Confesiones

Soy Nasheli, nueva en el sitio, esta es mi primera entrega donde doy inicio a mis experiencias, poco a poco iré contando mas cosas, espero sea de su agrado.

Hola, me presento soy Nasheli nueva en el sitio, creo que me servirá para expresar todo lo que no puedo sacar en mi día a día.

Empezaré a contarles que soy de la Ciudad de México, tengo 27 años y soy TV de clóset. Empecé a vestirme, como casi todas con la ropa de algún familiar, en mi caso mis hermanas.

Mis primeras prendas fueron cacheteros y medias, una vez me probé un vestido de graduación de mi hermana, y por poco me descubre (compartíamos clóset) porque me excito mucho y terminé manchándolo y cuando se lo quería prestar a mi otra hermana, se dieron cuenta que estaba manchado, creyeron que había sido el novio de mi hermana.

En este relato les contaré como fue la primera vez que me vestí y así iré contando una historia de mis inicios y una actual.

Era mi salida de la secundaria, como les había dicho ya me había probado el vestido de graduación de mi hermana y ese día me imaginaba en la ceremonia de entrega de diplomas usando ese vestido, por lo que abajo de mi traje de niño me puse unas pantimedias con una tanga y terminando la ceremonia no planee nada, solo llegar y estar en mi casa. Así pasó solo que al terminar la ceremonia, Fernando un amigo me invito a su casa porque le iban a hacer una comida, a lo cual acepte, pero no contaba con que sería en un jardín con alberca, cuando llegamos me dijo que fuéramos a su cuarto para que me prestara un short, a lo cual después de hacerme del rogar fui, al entrar en su cuarto y tenía una revista abierta en una página de lencería la cual me quede viendo, creo que se dio cuenta porque me dijo que si quería me la prestaba, después me aventó un short y una playera sin mangas para que me pusiera, pregunté por el baño y me dijo que no importaba, que me podía cambiar ahí con él, a lo que dije que no, que necesitaba privacidad, a lo cual salió y así, pude quitarme la tanga y las pantis, las doble bien y las metí en la bolsa interior del saco.

Pasamos la tarde en la alberca y cuando ya estaba obscureciendo pedí permiso para cambiarme, al entrar Fernando tomo mal mi saco y cayeron los pantis y la tanga.

Fer - ¿De quién es esa ropa?

Yo me quedé sin habla, me congelé y me dice:

Fer - ¿Es tuya? ¿Eres gay? ¿Usas ropa de mujer?

Aún pasmada, no sé de dónde salió un...

Nash - Si

Tomé la ropa, me encerré en el baño, me cambié lo más rápido que pude y cuando iba a salir, me dio miedo, pero tomé fuerzas y quise salir lo más rápido posible. Al salir Fernando no estaba y cuando salí a la puerta me detuvo su papá porque había mandado a Fernando a la tienda, di las gracias, me despedí y salí, a una cuadra me encontré a Fernando y solo me dijo:

Fer - Somos amigos y te quiero, no diré nada, pero cuando quieras platicar aquí estaré.

A partir de ahí nos hicimos buenos amigos y nos contábamos todo, pero no volvimos a tocar ese tema, por años.

Teníamos 23 años y recién graduados de la carrera de contaduría, entro a trabajar a una trasnacional y me dijo que seguían contratando y así fue como empezamos a trabajar juntos.

Un día, en uno de los viajes de trabajo estábamos en la oficina y siempre nos regresábamos juntos al hotel y me dijo:

Fer - Oye, vamos a salir a cenar Mario (un chico de la oficina) y yo, ¿quieres acompañarnos?

Nash - Si, vamos; solo preparo unas cosas y salimos.

Recogí mis cosas y salí, cuando subimos al taxi, vi que de repente Fer le tocaba la pierna al chico, cosa que me pareció extraño, pero no le quise dar importancia. Antes de entrar al restaurante Fer me dijo:

Fer - Tengo que decirte algo, Mario es un chico que conocí aquí en la oficina desde la vez pasada que vine y después de cenar me invitó a su departamento, así que pasaré la noche allá.

Nash - Sin problema, me regreso solo al hotel.

Fer - Te quería decir que estoy saliendo con él.

Nash - (sorprendida) ¿entonces eres gay?

Fer - Si

Nash - ¡Que bien! me alegro por ti, disfruta de tu cita, después hablamos.

Al término de la cena ellos se fueron a su departamento y como estábamos en un Centro Comercial fui a dar la vuelta, al pasar por una tienda de ropa me vino a la mente la idea de volver a vestirme y me dieron ganas de comprar unas cosas, ese día me compré una blusa blanca, medias y unos tacones, todo en una misma tienda y con ayuda de una vendedora a quien le dije que eran para mi novia.

Al paso de las semanas me revoloteaba la idea de que me viera de chica y platicar de todo lo que no hemos hablado.

Por fin el día le mande un mensaje.

Nash - ¿Tienes planes para hoy en la noche?

Fer - Tengo trabajo y me iré tarde, terminando me iré al hotel, ¿vas a regresar a la Ciudad de México desde hoy?

Nash - No, de hecho, pienso quedarme este fin, es que quiera platicar de unas cosas contigo, cuando regreses pasas por mi cuarto, no importa la hora.

Fer - Ok, pienso que como a las 10 estaré por ahí y si quieres salimos por un trago

Nash - Perfecto, ahí te espero

Al terminar mi trabajo, pasé al Centro Comercial por unas bebidas y me faltaban unas cosas para vestirme.

Llegue al hotel, me bañe, no sé porque, pero, me lavé bien mi culito y depilé todo, me puse crema, perfume, un coordinado de brasier negro con una tanga, medias negras, falda y blusa con los tacones que había comprado en la Plaza, por internet compre una peluca, lencería, maquillaje y un perfume.

Dieron las 10 y no me avisaba, las 11 y nada, ya como a media noche cuando ya estaba desilusionada entro una llamada, era Fer.

Fer - Ya voy para allá, solo que pase por un trago con Mario, pero se fue a su depto. ¿quieres que valla o no?

Nash - Si claro, te quiero presentar a una chica

Fer - No empieces tu también con esas cosas

Nash - Para nada de eso, te va a gustar, tu ven.

Tocó la puerta y desde el baño le dije que pasara y que cerrara, venia un poco tomado.

Fer - ¿Tardas? quiero entrar

Salí y se quedó sorprendido

Nash - Puedes pasar, saliendo te cuento todo.

Saliendo le conté todo, desde mi primera vez y todo lo que había pasado, cuando me contó que era gay me dieron las fuerzas para confesarle que me gustaba vestirme, nunca había estado con un hombre y aunque había querido no había podido por miedo a que me vieran así.

Fer me contó que había tenido encuentros con algunos hombres y que poco a poco se dio cuenta que le gustaba ser activo y le excitaba mucho los amanerados, nunca pensó que a mí me gustara vestirme, aunque recordó lo que había visto cuando éramos niños.

Hasta aquí mi primera historia, seguiré contando mis experiencias con Fer y los demás hombres y mi actual pareja.

Les mando un beso.