Confesiones de una infiel... cap 5

Quisiera pasar a relatar paso a paso cómo, cuándo y por qué empecé a serle infiel a mi marido... como intente hacerle cambiar y como finalmente, tras muchas experiencias, unas agradables y otras no tanto, llegue a aceptarme a mí misma tal y como soy... completamente infiel

Capítulo 5

Fue realmente a partir de entonces cuando empecé realmente a vivir mi nueva libertad y mi recientemente descubierta sexualidad plenamente…

Una soleada tarde de verano, a última hora, paseaba por el centro de la ciudad embutida en un ajustado y semitransparente vestido blanco, bajo el que, sin ningún esfuerzo, se podía vislumbrar el negro bikini con el que había pasado el día en la playa… fue allí donde sonreí de satisfacción al ver en la otra acera a dos obreros trabajando en una vallada zanja… ya por aquel entonces me encantaba pasar delante de las obras y escuchar los casi siempre soeces gritos de los obreros, que tenían la virtud de ponerme como una moto… como siempre, no me lo pensé… cruce con decisión a la otra acera en el siguiente semáforo y retrocedí calle arriba para pararme a mirar el escaparate de bolsos que estaba situado justo enfrente de la zanja, viendo a través del reflejo del cristal como uno, el más joven, avisaba al otro de mi presencia y como ambos dejaban de trabajar para mirarme, notando como mi sexo literalmente se inundaba sintiendo como el otro, un gigantón con aspecto de oso, me follaba mentalmente con su mirada… me quede unos segundos más esperando un comentario que no llegaba, provocándolo simplemente con inclinarme levemente hacia adelante y escuchar “al oso” gritarme echándose mano a sus partes, -¡Guapa… si tu culo fuera un banco, te la metería a plazo fijo!-… simulando sentirme ofendida, eche a andar de nuevo, no sin poder evitar una sonrisa al escucharle gritarme mientras me alejaba, -¡No te vayas guapa… que tienes más polvos que las chanclas del Kung-Fu!-…

Una hora más tarde, estaba a punto de levantarme de la terraza donde estaba tomando un café, cuando vi cómo se acercaba caminando por la calle el mismo obrero que con sus obscenos piropos y el calentón que ya traía de la playa, me había “obligado” a masturbarme en el probador de una tienda… sonriendo para mí misma, me gire en la silla para ofrecerle una mejor visión de mi anatomía, simulando leer el mismo libro que llevaba siempre en el bolso mientras esperaba impaciente su comentario… -¡Si fueras un bollicao… te comía hasta el cromo!- me dijo mientras para mi sorpresa, se sentaba a mi lado, añadiendo mientras sin cortarse un pelo me follaba con la mirada, -¡Bueno que… ¡… ¿Te digo alguna tontería más o me la chupas aquí mismo?-… su depredadora mirada más que sus obscenidades hicieron que mi sexo empezara a inundarse incluso después de levantarme y echar a caminar sin rumbo fijo… no llevaría caminando ni cinco minutos cuando note que me seguía con la mirada clavada en el movimiento de mis caderas… acelere el paso una vez… dos… tres…

Llegue al parking donde tenía aparcado mi coche prácticamente con la lengua fuera y ya más relajada pague en la ventanilla para sacar mi tiket… baje dos plantas, me acerque a mi coche y apreté el botón del mando a distancia para abrirlo… fue entonces cuando aquel “animal” repentinamente se me echo encima, reteniéndome con su corpachón contra mi coche, notando como deslizaba una de sus enormes manos bajo mi vestido para encajármela entre mis piernas y literalmente obligar a mi sexo a tragarse la fina tela de la braguita del bikini… mi silenciosa lucha por quitármelo de encima tengo que reconocer que fue breve, pasando en apenas unos segundos de jadear por la lucha a jadear de placer, abandonándome al recostarme sobre el coche mientras separaba las piernas y cerraba mis manos sobre su muñeca… -¡Zorra!- me susurro… -¡Si… si… soy una zorra!- le conteste con sus dedos ya chapoteando en mi inundado sexo… escuche su risita mientras apretaba los dientes para no gemir de placer… -¿Quieres polla zorra?- me pregunto con la voz grave por la excitación mientras prácticamente me levantaba en vilo con su tremenda fuerza, -¡Si… follame joder… follame…!-, notando como relajaba la presión de su mano y mis pies volvían a entrar en contacto con el suelo antes de retirarla de mi entrepierna para ponérmela sobre la nuca y tirar con firmeza hacia abajo mientras me decía, -¡Vas a tener que ganártelo pedazo de puta!-, al tiempo que se bajaba la cremallera y se sacaba la polla, abriendo mi boca al máximo para poder tragarme y empezar a mamarle su gruesa polla durante apenas un minuto… después me hizo levantarme, me subió el vestido y me hizo morder un extremo para mantenerlo por encima de mi cintura mientras sin aparente esfuerzo, me levantaba en vilo y me sentaba sobre la parte trasera de otro coche antes de ladearme la braguita del bikini y penetrarme, cerrando mis brazos alrededor de su cuello de toro y mis piernas en torno a su corpachón cuando cerrando sus manazas sobre mis nalgas, me levanto en vilo para recostarme sobre la pared y empezar a follarme violentamente… su fuerza, su violencia y sobre todo su gruesa y dura polla me volvieron literalmente loca de placer, encadenando hasta cuatro orgasmos prácticamente seguidos antes de bajarme de nuevo al suelo y correrse sobre mi rostro…

-¡Vamos a mi casa!- me dijo después montándose en mi coche, pero antes tuve que volver a pagar el parking porque ya se había pasado la hora y no me dejaba salir… no me dirigió la palabra hasta que salimos de la ciudad pues vivía en un barrio de la periferia… recuerdo que estábamos parados en un semáforo cuando se quitó el cinturón para soltarme los dos nudos de la parte superior del bikini situados en mi espalda y en mi cuello antes de quitármelo para tirarlo en la parte trasera del coche antes de decirme satisfecho, -¡Así mucho mejor!-, cerrando una de sus manazas sobre uno de mis pechos por encima del vestido para magrearmelo intensamente mientras me decía, -¡Desde luego hay que reconocer que tienes un buen par de tetas guapa!-, viendo mientras aceleraba con el semáforo ya en verde como se inclinaba y cerraba su boca sobre el pezón del otro pecho para empezar a mordisqueármelo…

Para cuando finalmente me hizo bajarme del coche delante de su destartalada casa, ya estaba otra vez cachonda, con los pezones que había lamido, magreado y mordisqueado, tan duros que parecían querer atravesar la fina tela del vestido en cualquier instante y con mi sexo otra vez encharcado, acariciado por sus dedos con tanta insistencia durante buena parte del camino que llegue incluso a tener que parar en un par de ocasiones que los ojos se me cerraban por el placer… no me esperaba un trato especialmente agradable por parte de aquel tipo, sencillamente porque de agradable no tenía nada… al menos y aquello ya fue demasiado, se tomó la molestia de ducharse conmigo, afanándose en meterme mano a cada segundo mientras yo intentaba al menos que se enjabonara lo imprescindible… el primer polvo fue, como imaginaba por su erección mientras nos duchábamos, en el baño… nada más salir de la ducha me empujó hacia el lavabo, yo me incline, separe las piernas y el me penetro para empezar a follarme con la misma violencia o más que en el parking, solo que en aquella ocasión me cogió con fuerza del pelo para obligarme a alzar la cabeza hasta la altura del espejo mientras me decía, -¡Así… zorra… quiero ver la cara de puta que pones cuando te corres!-… tres orgasmos como tres soles me hicieron gritar de placer… en todos, por morbo, intente mantener mis ojos abiertos mientras me corría para ver mi rostro, pero no lo conseguí,…en el último momento se me cerraban, aunque me dio mucho morbo verme babear de placer como una perra en celo frente al espejo…

Nada más salir del baño, tras darme otra ducha para limpiarme de su corrida, me llevo a su cama, se tumbó boca arriba y me hizo tumbarme sobre el en sentido contrario… de no ser por la diferencia de altura, habría sido mi primer 69, pero mientras me hacía comerle la polla, al menos me volvió a poner cachonda acariciándome con tanta rudeza como torpeza el coño… llevaría quince minutos comiendo polla cuando empezó a masajearme las nalgas cada vez con más insistencia, ahogando un gemido cuando repentinamente me metió un dedo por el culo mientras me decía, -¡Tienes el culo perfecto para llenarlo de polla!-… segundos más tarde, me metió un segundo dedo y en aquella ocasión no pude reprimir un largo y placentero gemido mientras los movía dentro y fuera de mi trasero, notando el inmediato efecto en su polla, que prácticamente se pudo dura en apenas un minuto… -¡Aparta zorra!- me dijo visiblemente satisfecho de sí mismo un par de minutos más tarde, viendo tras apartarme como abría el cajón de su mesita y sacaba un bote de lubricante en las ultimas, teniendo que exprimirlo al máximo para sacar el suficiente lubricante como para llenarse la polla antes de sentarse sobre el borde de la cama y hacerme un gesto para que me acercara… no sabía que pretendía hasta que me acerque y me hizo girarme dándole la espalda, viendo como empuñaba su polla con una mano mientras cerraba la otra sobre mis caderas… no resulto nada sencillo meterme por el culo su polla… tras varios intentos fallidos, yo misma encontré la manera cuando el ya desesperaba… fue algo tan simple como ponerme de pies y bajar lentamente mis caderas, siendo mi propio peso el encargado de literalmente empalarme sobre su polla… el placer era muy intenso aun sin el movimiento gracias al grosor de su polla, pero no desde luego como para correrme… estaba intentando pensar cómo moverme cuando aquel cabron me sorprendió por completo, echándome las manos hacia atrás para atármelas con una cuerda… intente pensar que se proponía mientras me pasaba mis piernas por debajo de las suyas forzando aún más la postura… fue entonces cuando cerro sus manos sobre mis pechos echándome hacia atrás para darme de pollazos durante un minuto o incluso menos, haciéndome literalmente aullar de placer, antes de regresar a la postura anterior para llevarme al orgasmo penetrándome con varios dedos por el coño… repitió exactamente lo mismo quizás una docena de veces obteniendo el mismo resultado, hacerme aullar de placer mientras me sodomizaba y provocarme el orgasmo penetrándome y acariciándome el coño… -¡Basta… basta… no puedo más…!- le dije mareada de placer varias veces… solo entonces me libero las manos y levantándome en vilo sin aparente esfuerzo, me recostó boca abajo sobre su cama para volver a metérmela por el culo y sodomizarme violentamente… el intenso, brutal y ultimo orgasmo me mando directamente al mundo de los sueños…

Me desperté entumecida en su cama… el dormía a mi lado… procurando no hacer el mas mínimo ruido me levante, recogí mi ropa y mi bolso, me vestí al lado de la puerta y solo respire tranquila al llegar a mi coche… mire el reloj… eran las tres de la madrugada… eran casi las cuatro cuando llegue a mi casa… por suerte, aquel día, mi marido, como muchas otras veces, estaba en el extranjero… pude darme un largo y relajante baño antes de llenarme de crema toda la dolorida zona de la entrepierna y mi maltrecho culo antes de echarme a la cama, despertándome con un hambre de lobo casi a las cinco de la tarde del día siguiente, pues llevaba más de 24 horas manteniéndome únicamente a base de la polla y la lefa del jodido obrero con pintas de oso…