Confesiones de una LOLITA (01: El Inicio)

mis preferencias sexuales se inclinaron muy prontamente por los hombres mayores, con mas experiencia en el tema y por supuesto con el miembro viril totalmente desarrollado lo que lo hacia más apetitoso para mí, por lo que de acuerdo a la edad que tenia me convertí en lo que comúnmente se conoce como una “LOLITA” que según entiendo es cuando una damita muy joven prefiere a hombres mayores.

Mi nombre es Gabriela, soy originaria de una pequeña ciudad de la provincia mexicana, actualmente radico en la Ciudad de México en compañía de dos de mis hermanos, soy la menor de siete hermanos, estoy por cumplir los 18 años, sin embargo he llevado una vida sexual muy acelerada ya que descubrí los placeres carnales a muy temprana edad y mis experiencias en el tema, considero, son numerosas. Mis recuerdos sexuales se remontan a cuando tenia ocho años de edad cuando por casualidad descubrí lo que era la masturbación, en aquel momento tenía ganas de orinar y los baños de la casa estaban ocupados, en la desesperación de orinarme en los calzones empecé a frotar mi vulva y vaya descubrimiento, sentía muy rico al frotar mi Monte de Venus, no obstante que el frotamiento aceleraba mi necesidad de orinar, no podía detenerme ante la deliciosa sensación que experimentaba, lo que tenia que suceder sucedió, me orine en los calzones, sin embargo continué en el frotamiento hasta que mi cuerpo se estremecía de manera incontrolable en lo que, en aquel momento lo ignoraba, era el primer orgasmo de mi vida.

A partir de aquel momento mi vida sexual se fue incrementando día a día de tal manera que los chicos de mi edad se quedaron "atrás en el tiempo", ya que mis preferencias sexuales se inclinaron muy prontamente por los hombres mayores, con mas experiencia en el tema y por supuesto con el miembro viril totalmente desarrollado lo que lo hacia más apetitoso para mí, por lo que de acuerdo a la edad que tenia me convertí en lo que comúnmente se conoce como una "LOLITA" que según entiendo es cuando una damita muy joven prefiere a hombres mayores.

Como ya comenté la primera experiencia fue cuando me estaba orinando, pero esta practica de frotarme el pubis se hizo tan cotidiana que lo hacia varias veces al día en la menor oportunidad que tenia, lo mismo en la escuela que en casa, al despertar cada día lo primero que hacia era frotarme hasta sentir el delicioso estremecimiento en todo el cuerpo que posteriormente supe era conocido como orgasmo.

Después de algún tiempo de esta práctica empecé a imaginar, mientras me frotaba, que seguramente seria más rico si alguien mas me lo hiciera y tenía deliciosas fantasías en las que imaginaba a diferentes hombres haciéndomelo y sin haberlo premeditado todos ellos eran hombres mayores, todos conocidos, ya fuera familiar, vecino o maestro; Ante la imposibilidad de que aquellos hombres de mis fantasías me lo hicieran, me animé a inducir a algunos de mis compañeritos de escuela para que me lo hicieran y saber lo que se sentía una mano extraña frotando en mi vulva.

El primero fue un chico que se llama Fernando, para entonces ambos teníamos 10 años y estudiábamos en el mismo salón, se puede decir que yo misma me le declaré pidiéndole que fuéramos "novios", después de varios días de besitos inocentes, empecé a dejarlo verme las piernas no solo en forma "casual" sino que con cualquier pretexto me levantaba la falda delante de él tratando de provocarlo sexualmente, poco conseguí pues a esa edad el chico aun no sentía deseos, sin embargo casi lo forcé a que me acariciara las piernas y me bajara los calzones para frotarme la vulva yo lo disfrutaba mucho pero a él parecía no hacerle la menor gracia y poco duro esta infantil relación.

Semanas después me lancé a la conquista de otro chico ahora un poco mayor, él ya era de sexto grado o sea dos años mayor que yo; una vez que nos hicimos "novios" la táctica fue la misma, dejarme ver las piernas y repegar mi cuerpo al suyo cuando nos besábamos, con este chico las cosas mejoraron ponía mas interés en mi cuerpo y ya se le sentía la erección, le encantaba manosearme bajándome los calzones y acariciarme por todos lados en especial mis nalguitas y mi pubis en el que ya empezaba a salir un fino vellito, yo le tocaba el miembro por encima del pantalón, la verdad me hacia unas masturbaciones deliciosas, sin embargo cuando me las hacia yo sola seguía teniendo fantasías con hombre mayores y empezaba a desear un hombre con mas madures y por que no decirlo con el miembro viril mas grande.

La relación duró varios meses sin que llegáramos mas allá del manoseo hasta que decidimos dar por terminado nuestro "noviazgo". Tiempo después cuando ya tenia 11 años, muy fácilmente me hice de otro "novio" se llama José y comúnmente le decíamos Pépe, pues ya empezaba a tener fama en la escuela de que me gustaba dejarme manosear de mis novios y un montón de chavos se me lanzaban con la única finalidad de poder tocar mi cuerpo al desnudo, especialmente los chicos de secundaria que ya eran mas calientes, sin embargo seguí con mi "noviecito" de primaria ya que este chico era muy lindo conmigo y muy ingenuo pues le ponía los cuernos con infinidad de chico mayores que disfrutaban mi cuerpo manoseándome de lo lindo y yo tocando vergas mas grandes y apetitosas, masturbándolos hasta hacerlos "venir", me fascinaba ver como les brotaba el semen, todo ello sin que Pépe lo sospechara, pero lo inesperado y mas excitante llegó un día en su casa.

Estabamos en la sala de la casa de Pépe, haciendo la tarea pero empezaron los besos y el manoseo, al poco rato me bajo las pantaletas y me coloco boca abajo sobre sus piernas jugando a que me daría unas nalgadas y en realidad me acariciaba las nalgas y metía su mano entre ellas tocando mi ano y mis labios vulvares hasta el clítoris, cuando mas excitados estabamos llegó su hermano Carlos, era unos seis o siete años mayor que nosotros, estudiaba la preparatoria, nos descubrió en pleno manoseo y armó tremendo escándalo, me corrió de la casa y regañaba fuertemente a Pépe, me fui a mi casa aún llevando las pantaletas bajadas de las nalgas ya que con la prisa de salir no pude subirme bien los calzones.

Al día siguiente en la escuela, Pépe se notaba apesadumbrado, le preguntaba que había sucedido y me daba puras evasivas sin decirme claramente lo que pasaba, durante todo el día fue lo mismo hasta la hora de la salida se atrevió a decirme, después de muchos rodeos y en pocas palabras era que Carlos, su hermano mayor, lo había regañado y para no decirle a sus padres y en consecuencia a los míos, le pidió que tendría que ir yo a sus casa a hacer con Carlos lo mismo que estaba haciendo con él cuando fuimos descubiertos, en primera instancia me negué rotundamente, sin embargo en mi cabecita loca nació la idea que sería super cachondo estar con mi "cuñadito" tomando en cuenta que era mayor que nosotros y era de alguna forma lo que estaba buscando, experiencias con hombres mayores que yo.

Me hice del rogar por mucho tiempo fingiendo pudor, por fin me puse el disfraz de "sacrificada" y acepté, nos pusimos de acuerdo para vernos en su casa esa misma tarde y él se encargaría de notificar a su hermano de mi aceptación. Avisé en mi casa que iría a casa de Pépe a estudiar toda la tarde y que regresaría a las 8.00 p.m..

Llegué a casa de Pépe vistiendo el uniforme escolar, aunque por abajo me había cambiado las pantaletas que acostumbraba usar y portaba unas tangas diminutas con encajes y transparencias de color negro que había tomado del tocador de la cachonda de mi hermana Carolina quien acostumbra lencería muy sexy y es mayor que yo 5 años. Al llegar me recibió Pépe y al igual que yo su nerviosismo era evidente, aunque además estaba muy excitada sabiendo que en pocos minutos sentiría las manos de Carlos recorriendo mi candente cuerpo. Me condujo a la recamara de su hermano y en cuanto entre a la misma, Pépe cerró la puerta quedándose fuera y sentado frente a mí estaba Carlos quien recorría con su mirada libidinosa mi nervioso y candente cuerpecito.

Me pidió que me sentara junto a él y sin hacer mención de lo sucedido el día anterior, me dijo " Así que tu eres Gaby, la novia de mi hermanito", solo asentí con un movimiento de la cabeza mientras él me tomaba de la mano haciendo una ligera presión en ella, llevó mi mano a su entrepierna muy cerca del bulto que hacia abajo el pantalón su pene seguramente erecto, acerco su rostro a mi mejilla y me dio un beso al tiempo que me decía, "No estés nerviosa, pronto vamos a acabar con este pequeño castigo", volvió a besarme pero ahora en los labios, aunque yo tenia ganas de corresponderle no moví los míos, acercó un poco mas mi mano a su "bulto" y yo me deje dócilmente sin hacer aun ningún movimiento.

Luego de unos instantes de silencio e inmovilidad me dijo "Bueno ponte como estaban y dime lo que hacían", yo le dije tímidamente con voz entrecortada por la pena y al mismo tiempo por la excitación sexual que tenia, " Solo me había bajado las pantaletas para darme una nalgada", "pues eso mismo haremos" me dijo, me recorrí un poco para echarme sobre sus piernas y en el movimiento, con toda intención, roce su miembro con la palma de mi mano y luego con el brazo, me acosté sobre sus piernas y Carlos empezó a tocarme las piernas por la parte posterior subiendo poco a poco por debajo de mi falda hasta llegar a mis nalgas que acarició lentamente ejerciendo una leve presión que me excitaba aun más de lo que ya estaba, preguntándome constantemente si me estaba gustando, a lo que yo le contestaba afirmativamente solo con sonidos guturales.

Luego de un buen rato de acariciarme las nalgas, me levantó la falda por completo sorprendiéndose de lo sexy de las tanguitas que traía puestas y expresando que estaban muy provocativas, que nunca se hubiera imaginado que bajo el formal uniforme vistiera tan sensual, todo ello sin dejar de frotarme las nalgas, luego procedió a bajarme las pantaletitas para lo que me pidió que me levantara un poco, al realizar dicho movimiento me apoyé justo en el bulto de su verga, momentánea y suavemente la oprimí quitando mi mano del bulto, él me pidió que dejara mi mano ahí y yo muy dócil le obedecí recorriéndome un poco para atrás y agarrándosela descaradamente mientras Carlos me bajaba "los chonecitos" a media pierna, enseguida se dio cuenta que los calzoncitos estaban muy húmedos del flujo vaginal que me provocaba la situación y por consecuencia lo caliente que estaba, incrementó los masajes en mis nalgas metiendo su mano ente ellas buscando mi culito y mi mojada vagina, el "dedeo" se generalizo por largo rato en mis partes íntimas lo que acrecentaba al máximo mi cachondez y la otra mano la introdujo bajo mi blusa y sostén para tocarme mis pequeñas chichitas que apenas estaban en desarrollo.

Ya en pleno éxtasis me pidió que girara un poco mi cuerpo para meterme mano por la vulva frotándome el clítoris y pidiéndome que le sacara la verga del pantalón, lo que hice apresuradamente y con todo gusto, me impresiono ver aquella vergota tan enorme, era la más grande que habría visto hasta ese momento, sin que me lo pidiera le empecé a "chaquetear" frotándole de arriba abajo con rapidez, pronto llegó mi primer orgasmo entre gemidos de placer que me arrancaba el delicioso frotamiento de mi clítoris, tener tan cerca de mi boca su deliciosa verga me invitaba a besársela y mamársela, experiencia que nunca antes había tenido, tuve que hacer un gran esfuerzo para no hacerlo al momento que me llegó un segundo orgasmo y súbitamente la vergota de Carlos empezó a eyacular su tibio y espeso semen bañando mi cara y cuello, manchando mi blusa con algunas pequeñas gotas. Reposamos unos instantes y nos incorporamos.

Mientras él guardaba su verga, yo me subí las pantaletitas y acomode mi ropa, se acerco a mí besándome en la boca, esta vez le correspondí el beso y sus manos nuevamente pasaron a mis nalgas mientras me decía "Te gustó?, podemos repetirlo cuando quieras", yo presurosa le conteste que si me había gustado y luego nos pondríamos de acuerdo para repetirlo y mejorarlo e intercambiamos números telefónicos.

Salí de su cuarto y en la sala encontré a Pépe quien me esperaba impaciente, al verme me preguntó que como me había ido, fingí estar avergonzada y me negué a darle detalles, despidiéndome de él con un besito en los labios y me dirigí a mi casa, todo el camino me fui pensando en que cuanto antes le llamaría a Carlos para repetir la "hazaña" y esta vez le mamaria su rica vergota, todo el camino fui pensando en esa ricura de pene a tal grado que cuando llegué a casa ya llevaba los calzoncitos bien empapados de flujo vaginal.

Llegué a mi casa mucho antes de lo que había dicho, me extraño no encontrar a nadie en casa, me dirigí a mi recamara para cambiarme las mojadas pantaletitas y al pasar por el cuarto de mi hermana Carolina escuche algunas voces lejanas y me asomé por entre las cortinas del ventanal de la puerta y me llevé la más grande sorpresa de mi vida, mi cachonda hermana estaba solo en brassiere y tanga hincada frente al cuerpo desnudo de un hombre mamándole la verga, el hombre giró un poco sobre su propio eje y pude verle la cara...¡Era mi hermano Armando!, Sí tal como lo leen estaban teniendo sexo oral incestuoso mis hermanos Carolina y Armando, él es mayor que nosotras, me lleva 10 años al igual que Arturo, su gemelo, y vaya verga la de mi hermanito, si pensaba que la de Carlos que acababa de tener en mis manos era grande, la de mi hermano era enorme. Pero de eso y mucho más les narraré en mi próximo relato.

Gaby

Nota.- se recibe correspondencia en el E-mail publicado al inicio de este relato.