Confesiones de mi mujer (3)

Este es el final de una serie de confesiones y de puesta de cuernos de mi mujer.

CONFESIONES DE MI ESPOSA 3

Después de las confesiones de cómo antes de casarnos Ana se había divertido con su ex jefe, la vida continuó su ritmo normal, tuvimos 3 hijas y muchas veces hicimos el amor después de que me calentó con alguna platica de cómo se la cogía José Luis, asimismo siempre le pregunté si durante la etapa de casados nunca, me había puesto el cuerno y su contestación siempre fue la misma, nunca.

Como consecuencia de mi trabajo, hemos vivido en 8 ciudades diferentes y en ninguna de ellas ha habido familiares de ella, a los 18 años de casados, cuando ambos iniciábamos la década de los 40, nos trasladamos a una ciudad del norte de México que por coincidencia se encuentra a 2 horas de la ciudad donde Norma una hermana menor de Ana vive en compañía de su marido y 3 hijas también.

También como consecuencia de mis actividades, pocas veces durante nuestra vida conyugal veíamos a sus hermanas, y aunque fuimos a la boda de Norma, la cual por cierto fue un año después de la nuestra, y más de alguna vez nos encontramos en la casa paterna de ellas, yo nunca tuve mucha amistad con su esposo y nunca puse atención en ella, claro que Ana nunca ha perdido contacto con sus hermanos, pero poco nos frecuentamos con ellos.

Un buen día Ana me dijo, que telefónicamente se había comunicado con Norma y que habían decidido que como por primera vez nos encontrábamos relativamente cerca y ambos matrimonios teníamos 3 hijas, con poca diferencia de edades, querían que las primas se conocieran bien y con ese motivo habían decidido venir a pasar el fin de semana a nuestra casa, lo cual en principio no me agradó en demasía, pero tampoco puse objeción.

Llegó el Sábado y cuando regresé de mi oficina ellos ya se encontraban instalados, las jóvenes oyendo música en la recamara de una de mis hijas y Ana, Norma y Ricardo platicando en la sala, conversamos largo y tendido, tomamos unos refrigerios, comimos, seguimos platicando, llegó la noche, nuestras hijas y las de ellos compartieron las recamaras y Ricardo y Norma se quedaron solos en otra recamara del segundo piso.

Cuando nos quedamos solos Ana y yo, ella me dijo "que bárbaro eres, toda la pinche tarde no dejaste de verle las nalgas a Norma" y yo le contesté, oye si, que preciosas nalgas tiene mi cuñadita, ¿porqué ella tiene mucha carnita ahí y tú nada?, no sé y fíjate que nunca le había puesto mucha atención a sus nalgas, hasta hoy que cada vez que ella se caminaba, tu no le quitabas la vista, me di cuenta que en eso se parece a mi mamá, pues ella también era de culo grande y cínicamente le pregunté, ¿Cómo es posible que no haya visto ese nalgatorio antes de escoger con quien casarme?, y Ana me contestó, porque te traía pendejo mi peludo, ahora pelón, ja,ja,ja. Así estuvimos platicando un buen rato sobre las nalgas de mi cuñada, de cómo se le notaba la tanga que traía a través del pantalón y de cómo la pondría Ricardo en la cama, del cual le dije que me parecía una buena persona, agradable, simpático y Ana completó el comentario y además güerito, como me gustan, ah cabrona, parece que ti te agrada el cuñado y ella me dijo, fíjate que es el único cuñado que me podría calentar la panocha, con ese comentario le dije, ¿porqué no les proponemos un intercambio?, a lo cual de inmediato Ana respondió, estás loco, nunca platicaría con ella sobre eso y entre ruegos míos y negativas de ella acerca de proponer un intercambio nos calentamos y cogimos a salud de un aparente imposible intercambio.

A pesar de que nunca habíamos tenido la oportunidad de convivir en familia con las hermanas de Ana, tanto ella como mis hijas y yo disfrutamos mucho el fin de semana, tanto que nos propusimos regresarles la visita cuando el trabajo me lo permitiera y así fue como las visitas se hicieron más frecuentes y también empezamos a ir todos al campo o a la playa, situación que me encantaba, pues cuando íbamos al campo, Norma y sus hijas solían vestir unos pantaloncitos muy cortitos y muy ajustados, con lo cual la tanga se les veía perfectamente y las nalgas a mi cuñada y a una de sus hijas se les veían preciosas y cuando íbamos a la playa, aunque Norma siempre ha usado trajes de baño muy conservadores, las nalgotas las mostraba en todo su esplendor, por lo cual yo le insistía a Ana sobre el intercambio pero ella molesta me decía que no.

En una visita que nos hicieron un poco antes de navidad, Ana me comentó que como mis hijas ya habían comprado los regalos, se los mostraron a la tía y entre ellos iban unas pantuflas que era uno de mis regalos y como a ella le gustaron para Ricardo les pidió a mis hijas que le consiguieran unas iguales para el tío para la próxima visita, motivo por el cual Ana le dijo, llévale estas y le compramos otras a Víctor, pero Ana le dijo, buena la idea, pero ¿De que número son?, y Ana le dijo son del 6 y Norma le dijo son muy chicas, Ricardo calza del 9 y entonces Ana con una sonrisa le dijo hay manita ¿cómo aguantas?, y ella solo se sonrió. En la noche cuando Ana me lo contó, yo le pregunté ¿y qué te dijo?, no hubo tiempo de comentar nada, me dijo Ana, pero la próxima le voy a preguntar si Ricardo la tiene grandota, y yo le pregunté ¿te dirá?, sí, pues su sonrisa fue medio maliciosa.

Pasadas las fiestas navideñas nos reunimos en la casa de ellos y entre otras cosas Ana entregó el encargo y mientras Ricardo y yo platicábamos y veíamos un juego de fut bol por televisión, ellas platicaron largo y tendido, en la noche nosotros viajamos a nuestra casa y como venían mis hijas no hubo comentarios, pero cuando quedamos solos en la recamara, Ana de inmediato me preguntó, ¿todavía quieres el intercambio?, y yo le dije claro, pero ¿porqué la pregunta?, ¿ya le dijiste?, y ella me dijo no, pero como yo me había quedado intrigada por el número que calza Ricardo, le dije oye Norma, he oído que de acuerdo a lo grande del zapato es el miembro, y ella me dijo, pues realmente no me fijado muy bien en eso, pero la de Ricardo es gorda y grande, y ¿tiene gorro?, le pregunté y ella dijo no, entonces es ¿gorda, grande, güera, y pelona?, le pregunté y ella se río y me dijo, como eres pelada, por lo tanto, a mi se me calentó la panocha de solo pensar en lo rico que debe ser meterse ese pedazote de carne en el culo, pero para que tu no sufras, voy a conseguir que Norma te ponga las nalgas, a las que tantas ganas le tienes, mientras eso comentábamos también nos tocábamos y de repente ya estábamos en el entra y sale, mientras eso sucedía, ella decía , imagínate mi amor, como voy a gozar la pelona del cuñado, hay papacito no te vayas a rajar, ya me calentaste con comerme la de Ricardo y no voy a parar hasta que este pelón se esté comiendo el pelón de Ricardo, ay mi amor ya me estoy viiiinnnieennnndo de soooooooolo pensar en la cabezota que debe tener, veeeeeeente cabrón veeeeeeeeeenttttteeeeeeeee.

Claro que ya con esa meta fija, ella me insistió que pronto fuéramos a verlos y ante su insistencia la siguiente semana regresamos a verlos y después de platicar los 4, Ana rápido encontró una excusa para llevarse a Norma para estar con ella a solas y como yo sabía de lo que se trataba, también le dije a Ricardo que las dejáramos solas, en la noche regresamos y tan pronto estuvimos solos otra vez, le pregunté ¿Qué pasó?; ¿qué le propusiste?,¿si acepta el intercambio?,y ella me dijo, aún no le propongo nada, solo estuve investigando, si antes de casarse se lo comió, si le hacía la puñeta cuando novios, si el le metía el dedo y ahora de casados que tanto la coge, si es bueno en la cama, si le mama, si ella toca corneta y si se la ha clavado por la cola y ¿qué te dijo?, dice que como él es 6 años más grande que ella o sea de nuestra edad, él ya era mañoso cuando novios y que muy pronto, le metió el dedo, la puso a tocar corneta, le mamó la panocha y por supuesto se la tronó al mes de ser novios y que de casados sigue queriendo culo a diario, mama, hacen el 69 y lo único que no le ha querido aflojar es el culo, pero que él si quiere y muchas veces le pasea la verga por entre las nalgas y aunque se la apunta, ella no acepta por ahí, pues tiene miedo y yo solo le dije, pues préstamelo, yo se lo doy, nos reímos y me dijo pinche pelada puta.

Con esa conversación, Ana se calentó mucho y se propuso meterse la de Ricardo por todos lados, motivo por el cual, en cada visita inducía a su hermana a un intercambio, hasta que un día Ana me dijo, yo no entiendo a la pendeja de Norma, por más que le insinuó, el intercambio no acepta, pues dice que como yo soy muy pelada le voy a hacer mejor trabajo a Ricardo y al rato me va a preferir a mi que a ella, por lo cual, te propongo que en verano vayamos los 4 a la playa rentemos un departamento y ahí si ella no acepta, yo si me cojo al cuñado.

Hice los arreglos correspondientes para estar 3 días en los departamentos de la playa y nos fuimos los 4, el día que llegamos, fuimos a la playa, gocé el espectáculo de las nalgas de Norma, jugamos en la alberca y Ana sin mucho recato y entre juego y juego, le puso la cola a Ricardo o sin querer le agarró la verga. Esa noche compramos la cena, unas botellas de vino y nos dispusimos a gozar de lo planeado por ella y por mi.

Aproximadamente a las 6 de la tarde regresamos al cuarto, nos bañamos y Ana se puso una short sin pantaleta bastante corto y una playera, sin sostén, Norma traía un vestido muy amplio con el cual disimulaba perfectamente las nalgotas y nosotros vestíamos normal, abrimos una botella, platicamos un poco y Ana puso música y propuso bailar, así estuvimos un rato, luego Ana propuso cambiar de pareja para bailar y así lo hicimos, claro que tan pronto empezó a bailar con Ricardo, noté perfectamente que se le pegó para rozarle la verga con el mono y empezar a calentarlo, así estuvieron un rato y de repente dijo ella, vamos a la cocina a traer las botanas y Norma y yo decidimos sentarnos a platicar, al ver que se tardaban demasiado, Norma se inquietó e hizo varios intentos de ir a ver que pasaba, pero yo la retenía, pero como pasaron más de 30 minutos, ella se desesperó y se fue a la cocina sin decir nada y aunque yo traté de retenerla no pude y cuando ella abrió la puerta de la cocina, dijo ¿qué están haciendo Ricardo?, momento en que yo entré y era todo un espectáculo, Ana sentada en una silla completamente en pelotas y él con los pantalones y los calzones en el suelo cogiendo a mi esposa por la nuca, mientras ella le estaba dando una mamada de las que ella sabe dar, cuando eso sucedió, él se apenó y me dijo, perdóname y tu también Norma, mientras que Ana se sacó la verga de la boca y nos dijo, ya vieron ahora váyanse para poder terminar con este rico manjar y volvió a tomar la corneta del cuñado y continuó mamandole la verga.

Como no había nada que hacer, nos salimos de la cocina, nos fuimos a la sala, al poco rato los vimos pasar completamente en pelotas a una de las recamaras y a los pocos instantes solo se oían, risitas y pujidos que indicaban que Ana se estaba comiendo a su cuñado, yo quería caerle a la cuñada, pero ella se encontraba muy molesta y apenada, motivo por el cual casi no ponía atención y no conversaba mucho, después de hora y media regresaron Ana y Ricardo recién bañados y muy contentos, Ana sin el menor recato, se acercó a mi me dio un beso en la boca y me dijo, gracias, Ricardo sonriente pero apenado conmigo se sentó junto a Norma, pero esta no lo recibió de buen humor y solo le preguntó ¿te divertiste?, y él solo aceptó con una sonrisa, la velada continuó, cenamos tomamos, bailamos nuevamente y a media noche ya un poco más alegres y desinhibidos por el alcohol, Ana dijo, Ricardo y yo nos quedamos en la recamara de ellos, así que acomódense ustedes en la nuestra, a lo que Norma dijo, bueno, nada más paso por mi pijama y me voy contigo y Ana riéndose dijo y para que chingados quieres pijama, en estos casos es lo primero que se tira, ja,ja,ja, de todas maneras Norma si trajo su ropa de dormir al cuarto de nosotros, Ana ni la buscó.

Cuando Norma y yo estuvimos solos, ella entró al baño se puso su ropa de dormir y me dijo ya puedes entrar a cambiarte de ropa, a lo que yo le contesté, disculpa, pero yo siempre duermo encuerado y ella me dijo, por eso mi hermana es así de pelada. Nos acostamos y a lo lejos se alcanzaban a oír las risas, los pujidos y el movimiento de la cama de la otra habitación, motivo por el cual yo le tuve que decir a mi cuñada, oye Norma, parece que se divierten, y ella me dijo, si así parece, mientras eso sucedía, le acerqué la verga y con lo que escuchaba, el alcohol y el estar acostada con otro que no era Ricardo, se empezó a calentar y se dejó dar un beso, al cual siguieron muchos y poco a poco empezó a aflojar todo el cuerpo, le quité la parte superior de la pijama, me dejó ver unas tetas tan grandes como las de mi mujer, las cuales goloso mamé, me fui bajando poco a poco hasta que le quité el pantalón, dejándola en pura tanguita, visión que disfruté al máximo, pues ella al contrario de mi mujer tenía muy poco pelo en el cuerpo y la tanga, dejaba ver que la panocha estaba completamente depilada, así que gocé ese espectáculo por unos instantes pero casi de inmediato procedí a quitarla y a mamarle el precioso bizcocho, la hice que se viniera 2 veces en mi boca, posteriormente la tomé del cuello para indicarle que quería una tocada de corneta y ella sin el menor problema, me beso desde los huevos y toda la verga, se la metía toda en la boca y la sacaba, me chupaba la cabeza y me dio una tremenda mamada, con lo cual comprobé que la boca tan grande que tiene le sirve de mucho y que Ricardo la había enseñado muy bien, antes de que me sacara la leche, se detuvo y me dijo, mejor me la avientas adentro y de inmediato procedió a sentarse en mi verga y a los pocos instantes en aquel departamento solo se escuchaban risitas, pujidos y movimientos, pues las 2 hermanas estaban disfrutando el cambio, después de 2 venidas más de ella, yo ya no pude más y empecé a sentir que terminaba y le dije, ya casi me sacas la leche y ella me dijo, ya sentí, pero aguanta un poquito para venirnos juntos y así limamos un rato más, hasta el momento en que ella aceleró el paso de los sentones y entendí que estaba también a punto y solo decía, metemela toda, meteme más, que ya meeeeeeee vinneeeeeeee y yo solo dija ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh y aventé lo chorros de leche dentro de su conchita, así permaneció ella sentada por un buen rato, mientras nos besábamos y acariciábamos, se bajó y me dijo, a pesar de que tienes un pito chico, los sabes mover y la lengua que tienes es preciosa, así nos echamos otro palito en la madrugada y en la mañana amanecimos completamente en pelotas.

A la mañana siguiente, nos bañamos juntos, cachondeamos en la regadera y salimos encuerados a vestirnos, pero como toda su ropa estaba en el otro cuarto, ella salió del cuarto completamente en pelotas para ir al otro por su ropa, a los pocos instantes regresó igual de desnuda y me dijo, ven a ver, tu mujer no llena, y yo le pregunté, ¿todavía están cogiendo?, y ella me contestó asómate para que veas como la tienen y cuando fui a la otra habitación, me encontré con Ricardo parado, mi mujer arriba de la cama en cuatro patas, y Norma me preguntó ¿cómo le hace para meterse tamaño pedazo de carne por atrás? Y yo contesté, gracias a José Luis que fue el que se lo hizo grande y ella se rió y me dijo, ah su ex jefe en México?, y yo le dije lo conociste y ella me dijo si, estaba bien bueno y esta pinche caliente no lo dejó ir vivo

Cuando Ana y Ricardo terminaron, se bañaron y desayunamos todos juntos, claro que como las inhibiciones había desaparecido, a partir de ese día, y cuando estamos solos, ellas solo visten una playera y la pantaleta, claro que es mejor el espectáculo de mi cuñada, pues ella normalmente usa hilo dental y deja sus preciosos cachetes al aire, mi mujer no usa ese tipo de prenda pues no tiene nada de nalgas.

Durante las restantes 2 noches el intercambio y la desinhibición fue la tónica, pues cogimos de todas las formas y en todos los lugares de la casa, logrando ver a las hermanas gozando juntas, pues llegamos a coger los cuatro en el mismo lugar y vimos todo lo que nuestra pareja hacía con otro y disfrutamos mucho esas visiones, también yo cumplí mi sueño de acomodar las nalgas de Norma en mi pito, pues la última noche le estrené el culo a mi cuñada, culo que hasta la fecha sigo usando y como no se ha hecho grande le creo que solo yo lo uso, aunque no puedo decir lo mismo del de Ana que cada vez que Ricardo la ve, se lo hace más grande.

Así fue como desde entonces y hasta el día de hoy, disfrutamos nuestro parentesco y cada año programamos una semana de vacaciones, además de las visitas frecuentes en las cuales a veces podemos darle gusto a nuestros cuerpos.

Espero haya sido de su agrado esta serie de relatos, en caso de que sus comentarios sean favorables, pronto iniciaré otros, con más vivencias personales.