Confesiones en prisión

De cómo una mujer confiesa cómo se aprovechó de sus hijos.

Estimados lectores, hace mucho tiempo recibí este relato, que he tardado en darle forma legible. Está contado directamente de un psiquiatra que tuvo que tratar a una mujer que abusó de sus hijos y fue detenida por ello. Lógicamente, he cambiado nombres y direcciones reales.

La historia comenzó hace mucho tiempo, antes de que Laura (llamaremos así a la madre), fuera mayor de edad. Debido a su pronto desarrollo fue una mujer muy atractiva desde casi niña. La mala fortuna hizo que fuera violada por su padre de forma repetida, al que tuvo la suerte de perderle de vista gracias al destino, quien se lo llevó en forma de accidente laboral. Trabajaba en la construcción y una pared se le vino íntegramente encima.

Sin embargo aquellas relaciones vendrían a marcarla para el resto de su vida. Debido a ésto, pasó a ser en el instituto la típica chica que se acostaba con casi todo el mundo...lo que popularmente se suele llamar una chica fácil.

El desconocimiento de sistemas de prevención del embarazo y la alta promiscuidad la llevaron a quedarse embarazada de gemelos a la tierna edad de 17 años. El padre, si es que hubiera sabido a ciencia cierta quién era, no quería hacerse cargo por dicho motivo y terminó criándolos ella sola.

Laura, tuvo a Ángel y a Enrique viviendo como pudieron en casa de su madre, mientras ella trabajaba como camarera en un mesón. Sin embargo el destino de nuevo volvió a marcar agridulcemente sus vidas cuando Felisa, la madre de Laura, murió y si bien heredaron la casa y una póliza de vida, dejó en sus vidas un hueco y un vacío muy grande, ya que para Ángel y Enrique ella era la que les había cuidado como una madre.

A partir de entonces su nivel de vida mejoró, Laura pudo pagarse unos estudios para trabajar como secretaria y sus hijos pudieron ir a un colegio subvencionado.

Eso pudo permitir a Laura volver a cuidar su aspecto, había sido una mujer muy atractiva siempre (1, 55 de altura, pechos grandes para su estatura, un 95D, rubia, con ojos verdes y labios carnosos).

El caso es que ella seguía con esa forma tan desacerbada de tener sexo y se dio cuenta de que sus hijos estaban en esos momentos en que las hormonas se les disparaban. No era la primera vez que Laura intentaba entrar al cuarto de baño y oía como jadeaba uno de sus dos hijos haciéndose una paja, muy normal en esos momentos en que la bilirrubina y los granos son el día a día de un chaval. También sabía que de vez en cuando ellos veían videos porno y se masturbaban en el salón mientras visionaban las cintas, haciendo especie de competiciones (quién duraba más sin correrse y sin parar de "cascársela").

Laura no vio en sus hijos más que dos jóvenes con los que tener sexo, le recordó a sus sesiones de sexo con su padre y creyó que si ella los quería y los trababa bien no se sentirían mal, al fin y al cabo eran chicos que buscaban un "agujero" donde meterla.

Laura, decidió provocar a sus hijos paseando desnuda por casa, para ver la reacción de éstos, incluso, masturbándose por las noches jadeando de forma exagerada para provocar en ellos el deseo de verla e incluso masturbarse en la propia puerta del dormitorio de Laura.

Este juego no duró mucho, pues Laura necesitaba de un sexo real, de una polla en su boca, en sus manos, en su coño.

Lo que hizo Laura es pillarles por sorpresa en una sesión de videos porno que habían planeado Ángel y Enrique a sabiendas de que su madre trabajaría en sábado por la mañana, sin embargo ella les mintió a drede para poder volver a casa y pillarles con las manos en la masa.

Y así fue, la escena se desarrolló de la siguiente manera (narrada por la propia Laura):

Volví a casa, ya con las bragas muy húmedas al saber el espectáculo que me iba a encontrar. Procuré no hacer ruido cuando metí la llave en la cerradura, y, ya dentro, oía los jadeos de la puta de la cinta de video que veían, mezclada con los gemidos de mis hijos. Mientras me acercaba lentamente al salón, de vez en cuando oía cómo se animaban a seguir pajeándose para que ninguno hiciera trampas:

Eh...Enrique, no pares listo....que seguro que estabas a punto de correrte.

De eso nada, me puedo frotar la polla aún media hora más, aunque la tía ésta tiene unas tetas para correrse en ella veinte veces.

Y seguían jugando con sus miembros.

Antes de entrar, procuré ponerme lo más atractiva que pude, me quedé en bragas, con zapatos de tacón y me quité mi sujetador, quedando mis pechos al aire, con los pezones bien endurecidos apuntando directamente hacia arriba.

Según entré en el salón mis hijos se taparon sus pollitas y sin creer lo que veían se quedaron estupefactos.

Yo también estaba muy nerviosa, sin embargo la calentura me podía mucho más y les dije:

¿ésto es a lo que os dedicáis mientras yo trabajo fuera?

No sabían lo que decir, tartamudeaban un "perdón", o un "yo, yo", pero no decían nada congruente.

¡Ángel apaga éso ahora mismo! – le espeté mientras la actriz porno seguía jadeando las típicas frases de una película de esas características.

O sea que queréis sexo no....pues lo vais a tener, para que veáis lo diferente que es de esas películas. Tú Enrique, ven aquí.

Mi hijo Enrique medio tembloroso se acercó, con miedo a que le diera un bofetón.

Quítame las bragas, pero con suavidad, nada de las burradas ésas que veis por la TV. –le dije mientras él comenzaba a retirar mi tanga de mi sensible cuerpo. El notar sus suaves dedos alrededor de mis caderas ¡me ponía a mil!

Ángel quítate la ropa y sigue masturbándote, pero sin correrte mientras miras lo que hace tu hermano.- prosiguió con su tocamiento, pero sin acelerarse en el jalar de su instrumento.

Enrique, desnúdate del todo. Dime qué es lo que te gusta de las putas ésas de tus revistas.

....pues.....mamá...me da vergüenza!

¿Hijo, quieres que me enfade? Bien que no te da vergüenza hacer esas cochinadas delante de tu hermano. Dime qué es lo que te gusta.

.....Pues, me gusta cuando se chupa el pene del...-le corté

¿el pene? ¿Os hacéis competiciones de pajas y me dices el pene? ¡La polla hijo, di la polla!

....bueno pues eso mamá, la polla del actor.

¿O sea, que te gusta ésto? – me agaché a la altura de su miembro y me lo metí en la boca de una tacada. Entre mis ganas y que su pene había quedado un poco fláccido del susto, entiendo yo, me fue sencillo.

Ángel, al ver esa escena comenzó a frotarse con un poco más de velocidad y prestando más atención a lo que yo hacía, mientras Enrique abrió los ojos como platos al notar que mis labios apresaban su verguita. Ése momento creo que fue el que más de mojó de toda la tarde.

Al chupar y chupar la polla de mi hijo creció hasta hacer imposible que me la tragara por completo y comencé a notar que estaba disfrutando tanto que se correría enseguida. Entonces comencé a pajearle, mirándole a los ojos y diciéndole mientras de vez en cuando abría la boca para tragar lo que viniera:

Y ¿te gusta cuando ellas se tragan la lefa verdad guarrito?

...ohhh sí mamá....sí, me gusta mucho...

Pues venga....córrete en mamá cochino – le dije mientras le seguía pajeando hasta que comenzó a brotar de forma brutal semen hacia mi cara, mis ojos, mis tetas, mi pelo y algo cayó en mi legua.

Ángel estaba a punto de estallar así que le dije:

¿No estarás a punto de correrte verdad Ángel? – paró súbitamente.

Ven con mamá – le dije, y se acercó. - ¿has tocado alguna vez un coño?

....no mamá – me dijo con voz trémula.

Bueno, mete la mano entre mis piernas – le susurré mientras acerqué mi cuerpo al suyo y abrí mis piernas – y mueve suavemente tus dedos de atrás hacia delante y no pares hasta que mami te lo diga.

Ohhhh qué placer notaba, era lo máximo. A cada roce de sus deditos mi chocho se mojaba más y más y más. Mientras él me rozaba, acariciaba su suave piel y sus teras nalgas. No tardé mucho en correrme, abrazándome a su cuerpecito. ¡qué gusto, qué climax más fuerte!

¿os ha gustado?

Síiiii

Habían perdido la timidez y comenzaban a mostrarse más abiertos.

Ángel...¿qué es lo que te gusta de esos vídeos?

...¿te vas a enfadar si te lo digo? – me preguntó algo temeroso.

¡me enfadaré si no me lo dices! – le espeté.

.....pues....me gusta cuando....a ella se lo meten por ahí.

¿Por ahí dónde?

......por....por el culito.

Aaaaahhhh, ya veo marranete. ¿Te gustaría darme por el culo?

.....no sé mamá....

Haber.....sentaos los dos en el sofá.

Se sentaron y me puse entre los dos de rodillas frente a ellos y comencé apajearlos y a mamarles sus pollitas para que crecieran de nuevo y me los pudiera follar en condiciones. Cuando ya estuvieron duros me senté encima de Enrique metiéndome su polla en mi coño, mirándo hacia él. La que llevaba la batuta en aquel momento era yo y cabalgaba al ritmo que yo quería satisfacerme a mí misma....oh qué placer, mi hijo tenía una cara de disfrutar cada una de mis embestidas de forma inimaginable.

Cuando estaba a punto de correrse paré de forma inmediata, entonces él abrio los ojos como asustado.

No pasa nada Enrique, espera.....¡Ángel, ponte detrás mía! Ahora, despacito mete a mami en el culo tu verguita. – Y mientras él introducía su dura pollita yo besé por primera vez a mi hijo Enrique en los labios, jugando con mi lengua en su pueril boca. Cuando noté que mi hijo había llegado al fondo de mí, les dije:

Bien hijos, ahora quedaros quietos, mamá se moverá. – y comencé a embestirlos a los dos, notándome llena de ellos....era maravilloso.

Ése momento fue corto, pues entre el morbo de ser repleta por mis hijos, más el propio placer que estaba obteniendo de ellos hizo que me viniera en un orgasmo fortísimo, que me hizo no parar de temblar en un buen rato.

Cuando mis espasmos se relajaron y mi cuerpo dejó de vibrar les dije.

Ahora me vais a follar hasta que os corráis vosotros.

Y siguieron con el mete saca hasta que ambos me llenaron con su leche caliente.

Al terminar, primero Enrique y luego Ángel, les dije:

¿Veis lo que es follar? ¿A que es más divertido que pajearse, aunque algo más cansado y laborioso?

¡Sí mamá! – me dijeron al unísono.

Bueno...pues follaremos mucho, pero esto no se lo vais a decir a nadie, porque además de dejar de follar si la gente se entera no nos querrán y nos odiarán a todos y no querréis que odien a mamá o a vosotros ¿verdad?

No mamá.

Y ése fue el comienzo de mi andadura sexual con mis hijos. El caso es que siempre he tenido sexo con ellos desde ésa época, incluso cuando comenzaron a salir con chicas. No quería que dejáramos de follar sólo porque ellos ya lo hacían con chavalas de su edad.

Y el problema de Laura fue que se había convertido en su propio padre y había hecho lo mismo con sus hijos que su padre hizo con ella, sin pegarles pero psicológicamente los dejó también marcados por aquellas relaciones, algo egoístas.

Laura fue detenida, cuando Enrique enseñó a un amigo suyo un video de una relación que grabó en video. Enrique se dejó la cinta en el video y los padres de su amigo vieron la cinta y la denunciaron.

Hoy está recibiendo tratamiento psiquiátrico así como sus hijos, y está encarcelada por abuso de menores, tenencia de material pornográfico con niños y su distribución en internet.