Confesiones

Como fue mi primer beso.

Hola amigas y amigos lectores. Quiero, antes de confesarles una relación que tuve hace mucho tiempo, darles un cordial saludo, esperando que todos y cada uno de ustedes, se encuentren en perfectas condiciones.

El relato que escribí el día de hoy me sucedió en la época de la secundaria, estamos hablando que apenas tenía los 13 años cumplidos y mi amiga Carolina (a la que estimo y quiero), también. Hago la aclaración sobre este tema, ya que es algo muy personal y en realidad no quería yo ventilarlo, no porque alguien se diera cuenta, sino porque es algo tan lindo que me sucedió, pero cuando Edy supo de ello, me motivó a tal grado que es por eso que el día de hoy finalmente me animé a redactarlo para que ustedes conozcan un poco más de mi.

Carolina fue una compañerita de escuela que tengo desde la primaria, somos muy amigas, cuando ingresamos a la secundaria, optamos por ir a la misma secundaria, ya que queda cerca de nuestros domicilios.

Transcurrían los últimos días de escuela a fin de el año escolar y como normalmente lo hacíamos, un día pidió permiso a sus padres para poder ir a mi casa, por supuesto, no se lo negaron ya que esta actividad se repetía con frecuencia. En ocasiones yo iba a su casa a quedarme toda una o dos noches, de igual forma, ella hacía lo mismo.

Ese viernes pasaron sus padres a dejarla a mi casa como a las 7 de la noche, después salimos con mis papás a cenar y ya regresamos cerca de las 10 de la noche. De inmediato nos fuimos a mi cuarto y primero vimos una película, que por cierto debió haber terminado después de las 12 de la noche. Como era costumbre, nos pusimos a escuchar música y a platicar de chismes, clásico de dos niñas. Hablamos de todo, de quien le gustaba a ella, de quien me gustaba a mi, etcétera, indudablemente éramos muy amigas, nos teníamos mucha confianza y por eso hablábamos de todo.

Durante la plática hubo algo que me llamo la atención:

| | | | --- | --- | | Carolina | Oye chivito, te quiero hacer una pregunta, pero júrame que serás honesta al contestarme | | Yo | Claro, dime que? | | Carolina | Mira, yo he notado que muchos chicos y no solo del salón, sino también de otros grupos o también en la calle, no dejan de mirarte las piernas y creo que les gusta como se te ven las pantimedias. Hasta cuando hay clases o salimos a la cancha algunos maestros se te quedan viendo las piernas, pero luego hay viejas que hablan mal de ti por usarlas.

Que onda?, Como se sienten, no es incómodo traerlas puestas todo el día? O porque te gusta usar tanto pantimedias o mallas. |

Precisamente en esa ocasión recuerdo haberme puesto un jumper de mezclilla azul cielo, con unas sandalias también de mezclilla, unas pantimedias claritas con mi bikini normal y una blusita de color blanca.

| | | | --- | --- | | Yo | La verdad ni siquiera yo se, pero si puedo decirte algo, me siento muy cómoda, me siento segura de que al usarlas me van a ver a mi. Me gusta ver mis piernas como se ven con pantimedias y sabes que es lo mejor?, que también a mis papás les gusta, mira: |

Abrí una de las puertas de mi closet y le mostré, que mi mamá cuando íbamos al centro de la ciudad hay grandes boneterías y ahí me compraban por docenas paquetes de pantimedias o mallas.

| | | | --- | --- | | Carolina | Oye, la verdad es que estoy muy intrigada y en mi casa mi mamá nunca utiliza pantimedias, siempre anda con pantalón, ni pedirle que me compre medias.

Me enseñarías a ponerme unas pantimedias?

Me prestas unas? |

Fue entonces que le saqué unas pantimedias de color natural, ella es de piel apiñonada, entonces es color natural hacía resaltar mejor el color de sus piernas y el contorno también.

Se quitó el pants, le ayudé y le explique como debían ponerse un par de pantimedias, le puse una faldita de gamuza que tenía dentro del closet, le puse unas zapatillas de tacón bajo y después platicamos y jugamos a coquetearnos, claro esta, no podíamos hacer mucho ruido porque ustedes saben que los cuartos de un departamento solo están divididos por una pared, y se escucha lo que pasa en la otra recamara.

Finalmente cuando eran como las 2 de la mañana, quedamos exhaustas y nos acostamos, lógicamente en la misma cama, pero antes de hacerlo me pidió permiso para acostarse con todo y pantimedias, le dije que no había problema, entonces nos quitamos todo, solo quedamos con una blusita y con pantimedias, claro también con ropa interior.

Desde muy pequeña, siempre he sufrido de insomnio, entonces siempre que me acuesto, tardo en conciliar el sueño y ese día no fue la excepción. Mi cama era individual y ella se acostó de lado, viendo hacia la pared, yo me quedé boca arriba del lado contrario a la pared. Pasaron como 30 minutos y todavía estaba yo despierta. De repente, giro su cuerpo hacia mi lado y puso su cara cerca de la mía, sus rodillas pegaron en mis muslos, pero por la misma tela de las pantimedias, se corrieron hasta llegar a mis rodillas. También gire mi cuerpo hacia su lado y quedamos frente a frente. Junte mis manos y las puse entre mis piernas.

Algo paso dentro de mi, todavía no se que fue, pero cuando sentí el aliento de Carolina en mi cara, me dieron muchas ganas de acercarme más a ella. Carolina tenía los ojos cerrados y su boca media abierta. Vi por el reflejo de los brillitos en sus labios que no se había despintado antes de acostarse. Sinceramente les platico que no se porque pero lo hice, puse mis labios en su labio inferior, no hubo ninguna reacción, pero me retire de inmediato, no se fuera a despertar y podía haber problemas. Como vi que no hacía nada, lo volví a hacer, una y otra vez al grado ya de abrir un poco mis labios y presionar su labio inferior. Pero lo más curioso del caso y prácticamente sin pensarlo tanto, mis manos ya estaban recorriendo sus delgadas, pero hermosas piernas acariciándolas suavemente y paseándolas desde sus rodillas hasta donde comenzaba su calzón. No daba crédito de lo que yo misma estaba haciendo o la forma en como me estaba comportando. Y les digo que es algo raro, ya que siempre que nos juntábamos nos habíamos acostado juntas y nunca había pasado algo así.

Cuando sentí el sobresalto de Carolina, sin empujarme o retirarme de su lado, pero abrió los ojos y me dijo:

| | | | --- | --- | | Carolina | Que onda?

Que estas haciendo, déjame dormir, tengo sueño. |

Pero lo que me sacó de onda, es que ella tampoco se moviera y ni hizo el intento de quitar mis manos de sus piernas, lo único que hizo es volver a cerrar sus ojos y acomodarse como estaba, exactamente en la misma posición. Lo cual entendí que por ella no había problema, no pasaron ni 5 minutos cuando volví a hacer lo mismo. Cual sería mi sorpresa, que en el tercer besito que yo le daba, ella me respondió el beso. Fue un beso muy profundo y largo, nuestras bocas se enlazaron primero, después nuestras lenguas se buscaban y jugaban entre ellas. Poco a poco nuestras lenguas buscaban ir más adentro y al mismo tiempo trataban de acariciar los labios internos contrarios de nuestras bocas. Nos separamos la primera vez y nos miramos a los ojos, solo sonreímos y volvimos a unirnos en otro beso igual o más largo aún que el primero.

Al tiempo en que nos besábamos mis manos ya estaban sobre la espalda de ella, ella por el contrario, sus manos las tenía puestas sobre mi nuca y nuestras piernas se movían de una manera muy discreta, para no hacer ruido, pero también estaban entrelazadas, nos rozamos por primera vez nuestro sexos sobre las pantimedias y la ropa interior, fue nuestro primer contacto.

Cada vez que nos separábamos decíamos:

| | | | --- | --- | | Carolina | No tiene sueño mi chiquita, hermosa? | | Yo | No | | Carolina | Que tiene mi nenita? | | Yo | No se que esta pasando Caro, que onda con esto. Alguna vez habías sentido algo igual? | | Carolina | La verdad, pues no, pero tampoco entiendo porque, oye me prestas tus labios un ratito? | | Yo | Si |

Todas y cada una de las palabras que ambas expresábamos, eran de ternura, de amor, de comprensión y también de asombro, reíamos pero bajito, para que no fuéramos escuchadas, así transcurrió la madrugada hasta las 5 de la mañana, al dormirnos, ella volteó su cuerpo hacia la pared, yo me acomodé detrás de ella pasando mi mano por su cintura y mi pelvis rozando a sus pompis. Así nos despertamos ya tarde.

El día transcurrió normal hasta que llegaron sus papás por ella, no volvimos a tratar el asunto de la noche anterior, pero fue así como nació un lindo amor de colegialas, sin maldad, sin mentiras, sin miedos.

Espero que esta historia le haya gustado y la hayan disfrutado, tanto como yo, espero verlos nuevamente es esta página que nos ha dado la oportunidad de conocernos. Si es de su agrado este relato, espero que me lo hagan saber para poderles platicar más de lo que paso con mi amiga Carolina, como siempre ya saben, mi correo esta abierto para todas aquellas personas que quieran expresarme o decirme algo.

Bye.