Confesiones de Siryana-A oscuras- Parte 1
Esta es la primera parte de unas noches inolvidables.
Confesiones de Siryana Siryana será la protagonista de todas mis historias. Poco a poco iremos conociendo sus experiencias. A oscuras- parte 1 Hace tiempo que me dedico a la prostitución, el cómo llegue a ello es otra historia que os contare en otra ocasión.
Os voy a contar lo que me paso en unas noches en concreto. Me he acostado con una infinidad de hombres, pero como esas noches jamás. Era un martes, hacia una noche muy fría y pese a eso, yo dormía en ropa interior. Con la calefacción y un edredón tenía suficiente. Me desperté cuando note una mano acariciándome y en el instante que abrí los ojos, me dio un beso. Intenté descubrir quién era pero no podía verlo, la habitación estaba a oscuras totalmente .Tampoco me importo mucho. Su beso.aun siendo robado me puso muy caliente. Me besaba con pasión y ternura a la vez, nuestras lenguas jugaban haciéndome sentir como si pequeñas corrientes eléctricas pasaran por mi cuerpo. De repente, sin parar de besarme, se libro de la sabana que me tapaba y se puso encima de mí. Cuando nuestros labios se separaron fue para besarme el cuello. Con sus manos me agarro los brazos y me ato las manos por encima de mi cabeza. Eso me hizo tener un momento de lucidez y empecé a asustarme.fui a decir algo. Pero solo pude soltar un pequeño gemido ahogado pues me tapo la boca. Se acerco a mi oído y me susurro. -shh...disfruta Tenia claro que no era el típico violador aun así de seguro me iba a forzar y no sabía como evitarlo. Lo tenía encima disfrutando de mis pechos, había bajado el sujetador de forma que ahora estaban bien firmes. Podía notar su erección a través de sus pantalones. Succionaba mis pezones y los lamia con delicadeza, podía oír su respiración agitada cuando una de sus manos bajo a mi entrepierna y me acaricia muy lentamente. -No te muevas-volvió a susurrar y se levanto. Durante unos instantes pude ver su silueta enfrente de mí. Ahora si...me iba a violar. Cerré las piernas con fuerza y chille en un mudo intento de librarme. Con suma facilidad me separo las pier2nas y cuando ya temiendo lo que iba a suceder cerré los ojos. -no, no, no- gritaba yo y calle de golpe al sentir su lengua saboreando mi clitoris. La movía con lentitud y destreza. Me volví a olvidar e que me estaba pasando. El placer que senti negó mi conciencia. Resoplaba y he emitía pequeños gemidos. Estaba muy cachonda. Mi coño encharcado así se lo hacía saber a lo que el aumentaba la rapidez de sus movimientos. Yo gemía cada vez más, iba a explotar en cualquier momento -¿quieres correrte?-su tono era divertido Quería gritar un "SI" bien alto pero el poco orgullo que me quedaba se negaba a contestar y el paro. - ¡¿porque paras?!-se me escapo. Si no quieres terminar ¿porque seguir?- me contesto serio, presa de mis instintos más primitivos cedí. No podía quedarme así. -si que quiero-susurre. Y sin previo aviso volvió a jugar con su lengua de tal forma que no tarde en explotar como nunca lo había hecho. Todo mi cuerpo se relajo tanto que me podría haber dormido al instante, si no fuera porque sabia que después de aquel "regalo" le tocaba a él. Esperaba su siguiente movimiento pero no llego. -yo no voy a forzarte - susurro desde la puerta y se fue. Me dejo atónita sin saber que acababa de pasar exactamente, esa actitud rompía todos mis esquemas sobre los hombres. ¿Desde cuándo un hombre dice no al sexo? Me causo tal confusión que no pude pegar ojo en toda la noche. No lo tenía miedo pues si hubiera querido ya me hubiera hecho daño... ¿Entonces que quería de mí?