Confesión: quise hacer de puta por un día. 4/8

Una madurita cuarentona bien conservada tiene la fantasía desde hace meses de querer ser puta al menos por un día…, ha tardado en decidirse a hacer realidad esa fantasía, se lo ha dicho a su marido e inexplicablemente él está más morboso que ella por hacerlo

Hola de nuevo amigos...

Si quieren leer los tres anteriores capítulos, aquí tienen los vínculos…

(Momento 1: Pensarlo)…

https://www.todorelatos.com/relato/161031/

(Momento 2: Decidirme)…

https://www.todorelatos.com/relato/161074/

(Momento 3: Pedírselo a mi marido)…

https://www.todorelatos.com/relato/161121/

MOMENTO 4 (SU ACEPTACIÓN)

Le acababa de confesar  a mi marido mi fantasía después de haberlo meditado mucho y cuál no sería mi sorpresa al ver su reacción.

Fue una sorpresa o casi…, pero muy extraordinaria…

Realmente, mi marido se puso como loco con mi proposición.

Me confesó de inmediato que desde hacía mucho tiempo deseaba verme follar con otros como si fuese una puta de verdad, no por el hecho de cobrar, que era lo menos importante, sino por sentir el auténtico rol del cornudo, una fantasía que hasta ahora solo había disfrutado parcialmente cuando me veía con otro hombre en nuestros habituales intercambios de parejas.

Confieso que también yo disfrutaba de aquel rol de cornuda, cuando él se follaba a la otra…, incluso me ponía detrás de él a morderles el cuello y los lóbulos de su orejas, lo que lo ponía cardiaco según me confesaba.

Lo único que lamentaba José Miguel, hablando de lo de la fantasía…, era no poder estar viéndolo en directo… (Eso al final le dimos solución)

Me sentía absolutamente eufórica.

Pensaba que tenía que haberlo hecho mucho antes, y estar en estos momentos en la siguiente fantasía…,  que era sin duda, follar con varios negros a la vez… Al menos cuatro o cinco.

Estábamos excitados ambos por aquella confesión de ser puta…, y si no fuese porque estábamos extasiados de la intensa jornada de sexo, hubiésemos hecho de nuevo otra vez…, sexo lujurioso en aquel mismo momento.

Estábamos desnudos y abrazados…

Nos besamos con amorosa ternura…, y excitación mental.

Hicimos planes para el fin de semana antes de dormirnos abrazados...

Empezaríamos a pensar en los detalles entre los dos y de paso estar follando todo el fin de semana sin parar.

Así seria.

El sábado al despertarnos aunque algo tarde, mi marido tuvo el detallazado de prepararme el desayuno y llevármelo a la cama.

Después de disfrutar de aquel soberbio desayuno…, mientras José Miguel de vez en cuando me metía sus dedos en el coño…, y hacia algo de chup…, chup…, empezamos a hacer más cosas lujuriosas…

Nos levantamos y nos fuimos…, a donde debíamos de ir… Somos unos anfitriones con clase…

Como nuestros amigos Ángel y Mamen, aun no se habían levantado fuimos a despertarlos… Signo de buena educación liberal.

Abrimos sigilosamente la puerta y allí estaban ambos dormidos…

Cada uno a su partenaire lo descubrimos un poco la ropa de cama, dejando sus sexos al aire…

Empezamos a devorarlos suavemente…

La polla de Ángel enseguida empezó a reaccionar. Igualmente Mamen empezó a retorcer su cuerpo y a despertarse mientras José Miguel le comía el coño con auténtica lujuria y eficacia...

Al fin se despertaron del todo, sonrieron e hicimos los cuatro, un poco de  sexo matinal…,  en su habitación. Habida que impregnar de olor a sexo caliente a aquella habitación… Seguro que estaba envidiosa de la nuestra por la noche pasada…

Después de corrernos todos, quedamos en desayunar. Nosotros aunque ya habíamos desayunado, les acompañamos tomando algo. Ellos partían de viaje enseguida y no podían quedarse a compartir el sábado con nosotros.

Una lástima…

En otra ocasión podríamos disfrutar los cuatro. Son viejos amigos y nos vemos bastante aunque sea de vez en cuanto. Ellos tenían más responsabilidades que nosotros, pues tenían tres hijos que aunque mayores, siempre les “obligaban” a atender sus peticiones, entre otras, alojar a sus amigos en aquella casita encantadora de un pueblecito de Toledo y tenían que velar por que todo fuese bien...

Después de desayunar los cuatro…, y una vez que despedimos a Ángel y Mamen, nosotros volvimos a hacer sexo con una calentura absolutamente única…, en nuestra habitación. Seguíamos excitados por la próxima…, muy próxima realización de mi fantasía de hacer de puta.

Aquello nos tenía cachondos a los dos…

Aun teníamos en la cabeza la fantasía que de inmediato empezaríamos a hacer realidad, aunque en primer lugar habría que pensar en muchos detalles.

Después de hacer sexo por espacio de un par de horas, despacio…, muy despacio y con mucha ternura además de mucho deseo… El confesarle mi deseo de realizar la fantasía nos había puesto a los dos tremendamente cachondos, aunque al mismo tiempo muy tiernos…

Espero que ustedes puedan imaginarse un momento así de excitante.

Después de saciarnos nueva, recíproca y sexualmente los dos…, pasamos al baño, juntos de la mano, como si se tratasé de la primera vez que hacíamos el amor.

Nos metimos en la ducha y dejamos que nuestros cuerpos disfrutasen del agua caliente reconfortante… José Miguel estaba como un adolescente, excitado en todo momento… Me enjabonaba y su polla otra vez dura, me rozaba mi culo.

Se había corrido tres veces apenas hacia un rato, una con Mamen y dos conmigo…, y sin que pareciese que estaba agotado…., allí tenía nuevamente su polla totalmente dura y excitada en la ducha.

Me miró…, sabía lo que quería.

Hacía mucho tiempo que no me lo pedía. Quería mi lluvia dorada…

Cerramos el agua de la ducha.

Se agachó adecuadamente y puso su boca en la idónea posición. Su polla seguía durísima. Se empezó a hacer una solemne paja.

Cuando mi dorado liquido lleno su boca y empezó a dejar que cállese el sobrante poco a poco como en cascada a través de sus comisuras para que aquel calor dorado pudiera acariciar…,  el resto de su cuerpo, noté como se corría de nuevo…, aunque lo hacía sobre su mano, como enseguida descubriría.

Estaba José Miguel  absolutamente desenfrenado…

Se incorporó y me mostró su leche en su mano. Me miró con cara de vicioso y entre los dos dimos fin a aquella leche espesa y sabrosa, aunque no en mucha cantidad… ¿Era normal…, no creen?

Nos dimos una última  ducha de limpieza y nos preparamos para salir a la calle.

Llevábamos la idea compartida de tomar unos aperitivos y si la cosa se ponía bien, incluso comer con alguna ración o tapa especial…

Nuestro propósito…, ya lo habíamos hablado, era hacer siesta cachonda, sin prisa pero sin pausa.

Estábamos en un pequeño bar de ambiente familiar, muy cerca de nuestro domicilio. Es un bar regentado por un matrimonio, que suelen tener muchos detalles con nosotros. Alguna tapa extra… De vez en cuando una ronda gratis…

Nuestra idea era comer de tapas como ya les anticipaba, luego tomar un café bombón que me encanta, un chupito de hierbas o de crema e ir a echarnos esa siesta lúdica de sexo caliente y enfermizo…, pero muy placentero para ambos

Estábamos tremendamente excitados por lo de la fantasía…, e incluso José Miguel muchísimo…, pero que muchísimo más que yo…, y ustedes ya saben cómo yo estaba…

Una cosa es la teoría y otra…, como los acontecimientos cambian en un momento…

En este mundo liberal, todo cambia en un instante…

Llegó una mujer joven aunque no demasiado, unos treinta y muchos al bar. Fue la atención de todos los presentes…

Se conservaba muy…, pero que muy bien. Era preciosa y era de color.  Nos miró con una mirada especial. Luego nos diría que nos había visto muy unidos y enamorados…, y que aquello le encantó.

Nos cruzamos varias miradas los tres. Ese tipo de miradas que dicen mucho.

Mi marido me miró…, pidiendo mi aprobación, como iba a decirle que no…

Se acercó a la bella mujer de piel color de ébano y le preguntó…, si le podíamos invitar a tomar una cerveza.

Como saben…, el referirme al color ébano creemos todos referirnos al color negro y estamos muy equivocados.  El ébano es un color negro muy profundo derivado de varios árboles tropicales del sur de la India. Las teclas negras de los pianos y de las piezas de ajedrez se solían hacer con madera de ébano siglos atrás.

Aquella mujer era de tez morena, muy morena, pero no absolutamente negra como un tizón. Lo que si parecía, era que era una mujer muy ardiente…, pero que muy ardiente como veríamos enseguida…

Volvamos a aquella primera cerveza con aquella preciosa de color en el bar…

Odalys que así se llamaba aquella belleza negra, resultaría una mujer sensual y algo lesbiana… Aceptó encantada la invitación.

En cuestión de minutos, estamos los tres hablando y empezando a conocernos. Estaba divorciada y tenía dos hijos. Trabajaba cuidando a una señora por las cercanías. Era su día libre.

Enseguida el tema del sexo llegó gracias a José Miguel, como no podía ser de otro modo.  Hablamos de irnos a casa a pasar el resto de la tarde los tres. Las miradas que se cruzaban Odalys y mi marido me indicaban que se deseaban y aunque Odalys nos había confesado cierta bisexualidad, obviamente intuía una cierta “rivalidad” en la cama…

Habríamos de compartir a mi marido. No me importa, pero soy muy activa y no quiero aburrirme mucho en una sesión de sexo, y mucho menos estar de mera espectadora.

Prefiero que seamos cuatro, o incluso seis… es mucho más entretenido.

Eso de ser solo tres, se iba a arreglar inmediatamente…

Una sorpresa llego de enseguida, para alegrarme la tarde.... Uno de los clientes que nos miraba morbosamente desde hacía rato, se atrevió a acercarse para invitarnos a una ronda.

Era algo más bajo que José Miguel pero bastante atractivo y con cara de mucho vicio, como a mí me gusta.

Al rato estábamos los cuatro, camino de casa.  Pasaríamos el resto de la tarde follando los cuatro como locos.

Odalys, tenía un secreto, uno nos lo confesó a todos a la vez antes de desnudarse,  y el otro me lo confesaría a mi sola al final de la velada sexual…

Odalys nos dijo que prefería no quitarse el sujetador, que se avergonzaba algo, ya que uno de sus pechos era diferente. Había tenido cáncer y se lo había reconstruido. Lo había superado todo hacía años y su vida era absolutamente normal salvo lo de su pecho “algo rarito”.

José Miguel, la tranquilizo. El sexo debe ser natural. Le dijo que su pecho debía también de disfrutar, ya que formaba parte de su maravilloso cuerpo.

Realmente el cuerpo de Odalys era precioso. Era alta con piernas bonitas. Su sonrisa. Sus ojos. Todo en ella era perfecto.

Mi marido había tenido ya alguna experiencia similar. En una ocasión incluso con una mujer totalmente maséctomizada de uno solo de sus pechos, a la que aún no le habían reconstruido el pecho operado.

Yo obviamente tuve la experiencia con su marido.

He de recordarlo en este momento del relato, dado que es además de morboso…, muy tierno.

Estábamos en un club liberal al que íbamos con cierta frecuencia. Después de haber estado con varias parejas, paramos a descansar para tomar un refresco en la barra. El dueño nos hizo una seña para acercarnos, nos quería presentar a una pareja de excelentes clientes que hacía mucho tiempo que no iban y que se habían fijado en nosotros.

Eran Mari y Miguel. Después de mirarnos y presentarnos casi de inmediato pasamos a un reservado. Miguel nos contaba bajo la atenta y mirada tierna de Mari, que a esta última le habían extirpado el pecho derecho y que habían venido a intentar que a Mari se le fuese de la cabeza todo aquello.

Mari no quería quitarse el sujetador. El pecho derecho inexistente aún no había sido sustituido por una prótesis. Le daba mucha vergüenza. José Miguel insistió y besando su boca, su cuello y sus hombros se lo quitó. Besó aquel sitio vacío con ternura y pasión, sin nada de asco y con mucho morbo…,  y rompió aquella defensa. Ella se tumbó en la cama y desde ese momento empezó a disfrutar como llevaba años sin disfrutar… Lo confesaría después.

Mientras tanto la polla de Miguel estaba en mi boca. Conforme más gemía Mari, más crecía la polla de Miguel en mi boca.

Cuando Mari había tenido tres orgasmos seguidos y no dejaba de retorcerse y de gemir de placer, con la boca de José Miguel en su coño, Miguel se disculpó conmigo y pidió follarse a su mujer ñpues estaba cachondísimo. Estaba absolutamente súper-excitado. Doy fe de ello…

Delante de nosotros dos,  hicieron un sexo brutal y apasionado. La excitación de ambos los unió en un orgasmo único y acompasado.

Nos confesarían después que hacía años que no disfrutaban tanto de sexo compartido…

En mi imagen quedó como…,  mí entonces marido José Miguel comía aquel pecho inexistente con un cierto “amor” y mucha lujuria no exenta de morbo y agradecimiento. Aquellas cicatrices realmente son difíciles de ver para personas que no están acostumbradas…

Desde entonces fuimos dos parejas inseparables. José Miguel disfrutó varias veces de aquel pecho vacío y Miguel disfrutó mucho de su mujer en nuestros siguientes encuentros…

Pero volvamos a casa, que nos hemos ido al pasado, aunque por una buena causa…

Allí estaban Odalys y Alberto la pareja con la que estábamos compartiendo un lujurioso sexo…

El pecho de Odalys era sensiblemente diferente. La reconstrucción era muy buena, pero en Cuba no tienen la destreza que habitualmente tienen los cirujanos plásticos en otros países, obviamente por la falta de recursos económicos.

El pecho de Odalys aparentaba ser algo más pequeño y algo deforme, las cicatrices aunque disimulaban mucho, lo hacían evidentemente distinto. Lo bueno…, que tenía sensaciones y José Miguel le dedicó toda la tarde besos y caricias especiales…

Para él aquello es muy morboso y no en sentido sucio, sino todo lo contrario…

Disfrutaría de lo lindo Odalys con José Miguel especialmente de sexo oral, que como saben lo hace de miedo…

Odalys era una amante perfecta. Se comió ambas pollas con tremenda pasión y se corrió media docena de veces. Disfruto de sexo oral de ambos amantes, aunque mucho más con el de José Miguel…, se apreciaba en su mirada de cachonda lasciva y de “muy puta”…

Llegó Odalys incluso a besarme mis pechos y mi boca en algún memento de la sesion. Yo en atención al detalle, le devolví aquellas muestras de caricia aunque de manera excepcional.

No suelo ser bisexual activa, más bien bicuriosa. Me dejo hacer con mujeres y solamente les beso la boca o los pechos estando muy excitada.

Estaba excitada…, pero que muy excitada por todos los pensamientos que en mi mente no dejaba de tener de decenas y decenas de hipotéticas imágenes de futuros clientes como puta…, y especialmente de sus pollas…

Cada una tiene sus manías. Mi mente es muy activa… Bueno, creo que como todas las mentes de aquellas mujeres hiperactivas sexualmente lo son…

La sesión de sexo terminaba. Había sido gloriosa. Disfruté mucho de la polla de Alberto y me folló con una polla no muy grande pero muy dura. Hice que se corriese tres veces una en mis pechos y dos mientras me follaba en diferentes posiciones. La ultima follándome a estilo perrita que me encanta. También se corrió otras dos veces con Odalys. Una en su boca y otra mientras ella lo cabalgaba. Yo también me había corrido docenas de veces… Recuerden que soy multiorgásmica…

Odalys era una autentica amazona. Se había cabalgado a los dos amantes de la tarde varias veces…

José Miguel se había corrido cuatro veces, dos con cada una de nosotras.

Alberto se marchó absolutamente exprimido de leche antes de que Odalys se fuese de casa.

Mi marido tuvo que ir precipitadamente a hacer unas compras de última hora antes de que cerrase el supermercado.

Odalys y yo habíamos congeniado desde el primer momento. Nos habíamos levantado y desnudas estábamos sentadas hablando en el sofá como amigas d toda la vida…

No pude dejar de confesarle lo que rondaba en mi cabeza en aquellos momentos. Mi deseo confesado recientemente a mi marido de querer ser puta aunque fuese solo por un día.

Odalys me miraba atentamente a los ojos, mientras yo le contaba entusiasmada lo que traíamos entre manos mi marido y yo.

Odalys me abrió su corazón y me confesó en aquel momento, que aquella fantasía ella ya la había cumplido con el padre de sus hijos.

Me dijo que había sido una experiencia inolvidable y que la habían repetido varias veces, eso sí, en la capital del país. En Madrid prácticamente se puede hacer de todo…

Me confesó que la primera vez, fue durante todo un fin de semana, en un piso donde había una conocida de su país.

Que pudo follarse casi a sesenta hombres durante un largo y excitante fin de semana…, y que además de disfrutar mucho…, cobró por ello lo que le había venido muy bien por su entonces mala situación económica.

Hablar de aquello nos excitó a ambas. Me dio algún que otro detalle lujurioso comiendo pollas…, y recibiendo pollas dobles de algunos de los clientes que habrían entrado juntos.

A ella incluso le excitó mucho más que a mí, hablar de la experiencia, seguramente al rememorar todas aquellas pollas en su boca y su coño…

Finalmente me contó que al terminar aquella experiencia de puta por un fin de semana y en su casa de nuevo, folló con su marido como nunca lo había hecho… Recordaba aquel polvazo como único e irrepetible. Me animaba a cumplir mi fantasía con todas mis ganas…

Qué Odalys era una mujer caliente, no nos había quedado duda a ninguno de los tres aquella tarde, especialmente a José Miguel, a pesar de su pequeño problema físico. Pero que finalmente estaba muy caliente y quiso comerme el coño…, fue un visto y no visto.

Estábamos hablando las dos cómodamente en el sofá y en unos segundos estaba arrodillada delante de mí…, le ofrecía  mi coño hambriento…, que se comió vorazmente. Me corrí en su boca como una loca.

Volvió a sentarse y relajarse junto a mí. Me besó la boca. Noté en aquellos labios el sabor de mi coño…

Seriamos amigas durante años…, y estaríamos muchas más veces juntas… Ella traería varios amantes en el futuro.

Hablamos de todo un poco. Me animó por la decisión y me deseo mucha suerte.

También me había dado algunos consejos para evitar tener problemas con algún hombre que viniese borracho a las futuras citas de sexo que anhelaba tener y que en breves semanas se producirían. Me pidió que tuviese cuidado en el trato, que algunos pueden ponerse agresivos… En fin las cosas obvias, pero  no por ello, menos importantes.

Cuando finalmente José Miguel regresó…,  y Odalys se marchó, nos quedamos solos. Nos duchamos relajadamente, tomamos un bocado y salimos a tomar un ron negro con limón a uno de las cafeterías que frecuentábamos cerca de casa, los sábados por la noche.

Relajadamente en una mesa del exterior y en sendos taburetes mientras disfrutábamos de nuestras bebidas y de unas galletitas saladas que me encantan, empezamos a pensar a groso modo en los detalles de mi fantasía.

José Miguel mi marido no dejaba de proponerme cosas y al mismo tiempo desechar algunas de ellas por inoperativas y poco prácticas.

No podíamos hacerlo en nuestra localidad, tampoco en la capital optamos por pensar en una ciudad más o menos importante de la provincia de Toledo.

José Miguel pensó en hacer un estudio general del “mercado” de aquella ciudad que habíamos preseleccionado. Un estudio de mercado relacionado a tipos de mujeres, edades y precios.

Al día siguiente empezaría a ver todos los anuncios de la zona.

Yo asentía algo hipnotizada por la cantidad de detalles que su mente analizaba en aquellos momentos.

Me dijo que era importante el texto del anuncio que habríamos de poner para la captación de clientes. También pondríamos un precio para evitar que los posibles clientes pensasen que había algún tipo de engaño.

Como en todo en esta vida, razonaba José Miguel, desde el punto de vista del posible cliente se espera un anuncio de una prostituta de buen ver, con un mensaje atrayente y a un precio razonable…

Básicamente esa eran las grandes bases del proyecto.

Los detalles generales “teóricos” ya estaban en nuestra cabeza, ahora tocaba ponerse con ellos de manera “práctica” de verdad…

Realmente no era fácil, son muchos los pequeños detalles que hay que organizar en una fantasía de este tipo, como verán en la  quinta y siguiente entrega…

(Por cierto, aquella noche…, y como no podía ser de otro modo, terminamos follando gloriosamente…, aunque estábamos absolutamente rendidos…)