Confederación Imperial Galáctica - Libro 5

De forma accidental se descubre una situación un tanto peculiar en la zona fronteriza de la Confederación Imperial Galáctica con la poderosa Liga de Mundos Libres y la misteriosa Nébula Tarkhana, por donde toda nave teme navegar

Confederación Imperial Galáctica

Libro 5

La Liga de Mundos Libres - 1

Fecha estelar - 5328

1º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Belal

Depósito de la Flota de Mar-Shagan

UEP Estrella Oscura

Tras la guerra y nuestra contundente victoria que termino con las Flotas Razors y Corix, la Mancomunidad Federada de Vega cayó sobre buena parte de los sistemas Razors más ricos y poblados, anexionándoselos. Ciertamente fue una jugada maestra por su parte, ya que eso le proporcionaba un cantidad extra enorme de ingresos, al principio tuve varios problemas por no haberme decidió por algo similar, sino que como compensación a ambas razas, si bien pedí enormes extensiones de territorio galáctico, en su inmensa mayoría no valían para nada, ya que estaban prácticamente deshabitadas y serían más un gasto que un beneficio para nosotros. Esto se mantuvo así durante casi los tres primeros años de post-guerra, luego, se empezaron a ver poco a poco mis motivos para lo que hice.

El Almirante Stratos se encontraba sentado en su despacho comprobando que todas las modificaciones que se habían solicitado para mejorar el rendimiento de la Estrella Oscura estuviesen listas, cuando en su terminal entro un aviso de comunicación prioritaria, cuando la acepto se llevó un sorpresa, pues se trataba de su alteza Imperial Jhored, el heredero del trono. Nada más verle la sonrisita en la cara, Stratos supo que los días de tranquilidad para su nave y tripulación, habían terminado…

  • Alteza, siempre es un placer poder verle –saludó.
  • No me mientas Stratos, seguro que estarás preguntándote en que lio te voy a meter ahora, ¿o me equivoco? –se rio su Alteza.
  • No Alteza, creedme que no os equivocáis… -le respondió con una media sonrisa.
  • Te mando una serie de datos que quiero que estudies y me des tu opinión al respecto…
  • Perdón Alteza, pero… ¿no sería mejor que se lo preguntase a Tanya?
  • Tranquilo, ella ya me dio su opinión, al igual que Selena o el General Mao, pero quiero también la tuya… Míralo con calma, que yo espero…
  • El Almirante Stratos era de los pocos, junto con la Almirante Kasinhs, que cuando su Alteza le invitaba a tomarse su tiempo que él le esperaba, en verdad lo hacía así, dejándole esperando sin inmutarse. Lo que estaba viendo le estaba pareciendo tremendamente sospechoso del todo, el comportamiento de ese carguero que la flotilla de su Alteza parecía estar siguiendo era ciertamente “extraño” por no tener ni pies ni cabeza, pero lo que era peor, el que todo apuntase a un salto al sistema Caribdis con su gigantesco agujero negro en pleno vértice de la Nébula Tarkhana, lo hacía aún más… interesante.
  • Entiendo porque Tanya se ha mosqueado con él, desde luego no creo que este tramando nada bueno, o por lo menos, nada legal con tan extraño comportamiento. Podría ser una buena idea interceptarlo y revisarlo hasta su última cuaderna.
  • Si, esa podría ser una buena idea, pero lo ideal en este caso, sería poder saber qué es lo que están haciendo, y lo primero para conseguirlo sería verificar su llegada a su destino en el sistema “Kilmart”.
  • Pero señor, ese sistema está muy adentro de la Liga de Mundos Libres, y si está pensando en nosotros, por muy rápido que salgamos o fuésemos, llegaríamos como mínimo con cinco o seis días de retraso sobre la fecha prevista del carguero.
  • Mire estos datos… -nuevos archivos llegaron al terminal del Almirante, que los reviso con total cuidado mostrándose sorprendido al llegar a un determinado punto.
  • ¿Esto es una broma, verdad?
  • Para nada, el sistema Kilmart es muy pobre, y su único planeta poblado esta escasamente habitado, por lo que su nivel de comercio es muy bajo y sus estaciones de transito son obsoletas.
  • Pero es que esta es ridícula, tiene que tener casi cien años al menos…
  • Unos ciento quince según nuestros informes, pero aún sigue operativa, como vera esta en los límites con la nébula, por donde nadie llega, para un sistema como ese no tiene sentido gastar fondos mientras les funcione y si algo tiene esa serie a la que pertenece es que desde luego, en su momento no se sustituyeron precisamente porque fallasen… Pero es un punto débil que podríamos aprovechar, su ingeniero de comunicaciones no tendría que tener ningún problema para sacar todos los datos de navegación de su sistema de cómo mínimo la última semana, pero es vital que no perdáis tiempo para esa extracción, no sabemos cuanta capacidad de almacenaje tendrá útil todavía en caso de que no haya sufrido las reparaciones adecuadas en sus sistemas de memoria. Luego quiero que regreséis a nuestro espacio, pero con calma, no quiero riesgos innecesarios que nos pongan en un aprieto con la Liga.
  • Entiendo, de ese modo podremos conocer con exactitud cuando llegó ese carguero, y además, habremos conseguido una identificación bastante precisa del punto de origen de su salto al sistema, ¿no? –explico el Almirante Stratos, obviando la parte del retorno de la nave.
  • Eso es, tal cual. He enviado varias naves junto con la corbeta de exploración Jade tras el carguero para verificar su rumbo y movimientos antes de que salga de la Confederación Imperial, en cuanto los tengamos recopilados también se los daré. ¿Cuándo podría partir Almirante?
  • Bueno eso… -se rascó la barbilla-, Ston y sus ingenieros están terminado ya con los últimos trabajos en la nave, tienen ya prácticamente montados los nuevos compensadores inerciales… ¡Uhhh!, yo diría que unas veinte horas, pero posiblemente podríamos estar listos para zarpar en quince.
  • De acuerdo… ¡ehhh!, oye Stratos, ¿qué margen te has guardado en realidad para curarte en salud?
  • Tres horas –sonrió el Almirante ante la pregunta.
  • Bien, es razonable, como esperaba de ti, de todos modos no apures con los compensadores, tenéis un día de margen según nuestros cálculos, ¿vale?
  • Si Alteza, tranquilo, sabe que si no estuviese bien hecho no saldríamos…
  • Está bien, desde ahora, cualquier cosa, háblala con el General Gzak, el estará a cargo de lo que averigüéis… Por cierto, descubráis lo que descubráis, no quiero que transmitáis nada hasta haber regresado a nuestro espacio, repito, no quiero que corráis el menor riesgo dentro de la Liga, y como ya te dije, no quiero prisas para volver, la contrarreloj solo es de ida.
  • Si Alteza, no se preocupe por ello, entonces se lo transmito al general Gzak en lugar de a usted sea lo que sea lo que averigüemos, ¿correcto, no?
  • Sí, es correcto Almirante, ya que yo me voy de… “vacaciones” –dijo poniendo el gesto mustio.
  • Vaya, enhorabuena señor, seguro que el “emperador” estar encantado de que por fin se tome unas –replico socarrón, sabiendo lo poco que eso le gustaba a su Alteza.
  • Stratos, no me toques las narices que con eso que ahora mismo no está el horno para bollos… -le dijo sonriendo de mala gana, haciendo  un gesto de advertencia con el dedo índice.
  • Tranquilo Alteza, que no lo haré… -sonrió también el Almirante.

El Almirante Stratos se relajó cuando la conexión se cortó, pero lo que no pudo evitar, fue soltar una carcajada ante la cara de su Alteza cuando le comento lo de las vacaciones. Si conocía bien al emperador, los más próximos colaboradores de su Alteza iban a tener unas semanas de lo más entretenidas, pues lo más probable es que tuviesen que hacerle de niñera y buscarle un sitio tranquilo para que no se metiese en líos por orden Imperia… Stratos sabia también como esas personas, lo difícil que iba a resultar de cumplir una orden aparentemente tan simpe como seria esa, desde luego, no les envidiaba en esos instantes ni un ápice. Tras esa breve disquisición empezó a planificar el viaje, en primer lugar metiendo prisa a su ingeniero jefe con esos compensadores, quien tras pensar un instante, le dio un plazo de doce horas para tenerlos completamente listo. La siguiente persona con la que habló fue con su segunda, Sandra, a la que explico todo, tras ello, esta se marchó a poner al día al resto de oficiales. Solo un par de minutos después de que Sandra se reuniese con la coronel Samantha, la oficial táctica y comandante del regimiento de Marines de Asalto, además de con el último miembro del staff de mando, el Tte. Coronel Samuel, responsable de inteligencia y comunicaciones, la UEP Estrella Oscura empezó a parecer un caos de actividad “organizada”.

Exactamente doce horas después de la comunicación de su Alteza Imperial, la UEP Estrella Oscura abandonaba su base en el depósito de naves de Mar-Shagan. Como única superviviente de  la Clase “Pifia”, la fragata había sido oficialmente destinada como nave de “transporte” de personal específico, vamos que supuestamente transportaba los relevos de dotaciones en las bases más aisladas o pequeñas de la Confederación Imperial, lo que le suponía el camuflaje perfecto, pues su presencia no llamaba la atención en ninguna parte donde se encontrase y ningún mando la quería en su “nomina”, por lo que evitaban cuidadosamente cualquier tipo de interés sobre ella, no fuese que alguien se emocionase y les cargasen con ella. Oficialmente dependía de la centrar de personal en la Capital Imperial, la cual, misteriosamente, nunca la empleaba para nada, ya que en dicho departamento ya era leyenda por sus múltiples “fuera de servicio por averías”, con lo que para que alguien tuviese la idea de recurrir a ella, era porque esta anormalmente desesperado y no tenía más opciones. Y alguien así, difícilmente aguantaría mucho en un departamento tan organizado y poco dado a la improvisación como ese, lo que lo convertía en la tapadera perfecta.

Estaban en viaje cuando el Almirante recibió los últimos datos procedentes del Grupo del Crucero de Batalla Vengador, que fue el encargado de seguir la trayectoria del Carguero hasta salir de la Confederación Imperial, y según estos, efectivamente, cuando saltó abandonando el territorio, lo hizo directamente al sistema Caribdis, en la Nébula Tarkhana. El Almirante había estado reunido con sus principales subordinados para discutir las ordenes que tenían, y todos llegaron a la misma conclusión, que su verdadera misión no empezaría hasta no haber regresado al territorio de la confederación y haber transmitido lo que averiguasen, después de eso, probablemente recibirían nuevas instrucciones.

Como recordareis la UEP Estrella oscura se valía de dos sistemas principalmente para operar, el sistema de Encubrimiento que es capaz de general una simulación holográfica de cualquier nave, y el de cobertura que es capaz de desviar cualquier tipo de señal, luz o radiación haciendo que envuelva y no se refleje en la nave, convirtiéndola casi, casi en virtualmente invisible para los sistemas de rastreo. A su vez disponía de la potencia de fuego de sus tres baterías laser de acorazado y los poderosos escudos de estos, por el contrario, su defensa puntual era muy débil y casi, casi, podríamos decir que meramente testimonial, aunque eso sí, siempre solía contar con los últimos adelantos técnicos en cualquier elemento que fuese susceptible de actualizarse.

En esos instantes, al Estrella Oscura cuando entrase al espacio de la Liga de Mundos Libres podría camuflarse como al menos, cinco naves diferentes, cuyos perfiles ya estaban completamente listos, aunque muy posiblemente, un sexo quedase también disponible incluso antes de abandonar el espacio de la Confederación, solo a la espera de la decisión del Almirante de usar uno u otro si así lo estimaba conveniente. Lo cierto es que el Almirante todavía estaba estudiando todo lo que le habían podido pasar sobre el carguero, además por su parte hizo una petición general al sistema para que cualquier dato anterior sobre el fuese a parar también a sus manos, obteniendo con ello, una buena cantidad de nuevos datos sobre sus andanzas anteriores grabadas por los registros de tránsito de las grandes rutas de comercio Imperiales.

El Almirante no pudo establecer ningún patrón, excepto en una cosa, que el destino final de ese carguero siempre había sido el sistema de la Liga de Kilmart, que había salido de las grandes rutas en una dirección extraña más de una vez, y que sistemáticamente, en esas ocasiones todas esas rutas terminaban por llevarle a un salto franco hacia Caribdis. Estaba muy claro que algo raro pasaba con esa nave, y el apunte más claro se dirigía hacia el posible contrabando entre ambas naciones, usando Caribdis y la Nébula para evitar las patrullas fronterizas de ambos. Eso según lo veía el Almirante, implicaba que la Estrella Oscura iba a tener que explorar el sistema Kilmart por si había algo extraño allí, y eso significaba tiempo extra a emplear tras cumplir con su misión… Por fortuna su Alteza había sido bastante vago al respecto no dando la orden de modo estricto, o quizá, conociéndolo como le conocía, lo hubiese hecho a propósito para poder dejarle con la mayor libertad posible de decisión propia.

La Estrella Oscura entró en la Liga de Mundos Libres por la frontera “normal”, usando el sistema de cobertura, quedando poco menos que invisible a cualquier intento de rastreo. Avanzaron rápidamente hacia el sistema Kilmart, siempre en una línea lo más recta posible, saltando de sistema en sistema, aunque procurando evitar los sistemas más densamente poblados o en los que hubiese alguna importante base de la Flota de la Liga, una cosa era ir rápido, y otra asumir riesgos absurdos sin necesidad. Cuando alcanzaron por fin su objetivo, fueron los Marines de Asalto de la Coronel Samantha los que llevaron a uno de los ingenieros hasta la baliza de control de navegación para que pudiese piratear sus sistemas internos sobre “el terreno” y obtener la información. Lo cierto es que los sistemas de esa baliza para alegría del ingeniero no habían sido modificados aunque si reparados… o más bien, “chapuceados”, por lo que incluso un niño de cuatro años hubiese sido capaz de hackearlos directamente de sus terminales, ya que sus protecciones, también tenían más de cien años, eso cuando funcionaban, y eran poco menos que inútiles para los estándares actuales.

Una vez obtenido y comprobado que la información que habían extraído contenía los datos que querían, el Almirante dio la orden de ponerse en marcha hacia el interior del sistema en una ruta que por los rastros que detectaban los sistemas, no debía de haber usado una nave en más de cuarenta o cincuenta años, daba un rodeo, pero era preferible asegurarse de no cruzarse con nadie. Según los datos obtenidos, en esa última semana en que retenía los datos, en el sistema solo habían entrado veinte cargueros, por otra parte ya lo habían abandonado dieciocho de ellos y otros tres que ya estaban allí cuando se recicló la memoria por última vez. Para su sorpresa, uno de los dos cargueros que aún permanecía en el sistema, se trataba de su presa. El Almirante Stratos se encontraba ahora con una bonita papeleta, volver y transmitir la información tras explorar someramente el sistema, o bien, esperarse a que el carguero se pusiese en marcha e ir tras el…

Convoco una reunión de sus oficiales para conocer sus opiniones, Sandra aconsejo esperar para poder seguir al Carguero, al igual que Ston y Samuel, sin embargo Samantha, expuso un plan para usar sus marines de asalto con el fin de hacerse con la nave y sus tripulantes. Debo de señalar, que al Almirante Stratos, la idea no le pareció mala, excepto por el hecho de que ese tipo de acción en medio de territorio extranjero, podía dar lugar a un más que peligroso caso de incidente diplomático del más alto nivel, a la par que comprometería seriamente a la Estrella Oscura, lo cual sí que era del todo inaceptable, o por lo menos, con un riesgo que no había necesidad alguna de correr. Para asaltar el carguero, también tendrían que dejar aparte otro asunto, como el hecho de que “aun” no sabían, ni existían pruebas de que estuviesen haciendo nada “ilegal”, por muchas sospechas que existiesen, sin contar con su Alteza, claro, que se pondría que para que escucharle, por lo que la idea fue rechazada apenas surgió.

Pasaron cinco días de tensa espera, cada vez había menos margen de tiempo para seguir allí, pero por fin el carguero se puso lentamente en marcha, por la pinta y su aceleración debía de llevar un peso considerable, muy posiblemente elementos metalúrgicos, ya que por lo que descubrimos, este era el principal producto de facturación de exportación para ese sistema. El problema vino una vez que el carguero puso rumbo a su primer salto, por lo que parecía pretendía dirigirse hacia el interior de la Liga por los sistemas adyacentes a la Nébula, y su dirección pareció indicar que su destino fuese algún sistema de esa frontera, vamos, un viaje relativamente corto, y posiblemente, después regresase de nuevo al territorio de la Confederación Imperial a lo que había sido hasta el momento su comercio más o menos habitual según los datos proporcionados.

El Almirante Stratos decidió perder un poco de tiempo y correr un leve riesgo al regresar a la baliza, de sus sistemas podría sacar limpiamente el plan de vuelo del carguero y con él en las manos, sabiendo de antemano su destino, decidir qué hacer. Tal y como ocurrió la vez anterior, todo se ejecutó a la perfección obteniendo lo que se deseaba, solo que la ruta del carguero traía una sorpresa, en realidad, según su plan de vuelo, su destino era el sistema estelar capital de la Republica Tarkhana, y allí, el Almirante Stratos sí que no tenía autorización para ir de ninguna de las maneras, y mucho menos por unas meras sospechas, por lo que aun sintiéndolo en el alma, se vio obligado a ordenar poner rumbo de nuevo hacia la Confederación Imperial.

Aunque nunca lo reconocería, lo cierto es que eso de regresar, a Stratos le sentó fatal, pues estaba tan seguro como todos los que conocían los detalles de la misión, que ese puñetero carguero ocultaba algo, y que ese algo no era nada limpio. Ordenó el regreso tomando una ruta un poco las larga que la de entrada, pero con un riesgo mucho menor para ellos, daban aún más rodeo, pero el riesgo de ser detectado era casi ínfimo. Cuando por fin entraron al territorio de la Confederación Imperial, todavía tuvo la sangre fría de esperar a internarse en su territorio antes de enviar su información al General Gzak.

Tras él envió de la información y hasta tener nuevas órdenes decidió poner rumbo de nuevo a su base de Mar-Shagan. Stratos pensaba que ciertamente ese carguero ocultaba algo, pero no veía tampoco la necesidad de emplear para ello una nave como la Estrella Oscura, sería como matar insectos usando cañones de plasma. Dos días después del envió del informe, recibió una comunicación de la Flota por un canal prioritario, cuando conecto se encontró frente a él la imagen tridimensional del General Gzak, y por su cara, supo que aún no habían terminado con ese carguero…

  • General, ¿algún problema?
  • Si, el carguero que se les ordenó investigar en la Liga.
  • ¿Qué pasa, es que ese carguero no fue realmente a la república Tarkhana como marcaba su plan de viaje? –preguntó directamente.
  • Si Almirante, si fue, el carguero apareció en el territorio Tarkhano según lo previsto en su ruta oficial de viaje…
  • ¿Entonces?
  • Pues que hace exactamente doce horas, ese mismo carguero ha entrado en territorio de la Confederación a través del sistema estelar Tione en el Sexto Cuadrante Militar…
  • Ese es el mismo por el que según la documentación que nos entregó el Represor salió hacia la Liga… ¿Y dice que apareció también en la Republica?
  • Sí, es un dato confirmado por nuestra embajada allí, ese carguero en estos momentos se encuentra en ruta hacia su capital tal y como indica su ruta de viaje, lleva un leve retraso de un par de horas, pero nada que no sea dentro de una lógica –indico el General Gzak.
  • Ya, excepto que esa misma nave ahora también se encuentra en la Confederación, ¿no?
  • Eso mismo…
  • ¿Qué coño es lo que está pasando? –preguntó más retóricamente que otra cosa el Almirante Stratos.
  • No tenemos ni idea, pero lo que está claro, es que con esas naves pasa algo, y no precisamente de poca importancia. Al menos, quien sea que esta tras de ellas, tiene dos naves iguales con la misma identidad operando en dos lugares diferentes y usando para moverse la Nébula, o al menos el sistema Caribdis –dijo el General Gzak.
  • Está bien, pásenos su posición y la previsión de ruta que dio para poder acceder a nuestro sistema de navegación… Trataremos de interceptarla y seguirla para ver de qué narices va todo esto…
  • No Almirante, no quiero que la sigan ustedes, eso no hará falta, he puesto en marcha tres *naves “Q” para ello, además en el sistema de destino estará esperándola una pequeña flotilla de patrulla con dos Corbetas de Exploración de la Flota para no perder el más mínimo movimiento que hagan. Ellos se encargaran de mantener ese carguero bajo control en todo momento…
  • ¿Y nosotros?
  • Para vosotros tengo otra misión diferente… Caribdis…
  • ¿Caribdis? No entiendo… -preguntó el Almirante Stratos perplejo.
  • Hemos comprobado todos los anteriores viajes de ese… o del otro carguero que ahora conocemos, y en tres de cada cuatro su ruta termina siempre pasando por un sitio concreto al regresar a la Liga de Mundos Libres…
  • Supongo que ese lugar es Caribdis, ¿no? –preguntó Stratos.
  • Eso es, siempre regresa por allí. Según los registros de sus anteriores movimientos, en esta ocasión no le corresponde viajar por allí… -el General Gzak sonrió irónico al decir aquello.
  • ¿Entonces para que quiere que…? –el Almirante a su vez también sonrió del mismo modo, añadiendo- entiendo… ¿De cuánto tiempo disponemos entonces?
  • Menos de dos meses desde este mismo instante, probablemente mes y medio nada más, pero no es seguro, dependerá de cual de ambos cargueros acuda allí… ¿Cuánto tardaran en llegar desde su actual posición a velocidad de crucero?
  • De acuerdo, nos pondremos en marcha al instante… Uhmmm… Cuatro días, pero podemos hacerlo en tres…
  • Que sean esos cuatro Almirante… no acelere de más… en tres días recibirá noticias…
  • ¿Señor?
  • No se preocupe Almirante, a su debido tiempo sabrá a que me refiero. Tiene total control de la misión a su discreción en cuestión de comunicaciones… Si hubiese algo importante que comunicarle se lo haríamos llegar… Ahora pónganse en marcha… corto.
  • Sí señor.

Tras esto el Almirante llamo a sus subordinados, informándoles y pidiéndoles su opinión respecto a la misión que tenían encomendada, y todos ellos llegaron a la misma conclusión que él con lo hablado con el General Gzak. Otra de las conclusiones, es que iban a pasarse al menos un mes de trabajo que no se lo desearían ni a su peor enemigo para estar listos llegado el momento…

La Liga de Mundos Libres - 2

Fecha estelar - 5328

6º Cuadrante Militar del Imperio

En ruta hacia el Sistema Tione.

Destino final Sistema Caribdis

UEP Estrella Oscura

Tras cortar la comunicación con el General Gzak el Almirante Stratos llamó a la sala de reuniones a sus máximos colaboradores, exponiéndoles la situación y las órdenes que tenían. La primera en hablar fue como de costumbre la primera oficial, la Coronel Sandra Lamar…

  • Bueno, creo que está claro que quieren que esperemos la aparición de ese carguero en el interior del sistema Caribdis usando nuestra cobertura…
  • ¿Podremos hacer algo así? –preguntó la Coronel Samantha dirigiéndose al Tte. Coronel Ston.
  • ¿Si se puede?, bufffff… Por poderse si, pero vamos a trabajar como cabrones para poder hacerlo, no es lo mismo usar el sistema en el espacio normal que junto a un Agujero Negro con su poder de atracción incluso sobre la luz, menos aun con uno tan enorme como es Caribdis. Pero no es solo ese el problema, sino que tendremos también que ajustar todos los demás sistemas, sensores, etc… incluido en esto el de Encubrimiento, aunque solo sea por si acaso lo necesitásemos más adelante…
  • No es mala idea, si tenéis tiempo ajustarlo también, pero lo primordial es el de cobertura y los sensores, tenemos que saber qué coño hace esa nave cuando entra en Caribdis…
  • Mientras estemos allí quiero que mis hombres practiquen con las armaduras de asalto directo… también solo por si acaso… -dijo la Coronel Samantha.
  • Me parece bien la idea… ¿Samuel? –se dirigió directamente Al Tte. Coronel Samuel Rodríguez, responsable de comunicaciones e inteligencia.
  • Para comunicarnos con el exterior sin ser “detectados” dentro del sistema Caribdis tendrá que ser por *Misiles de Frecuencia usados en amplio espectro de rango, y de esos solo tenemos diez…
  • Entiendo, ¿y los sensores?
  • Los sensores deberán de ser también reajustados como dijo Ston, pero de ello puede encargarse mi personal, de ese modo Ston tendrá más tiempo para los demás sistemas. La inteligencia que tenemos sobre esos cargueros es prácticamente nula, en apariencia son absolutamente normales, pero… -se encogió de hombros.
  • Pero si navegan constantemente por Caribdis sin sufrir daños, puede resultar que esa apreciación sea francamente optimista, ¿no? –dijo el Almirante Stratos.
  • Sí señor, como mínimo sus sistemas estarán perfectamente calibrados para este sitio. La única ventaja es que por lo que dijo el General Gzak, para cuando nosotros lleguemos allí, acabaran de marcharse las Corbetas de Exploración de la Flota que habrán estado escaneando todo ese sistema, por lo que nuestra información en ese momento será la más actualizada que tenemos…  y casi con seguridad estaremos solos cuando entremos -afirmó Samuel.
  • Bueno, pues pongámonos en marcha, tenemos según creo dos meses de tiempo para hacer tantos ajustes –dijo sonriendo Ston.
  • Creo que te equivocas, en realidad, desde que lleguemos dispondremos sobre seguro de un mes, todo el tiempo sobre ello únicamente es especulativo… Hay que contar con la posibilidad de que ese carguero o su gemelo lleguen en mes y medio, también está el hecho de que quizá allí les esté esperando alguna otra nave para un cambio de lo que sea que lleven o hagan en realidad… Eso podría significar que llegué con antelación para evitarse sustos…
  • Es decir… con seguridad, un solo mes para hacer milagros… -replicó Ston.
  • Eso es, como siempre… menos tiempo del necesario, por lo que digo lo mismo que tu antes, vamos a ponernos manos a la obra desde ya mismo… De modo, que cada uno a lo suyo –dijo finalmente el Almirante dando por terminada la reunión.

Cuando todo el mundo salió, el Almirante Stratos se quedó pensativo durante un buen rato, tenía muy claro lo que se esperaba de ellos, pero no tan claro que se suponía que tendrían que hacer con lo que averiguasen allí si la cosa era realmente seria. Las comunicaciones serian un problema, una vez que el carguero o su nave de recepción llegase se vería obligado a comunicarlo al General Gzak mediante un misil para evitar que tratasen de ponerse en contacto si no era algo de vida o muerte. Por mucho que quisiese, no podía olvidar lo que la Estrella Oscura llevaba oculto en su más protegido arsenal, el arma más poderosa y terrible de la Confederación Imperial… seis poderosos misiles dotados con Cabezas de Antimateria, más que suficiente, e incluso sobraban para devastar cualquier planeta tal y como la Estrella Oscura ya demostró en su momento. Tenía un mal palpito con toda esta historia… y esos misiles en concreto…

Al llegar al sistema Tione la Estrella Oscura recibió de la Flota toda la información sobre el Sistema Caribdis que habían obtenido tan solo unas pocas horas antes cuatro veloces Corbetas de Exploración de la Flota. Según todo lo que esto indicaba, el sistema estaba completamente vacío excepto por las diferentes boyas ancladas que marcaban los límites de seguridad en torno a ese monstruo capaz de devorar incluso a las mismísimas estrellas. Una vez estudiado todo, el Almirante Stratos dio la orden de saltar directamente al sistema estelar, concretamente a una zona relativamente oscura y alejada del mismo, donde difícilmente entrarían nuevas naves en caso de dirigirse hacia allí, pues estaba alejado de las balizas…

Una vez llegados al sistema se puso en marcha la cobertura, descubriendo que la enorme atracción que ejercía Caribdis pese a la distancia segura a la que se encontraba, provocaba que esta no funcionase de forma adecuada, siendo incapaz de ocultar la nave de forma perfecta. Mientras el personal del Tte. Coronel Ston se encargaba de hacerlo funcionar de forma adecuada, de momento se desplegaron los diferentes minisatelites de apoyo para reforzar la cobertura y dejar la nave lo más protegida posible. Entre tanto la Coronel Samantha y su regimiento de Marines de Asalto empezaron a su vez a entrenar con sus trajes de vacío, siempre amarrados de inicio a la cubierta para evitar posibles accidentes. Si inicialmente la idea de moverse con sus trajes de Asalto individual ya les pareció complicado a todos los mandos de los Marines, Coronel incluida, esos primeros ejercicios les demostraron que esa primera impresión, se quedaba corta por mucho trecho… al punto de obligar a la Coronel a hablar con el Almirante tras los primeros días de entrenamientos.

  • Tenemos un problema Almirante…
  • Si, ¿cuál?
  • Los trajes de asalto individual, dudo que en este sistema nos sean de alguna utilidad. Existen muchísimos problemas a los cuales no encontramos posible solución…
  • ¿Por ejemplo?
  • El retorno. Mientras estamos atados y nos separamos, cuando regresamos en la mayor parte de las ocasiones podemos “caer” sobre la nave con “eficacia”, pero esa mayor parte apenas es un 70% de las veces. En este momento están funcionando los microsatélites y siguen tratando de que la cobertura funcione por lo que no se nota mucho nuestras fallas, pero a plena operatividad…
  • Tus hombres destruirían emisores al caer, y sin estar sujetos con sus guías el porcentaje de “errores” se dispararía, ¿no?
  • Sí, eso mismo. Hicimos un pequeño intento y fue un desastre, veinte Marines, el resultado fueron nueve emisores de onda de la cobertura dañados… por fortuna todos son recuperables, sino creo que Ston me hubiese matado. Los trajes individuales son inoperables desde la nave, por lo menos para poder regresar, y además la gravedad a esta distancia que estamos es lo suficientemente grande como para no arriesgarse sin cables de enganche… Si hubiese que hacer algún asalto de momento le digo que habría que usar una de las dos lanzaderas.
  • Entonces de los Asaltos Individuales nos olvidamos, ¿no?
  • En esta posición en la que estamos sí. Salvo que quiera un nivel de bajas en torno al 30% como mínimo únicamente como causa de “accidentes”, sí. La atracción del Agujero es excesiva para los propulsores de las mochilas, la franja en la que tendríamos que operar para mantener un mínimo de seguridad de no ser arrastrados por él es muy estrecha, excesivamente estrecha para ser eficaces, solo se corregiría alejándonos más hacia el exterior del agujero, y ahora mismo eso no es viable.
  • Entiendo… ¿qué sugiere entonces?
  • Cualquier acción tipo asalto sobre un carguero habría que hacerlo fuera de esta zona del sistema tan próxima al agujero, salvo que se quiera hacer usando las lanzaderas… Lo ideal de todos modos, seria asaltarlos fuera del sistema Caribdis... le confieso que ese “bicho” me da repelús…
  • Y créeme que no eres la única al que le causa esa sensación. Entonces, sobre los asaltos, o lo que sería lo mismo, abiertamente… nada entonces. Pues que bien…
  • Sí, eso es, de asaltos directos nos podemos olvidar –en ese instante llamaron, entrando el Tte. Coronel Samuel.
  • Almirante, tenemos un problema…
  • Vaya, otro más… parece ser el día de ellos, adelante… y despáchate a gusto cuando quieras -replicó el Almirante invitándole a sentarse junto a Samantha.
  • Sam… los trajes de Asalto, inoperantes con el agujero tan cerca ¿no? –se dirigió a esta.
  • Del todo, salvo quedarnos sin la mitad de nuestros hombres…
  • Joder, pues que bien. Almirante, los sensores se ven muy afectados por el Agujero, para que operasen bien y ser totalmente efectivos deberían de ser como los de las Corbetas de Exploración de la Flota… los nuestros… -se encogió de hombros.
  • Ya… pues creo que de esos no tenemos, ¿no? –preguntó sarcástico el Almirante.
  • No señor, no témenos… aunque podríamos hacer otra cosa, pero necesitaremos las lanzaderas y a los Marines de la Coronel –sonrió Samuel.
  • Adelante, dime… -tanto el Almirante como la Coronel miraron con curiosidad a Samuel.
  • Las Boyas… podemos usar un par de ellas… -uso el terminal del Almirante para presentar un plano tridimensional del sistema, en el que se iluminaron dos boyas-, esas dos concretamente, podríamos preparar un sistema de detección pasiva remoto. Con dos sistemas, uno en cada una de esas boyas mantendremos todo el sistema perfectamente cubierto, al ser sistemas pasivos no serían detectables ni aun haciendo un barrido, los propios sistemas de alerta de navegación de las boyas los ocultarían a los escáner…
  • Bien, supongo que esto tendrá algún inconveniente, ¿verdad?, porque es imposible que sea tan fácil.
  • Si, el problema es que no tendría que tener emisor para ser completamente invisible, pero habría que recoger sus datos una vez acabase todo… y tendríamos que conformarnos con lo que detectaran, no los podríamos corregir si vemos que no son útiles al 100%. Aunque su recogida no es un problema, pues de todos modos habría que hacerlo si queremos tener repuestos para nuestras antenas de sensores por si pasase algo, pues tendríamos que usar todos los que tenemos para que esto funcione…
  • Bueno, si de todos modos hay que recogerles… adelante… Uhmmmm, Samuel, una cosa más…
  • ¿Qué revise todas las boyas por su alguien hubiese tenido esta misma idea? Pensaba hacerlo señor, también se me había ocurrido esa posibilidad… Ehhh, señor… ¿si encontramos algún sistema?
  • Uhmmmm… -se quedó pensativo repasando mentalmente el tratado entre la Confederación y la Liga sobre Caribdis- si fuese de categoría militar minarlo, preparar una trampa explosiva, está terminantemente prohibido en los tratados los sistemas detectores militares. Quiero que cuando vayan a recoger los datos la boya salte por los aires con quien sea que acuda…
  • Si señor… ¿y si fuese de tecnología civil?…
  • Igual, sea como sea, minadlo… si alguien ha colocado sensores… no puede ser por algo bueno… Pero tomar nota de todo lo que encontréis y sea “extraño”.
  • Pensaba hacerlo si ocurria… gracias señor… -tras eso salieron dejando solo al Almirante.

Mientras, en el 1º Distrito Militar de la Confederación, el carguero matriculado CIG-23889245-C,  navegaba con rumbo al cuarto planeta del sistema “Orieste”, su capitán se preguntaba porque narices ellos y su “compañera” de caza estarían vigilando al otro carguero que se encontraba a una distancia de varios miles de kilómetros con el mismo destino que ellos. En realidad, el CIG-23889245-C y su compañera era sendas Naves “Q” de la Flota, y hacía ya una semana que había recibido sus órdenes. El motivo por el que su capitán se hacía aquella pregunta, es porque sus sensores habían detectado una pequeña flotilla de la Confederación en órbita del Sexto Planeta, lo cual podría ser normal, excepto por las cuatro Corbetas de Exploración que en esos momentos estaban desplegadas en el sistema según los datos recibidos por la red de defensa del sistema estelar.

El Capitán Silva tenía experiencia suficiente al mando de naves “Q” como para reconocer, o al menos, para sospechar que todo aquel despliegue no era nada casual, y que estaba relacionado con el carguero que ellos estaban monitorizando desde hacía una semana. Según los datos de amarre tanto ellos como su hermana atracarían en el puerto espacial en sendos diques laterales en relación con aquel carguero, en posiciones perfectas para poder seguir controlando cualquier movimiento realizado en aquella nave. Por otro lado esta había sido enviada a un atracadero exterior, justo al que más expuesto quedaba a los sensores de una de aquellas cuatro Corbetas…

Cinco días después, cuando el Carguero abandono el sistema de nuevo, todas las naves presentes en el sistema mandaron los datos del mismo registrados por sus sensores en el plazo en que estuvo ante ellos, incluso en el caso de las Naves “Q” estacionadas cerca de ella de todo el movimiento registrado sobre el carguero mientras estuvo cargando y descargando su mercancía. Cuando abandono el sistema, y una vez en plena ruta de movimiento comerciar otras dos naves “Q” se hicieron cargo de su vigilancia hasta un par de sistemas de la frontera, ya que en el sistema por el que teóricamente entraría en la Liga de Mundos Libres se hallaban estacionados dos cruceros ligeros que mantuvieron al carguero en todo momento en el centro de mira de sus sensores. Una vez el carguero entro en la Liga, los Cruceros enviaron también sus datos al Mando Central de la Flota en el sistema Capital de la Confederación.

Para ese momento, inteligencia ya había desplegado varios agentes en el sistema Kilmart, que de nuevo aparecía como final de ruta de ese carguero, con instrucciones de conseguir toda la información posible sobre sus movimientos. Por otro lado, el personal de la Embajada de la Confederación Imperial en la Capital de la república Tarkhana hizo a su vez un seguimiento de ese mismo carguero desde que llego al sistema hasta que lo abandono de nuevo, sin embargo, en esta ocasión su ruta no era la misma que la anterior, pues por la información de navegación que facilito a las autoridades hacia un par de paradas comerciales antes de regresar a su sistema base en el Liga, Kilmart... Cuando el General Gzak estudio las dos rutas y comprobó los tiempos de las mismas, empezó a hacerse una pequeña composición de los movimientos de ambas naves.

El sistema de rutas comerciales obligatorio impuesto en la Confederación Imperial Galáctica, salido directamente de la mente del Heredero al trono, era una especie de monstruo que devoraba todo a su paso, integrando en ello todo el comercio y naves que se movían por su territorio. Toda nave comercial, carguero e incluso el transporte de viajeros estaban obligados a usar ciertas rutas específicas por ciertos sistemas hasta una posición cercana a su destino donde les estaba permitido abandonarlo, eran como una especie de autopistas espaciales. Todas estas rutas estaban sembradas de balizas de control, registro, comunicaciones y posicionamiento de naves, lo que provocaba en realidad, que el tiempo de viaje de estas se recortara pese a recorrer mayores distancias, por otro lado, estas rutas estaban muy vigiladas por naves de guerra de la Flota, de hecho fueron fundamentales para terminar con la piratería en el territorio de la Confederación Imperial.

Para entenderlo más o menos, decir que las balizas estaban intercomunicadas entre sí a través de transmisores de interespacio, lo que hacía que estas fuesen prácticamente instantáneas, ya que eran transmisores de categoría militar. Las balizas se establecían sobre una plataforma móvil de defensa cercana y su perímetro estaba fuertemente defendido por la misma, restringiéndose severamente su navegación, cualquier nave no autorizada entrando en el corría un serio riesgo de ser destruida sin previo aviso, y eso era algo que todo capitán de nave a estas alturas ya sabía, pues más de un capitán espabilado había reventado con su nave por las caricias de las armas de las plataformas. Antes cuando una nave entraba en un sistema tenía que moverse dentro de sus fronteras hasta la siguiente ventana de salto hacia el siguiente sistema, pues era casi imposible determinar por los sistemas de una nave la salida más allá del punto de entrada, pero gracias a las balizas instantáneas eso ahora si era viable, pues era la baliza de destino en realidad la que les daba la posición exacta en que debería de aparecer, garantizando de ese modo su seguridad en varios aspectos, ya que no era tampoco extraño que las naves de transporte emergiesen en las cercanías de buques de guerra de la Flota...

Más de una nave pirata al tratar de usar también el sistema en su beneficio había emergido para encontrarse directamente frente a los cañones, de incluso algún acorazado o Crucero de Batalla de la Flota de la Confederación Imperial, que en su mayor parte de las veces, simplemente habían abierto fuego en cuanto sus sistemas de armas pudieron fijar su blanco. El problema e inconveniente del éxito del sistema es que se manejaba tal cantidad de información que salvo que como en este caso se indagase por algo concreto, incluso dos o tres naves usando las mismas “matriculas” o cuyos tiempos no coincidiesen por no respetar sus “rutas” podían pasar desapercibidas con relativa facilidad. Al testar los movimientos del “carguero” fue cuando se vio que solo una de cada cuatro respetaba su ruta “reflejada” en los permisos, las otras tres, vistas las trazas terminaba sistemáticamente en Caribdis. Sin embargo su gran ventaja, es que cuando se buscaba algo específico como en este caso, se obtenía una enorme cantidad de información, y realmente muy poquita gente sabia en la Confederación cuanta, este había sido uno de los grandes enemigos ocultos de las naves piratas, que con trabajo y tiempo, el propio sistema había sido capaz de identificarlas gracias a sus registros.

Cuando al General Gzak le llegó la información sobre los movimientos de ese carguero, se referían únicamente de forma preliminar a los dos últimos años. En realidad, por error el General no especifico tiempo y el sistema hizo acopio de los últimos siete años de movimientos del carguero, cuando ese informe llegó, Gzak se encontró con un serio problema entre sus manos, ya que había un pequeño periodo cuatro años antes, en que según los datos facilitados por el sistema, dos naves a la vez se movieron por el territorio de la Confederación en algún momento… El problema radicaba que cuando ellas lo abandonaron, de seguir su ruta con su previsión, una tercera habría hecho de nuevo su entrada, y si existían realmente tres naves aun, entonces quizá la Estrella Oscura no tenía el tiempo que creían para terminar sus “ajustes” en Caribdis. El General decidió correr el riesgo y advertirle del nuevo descubrimiento al Almirante Stratos. El Acorazado “Talmión” que se movía con un pequeño grupo de naves por la zona, fue el sorprendido encargado de enviar el misil de comunicaciones según las especificaciones que sus órdenes le exigían, tras ello, su grupo fue reasignado al extremo contrario del Distrito Militar, y otras naves de la Flota pasaron a ocuparse de su misión.

Para el Almirante Stratos fue una noticia por demás desagradable, sin contar el susto que se dieron cuando los sistemas automáticos pusieron la nave en alerta de combate al detectar el *Misil de Frecuencia enviado por el Talmión. Este había entrado en el radio de atracción del agujero negro, enviado el microsatélite de comunicación ante él, este transmitió su información ultracomprimída durante un segundo escaso hacia la posición prevista de la Estrella oscura, y posteriormente tanto satélite, como misil detonaron autodestruyéndose. Sus restos fueron dirigiéndose sin posibilidad de escape hacia la boca de Caribdis, siendo engullidos por esta a las seis horas de su aparición. Nada más recibir la información reunió a sus oficiales principales dándoles la noticia de la posible existencia de un tercer carguero junto con los dos confirmados ya.

El Almirante decidió acelerar todos los preparativos, ordeno la colocación de los sistemas pasivos de las boyas con suficiente almacenamiento de datos para al menos dos meses, solo por si debían de dejarlas aprovechar la ocasión, así como el registro del resto de ellas en busca de dispositivos, mientras que al Tte. Coronel Ston le apresuraba para que cuanto menos, estabilizase la cobertura de la Estrella Oscura usando los satélites del sistema, pues considero que no estaban las cosas como para andarse con florituras. El problema de usar la cobertura dependiendo de los proyectores de sus satélites, es que al estar tan cerca de la atracción de Caribdis, la nave no podría moverse pues corría el riesgo de quedar parcialmente al descubierto en ciertos tramos de su casco protegidos por los satélites.

Al final las cosas ocurrieron más o menos como estaban previstas en el plan, a los casi dos meses de estar allí el Estrella Oscura apareció el Carguero en cuestión, los sensores recogieron la mayor cantidad de datos de que fueron capaces desde el mismo instante en que fue detectado. Tan solo seis horas y media después apareció una nueva nave en el sistema, un navío mixto de los usados habitualmente como transportes semipersonales de largo recorrido, con una aceptable cantidad tanto de Bodega de Carga como de Pasajeros y cuya principal característica era la velocidad. Eran naves caras, bastante caras de hecho, algo francamente extraño de ver en un sistema como Caribdis, aunque no se pudiese nunca desechar las locuras que alguien con dinero podría decidir hacer, como por ejemplo un paseo turístico por las cercanías de uno de los mayores agujeros negros de la galaxia.

El asunto es que la idea de un adinerado chalado alquilando semejante nave, como propietario de la misma o incluso como un tour de viaje, pronto quedó descartada, en el mismo instante en que una plataforma de paso quedaba conectada entre el carguero y la nave. Estuvieron de ese modo durante poco más de dos horas y media, por lo que lo que intercambiasen o bien se trababa de personas, de una u otra raza, o bien de materiales no muy voluminosos, pues la amplitud de las esclusas y esa pasarela era, según los sensores, la estándar reglamentaria. Lo que quedaba muy claro es que esos cargueros transportaban alguna cosa y que usaban el sistema Caribdis para hacer los intercambios, los cambios, o lo que fuese que hicieran. Una vez que se separaron, cada una de las naves siguió camino por su cuenta. La Estrella Oscura no empezó a moverse hasta que el Almirante Stratos se aseguró de que en el sistema no quedaba nada ni nadie que fuese capaz de detectarlos.

La primera orden fue recoger los sensores pasivos desplegados en las boyas, dejando estas como si no se hubiesen manipulado, para después, poner rumbo de inmediato hacia el territorio de la Confederación Imperial con el fin de transmitir al General Gzak todos los datos recogidos por los diferentes sensores distribuidos… Si algo tenía claro entonces ya el Almirante, era que todo aquello aún no había terminado ni muchísimo menos, ya que mientras que el Carguero había saltado en dirección hacia su destino final en el sistema Kilmart en el interior de la Liga, la otra nave por el contrario había saltado hacia el interior de la Nébula Tarkhana, y eso, sí que independientemente de lo que estuviesen haciendo, resultaría de lo más interesante para inteligencia…

La Liga de Mundos Libres - 3

Fecha estelar - 5328

6º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Targus

Planeta Targus III

Base de la Flota de la Confederación Imperial

Cuando la Estrella Oscura regresó a la Confederación Imperial, recibió órdenes de volver a tomar su apariencia “normal” como la Fragata de la Clase pifia, Estrella Oscura, y dirigirse para un reabastecimiento completo a la principal base de la Flota en el 6º Cuadrante en el Planeta Targus III. En opinión del Almirante Stratos y del resto de sus oficiales, lo que ocurria era simplemente que alguien necesitaba tiempo para digerir toda la información que acababan de proporcionar, también por supuesto, de encontrar si esa  nave había estado alguna vez en el Territorio de la Confederación y de ser así, en dónde.

En la Base Estelar de la Flota de Targus III nadie pareció interesarse por la presencia allí de la única fragata existente de la Clase Pifia, al amarrar se declaró en misión de transporte en tránsito de personal y presentó una solicitud de reabastecimiento general. Aunque en realidad era una más entre todas las naves amarradas a los Galpones del Puerto Militar Espacial en órbita Geosincronica sobre el Planeta, a la Estrella Oscura como el que no quiera la cosa, por pura “casualidad” le había sido asignado uno de los puestos más “protegidos” del mismo. En el Extremo opuesto del Planeta se encontraba también en órbita Geoestacionaria la Base Estelar Civil, en el caso de ambas bases estas se encontraban protegidas por varias estaciones de Batalla Orbitales de Tipo *Golán IV, además la Base militar por supuesto contaba con sus propios montajes defensivos integrados.

La Estrella Oscura fue reabastecida principalmente de alimento fresco, a la vez que fue repuesta en su totalidad de sus reservas de materias primas de todo tipo, pero lo que más preocupó tanto al Almirante como al resto de sus oficiales, fue el Cargamento que introdujeron en sus hangares para el “transporte” junto con el personal que “teóricamente” ya tenían a bordo. Introdujeron en la Estrella Oscura para su transporte una docena de Robots de combate y custodia *SKII en perfecto estado de funcionamiento y armados con su máxima capacidad de potencia de fuego, habían sustituido incluso sus minas o cohetes por depósitos extras de munición autocargable para su cañón repulsor rotatorio. En teoría estaban en estado de reposo y no serían activados hasta llegar a su destino, pero a manos del Almirante habían llegado por mensaje urgente procedente del Alto mando de la flota los códigos de control y gobierno de todas esas unidades con instrucciones de considerarlas asignadas a la Estrella Oscura hasta nueva orden. Con eso tuvo muy claro que acababa de ver aumentada la fuerza de su tripulación con ellos, algo que evidenciaba que la nave iba a ir en busca de problemas. De inmediato llamó a la Coronel Sandra y a la Coronel Samantha…

  • Almirante –dijo a modo de saludo Sandra.
  • Señor, ¿nos ha llamado? –saludó Samantha,
  • Si, a las dos, tengo novedades. Acaban de subir a bordo una docena de Robots de Combate y Custodia SKII, os transfiero a ambas ahora mismo los códigos de activación de todos ellos por si fuesen necesarios en algún momento.
  • Perdón Almirante, ¿pero para que se supone que nos los transfieren?, ya tenemos a Samantha y a sus chicos –pregunto Sandra, la Primer Oficial visiblemente sorprendida.
  • Eso digo yo señor, mis hombres y yo somos más que suficientes para defender esta nave o hacer lo que haga falta… -argumentó Samantha un poco picada.
  • No tengo ni idea, pero supongo que sí lo han hecho así es que los necesitaremos, y posiblemente no será tardando mucho.
  • Serian útiles en el asalto de naves, doce de ellos pueden abrir una buena brecha en un asalto incluso de naves de guerra, de hecho, esa sería la única explicación plausible que se me ocurre… –dijo Samantha pensativa.
  • Sí, pero no creo que nos pidan precisamente a nosotros tomar ninguna nave de guerra –objetó Sandra meneando la cabeza-. Eso sería poner en riesgo de ser descubierta la verdadera naturaleza de la Estrella Oscura, y no creo que a su Alteza le hiciese excesiva gracia... podría llegar a merendarse vivo a quien tan solo simplemente se le pasase algo semejante por la imaginación.
  • No, eso descartadlo, como bien dices sería un riesgo excesivo para la Estrella Oscura. No, no puede ser eso, como bien dice Sandra su alteza mandaría descuartizar de inmediato a quien tan solo se le ocurriese una estupidez semejante, no digamos ya lo que le haría a quien se le ocurriese dar semejante orden. Yo estaba pensando más bien, quizá en aquella nave que se posiciono con el Carguero en Caribdis o en algo similar a eso, es lo bastante grande y llevar la suficiente gente armada a bordo como para poder ser útiles –replicó el Almirante Stratos.
  • O bien alguno de esos cargueros… -apuntó la Coronel Sandra.
  • Podría ser, pero para ese caso serían mucho más efectivos mis hombres… aunque… -se calló, quedándose pensativa.
  • ¿Aunque? –preguntó el Almirante.
  • Una de sus funciones es la custodia, podríamos usarlo para controlar prisioneros si tuviésemos que asaltar y tomar alguna nave, además de dejarlas para controlar el interior, de ese modo mis hombres quedarían libres de esa tarea para ocuparse de otras cosas –arguyó Samantha.
  • Si, podría ser una buena opción, pero eso supone que ya sabemos entonces que tendremos que asaltar naves –dijo Sandra.
  • En cualquier caso da igual, de momento nos los han asignado por lo que he visto. Esperemos a que nos den órdenes para ver el motivo de ello… Pero lo que sí quiero de todos modos, es que ambas tengáis los códigos de activación a mano, solo por si acaso…
  • Entonces señor, y aunque no creo que corramos peligro, en cuanto despeguemos de la base podríamos distribuirlos y desplegarlos por la nave, aun estando desconectados, en caso de problemas eso se solucionaría en apenas unos segundos…
  • Hagan eso si quieren con la mitad, pero que al menos la otra parte se queden desplegados en el hangar, es el punto más vulnerable y por otro lado, de tener que usarlos ese sería su lugar de salida, con los transbordadores. Así mantenemos las dos posibilidades de una tacada…
  • Si señor… -tras esto ambas mujeres salieron de las dependencias del Almirante.

Al Almirante Stratos la presencia de esos Robots MKII no es que le hiciese excesiva gracia, de hecho, no le hacía ni la más mínima el tenerles a bordo, pues se suponía que para el servicio que estos podían realizar ya estaba en la nave toda una compañía de Marines de Asalto, y sin duda, una de las mejores de toda la confederación Imperial sino la mejor. No podía evitar que todo esto empezase a olerle mal, pero que muy mal. Tres días después recibió por fin una comunicación de alta prioridad procedente del Almirante Gzak.

  • Almirante… -saludó el General Gzak-, tengo nuevas órdenes para usted.
  • Sí señor, perdone la pregunta, ¿pero tienen quizá que ver con esos robots MKII que nos han transferido?
  • Si, en buena parte. Esos robots le fueron transferidos por orden mía, no porque les sea necesario su uso o porque sea algo que tenga previsto que suceda, pero considere oportuno reforzar en todo lo posible su fuego de infantería para curarnos en salud visto lo que tengo ahora que decirle.
  • Bien señor, ¿cuáles son las ordenes?
  • Antes de nada Almirante. ¿Qué sabe usted de la Liga de Mundos Libres y de su junta de gobierno?
  • Pues creo que en general lo que cualquiera, que no son especialmente fuertes, que se sostienen a base de alianzas dudosas entre varias facciones y que su gobierno tiene los pies de barro. Aun así su Flota y Ejercito son tremendamente poderosos, forman un enemigo formidable para cualquiera, aunque sus altos mandos están igual de fraccionados que su gobierno…
  • Bueno, pues sabe bastante, no se crea. ¿Le dice algo el nombre de Barok Radecked?
  • Si claro, si no recuerdo mal intento dar un golpe de estado en la Liga hace como unos cuatro años… creo, o por lo menos eso dijeron –respondió pensativo.
  • Si, aunque no exactamente. Tenía un golpe de estado preparado solo a falta de los últimos preparativos cuando murió, inteligencia piensa que fue traicionado por uno de sus hombres de confianza, alguien que ahora ocupa por cierto un importante puesto en el gobierno.
  • Entiendo, ¿pero que tiene todo esto que ver?
  • La nave que ustedes detectaron junto con el carguero en Caribdis, pese al nombre que aparece en los registros, según todos los datos y las lecturas que los sistemas que ustedes usaron nos dieron, se trata sin la menor duda de la “Nimbos Barok”, la nave personal de Barok Radecked.
  • ¿Creen que alguien de su antigua organización está metido en todo esto? –preguntó el Almirante Stratos.
  • El problema es otro Almirante, no ese. El problema real aquí, es que supuestamente esa nave fue destruida junto con Barok Radecked cuando dos Cruceros Pesados de La Liga la interceptaron y atacaron por orden de su Junta Central de gobierno. Se dio por buena la información puesto que ambas naves pertenecían a los leales a la junta… -termino el General Gzak.
  • Pues si la nave está intacta… -dejo colgado el Almirante.
  • Si, entonces podemos suponer que Barak está vivo y metido en este asunto de los Cargueros. Lo que nos preocupa ahora es no saber que puede estar tramando, inteligencia no ha obtenido nada sobre posibles movimientos extraños dentro de la Liga de Mundos Libres más allá de sus habituales rencillas y puñaladas políticas.
  • ¿Creen que pueda estar preparando de nuevo otro golpe de Estado?
  • No necesariamente, pero no lo descartamos en absoluto, más bien todo lo contrario, ya que esa opción sería algo muy real con esta situación. Según inteligencia, hace cuatro años, cuando “murió”, se llevó con él la mayor parte del conocimiento sobre su “organización”, ya que esta la tenía compartimentada en varias ramas, y únicamente él conocía todas ellas y las diferentes funciones que tenían asignadas en sus planes. Se dio por supuesto que sin la cabeza dirigente, esas ramas morirían por si mismas…
  • Y si no murió, esas ramas habrán seguido operando hasta este momento bajo su control. Lo que quiere decir que puede que el golpe que estaba preparando, no fuese abortado tan definitivamente como se creía… ¿no?
  • Si, básicamente. Al fingir su propia muerte consiguió que dejasen de vigilarle, lo que le ha podido permitir trabajar todos estos años con total impunidad en lo que sea que esté planeando. Aunque algunos de sus hombres estaban comprometidos y bajo vigilancia, es muy posible que de ese modo salvase de la quema gran parte de su organización…
  • Quiere decir que dejo que se quemasen varias de su “ramas” como usted lo definió, y solo siguió con las que estuviese 100% seguro de su absoluta lealtad, ¿no?
  • Sí, es lo más sensato a pensar en estos momentos, de hecho, aun seguiría “oculto” ante todos de no haberse dado aquella casualidad con el Carguero. Puede que de haber sido otra nave la que se fijase en su comportamiento, no estuviésemos ahora mismo en esta situación…
  • Si, supongo que tuvieron la mala suerte de llamar la atención de la Almirante Kasinhs y de que su Alteza decidiese tomar cartas en el asunto… -sonrió irónico el Almirante, provocando la risa del General Gzak.
  • Si, aunque también es cierto que dado lo raro de lo que se observó, con la misma sospecha procedente de otra nave de la Flota también se hubiese investigado, pero reconozcamos que no es lo mismo recibir la petición de echarle un vistazo de un oscuro capitán, que de su Alteza Imperial en persona.
  • Sí, eso lo suponía. Y dígame General, ¿cuáles son nuestras órdenes?
  • Dentro de dos días recibirán un cargamento de contenedores destinados a una estación remota, eso mantendrá a su nave fuera de órbita durante un periodo considerablemente prolongado de tiempo. En esos contenedores hay varios equipos destinados a marcar… “los cargueros”, concretamente cinco equipos de marcas.
  • ¿Es que se han descubierto más naves iguales? –preguntó visiblemente sorprendido el Almirante.
  • No, únicamente esos tres, pero para curarnos en salud, ya sea por un fallo o por una nueva “aparición”, les hemos transferido cinco en total.
  • Es decir, nuestra misión será colocarles esos “marcadores” a los Cargueros, ¿no?
  • Si, exactamente… pero hay un problema… o mejor dicho, varios.
  • Dígame…
  • Primero el tamaño de los marcadores, son de diez por treinta metros… y pesaran unos cuatrocientos kilos además de ser extremadamente delicados por uno de sus lados hasta que estén fijos al casco de sus objetivos.
  • Si, el manejarlos será un problema, aunque en gravedad cero el peso no cause dificultades… su volumen ciertamente si es otro asunto… ¿Que más General…?
  • Tan solo conocemos un sitio donde creemos que sea factible sorprender a los tres cargueros en un momento u otro en un plazo de tiempo relativamente breve… -dijo mirando fijamente al Almirante.
  • El sistema Kilmart en el interior de la Liga de Mundos Libres, ¿no?
  • Sí, eso mismo, calculamos que posiblemente sea el único lugar en que los tres coincidan a pasar antes o después. La otra alternativa seria perseguirlos por todo este lado de la galaxia, estimamos que ese riesgo es mucho mayor que el esperar a que los tres aparezcan por ese sistema estelar.
  • De acuerdo, en cuanto recibamos los contenedores nos pondremos en camino…
  • Almirante, tiene libertad absoluta de maniobra, ya que no le será posible pedir instrucciones si pasa algo o descubre alguna cosa, usted será quien deba de tomar la decisión de que hacer. Tiene desde ya acceso a toda la inteligencia que tenemos ahora mismo sobre la Liga y todos los problemas pasados con Barak, estúdieselo, por favor, y Almirante… evite correr riesgos en lo posible... adiós y mucha suerte con su misión.
  • No se preocupe General, así lo hare… corto y fuera.

El Almirante se recostó en su asiento pensativo sobre todo lo que había hablado con el General Gzak, lo siguiente que hizo fue acceder a los informes de inteligencia sobre la Liga de Mundos Libres con el fin de ir familiarizándose con la situación, mas allá de lo que “todo el mundo conocía”. Tras dos días de estar verificando e investigando en lo más profundo del sistema de inteligencia sobre la situación, llamó a sus máximos colaboradores para un reunión y explicarles cuales eran sus nuevas órdenes. Todos ellos en mayor o menor medida le dieron sus respectivas opiniones al respecto, tras la reunión y una vez que los contenedores estuvieron a bordo, la Estrella Oscura abandono la base estelar Targus con rumbo hacia el sistema Kilmart, en el interior de la Liga de Mundos Libres.

Se detuvieron a dos sistemas estelares de la frontera de la Confederación Imperial con la Liga de Mundos Libres con el fin de poder ultimar todos los detalles. La Coronel Samantha fue a ver al Almirante Stratos al segundo día de prácticas de sus hombres con los “marcadores”…

  • Almirante, tenemos un problema…
  • Vaya, que sorpresa, ¿qué pasa?
  • Hemos estado usando la “panza” de la Estrella Oscura como terreno de prácticas para colocar los paneles que nos han facilitado, pues bien, tres de los cuatro que hemos usado para ello han resultado dañados…
  • ¿Me estás diciendo que os habéis cargado tres de los cinco de los que disponemos? –se medió incorporo alarmado en su mesa el Almirante.
  • No, no señor, no usamos los “buenos”, los simulamos con planchas de parches para el blindaje de la nave…
  • ¿Me estás diciendo que tres planchas de blindaje han resultado dañadas al colocarlas? Pero si lleváis dos días haciéndolo sin problemas –se sorprendió.
  • Si, si señor… con la nave detenida, pero Ston ha tenido que ponerla en marcha para unos ajustes en los motores y probamos aprovechando la circunstancia, tres de las cuatro han terminado “dañadas”… Observe… -dijo pasando al terminal del Almirante unas imágenes.

El Almirante observo como tres de las cuatro planchas que mostraban las imágenes siendo introducidas en el Hangar por los hombres de la Coronel Samantha, presentaban varios daños, en algunos puntos estaban dobladas o levemente combadas, lo cual ciertamente para usar esas mismas planchas para una reparación no suponía el menor problema… Pero el Almirante entendió la situación de inmediato, si planchas de blindaje habían recibido esos daños, las verdaderas posiblemente terminasen inutilizadas para el uso que tenían previsto. El problema es que las “reales” si bien por una lado tenían el blindaje estándar de cualquier nave y en este caso, específicamente el que usaban ese tipo de cargueros más livianas que las de la Estrella Oscura, las que irían sobre la verdadera superficie, contaba con importantes mecanismos electrónicos, o por lo menos, las trampillas de acceso a los mismos junto con varios dispositivos de seguridad, incluido uno de autodestrucción, que era el que realmente les preocupaba en esos instantes.

  • ¿Ha hablado de esto con Ston? –la miró fijamente.
  • Sí, sí señor, un par de sus chicos le han echado un vistazo a las planchas de los marcadores, no hay modo de hacerlo sin que esas cargas entrasen en ignición al contacto… y tampoco es posible desconectarlo por un momento hasta que este sujeto. Según han dicho, el no poder desconectarlo es un problema de diseño, no se puede hacer nada tal y como están construidas…
  • ¿Alguna idea de cómo solucionarlo?, sino tendré que abortar la misión, sería una locura tratar de realizarla con un porcentaje de error del 75%, la Estrella Oscura terminaría siendo descubierta.
  • Bueno, existe una posibilidad, situarlas ya alojadas en planchas de blindaje estándar para ese tipo de naves, eso en teoría funcionaria… De ese modo, al estar ya fijas a una superficie “blindada”, el sistema de autodestrucción no iniciaría por muchos golpes que se lleve…
  • Ya, pero el problema sería situarle con una plancha de blindaje acoplada, ¿no?
  • Si y no, un problema es que necesitamos planchas de blindaje para naves de carga y no tenemos… Pero eso no es lo malo, lo malo es que ese tipo de planchas que deberíamos de usar para esto debe de ser usado como si de verdad el casco necesitase ser reparado, tiene que ser fusionado con plasma a la superficie del carguero.
  • ¿Nada más que eso? Vaya que simple… -contestó sarcástico.
  • Señor, mis hombres pueden hacerlo, no sería ningún problema el colocar y fusionar esa planchas.
  • ¿Y el tiempo Coronel? Lo digo porque el colocar el sistema original apenas es un minuto escaso una vez sobre el carguero, pero si tienen que usar energía plasmática de alta densidad…
  • Ese es el verdadero problema de todo esto señor. Mis hombres saben perfectamente como colocar una plancha, igual que el mejor de los empleados de una dársena en un astillero, pero necesitaríamos como mínimo entre cinco y diez minutos para poder hacerlo… -en ese momento entró el Tte. Coronel Ston.
  • ¿Samantha, ya se lo has dicho…? –le preguntó directamente a la coronel tras saludar al almirante.
  • Si, estaba en ello… iba por la parte del tiempo que necesitamos para fusionar esas planchas…
  • Ston, ¿el sistema de cobertura de la nave sería capaz de cubrirles también a ellos si tuviesen que fusionar esas planchas a esos cargueros?
  • Si realmente solo se trata de cargueros si, sus sistemas de control o los sensores no serían capaces de localizarlos y descubrirlos mientras estén dentro de nuestra protección, pero eso funcionaria siempre y cuando en el sistema no existan sistemas militares de detección. Aunque eso dependería del sistema y del rango de distancia hasta nosotros, sería un riesgo elevado, y no creo que fuese una buena idea. Por los datos que tenemos, el sistema Kilmart sería el sitio perfecto para hacerlo, no hay nada que ni remotamente suponga una amenaza por leve que sea…
  • Está bien, me encargare de ver cómo podemos echarles el guante a unas cuantas planchas para cargueros…
  • Quizá lo más rápido fuese volver a nuestra base, al depósito de Mar-Shagan, allí podríamos conseguir todo lo que necesitamos sin “pedidos raros” de por medio –recomendó Ston.
  • Si, puede que fuese lo mejor, lo consultare, ya que nos retrasaría bastante. De momento empiecen a preparar esas planchas marcadoras y el equipo necesario para poder fusionarlas con los parches para exterior de esos cargueros… en cuanto les encontremos…

Tras dar la orden y de que ambos oficiales superiores saliesen, el Almirante se dirigió a su terminal, pidiendo una comunicación preferente con el General Gzak. Una vez estableció contacto, notifico los problemas que habían surgidos y lo que consideraban como la mejor opción para solucionarlos. Después de eso solicito que se verificase en lo posible que los cargueros realmente tuviesen únicamente los sistemas que se esperaban en naves de ese tipo. En realidad eso era algo francamente sencillo de hacer, al menos con dos de ellos, ya que el tercero según todos los datos que tenían, en realidad nunca parecía haber pisado la Confederación Imperial, por lo que no podría ser sometido a “inspecciones rutinarias” de la Flota, algo que no llamaría la atención, pues se hacían de forma habitual con elementos escogidos al azar. El General Gzak aprobó ambas medidas, el que la Estrella Oscura perdiese tiempo regresando a su base no le agradó, pero por otro lado, eso les concedía el necesario para verificar lo que el Almirante Stratos le había solicitado y podérselo comunicar antes de salir del territorio de la Confederación Imperial.

La Liga de Mundos Libres - 4

Fecha estelar - 5328

1º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Belal

Depósito de la Flota de Mar-Shagan

UEP Estrella Oscura

La Estrella Oscura se encontraba amarrada a uno de los Galpones de la Base-Deposito de Mar-Shagan, habían recibido ya las planchas que solicitaron, también la información que pidieron al General Gzak sobre al menos dos de los tres Cargueros en los que tendrían que trabajar. Los Marines de la Coronel Samantha por su parte, habían estado entrenándose en como situar las planchas sobre el armazón de un carguero en el menor tiempo posible utilizando para ello uno de la multitud de ellos pertenecientes a la Flota y que estaban almacenados allí. Por fin, tres días después de la recepción del mensaje por parte del General Gzak el Almirante Stratos dio la orden de partida en dirección al sistema Kilmart, en lo profundo de la Liga de Mundos Libres.

Por otro lado, el Tte. Coronel Samuel había logrado también conseguir todos los registros posibles de una nave concreta que se movía por la Liga de Mundos Libres, la “Zotenk”, una nave tras la que estaba toda la Flota de la Liga, aunque sin mucho éxito que dijéramos. Llevaba ya dos largos años burlando a las autoridades, asaltando tanto cargueros como naves de pasajeros, según inteligencia iba muy bien artillada, casi, casi al nivel de una de las naves “Q” de la Confederación Imperial. Sin embargo e inteligencia no tenía la respuesta, esa nave jamás actuaba fuera de la Liga, por muy cerca de alguna frontera que fuese detectada, no había constancia de que la hubiese traspasado en una sola ocasión, fuese cual fuese la frontera. Este comportamiento era llamativo, pues se alejaba del habitual en una nave pirata, asemejándose más al movimiento que haría un Corsario, pero claro, la Liga no estaba en guerra para que esto último fuese factible.

Tan solo un par de semanas después de su partida de su base, la Estrella Oscura entraba en el sistema Kilmart bajo la protección de su cobertura, según los datos procedentes de los sistemas de la Confederación Imperial, uno de los Cargueros ya estaba en ruta en dirección hacia este sistema estelar. El Almirante dio órdenes de dirigirse a la más que probable ruta de entrada del carguero en el sistema, también dio instrucciones de calibrar y preparar todos los sensores de la nave para el seguimiento y las operaciones que tendrían que llevar a cabo.

Tan solo tres días después, el “Carguero” hizo si aparición en el sistema, a unos escasos diez mil kilómetros de la Estrella Oscura, que es tanto como decir que salió prácticamente “rozándola” en términos espaciales. Los sensores escanearon la nave de arriba abajo, de izquierda a derecha, del derecho y del revés, hicieron un diagrama tridimensional de su estructura en el que tanto Ston como Samantha estuvieron buscando el lugar más indicado para situar su “chivato”. Al final dieron con uno que iría perfecto, situado justo en la parte trasera, en la zona cercana a los motores. El problema es que si bien el sitio era muy útil pues la cercanía de los motores dificultaría cualquier inspección concienzuda en busca de rastreadores, el colocarlo en aquella zona era por lo demás, muy complicado y la cobertura sobre los Marines iría muy, pero que muy ajustada.

Tanto Ston como Samantha aseguraron al Almirante Stratos que no habría problemas a la hora de situar el panel sobre el carguero, ya que si bien era dificultoso por su situación, por otra, la posición en que querían instalarlo reduciría la necesidad de tiempo de trabajo para la fusión del panel al casco. Aunque el almirante no pareció quedar muy convencido dio las órdenes oportunas para empezar con las operaciones… Primero se situaron en la cola del carguero, entrando en su cercanía por la estela de sus motores, manteniendo prácticamente el mismo rumbo del carguero, aunque con una leve desviación de un par de grados escasos, luego fueron igualando lentamente la velocidad del mismo hasta situarse en posición y entonces sí, replicar en lo posible cada movimiento que la nave hacía.

La panza de la Estrella Oscura quedo orientada hacia la estructura del carguero con el fin de poder usar las esclusas del hangar de carga para la salida de los Marines con los paneles. El problema es que de ese modo dejaban completamente al descubierto una abertura hacia el interior de la nave orientada hacia el casco del carguero. Aun con el escudo al Máximo, un impacto directo en ese momento sobre el hangar de una batería laser de alta potencia bastaría para destruir la Estrella Oscura, por fortuna el carguero no disponía de nada semejante, único motivo por el que el Almirante había permitido tan arriesgada maniobra.

Los Marines iban equipados con Armaduras Blindadas de Asalto en Vacío, cada Armadura llevaba su propio equipo propulsor, todos ellos estaban sujetos por cables al interior del hangar, así como los equipos portátiles de soldadura de fusión de plasma, cada uno de esos aparatitos pensaba cerca de cien kilos en gravedad estándar, además de esto, también llevaban la plancha con el “chivato” para situar en el casco del carguero. En total para el trabajo, sobre el casco del Carguero estarían quince Marines de Asalto. Cuatro para manejar la plancha, seis más para los equipos de soldadura, dos por equipo y cinco en el perímetro externo del grupo para controlar en todo momento la posición relativa de ambas naves, asegurarse de que nadie se saliese de la protección del encubrimiento y como guardia armada por si surgían problemas.

Fueron tres meses de duro trabajo hasta colocar las planchas en los tres cargueros, sorprendentemente, todos ellos parecían replicas unos de otros, las diferencias entre ellos debidos a golpes, micrometeoritos, etc., eran mínimos, incluido el segundo que apareció, aquel que según inteligencia nunca había pisado el territorio de la Confederación Imperial. Tras colocar la última de las planchas en la última de las naves, el Almirante decidió correr el riesgo de esperar a que el carguero partiese para, en caso de ir en dirección al territorio de la Confederación Imperial, seguirle durante todo el camino. Riesgo porque durante las últimas tres semanas, habían interceptados comunicaciones civiles en las que se advertía de la presencia en el sector de la “Zotenk”, la nave pirata, lo que suponía automáticamente un repentino incremento de naves de Guerra en la zona.

Desgraciadamente, los temores del Almirante se cumplieron, y de la peor manera posible, aunque por fortuna, aun a tiempo para remediar lo peor. En el momento en que la Estrella Oscura empezaba a ponerse en marcha con rumbo de seguimiento la nave, y justo en la entrada de salto que debían de emplear para ir tras el carguero en su ruta hacia la Confederación, aparecieron varias naves de guerra pertenecientes obviamente a la Flota de la Liga, interponiéndose completamente en el rumbo que ambas naves llevaban. Por fortuna, la Estrella Oscura aún estaba lo bastante lejos del punto de salto como para poder ser advertida pese a sus sistema de encubrimiento.

Concretamente hicieron su aparición tres Cruceros Pesados, cuatro Cruceros Ligeros, una decena de Destructores y lo más problemático, una corbeta de protección, muy similar en sus características a las de Exploración de la Flota de la Confederación, o lo que es lo mismo, una nave cargada de poderosos sensores capaces de descubrir a la Estrella Oscura si esta se posicionaba lo bastante cerca. El Almirante dio de inmediato la orden de ponerse en movimiento hacia un punto de salto alternativo hacia otro sistema también pobremente vigilado, pero que les quitaría de en medio de la ruta de esa maldita corbeta. Sin embargo, ese salto les haría perder la pista del carguero en caso de desviarse de su rumbo, pero no tenían otra opción, ya que con la aparición de esa nave cargada de sensores la permanencia en el sistema Kilmart se había convertido en un riesgo inasumible para la nave, pues nunca se podía saber la dirección que tomarían o los motivos para la presencia en un sistema no habitual de un grupo de naves de guerra, especialmente con una nave “pirata” en ese mismo sector.

La Estrella Oscura, diez horas después de la aparición de las naves de la Flota de la Liga, salto hacia un sistema aledaño tanto al sistema Kilmart como a la Nébula Tarkhana. Justo unos segundos antes de saltar habían podido observar al carguero abandonar también el sistema, aunque las imágenes que vieron se habían producido tres horas antes. Pero también vieron, que la flotilla de la Liga mantenía un rumbo que la llevaba justo hacia el mismo punto de salto que ellos pensaban utilizar, y dada la alta velocidad del grupo, era excesivamente arriesgado el tratar de alcanzar cualquier otro, especialmente como ya se dijo, con esa maldita Corbeta en cabeza haciendo de sabueso.

El Almirante Stratos estuvo haciendo todo tipo de cálculos, llegando al a conclusión, de que si quería interceptar nuevamente al carguero y de paso dar esquinazo a esa flotilla, debería de cortar su ruta atravesando por la Nébula Tharkana, usando para ello el sistema Caribdis, único punto lo suficientemente “influyente” como para que los sistemas fuesen capaces de localizarlo para el salto aun dentro de la Nébula. La Estrella Oscura se introdujo en la Nébula con sus sistemas de control de daños, los escudos y el rastreo de sus sensores al máximo intentando no tropezarse con nada desagradable… estuvieron adentrándose en ella a velocidad reducida durante unas veinte horas, hasta un punto seguro donde ninguna nave de Guerra fuese capaz de localizarla, incluyendo la dichosa Corbeta.

La Estrella Oscura uso la poderosa interferencia que generaba el Agujero Negro de Caribdis para orientar su salto en el interior de la Nébula. Todo resulto perfecto hasta el mismo instante de hacer su aparición en el sistema estelar, la Estrella Oscura hizo su entrada muy cerca de las últimas balizas de advertencia. A los pocos segundos el oficial en cargado de los sensores advirtió que la Estrella Oscura estaba siendo rastreada, el Almirante de inmediato pidió que se identificase la fuente, que se alzasen los escudos y se activaran los sistemas de armamento, en definitiva declaro una alerta general de combate. Se situó tras la pantalla de sensores, observando todo lo que estos poco a poco iban reconociendo… El problema es que la alarmante cercanía de Caribdis dificultaba gravemente la recepción de los datos. En un momento dado, la procedencia del escaneo quedo clara…

Justo a una relativamente corta distancia se encontraba una Fragata de la Liga de Mundos Libres, pero muy cercana a la situación de las ultimas balizas de advertencia del punto de máxima atracción de Caribdis, donde pasarlas suponía prácticamente meterse en el punto de no retorno del enorme Agujero Negro. Los motores de la Fragata de la Liga aparecían trabajando a máximo rendimiento, quizá incluso por encima de su límite de seguridad según lo que marcaban los sensores, ya que ella si estaba tras las señales de balizamiento, saliendo poco a poco de la atracción del agujero con enorme esfuerzo. Según los rápidos cálculos de los sistemas de la Estrella Oscura sobre el posicionamiento de la otra fragata, en esta tenían toda su energía derivada a los motores, muy probablemente incluso superando los límites de seguridad de su núcleo energético. A los sensores de la Fragata les debía de llegar una cantidad mínima de energía, pero la suficiente como para que sus sistemas pasivos fuesen capaces de una identificación positiva de la Estrella Oscura. Por otro lado el Almirante Stratos valoro también otro dato suministrado por los sensores, y es que dada su posición relativa en el sistema, aun habiendo revisado las boyas de seguridad, esta también debía de haber saltado hacia Caribdis, bien desde dentro, bien atravesando el interior de la Nébula Tarkhana, solo así se podría explicar el error de posicionamiento final en el salto. Con todo esto en mente, tomó una rápida decisión…

La orden del Almirante Stratos fue tajante…

  • Samantha, las Baterías principales, fuego sobre esa fragata… vuelen sus motores y antenas de comunicaciones… ya…
  • Pero señor… es una nave de guerra de la Liga… -dijo sorprendida la Coronel Samantha.
  • Coronel, lo sé perfectamente. Mi orden ha sido que abra fuego con la baterías… ¿tengo que repetírselo?
  • No señor… baterías principales… ¡¡¡Fuego!!! –dijo mientras manipulaba los controles con rapidez y precisión.
  • Dispongan rápidamente del sistema de cobertura… y llévennos lejos de las balizas lo más rápido posible… Luego dispongan de la nave en espera con los máximos sistemas en forma pasiva…
  • Si señor… -replico la primera oficial, en silencio hasta ese instante.

El impacto de los disparos de las baterías sobre la zona de comunicaciones y motores de a Fragata supuso su condena, ya que estos fueron destruidos al instante, y la nave entonces, fue rápidamente atraída hacia el agujero… Al Almirante no le agradó tener que hacerlo de ese modo, pero sabía que si la reducía a escombros, la menor masa de estos, si bien de todos modos haría que toda prueba desapareciese en el interior de Caribdis, esto sería con mucha más lentitud que de este otro modo. Con la Fragata prácticamente de una pieza, su final seria “rápido”, su masa “agrupada” se vería arrastrada con mayor velocidad y dejaría también un menor número de posibles restos que explicasen que había sucedido con ella, si es que quedase alguno.

Con sus antenas destruidas, los supervivientes tampoco podían pedir auxilio o enviar cualquier tipo de información, incluso en su posición actual con respecto a Caribdis, la posibilidad de que alguna especie de Misil de comunicaciones como el que la Confederación usaba, tampoco era ninguna opción, su empuje no sería tampoco el suficiente como para poder escapar de la atracción letal a que se vería sometido dada la distancia a la que se encontraban. En poco más de tres horas, la nave desparecería en el horizonte resultante del agüero negro engullida por este, incluso para cualquier observador lejano en caso de llegar a tiempo de “ver” algo, la destrucción de sus motores podría haber sido algo lógico como consecuencia de sus intentos por escapar a su destino al sobreforzarlos.

Quince minutos después, la primera oficial entró en las dependencias del Almirante Stratos…

  • ¿Señor?
  • Pase Sandra, ¿quiere saber porque hemos destruido esa fragata, no?
  • Sí señor, la verdad es que me gustaría saberlo, esto podría derivar en graves problemas diplomáticos si se llegase a saber…
  • No, no lo haría, está equivocada. Esa fragata no debería de esta ahí, por su posición según han calculado los sistemas, con casi total probabilidad han hecho lo que nosotros, saltar desde el interior de la Nébula, eso solo se hace cuando no se quiere ser detectado. Además, independientemente de todo esto no podíamos correr el riesgo de que en caso de lograr salir de aquí, se preguntasen que hacia esta nave en concreto en Caribdis. La seguridad de La Estrella Oscura es una de nuestras principales prioridades en cualquier misión, sea del tipo que sea.
  • Según deduzco por lo que dice sobre esa fragata, ¿espera visita no?
  • Si, espero visita, creo que tenían algún tipo de encuentro en el sistema… y vamos a ver a quien iban a esperar…
  • ¿Me admite usted una apuesta? –sonrió.
  • ¿Me dejaría usted que eligiese primero? –se rio el Almirante.
  • No, no señor, seguro que ambos estamos pensando en la misma nave…
  • Sí, creo que sí, seguro que es… -en esos instantes fueron interrumpidos desde el puente, pues una nave acababa de entrar en el sistema.
  • Vamos, creo que saldremos de dudas enseguida –dijo el Almirante poniéndose en marcha.
  • Sí señor, aunque supongo que ambos sabemos ya quién es… -replico la Coronel mientras le seguía.
  • Si, supongo que si…

Cuando ambos llegaron al puente, el oficial de sensores les paso los datos que estos habían recogido, identificando positivamente la nave como la “Nimbos Barok”. De inmediato el Almirante dio órdenes de que los sensores trabajasen a máxima potencia, y que se prepararan los tres sistemas energéticos de la Estrella Oscura para trabajar al 100% si eran descubiertos, no tenía pensado hacerlo, pero si esa nave los descubría, tendría que destruirla al instante tal y como destruyo la Fragata de la Liga. Por fortuna los sensores tardaron muy poco en conseguir tanto los datos de la nave, como el más que probable rumbo en el interior del sistema. Tras ello, el Almirante dio órdenes de que todos los sistemas fueran nuevamente situados en modo pasivo y restringir al máximo el uso de energía. La Nimbos Barok tardo cuatro días en saltar fuera de Caribdis, haciéndolo en la misma dirección en la que había venido según los sensores… Solo diez horas después, era la Estrella Oscura la que saltaba rumbo al Territorio de la Confederación Imperial.

Según la Estrella Oscura entró en el espacio de la Confederación Imperial, el Almirante Stratos envió al General Gzak un extenso informe notificándole todo el proceso de la misión, incluyendo la presencia en la zona del sistema Kilmart de la nave pirata “Zotenk”. También le notificó el desafortunado incidente del sistema Caribdis en su regreso, así como su encuentro con la “Nimbos Barak” y sus apreciaciones sobre la situación allí vivida. El General Gzak, tras la recepción del informe de la Estrella Oscura, apenas tardó cinco horas en comunicarse por un canal prioritario de emergencia con el Almirante Stratos.

  • Almirante, tenemos entre manos un buen problema…
  • ¿Se refiere a la destrucción de la Fragata de la Liga?
  • No, me refiero a que por los datos que nos ha facilitado hemos identificado la Fragata que destruyeron como la “FGR-14980”. Según inteligencia no debería de estar en esa zona, es más, ni siquiera tendría de andar por nuestras fronteras, por los datos a los que hemos tenido acceso estaba destacada en la zona de la Republica Tarkhana, al otro extremo de la Nébula. Todo apunta según los informes que tenían una reunión con la “Nimbos Barak” y eso definitivamente, no es bueno, definitivamente, nada bueno.
  • Quizá, pero no creo que sea para tanto señor, sabemos que si es verdad que Barok Radecked está metido en todo esto, tenía a una parte de la Flota de la Liga entre sus seguidores. Era previsible que siguiese en contacto con bastantes o cuanto menos, algunos de ellos…
  • Sí, todo eso ya lo dábamos por sentado, el problema es que la “GFR-14980” supuestamente es una de las naves más leales al Alto Consejo de la Liga. En realidad según los datos de inteligencia que tenemos, esa nave está en su sector de destino más para controlar a sus propios compañeros que con cualquier cosa que ocurra en la frontera. Supuestamente su tripulación pertenece a una rama operativa de su Contrainteligencia Militar... y asuma lo que eso quiere significar en este caso…
  • Entiendo… quizá debería de haber destruido también la “Nimbos Barak” aprovechando la situación…
  • No, ni mucho menos, los datos sobre ella que han conseguido han sido… “interesantes” –sonrió el General.
  • Señor… -dijo el Almirante perplejo.
  • La ruta tanto de entrada como de salida de esa nave, establece su punto de origen en un punto situado en el interior de la Nébula, concretamente, en una zona muy al interior de la misma… Lo hemos conseguido al confrontarlo con su informe de su anterior encuentro con el carguero...
  • ¿Quizá algún sistema oculto en el interior de la Nébula?
  • No, no creemos que sea eso, en la Nébula Tarkhana es algo muy improbable dada su composición, pero no tenemos dudas de que en el interior de esa Nébula hay algo que hace de base para el dueño de esa nave… y tenemos que encontrarlo…
  • ¿Y cómo?, lo único que se me ocurre es esperar a que vuelva a aparecer en Caribdis y tratar de tomarla al asalto. No veo más modos de conseguirlo… por mucho que tratásemos de seguir su ruta y tiempos estimados, podríamos pasar por delante de lo que fuese sin verlo, aunque casi chocásemos con ello…
  • Hemos estado monitorizando los tres cargueros, siguiendo sus rutas, sus negocios e incluso sus listas de embarques, obviamente los de los dos que operan en nuestro territorio es mucho más completo que los del tercero que opera en la Mancomunidad Federada de Vega, pero ninguno de ellos parece “Cargar” con lo esperábamos encontrar, por lo que no son ellos quienes les suministran. Y hay ciertas cosas, de las que por fuerza tienen que aprovisionarse si o si, y en cantidades considerables.
  • Entiendo -dijo el Almirante Stratos pensativo-, sea lo que sea esa base, tienen que tener gente trabajando allí, y determinadas cosas son necesarias por fuerza, como por ejemplo los víveres e incluso posiblemente el agua sin ir más lejos. Pero no hemos visto nada que nos haga sospechar de ninguna otra nave…
  • No, de todos modos llevara días poder establecer eso con seguridad, aunque a priori casi que podríamos darlo por seguro, no creemos que la comida y suministros más básicos les lleguen atravesó de Caribdis…
  • ¿Entonces cómo?, si saltasen desde cualquier otro lugar al interior de la Nébula, llamarían la atención, incluso si no tuviesen sensores militares… Cualquier nave que entre y salga de ella está siempre bajo el ojo de las autoridades, ni aun teniéndolas compradas funcionaria por siempre…
  • Estoy de acuerdo con usted Almirante, eso no pueden hacerlo desde un sistema fronterizo sin llamar la atención, solo existen dos lugares posibles para ello… -dejo colgando la respuesta mientras sonreía.
  • Claro… Escila… el otro agujero negro. Si no lo hacen por Caribdis, es porque para ello tienen que estar usando el sistema Escila, en la frontera entre la Republica Tarkhana y la Mancomunidad Federada de Vega.
  • Exactamente, y por eso mismo, es por lo que queremos que la Estrella Oscura se desplace hasta allí en completo sigilo para averiguar si alguna nave está haciendo lo que sospechamos… y como lo están haciendo…
  • ¿Y con lo que averigüemos?
  • Con eso tendrá usted mismo que decidir qué hacer, pero es imperativo conseguir respuestas. Necesitamos conocer lo más posible sobre los planes que tiene Barok Radecked y donde esta exactamente su base en el interior de la Nébula, tendrá que hacer lo que sea necesario para ello, como quiera, con los métodos que decida, pero hágalo...
  • ¿Entonces según eso se supone que tengo libertad total de acción…? -pregunto el Almirante un tanto sorprendido.
  • Su Alteza Imperial le ha autorizado personalmente a ello, me ha dicho que si preguntaba por los límites de su "autoridad" en esto, le dijese que lo está incluso para el uso de “los misiles” si lo considera necesario. También me indicó que quiere que sepa que debe usted de cortar de raíz cualquier intento de Golpe de Estado en la Liga en caso de que sea eso lo que Barok Radecked trama.
  • De acuerdo, entiendo. Nos pasaremos por la Base estelar de TilKrat en el segundo distrito militar para reaprovisionarnos al máximo posible antes de cruzar las Fronteras de la Mancomunidad Vegana, después nos pondremos en marcha de inmediato.
  • Adelante, tiene vía libre para lo que necesite, le estarán esperando… le informare antes de que llegué de su nueva “tapadera” para su previsión de viaje ante el mando de la Flota.
  • Si señor… lo estaré esperando... -tras esto cortó la comunicación.

El Almirante había entendido perfectamente las órdenes implícitas para él procedentes de su Alteza Imperial, y si, ciertamente no había cambiado ni un ápice, seguía tan despiadado como siempre a la hora de defender los intereses de la Confederación Imperial. La traducción a lo que había encargado que le dijese el General Gzak sobre el uso a su discreción de "los misiles" estaba clara, su Alteza quería resultados, y no necesariamente supervivientes. Había revisado personalmente gran parte de la inteligencia que tenían sobre la Liga de Mundos Libres, y un golpe de estado por parte de Barok Radecked, prácticamente significaría una Guerra Civil, o cuanto menos en el mejor de los casos para él, si el golpe tenía éxito tal y como hubiese esperado cuatro años antes, la necesidad para el nuevo gobierno de una “guerra externa”. Eso significaría encontrar un enemigo común para toda la Liga, uno que le asegurara en el poder en esos críticos primeros momentos, necesitaban a la Flota de la Liga combatiendo "a otros" para poder obtener el control total de su territorio e instituciones, y según parecía su Alteza tenía una idea aproximada de quien podría ser ese enemigo.

El Almirante Stratos entendía tras ver esos informes el problema que suponía ese golpe de tener éxito. No es que la Confederación Imperial fuese la opción más obvia o la más apropiada como "enemigo común" en opinión del propio Almirante, y especialmente ahora, dada su actual potencia militar tras la aun cercana guerra contra Razors y Corix. Tenían otras opciones bastante mejores que esa o por lo menos, teóricamente más "fáciles", pero no por ello dejaba de ser una opción más entre las varias posibles y desde luego, según los informes acumulados de cuatro años antes, la sensatez no parecía ser precisamente una de las principales virtudes de Barok Radecked. Además, estas alturas también había aprendido otra cosa, y es que si su Alteza “sugería” algo, muy probablemente, ese “algo”, por improbable que pareciese terminaría por hacerse realidad.

La Liga de Mundos Libres - 5

Fecha estelar - 5329

2º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema TilKrat

Base Estelar de la Flota de TilKrat

UEP Estrella Oscura

La Estrella Oscura abandonó la Base Estelar de TilKrat tras reabastecerse y recibir toda la información disponible de inteligencia sobre la Flota Vegana, en concreto sobre su despliegue actual y las bases principales. Lo último que quería nadie era meterse en un sistema con una importante base o presencia de su flota aun por error. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de atravesar la frontera las ordenes fueron repentinamente canceladas, en cambio fueron conminados a dirigirse rápidamente a “Tione”, un Sistema Fronterizo de la Confederación con Caribdis. Rápidamente cambiaron su ruta mientras el Almirante solicitaba comunicación directa con el General Gzak, algo que consiguió dos horas después…

  • General, ¿y este cambio de ordenes? No se suponía que debíamos de investigar en Escila.
  • Sí, pero según los últimos datos descubiertos por inteligencia habría sido inútil. Hemos encontrado una serie de pequeños desajustes en los cargamentos de esos cargueros, concretamente partes y componentes que si bien eran embarcados, después misteriosamente desaparecían de sus registros de entrega.
  • ¿Y cómo no hemos descubierto eso antes?
  • Pues muy fácil, la mayor parte de lo que se “perdía” solo tenía una probable utilidad, repuestos y suministros para granjas hidropónicas. Solo ha saltado la alerta cuando hemos puesto al sistema a cruzar datos rastreando posibles rutas o transportes de suministros para una base, entre ellos, de alimentos como objetivo principal de la búsqueda. Además hemos confirmado en nuestras bases de datos antiguas importantes cargamentos con lo último en maquinaria de excavación Minera con destino a la Liga de Mundos Libres, y aunque no podamos confirmar su destino final real, nos hace sospechar sobre su verdadero uso. El envió de esa maquinaria hacia el sistema de Liga de Kilmart no tenía mucho sentido, los gastos de transporte no se justifican con el coste.
  • Entiendo, túneles subterráneos para crear Granjas Hidropónicas, de ese modo pueden auto abastecerse de víveres sin depender del exterior o de un planeta con atmosfera… De todos modos para poder mantener esas Granjas se necesita superficie, y bastante, no creo que tengan montado un sistema de Granjas Orbitales… si eso lo unimos a la maquinaria que han descubierto haría pensar en un asteroide, planetoide o algo de ese estilo, ¿me equivoco?
  • No, según los elementos “desaparecidos” creemos… bueno, más bien estamos casi seguros de que se trata de algún tipo de cultivo subterráneo, grandes cavernas, túneles o alguna cosa similar de ese estilo… Lo que nos dejaría como posible base más probable de acuerdo a la zona algún asteroide de un tamaño respetable, entre treinta y cincuenta kilómetros de largo por diez a veinte de ancho como mínimo.
  • Pero seguimos teniendo el problema de localizarlo y no creo que esos cargueros tengan la ruta específica para poder llegar allí.
  • No, posiblemente no la tengan, es más, dudo que ninguno de ellos haya estado allí jamás, por lo que tomar alguno de ellos al asalto no sería una opción válida para encontrarlo. Es probable según todos los datos, que únicamente una de las naves identificadas como miembro de este grupo tenga los datos de esa ruta alojados en sus bancos de memoria…
  • La “Nimbos Barak”, ¿no?
  • Si, sería lo más lógico, es una nave de propósito mixto, sus bodegas serían más que suficientes para lo que necesitarían, y ya que si saliese al espacio abierto no dudamos de que antes o después sería reconocida. Esto es lo que la deja con poca utilidad más allá de ese "transporte", sería la opción más viable para hacer el trabajo como enlace entre los cargueros y su base principal.
  • Pero entonces Barok Radecked debe de tener algún modo de entrar y salir de la Nébula para contactar con sus principales colaboradores en territorio de la Liga, ¿o no? Porque tras lo que le sucedió hace cuatro años con la inteligencia de la Liga no creo que le ceda a nadie el contacto con determinados miembros de su "grupo".
  • Si, y también tal como dice, es muy probable que exista otra nave para su uso exclusivo, pero encontrarla por sus movimientos es casi imposible ya que no sabemos absolutamente nada sobre ella, ni tipo, ni modelo, ni clase, ni nada… y tampoco os la habéis encontrado en vuestras estancias en Caribdis. Para encontrarla necesitaríamos algún mínimo dato, y no tenemos ninguno en absoluto, por lo que podría ser prácticamente cualquiera.
  • ¿Incluso una nave de Guerra de la Liga quizá? –pregunto el Almirante pensativo.
  • ¿Lo dice por lo de la Fragata que destruyeron? No, imposible, seria excesiva gente a mantener la boca cerrada, sería difícil que toda la tripulación estuviese callada o incluso si no saben nada, que alguien antes o después no le reconociese. No, esa no es una opción viable…, ni siquiera con una con la libertad teórica de movimientos de la que destruyeron al pertenecer a contrainteligencia, no, antes o después por muy "leales" que supuestamente fuesen habrían levantado sospechas en sus superiores.
  • Entonces nos dirigiremos de inmediato a Caribdis. Me gustaría conocer las previsiones de ruta y situación de los tres cargueros antes de saltar hacia el sistema...
  • De acuerdo, delo por hecho, tendrá lo que me ha pedido... pero por esos cargueros no tiene que preocuparse, esos con cosa mía, solo tendrán que ocuparse de una nave, pero necesito que me adviertan cuando esté en su poder... usen uno de sus misiles para ello. Además le proporcionaremos los registros biológicos y biométricos de que disponemos de Barok Radecked, es posible que ya no tenga la misma fisionomía que cuando "murió"...
  • Entendido señor, entonces nos centraremos en la "Nimbos Barak" y le avisaremos... Sobre lo otro estaremos atentos... Iniciaremos el cambio de rumbo de inmediato, esteremos a la espera de la información para el salto final a Caribdis...
  • Muy bien... Almirante, con su código personal y desde este momento tiene absoluta prioridad en lo que necesite de la Flota...
  • Gracias señor... Corto...

El Almirante Stratos dio órdenes de ponerse en marcha y detenerse en el sistema "Tione" hasta nueva orden, no tenía la menor intención de saltar a Caribdis sin los datos que había solicitado del Almirante. Ordeno también a la Coronel Samantha que preparase varios planes para el asalto de la "Nimbos Barak", tanto usando únicamente a sus marines, como empleando en ello a los MKII, dejando muy claro que lo único que no podía ocurrir era poder la nave, ya fuese por ser rechazados o bien porque esta resultase destruida. También ordeno a ingeniería que verificasen hasta ultimísima hora las tres fuentes de energía de la Estrella Oscura, pues muy posiblemente iban a necesitar de ellas actuando a la vez durante unos tres o cuatro minutos, con el riesgo que ello suponía por su resonancia armónica.

Una vez recibió los datos que el general le había prometido, el Almirante dio órdenes a la Estrella Oscura de saltar hacia el sistema Caribdis, haciéndolo esta vez en la zona más probable de entrada para la nave adversaria en caso de que apareciese tal y como su información preveía, algo de lo que por cierto no dudaba al provenir del General Gzak y la inexistente novena sección de inteligencia. Lo que más preocupaba al Almirante de la "Nimbos Barak" es que estaba bien artillada, y aunque ni con mucho era capaz de hacer frente a la Estrella Oscura, su artillería si podría causarle daños suficientes como para dejar sus sistemas de ocultación y encubrimiento fuera de combate. En otra situación tratándose de lo que se trataba y del historial de esa nave, hubiese dado órdenes de acercarse a la nave sigilosamente y abrir fuego con las baterías principales sin previo aviso hasta reducirla finalmente a escombros.

La coronel Samantha le presento tres posibles planes de asalto contra la "Nimbos Barak". Pese a ser una nave de tipo intermedio, era grande, bastante grande, y muy posiblemente dado a lo que se dedicaban, a quien era su jefe, a su historial de problemas y a que posiblemente este fuese consciente de que era quizá la única vulnerabilidad hacia su base oculta, su habitual tripulación estuviese sobredimensionada. Una nave como esa podía llevar de 20 a 32 tripulantes con cómodas cabinas unipersonales y una veintena o más de pasajeros lujosamente instalados en amplísimos camarotes. Si esto se ajustaba a una nave que nunca estaría fuera de su base más allá de veinte días, que iba bien artillada y que el mayor temor de su jefe seria que fuese tomada al asalto por alguna nave de guerra... Con su espacio habitable debidamente utilizado, podría llevar quizá entre 260 y 300 tripulantes.

El primero de los planes era usando las dos lanzaderas de asalto con que contaba la Estrella Oscura y sus marines, atacando desde dos posiciones diferentes, una lanzadera se ocuparía de las esclusas de carga entrando por ella los marines y la otra dejando caer a los marines equipados con armaduras de vacío primero sobre las cercanías del puente, y luego sobre las esclusas más cercanas a las principales baterías de la nave, lo que eliminaría su artillería, dejaría bajo su control el puente y dejaría abierto el paso a nuevos refuerzos por el muelle con las lanzaderas o aun segundo asalto sobre la trasera, sobre ingeniería para evitar daños a sus motores. El problema era que con la previsible alta densidad de tripulación, hasta la llegada de refuerzos y dada su dispersión, los Marines tendrían que arreglárselas solos contra un enemigo superior en número. Eso causaría un buen número de bajas, pero los daños sobre la nave serian mínimos y conseguirían evitar el borrado de los bancos de datos de sus ordenadores.

El segundo consistía en un ataque quirúrgico lanzando a los marines equipados con sus armaduras con mochilas autónomas de vacío desde la Estrella Oscura contra las esclusas más cercanas a su puente de mando y zona de ingeniería, lo que podría descabezarla y dejarla completamente inerte en solo unos escasos minutos mientras las lanzaderas una vez conseguido esto asaltaban las esclusas cercanas a su artillería. Pero esto equivalía a un tiempo que dejaría abierta la posibilidad de que hicieran uso de los sistemas de fijación y fuego "manuales" de sus baterías contra la nave. Los escudos de la Estrella aguantarían una buena carga de fuego y si el tiempo estimado por el plan se cumplía no serían capaces de causar daños serios a ninguno de los sistemas, pero el riesgo era muy alto en cuanto algo saliese mal, por ejemplo bastaría con que la concentración de tripulación armada en aquellas zonas fuese más de la prevista.

El tercero era una mezcla extraña de los dos anteriores y también desarrollado en tres fases, pero usando a los *Robots MKII, y prometía ser un auténtico baño de sangre, aunque no precisamente para los marines. Este plan en cambio, era el que menos riesgo suponía para la Estrella Oscura o los propios Marines, ya que preveía un ataque general contra la "Nimbos Barak" en varias fases y previendo el menor daño posible a los sistemas vitales a tomar intactos de la propia Nimbos. En la primera una compañía completa de Marines de Asalto se situaría sobre la superficie del casco de la Nave para colocar cargas de alto explosivo sobre sus principales baterías haciéndolas detonar justo cuando comenzase la segunda parte del plan, de ese modo sería incapaz de causarle daños serios a la Estrella.

La segunda parte consistía en el asalto de la anterior compañía de Marines a las esclusas cercanas al puente de mando a la vez que ambas lanzaderas asaltaban el muelle de carga, dejando en el a los doce Robots MKII con órdenes específicas de terminar con toda resistencia acompañados por media compañía de Marines de Asalto como apoyo y con control sobre ellos. Los MKII con los Marines controlándolos deberían de iniciar una expansión en esfera desde los hangares limpiando el terreno de adversarios usando su plena potencia de fuego. Los Marines tan solo deberían de ir controlándoles para que no destrozasen nada importante y para cubrirle su espalda, el único punto realmente vulnerable en un MKII.

La tercera fase consistiría en aprovechar la previsible confusión y acumulación de tripulantes en la zona central para hacer frente a los MKII, para que ambas lanzaderas descargasen una nueva compañía de Marines de asalto sobre la parte posterior de la nave, en la zona de ingeniería y una vez consolidados ambos extremos, iniciar ambas compañías a la vez un movimiento de "limpieza" hacia los MKII. En esta situación las Lanzaderas podrían situar nuevos refuerzos en donde fueran necesarios pues aun estaría disponible una compañía y media más de Marines para rematar la "obra"... pues la otra restante seria la que se quedaría como guarnición defensiva de la Estrella Oscura.

La opción del Almirante fue la que la Coronel Samantha esperaba, la tercera, la que menos riesgos suponía tanto para la nave como para sus marines. Sin embargo el Almirante sí que dejo claro a la Coronel que todas las bajas enemigas debían de contabilizarse y someterlas a un exhaustivo reconocimiento Biológico y Biométrico por sus marines usando para ello unidades portátiles de reconocimiento. Tal y como la Coronel sabia, estas unidades no eran excesivamente fiables, por lo que cualquier coincidencia por encima del 75% tendría que ser revisada por los equipos de la enfermería de la nave. Sin embargo, el Almirante le dio otra alegría mas, cuando redujo el porcentaje de compatibilidad a un 55%... lo que le suponía un nuevo quebradero de cabeza para organizarlo todo, pues solo tenían dos lanzaderas y con ellas debía de darle para todo, llevar a los robots, a los Marines y encima retirar los cadáveres sospechosos de ser compatibles, que serían unos cuantos.

En cuanto apareció en el sistema la Nimbos Barak la Estrella Oscura se fue aproximando con la máxima precaución y lentitud hasta situarse de forma óptima sobre ella, completamente protegida por su sistema de Cobertura. El Almirante dio orden a la Coronel Samantha para que pusiese en marcha su plan de asalto en tres fases usando los MKII para abrirse paso entre la tripulación enemiga. Todo fue desarrollándose de acuerdo con la planificación prevista, las cargas explosivas dejaron sin opciones defensivas importantes a la nave, aunque alguna pequeña batería secundaria fue capaz de disparar contra la Estrella antes de ser silenciada, no fueron capaces de atravesar sus escudos de categoría de Acorazado. La Compañía se hizo con el control del puente de mando y sus aledaños, estableciendo un perímetro defensivo en su entorno mientras que ponían a todos los prisioneros bajo custodia armada.

Las lanzaderas ejecutaron la segunda parte del plan a la perfección, un pequeño grupo de Asalto de Marines consiguió forzar la apertura de las esclusas, por donde entraron las lanzaderas, desembarcando cada una de ellas a seis MKII junto con veinticinco marines de asalto por cada grupo. Los MKII tardaron menos de quince segundos una vez sobre la cubierta en eliminar de un modo bastante sangriento a la veintena de tripulantes sorprendidos allí, puesto que fueron acribillados sin previa advertencia por parte de los Robots. Cuando un Marine entraba en una sala, previamente lanzaba una o varias granadas aturdidoras y luego entraba, consiguiendo de ese modo prisioneros, pero un MKII cuando hacia eso mismo, entraba directamente haciendo un fuego de barrido con su cañón rotatorio laser montado en uno de su brazos, siendo este apoyado por el repulsor de 20mm situado en el otro en caso de que considerase que había "exceso" de tripulantes en la sala. El espacio de los MKII reservados bien para minas, bien para cohetes de trayectoria libre, en este caso se empleaban para aumentar su suministro de proyectiles para el cañón repulsor. Tras el paso de los MKII, del enemigo solo quedaban detrás los muertos... en rara ocasión algún herido de más o menos gravedad.

Tras la puesta en marcha de la tercera fase, añadiendo una compañía más de Marines, esta vez sobre la zona trasera, el área de ingeniería, las lanzaderas fueron usadas para la evacuación tanto de heridos de los marines, como para los cadáveres y prisioneros. De hecho durante el primer viaje, cuatro de estos prisioneros escoltados por tres marines trataron de hacerse con el control de la lanzadera, pero fueron rápidamente sofocados, matando los marines a uno de ellos en el proceso. Cuando desembarcaron y el Almirante fue informado de ello, tras verificar que ninguno de los tres restantes era a quien buscaban, fueron arrojados sin traje de supervivencia por una esclusa al vacío, en dirección al Agujero Negro. La acción fue claramente visible para los prisioneros del segundo viaje de las lanzaderas y los que esperaban su turno desde el espacio abierto al espacio del hangar de la "Nimbos Barak". De los 283 tripulantes de la "Nimbos Barak" solo se hicieron prisioneros 27, el resto cayó bajo el fuego combinado de los MKII y los Marines. Los prisioneros fueron interrogados sin el menor éxito, no conocían nada de nada sobre los planes de su líder ni tampoco la ruta de acceso a su base, ya que ningún oficial había sobrevivido, aunque si confirmaron que era un asteroide de gran tamaño. Con el fin de proteger el secreto de la existencia y características de la "Estrella Oscura" todos los prisioneros fueron lanzados al espacio sin trajes de supervivencia en dirección al Agujero Negro, a Caribdis, pues el Almirante considero que habían visto demasiado.

Los especialistas de Peter Ston y Samuel se pusieron manos a la obra con la "Nimbos Barak", los primeros para poner la nave en posición de poder ser puesta en marcha e incluso llegado el caso, poder controlarla de modo remoto. Los del Tte. Coronel Samuel, sin embargo, lo hicieron para acceder a los altamente protegidos bancos de memoria de la nave, con el fin de obtener toda la información posible y como no, la ruta exacta hacia el asteroide. Si el primero no tuvo apenas problemas, no así el segundo, aunque todas las dificultades merecieron la pena en vistas a lo que consiguieron, ya que increíblemente, en los bancos de la "Nimbos Barak" se encontraban las piezas suficientes como para no ser muy complicado para que el Almirante Stratos pudiese armarse una idea bastante precisa de los planes de Barok Radecked, y estos no le alegraron en absoluto. Lo que averiguo le llevo a usar rápidamente un misil de Frecuencia, disparado para informar de que la Nimbos Barak ya estaba en su poder al General Gzak y para dar cuenta de lo averiguado sobre los planes de Barok.

Dos días después un Misil de Frecuencia hizo su aparición en el sistema Caribdis, pasando por mucho las balizas de alerta de posición, enviando su mensaje y viéndose rápidamente arrastrado por la inercia hacia el Agujero Negro. El mensaje contenía órdenes expresas y específicas de su Alteza Imperial el Príncipe Heredero, y lo que anteriormente había sido simplemente una opción a ejecutar a su discreción, en esta ocasión se convertía en una orden directa. El Almirante Stratos no pudo sino sonreír con tristeza al leer la orden específica y estricta de su Alteza, no dejaba de pensar en cómo podían seguir aun subestimandole del modo en que lo hacían, tanto amigos como enemigos. Barok Radecked había cruzado una línea que ahora le iba a costar especialmente cara, tanto a él como a todo el resto de su organización.

Lo que anteriormente solo fue una opción más a barajar en caso de necesidad, se acababa de convertir en una orden precisa y escueta por parte de su Alteza Imperial, también se incluía en el mensaje la orden de empezar sin dilación con la operación en cuanto todo estuviese preparado. Teniendo en cuenta todos los datos obtenidos, y los extrapolados por la inteligencia de la Confederación Imperial, se había podido averiguar, no solo la nave que usaba Barok Radecked para moverse, sino donde iba a estar en los próximos días. Por su parte, en cuanto todos los preparativos estuvieron listos, y dos tubos de torpedos preparados para su uso "especial",  la "Estrella Oscura" puso en marcha su plan para el Asteroide, usando a la "Nimbos Barak" como su particular “llave”.

Se usaron sus sistemas automatizados para establecer una ruta hacia el Asteroide, siendo estos perfectamente duplicados por la "Estrella Oscura" hasta el mismo instante en que la "Nimbos Barak" se dispuso a posicionarse para amarrar a su Galpón en el Puerto construido en el interior de un Cráter del Asteroide. Este se encontraba protegido en todo momento por un poderos Escudo defensivo de nivel cuasi planetario, y por encima de este, se situaba una barrera electrostática que impedía el paso de partículas de la Nébula hacia el Asteroide, confiriéndole a este una zona "limpia" a su alrededor. Para que la "Nimbos Barak" pudiese acceder a su Galpón en la Base, tuvo que ser desconectado un sector tanto de la barrera, como del Escudo de protección. Fue en ese mismo instante en que estaba entrando al cráter la "Nimbos Barak" cuando aprovechando la brecha en su seguridad dos poderosos Misiles de Antimateria hicieron su incursión en el Cráter pasando junto a la nave que en esos instantes entraba, detonando ambos casi simultáneamente en el fondo del mismo.

El resultado de la explosión de ambas cabezas de Antimateria fue la completa desintegración del Asteroide con todo lo que este contenía, pues el propio escudo defensivo al tardar un segundo desde la explosión hasta su desaparición por la falta de energía y el golpe recibido por la onda expansiva de la detonación, actuó como un recipiente sellado, amplificando el mismo poder de destrucción de la onda de Antimateria al desviar una pequeña parte de esta nuevamente hacia el interior. Tras esto se dio por finalizado el problema surgido con la extraña ruta seguida por aquel primer carguero que fue detectado, y que había llevado a destapar una conspiración en un poderoso vecino que posiblemente hubiese desestabilizado toda esta zona de la galaxia.

EPILOGO

Por lo que se pudo deducir de la información obtenida en los bancos de Memoria de la "Nimbos Barak", los planes de Barok Radecked eran en extremo ambiciosos. Pero se sustentaban sobre una base de principios falsos, alguno de ellos considerablemente graves para la percepción de sus planes, y especialmente este era el caso de la evaluación que se encontró sobre su Alteza Imperial, Jhored, el Príncipe Heredero. Había tardado todo este tiempo en encontrar el momento adecuado con las circunstancias que considero como precisas para poder actuar, pues el Gran Consejo de la Liga rara vez solía abandonar su Capital, donde se encontraba fuertemente protegido.

Tan solo cinco meses después, su Majestad Imperial se reuniría en un lugar bajo estricto secreto con el Gran Consejo de la Liga en Pleno en un intento de mejorar, distender y ampliar la colaboración entre ambas potencias en un buen número de asuntos. Dos de ellos especialmente importantes, el primero trataba sobre la extensión de las "rutas" de navegación de la Confederación hasta hacerlas entrar en la Liga, creando esta por su parte algo similar en su territorio a lo ya establecido por la Confederación Imperial, recibiendo asesoramiento por parte de esta para ello. Ese proyecto era algo que para la Confederación Imperial supondría un importante incremento económico en todo el sector fronterizo a corto y medio plazo, mientras que en el resto del Territorio Confederal seria a un medio-largo tiempo, pero no obstante, esos beneficios también lo alcanzarían.

Lo mismo se podría traducir para la Liga, pero para esta era más importante aunque el progreso económico que generaría, el incremento de la estabilidad general en toda esa zona de la Liga gracias al otro importante acuerdo que esperaban cerrar. Este otro acuerdo consistía en el apoyo entre ambas flotas en las zonas fronterizas para la persecución de delincuentes “manifiestos” o Piratas de uno u otro lado, de modo que la frontera dejase de ser un refugio seguro para ellos. Del mismo modo acordaron que ambos servicios de inteligencia compartiesen toda información sensible en referencia a los movimientos de las “*Colmenas Karasasn”, con la que ambos compartían una más que peligrosa frontera.

Barok Radecked de algún modo había conseguido saber dónde se pensaba proceder al encuentro, y estaba preparándolo todo para acudir también a dicho lugar. Había preparado varios planes de contingencia para actuar, dependiendo de cuantas fuerzas llevase como escolta el Emperador, algo que por los datos tenía la seguridad de conseguir con tiempo necesario. Toda su información por sus trazas parecía obtenida de la inteligencia de la Liga, lo que indicaba que en algún lugar, y muy elevado, existía alguien que estaba filtrando esos datos.

El plan era simple, terminar con el Gran Consejo en Pleno haciendo lo mismo con El Emperador, para después tomar el control de la Liga, o cuanto menos de sus principales recursos, territorios y planetas con el apoyo de sus seguidores. Usando para estabilizarse después en el poder el temor a un posible ataque de la Confederación Imperial por la muerte del Emperador a manos de Naves de Guerra de la Liga, pues de un modo u otro el acudiría a la cita acompañado de un buen número de estas que le eran "teóricamente" fieles y que participarían en el plan. Según sus datos y percepciones sobre su Alteza Imperial, creía firmemente que a este le será difícil obtener el control total de la situación en la Confederación, estimaba que se vería abocado a dirigir sus esfuerzos a estabilizarse en el trono y no a manejar la situación política exterior que el golpe de Estado en la Liga crearía, dejándole de este modo incapacitado para iniciar de verdad una Guerra como Represalia por el asesinato de su antecesor en el Trono.

Creía poder aprovechar en La Liga de Mundos Libres ese miedo a una guerra contra la Confederación Imperial para asumir completamente el control. Cuando se dio cuenta de todo esto, de lo que significaba el plan y del fallo tan garrafal que contenía en su concepto sobre su Alteza Imperial, el Almirante se preguntó cómo podía aun haber alguien que lo subestimase de forma tan grave con todas las muestras que ya había dado de su inteligencia y capacidad de decisión. Según todos los datos obtenidos, Barok Radecked se encontraría en el asteroide cuando la "Estrella Oscura" se encontrase con  la gigantesca masa de roca. Al igual que con los Razors, su Alteza había dictaminado que los responsables del inicio o aun simplemente del intento de creación de una guerra debían de morir si o si, por ello dio orden personal y directa del uso de los Misiles de Antimateria para terminar con el Asteroide y todos los que en el estuviesen. Fue igual que en la Guerra contra Razors y Corix, al finalizar esta , tras la derrota de ambas razas, en las negociaciones de paz exigió a los primeros la entrega de los responsables directos en el proceso o la planificación del ataque que asesino a casi todos los miembros de la familia imperial, incluidos los miembros del gobierno implicados en ello. Obviamente la solicitud fue denegada... sin embargo los Razors no midieron bien la clase de hombre que era su Alteza Imperial y hasta donde estaba esté dispuesto a llegar para dar un serio escarmiento.

Esa fue la Primera vez que la "Estrella Oscura" recibió la orden directa de usar los Misiles de Antimateria que poseía en su arsenal... En estos instantes el antiguo planeta Capital de los Razors aún sigue siendo una humante masa de roca cuya única vida en su superficie la conforman los ríos de lava procedentes de sus constantes erupciones volcánicas, miles de millones de Razors quedaron incinerados cuando los Misiles de Antimateria que la Estrella Oscura disparo impactaron contra su planeta Capital, quizá el mundo más poblado con que contaban en ese instante, y sede de todas sus instituciones gubernamentales. Cuando la misma petición llego a los Corix, estos no dudaron ni por un segundo, hicieron entrega de las cabezas de sus hasta ese instante líderes, y que eran los que habían planificado desde la sombra todo el proceso de la guerra con los Razors. Este había sido más o menos el mismo caso, Barok Radecked parecía haber estado planificando una guerra dando por sentadas muchas cosas falsas, empezando por la determinación de su Alteza para proteger a la Confederación Imperial. Barok Radecked murió en la Explosión final del Asteroide, pues lo último que los sensores de la "Nimbos Barak" enviaron a la "Estrella Oscura" fue la imagen nítida de la presencia en su galpón de la nave particular que este estaba usando para sus desplazamientos.

La información sobre las unidades desleales de la Flota de la Liga fue hábilmente puesta a disposición de una red de inteligencia que esta tenía en la Capital de la Confederación Imperial, y que en realidad estaba siendo manejada sutilmente por el servicio de Contrainteligencia para pasar información preparada de antemano a la Liga. Los Tres Cargueros resultaron destruidos por naves de Guerra de la Flota, con Excepción del que Navegaba por la Mancomunidad Federada de Vega, de cuya destrucción se ocupó una nave "Q" debidamente instruida para hacerlo sin que llamase la atención o generase ninguna atracción o interés por el asunto. Los tres Cargueros fueron tomados por Marines de Asalto y sus bancos de Datos copiados para su posterío análisis, luego las naves desaparecieron sin dejar rastro, junto con todas sus tripulaciones. A esto continuo la caza y captura de toda persona perteneciente a la Confederación Imperial implicada en el intento de Golpe de estado de La liga, bastantes de los cuales terminaron en las prisiones de la Guadaña de “Infierno” e “Hibernia” de donde ninguno, por orden expresa de su Alteza, continuo con vida pasados unos poco meses de torturas y sufrimientos inimaginables para el común mortal.

Tanto Caribdis como Escila siguen siendo sistemas peligrosos, si bien Escila aún continúa bajo un tratado de exclusión Militar por parte de sus potencias fronterizas, no así Caribdis. La Liga y la Confederación llegaron a un acuerdo por el que se autorizaba la instalación de una plataforma de investigación conjunta para Agujeros Negros, lo más destructivo que se conoce en el universo. Como protección conjunta y simbólica a la plataforma por parte de ambas potencias, sendas flotillas compuestas por un Crucero Ligero y tres Destructores, una por cada potencia. Estas naves están basadas allí con carácter permanente, amén de haberse instalado también un completísimo conjunto de lo más moderno en sensores, y que mandan la información recibida a los sistemas de combate de ambos grupos.

FIN

*Nave “Q”: Se trata de naves estándar de carga construidas expresamente como trampas contra piratas o naves corsarias. Su potencia de fuego y escudos ocultos son equivalentes a los de un Crucero Pesado, no así su Blindaje que es netamente inferior a estos con el fin de poder cumplir con su papel en caso de ser escaneadas, sus sensores y equipamiento general es todo de capacidad militar. Están pensadas para operar golpeando por sorpresa al enemigo, siempre actuando en solitario o por parejas.

* Misiles de Frecuencia. Estos misiles con capacidad de saltar al interespacio, son creados específicamente para las comunicaciones de emergencia, en su cabeza se encuentra un pequeño satélite que una vez liberado del misil empieza a emitir durante el tiempo y en los ciclos en que sea programado. Tanto el cuerpo del misil, como el propio satélite, una vez concluida su misión ejecutan su autodestrucción, quedando reducidos a poco más que partículas de polvo estelar.

* Estaciones Orbitales de Batalla Golán IV. Se trata de enormes estructuras móviles Defensivas situadas en diferentes Orbitas Planetarias en torno a Instalaciones declaradas de Máximo interés, en especial las principales Bases de la Flota. Las Estaciones Golán IV están poderosamente armadas con varios montajes de Caños Laser, de Plasma, Iónicos y de Repulsión Electromagnética, así como de una veintena de tubos multipropósito, capaces de lanzar tanto Torpedos de diferentes clases como Misiles, sus escudos o Blindaje están al nivel de los de un Acorazado, eso cuando no se sitúan en el interior del propio Escudo Planetario.

Robots de combate y custodia SKII.Robots de combate y custodia SKII: Robots de Combate equipados dos poderosos cañones laser rotatorios de alta velocidad, un cañón repulsor de 20mm capaz de hacer 3000 disparos por minuto, capacidad para llevar una docena de minas personales con él que en caso necesario podían ser sustituidas por cohetes de trayectoria libre, y un escudo unidireccional de fuerza que lo protegía de daños, además de ir poderosamente blindado.

*Colmenas Karasasn . Raza de Insectoides extremadamente agresiva y cuyo territorio está dividido entre sus diferentes  colmenas, cada una gobernada por una Reina. Todas ellas se encuentran en constante conflicto entre sí, pero sometidas al poder total y absoluto de la Reina de la más poderosa en esos instantes, lo cual suele oscilar de un modo más habitual del que gustaría a sus vecinos.