Confesión, que pasó al regresar de quebec (12)
Al regresar Horacio de Quebec se encontró con su amigo y estuvieron varios días con nuestras amigas disfrutándolas
CONFESIÓN DESPUÉS DE QUEBEC (12)
Horacio tuvo que haber arribado 4 días antes que nosotras. Recibió a Greg, que llegaba a visitarnos y a cumplir con su compromiso conmigo. Además de una cita de trabajo, ¿A qué se habrán dedicado el tiempo restante, mientras llegábamos nosotras? Así que teníamos mucha curiosidad por saberlo.
Greg es muy parecido a Paul, hasta en lo del superdotado. Calmado, serio pero muy amable y considerado.
Nos habíamos reunido en el restorán preferido. Gloria y yo íbamos muy bien vestidas, con faldas y blusas. Hasta con zapatos de tacón bajito, idénticas las dos. Además, llevábamos el mismo perfume que tanto Greg como Horacio conocían. E íbamos con enormes ganas de conocer las intimidades por las que pasaron nuestros hombres.
“¡Ahora les toca a ustedes contarnos cómo les fue en nuestra ausencia, que fue lo que hicieron, lo de Pierre, Madelaine y tú fue fabuloso! ¡Tú lo has de haber gozado más, la disfrutaste a tus anchas, pero lo de ustedes aquí debe estar mejor!” dijo Gloria.
“¡A ver, Greg, tu no has hablado, cuéntanos que hicieron estos días sin nosotras, toditito, sin olvidar detalles! Nos va a dar mucho gusto saberlo” pidió Gloria.
Horacio iba a iniciar la plática, pero pedí que fuera Greg el que contara, estaba segura de que él iba a contarnos más pegados a la verdad, con los detalles que para nosotras eran más importantes. En un sofá grande nos acomodamos acurrucados una sobre el otro.
“Después de la junta que tuvimos con los clientes en el hotel donde me dice Horacio que estuvieron, comimos en el restaurante, pero antes me llevó Horacio a conocer a Chris y a Ashley. Ellas nos invitaron a comer. En realidad, solo nos acompañaron un rato, tenían que seguir trabajando, pero fue suficiente para que yo las conociera bien y nos cayéramos bien. Al salir las invitamos a tomar la copa, ellas propusieron el mismo bar en el que ustedes habían estado. Ahí platicamos y bailamos entre copa y copa. No teníamos ningún plan, pasó el tiempo y propusimos ir al hotelito de junto y quedarnos un rato platicando en el cuarto.”
“Era obvio que a lo que íbamos era para estar con ellas. Ashley inició el desorden y nos besuqueó calientemente a los dos, Chris que al principio solo la observaba, la siguió. Nos abrazamos ya iniciando el desnudarnos. Chris, que se había tardado en desvestirse quedó con su brasier, pero Horacio se lo quitó cariñosamente diciendo que nos dejara disfrutar de sus pecho que a los dos nos complacía observarlos, que eran hermosos, que yo los tenía que admirar. Mientras tanto Ashley se le montó a tu marido, aún con las pantaletas puestas que después él se las arrancó del cuerpo, por desesperado que ya estaba, sin bajárselas. Ella gozaba con el trato descortés y brusco de Horacio, y se dejó, creo, disfrutándolo.”
“Chris se amoldó fácilmente a mí, se dejó jugáramos con sus pechos y le succionáramos los pezones, pero ya estando desnudos, repentinamente se dio cuenta de que la tengo grande, en ese momento se enloqueció, me la mamó, se la metía hasta lo más que podía en la boca y me pidió que se la metiera hasta adentro, ella iba a decirme cuanto le cabía. Le pregunté si ya lo había hecho con alguien con un pene grande y contestó que sí, que con un amigo de Horacio.”
“En eso, nos lubricamos con saliva de ambos y después de acariciarla con mi pene en sus labios empecé a metérsela, pero ella jalaba y jalaba para que le entrara más y más rápido y gritaba que me deseaba mucho. Era increíble ver a Ashley cómo observaba cómo le iba entrando a su amiga, yo la estaba viendo todo el tiempo, me excitaba enormemente ver sus reacciones, mientras Horacio la atendía acariciándola.”
“Chris me detuvo y en eso Ashley le dijo que se moviera como le habían dicho Gloria y Silvia, para que le cupiera más y para que me lo succionara dentro.”
¡¡¡En ese momento nos asustamos Gloria y yo!!!, Ashley nos había echado de cabeza diciendo que nosotras las habíamos instruido en el arte de hacer sexo con hombres de pene grande, pero nos calmamos y seguimos oyendo, como si nada se hubiera dicho, parecía que a Greg ni le importó.
Greg continuó “En ese momento yo no sabía quiénes eran Gloria y Silvia, pero si pensé que Silvia eras tú, que ya habías ganado experiencia conmigo y de Gloria no me la imaginaba. ¿Ahora díganme si la experiencia la obtuvieron CONMIGO Y NADA MÁS CONMIGO?”
¡OH, OH! Nos estaba metiendo en un gran aprieto.
Gloria, la de las ideas le contestó que yo la había instruido en una ocasión, pero temí que Chris o Ashley ya les hubieran contado de Paul. No dijimos más y Horacio continuó con la plática.
“Chris y Greg se entendieron muy bien, estuvieron mucho tiempo haciendo sexo y al final ella se dedicó a acariciárselo y metérselo a la boca, acariciarse sobre su pecho, mientras él le besaba los costados de su pecho y hasta las axilas, también emocionado por los pezóncitos tan grandes y bien paraditos que ella tiene.”
Faltaba mencionar a Ashley, que yo ya me había dado cuenta de su inclinación por Horacio e imaginaba lo que intentaría hacer, así que puse especial atención a lo que continuaran contando.
“Ashley estuvo pendiente todo el tiempo que tardó en metérsela Chris, después de un suspiro vino conmigo, nos besamos y acariciamos nuestras partes, a ratos se me montaba de una forma, cambiaba y repetía posiciones. Me dijo que necesitaba probar para ganar experiencia. Estando yo boca arriba se fue sentando, con mi pene en su ano, poco a poco. Recuerdo que se quedó quieta, pujaba a ratos, hacia como que trataba de zafarse y se volvía a sentar de golpe hasta que en una de esas llegó a su orgasmo. Le seguí sobando su clítoris y ella se sacudía y volvía a apretar su ano, decía muchas cosas y me decía que estaba sintiendo mucho, que quería más. Se dejó caer en la cama y me dediqué a chuparle el clítoris tratando de extenderle el orgasmo. Se enderezó y me besó apretando su cara contra la mía y dijo que repetiríamos.”
“¡Me gustó mucho, gracias y te quiero para siempre!” Dijo ella.
Se vistieron las dos, habían llegado en la moto, así que traían chamarras y casco.
“¡Mañana nos vemos, sin falta!” gritó Chris al arrancar.
“Nosotros tomamos un taxi y regresamos a nuestro hotel. El segundo día nos vimos en el mismo bar y luego en el mismo hotel.”
“¡Te toca a ti contar!” le dijo a Greg.
Greg continuó el reporte. “A la nueva cita primero llegó Chris, muy cariñosa, vestida muy sexy, con una faldita apretada y una blusa corta hasta debajo de los pechos, dejando visible algo de su vientre muy blabco, la recibimos con mucho afecto. Fuimos a nuestra mesa y en eso apareció Ashley, que yo dudé si vendría. Llegó en la moto, enfundada en sus pantalones y chamarra de cuero negro. Nos besó y le pidió la llave de la habitación a Chris, yo no sabía que ella ya la había reservado.”
“Horacio se ofreció a acompañarla a su moto y sacó una maletita.”
“Me dijo que la llevaba por si la llegara a necesitar, que ahí traía una muda de ropa decente. Llegamos al cuarto, se bajó los pantalones y solo traía un calzoncito como short, que le quedaba untado, suaves como de tafeta elástica, o algo así, acentuándole las curvas de su precioso trasero e insertándosele en su rajada de enfrente, que se le marcaba tan bien que no dejaba duda de su dibujo. Se lo quitó delante de mí, poniéndome muy excitado y quedó desnuda, sacó unas pantaletas de su bolso, de un color azul muy tenue, sedosos, se los acomodó en los pies y me pidió se los subiera, lo que le hice con mucho cuidado y gusto, yo ya descontrolado por lo caliente, en mi límite, estaba que explotaba, así como creo que ella me quería tener. Me provocaba con sus movimientos, ella lo notaba, así que insistía. Se quitó la chamarra y debajo solo llevaba una camiseta de tela muy delgada muy ajustada a su piel, marcándole sus pechos y sus pezoncitos. Ahí la abracé y le besé el pecho y bajé hasta su pepita que solo me dejó le besara por encima solamente.”
“Me vas a hacer que tenga un orgasmo, Papito, mejor espérate, si sigues me voy a mojar todita. Ya estoy muy caliente, quiero estar toda la noche así, hasta que me lo quites, y será hasta cuando volvamos al cuarto.”
“Nos abrazamos, solo faltaba remover esa tela que nos dividía, para dar inicio a nuestra copulación, pero los amigos esperaban y ella así lo estipuló. Yo, como que reconocí el vestido, que le quedaba maravillosamente bien. Se vistió hermosa y dijo que era para que la vieran cuando bailara. Bajamos al bar y en el camino me dijo que me quería mucho, que se sentía muy bien en mis brazos. Sí, le encanta el sexo, pero que solo quería conmigo. Que ella era mi bebé por esa noche.”
“En el bar estuvimos muy contentos, platicamos de muchas de nuestras intimidades, mejor dicho, de las de ellas, que eran las que hablaban. Bailamos y al final Ashley pidió tocaran música de Lambada. Estábamos ya muy alegres por la bebida, pero yo no entendía cómo iba a bailarla. Se puso de pie y solita bailaba. En eso Chris se le acercó e improvisaron una Lambada que a todos nos pusieron como cuando ustedes la bailaron, claro, ¡les faltaron muchos pasos y el enamoramiento, pero el que se restregaban los muslos y se jalaban de sus traseros, a pesar de que ellas se entienden íntimamente les faltaba la lujuria, lo caliente, la excitación!”
“Desde el bar Chris ya no se comportaba seria, tomamos algo de más, así que iba desinhibida totalmente. Terminamos nuestras bebidas, pagamos y retozando nos jalaba para que estuviéramos rápido en el cuarto. Todo mundo notaba lo urgida que se sentía, Ashley la secundaba y nosotros las seguíamos como chiquillos. Estoy seguro que Greg no comprendía tanta locura.”
“Al entrar en el cuarto reiniciaron el baile de Lambada, pero sin la música, pero esta vez sí manoseándose y besándose, como ustedes lo hicieron. Se quitaron las blusas y Ashley le empezó a chupar sus pezones, todavía sobre la tela, Greg intervino, le quitó el brasier de un jalón y él mismo se puso a disfrutar de sus preciosos y enormes pezones. Recuerdo que yo jalé a Ashley, nos movimos como si siguiéramos bailando, pero ya con su pecho desnudo y en eso me preguntó si su pechito me gustaba, aunque estuviera chiquito. Eso me puso todavía más excitado. “¡Me encantan tus pechos, tienes unas tetillas riquísimas! ¡Son como dos cerezas!”
“¿Dime, dime, que más te gusta de mí?” “me preguntó, mi respuesta era fácil, tiene un trasero muy bien delineado que cualquiera te lo admira, una cinturita preciosa, un vientre envidiable y una carita muy linda y jovial.”
“Le bajé los calzones, que, efectivamente estaban empapados. Me dijo que era mi culpa, que la disculpara que ella no podía hacer nada contra esa traición de su cuerpo.”
“¡QUE MARAVILLOSO!” le dije y luego le besé sus labios y le metí dedos en su vagina y me los chupaba después, todo estaba muy mojado.”
“¡Ven a la cama papito! Y te dejo hacerme lo que quieras y yo te haré lo más que pueda”
“Como chiquilla, se me ensartó sentándose de frente hacia mí, con las piernas extendidas, por poco tiempo, y se zafó, dio la vuelta y me dijo que quería ir a ver si su amiga Chris se estaba dejando. Fuimos los dos, desnudos y nos tocó ver el inicio de la penetración de Greg. Chris, aunque estaba alegre, comenzó con miedo a dejarse introducir el pene tan grande, ella ya lo había disfrutado el día anterior y en su boca. Ashley se le acercó y le dio ánimos. Chris le propuso que Ashley se quedara con Greg y ella conmigo.”
“¡No, mi papito me espera, lo adoro! Pero si me dejan hacer una pruebita, que Greg me la meta un poquito, solo hasta donde yo le diga y ya, solo una probadita, ¡ansío saber lo que se siente!” Le pidió, ya emocionada.
“¿Papito, no te importa que haga una prueba con tu amigo Greg?”
“Ashley le preguntó a Chris si no quería con Greg, que, en todo caso hacían un intercambio y ella lo aceptaba.”
“¡NO,NO,NO, yo lo quiero con Greg, pero le tengo miedo!”
“Con Paul lo hiciste sin miedo” le dijo Ashley.
“Pero esa vez Gloria y Silvia estaban y me cuidaban, y me lo metió hasta que ellas dijeron.”
“¡Ahora estoy yo y te cuido, ándale!”
“¡Primero el poquito, tú, ¿sale?” Le dijo Chris.
“En eso Ashley me volteó a ver, me besó y fue, valientemente, a recostarse en el sofá. Le pidió a Greg se le acercara para lubricarlo un poco. Ella ya estaba muy bien lubricada, estaba empapada de su propia secreción, pero de todas maneras yo le agregué saliva en sus labios. Esperó a Greg, a que se la acomodara, ella acostada boca arriba. Se le dificultó un poco el meterla, entonces ella volteó a Greg boca arriba y se hincó con sus piernas a los lados del cuerpo de Greg, Chris se la dirigió al inicio, la tenía completamente rígida y Ashley misma se la fue metiendo …. Poco …. a ………. poco. Llegó hasta donde ella consideró su límite, se subió y bajó varias veces y se lo sacó.”
“¡Ahora te toca a ti!” y le ayudó a Chris a colocarse en posición. Entre todos nos encargamos de que estuviera suficientemente lubricada. Y empezó a deslizársele en el interior.”
“¡Hazle como ayer, sube y baja y chúpale dentro de ti, ORALE!” La dejó y nosotros continuamos con nuestro amor.
“Varias veces cambió Ashley de posición. Yo estaba muy divertido y gozando la inquietud de Ashley, solo que continuamente me cortaba la inspiración. Nos reíamos, nos besábamos y manoseábamos. En dos ocasiones Ashley hizo pausas para checar los avances de Chris. Pero terminamos con un orgasmo muy largo, nos quedamos unidos todo el tiempo. Ella se acurrucó en mi pecho y me besó varias veces en la boca, intercambiando nuestras lenguas. Finamente me mordió suavemente en el cuello.”
“Después ya cada uno se vistió, Horacio disfrutó a las dos, y con el pretexto de ayudarles a vestirse, las tentaleo como pudo, ellas muy contentas, a las dos les puso los brasieres, las blusas y los pantis. Las dejó listas para la moto. Todavía al montarse a la moto Horacio las perfumó, con el perfume que ellas traían, muy parecido el olor al que tu usas, Silvia.”
“¡Todavía huelen a él, yo creía que era yo, pero ustedes lo tienen impregnado, yo no me lo he puesto!” Les dije, y era verdad, el regalito que me trajo Greg era exactamente ese perfume, muy caro y envasado en una botellita muy bonita, pero yo aún no me lo había puesto.
“¡Ahora ya hasta de olor seremos las 4 de la misma familia, con el mismo gusto de perfume!”
“¡Dirás 5, ellas dos y Madelaine también usan el mismo perfume, somos del mismo clan!” opinó Gloria.
“Me trae muchos recuerdos, desde París empecé a usarlo.”
“¡Te lo regaló Maurice!” Dijo Horacio.
“¡Qué lindo, lo usaré yo siempre para recordarnos y recordar a Maurice, aunque aún no lo conozco, pero no pierdo las esperanzas!”
“Eres mi más querida amiga, que bueno que te gusta y que te hará recuerdes este viaje. Cada vez que lo uses deberás contarlo como un día menos sin sexo. A propósito, ¿a cuantos días bajaste la suma?”
“¡Hay manita, cada vez que estaba con Horacio le quitaba 10, con Paul 5, con Pierre 1 y con … ¿con quién más?”
“¡Con Greg!” Le recordé
“¡Con este condenado no sé cuánto, no sé si contarle casi como 9, o solo un poquitito menos que con Horacio! Eso sin tomar en cuenta las fantasías que me causaban.”
“¿Cuáles fantasías?” le preguntó Horacio.
“Empezamos por la de alguna vez hacer sexo con Horacio. Desde años que nos conocemos me lo comía. Se casó con esta y así me hizo sentir que lo iba a tener más cerca, como ha sucedido, sin intención alguna de robármelo. ¿No creen que eso es suerte? ¡SE ME HIZO!”
“Luego siguieron otras cosas, como el haber tenido la oportunidad de un Greg y un Paul.”
“¿Qué más, cuéntanos, mi amorcito?” le pidió Horacio
“¡Bueno, no lo debería de decir, pero era mi locura la de haber hecho sexo anal, no sé desde cuando tenía esa locura!”
“¡El que hayas tenido varios penes a la vez, a tu disposición, también, me dijiste!”
“¡HAY CONDENADA, ME OLVIDABA DE ESO, LÁSTIMA QUE FALTÓ GREG EN ESA OCASIÓN, ME LO HUBIERA COGIDO A ÉL, ¡AHÍ MISMITO!¡COMO LOCA, YA LO CONOZCO Y AHORA SE ME HACE MUY DIFÍCIL DEJARLO IR!”
“¿Quieres que hagamos sexo una vez más?” Le preguntó Greg
“¡SI MI CIELO, UNA BUENA DESPEDIDA!”
Se acurrucaron en el sofá, parecía que no iban a hacer sexo, pero Gloria se agachó y lo tomó por su pene. Se lo sobaba y él le mamaba su pepita, le introducía la lengua hasta donde podía, 2 o 3 dedos, se los chupaba, ella se los pedía y él la puso en posición de montada frente a él, para que ella misma se fuera metiendo el miembro a su ritmo deseado. Ella subía y bajaba cada vez con más intensidad. Se inclinó hacia su pecho dejando su trasero a la vista.
Me atreví a proponer que Horacio se la sirviera por el ano. La lubricamos lo que nos dio tiempo y Horacio se la fue metiendo, con mucha dificultad y con miedo, la entrada a su vagina estaba muy restringida por el pene de Greg y quedaba poco espacio en el esfínter. Nos habíamos propuesto de completar los deseos de Gloria, así que yo le agregué la saliva que tenía disponible, le besé el ano, provocándola más, ya la conocía que era como yo, que cuando su ano percibía alguna sensación, ella sentía un escalofrío sabroso, tenía una sacudida involuntaria aflojando sus músculos ayudando a la penetración y dando su gritito, ¡Tal, como fue!
Horacio se apresuró y sí se la pudo meter casi toda, lo que le faltó yo me encargué de completarle el placer.
“¡GLORIA TENÍA SU MEJOR FANTASÍA CUMPLIDA!” ¡Y nunca la va a olvidar, yo no puedo olvidar a Maurice! ¡Al ver a Gloria ensartada por detrás, mi corazón siente como que es a mí, hasta llego a apretar el culito cada vez, solo de pensar en él!