistente... -contestó Beth decepcionada, pero no perdería la esperanza y no se iría de allí sin haberla probado. Esos dulces labios que 1 minuto antes habían recorrido su cuello la tenían loca desde hacía mucho tiempo.

-¿Cómo que no? -H se levantó y se acercó a las bolsas que habia traído su amiga y sacó una bolsita con bollitos de chocolate- Esto nos valdrá, mmm... qué buena pinta tienen.

Se sentó de nuevo en el sofá y empezaron a comer los bollitos. Beth no apartaba la mirada de ella y eso la ponía incomoda, pero a la vez la excitaba, era una extraña sensación. Y sin poderlo evitar por su cabeza pasó la imagen de ella y Beth en su cama, completamente desnudas y besándose, jugando con cada trocito de piel al descubierto... Tan nerviosa se puso, que le calló el último bollito, que Beth cogió casi al vuelo.

-¿Lo quieres? -dijo sonriendo maliciosamente.

-Si... Yo lo cogí

H hizo un amago de cogerlo, pero Beth negó con la cabeza y lo escondió detrás de ella.

-Si lo quieres vas a tener que ganártelo con el sudor de tu... -le sonrió haciendo que su amiga pensara mal y se sonrojara- frente...

-¡¡Serás perra!!

Hécate se lanzo en plan placaje de rugby tumbando a su amiga todo lo larga que era. Esta sostenía el bollito por encima de su cabeza alargando el brazo. La hembra intentaba alcanzarlo mientras que Beth no apartaba la vista del cuerpo de esta. Se mordió el labio por no cambiar las tornas y...

-¡Dámelo! –exclamo H intentando alcanzar el bollito.

-Nop. Para ganártelo tienes que lo primero, quitarte de encima mío -H negó con la cabeza e intentó de nuevo quitarle el bollo inútilmente- Mmm, tan solo es un bollito de chocolate... ¿No estarás así porque en realidad lo que quieres estar encima de mi?

H se iba a levantar en el acto a no ser porque Beth le envolvió la cintura con sus piernas. Tiró el bollito y cogió la cara de su amiga entre sus manos.

-No lo niegues preciosa, te pone tanto como a mi imaginaros en esa cama completamente desnudas... -H suspiró colorada como un tomate- te pone tanto como a mi imaginarte cómo te pasaré las manos por todos los rinconcitos de este cuerpo -dijo recorriéndole los pechos con una mano- te pone caliente y húmeda imaginarte cómo será cuando te coma la boca... -esto produjo un gemido en su amiga que hizo que Beth explotara.

Puso su mano en la nuca y la acercó completamente a ella, besándola tal y como llevaba deseando desde hacía varios meses. Fuerte y suave a la vez, devorándole los labios con su lengua. H gimió ante el sabor de la lengua de su amiga. Beth le agarro el cuello y la apretó más contra su boca. Le mordisqueo los labios aspirando y lamiéndolos. El bollito de la discordia cayó al suelo dándole libertad de movimiento a la mano que lo tenía agarrado.

La rubia sentía su cuerpo convertirse en fuego puro. Tenerla así era algo por lo que habia estado pensando mucho. Sus caderas eran perfectas, pequeñas y dulces al contacto. Le alzo un poco la camiseta y comenzó a rozarle los costados erizándola por completo.

La castaña se separo de los labios de su amiga y la miro fijamente. Ambas tenían los labios entre abiertos y respiraban con dificultad.

-Dios –exclamo en un susurro. -¿Me he ganado ya mi bollito?

-Aun no pequeña... -susurró Beth sonriendo y aunque podía apostar que su amiga no quería hacerlo, ella también lo hizo y eso fue lo único que necesitó Beth para continuar- ¿Qué te parece si nos vamos a tu cama para estar... más cómodas?

-¿A... mi cama...? -dijo H entrecortadamente.

-Si amor, por eso del bollito... que si no lo quieres...

-Vamos.

H se levantó del sofá y tirando de ella la llevó hasta su habitación empujándola encima de la cama.

-Pensaba que creías que esto no estaba bien... -dijo Beth antes de que su amiga se pusiera a horcajadas encima de ella.

-Todo es por el bollito perra.

H se agachó y empezó a besarle el cuello, subiendo y bajando desde la curva de este hasta su boca. Mordiendo, lamiendo, besando...

-Si esto lo haces por un bollito, no quiero saber que harás… -no pudo continuar. Beth gimió cuando H capturo su labio entre sus dientes.

Una mano de la hembra fue descendiendo por el cuerpo de Beth y se quedo tonteando con el borde de su camiseta. Pasando un dedo entre la fina tela, Hécate comenzó a hacer círculos en la piel de su amiga mientras iba subiendo. Beth la miro a los ojos y H aspiro con más fuerza introduciendo la lengua en su boca.

Un frenético baile comenzó a surgir, la mano de la joven siguió su camino hasta que rozo la tela del sujetador de su amiga. Beth no sabía si iba a continuar, solo cerró los ojos y espero.

H continuó besándola unos minutos más mientras su mano se colaba en el interior de sus muslos, para acariciarla suavemente, calentándola, humedeciéndola... Dejó su boca y bajó poco a poco por su cuello dejando huella de su saliva en él, hasta el borde de su camiseta. Miró a Beth que aún estaba con los ojos bien cerrados y sonrió.

-Quiero que mires bien lo te hago perra... No te pierdas nada no vaya a ser que se te olvide y no me devuelvas mi bollito -susurró H.

-Por supuesto -concedió Beth abriendo los ojos sonriente y mirándola seductoramente- puede continuar la señorita...

Su amiga asintió y bajó la cabeza y sin apartar la mirada de los ojos de Beth, lamió la carne que estaba por encima de la tela que hacia el escote. Apartó la tela del escote a cada lado de sus pechos, y rozó los pezones semi erectos con la yema de sus dedos. Beth gimió ante lo cual, su amiga le pellizco los pezones haciendo que Beth soltara un pequeño gritito.

-¿Te gusta eh?

Se agachó hacia sus pechos y pasó la lengua por los pezones ya duros, mientras sus manos vagaban entre sus piernas.

Beth abrió las piernas invitando a su amiga a que se introdujera más en el espacio. H sonrió ante la acción de esta y le mordió el peso, con lo que la rubia dio otro grito e hizo un mohín.

-¡¡Serás perra!! –dijo abriendo los ojos.

-Se, lo soy. Pero te encanta. –dijo esta humedeciéndole el pezón con su lengua.

-Te odio… No te voy a dar el bollito –Aunque ese habia pasado a ser el menor de los problemas.

-Mmm… -H paso los dedos por encima de su entrepierna apretando en los sitios indicados mientras que pasaba al otro pezón y lo mordisqueaba. – ¿No me lo vas a dar? –susurro apretando su clítoris por encima de la ropa mientras que aspiraba su pezón y le daba pequeños latigazos con la lengua.

-Esto… -dijo Beth arqueando su cuerpo.

-Bien… -se separo de ella y la miro entrecerrando los ojos –Pues me voy a por él. Hay te quedas.

-No... -Beth se incorporó en uno de sus codos y le puso pucheritos- No me dejes así... por favor...

-¿Me darás el bollito? -dijo su amiga cruzándose de brazos.

-Cuando acabemos aquí... pero no sé quién puede pensar en el bollito ahora amor -Beth le dio la mano y la acercó a ella volviéndola a poner sobre ella- Acabemos con lo que estábamos y te daré todos los bollitos que quieras...

-¿Segura?

-Por supuesto -susurró Beth antes de tumbarla encima de ella con una de sus manos entre ellas, mientras la metía entre sus piernas y empezaba a hacer fuerza ahí donde a ella le gustaba.

-Mmmmmmm...

-Este si es el bollito que a mí me gusta...


H le quitó la camiseta y el sujetador en 1 minuto y empezó a succionar y lamer sus pezones, mientras Beth le bajaba el pantalón del chándal hasta debajo de sus nalgas...

La rubia se dio cuenta de que la muy perra no se habia puesto ropa interior y eso la hizo humedecerse. Gimió cuando acaricio su firme trasero y la apretó contra si. Un jadeo broto de la garganta de la castaña. La mano que tenía entre sus cuerpos fue rozando cada parte de su feminidad y H se apretó mas contra ella mordiendo su pezón para luego sacarlo de su boca con un sonoro ruido.

Apoyándose en los codos, agarro los pecho de su compañera y comenzó a pasarle la lengua por el valle mientras que le pellizcaba los pezones con el pulgar y el índice. Haciendo circulitos con la lengua, la pasaba por esto y apretaba un poquito más.

-Mmm

-Si, amor, retuércete. –susurro la hembra sin dejar de atormentarla.

-Hécate

Alzándose sobre sus rodillas, la joven termino de sacarse los pantalones que le estaban molestando y se relamió. El pulso de Beth aumento cuando vio lo brillante y excitado que estaba el sexo de la castaña. Levantándose, se puso de rodillas como ella y le paso la mano por el coño de su amiga y rozo la entrada de su vagina empapándose por la excitación de esta.

H gimió y se arqueo acercándose como una gatita pidiendo más arrumacos. Sus manos agarraron las caderas de la rubia y le bajaron la cremallera lateral de los pantalones. Comenzó a bajárselos mientras que no cesaba de besar su hombro bajando por sus pechos. Cuando estos quedaron en las rodillas, agarro la tira del tanga rojo sangre que llevaba haciendo que se hundiera entre sus labios.

-Ohhhh -gimió Beth cuando sintió el tanga apretarse contra su clítoris.

H tiró más hasta que Beth estuvo completamente mojada y pidiendo con gemidos que continuara. H la tumbó sobre la cama y le abrió las piernas. Separó los labios de su vagina y lamió su centro saboreándola, ante lo cual a Beth se le escapó un grito.

-Vas a sufrir... -le susurró la castaña antes de posar su boca completamente en la vagina.

Le mordió, succionó, lamió su clítoris antes de empezar a hacer lentos movimientos con su lengua dentro de ella. La sacaba y la metía como si ya estuvieran follando. Beth ya no podía más.

-Ven acá perra -dijo Beth cortante.

La cogió por la cintura y la tumbó en la cama, colocándose encima de ella mirando hacia sus pies. H no perdió tiempo en continuar con lo que estaba haciendo mientras notaba como Beth le metía un dedo en su interior y lamia su feminidad a la vez que gemía y gritaba.

-Dios… Es tan placentero –gimió H cuando sintió como su amiga succionaba su clítoris.

Introdujo su lengua en la vagina de esta moviéndola en círculos y succionando los jugos que salían de esta. Estaba tan caliente que mordisqueo el agujerito sintiendo como la rubia se mecía contra sus labios.

Saliendo del húmedo canal, la hembra comenzó a dar largos y lentos lametones a toda esa parte, parándose en su pequeño bultito al que atormentaba sin miramientos. Cuando Beth creyó que no podía haber nada más placentero, sintió como la castaña introducía dos dentro fuertemente en su vagina que casi la hizo correrse. Grito mordisqueando los labios de esta.

-¿A si que te gusta duro cabrona? –B volvió a gemir pero esta vez volvió más duros las acometidas en su interior. –Joder… Ahhhh.

-Creo que igual que a ti.

H mordisqueo los muslo de esta y añadió un dedo más a su interior, retorciéndolos, encontró el punto G de su compañera y lo estimulo a la vez que con el pulgar no dejaba de trazar círculos en clítoris.

-Ohhhh –jadeo la hembra. –Veras tu

Mordió y succiono su clítoris sintiendo como a Hécate empezaban a darle pequeñas descargas como pulsaciones. Sonriendo, se aparto de ella sin sacar los dedos empezó a mover las caderas cuando sintió de nuevo la húmeda lengua jugar con ella.

Beth metió un dedo más en su interior, y ya eran tres, encontrando un bultito en su interior que comenzó a rozar instantáneamente. Fuertemente hizo presión en el bultito sintiendo los flujos de su amiga en los dedos.

-Oh oh... -gimió ella desde atrás.

-¿Esto te gusta? -preguntó Beth moviendo más rápidamente sus dedos en su interior, sacando el tercer dedo que habia metido.

-Sabes... que... oh Dios, si, no, no lo saques...

-Esto te gustara más...mmmmmmm -H estaba devorando su coño poco a poco presa del placer.

Beth puso su mano en posición spiderman, dos dedos dentro y otros dos fuera, y empezó a mover sus dedos del interior de la vagina estimulando cada vez más rápido su punto G y produciendo altos gemidos en la castaña.

Se agachó haciendo que su vagina se abriera más delante de H, mientras ella lamía lentamente su clítoris sin dejar de mover los dedos en su interior caliente.

-Esto es superior a mi –No quería llegar ya, quería disfrutar un poco más del placer y la atención que Beth le estaba dando. –Para... oh dios… Para.

-Ni de coña

Beth siguió adentrándose rápidamente en ella y lamia cada vez más rápido apresando y jugueteando con su pequeño bultito. H gemía sin control, con un brillo en sus ojos, estaba dispuesta a devolverle cada uno de los gemidos que le estaba haciendo soltar.

Sin pensarlo, introdujo los tres dedos y fue apretándola mucho más a la vez que le pasaba la mano por el trasero pellizcándolo y agarrándolo. Su boca mordía y estiraba cada parte que pillaba saboreándola y chupándola. Beth se tuvo que morder el labio para no gritar de placer. La castaña le dio una pequeña palmada y esta grito presa del placer.

-Mmm… -dijo H aumentando la rapidez de sus dedos a la vez que empezaba a devorarle el coño sin dejar de pellizcar ese suave trasero.

-Me vuelves loca... -susurró Beth cuando H posó un dedo de la otra mano en su clítoris y empezó a apretarlo y presionarlo como si de un botón se tratase.

-Ahí... Dios... Oh... Está la cuestión...

Beth continuó con su movimiento dentro de ella, notaba que estaba tan cerca como ella... Y a ella no le faltaba mucho más, ya notaba como unas pequeñas convulsiones recorrían su cuerpo.

Sacó los dedos del interior de su amiga produciendo un gemido de disgusto en esta, pero los sustituyó su lengua que se introdujo dentro de su coño por completo moviéndose rápidamente hacia fuera y hacia dentro. Se paró dentro de ella y comenzó a hacer círculos con ella, mientras que con uno de sus dedos atacaba su clítoris una y otra vez.

Beth tuvo que contraerse para no gritar de placer, no aguantaría mucho más así...

-Vamos amor... ciento que estas ahí -susurró su amiga.

Sonriendo, apreso su clítoris y comenzó a darle pequeños mordisquitos para luego apretar un poquito más. Sentía como su amiga estaba al borde y quería darle el mejor orgasmo de ese momento. Aumentando la rapidez de sus dedos, Beth arqueo su cuerpo loca por la liberación y apretó más las caderas contra la boca de la castaña.

-Oh… mmm… Si bebe… muerde a mami –jadeo.-Se siente tan bien

-Córrete perra… -soltó H en un gemido mientras que volvía a su hazaña.

-Si… lame y chúpamelo todo –Beth habia perdido la noción del tiempo.

Cuando sintió el primer espasmo su vista se nublo y grito para luego bajar la cabeza y empezar a follarse con la lengua a su amiga. Apretando y moviendo sus dedos, su clítoris estaba completamente duro, cosa que hizo que aumentara el ritmo hasta que escucho a su amiga gemir bien alto y arquearse.

El orgasmo le llego como una descarga de energía a la castaña. Aun aumentando el tiempo del orgasmo de su amiga que movía sus caderas sin control, para ella sentir como esa lengua se introducía y sus dedos la llevaban al séptimo cielo no hizo más que gritar y gemir.

-Así amor… así… -gimió Beth dándole un largo lamentón que dejo a Hécate extasiada.

-Ohhhh...

H gimió mientras continuaba moviendo sus dedos y lamiéndole el coño, despacito pero fuerte... A lo que Beth respondió con un mordisquito en el clítoris de su amiga, mientras introducía un dedo en su interior completamente mojado...

-Por favor Beth... déjalo ya.... -casi gritó la castaña.

-Mmm...

Beth volvió a meter sus dos dedos dentro de ella y los movió contra su punto G, quería todo lo que ella tenía dentro, hasta su última gota.

-Oh, oh, oh.... otra vez no...

-Si, lo quiero todo Hécate, todo lo que tengas para mí...

Y su amiga, cerró los ojos, dejó sus manos caer a los lados de su cuerpo y se dejó ir, sin para de gritar.

-Si... así.... -susurró Beth sintiendo las últimas gotas de la corrida de su amiga.

Cuando estuvo segura de que su amiga ya no podía más, se dio la vuelta y le besó los labios que aun estaban mojados. H abrió los ojos y le sonrió.

-No creo que pueda volver a mirarte con la misma cara después de esto... -susurró Beth.

-Yo creo que me voy a sonrojar cada vez que te vea -dijo su amiga, acercándola a ella y besándola tiernamente- Gracias.

Beth se tumbó a su lado y rozó sus pezones aun erectos con los dedos.

-No quiero compartirte con Peter... -besó uno de sus pezones- eres solo para mi Hécate.

-Sólo...