Confesiones de mi mujer (1)

Esta es la historia de como me puso el cuerno por primera vez mi esposa y es contada nuevamente pues desapareció la primera versión de este sitio

CONFESIONES DE MI MUJER

Por circunstancias que desconozco, este artículo y otros más de mi autoría han estado desapareciendo de este sitio y algunas personas me han preguntado por este en especial y aunque lo tuve que rehacer pues en el original se perdió en un equipo que me robaron, por lo cual lo he vuelto a escribir, tratando de que sea muy parecido al  anterior.

Toda esta historia es verídica y se inicia al inicio de la década de los 70 del siglo pasado.

A mediados de los años 60, yo terminaba la preparatoria en una ciudad del norte del país y debido a que en esa región no había muchas opciones en la universidad, yo debía irme a estudiar a la ciudad de México, pero debido a  la diferencia de calendarios escolares de aquella época, estuve 8 meses sin poder seguir mis estudios de universidad y además de trabajar tuve tiempo de hacerme novio de la que hasta hoy es mi esposa.

Por aquellos años Ana era una joven muy seria, con apariencia  de muy recatada, morena de 1.64 m de estatura, 51 kg., delgada de cabello y ojos negros con muchos bellos en las piernas y en los brazos, nada del otro mundo. Claro que a los pocos días de ser su novio descubrí que las apariencias engañan, pues de seria y recatada solo tenía la cara pues cuando la traté, descubrí que era muy caliente, que le encantaba que la cachondeara lo más posible, por tal motivo al poco tiempo de andar con ella le empecé a acariciar las piernas, el mono, le chupé las tetas, que por cierto eran bastante grandes para su cuerpo,  y finalmente antes de irme a estudiar a México me aflojó el culito, motivo por el cual cada que tenía vacaciones, regresaba a ver a mis papás, pero sobre todo a comerme el rico y peludo mono de Ana.

Así pasaron 6 años yo viviendo en México a 1,200 km., de distancia de la casa de Ana y cuando finalmente Ana y su familia se mudaron a la ciudad de México y ya íbamos a estar más cerca para poder coger con mayor frecuencia, yo terminaba la escuela y me contraté con una empresa para irme a trabajar a la costa del Golfo de México, así que el gusto solo duró 15 días y nuevamente solo cogíamos cuando yo iba a México de descanso, afortunadamente la empresa que me contrató tenía un sistema de 12 días de trabajo por 2 de descanso, así que tan pronto salía de descanso me iba a ver a Ana para descansar la verga.

Finalmente y después de estar viajando con frecuencia a México, al año nos casamos, y así hemos durado muchos años, procreando 3 hijas y nuestra vida sexual ha sido muy buena.

Claro que con el tiempo fui dándome cuenta que la seriedad de mi mujer y su familia era solo una mascara, pues resultó que desde la madre y todas las hermanas son bien peladas y putas para decirlo rápido, claro que esto lo fui descubriendo poco a poco y con el tiempo.

Desde que nos casamos  yo siempre le comenté a Ana que me gustaría verla coger con otro y ella siempre me decía que yo estaba loco que como se me ocurría decirle eso, pero aun así yo siempre que podía y cuanto estábamos cogiendo le preguntaba, ¿apoco no te hubiera gustado saborear otra verga? , y aunque yo sentía que le gustaba que le preguntara eso, ella siempre decía que no.

Pasaron los años y una de tantas noches le hice la pregunta de siempre, ¿no te gustaría haber saboreado otro pito?, y contra lo que yo suponía iba a ser su respuesta, ella me contestó, si yo te dijera que si he probado otra, ¿te molestarías?, y yo le dije, claro que no, tu sabes perfectamente que yo he probado otros culitos y no ha pasado nada, y ella me volvió a  preguntar, pero estas seguro de que no te encabronas y yo le contesté, seguro.

Bueno mi amor, entonces te diré que José Luis el que fue mi jefe en México, se comió tu torta, jajaja,

  • ¿Cómo?, le contesté.

  • Pues con todo, con lengua y verga, jajaja, me contestó.

  • Pero, ¿Cuándo?

  • Pues cuando trabajaba con él.

  • Claro, eso ya lo sé, pero en que momento le diste las nalgas.

Y ella me respondió, creo que te estas encabronando y en eso no quedamos, así que si quieres que te cuente las cosas, te pido que no te enojes y esto quede solo como una conversación, ¿aguantas, si o no?

Y yo respondí, claro que aguanto y todo queda aquí.

Bueno, pues resulta que cuando llegamos a México, lo primero que hicimos mis hermanas y yo, fue buscar trabajo en lo que sabíamos, para lo cual fuimos a una agencia de colocaciones, hicimos una prueba y de ahí nos empezaron a mandar a diferentes lugares que solicitaban personal con las características que nosotros llenábamos y así fue como a mi me enviaron a esa empresa de cintas adhesivas en la que trabajé todo el año que viví en la capital.

Cuando llegué a esa empresa, me dijeron que estaban buscando una persona para ser la secretaria de 2 gerentes y que me iban a hacer una prueba, esperé un buen rato y finalmente me pasaron con José Luis que era el gerente de ventas de la zona norte del país. Cuando pasé a su despacho a hacer la prueba, lo primero que vi, fue un precioso ejemplar de hombre, alto, joven, de ojos claro, güero, precioso y lo primero que pensé, ¿cómo tendrá la verga este papacito?, claro que como tu sabes, yo me comporté muy modosita y nada abierta, pero aun así pude ver que le llamaron la atención mis peludas piernas, pero él se portó muy correcto, me hizo la prueba y me dijo, estoy casi seguro que el puesto es suyo, pero se lo confirmamos en los próximos días, pues requiero platicarlo con el otro gerente, el cual está fuera de la ciudad y regresa mañana, pero yo casi le aseguro que va a trabajar con nosotros.

Así transcurrieron los días y al tercero, recibí la llamada de José Luis para notificarme que me presentara el siguiente lunes, pues había sido seleccionada para el puesto de secretaria de los 2 gerentes de ventas, y así lo hice,  el Lunes me presenté en las oficinas que me citaron y la chica que era la recepcionista me presentó con todo el personal y me llevó al que sería mi lugar de trabajo,  no sin antes presentarme con el otro gerente de ventas. Por cierto cuando me presentó al otro que iba a ser mi jefe el Licenciado Ernesto, lo primero que pensé, en esta empresa los contratan por papacitos o por inteligencia, pues este señor era más o menos del mismo tipo de José Luis, alto, blanco, ojos azules, de 35 años y la verdad, se veía bastante bueno, claro que como siempre yo me porté amable pero seria, además de que al que le había echado el ojo era a José Luis, pues era más joven que este licenciado ya que aquel apenas iba a cumplir 28 años en los siguientes días.

Al final de estas presentaciones, me llevaron con José Luis para que supiera que finalmente su elección ya estaba trabajando.

Los días pasaron y mis compañeras de trabajo, sobre todo Minerva que era con la que más convivía a la hora de la comida y además me caía muy bien por pelada, siempre me preguntaban si me gustaba mi jefe y si se me antojaba comérmelo y aunque en mi interior yo decía, ojalá y se pueda, a ellas siempre les decía que ni en sueños, que yo tenía mi novio y con él pensaba casarme pronto.

En uno de esos días que comimos juntas  Minerva y yo,  me comentó, “se ve que tus dos jefes  traen unas ganas locas de meterte la verga, sobre todo el licenciado José Luis”, y yo le pregunté, ¿por qué dices eso?, y ella me contestó, pues que no ves como te mira,  cada vez que puede ese cabrón te encuera con la vista y yo le contesté, pues ojalá no fuera solo con la vista y ella me preguntó, ¿te lo comerías?, y yo le dije, como crees, yo tengo novio y ya mero me caso y ella me respondió, pues mejor, así le llegas a tu novio con experiencia, jajaja, además vale la pena comerse ese rico pito que debe tener el licenciado, por lo menos yo se lo mamaría cuantas veces él quisiera, por lo cual me reí y le dije, eres una cabrona pelada.

Claro que con esos comentarios, ese día anduve muy caliente y en la noche al llegar a mi casa, lo primero que hice fue meterme a bañar, pues traía las pantaletas mojadas de solo pensar en la verga de José Luis y cuando me bañé me di una de las mejores masturbadas de mi vida, soñando en como me le pondría a José Luis, si me pidiera acostarme con él.

Así pasaron aproximadamente 6 meses de puras miraditas, comentarios de las compañeras, de Minerva y de masturbadas y de cogidas contigo a la salud del pito que aún no conocía,  hasta que un día por la tarde, muy cerca de la hora de salir, me habló a su oficina y me dijo que me iba a dictar una carta, pero que como era personal, no quería que el contenido trascendiera, así que me pidió la mayor discreción posible con el contenido de la carta, a lo cual yo le contesté que no se preocupara, que nadie excepto yo me enteraría, al decirle esto me dijo, muy bien señorita Ana, entonces vamos a empezar, y contra lo que yo me suponía me empezó a dictar una carta dirigida a su novia en donde en pocas palabras la cortaba por puta, al final del dictado, salí de su oficina, transcribí a máquina la carta y se la presenté, la leyó y me dijo está bien, ya puede retirarse.

Claro que ese día además de dictarme la carta, me comentó que ya se iban a casar, pero que la sorprendió entrando a un hotel con uno de sus mejores amigos y aunque él sabía que ella ya se había cogido a muchos, nunca pensó que unos meses antes de la boda todavía anduviera de caliente aflojando las nalgas y sobre todo a su un amigo y que por ese motivo estaba dando por terminada la relación, claro que en esta conversación, él mezclo comentarios cachondos, pero dando la impresión de que se le habían escapado y de que no era su objetivo ahondar en ellos, pero de toda manera los dijo y con ello logró que me calentara y que lo considerara como una victima de su novia, algo que él quería y que después supe.

Ese día yo salí de la oficina aproximadamente 2 horas después de mi hora de salida, caminé hasta la calle en donde abordaba  mi camión y durante el trayecto solamente iba pensando en los comentarios que mi jefe había hecho sobre la relación con su novia y entre más pensaba, más me calentaba, así que cuando llegué a la casa, lo primero que hice fue encerrarme en el baño a rasparme mi panocha, pues coincidentemente, esto sucedía cuando a ti te mandaron al trabajo aquel que duró 3 meses, tiempo en el cual no fuiste a regar el jardín, ja,ja,ja

Pasaron 2 días y nuevamente ya muy cerca de mi hora de salida, me llamó José Luis a su oficina y aunque yo iba preparada para un dictado, él solo me empezó a platicar lo triste que estaba y lo que estaba sufriendo por la separación y que necesitaba platicar con alguien para consolarse y sentirse mejor, así que ahí me tuvo un buen rato, contándome por que extrañaba tanto a su ex, haciendo énfasis en cuantas veces se acostaban a la semana y cuantos palos se echaban, claro que esto me lo refería de la manera más correcta y pareciendo que no había morbo y que solo era complemento de la conversación, pero aún así, a mi con esos comentarios se me estaban mojando las pantaletas, finalmente me dio las gracias por escucharlo y me dijo, “Ana discúlpeme, otra vez ya se hizo tarde, todo mundo se ha ido y usted va a llegar tarde a su casa y es posible que sus padres se preocupen, por lo tanto, le pido que acepte que la lleve yo a su casa”, a lo cual yo le contesté que no era necesario que yo podía irme en camión y que en mi casa  sabían que algunos días podía llegar un poco más tarde, pero él insistió y ya sin mucho pensarlo accedí a que me llevara. Debido a que los vehículos de los jefes tenían estacionamiento en el sótano del edificio, bajamos, él caballerosamente me abrió la puerta del vehículo, lo abordé, no sin antes enseñarle buena parte de mis piernas, él cerró la puerta y se subió al coche por la otra puerta y sin encender el coche nuevamente me empezó a hablar de la carta, de los problemas que tenía con su novia y yo solo lo escuchaba sin decir nada, pues pensaba que eso era cosa de ellos dos, así platicamos un rato, tiempo en el que se me fue acercando poco a poco, hasta que casi me besaba y como yo no oponía resistencia, ni me retiraba, de pronto él se acercó y me besó en la boca y como me gustó le correspondí y así sin mayor preámbulo me empezó a cachondear y yo a dejarme, y cuando ya me había desabrochado la blusa, bajado el brasier y me estaba chupando las tetas y una de sus manos andaba buscando mi panochita, se detuvo y me dijo, mejor nos vamos de aquí, pues no tarda en venir el guardia a preguntar que se nos ofrece y no quiero que te vaya a ver así, así que encendió en vehículo, salimos de la oficina y él me preguntó, ¿dónde vives?, le di la dirección y él me dijo, ah, ya sé en donde, te llevaré por un camino más corto que el que transitas en autobús, y como yo no conocía bien la ciudad, le dije, está bien, caminamos un rato y casi sin darme cuenta, se metió en un hotel y me dijo, antes de llegar a tu casa vamos a terminar lo que empezamos en la oficina, claro que como yo ya conocía esos sitios, pues contigo iba frecuentemente, de inmediato supe en donde estábamos y a que íbamos.

Y así fue como llegamos al hotel, entramos al cuarto, nos besamos cachondamente, poco a poco empezó a desvestirme, y al llegar a las pantaletas vio lo empapadas que las tenía y me dijo, señorita Ana nunca me imagine como te mojas, y yo le contesté, pues con sus platicas me fue preparando y esas son las consecuencias, y él me contestó, precisamente de eso se trataba, de irte calentando poco a poco hasta que llegara el momento de que pidieras verga y yo le respondí, pues ya la quiero, por lo cual procedimos a quitarnos toda la ropa y ¡Ay señor!, lo que voy viendo, una verga blanca, sin gorro, con la cabeza rosita, gorda y bastante más larga que la tuya, por lo que tuve que decirle, como es posible que tu novia deje este rico manjar que dan ganas de comérselo con todo y él me contestó, precisamente eso vas a hacer.

Nos  acostamos y en mi interior solo existía la idea sacarle toda la leche posible al hermoso  pito de mi jefe, y mientras eso pensaba, él me preguntó, ¿Ya te acuestas con tu novio?, y yo  le contesté, si, ya hace tiempo, ah, entonces ya no hay problema en que te llene el culito de leche y yo le dije, en este momento es lo que más deseo, por lo cual él se acercó y me beso con pasión y poco a poco abrí  las piernas a todo lo que daban, y en forma muy lenta se fue subiendo y con una de sus manos buscó mi rajita para apuntarle su cabezota y en ese momento se dio cuenta de lo mojada que tenía la panocha, motivo por el cual dijo, “Ana estabas que te venías” y yo le contesté, usted tiene la culpa y así,  sin más comentarios poco a poco me la fue dejando ir, y  sin sentirlo me la metió toda y empezamos  en forma cadenciosa el mete y saca, pues él nunca se aceleró y conforme yo iba pidiendo más, él iba acelerando el paso, claro que como yo estaba muy caliente, a las pocas metidas yo ya estaba pujando y diciéndole, así, así, así pícale más papacito que ya me estooooooooooooooyyyyyyyy viiiiiinnnnnniiiiiiiiennnnnnnnnndo, que rico, pica, pica, pica, yaaaaaaaaa,yaaaaaaaaaaa, y a pesar de que cuando me vine,  las metidas y sacadas estaban a todo lo que se podía, tan pronto yo terminé, él disminuyó la rapidez con que me estaba ensartando y volvió a ritmo cadencioso de meter y sacar y a las pocas peladas de verga que le di, ya estaba yo pidiéndole que nuevamente acelerara el paso pues ya me tenía lista para la segunda venida y nuevamente conforme yo le pedía más verga él aceleraba el paso, hasta que después de pujar y decirle todas las peladeces que se me ocurrían en ese momento, le dije pica, pica, cabrón pica, yaaaaaaaaaa, yaaaaaaaaaaaaa, ahhhhhhhhhhhh y me vine otra vez, cuando esto sucedió, José Luis muy sutilmente hizo que cambiáramos de posición y casi sin darme cuenta ya me encontraba montada yo sobre la verga de él, así que a partir de ese momento yo dominaba las acciones y me metía la cantidad y las veces que quería y me raspaba mi clítoris como me apetecía, así que en esas circunstancias me estuve matando un rato, pero no aguanté mucho y volvía a sentir que me acercaba al tercero y aceleré el paso al tiempo que le decía, papacito que bueno estas, ya, yaaaaaaaa, yaaaaaaaaaaaaa, ahhhhhhhhhhhhhh  nuevamente me vine, al terminar esta venida, coloque mis tetas sobre su pecho y nos besamos con pasión por un buen rato, hasta que nuevamente me puso a tono y lo volví a cabalgar por un buen rato y nuevamente me hizo que me viniera 2 veces más, hasta que en la tercera ya no aguantó y se vació dentro de mi culito al momento de que yo me daba la sexta venida, después de la cual me quede encima de él por un tiempo que no medí pero sentí claramente cuando su verga se salió de mi hoyito al hacerse chiquita después de la exprimida que le había dado.

Cuando me bajé, lo primero que hice fue ver el reloj el cual marcaba las 9 de la noche y le a mi jefe, me voy a bañar para que me lleve a mi casa pues ya es tarde y puede  preocuparse mi familia, así que me metí al baño y cuando me estaba lavando la panocha llegó él y me dijo, “permíteme lavar ese jugoso peludo”, y procedió a restregarme el jabón en los pelos, en las nalgas y en las tetas, mientras yo cuidadosa y amorosamente le lavaba la verga y así estuvimos un rato, hasta que de tanto tocarnos, a él se le paró la verga y a mi, el culo me empezó a pedir otro piquete, así que sin mucho pensarlo nos secamos, nos salimos del baño, se acostó boca arriba y sin mediar palabra alguna me volví a montar sobre su rica verga, mientras él me mamaba las tetas y así  me hizo venirme otras 2 veces y yo le volví a sacar gran cantidad de leche, claro que cuando terminamos y reposamos ya eran las 11 de la noche, así que nuevamente me metí al baño a miar y a bañarme y nuevamente volvió a entrar José Luis al baño conmigo y volvimos a cachondear hasta que el pito se le levantó otra vez y yo le dije, no ya no, es muy tarde, pero él insistió, me cargó y me transportó y me depositó de nueva cuenta en  la cama, pero ahora me abrió las piernas y me empezó a mamar, cosa que como tu sabes a mi me encanta y no me quedó otra cosa que ceder a su lujuria y me hizo venir otra vez y después se montó y me echó el última de esa noche y aunque no lo creas me llenó nuevamente el culo de leche, claro que ya era media noche cuando estábamos reposando las cogidas y aunque yo ya me quería dormir de lo cansada que me había dejado, tuve que decirle que nos fuéramos porque ya era muy tarde, por lo cual,  procedimos nuevamente a bañarnos  y cachondeamos un rato en la regadera.

Durante el trayecto del hotel a la casa, José Luis hizo el siguiente comentario, “Ana, con lo seria que es usted en la oficina, nunca me imaginé primero que ya no fuera virgen, segundo que cuando está caliente dijera todas las cosas que dice y tercero que fuera tan buena en la cama”, motivo por lo cual yo le contesté, soy seria, pero como toda mujer me gusta darle al cuerpo lo que pide y mi novio supo que pedía mi cuerpo, en cuanto a las palabras que se me salen cuando estoy cogiendo, pues se deben al momento de la calentura y me salen del corazón, más bien dicho de la panocha, jajajajaja, y en cuanto a que soy buena en la cama, pues todo se debe al instrumento que usted tiene y a la forma de meterlo, además mi novio tiene casi tres meses que no viene a regar el jardín y usted me agarró en un en el cual he tenido un largo periodo de abstinencia, él solo asintió y se rio.

Como te imaginaras, llegamos a mi casa pasada la media noche y aunque él me llevó hasta la puerta de la casa yo me estaba muy nerviosa, pues no sabía como iban a reaccionar en mi casa, pero eso lo conté el relato, CONFESIONES DE MI ESPOSA (2).

Por otra parte, te comento que a los pocos días de que me había comido a José Luis, le comenté a Minerva lo que había pasado y ella estaba feliz de que me lo hubiera cogido y me animaba para que me volviera a comer la verga de José Luis, pues decía que estaba bien que llegar al matrimonio con suficiente experiencia y así lo hice.