Confesion: mi violacion consentida. epilogo.

Puri a acaba de enterarse que algunos lectores y especialmente dos lectoras creían que la serie se había acabado sin un final adecuado..., y realmente quedaba el EPILOGO... Aquí, lo tienen...

Si quieren leer antes los siete relatos previos, para seguir el iter temporal de los acontecimientos en orden…, estos son los vínculos…

Momento 1 (El anuncio)… https://www.todorelatos.com/relato/160813/

Momento 2 (El primer contacto)… https://www.todorelatos.com/relato/160814/

Momento 3 (La respuesta)… https://www.todorelatos.com/relato/160821/

Momento 4 (La cita)… https://www.todorelatos.com/relato/160862/

Momento 5 (La proposición)… https://www.todorelatos.com/relato/160956/

Momento 6 (La aceptación)… https://www.todorelatos.com/relato/160996/

Momento 7 (La violación “consentida”)… https://www.todorelatos.com/relato/160999/

(EPILOGO)

Algunos de ustedes y especialmente dos amables lectoras, me acaban de escribir preguntándome si realmente se acababa en el 7/7 la confesión de mi violación consentida y llevan todos razón, así no podía acabarse…

Ustedes esperan un final de verdad, queridos amigos, y voy a dárselo, lo esperaba publicar mañana, pero lo adelanto a hoy…, porque les aprecio cada día más…, aunque me cueste volver tristemente a recordar aquella experiencia, después de casi diez años de haberla sufrido o disfrutado…

Ya están empezando a entender al leerme en este momento, que mi experiencia fue agridulce.

Les cuento…

Quedaría con José Miguel y sus invitados, centenares diferentes de invitados,  muchos sábados más a lo largo de varios años, incluso a veces algunos días extras entre semana con algún invitado a solas especialmente vicioso, al menos siete u ocho años más.

Nosotros dos, llegamos a tener una relación sentimental a la peculiar manera de él.

José Miguel tenía otras relaciones y yo jamás dejé de tener muchos amantes eventuales desde entonces. Precisamente desde aquella primera vez que acabo de contarles. Mi sequia había llegado a su fin. Lo sábados tenía mi “obligación” y el resto de los días, mi casa, mis niños, estudiar, y follar…

No llegamos a convivir nunca, aunque pasamos algunas temporadas,  juntos,  especialmente en vacaciones como Navidades o Semana Santa o en el mes de agosto.

Llego a conocer a mis padres y respecto a mis hijos…, primero fue como un segundo padre y luego un grandísimo buen amigo para ellos hasta su mayoría de edad.

Tuvimos una cierta relación muy especial. No era una mala persona, ni lo es en la actualidad. Seguimos viéndonos mucho y en ocasiones me echá un buen polvo o yo a él. Nos reímos al recordar cuando nos conocimos…

El sigue en negocios de sexo, su gran pasión y su modo de vida. Ya no trabajo en eso, porque el paso del tiempo inexorablemente me obligó necesariamente a desistir de aquel emocionante sexo, que por cierto me encantaba y me sigue encantando. La edad nos obliga más a las mujeres que a ustedes los hombres. Ya voy a por los cincuenta y muchos…, aunque me conservo suficientemente bien para ser deseada por muchos hombres aún...

José Miguel, no es que fuese un egoísta, pero daba prioridad a la economía. Tenía claro que su empresa facilitaba un tipo de servicios muy especiales.

¿Lo habían supuesto, verdad? ¿O no?

Tenía decenas de clientes que le pagaban entre 200 € y 500 € de media por cada sesión de sexo. Normalmente acudían media docena de supuestos “amigos” que en realidad eran clientes.

José Miguel se ganaba la vida con eso.

Tenía tres o cuatro personas de absoluta confianza, lo supe algún tiempo después…, entre ellos dos de sus hermanos, varios chalets alquilados y varias mujeres que hacían lo mismo que yo, o algo muy parecido.

En unos chalets se hacían fiestas de una clase y en otros de otra. Fiestas temáticas, fiestas oscuras, gang bang, bukakes…, un poco de todo. Ninguna chica de José Miguel follaba a cara descubierta y ninguno de sus clientes tampoco.

La discreción es cara, y aquellos clientes se lo podían permitir.

Sus clientes tenían cierto estatus económico. Algunos venían solos, cuando se podían permitir abonar el importe total de una fiesta, que de media costaba entre 1.200 y 2.000 €. La característica principal de estos clientes, es que disfrutaban del sexo con una connotación de sumisión por parte de la mujer protagonista, que era simplemente para ellos,  un mero objeto para su placer.

La verdad es que hay hombres que necesitan a cierto tipo de mujeres dispuestas a satisfacerlos de cierta manera o de otro modo, podrían llegar a ser delincuentes sexuales.

Eso solo cambiara con una auténtica libertad sexual para la mujer, cuando no sea considerada una puta por acostarse con quien le de la real gana, mientras que a ellos les dicen que son muy hombres, muy machos o nunca unos putos…, en el sentido denigrante de la palabra.

Disfruté mucho de sexo durante aquellos años. Muchísimo. No me he considerado jamás una puta. Lo siento. Jamás he conocido a una mujer que haya disfrutado tanto con este tipo de sexo como yo. Quizás estaba predestinada a ello. Yo me denominada bromeando como una “falsa sumisa”

Si usted lector, vivió en mi ciudad, una ciudad de provincias de alguna de las Castillas de nuestra España querida,  y le ha resultado familiar este tipo de fiestas, quizás me folló en alguna de ellas. Jamás vi su cara, ni jamás usted vio la mía.

Espero que lo recuerde como yo…, como una experiencia única e inolvidable.

En cuanto al resto de mi vida personal, les diré, que como tenía pensado, dejé de limpiar mierda de aquellos abuelitos a 8 € la hora, finalicé mi carrera y terminé dando clases en un Instituto.

En resumen, si me preguntasen…:

-          Si estoy totalmente feliz. Les diría que no, pero…,  he disfrutado lo mío.

-          Si me siento absolutamente plena. Les diría que no, pero…,  no me siento vacía del todo.

-          Si me  sentí usada en aquellas sesiones. Les diría que sí, pero…, en el fondo creo que yo los usé a todos ellos.

-          Si hubiese deseado otro final con José Miguel. Les respondería, obviamente que si…,  pero..., no pudo ser.

En cuanto a mi situación sexual actual, es ciertamente interesante, aunque nunca es perfecta.

He tenido muchos amantes, y sigo teniendo alguno en la actualidad…, pero como en general y mayoritariamente los hombres todos son unos putos bocazas, al final desistí de tener muchos y me centraba en uno solo que fuese discreto.

Cuando terminaba la ilusión y la novedad en alguno de los dos, buscaba un nuevo amante. Es fácil encontrar un hombre para follarlo, es cuestión de ser intuitiva, discreta, ser paciente y saber “mirarles” a los ojos, para saber diferencias le grano de la paja...

Me encanta ser follada sin parar. Mi coño cada vez necesita más y más.

Mi “problema adictivo “, me lo resolvió otro José Miguel.

Si, mismo nombre, pero diferente persona. Lo conozco desde hace un año y medio aproximadamente, y me siento más feliz y más llena cada día, en doble sentido con su amistad y…,  sus grupos liberales.

Realmente nada es perfecto.  Soy adicta al sexo pero en proceso de recuperación. Éste nuevo José Miguel,  me lo hizo ver. No es que vaya a follar menos, todo lo contrario…, estoy empezando a follar sin ansia y disfrutandolo de otra manera, mas racional…

Cuando me junto casi todos los sábados con su grupo de parejas liberales, lo pasamos muy bien. Él y su esposa Marga, nos hemos hecho inseparables, formando técnicamente un trio liberal indisoluble en la actualidad.  Por cierto, me va definitivamente la bisexualidad…, quizás haga una serie sobre ese descubrimento tan "especial"...

En los encuentros liberales de los sábados, cuando ya me han follado todos los hombres y no tienen fuerza para más, les dejó que me coman el coño hasta que se cansen…, y cuando esto pasa, y yo sigo con ganas…

José Miguel me saca…, a mi mejor amigo, su sex machine, si, la de Gina…, (Aunque ella no lo sabe), a la que he bautizado con el nombre de “Mi único amor” y con ella me saco mis mejores orgasmos. No los voy contabilizando, pero creo que llevo ya decenas y decenas de miles…

Un beso de Puri.