Confesiones de Juni (3)

La confesion mas importante de Junito, desde lo mas profundo de su corazon... para los seguidores de estos relatos... este los dejara sin palabras.

Siempre se ha dicho que el pasado es pasado y nada tiene que afectar en el presente. Esto no es necesariamente cierto, pues aunque en teoría suene esperanzador. Soy consciente de que muchas veces nuestro presente se ve en muchas circunstancias afectado por el pasado. Y no necesariamente de buena forma.

Verán, como muchos ya saben. Yo fui un completo perro en cierta época. Claro, me gustaban las mujeres y tuve innumerables experiencias de todo tipo con ellas. Mujeres de mi propia edad (en ese entonces) hasta mujeres mayores que yo (17 – 18 años).  Rubias, castañas, peli rojas… de todo tipo.  Me moría por las mujeres y me dejaban completamente sin aliento. Despertaban en mi un enorme deseo por desnudarlas y hacerles de todo. Yo era definitivamente una persona muy sexual (lo sigo siendo pues, pero al menos ya no de forma promiscua).  Pero seamos realistas, no soy el villano de los padres de familia (especialmente los papas), pues nunca forcé a ninguna chica a tener sexo conmigo.  Las chicas también pueden ser bastante pervertidas, incluso en ocasiones mas que los hombres (me consta). Así que no me juzguen.

En fin, durante esa época conocí a esta maravillosa chica Julia. Esa chica que ves y sabes perfectamente que es diferente a cualquier otra cosa que hayas visto. Sientes muy dentro de ti que es especial, única. Incluso llegas a pensar que no eres lo suficientemente decente para hablarle. Esta chica es alemana-austriaca. Divina, cabello rubio oscuro, semi largo, delgada…. Ojos y una sonrisa espectacular. Estaba completamente enamorado de ella… y lo mejor estaba en mi colegio. La podía ver casi todos los días, riendo y caminando por las aulas. En ese entonces yo tenia novia, no me acuerdo su nombre exactamente pero muchos de los lectores la recordaran como la “avestruz” (Este fue un nombre que mi rubio uso en uno de sus relatos). Ya muchos saben lo que paso con la susodicha, de como termino esa relación. Con una solemne cachetada que casi me deja inconsciente después de haber cortado con ella tras sentirme confundido por el beso que el rubio me había dado (Aunque de igual forma la iba a dejar, uniéndose a la lista ya de por si larga de ex novias).

En fin, poco se sabe de las razones que tuve para haber rechazado al rubio (el peor error que he cometido en mi vida). Y mucho se habla de que fue porque me sentía confundido, que no quería que la gente se enterara… etc. Y pues si, en parte fue mucho por eso… sin embargo también había una razón bien escondida de porque hice lo que hice. Y fue precisamente por… Julia. Esa chica que me volvía loco… probablemente la única chica que me podía tener en la palma de su mano comiendo como un peón. Cabe decir que hacia ya tiempo atrás, había querido pretenderla. Pero ella era muy decente, siempre manteniendo distancia… una chica muy segura de si misma y bastante madura para su edad. Cuando finalmente se dio lo que se dio con el rubio, fue como si las cosas se invirtieran de la noche a la mañana. Ahora era Julia quien se veía interesada en mi, al principio no pensé que fuera algo importante… ya que mi cabeza daba vueltas con lo del rubio. Pero obviamente era un pensamiento agradable, incluso tentador para lo que restaba de mi heterosexualidad en ese entonces.

No me gusta decirlo, incluso no le había contado al rubio de esto sino hasta años después (porque no quería causar problemas).  Pero empecé a andar con los a la vez, algo que nunca había hecho. Estar con un chico y una chica a la vez. Emocionante y peligroso a la vez. Me sorprendía de sobre manera ver como Julia estaba de lleno conmigo, y lo mejor de todo es que no tuve que mover un dedo. En varias ocasiones estuvimos solos, besándonos y tocándonos. Me encantaba estar con ella… no tuvimos sexo ni nada por el estilo. Esa parte de mis necesidades se veían satisfechas con mi rubio, con quien veía frecuentemente también. Y antes de que me odien (porque la gente siempre me odia cuando hablo de cómo lastime a mi rubio) quisiera aclarar que mas que una relación o un intento por incrementar la lista de mis conquistas… fue mi ultimo cartucho para darme cuenta si realmente me gustaban los chicos o si solamente era el rubio. Suena raro al principio, hasta difícil de creer… pero es la verdad. No voy a decir que no estaba extasiado de que la chica de mis sueños quería conmigo, pero mi mente ya volaba por otros rincones desconocidos. Mi mente estaba partida en dos en ese entonces.

Estúpidamente, llegue a la conclusión de que esta chica era para mi. Era demasiado perfecta, culta, inteligente y rubia (si, me gusta el cabello dorado, no jodan). Y por esta razón (entre otras), decidí rechazar al rubio de la manera mas prepotente y egoísta que puede haber. Sabia que le iba a causar gran dolor, pero según yo, estaba apostando a algo mas importante. Tener una vida normal, sin prejuicios, con una chica perfecta. Según yo, me había dado cuenta que no me gustaban los chicos y que lo que había pasado con el rubio podía haber sido porque lo conocía desde que nacimos y su carita tenia ciertos rasgos femeninos. Y que todo era nada mas que un malentendido. El rubio en ese entonces jamás supo las razones verdaderas y claro esta que tampoco estaba en ánimos para conversar de ello.

El tiempo paso y estuve en una relación muy bonita con Julia. Detesto admitirlo, pero me sentía contento. Llego un punto de la relación donde por causas del destino, tuvimos que separarnos. No porque queríamos. Sino porque ella y su familia se iban de vuelta a vivir a Alemania. Y que no volverían mas a Costa Rica.  (Para los detallistas, si, esta misma historia contradice lo que yo había escrito en uno de mis relatos. Lo hice porque no quería entrar en esa parte de mi vida y quise ponerlo como un evento aislado, sin importancia… ya se darán cuenta de porque ahora he decidido contarlo bien…)

Esto fue un evento trágico en mi vida, que me hizo sentir deprimido por mucho tiempo. Nos separamos con la esperanza de que algún día volveríamos a vernos. Ella nunca se entero de mis aventuras o pensamientos homosexuales. Este punto de mi vida, me hizo reevaluar mis prioridades y mi identidad sexual. Ya que durante mi relación con Julia, pude notar como cada vez mas, me sentía mas atraído por los chicos. No de forma abierta, sino que muy dentro de mi estaba esa espina… y lo mas interesante de todo… es que chico que veía que me atraía inmediatamente lo intentaba comparar con el rubio. Pues para mi, el rubio era la cúspide de cuan lindo y guapo podía verse un chico. Julia, nunca supo de esto.

Esto me hizo llegar a la conclusión, de que tal vez podía ser bisexual. Es decir, las chicas me seguían atrayendo. Ya no de forma emocional, sino mas bien por costumbre. Pero los chicos también… solo que mas orientado a lo emocional. Quizá es porque el poco tiempo que tuve de relación con el rubio, fue un tiempo muy bonito. Muy superior a lo que había experimentado con cualquier chica. Quise hacer la paz con el rubio, pero fue imposible. Ya era demasiado tarde, me llego incluso a costar que el rubio casi me ahorcara en las afueras del colegio porque no me soportaba. Y fue precisamente durante esa época donde mi espíritu emprendedor de conquistar chicas, murió… la idea de hacerme de otra persona (fuera hombre o mujer) me revolvía el estomago. Me había cansado de la ardua tarea de congeniar con alguien a ese nivel. El sexo me seguía atrayendo, pero no era lo suficiente como para soportarme a alguien. Así que me volví mas frio, ya no buscaba novia o novio, sino alguien con quien coger o mínimo me la mamara. Y ojala sin la necesidad de socializar por 4 horas para llegar a ello. Llegue incluso a contratar servicios “especiales” de chicas que me habían recomendado mis primos. Para entonces yo podía tener 14 años de edad y no tenia intenciones de complicarme la vida.

Obviamente esto en parte era una mentira, porque vivía pensando siempre en el rubio. Ni siquiera pensaba en Julia, no mas era el rubio. A quien veía casi todos los días en el colegio y nunca hablábamos al respecto. Solamente lo necesario. Para entonces ya el rubio tenia su novio, el famoso M. Y eso me causaba gran dolor. El saber que alguien mas estaba en lo que debería ser… mi lugar.

Meses pasaron, cuando salió la oportunidad de un intercambio estudiantil a Alemania. Los que quisiéramos ir, debíamos apuntarnos con prontitud y cancelar los costos correspondientes lo mas antes posible. Dado que el cupo era limitado. Sin pensarlo me metí en el programa, mas por la esperanza de estar en otro lugar en paz que por otra cosa. Formalizando el asunto, pude ver una lista de familias dispuestas a recibir estudiantes en varias ciudades. Y ahí mismo en esa lista, pude observar que la ciudad de Esslingen estaba disponible. Recordé que Julia se había ido a vivir ahí, por lo que no dude en escoger dicho lugar.

Inmediatamente empecé a buscar el paradero de Julia. Hacia ya mas de un año que no la veía o sabia algo de ella. Volverla a ver me daba ciertas esperanzas de recuperar mi perdida dignidad. No me costo mucho tiempo averiguar su información, empezando por su correo que por alguna razón había cambiado. Igual no me importo, así que intente comunicarme con ella. No paso mucho tiempo cuando recibí una respuesta muy alegre de parte de ella. Indicándome que se alegraba mucho que pronto iría a Esslingen. Incluso, me dijo que afortunadamente le había dicho a tiempo ya que había tenido planes de irse a visitar familiares a Austria. Y que con gusto cancelaba su ida para poder estar conmigo. Eso me dio muchísima alegría. El viaje era dentro de 3 semanas y mi impaciencia desbordaba.

Cuando finalmente aborde el avión, no mas veía por la ventana. Deseando nunca mas volver, la idea del rubio siempre presente en mi cabeza. Me causaba mucho dolor, incluso remordimiento de cómo pude haber sido capaz de lastimarlo. No intentaba huir de el, solo de este país que me traía demasiado recuerdo amargo. Fue un largo viaje, con varias escalas y horas de espera. Cuando llegue, tenia la esperanza de ver a Julia. Sin embargo, como era obvio esperar, me esperaba un pequeño cartel con mi nombre, la familia que me iría a recibir. Cabe decir que era una familia muy normal, típico estereotipo de familia. El papa, Herr Tillmann, con la clásica camisa de cuadros, faldas por dentro, pantalón casual y los anteojos. La mujer: Frau Bauer, de tez blanca, orgullosamente alemana, rubia, delgada y bastante alta. La hija: Julianne, prácticamente una fotocopia de la mama de unos 16 años y finalmente el hijo: “kleine” Marcus, copia idéntica al papa con unos 8 años de edad. Todos me sobrepasaban en estatura, excepto el niño. Igual estoy acostumbrado, pues no soy un tipo alto tampoco (para los que me joden con mi estatura, soy enano pero con buen banano). Me recibieron todos muy amables, no era la primera vez que recibían a un alumno de intercambio. Y debo decirlo, la chica de 16 años era bien “feíta”.

La verdad me sentía exhausto. Llegando a la casa, que dicho sea de paso era bellísima y muy grande. Me hice tirado en la cama a dormir, era una habitación bastante grande también. Completamente acondicionada, esta gente realmente se esmeraba con las visitas. No puedo decir cuanto tiempo dormí, pues para ser sinceros ni siquiera supe a que horas llegue ni nada. Si me acuerdo que todavía era de día, así que cuando me levante busque mi laptop para poder llamar a Julia mediante Skype. Me llamo la atención que me habían dejado un papelito en la mesita de noche con la contraseña del wifi, esta gente tenia todo pensado. Me encanto.  Finalmente hice contacto con Julia con quien casi pierdo el ritmo de mi respiración cuando contesto el teléfono. El clásico y  grave “Hallo” alemán, dicho de una forma bastante femenina a la vez. Conversamos un rato, estábamos alegres de escucharnos nuevamente. Solo faltaba ponernos de acuerdo para vernos. Quedamos de acuerdo en vernos hasta el día siguiente, aprovechando que descansara por el “jet lag”, además debía ajustar mi horario. Ese día no surgió nada fuera de lo común, salvo conocer mas a la familia. Y que me enseñaran la zona en la que iba a estar durante el siguiente mes. Esslingen es sin duda un lugar precioso, un lugar en el que me gustaría vivir con mi rubio algún día… pero eso es otra historia.

Al día siguiente, llegue al lugar que había acordado con Julia en vernos. No estábamos muy lejos uno del otro. Aproximadamente como a una hora de distancia. Me senté a esperarla, cuando vi a esta chica bajándose de un bus. Era Julia… sinceramente pensé que mi corazón iba a estallar de la emoción… sin embargo no fue así. Lo que me extraño bastante, a diferencia de ella, quien grito mi nombre apenas me vio.  Nos saludamos muy efusivamente, mas por el lado de ella que por el mío. No comprendía por que todo ese anhelo y emoción que sentía antes, había desaparecido. Que estaba pasando? Seguía siendo la misma chica, bien guapa, un cuerpazo brutal y esa sonrisa encantadora… que es? Pensé que un beso de bienvenida iba a poder revivir esa alegría y cuando finalmente nos besamos. Nada… ella noto algo raro en mi, y me pregunto… a lo que respondí que era que todavía me estaba adaptando al horario (mentira).  Seguidamente nos sentamos a conversar y a ponernos al día… era como si nunca hubiéramos dejado de ser novios. No dejaba de pensar de mi rubio…

Así estuvieron varios días, que la vi… nada fuera de lo normal. Ella seguía siendo la chica conservadora, me dijo incluso que seguía siendo virgen. Obviamente ya ella sabia de mis andanzas y sabia que yo era de todo menos virgen, pero no le parecía importar. Si note que era un poco mas abierta al tema, siempre conservadora, pero mas abierta… no se como explicarlo. Tome esa clase de interés como una forma de exploración… ella sabia que no podía tener nada conmigo. Pues no simpatizaba con la idea de una relación a larga distancia (yo tampoco). Quede con esa duda, del porque tanto interés ahora en el tema de la virginidad y de cómo nos abstuvimos de hacerlo cuando ella vivía allá. En fin, no paso nada durante varias semanas… hasta que un día… luego de unos 3 días sin saber nada de ella y a unos cuantos días antes de regresarme a Costa Rica. Me llama, diciéndome que su familia se fue a Austria y que si quería pasar la noche con ella en su casa. Wow… Julia… pidiéndome que duerma en su casa… sola. Esa idea en mi había muerto años atrás, por lo que nunca se lo había propuesto… y ahora me lo estaba proponiendo a mi. Ahí mismo logre atar cabos sueltos y darme cuenta que esta chica ya estaba yendo en serio, quizá por el impulso de la emoción y el saber que era temporal mi estadía en Alemania.

No dude e aceptar su oferta, considerando que hacia ya tiempo sin tener nada de nada. Y ya me estaba haciendo un poco de falta (bueno esta bien, me estaba muriendo. Si ya de por si con una semana estoy como un zombie). Herr Tillmann, se ofreció amablemente a llevarme hasta su casa. A fin de cuentas, ya había tomado la suficiente confianza en ver como me desenvolvía en la ciudad además de notar que era una amiga ya de años. Y que no me encontraba en peligro. Aunque estoy seguro que de tonto el hombre no tenia nada, algo se debía de imaginar. Pero nunca me dijo nada al respecto, solo se limitaba a sonreír.

Llegando a la casa de Julia, quedamos en que volvería por mi al día siguiente después del medio día. No pasaron mas de 5 segundos cuando Julia me abría las puertas. Me gusto verla toda informal, pues si bien tenia yo mi mente mayormente en chicos, debo admitir que se veía increíble frente a mi… nada sugerente, solo… diferente a lo que había visto en ella todo este tiempo. Sin duda no había nadie en la casa, solo estábamos los dos. Quedamos en ver una película en la sala, ni me acuerdo cual fue, pues como toda mujer… siempre escogen las películas mas mierda que puede haber. En fin, no le tome importancia. Pedimos una pizza y nos quedamos acostados en el sillón. Como si fuéramos la pareja perfecta…  (pfff)

Habían pasado, no se, como media hora de pelicular… todo en silencio y oscuro. Julia se encontraba a mi lado, con su cabeza recostada a mi pecho. Cuando en eso me dijo que si realmente ella había sido especial para mi… a lo que le respondí que si. No me respondió… simplemente noto que levanta su cabeza, me vuelve a ver y se acerco a darme un beso bien profundo y apasionado. Estuvimos así no se cuanto tiempo, no era novedoso para mi. Ya lo habíamos hecho antes, sin embargo… note que al separarse de mis labios, me empezó a besar el cuello mientras ligeramente me acariciaba el pecho por encima de la camiseta. Note que el ritmo de su respiración aumentaba… y de un pronto a otro solo sentí que hizo a querer quitarme la camiseta.

Sorprendido, pero sin causar demora… le ayude a quitármela. Quedando solamente con mis jeans. Sus manos se volvieron mas traviesas, ya no solo tocando el pecho sino que ahora se concentraba en mi abdomen. En ese momento solo entre en modo automático, sin duda no era mi primera vez con una chica, sus caricias me motivaron a tomar un paso que ya conocía. Así que empecé a quitarle su blusa y su pantalón. Quedando solamente en ropa interior… se le notaba bastante nerviosa. A veces se cubría como señal de vergüenza, pero siempre sonriendo y dispuesta a continuar. No me cabía la menor duda que era su primera vez y que no me había mentido al respecto. Pero lo que paso a continuación me dejo perplejo…

En esa habitación, oscura y ambos semi desnudos. Empezó a desabotonar mi pantalón lentamente mientras me seguía besando apasionadamente. A veces parando por los nervios, pero siempre valiente. Yo le ayudaba a acariciar sus caderas y su espalda. No quería tocar sus nalgas porque seguramente se pondría mas nerviosa aun. De esta forma es que, luego de desabrochar mi pantalón… inmediatamente después, sin jugueteo ni provocaciones… me bajo el bóxer un poco junto con el pantalón.  No mucho, sino lo suficiente como para liberar mi ya evidente y desarrollada erección y testículos.  Seguidamente tomo mi pene con su mano y me sobo un rato. Yo estaba aun en completo control de mis acciones, ya había aprendido a no ser TAN impulsivo. Independientemente de cómo me estaba tocando el pene. Sin embargo al dejar de besarme,  se aparto para poder observar bien mi pene… y dijo “Es mas grande de lo que pensé…” con una sonrisa increíble y lo que nunca se me olvidara… fue que inmediatamente después de decir eso… se le soltó un gemido “hmmm” mientras me masturbaba lentamente… ese gemido en mi mente sonó tan erótico y provocador… que fue definitivamente lo que me desvió de mi autocontrol. Tanto que lo que le respondí fue… “chúpala…”.

Y sin decir nada, se agacho y comenzó a meterse mi pene en su boca.  Ohh dios, lo hacia taaannn maaaaal!!!. Pero no importaba… intente de igual forma enseñarle como hacer sexo oral. Le indicaba como debía mover la lengua, el ritmo, los labios, etc… hubo un momento en que lo hacia bien pero digamos que no era su fuerte. O tal vez porque estaba nerviosa o en fin, el mejor consejo que se me ocurrió darle fue que pensara que se estaba comiendo un helado. No mejoro mucho, pero no era malo tampoco. Imposible que la chupara toda y en ocasiones le ayudada con mi cadera a que se la metiera lo mas profundo que se pudiera. Lo que provocaba en ella arcadas y en ocasiones parar del todo para recobrar aire (según ella). Le propuse que me chupara los testículos y sin decir nada, se saco el pene de la boca. Y sosteniendo mi pene en mi abdomen, intento meterse ambos huevos en su boca. Lo que me causo cierto dolor, ya que su boca tampoco era como que muy grande… pero sin mayor percance me acostumbre a la presión de su boca. Luego, no mas se dedicaba a chuparlos y lamerlos. En ocasiones subiendo hasta la punta del pene para volver a chupar hasta donde podía. Se notaba que agarraba confianza y eso me gustaba… ahora era mi turno.

Yo ya estaba demasiado excitado. Por lo que simplemente la tome y la acosté sobre el sillón. Me deshice completamente de mi ropa, quedando completamente desnudo. Vuelvo a ver a Julia, y nos besamos otro rato mas. Baje su tanga (o como se llame), y procedí a realizarle el primer y me  gustaría creer el mejor de su vida, sexo oral.  Yo ya tenia experiencia en esa área, así que no pasaron mas de 3 segundos de estarle metiendo la lengua. Cuando soltó gemidos bastante fuertes y me apretaba la cabeza con sus piernas. Hecho esto, habíamos llegado a un punto sin retorno. Mi excitación era tal, que sin pensarlo… me levante sobre mis rodillas, separe totalmente sus piernas y puse mi pene sobre la entrada de su vagina. Lentamente penetrando hasta el fondo, Julia no hacia mas que cerrar sus ojos y gemir como demente.  Al igual que yo, ella estaba ya en otro mundo. Y el orgasmo era nuestra meta en común.

Pero fue entrados ya los 3min de estarle bombeando… y lo digo en serio, sin vacilación… por alguna extraña e inexplicable razón, pensé que a quien me estaba cogiendo era al rubio. Y eso me puso todavía mas excitado, mis movimientos incluso se volvieron mas rápidos y agiles. Yo se que la sensación de penetrar una vagina y un ano son muy diferentes. Sin embargo, inexplicablemente pensé que era el rubio. Fue ya en los últimos momentos, en que una eyaculación era inminente… sentí como salía semen de mi pene, inundando aquella vagina… vagina… vagina… VAGINA!!!!??? Volví a mi mismo… cometí un error estúpido, acababa de eyacular dentro de una vagina de una chica claramente fértil y sin condón.

Entre en pánico, saque mi pene inmediatamente. Que hice??! Oh por dios no puede ser!!! Julia!!! Julia inmediatamente reacciono y me intento tranquilizar… “estuve tomando pastillas anticonceptivas, no te preocupes”… me quede sorprendido por lo que acababa de decir. Sinceramente yo no confío en la palabra de una mujer y menos cuando se trata de métodos anticonceptivos. Sin embargo, eso pareció bastarme esa noche para sentirme mas tranquilo. Mas la duda todavía era latente… estaba preocupado. Y lo único que podía hacerme sentir bien era un examen de embarazo.

Estuvimos acostados toda la noche en ese sillón, la película había terminado hacia rato. Y era ya demasiado tarde. Nos dormimos. Al día siguiente, despierto solo… desnudo en el sillón con una sabana encima. Julia se encontraba en la cocina. Preparando lo que parecía ser un desayuno bastante completo y complejamente elaborado. Me gusto el detalle, pero no pude evitar pensar en el concepto de la mujer. Viéndola caminar me di cuenta que no me atraen realmente. Solo puedo decir que el sexo es bueno, mas de ahí en fuera… no siento nada por esa chica.

Al percatarse de que me levantaba… la vi venir hacia donde estaba yo vestida únicamente con ropa interior y cargando una bandeja con lo que parecía ser mi desayuno. Se sentó a mi lado y me dio un beso en la boca. Me dijo que le había dado demasiado gusto, que yo fuera el primero en tener sexo con ella. Que jamás se hubiera imaginado lo bueno que podía ser. Y mejor aun, en la sala de su casa. Surgieron otros temas de conversación mientras comíamos… cuando en eso me dice “Espero que te guste lo que hice… es un desayuno completo”… y por impulso solo atine a responderle… “Si esta muy rico, gracias… aunque no te tuviste que haber molestado… acá abajo también hay desayuno completo, ya sabes… leche, huevos…” (mientras apuntaba hacia mi ya destapada entrepierna).

A lo que me responde “Jajaja estúpido!!”  y me golpeaba el hombro.

-       Sabes que es lo peor, que en realidad siempre son máximo 2 huevos… imbécil jajaja

-       Jajaja ahí tienes, apenas entonces. Eso lo acompañas con un buen “Wurst” y leche.

-       Estupido jajaja noo!! Yo no como tanta carne de por si, ya lo sabes. Y tampoco tomo leche, sino café.

-       Café con leche pues…

-       Sin leche, oscuro.

-       Jajaja ok, solo los huevos entonces.

-       Pervertido jajaja pero que conste, lo hare porque yo quiero. No porque me lo pidieras de esa forma. Además, me gusto verte desnudo durmiendo.

-       Pervertida…

De todas las cosas que podíamos conversar y de todo lo que podía suceder esa mañana, sucedió lo que menos pensé que fuera a pasar. Ahí estaba yo, recostado con una bandeja de desayuno a mi izquierda, piernas abiertas y Julia en medio de estas comiéndose mi pene y testículos. Y observaba todo esto mientras me comía mi muy delicioso muffin. En teoría suena bastante interesante, pero en la practica creo que me considere un poco… descarado. No se… nadie me la había chupado mientras comía.  No es que no me gustaba, me encanto… pero bueno. El punto es que quise darle gusto a esta chica (y de paso a mi obviamente) y me vine en su boca. Segundos después de eyacular, escupió casi todo al suelo. Era obvio que no le gusto y no mas me lo confirmo cuando me dijo…

-       No me gusta el semen… que asco

Yo nada mas le sonreí, pues muy dentro de mi sabia que no le iba a gustar. Una chica tan refinada y delicada… tragando semen… no se, a millas se nota que no es de las que tragan. Y si lo hicieran, hay 80% de probabilidad de que se vomiten. En fin, no me le di mayor importancia. Esto mientras seguía comiendo mi desayuno. Y Julia se dirigía al baño. Inmediatamente recayó sobre mi lo que había acontecido la noche anterior… esta chica tenia que hacerse un examen. O de lo contrario no iba a estar tranquilo… admito que empecé a tener un ataque de pánico. Pero al momento me pude controlar, al menos lo suficiente para que al salir Julia no fuera tan evidente. Mas tarde esa mañana, le dije a Julia que debía hacerse un examen. Ella me insistió que no hacia falta porque había estado tomando pastillas. Pastillas que nunca me enseño. Ese día en particular no pude hacer mas que decirle que lo hiciera, pues no faltaba mucho  para que vinieran a recogerme. Que la vería otro día y que mas vale que lo hiciera.  Lo que me dijo a continuación no supe como tomarlo…

-       Y que si estuviera embarazada?

-       Pues… no se… no

-       Te irías así sin mas?

-       No no, para nada… solo que me tomaría por sorpresa

-       Tranquilo, yo se que no quieres ser papa. No te agradan los niños

-       Que poco me conoces Julia, nada tiene que ver eso con el posible hecho de ser papa.

-       No vas a ser papa, tranquilo. Yo se porque te lo digo.

-       Mira, si estuvieras embarazada. No digo que todo vaya a ser genial y espectacular… pero ten presente que jamás abandonaría a un hijo.

-       Ya te dije, no estoy embarazada. Tu tranquilo.

-       Después hablamos ok? Y por favor hazte la prueba.

-       Si si…

Algo me decía que ella realmente me decía la verdad, que se había estado tomando esas pastillas.  Pero por otro lado esta la malicia del hombre, al menos mía, de que las mentiras sobre abundan. Decidí no pensar mucho al respecto, aunque los días siguientes ya no iban a ser iguales para mi. Entro en mi cierta ilusión de ser papa, ahora cada bebe que veía en la calle me le quedaba viendo. Pensando en que en eso se iba a convertir mi vida… no había confirmación de ello aun. Sin embargo ya me estaba haciendo ideas. Eso por mencionar las positivas… por otro lado pensaba en el problema tan grande que se me iba a armar. Además los sacrificios y responsabilidades que debía de asumir si llegara a haber confirmación positiva. Estaba completamente enredado en mis pensamientos, no hablaba casi con nadie.

Trate de comunicarme al día siguiente y el otro con Julia. Sin respuesta alguna, me empecé a preocupar. Al cuarto día, me contesto rápidamente… diciéndome que me tenia que ver en persona. Ya esta… ahí mismo pensé… me va a decir que soy papa. Nos pusimos de acuerdo… y cuando terminamos de hablar. No mas me puse a llorar… no sabia como tomar todo esto. Nerviosamente fui al lugar que habíamos acordado. De cierta forma fui ya con la idea de ser papa, acostumbrándome de camino a que esa seria mi vida. Al encuentro veo a Julia, quien con su sonrisa cautivadora me invito a sentarme.

-       Fue positiva verdad?

-       No Junito, no estoy embarazada. Puedes descansar.

-       Me estas bromeando?

-       No, para nada.

-       Y porque no me lo dijiste antes? Tienes idea de lo que he pasado estos días?

-       Lo se, pero listo. No hay problema. Te llame aquí, porque quería despedirme de ti.

-       A donde vas?

-       Me voy para Austria mañana, mis tíos me van a llevar. Solamente quería decirte en persona que me encanto verte, estoy segura de que sea quien sea tu pareja. La vas a hacer muy feliz.

-       Porque me dices esto?

-       Mira, no te preocupes. Sabes, esto me duele mucho decirlo. Pero sabes que no podríamos tener nada, aunque quisiéramos. Vivimos muy lejos…

-       O sea,  solo fue sexo?

-       No lo veas así, siempre te he amado y nunca deje de hacerlo. Quise que fueras el primero porque siempre te he tenido gran estima. Quiero vivir con ese recuerdo para siempre. Quizá si las cosas se componen y nuestros caminos se vuelvan a cruzar… si siempre estuvo destinado a que estuviéramos juntos, lo vamos a estar. Y si no, pues al menos vernos felices.

-       Siempre fuiste una chica muy madura Julia. Gracias.

-       Adiós Junito, te amo un montón. Que te vaya bien en el viaje.

-       Adiós Julia…

Debería decir que me sentí devastado y a punto de llorar… pero la verdad es… que me sentí aliviado. Aliviado de que no tuve que decirle a Julia la verdadera razón del porque no podíamos estar juntos, al menos de mi parte. La razón era simple, me había dado cuenta de que el rubio siempre estuvo en mi mente durante toda mi estadía en Alemania. Incluso en los momentos en que besaba a Julia, solo pensaba en que eran los labios de mi rubio y de nadie mas. A partir de ese momento, algo nació en mi… y fue la esperanza de volver a tener a mi rubio. Me propuse de alma y corazón a que sin importar lo que fuera a pasar… si ese rubio estuvo enamorado de mi alguna vez… esta vez iba a poner todo mi empeño y esfuerzo en realizar la ultima conquista de mi vida. Iba a hacer que el rubio se volviera a enamorar de mi a toda costa, pues muy dentro de mi. Estaba seguro de que su relación con M y todo lo que hiciera, no era mas que una venganza contra mi. Pero las cosas iban a cambiar… ese rubio es mío y dispuesto estoy a ponerle el pie a quien sea para lograrlo.

Fue entonces cuando regresando a Costa Rica. Comenzó una nueva etapa en mi vida, redimir mis errores y recuperar el amor del rubio. Ansiaba desesperadamente un beso electrificante, ese mismo beso que me recorrió todo el cuerpo aquella noche con el rubio. No iba a ser fácil, me enfrentaba con un rubio que me podía ahorcar en cualquier momento. Y su novio, capaz de encerrarme en la cajuela de un auto y hacerme rodar en un lago. Pero no me importo, jamás había estado mas seguro en mi vida de querer algo. Aun a pesar de haberme juntado con Erick durante esa misma época, mi corazón siempre estuvo con ese flaquito rubio de ojos claros y carita aniñada. El resto de la historia, ya ustedes la conocen…

Años pasaron, recién nos habíamos mudado el rubio y yo a nuestra casa. Y cuando finalmente nos conectaron el internet en la casa, lo primero que hice fue revisar mi correo… y veo el remitente cuyo apellido se me hacia familiar. El mismo apellido de Julia. Lo abrí extrañado, pues realmente nunca había tenido ninguna especie de relación o roce con su familia. Leyendo, me doy cuenta que quien me escribe es su papa. Y claramente había dedicado tiempo en escribirlo, pues era bastante largo.

Leyendo detenidamente cada  renglón de aquel correo…  no me escribe “el papa de julia” sino me escribe un hombre en calidad de padre resignado. Confesándome el pasado obscuro de su hija que hacia meses se había enterado. Y que hasta ese día se había atrevido a escribirme un correo, valiéndose de mi derecho a saber. En pocas palabras resumiré lo que este señor me escribió…

Resulta que Julia había quedado efectivamente embarazada. Sin embargo, en complicidad con su madre y teorías que solo ellas sabrán. Decidieron abortar… desconozco el método que habrían usado. Y mucho menos se cuanto tiempo llevaba de embarazo cuando se lo aplico. Solo se que yo fui papa y nunca me di cuenta. Y lo peor de todo… es que lo asesinaron. Nada mas y nada menos que Julia. En ese momento sentí como si hubieran agarrado mi corazón, lo hubieran aplastado y le prendieran fuego con gasolina. Jamás en mi vida, había sentido un dolor tan grande… la ira, la impotencia… de saber que nunca supe nada de esto y que aun así… asesinaran a mi hijo de esa forma… no existen palabras para describir el dolor y la ira. Lo único que paso por mi mente fue la cabeza de Julia rodando por un volcán. Quería sangre… quería venganza…

El rubio se dio cuenta de lo que paso y me consoló de la mejor forma que pudo. Estuve en un periodo de luto por varios meses, casi sin hablar. El rubio fue lo único que me sostuvo. Nunca respondí el correo, me prohibí a mi mismo saber mas al respecto. A fin de cuentas, ya me habían dicho todo lo que debía saber. Mi hijo había sido asesinado por su madre en complicidad con su abuela. No ocupo saber nada mas, no necesito saber la condición de nadie o de cómo se encuentra Julia. Sinceramente, espero que por su propio bienestar no la vuelva a ver… porque ya no es la chica de quien alguna vez estuve enamorado. Ahora simplemente es la asesina de mi hijo.

Francamente me cuesta mucho hablar de esto. Un dolor palpitante surge a raíz de estos recuerdos, pues si bien ya supere mi etapa de luto. El dolor de saber que tu primer hijo fue asesinado es algo inconcebible. Afortunadamente ya no dejo que la tragedia afecte mi desenvolvimiento con este mundo o con el rubio. Por esta misma razón es que ahora mas que nunca me llevo súper bien con los niños, siempre tengo en mi mente la idea de cómo pudo haber sido mi vida con mi hijo o hija. A estas alturas ya tendría 8 años de edad, la misma edad que “kleine” Marcus (klein = pequeño) en aquel entonces. Con quien dicho sea de paso, me la pasaba jugando todas las tardes durante mi estadía. Este evento no me ha ahogado la esperanza de tener un hijo, al contrario, ahora mas que nunca quiero tenerlo. Se que esto no cambiara los hechos, pero al menos podre ser parte de la vida de un niño a quien el pueda llamar papa. Verlo crecer y ser testigo del milagro de la vida floreciendo en el.  Siempre al lado de su otro papa, mi verdadero amor, Ray Müller conocido como el Rubio.

Como verán, mis acciones tuvieron consecuencias. Mi estilo de vida pasado fue de todo menos grato y pague un precio muy caro por ello. Pero no voy a dejar que esto me entierre en la depresión. Pues hay gran diferencia entre sentirse triste y estar deprimido. A veces me siento triste de recordar a mi hijo, mas no dejo que la depresión se apodere de mi y controle mis acciones. Por supuesto cuento con el apoyo incondicional de mi rubio, a quien siempre amare con toda mi alma. Mientras tanto solo podre decir que sea donde sea que estes hijo… perdoname, te amo con toda mi alma. Espero poder algún día conocerte. Te amo.

Kiwi