Confesiones de un tímido (2)

Continuamos con mi serie de experiencias sexuales, mi época en la universidad se ve plagada de muchas situaciones, acompáñame y entérate

La tímida

Aquel episodio con mi amigo Kira y Luna había sido muy placentero, solíamos salir los 3 a conversar y pasar muy bien el rato, no les negaré que en más de una ocasión queríamos volver a repetir aquella aventura con nuestra amiga, se había vuelto como nuestra chica y ya no me importaba si estaba conmigo como novia o no, o si se besaba con Kira, simplemente me interesaba por volver a sentirla y ella a mí.

Una tarde de lluvia después de haber visto nuevamente una película y comprar algunos dulces para pasar el rato, me encontraba detrás de mi amiga, frotando mi amigo entre sus piernas mientras ella hacia el mejor de sus esfuerzos por complacernos a Kira y a mí, de vez en cuando se daba la vuelta y me besaba a mi mientras que movía sus caderas en el cuerpo de mi compañero, mi pene estaba al borde de la explosión y solamente quería más de ella. Para tener 16 años, Luna se cuidaba en lo íntimo, siempre tenía el miedo de que me encontraría de mi primera chica al hacerle sexo oral  o algún otro manoseo, su zona púbica estaba totalmente depilada y tenía unos muslos descomunales, por mi mente pensaba “lo que se come el novio de esta chama” pero ya nada importaba.

Sin embargo, no todo podía ser de fantasía, aquella tarde tampoco tuve sexo con Luna y quizás cuando le tocaba a Kira, el sí habrá tenido chance, les aseguro que pude disfrutar de aquellos momentos y de ser posible me gustaría volver a hacerlo, pero aquellas reuniones de nosotros cada vez se hacían más difíciles, más que todo porque Luna después de estar con nosotros y de terminar con su novio, se dio libertad de hacer lo mismo con cualquier otro chico, claramente no podía reclamarle nada porque no era parte de mí , pero si me afectó un poco, además, ella comenzaba a arrepentirse de lo que habíamos hecho e incluso daría lo que fuera por olvidarlo.

Luna, Kira y yo solamente nos volvíamos a reunir cuando eran salidas con amigos del colegio, Alexa, Peter, Rubí y otras personas, las tardes de tríos se habían acabado y aunque éramos buenos amigos por un tiempo, terminamos perdiendo el contacto, simplemente me acuerdo de ella cuando a punto de graduarme de bachillerato, me volvió a abrazar como aquella amiga incondicional que te quiere pase lo que pase

Durante aquel periodo de vacaciones, estuve compartiendo con unos amigos del colegio en casa de mi compañero Kira, como su familia no se encontraba se abrió el abanico para muchas cosas que hacer, entre ellas, tomar licor, jugar a verdad o reto,  recuerdo claramente que mi amigo Peter terminó besándose con Rubí y el pícaro de mi colega Kira les prestó su cuarto para hacer dicho acto, bromeábamos entre nosotros y muchas veces mirábamos por la puerta , dándonos cuenta que se habían medio desvestido mientras se comían a besos, Rubí a pesar de ser algo gordita se hacía notar que tenía buenos senos, me hicieron acordar aquellas tardes que pasábamos comiéndonos, aunque sinceramente, nada había podido igualar lo que viví con Luna.

Durante algunas semanas estuve algo decaído y ni siquiera los viajes a donde mi familia, me alegraban un poco, me daba cuenta que Luna no me hablaba muy seguido mientras que algunas salidas que hacía, yo no estaba entre los invitados, supongo que lo que ocurrió nunca lo habría comentado entre sus amigas o padres, porque si no, seria hombre muerto, tenía la sospecha pero cuando intentaba comunicarme con ella, no me respondía dejándome con más dudas.

Tanto fue así mi ensimismamiento que un amigo muy cercano a mí de apellido Medina, me habló de una de sus amigas con las que siempre intentó cuadrar pero fue en vano, dijo que ahora era como su hermanita, cómo no le gustaba verme mal, Medina me pasó el Facebook de su amiga y puse manos a la obra para conocerla, me quedé sorprendido por cómo era, tenía el cabello hasta los hombros, unos cachetes grandes muy notorios así como un mentón claramente grande de lo habitual, sin embargo, tenía una mirada muy calmada y un cuerpo muy notorio, senos relativamente grandes y una cintura de casi 60, sin mucho que demorar, comencé a hablar con ella y resultó ser una chica muy agradable. Se llamaba Dari y uno de los mayores gustos por los cuales congeniamos bastante fue su pasión por los videojuegos y algo de futbol, por mi mente pesaba que era la chica ideal pero había una cosa que todavía no hacía que siguiera adelante con mi vida, ya creo que sabrán quien es.

Era octubre de 2010 y había comenzado la universidad, con 16 años era el muchacho más joven de mi sección de estudiantes de Informática, tardé un poco en adaptarme a la forma de estudiar pero lo bueno era que ya me consideraba un adulto para lo que viniera por delante, aunque después de cierto tiempo, los muchachos de la universidad me invitaban a tomar y los decepcionaba diciendo que no podía ir por mi edad, aunque podíamos meter la mentira e ir , pero yo preferí estar en mi casa terminando tareas o jugando Xbox.

Dari comenzó a ser mi escape de la monotonía de la universidad aquellas noches que me ponía a hablar con ella, comencé a conocerla mejor y pude ver que ella era de esas chicas que siempre se visten de negro y maldicen a la sociedad, aunque tengo la idea de que lo hacía para aparentar algo frente a sus amistades, sus fotos del Facebook eran estados de depresión, corta venas, algo que me incomodaba un poco, logré hacer que me dijera la situación por la que estaba pasando: su familia había estado separada y los problemas de la casa eran cada vez más fuertes, por un lado me daba lástima pero por el otro quería acompañarla y darle mi apoyo ante esa adversidad.

Un día acorde con Dari para ir a buscarla al colegio porque ella aún estaba estudiando en el bachillerato, me sentía algo nervioso ya que era la primera vez que saldríamos pero esperaba que mi situación con las chicas mejorara, necesitaba despejarme la mente después de estar con Shion y Luna, como siempre, fui puntual a dicho encuentro, en una estación del metro y para cuando la encontré, mi impresión a primera vista fue que su apariencia en las fotos no difería de cómo se veía en persona, era de baja estatura, le calculaba como 1,50, tenía el cabello un poco más largo y debajo de aquella chemise de colegio , se notaban dos melones que se los juro, me dejaron clavados en ellos, aunque pareciera que ella no lo notó.

Aquella tarde caminamos por la ciudad, le invité a comer un helado y recorrimos un parque cercano a su casa, fue agradable hasta que la llamaron para que regresara a casa, esa es una de las desventajas de vivir mantenido, así que la acompañé hasta su casa donde nuestra despedida duró más de lo común, aunque no tardé en decirle para volver a vernos al día siguiente después de sus clases, ella sonrió y abrazándome de nuevo contestó.

-¡Seguro! No hay problema

Me invadieron unas ganas de entrar a su casa y tenerla en los pasillos de su edificio como anteriormente lo había hecho son Shion, pero sabía que tenía que tomarme las cosas con calma, así que luego de despedirme de ella, di un paseo por la zona para después irme a mi casa a dormir, el día siguiente iba a ser importante.

-Entonces ¿te gustan las películas de terror?-pregunté

-Si, en especial la saga de Saw, es demasiado buena

-Yo no soy de ver muchas películas de terror, pero si me decido por una sería por el amanecer de los muertos

-¡Es buena!- contestaba alegremente mientras aquellos ojos color café me miraban

Dari y yo caminábamos por una plaza cercana a su colegio, nos habíamos reunido después de clases para seguir conociéndonos mejor, entre risas y bromas pudimos hablar de algunos juegos y series que eran del momento, recientemente había visto una serie anime de amores colegiales llamada School Days y debo reconocer que Dari se parecía a una de las protagonistas.

Cuando comencé a preguntarle más sobre su familia, no pudo evitar sentirse un poco mal y a la vez, yo culpable por hacer dichas preguntas, comprendo que nunca es fácil que tu familia no te brinde mucho apoyo y que te echen la culpa de todo, tomándola un poco del hombro quise darle mi palabra de que va a estar bien y cualquier situación la comente conmigo.

-¿puedo quedarme un rato más contigo?- le pregunté al llegar a la puerta de su casa

-No lo sé…

-Es temprano

-Tengo que cuidar a mis hermanos-me decía mientras agachaba un poco la cabeza, parecía apenada

-Seguro están durmiendo-insistía

Dari finalmente accedió a que siguiéramos hablando en las escaleras camino a su apartamento, era un edificio muy solitario , lo único que hacía ruido era el ascensor, ella vive en un piso 2 así que no había mucho que recorrer, nos sentamos en las escaleras frente a las rejas de su casa, me sorprendía lo tranquilo que era aquel lugar. Continuamos hablando por un buen rato hasta que el silencio se hizo presente, su cabello le cubría parcialmente la cara y juraba que por un momento había soltado una lágrima.

-¿estás bien?

Aquella chica tímida se acercó a mí y me abrazó con una fuerza que parecía que me iba a ahorcar, suponía que la situación por la que estaba pasando no era nada placentera y yo estaba allí siendo su pañuelo de lágrimas, a su vez, no quería dejar pasar aquella oportunidad que tenía para conquistarla, aunque lleváramos 2 días conociéndonos en persona, no había nada que perder además de que escuche de mi buen compañero Kira, que las mujeres son mejor agarrarlas en su momento más vulnerable.

Aquel momento abrazados terminó cuando al separarse un poco de mí, la miré fijamente a sus ojos que se habían puesto un poco rojos y se encontraban algo ocultos entre aquella melena de cabello que tenía, sin embargo, mi corazón latiendo a mil y las manos temblorosas que sin darme cuenta cayeron a su falda hicieron que me fuera acercando poco a poco a sus labios, ella estaba allí como un poco confundida por lo que estaba pasando pero no me aparto de ella ni me tiró una cachetada, simplemente comenzó a acariciarme el cabello mientras lentamente comencé a besarla y algo dentro de mi explotó de emociones, aquello era algo que en otras ocasiones no había sentido.

Nuestros besos comenzaron a ser de mayor intensidad y no paraba de abrazarla y acariciarla por todos lados, mis manos muertas reaccionaron para recorrer esos muslos que dejaba al descubierto por su falda, la atraía hacia mí y la besaba con más fuerza, mi impulso por explorar debajo de esa falda era tremendo, ya hasta ese punto me había comenzado a excitar un poco tantos besos de pasión, disimuladamente subí un poco mi mano por aquel muslo hasta sentir su ropa interior donde me detuve por un tiempo mientras procedí a besarle el cuello para luego volver a su boca y acercarla más a mí , quería hacérselo sin importar que nos vieran.

Por una ventana se asomaron dos personas que terminaron de dañarme la ocasión, dichas personas no eran más que los hermanos de Dari que supongo, de despertaron o solamente escucharon fuera del pasillo y querían molestar, al final tuve que despedirme de ella porque tenía que entrar a su casa a preparar almuerzo y otras cosas, en el fondo quería pegarle un tiro a sus hermanos pero sabía que Dari no iba a ser la primera vez que íbamos a vivir cosas así, por lo que aquella noche antes de acostarnos, hablamos seriamente de lo ocurrido y decidimos llevarlo a una relación seria entre nosotros dos.

Novia

Durante aquella semana, Dari y yo nos veíamos después de mis clases de la universidad y sus clases del bachillerato, tratábamos de que fuera lo más discreto posibles, sus amigas pensaban que era simplemente un amigo de ella, curiosamente su colegio quedaba cerca de mi universidad por lo que se me hacía fácil visitarla o ir a buscarla en las tardes, comúnmente no podía entrar todavía a su casa, pero en aquellas escaleras de la primera vez, retomábamos a lo nuestro, con una pizca más de pasión.

Una tarde mientras nos comíamos a besos, la traté con delicadeza, me di cuenta que le gusta que le agarren el cabello, acto seguido, la tumbé en aquel helado piso del pasillo de su casa y me coloqué encima de ella, noté que me sonreía con cada beso que le daba y aquello me emocionaba más, llevaba un jean aquel día y había abierto sus piernas para yo poder colocarme en medio de ellas mientras mis manos subían por su torso hasta detenerme en sus grandes senos que se movían acorde a su agitada respiración.

-¿Puedo?

Dari asintió con la cabeza y mis manos apretaron sus senos, aquellos que se ocultaban tras su chemise que le quedaba algo apretada para ser verdad, deseaba quitársela para poder observarlos mejor, pero teníamos el miedo de que nos encontraran. De mi pantalón se notaba la fuerte erección que tenía y hacía un pequeño roce con la entrepierna de mi novia, me daba más morbo y no paraba de rodearla de besos por todo el cuello y de moverme para sentir su intimidad más cerca.

Cómo nadie se acercaba, me las arreglé para poder subirle un poco la chemise que llevaba y pude agarrar mejor aquellos senos, algo que me gustó de Dari era que uno de sus senos tenía un notable lunar que se le veía muy sexy, hundí mi cabeza entre sus melones y mi mano libre bajaba a su entrepierna donde pude notar que se había mojado un poco, sin mucho que pensar, metí mi mano dentro de su pantalón para excitarla un poco, me miraba con una cara de ¿Qué haces? Pero no quitó mi mano, más bien puso la suya sobre la mía para guiarme en mi morbosa idea.

Luego de jugar un rato más entre nosotros, me despedí de ella y caminé a mi casa, viendo como habían quedado mis manos después de haber inventado con ella, no sé porque a veces tengo la mala costumbre de olerme la mano una vez que haya estado con una chica, quizás porque aquella vez era primerizo pero actualmente trato de no hacerlo.

Mi relación con Dari durante los primeros 3 meses iba de maravilla, era una costumbre salir de la universidad, ir a buscarla, comer algo para después estar en su casa y besarnos apasionadamente, cuando tuvimos un poco más de confianza, pude entrar finalmente a su casa, conocer su madre y sus hermanos, además que una tía que estaba tan buena como su sobrina. Cuando estaba en su casa, nos quedábamos viendo películas o preparando algo que comer , excusa que le bastaba a su hermanos para dejarnos tranquilos y seguir con nuestro morbo, en una de esas ocasiones, ella tomó la iniciativa al bajar el cierre de mi pantalón y lentamente masturbarme mientras nos besábamos, yo no dudaba en agarrarle aquellas nalgas que me volvían loco o manosearle sus pechos, la adrenalina se incrementaba sabiendo que quizás nos podrían sorprender sus hermanos pero nada de eso ocurrió.

La última semana de noviembre ya había entrado en confianza con su familia y ella me llevó a conocer a su padre, quien vivía separado de su madre, junto con su amante, que también estaba muy buena, 40 años no le pesaban para nada a la amante de su padre. Su padre me invito a una parrillada el fin de semana, cosa que gustosamente acepté, Dari me miraba sonriendo y después de compartir un rato, fuimos a su casa a hacer lo de costumbre.

El fin de semana me había reunido temprano con ella para que fuera a mi casa antes de irnos a la parrillada de su padre, quería que conociera donde vivía y a mis padres, aunque para sorpresa mis padres no se encontraban y mi hermano había salido con unos amigos, era una ocasión más que única para estar con ella. Cuando llegamos, almorzamos y después nos pusimos a jugar en mi Xbox que tenía en mi cuarto, viejos recuerdos me venían a la mente cuando anteriormente allí en mi cama estaba jugando con Luna (de quien obviamente ya la tenía en otra parte de mi cerebro). Después de jugar un rato, la abracé para luego plantarle un beso cálido mientras le quitaba un suéter negro que llevaba, tenía una camisa corta que resaltaba sus enormes senos y un pantalón algo grande que le quedaba,.

Aquella camisa no duró mucho y se la quité para dejarle solo el sostén donde noté que sus pechos se encontraban apretados, quizás porque se estaban ahogando en aquel espacio, para cuando hice a un lado el sostén, unos pezones enormes estaban ante mí, la aureola que los rodeaba era totalmente oscura y su característico lunar estaba a un lado de su seno derecho, no dude en lamerlos suavemente, se pusieron duros al instante y la mire, había cerrado los ojos y no tardo en besarme con mucha pasión

Desabroché su pantalón y lo bajé hasta la altura de sus rodillas, llevaba una pantaleta de color blanco con puntos de colores, la cual bajé lentamente hasta ver su húmeda vagina, totalmente depilada y caliente, como inexperto que era en ese momento pensé “es virgen” quizás, pero solamente mi mente estaba en un objetivo, me acerque hacia su vagina sacando mi lengua y le di unos leves lengüetazos, puse mis manos en sus imponentes senos , ella estaba calmada, respirando agitadamente pero sin hacer ningún ruido, sus manos pararon a mi cabeza y me hundían un poco más en su hendidura, su espalda comenzó a arquearse un poco y yo comenzaba a comerme esa totona con más ansias.

-Ahora me toca a mí

Dari me tumbó en mi cama , después de besarme , procedió a besarme desde el cuello, pasando por mi pecho hasta llegar a mi pantalón , que desabrochó rápidamente, dejando ver mis negros boxers, pon encima de ellos comenzó a poner su boca y eso puso más duro mi pene, para cuando lo sacó de mi ropa interior, no dudo mucho y comenzó a chuparlo lentamente, lo hacía con una timidez que no me molestaba en nada, se lo metía un poco en la boca se lo sacaba y luego volvía a metérselo pero un poco más profundo, sus manos frías comenzaba a sentirla en mis bolas, ella comenzó a acariciarlas al mismo tiempo que chupaba la cabeza y yo puse mis manos en su cabellera para impulsarla un poco más, su lengua recorría mi glande con mucha excitación, era el paraíso sentir esa cálida boca en mi pene, a pesar de ser nuestra primera vez en el sexo oral, no lo estaba haciendo tan mal, estábamos disfrutando los dos del momento.

Mi familia no nos descubrió ni nos arruinó el momento aquella tarde, pero no duramos mucho hasta darnos cuenta que ya era hora de ir camino a la parrillada que su padre me invitó, aquella noche compartimos hasta muy tarde, no me di cuenta que iba a llegar tarde a mi casa, por lo que avisamos a mis padres que me iba a quedar en la casa del padre de Dari, aceptaron a regañadientes pero también estaba el hermano de Dari, no había mucho que hacer. Esa noche pasamos horas jugando Wii hasta que finalmente nos fuimos a dormir, Dari y yo aprovechamos para ir al balcón de la casa de su padre donde hablamos por un buen rato hasta que nos besamos y en medio de aquel frio que estaba haciendo, le saqué de su pijama sus dos senos para comérselos en aquella oscuridad, lamia sus pezones y los chupaba con fervor, era divertido y lo bueno de todo es que su padre seguro también la estaba pasando de maravilla con su amante y el hermano de Dari durmiendo profundamente, seguimos con los juegos hasta que nos dio sueño, dándonos por vencidos nos fuimos a dormir.

Diciembre nos esperaba y luego de terminar las clases y dedicar la mayor parte de mi tiempo a estar con Dari, mis padres comenzaron a preocuparse levemente, aunque no era cosa para irse a mayor grado, lo que si preocupó fue que poco a poco me estaba alejando de mis amigos y sus salidas a jugar futbol , compartir en el cine o comer algo, decían que era un mal amigo y que hay algo que es cierto “los amores se van , las amistades quedan “ no le hice mucho caso, pero tarde o temprano iba a tener que tenerlo en cuenta.

Continuará….

Gracias por leer mi historia, intento llevarla lo más calmada posible porque aún hay mucho que contar, siempre y cuando les sea de su agrado, acepto cualquier sugerencia o comentario para mejorar en calidad de escritor, la tercera parte de mis confesiones la tendrán muy pronto

Gracias por su apoyo

Se despide

Rafa