Confederación Imperial Galáctica - Libro 4

A su Alteza Imperial el Príncipe Jhored le aparecen nuevos problemas, esta vez de índole personal. El Gobierno parece preocupado por el futuro del Trono, y algunos consideran que su Alteza debería de hacer algo al respecto

Confederación Imperial Galáctica

Libro 4

“ESTABILIDAD”

Capítulo - 1

Fecha estelar - 5328

6º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Thethis

Planeta Thethis IV

A bordo del “Represor”

Tras la guerra y nuestra contundente victoria que termino con las Flotas Razors y Corix, la Mancomunidad Federada de Vega cayó sobre los Territorios Razors, absorbiendo buena parte de ellos. Si nosotros ocupamos la mitad del Territorio Corix y un tercio del Territorio Razors, la Mancomunidad ocupo otro Tercio al menos del territorio de estos últimos, conteniendo al contrario del que ocupamos nosotros, de los planetas más poblados de estos. Tras la guerra decidí que la mejor opción para maximizar nuestros recursos en caso de guerra era reorganizar los diferentes Cuadrantes Militares de la Confederación Imperial, de forma que cada Cuadrante únicamente tuviese, dentro de lo posible, Frontera con una única potencia Ajena.

Sin embargo, entre el 2º con su frontera con la Mancomunidad Federada de Vega y el 6º Cuadrante con su frontera con La Liga de Mundos Libres, existe un gigantesco punto ciego en las fronteras de ambos Cuadrantes, se trata de la “Nébula Tarkhana”. Un espacio no reclamado por nadie que hace de frontera natural entre La Confederación Imperial Galáctica, La Mancomunidad Federada de Vega, La Liga de Mundos Libres y la Republica Tarkhana, que ocupa el espacio opuesto de la Nébula con respecto a la Confederación Imperial. El espacio de la Nébula es una zona donde no funcionan los sensores, ni los visores ópticos más allá de unas pocas decenas de kilómetros, ni las comunicaciones, ni prácticamente nada de nada, por lo que es una trampa mortal para quien quiera internarse en ella.

Sin embargo, en la Nébula existían dos gigantescos monstruos, sendos agujeros Negros, Escila y Caribdis, los más grandes jamás descubiertos en la Galaxia, al punto que incluso a través de la Nébula los sistemas de las naves eran capaces de detectar su presencia y trazar rutas usándolos como referencia. Caribdis se encuentra en el vértice de la frontera entre la Confederación Imperial y La Liga de Mundos Libres, mientras que Escila esta justo en el vértice opuesto, en la Nébula, entre la Mancomunidad Federada de Vega y la Republica Tarkhana, cada uno se encuentra en el extremo opuesto de la Nébula con respecto al otro, algo que siempre ha intrigado a los científicos por la cuasi perfección de su situación en la Nébula con respecto a su homologo. Desde siempre, las flotas de defensa de los cuatro estados fronterizos con la Nébula han tratado de crear cartas de navegación por su interior, no consiguiendo nada valido o seguro para moverse en un área de unos pocos miles de millones de kilómetros de sus fronteras… Más allá de eso… bueno, se podía decir que la Nébula era quien imponía su ley…

Nos encontrábamos en el Sistema Thethis, orbitando Thethis IV, Sede de una de las Academias Imperiales para oficiales de la Flota, esperando al responsable de la Novena Sección de Inteligencia, que regresaba a la Flotilla después de representar a su Alteza Imperial en la reunión anual del Gran Consejo de estado. Los generales Mao y Gzak se repartían desde la guerra el mando sobre la Novena Sección de Inteligencia, mientras uno permanecía al lado del Emperador, el otro estaba junto a su Alteza Imperial, en esta ocasión de acuerdo son su rotación particular, el agraciado en la Flotilla del Represor era el General Mao y le había caído encima un muerto de los gordos. De hecho, ya estaba sudando, y eso que aún no había partido su lanzadera desde la dársena con destino al Represor...

El General Mao sabía que era portador de malas noticias, y eso era algo que todo el mundo procuraba evitar tener que dar a su Alteza. Pero este temor no era porque fuese de los que lo pagaban con los mensajeros, sino por su tendencia a hacer preguntas cuanto menos “incomodas” o para las que no se tenía respuesta preparada era ya legendaria, y a más de uno o de dos le había costado el puesto esta peculiaridad. El General con todo el tiempo que llevaba a su servicio, tenía más o menos definido por donde podría salirle su alteza, y había una o dos cuestiones en las que preferiría no tener que responder sus más que probables preguntas, y en una de ellas, ni decírselo siquiera, porque no, no le iba a hacer la menor gracia.

Cuando la lanzadera del General Mao entro en su dársena su Alteza se levantó de su asiento en el puente de Mando del Represor para dirigirse a sus aposentos, pero antes de irse, dirigió una mirada especulativa a la Almirante Kasinhs. Esta parecía está enfrascada en su terminal de mando, concretamente en la pantalla táctica, antes de irse le hizo un gesto al Comodoro Robert, segundo al mando de la Almirante, para que no la molestase y esperase a que ella diese las órdenes oportunas para poner la flotilla en marcha. El Príncipe Jhored era plenamente consciente de que cuando Tanya, la Almirante Kasinhs, se aislaba de ese modo, como para no darse cuenta de que se marchaba del puente, es que algo habría visto ahí afuera… lo que solía indicar, problemas.

Cuando su Alteza entro en su despacho personal, se encontró allí esperando al General Mao, este se levantó y se puso firme, viéndose el Príncipe a hacerle una seña de que se relajase, luego indico también con un gesto a Selena, su guardaespaldas, que se acomodase donde quisiese, sabiendo de sobra que esta permanecería en pie en alguna esquina, intentando convertirse en una parte más del mobiliario. Se dio cuenta en seguida de que el General Mao tenía que comunicarle algo que no le iba a gustar escuchar, no había más que mirarle, estaba frio como el hielo, hipercontrolado, lo que en el significaba que algo iba mal… No pudo evitar sonreír irónico para si al pensar que precisamente en el General, el no mostrar el menor gesto indicativo de nada, precisamente era una pista en si de lo que ocurría.

Y bien General, ¿Cómo estuvo la reunión?

Muy bien Alteza, se trataron los temas que esperábamos…

Supongo que nadie me echó de menos, ¿verdad? –sonrió irónico.

No Alteza, como bien dice, no le echaron de menos, incluso diría que se escapó algún suspiro de alivio cuando explique que no podría asistir y yo le representaría… -también el General sonrió con ironía.

Bueno Mao… ¿Qué me tienes que decir que no me va a gustar?

Alteza –suspiro meneando la cabeza-, no sé bien como decirle esto… pero se ha presentado una petición formal para… ehhhh… digamos que garantizar la “estabilidad” del trono.

Vamos, traduciendo tu diplomática explicación, que me quieren casar, ¿o me equivoco?

No Alteza, no se equivoca, han abogado ante el Emperador para que su Alteza siente la cabeza de una vez y de un sucesor lo antes posible, estiman que va siendo necesario ir pensando ya en ello. Aquí está la “lista de candidatas” –dijo a la vez que enviaba dichos datos al terminal de su Alteza.

Bien, bien, bien… -dijo mientras miraba los datos pensativo-, veo que una vez más te has adelantado a mi más que previsible petición, y has incluido quien ha propuesto abiertamente a cada candidata, de quien se sospecha que apoye en la sombra, más una somera información sobre cada una de ellas y su linaje.

Si Alteza, supuse que le gustaría conocer esos detalles…

Sí, es lo que más me gusta de trabajar contigo o con Gzak, que me dais lo que quiero sin tener que pedíroslo, aunque eso me quite gran parte del placer de poder daros algún susto que otro –sonrió.

Lo lamento Alteza, pero abusando de la confianza que me otorgáis, os diré que tanto mi compañero como yo, os aseguramos que nos alegramos mucho de evitar… “esas sorpresas”

Selena en su esquina sonrió para sí, también ella desde el momento en que el General dijo lo de casarse, sabía lo que su Alteza pediría de inmediato si la información no le era facilitada, también era consciente de que sería muy extraño que el General no se adelantase a la petición, ella también opinaba como ambos hombres, era preferible no sufrir en carne propia esas “sorpresas” por parte de su Alteza. Por otro lado, al igual que el General y pese a que su Alteza no exteriorizaba nada, sabía que estaba considerablemente enfadado con la noticia.

Su Alteza dejo momentáneamente aparcado el asunto para atender al resto de cuestiones que el General le traía. A medida que el General iba detallando asunto tras asunto, Selena espero pacientemente a que se decidiese a darle la siguiente mala noticia a su Alteza, el General seguía sin “mostrar nada”, y al igual que su Alteza, ella conocía lo que quería decir eso en el General, que aún quedaba por tratar algo que a este no le iba a gustar escuchar. Cuando por fin el General lo expuso Selena estuvo a punto de atragantarse, también vio por una fracción de segundo la sorpresa reflejada en el rostro de su Alteza… para después durante otra fracción se segundo mostrar el nivel de enfado que tenía encima…

El General le acababa de informar a su Alteza, que por orden del Emperador, estaba oficialmente de “vacaciones”, y que tanto Selena, su jefa de Escoltas, como la Almirante Kasinhs, recibirían instrucciones detalladas sobre ese tiempo y que hacer, o mejor dicho como le explico el General, que no permitirle hacer a su Alteza.

¿Y supongo que tú también tendrás tus ordenes al respecto, no?

Exactamente Alteza, también las tengo, además debo de señalarle que me las especifico el propio Emperador personalmente.

Ya… Supongo que no me podrás…

No Alteza, fue muy “claro” con eso, mis órdenes no están sujetas a debate, a razonamiento, e incluso a su conocimiento “exacto” por parte de su Alteza. Eso sí, considero mi obligación informarle, que posiblemente tanto la Coronel Selena como la Almirante Kasinhs, reciban también las mismas instrucciones con respecto a las suyas.

Vamos, que voy a tener vacaciones si o si, ¿no?

Eso es Alteza, desde este mismo momento, tras informarle de ello, está usted de naciones, además acabo también de proceder al envió prioritario de sus órdenes tanto a la Almirante como a la Coronel aquí presente.

Lo acabo de recibir –señalo Selena, mientras leía las mismas en su terminal portátil, tras unos segundos-. Bien, Alteza, le informo que desde este mismo instante tiene limitación de movimientos…

¿Y eso que quiere decir exactamente? –pregunto su Alteza volviéndose para mirar a Selena.

Significa que tanto la Almirante como yo, decidiremos si el destino que su Alteza elija para pasar las vacaciones es “adecuado” o no. Y sabe de sobra a que me refiero por adecuado, no pasara como la última vez que tuvo que “descansar” por expreso deseo de su Majestad.

Su Alteza no pudo evitar sonreír para sí mismo. Las ultimas “vacaciones” que fue obligado a tomar, aprovecho para dirigirse a uno de los Planetas más conflictivos de los nuevos territorios. Los delitos en su principal ciudad y capital se salían de toda escala, Drogas, Armas, asesinatos, tráfico de todo lo traficable que supusieran fuertes ganancias, etc… las autoridades se mostraban impotentes para hacerle frente. Actualmente el planeta era como una balsa de aceite, no es que no siguiese habiendo delitos, pero desde luego, estaba al mismo nivel que en el resto de la Confederación Imperial, la situación se mantenía bajo control de las autoridades.

En ese planeta las autoridades sabían quién era cada quien, pero no conseguían pruebas para poder procesar a los jefes… Él había solucionado el problema en los diez días que estuvo presente allí, había reunido todo el material que las autoridades tenían sobre quien era cada quien, delitos, etc… Fueron ocho días de estudio y planificación, tras estos los dos últimos dedicados al desarrollo de esos mismo planes. Usando su autoridad para anular las leyes civiles y pasar a la jurisdicción Militar, uso a los Marines de Asalto de la Flota para realizar… “las detenciones”, desgraciadamente para los delincuentes un Marine no es un policía, y frente a estos iban agentes de la Guadaña que no se cortaban ni medio pelo en ordenar disparar sin hacer prisioneros... Incluso en un par de ocasiones concretas, el personalmente ordeno un bombardeo orbital de la flota sobre “instalaciones” delictivas que habían sido adecuadamente pertrechadas por sus miembros para evitar asaltos “policiales”, el bombardeo orbital sobre ella enterró vivos a todos los miembros situados en ese momento en el interior.

El resultado final fueron unos doscientos arrestados, de los que unos noventa fueron ejecutados en un plazo de doce horas, y más de tres mil muertos por enfrentarse con los Marines o la policía, que cuando había un miembro de la Guadaña con ellos imitaron a los Soldados no haciendo “detenciones” tampoco. Cuando un delincuente disparaba a la policía, si veía la cosa muy mal, tiraba su arma y se entregaba, cuando les ocurrió eso con los Marines, estos se limitaban a matarlos en el acto, tras el primer disparo, no admitían rendiciones de nadie por orden Imperial, y si por mala suerte iba alguien de la Guadaña, la cosa terminaba considerablemente peor que eso. Murieron varios rehenes que fueron tomados por delincuentes, pero todos y cada uno de los asesinos fueron capturados con vida y enviados por orden de su Alteza a las prisiones Imperiales de Hibernia o Infierno con órdenes específicas de que superaran vivos como mínimo, los dos primeros años de condena, pero aclarando también, que no tenía el menor interés en si pasado ese plazo salían vivos de su condena o no, lo que en dichas prisiones era casi una sentencia de muerte asegurada… podéis suponer las condiciones en ellas para que el castigo fuese el periodo de “vida seguro”. Las órdenes del Emperador, estaban claramente dirigidas a evitar nuevas distracciones de ese u otro estilo similar durante el periodo de “descanso” de su Alteza Imperial.

Tras la reunión un pensativo Príncipe Jhored regreso al puente de mando del Represor seguido por una más que divertida Selena, que solo tenía que mirarle para saber que su cabeza en esos instantes estaría dándole vueltas a como “esquivar” los buenos deseos del Emperador, y ella junto con la Almirante serían las encargadas reales de frustrar esos “planes” de su Alteza, porque estaba segura, de que algo intentaría, o no sería él.

Cuando el Príncipe entro en el puente, vio como la Almirante seguía enfrascada en los suyo, sin decir nada se sentó en su asiento e hizo una pequeña comprobación en el sistema, viendo que sí, que la Almirante pese a estar completamente abstraída en lo que fuese que estaba mirando, si había tenido tiempo para leer las órdenes impartidas sobre sus… “vacaciones”. Se decidió a interrumpirla…

Almirante, ¿pasa algo?

¡¡Ehhh!, no Alteza, nada… ¿Qué destino desea tomar? –se volvió a preguntar.

Ahora lo vemos, pero primero, ¿Qué era lo que miraba con tanto detenimiento?

Como respuesta, la Almirante abrió el visor tridimensional de táctica en el que puso la imagen del sistema Thethis, luego hizo que apareciera todo el tráfico existente en el mismo, para después centrar la imagen en un cuadrante alejado de los principales planetas. Una vez centrada la imagen señalo un carguero de los tres que en ese momento circulaban por allí… Según los datos que obtuvo su Alteza, ese carguero estaba listo para realizar el salto hasta su próxima parada, se trataba del Sistema Fronterizo “Tione”.

No veo nada raro…

Es su ruta Alteza, no me cuadra con lo que declara, según sus registros el destino final es “Kilmart” en la Liga de Mundos Libres… es un transporte directo sin paradas entre origen y destino…

¡¡Ahhh!!, ya veo, una bonita vuelta la que da por esta ruta… No tiene sentido…

No Alteza, no si va a “Kilmart”, no me cuadra… Además, según los registros se ha estado desplazando por el Sistema Thethis durante 73 horas dando un rodeo, cuando con veinte le hubiesen bastado para entrar en zona de salto válida para “Tione”, esta demora solo significa perder tiempo…

Sí, no tiene explicación, solo incrementa sus gastos y reduce los beneficios. Y ya veo lo que me quiere decir, el rodeo le ha permitido evitar zonas de tráfico y permanecer en una zona Gris para los sensores del Sistema…

Eso es, y si hago una extrapolación de su posible salida en “Tione”… mire señor… -dijo ejecutando un programa de simulaciones de rutas.

¡¡¡Uhmmm!!!, ya veo, de nuevo en zonas Grises… Desde ese sector donde emergerá al espacio normal, su siguiente salto evidente y lógico sería hacia La Liga de Mundos Libres, pero si no quisiéramos ser evidentes o lógicos…

Eso es Alteza, exactamente eso… “Caribdis”… la posición estimada de salida no permitirá a los sensores detectar con seguridad el punto de destino marcado por su ruta al 100%… La atracción de Caribdis en esa zona los distorsiona creando en torno a un 10 u 13% de error de datos, no obstante sí que darían el destino más probable en función de la ruta trazada desde ahí hacia su punto final.

Y cualquier indicación de una nave saltando sobre la región “Caribdis” seria tomada como un error y corregida de inmediato por el resultado evidente dentro de la Liga… -concluyo su Alteza.

Así es señor, ese carguero me huele muy mal… -dijo mirando el visualizador, que en ese momento mostraba como este desaparecía al saltar hacia su próxima parada declarada en el sistema “Tione”.

Muy bien, vamos a seguir su intuición… como supongo que no me permitirán mover toda la Flota, envíen a la “Jade”, al “Dardo”, al “Daga” y al “Vengador” tras ese Carguero. Que lo mantengan bajo vigilancia y averigüen el punto exacto de destino de su próximo salto…

A sus órdenes Alteza –respondió una sonriente Almirante, mientras procedía a dar las instrucciones oportunas.

Su Alteza se recostó en su asiento pensativo. Con la Corbeta de Exploración “Jade” hubiese sido suficiente para lo que quería saber, para sus poderosos sensores averiguar lo que quería seria coser y cantar pese a Caribdis, pero había preferido añadir la presencia a su lado de los Destructores “Daga” y “Dardo”, así como del Crucero de Batalla “Vengador” para darles potencia de ataque. Era una posibilidad algo remota y no lo esperaba, pero era mejor tomar precauciones por si surgían problemas o debía de tomar la decisión de que lo interceptaran si veían algo que lo hiciese necesario. Se quedó pensativo unos instantes más, después de ello se incorporó manipulando rápidamente su terminal, solicitando cierto datos sobre una nave concreta, al obtenerlos sonrió y procedió al envío de nuevas órdenes para ella. Se relajó de nuevo tras finalizar el proceso y se dispuso a esperar a que la “UEP Estrella Oscura” confirmase la recepción de las mismas y que el Almirante Stratos estableciese personalmente comunicación con él.

Y ahora era hora de enfrentar su siguiente decisión, tendría que indicar a la Almirante y compañía donde pasaría sus… “vacaciones”, pero antes harían una parada en Targus VII para esperar el retorno a la flota de las cuatro naves que habían partido tras el carguero.

Almirante ponga rumbo a Targus VII y notifique al “Vengador” que se reúnan allí con nosotros tan pronto como terminen con su misión.

Si Alteza… Navegación, proceda -se volvió al Príncipe y en voz baja-. Señor, no sería mejor ir directos a la Base de la Flota en Targus III.

No, prefiero mantenernos al margen. Si aparecemos por la principal base de la Flota en el Cuadrante, seguro que a alguien se le ocurre prepararme alguna recepción, y sabe usted que las odio… además estoy oficialmente de vacaciones según ustedes, de modo…

Entendido Alteza, Targus VII –no pudo evitar una sonrisita ante las razones esgrimidas.

Lo cierto es que era una argucia por parte del Príncipe para ganar algo de tiempo, necesitaba pensar con calma donde poder pasar sus “vacaciones”, y esta espera le concedería al menos seis o siete días de tranquilidad. Se levantó de su sitio marchándose de inmediato a sus habitaciones, donde nada más llegar, ocupo su sitio ante la terminal, empezando con la búsqueda del lugar ideal para su “descanso”. En realidad, en esta ocasión sí que le apetecía un lugar tranquilo, en medio de la naturaleza, en un planeta poco habitado… Las mejores opciones, o por lo menos las más plausibles de ser aceptadas por Selena, Tanya y Mao, estaban todas en el Primer Cuadrante Militar, Técnicamente por su situación era el más seguro para él de toda la Confederación Imperial, cosa que no es que le hiciese tilín precisamente.

Una vez que la lista de lugares estuvo preparada, se centró en las candidatas, o más bien, en los informes que sobre ellas había pedido a Inteligencia casi tres semanas antes, consciente de que se estaba cociendo la propuesta para su “boda”. Lo que en este caso quería saber, aparte de todo lo posible sobre las probables candidatas, era quien estaría detrás de cada una de ellas, pero no de quien sería la persona visible, sino quien manejaría de verdad los hilos en la sombra. Otra cosa que el Príncipe Jhored tenía muy claro, es que si las que presentaban estaban entre las que él creía, es que pese a todo lo que ya había demostrado, aun le seguían subestimando gravemente… Un error, del que por cierto, procuraría no sacar a nadie si podía evitarlo.

Capítulo - 2

Fecha estelar - 5328

6º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Targus

Planeta Targus VII

A bordo del “Represor”.

Al Príncipe Jhored le resulto realmente gracioso, todas las candidatas de la lista que le había facilitado el General Mao, estaban entre las que él había ordenado investigar. La lista se componía de 17 nombres, y él había mandado investigar a un total de 25 probables candidatas, y por lo que estaba empezando a ver, ni una sola de ellas tenia desperdicio, vaya colección de Alhajas que estaban intentando encasquetarle como futura Emperatriz.

Un par de horas después de haber empezado con su “lectura”, fue interrumpido por la Almirante y el General Mao a cuenta de sus "candidatas", lo que encontró gracioso y de paso, le iba a permitir divertirse un ratito con ellos.

Alteza, sobre el asunto de las candidatas, el emperador me dio instrucciones para que usted eligiese algunas e ir visitándolas si lo deseaba para la toma de un primer contacto -dijo el General Mao bastante apurado.

Entiendo... y dígame General, ¿quién considera usted como la más prometedora de todas ellas? -se recostó, mirando a los presentes con los ojos entornados.

Creo que la primera opción con bastante diferencia con las demás, es Lady Corianna de Valmerazar, hija del Duque de D'ogaarazar. Se trata de una joven de evidentes cualidades, de una perfecta educación y gran belleza además. Sería una consorte perfecta para su Alteza...

Almirante, ¿coincide con lo expuesto por el general Mao?

Perdón Alteza, pero no creo estar capacitada para... -el Príncipe la cortó.

Bueno Tanya, usted no cree, pero yo si considero que está usted capacitada para darme una respuesta, de modo que por favor...

Pues creo que sí, si todo lo que ha dicho el General es así, pienso que sería la mejor elección posible...

Ya... -se giró en el asiento para mirar a su escolta- ¿Selena? -le preguntó.

Aunque no me compete a mi opinar, y ya que me pregunta, diría que por lo escuchado del General Mao es la ideal, pero viéndole ahora mismo a usted relamiéndose como un Pirata Tharkano esperando a su presa, supongo que no es todo tan perfecto como pueda parecernos a nosotros, ¿o me equivoco?

No, no te equivocas, no… aunque eso de compararme con un Pirata Tharkano es la primera vez que lo escucho, pero tienes razón, no sería nada buena esa elección, seria casarme hoy para quedar viudo en menos de un año... -respondió su Alteza sonriendo.

No entiendo... -se desconcertó el General Mao.

General, Lady Corianna ha tenido ya una pareja estable con la que rompió hace cosa de un año. Estuvo con esa persona un año y medio, tiempo durante el cual por su lecho pasaron no menos de una decena de amantes masculinos y tres o cuatro femeninos… Si fuese mi Emperatriz… -miro a su guardaespaldas-. Selena por favor…

Si fuese la esposa de su Alteza y siguiese con ese comportamiento, tras el primer amante que se la pudiese demostrar… yo misma la ejecutaría sin dudar por un delito de alta traición…

La ley a ese respecto es muy clara, y Selena como miembro del SISI o La Guadaña como parece que ahora todo el mundo la conoce, dada la envergadura del caso, se vería obligada a actuar, más aun siendo mi escolta personal.

Bueno, pero hoy en día eso de la fidelidad, salvo en planetas un tanto remotos… -su Alteza cortó en seco al General Mao.

Hoy en día el resto de los ciudadanos de la Confederación Imperial pueden hacer lo que deseen en ese sentido, pero él o la ocupante del Trono y su consorte, no tienen ese privilegio, o más correcto sería decir, el Consorte es quien no tiene ese derecho según la ley. Cualquiera que se case con alguien de la familia Imperial y este en los cuatro primeros escalones de sucesión, tienen que ser muy conscientes de que tienen ese hándicap y yo desde luego no tengo el menor interés en que nada de eso se cambie, mucho menos aun antes de casarme o durante los primeros años de matrimonio.

Pues esa chica si es como su Alteza dice, no creo que estuviese quietecita durante mucho tiempo sin salirse de su sitio, más cuando su Alteza por término medio, pasa muchísimo tiempo en el “Represor” –argullo la Almirante Tanya.

Exacto, pero no es solo esa… son todas, la lista completa está cortada por ese patrón, dudo que ni una sola de ellas fuese capaz de salir viva de una boda de ese calibre. De momento dejemos ese tema aparcado, podéis retiraros todos, y por favor, avisadme de inmediato en cuanto tengamos noticias del grupo del “Vengador”.

Cuando se retiraron me quede pensando en el dichoso carguero, me olía muy mal, peor aún de lo que la Almirante o el mismo General Mao creían, por ese mismo motivo, en cuanto el Almirante Stratos se puso en contacto conmigo, había enviado urgentemente al “Estrella Oscura” al Sistema Kilmart, en el interior de la Liga de Mundos Libres y destino final del carguero. La misión que tenía el “Estrella Oscura” era muy simple, digitalizar el carguero para incorporarlo a su base de naves por lo que pudiese pasar, tomar buena nota de la fecha exacta de su llegada al sistema y en lo posible, seguirle de retorno a su siguiente destino fuese este el que fuese, y no perderle de vista hasta que retornase al espacio de la Confederación Imperial. El Almirante Stratos tenía orden de informar al General Gzak y ponerse a las órdenes de la novena sección en caso de ser necesario, pero únicamente lo haría una vez estuviesen fuera de la Liga de Mundos Libres, no quería ningún riesgo por mínimo que fuese de meterse en un conflicto diplomático y muchísimo menos que este se crease con algo que hiciese referencia a esa nave, a la UEP Estrella Oscura.

Tan solo tres días después llego el primer informe del Grupo del Crucero de Batalla “Vengador”, que indicaba que las sospechas sobre el carguero estaban bien fundadas, según los sistemas de la Corbeta de Exploración de la Flota “Jade”, este había saltado directamente a una de las balizas de advertencia sobre “Caribdis”. La Almirante dio orden al “Vengador” y el resto del Grupo de regresar con la flota, tras ello se reunió con su Alteza y el General Mao en el despacho del primero…

Tal y como supusimos, el Carguero salto directamente a “Caribdis”, he ordenado al Grupo del Vengador que regrese con la Flota, pese a que su comandante quería haber continuado tras su objetivo.

De acuerdo Almirante, ha hecho bien, si alguna de nuestras naves hubiese seguido al Carguero su tripulación sabría en el acto que sospechamos de ellos…

Sí, estoy de acuerdo, ¿pero sospechar el que? –pregunto el General Mao.

Realmente no tengo ni idea, pero lo que si queda claro por su comportamiento, es que en algo muy legal no está metido precisamente… -argumento su Alteza.

Pero supongo que su Alteza tienes sus sospechas al respecto, ¿no?, quizá contrabando de productos prohibidos con los Mundos Libres…

No, no exactamente eso, muchas precauciones y costes para algo tan simple, pero en esa dirección apuntan mis sospechas…

¿Los problemas de insurrección que han estado teniendo últimamente? ¿Quizá armas? –preguntó el General Mao.

No, no lo creo…, no digo que no hagan algún trabajo en ese sentido para algún grupo rebelde de la Liga pero no, más bien apunta todo hacia la Republica Tharkana…

¿Lo que nos comunicó inteligencia el año pasado? -pregunto de repente muy interesado el General Mao…

Sí, eso mismo. Inteligencia informo de la sospecha de la presencia en la Confederación de algún tipo de red que afectaba a la inteligencia de la Republica, aunque no fueron capaces de facilitar ningún dato al respecto, ya que la información se obtuvo de rebote y no se veía “probable” algo semejante.

Pero ese carguero podría… -la almirante se quedó pensativa un instante- Claro, Caribdis, es un sitio perfecto para un traspaso de lo que sea entre naves, nadie lo patrulla, ni nosotros ni la Liga, y lo mismo ocurre con Escila en el sector opuesto, cualquier nave que entre en la zona tendría sus sistemas de detección muy mermados… Solo una corbeta de Exploración de Flota podría descubrirlos, especialmente si como en este caso sabe de antemano que debe de buscar…

Exactamente, pero el salto hacia el Sistema “Kilmart” a través de Caribdis es posible, y en cierto modo acorta el viaje, es más, según mis cálculos lo ajusta tan perfectamente que es como si no diese ningún rodeo en realidad. Parecería que habría realizado su viaje según la ruta que “oficialmente” marcaba ese carguero entre esos sistemas, es muy arriesgado, pero sí se sabe lo que se hace y se tiene suficiente experiencia con la navegación en una zona de distorsión de Agujeros Negros, es perfectamente posible y más que viable. Ya lo he dispuesto todo para comprobar si llegan a su destino dentro de un plazo razonablemente previsto desde el mismo instante de su salto a Caribdis o por el contrario, se retrasan… o no llegan. Si existe algo raro en este asunto, el General Gzak y la novena sección se harán cargo de ello…

Pero todo eso podríamos haberlo conseguido más fácilmente mandando tras el carguero al “Vengador” y su grupo, la presencia de la “Jade” lo hacía viable, podrían haber saltado lo suficientemente lejos como para no ser detectados –dijo Selena.

Quizá sí, o quizá no, puede que hubiesen distribuido algunas pequeñas naves en las zonas de balizamiento más cercanas, en ese caso nuestra flotilla podría haber aparecido ante las narices de una de estas y ser descubierta, lo que les hubiese alertado de inmediato en lo que fuese que estuvieran haciendo obligándoles a modificar su “sistema” –dijo el príncipe Jhored.

Entonces si ese carguero llega fuera de tiempo a su destino con un margen digamos que “extraño”…

Si ocurre eso, entonces ya sabemos que acabamos de dar con algo… y será cuestión de investigar con que nos hemos tropezado exactamente. De cualquier forma, lo que sea que ocurra, es ilegal seguro… Pero dada la situación, le he pasado el caso a Gzak, el podrá usar sus propios recursos para esto o pedirme lo que necesite si así lo considerase, y dado que yo estaré de “vacaciones”, creo que será la mejor opción de actuación.

El general Mao miro a su alteza Imperial entrecerrando los ojos, pensativo. No sabía exactamente qué es lo que habría ordenado para la comprobación que indico que había encargado, pero sospechaba a quien, y ahora entendía la comunicación que solicito transmisiones del Represor por un canal de emergencia el Almirante Stratos, eso quería decir, que su Alteza había puesto nuevamente en marcha a la “UEP Estrella Oscura”. El General sonrió para sí, porque nuevamente quedaba demostrado que su Alteza iba otra vez tres pasos por delante de los demás, aun contando con la misma información que ellos, lo más probable es que la UEP ya estuviese de camino. De repente lo siguiente que dijo su Alteza le hizo respingar…

Bueno, aquí tienen mis preferencias para mis… “Vacaciones”, he elegido un total de diez posibles destinos que me apetecen, todos ellos se adaptan a las condiciones que más que probablemente les hayan impuesto o que ustedes mismo deseen… y ahora si me disculpan, voy a pasarme unas pocas horas en la cámara de Gravedad controlada -tenía una sonrisa beatifica en la cara mientras les enviaba a sus terminales el archivo en cuestión-.

Tanto el General Mao, como la Almirante Tanya, como Selena, su guardaespaldas, se quedaron mirando las espaldas de su Alteza mientras este desaparecía por la puerta que comunicaba con sus dependencias privadas, donde estaba el generador de Gravedad independiente. La primera en hablar tras revisar detenidamente su terminal fue la Almirante…

¿Qué está ocurriendo aquí? –pregunto mirando a los demás- Esto no es ni medianamente normal.

No me gusta –admitió Selena-, no me gusta nada en absoluto, todos estos destinos son… “idílicos” para nosotros.

Sí, es muy extraño… Selena, ¿por cuál te decantarías si esto hubiese partido de nosotros…?

Kione –replico sin necesidad de pensarlo siquiera-, es un planeta Tropical, todo son Islas, se podría alquilar un complejo entero en una de ellas y llenarlo de Marines de Asalto o incluso a lo descarado, con Guardias Imperiales de uniforme sin que nadie se enterase de ello. Incluso podríamos ocultar una treintena de Interceptores Estelares de Clase Escorpión junto con una docena de Bombarderos Estelares Sable y varias Lanzaderas de Asalto con total tranquilidad, es el paraíso de cualquier sistema de escolta… Lo encuentro excesivamente perfecto viniendo de su Alteza… -termino Selena.

Eso mismo opino yo General… -intervino la Almirante-, hay una luna gaseosa en ese mundo, es pequeña, pero podría ocultar tranquilamente al “Represor”, su flotilla al completo e incluso una docena o más de acorazados, superacorazados e incluso llegado el caso hacerlo con naves pesadas de transporte de tropas. Es perfecto ya que prácticamente estaríamos en órbita sobre su Alteza si escogiésemos la Isla adecuada, es perfecto del todo, es de hecho, demasiado perfecto viniendo de él…

Entonces estamos de acuerdo, esto es muy raro, si algo así se lo hubiésemos propuesto nosotros, automáticamente pondría el grito en el cielo… -admitió el General Mao.

Eso mismo, lo que quiere decir… -empezó a decir la Almirante Tanya.

…que tiene truco –termino la frase Selena.

Opino igual, y si no es este mundo tan obvio es algún otro, de algún modo nos ha colado al menos uno que quiere que elijamos para sus vacaciones, ¿pero cuál y porque? –pregunto el general Mao.

No tengo ni idea, pero está claro que conociéndole, de un modo u otro vamos a terminar eligiendo el que él quiere –apuntillo Selena-, a no ser…

¿A no ser? –pregunto el General Mao.

A no ser que elijamos nosotros uno diferente de esos, claro que habrá que negociar con su Alteza dado que nos lo ha puesto todo “tan fácil”, pero es el único modo de evitar hacer lo que él quiere.

Que puede ser precisamente esto, que no elijamos ninguno de todos estos… -dictamino la Almirante Tanya.

Puede ser, pero en este caso llevamos ventaja, puesto que tenemos toda la Confederación Imperial para elegir, ni siquiera él es capaz de anticipar que lugar decidiremos para sus vacaciones con todos los mundos de la confederación a nuestra disposición… -repuso el general Mao.

¿Estáis seguros de eso…? –pregunto irónica Selena.

No, lo cierto es que no, no es que me fie mucho de todas formas, pero creo que esa será nuestra mejor opción, yo hablare con él en cuanto salga –finalizó el General Mao.

Tal y como supusieron, cuando el General hablo con su Alteza para comunicarle que ninguno de esos mundos seria el elegido, este se enfadó y les “forzó” a negociar. Cuando terminaron el General se quedó con la mosca tras la oreja, puesto que su alteza, pese a su “enfado”, había terminado aun así, siendo extremadamente… “comprensivo en todo”. Había decidido aceptar el destino que ellos eligiesen siempre que los distritos centrales, eso era el primer y cuarto distritos militares, quedasen excluidos, mientras que por su parte, acepto que también excluyesen los más “arriesgados”, el tercero, quinto, sexto y once distritos respectivamente dada sus fronteras con Shilrrurs, Corix, Razors, el espacio Intergalaxia y las zonas inexploradas del brazo de la Galaxia. Cuando los tres se reunieron para tomar su decisión, estaban perplejos por las facilidades, por tantas facilidades de hecho…

Mientras su Alteza se sonreía para sí, lo cierto es que no le importaba en absoluto donde pasar sus vacaciones, la verdad es que algo cansado sí que tenía que admitirse a sí mismo que estaba, por lo que la idea en si no era mala, aunque para que engañarse, no es que le hiciese excesiva gracia. Simplemente, había decidido jugar un poco con ellos y por esta vez, prefería dejarles ganar, permitiéndoles llevarle donde mejor considerasen, pero sin ponérselo excesivamente fácil para evitarles bajar la guardia y sobretodo, para evitar que se diesen cuenta de que le daba igual un sitio que otro.

Al final el sitio elegido para que su Alteza descansase fue un mundo poco poblado del segundo sector Militar, y alejado de las fronteras de la Confederación Imperial, de hecho muy cerca de TilKrat, con sus imponentes Astilleros Militares, y más imponente aun presencia de la Flota en la Base Estelar de ese Sistema. El lugar finalmente elegido fue el Sistema Estelar “Kidona”, en el Planeta Kidona III, un planeta eminentemente ganadero y con pocos habitantes, apenas ochenta millones, y situado en uno de los sistemas estelares más acérrimos defensores del trono, por lo tanto de los más leales al emperador y de los más tranquilos de toda la Confederación Imperial.

Cuando la decisión le fue transmitida a su Alteza, este por toda reacción, simplemente pidió los datos de donde se iba a alojar y el plano topográfico de los alrededores del lugar, así como de la totalidad de las medidas de seguridad de Selena pensaba implantar. Una vez tuvo todo en su poder, empezó a estudiarlo detenidamente, igual que todo lo que pudo encontrar sobre el lugar a donde iban, a medida que leía e indagaba no hacia otra cosa que suspirar ante el “coñazo” que se habría ante él, hasta el mismo instante en que ciertos datos en los que indago por indagar y por intentar tener un mejor cuadro de ese sistema se cruzaron en su camino, lo que le hizo profundizar bastante en las tripas de los archivos centrales sobre ese sistema estelar. Entonces una sonrisita la mar de irónica empezó a formarse en sus labios, y para sí mismo empezó a pensar eso de… “bueno, bueno, bueno, mira tú por donde… que interesante que es todo esto… puede que incluso me resulte de lo más divertido un sitio tan, tan, tan tranquilo. Por lo menos a mí seguro, a los que yo me se… ya veremos, aunque lo dudo seriamente”, y una alegre risita maliciosa salió de sus labios mientras no dejaba de pensar en que la casualidad a veces era la más poderosa de las aliadas…

Cuando el Grupo del Crucero de Batalla “Vengador” se unió al resto de la Flota, dio la orden de partir en dirección al sistema “Kidona”. En Kidona III habían alquilado por un par de meses una amplia extensión en una zona de las Montañas Altard, de hecho, era parte de una importantísima explotación ganadera, y en lo más alto de esas montañas, en los terrenos de dicha explotación, existía una amplia vivienda con una docena de habitaciones, y todo lo necesario para pasar una cómoda temporada. Según los datos que le facilitaron esa vivienda era la casa de verano de los dueños de la explotación... Según parecía la actual propietaria ya no la usaba, y siendo como parecía una mujer práctica, había decidido sacarle partido alquilándola.

Su Alteza no entendía como se les podía haber pasado por alto a esos tres el pequeño detalle que se apreciaba en los datos que le habían proporcionado. La propietaria del terreno era una mujer llamada Kilara Volterra, lo que no tendría mayor importancia de no tratarse de la escasísimamente conocida Marquesa de Volterra. Se trataba de un pequeño Marquesado sin la menor importancia en el complicado juego político de la Nobleza en la Confederación, pero cuyo linaje era lo que se conocía como “antigua nobleza”, rastreable más allá de los quinientos años y en este caso, muchísimo más, de hecho. Pero el verdadero pequeño detalle, es que el sistema estelar Kidona se componía de tres planetas habitados, Kidona II densamente poblado, Kidona III, eminentemente ganadero, y Kidona IV que era más minero que otra cosa. Este sistema estelar tenía algo de suma importancia para ese juego político, un escaño reservado por derecho en la cámara Alta o de la Nobleza, pero no cualquier escaño, sino uno de los siete asientos en la mesa de la presidencia de la cámara, el único no electo de la misma. Y algo de lo que por lo que se veía, todo el mundo había olvidado, es que la Familia Volterra tenía una pequeña venia otorgada por el Trono Imperial de hacía más de doscientos años, que no era otra que la decisión final sobre quien sería su… “ocupante” en caso de ser “electores”.

Hasta el momento, el sistema empleado en Kidona para la elección del representante consistía en una votación entre las seis principales familias nobles del sistema. Lo realmente gracioso, es que en esos instantes el asiento estaba vacante y era tiempo de la elección, dicho lugar se lo disputaban dos familias, los duques de “Koldionar”, y los Duques de “Kildoniare”. Otras cuatro familias nobles de menor importancia, condes todos ellos, componían la mesa de votaciones, el problema, es que estaban divididos con tres votos por cada uno. En esos momento se estaba debatiendo que otra familia se debía de sumar a la votación para ejercer un desempate… Por los datos obtenidos en la “investigación”, ambos grupos ejercían toda la presión posible para que un partidario de ellos saliese como séptimo votante, obviamente, eso era algo imposible de conseguir y todo el mundo lo sabía. Su Alteza dedujo, que lo que en verdad trataban de encontrar ambos grupos, era alguien a quien pudiesen manejar de un modo u otro, por las buenas o por las malas, para conseguir su voto.

Para su Alteza Jhored, tras revisar tranquilamente los posibles candidatos, solo había uno que cumpliese con todas las condiciones para que ambos bandos aceptasen su presencia en la votación, ya que estaba “desarraigado” en Kidona III lejos del verdadero poder del sistema, por lo que apenas si contaba para nada, no tenía apoyos, tampoco grandes riquezas más allá de sus extensos territorios en dicho planeta y se le consideraba como una familia de octava entre la actual “nobleza” del sistema, y esa era la familia Volterra, reducida en la actualidad exclusivamente a la Marquesa Kilara Volterra. El Príncipe Jhored se empezó a relamer con todo aquello, porque mira tú por donde, los queridísimos guardianes de su descanso le habían enviado de vacaciones al lugar perfecto para hacer cualquier cosa menos eso precisamente, de inmediato al ver el paño político, pensó para sí, que todo aquello era muy bueno como para dejarlo pasar y que ya descansaría más adelante si es que lo necesitaba.

La vivienda en cuestión estaba emplazada en lo alto de las montañas, concretamente sobre roca granítica lo que le daba una enorme estabilidad y aseguraba su cimentación. La seguridad perimetral más externa de la residencia Selena decidió que quedase a cargo de *Robots de Combate SKII, concretamente ocho de estas unidades fueron desplegadas a una distancia prudencial del recinto, y dos más justo en sus puertas, aunque eso sí, todos ellos debidamente camuflados. Dentro de la residencia, junto con su Alteza se alojarían Selena y los otros cinco miembros de la Guadaña que formaban en esos momentos parte de su escolta. En dos emplazamientos debidamente preparados en las mismas montañas se encontraba una compañía completa de Marines de Asalto de la Flota perfectamente pertrechada, o lo que se traducía, en cien Marines de Asalto con sus Armaduras de Combate a menos de dos minutos de distancia del lugar de reposo de su Alteza.

Cuando la Flota llego al sistema estelar Kidona causo cierta sensación, ya que aunque no era extraña la presencia de vez en cuando de unidades de la Flota en el puerto espacial de Kidona II, si lo era que una Flotilla del tamaño de esta indicase su intención de orbitar Kidona III. Al llegar a su destino, la flota se distribuyó de modo que nadie tuviese una imagen franca del “Represor”, que a efectos del sistema figuraba como el Crucero de Batalla “Pesadilla Imposible”. El Represor era mayor que un Crucero de Batalla y menor que un Acorazado, también tenía una silueta bastante obvia cuando estaba en formación, pero paradójicamente y solo por pura casualidad, su diseño si no se le apreciaba en su conjunto, llamaba a engaño, algo que sorprendió a todos descubrir en su momento, pero de lo que aprendimos a sacarle todo el partido posible, como en esta situación, algo perfectamente ensayado y natural a estas alturas para toda la Flotilla que siempre lo acompañaba. La Flota era experta en “formarse” para entorpecer el reconocimiento del Represor.

Una vez todo preparado en el Planeta, su Alteza se pudo trasladar a su nueva morada de descanso, y lo primero que hizo para consternación de sus “escoltas” fue hacerse equipar con un aerodeslizador individual nativo, lo que provoco que estos se viesen obligados a usar lo mismo. Selena habría preferido usar vehículos deslizadores debidamente reforzados, y no lo que en ese planeta, se conocía como Motodeslizadores. Selena no tardó más de cinco minutos en empezar a maldecirse, solo tuvo que observar la sonrisita maliciosa con que conducía su Alteza, y como este parecía además conocer perfectamente aquellos caminos de tierra sin señalizar que les llevaban fuera de las montañas…

Conociendo a su Alteza, Selena no sabía exactamente que seria, pero era indudable que este se esperaba divertir de algún modo, y no sería precisamente descansando... Pensó que de nuevo, de alguna forma que no era capaz de explicarse, su Alteza se la había vuelto a jugar a todos ellos…

Capítulo - 3

Fecha estelar - 5328

2º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Kidona

Planeta Kidona III

Montañas Altard

Selena estaba muy cabreada, mientras que su equipo de cinco miembros de la Guadaña la miraban de reojo, conscientes del estado de animo de su jefa, y todos ellos, por su parte, también enfadados con su Alteza al igual que Selena. Los seis seguían a este en Motodeslizadora, que no es que su Alteza no demostrase una soltura increíble manejándola, mucho mejor de hecho que la de ellos, pero el método de transporte elegido por él no dejaba de ser un medio perfecto para abrirse la cabeza de tener un accidente, lo cual no les hacia la menor gracia. Pero aparte de esto, Selena se sentía estúpida al no darse cuenta de que su Alteza sería del todo incapaz de permanecer quietecito en aquel sitio sin moverse.

Su Alteza por su parte disfrutaba de la sensación de libertad que le transmitía ese vehículo, en los que por cierto, los siete llevaban rifles laser de alta potencia, ya que era un paraje con su propia fauna salvaje y a cualquiera que andase por allí, le convenía ir armado por si tenía algún encontronazo con ciertos depredadores especialmente territoriales y agresivos. Evidentemente, su escolta además llevaban sus propias armas cortas, y vaya usted a saber cuántas más ocultas en los sitios más inverosímiles, algo que el Príncipe conocía perfectamente.

Una hora después de haber salido, llegaron a lo que Selena identifico como la residencia principal de los dueños del terreno que habían alquilado para las vacaciones de su Alteza. Nada más llegar a la zona de entrada hacia la vivienda, vio como de la casa salía una mujer joven, morena, pelo negro, largo casi hasta la cintura, luego vería que poseía unos inteligentes ojos levemente rasgados de dolor marrón claro, armada con un arma laser en la cintura y que permanecía a la expectativa mientras ellos iban aproximándose, también observo que varios hombres que había en la zona igualmente se quedaron mirando, y todos o casi todos, iban armados de igual forma.

Su Alteza detuvo su vehículo ante ella, se quitó el casco protector, y con la mejor de sus sonrisas se presentó a la propietaria como la persona que encargo el alquiler de su “residencia de descanso”, adujo para justificar su presencia allí, el presentarse personalmente a saludar, de paso, también, para presentarle a los “amigos” que le acompañarían en sus vacaciones. La conversación inicial fue muy típica en el sentido de las presentaciones, pero la parte que intereso a Selena se inició precisamente con las dichosas Motodeslizadoras…

Todo parecía muy casual, si no fuese porque Selena conocía perfectamente a su Alteza y desde luego, se dijo a sí misma, que cuando regresasen investigaría a fondo a tan “atractiva” propietaria, por cierto, algo de lo que también era consciente, que su Alteza sabía que haría, por ello decidió intentar tomar una atajo en cuanto fuese el momento... Pero de momento, se mantuvo pendiente de la conversación entre ambos…

Y dígame señor Jhored, ¿Dónde se dirigían con esas motodeslizadoras?

Pues en realidad íbamos camino del pueblo de Monterasnel, que según creo cae en esa dirección –señalo al camino que habían dejado atrás para tomar la entrada de la casa-, pero antes creímos oportuno pasar a presentar nuestros respetos, Señorita Kilara.

Por favor, solo Kilara…

Entonces le pido lo mismo, únicamente Jhored… y mis compañeros creo que igual… ¿no? –el resto, incluida Selena únicamente asintieron.

Muy bien, Jhored pues, si me admitís todos un consejo, os diría que regresaseis por donde vinisteis y llamaseis a quien os organizó el viaje para que os consiga unos Aerodeslizadores y a alguien que lo pilote si ninguno sabéis hacerlo, porque aunque reconozco que es fantástico ir con las Motodeslizadoras, en este planeta no es que eso sea una gran idea.

¡Ohhh, vaya!, pensamos que si lo serian… bueno… con las distancias que ahí entre los sitios…

Pues por eso mismo, dadas las distancias, lo ideal aquí, es usar aerodeslizadores, nosotros únicamente las usamos para el ganado, y solemos trasladarlas hasta allí en aerodeslizadores de cargar ligera… o estaríamos más tiempo de viaje que haciendo algo útil.

Entiendo… y dígame, es que si llamamos a quienes organizaron el viaje nos eternizaríamos, ¿sabe cómo podríamos conseguir unos a buen precio?

Está bien, no sería una buena anfitriona si no les echase una mano, ¿pero sabrá manejarlos alguno de ustedes… podrá al menos uno?

Bueno, todos tenemos la licencia de piloto espacial confederal estándar en vigor, si aquí para esto sirve…

Si, si sirve, entonces perfecto, únicamente necesitaran acostumbrarse a los mandos, pero eso no les debería de llevar más de un par de horas. ¿Cuántos desearían?

Tres –se adelantó Selena con una sonrisa-, de ese modo estaremos más desahogados y podremos dividirnos en caso de que alguien quiera acudir a un lugar diferente…

Bueno, ya escuchó… Selena ha decidido, tres –sonrió el Príncipe.

Pues nada, mañana por la mañana se los subiré arriba, pero yo que ustedes, por hoy daría terminada mi excursión y regresaría. De aquí a Monterasnel por los caminos hay dos horas aun…

Pues sí, creo que entonces tiene razón Kilara, aceptaremos tu consejo y daremos media vuelta. Eso sí, como compensación por las molestias que te acabamos de causar con esta petición, mañana tú y quienes te acompañen a subirnos los aerodeslizadores estáis invitados a comer…

Muy bien, acepto en mi nombre y el de mis chicos… -sonrió Kilara por vez primera.

Tras esto el príncipe y los demás, se pusieron los cascos y despidiéndose con un gesto partieron de regreso a la casa donde se alojaban. Selena fue todo el camino dándole vueltas a la tal “Kilara”, todo lo que habló su alteza le pareció enormemente sospechoso, desde el patinazo con las motodeslizadoras, a la equivocación con el desvió que les llevo hasta la casa. Tras cenar, cuando el Príncipe se salió un rato afuera a tomar el aire y según él, a mirar las estrellas, Selena aprovecho para preguntarle…

Alteza, ¿podríais por favor decirme quien es esa tal “Kilara” aparte de la persona que nos alquiló todo esto?.

La última Marquesa de Volterra, y actualmente único miembro de dicha familia.

Bien, pero que es lo que ocurre con ella… porque según lo que os he podido ver hoy, con ella está claro que ocurre algo…

Que es una mujer que me gusta, me hace tilín… -fue la sorprendente respuesta, aunque sonó un tanto irónica.

Si, ya, claro que sí, y a mí también me hace tilín –Selena mascullo un “no te jode”, luego continuó-, y ahora dígame ya en serio, ¿qué pasa con ella?

Bueno, creo que ya sabe que se tiene que elegir un representante de este sistema para la cámara Alta ¿no? –Selena asintió-, pues eso mismo.

Perdón Alteza, pero no entiendo a qué se refiere, tienen que elegirlo, pero eso será en Kidona II, para nada tiene que ver con Kidona III, y creo recordar por lo que leí antes de decidirnos por este sistema, la misma familia lleva ocupando el asiento desde hace más de doscientos años, por lo que esto será solo un mero trámite burocrático más.

Si, por la Familia Koldionar, el Duque de Koldionar ha ocupado el asiento durante los últimos doscientos años, ya que de los seis votantes, cuatro estaban ligados a ellos. Ahora sin embargo, esto ha cambiado, una de las familias con derecho a elegir ha cambiado de bando por lazos familiares contraídos, por lo que los Duques de Koldionar y de Kildoniare están igualados en votos para la elección, tres para cada uno de ellos.

Podría resultar peligroso para su seguridad ¿Cree que haya posibilidades de disturbios graves? –se preocupó Selena.

¿Te refieres a revueltas, asesinatos e incluso quizá a guerra civil?

Si, más o menos… Aunque todo eso solo se circunscribiese a Kidona II podría por terminar arrastrando a los dos restantes planetas habitados del sistema.

No, para nada, eso es prácticamente inviable en este sistema. Bueno, excepto lo del asesinato entre ellos, aunque me extrañaría que nadie se lograse acercar en estos instantes a cualquiera de los electores e intentar algo sin morir en el acto. No, es poco probable eso también…

Pero aun así no me gusta… creo que hablare con la Almirante al respecto… -su Alteza la interrumpió.

No, nada de traer más naves de la flota o tropas. Si hubiese que mandar algún tipo de mensaje con respecto a no hacer el tonto, nuestra flotilla ya estaría enviándolo en este momento, y la llegada de esos dos Superacorazados justo cuando yo he bajado al planeta habrá contribuido a dejarlo aún más claro.

Perdón pero no sé de qué habla… -mintió con todo su aplomo.

Que no soy idiota… ¿Solo nuestra flotilla, una compañía de Marines de Asalto, un puñado de MKII y ustedes seis en un Distrito Militar no interno de la confederación?, venga Selena, no me hagas reír…

Alteza le aseguro que…

No me enfades Selena… si quieres me molesto en ver dónde están los… “refuerzos”. Como mínimo calculo tres compañías más de Marines de Asalto con Lanzaderas y al menos de cuatro a ocho Cazas Estelares de Clase Escorpión procedentes del Superacorazado “Heros Parca” o del “Erupción Estelar”

No alteza, la verdad es que preferiríamos todos que no indagase…

Bien, pues si nos dejamos de tonterías, entonces perfecto.

¿Entonces?, perdón pero es que no comprendo que tiene todo esto ver con esa mujer…

Pues es muy sencillo, según sus estatutos de elección, ambos van a necesitar un séptimo representante, uno con alcurnia suficiente como para poder ejercer el llamado “derecho de voto”… y claro está, que no esté a favor de su adversario..

Y deduzco por lo que dice, que esa persona sin duda será la Marquesa de Volterra, ¿no Alteza?

Bueno, teniendo en cuenta que es el único noble fuera de Kidona II con esa “alcurnia”, que puede ejercer “el derecho de voto”, que no tiene simpatías obvias hacia ninguno de los dos, que actualmente la familia Volterra es meramente anecdótica puesto que se reduce exclusivamente a su persona y que a la Señorita Kilara la política le preocupa de nada tirando a menos todavía…

Ya, es la candidata ideal a ocupar ese puesto, ¿no?

Exactamente…

Perdón Alteza, una última pregunta… ¿me puede por favor explicar, cómo narices se las apaño para conseguir que le enviásemos aquí de vacaciones? –Selena estaba visiblemente enfurecida por lo que pensaba que era una tomadura de pelo más de su Alteza.

Pues lo siento, pero esto no ha sido cosa mía, lo cierto es que en esta ocasión no pretendía nada de nada. Aquí me habéis mandado vosotros mismos, lo cual, os agradezco profundamente… Me van a resultar unas vacaciones la mar de entretenidas…

Tras esto Selena se retiró con paso rápido en dirección al puesto móvil de comunicaciones, era consciente de que debía de ponerse en contacto de inmediato con el General Mao y con la Almirante Tanya. Si lo que su Alteza decía era cierto, cosa que no dudaba ni por un solo instante, entonces los problemas posiblemente se iban a mover rápidamente de Kidona II a Kidona III a toda velocidad, y lo que era aún peor, posiblemente el epicentro de dichos problemas seria la puñetera finca que ellos habían elegido para que su Alteza Imperial pasase sus… “tranquilas vacaciones”.

Por mucho que su Alteza asegurase que no era cosa de él, Selena no podía evitar una sensación de que nuevamente les había tomado el pelo como le había dado la gana, el muy cabrón siempre iba, ahora lo veía claro, no tres, sino cinco pasos por delante de ellos. Para darse cuenta no había más que ver que estaba totalmente enterado de sus preparativos “secretos” para el dispositivo de seguridad de sus vacaciones. Era mucha casualidad a su modo de ver que, conociendo a su Alteza, este hubiese caído accidentalmente en medio de un más que probable follón político de primera magnitud, y especialmente cuando ese sitio que estaba en juego, el Príncipe al igual que ella sabía positivamente que resultaba clave para la actual composición de esa Cámara, ya que por derecho otorgaba un puesto en la mesa de la presidencia de la misma, el único puesto no electo por la cámara de los siete que la conformaban.

Cuando llegó al puesto, puso en marcha el enlace tridimensional y solicito comunicación con la Almirante Tanya y el General Mao, ambos abordo del Represor. Cuando ambos estuvieron presentes y aceptaron la comunicación, la imagen de Selena...

Tenemos problemas, otra vez nos ha tomado el pelo...

¿Qué ocurre? -pregunto el General, tras lo que Selena tardo veinte minutos en ponerlos al corriente.

Estas segura de todo esto... -pregunto la Almirante.

Es lo que me dijo su Alteza, y dado que sabía perfectamente las medidas de seguridad sin que se opusiese al incremento tan importante de fuerzas en ella... bueno, calculad...

Si, tras eso diría que espera problemas... -Dijo la almirante.

Ya está, ahora lo entiendo... Pero que jodido cabrón que está hecho, nos ha metido justo en pleno centro del problema de la elección de uno de los puestos más sensibles de la Cámara Alta -sentencio el General Mao.

Perdón, no entiendo -dijo Selena-, ni yo -agrego de seguido la Almirante.

Mientras estabas explicándolo he solicitado información referente a la votación, y ahora comprendo lo que su alteza se trae entre manos... o al menos eso creo, aunque con este hombre nunca se sabe.

Bueno, pues díganos, ¿debo de preocuparme? -pregunto Selena.

Si, definitivamente si Selena, deben de preocuparse y mucho... Según los datos que me ha proporcionado inteligencia, además de los análisis que hizo alguien que no les voy a nombrar y que dejo aquí para que los encontrásemos, la lucha por el poder en el sistema estelar se va a desplazar a Kidona III. La opción más viable como séptimo elector es la Marquesa de Volterra se mire por donde se mire, especialmente por su escasa influencia y el que toda la familia se reduzca a la actual Marquesa.

¿Quiere decir que habrá un amplio desplazamiento de la nobleza del sistema desde Kidona II?, no tiene sentido, aun siendo nombrada la Marquesa, esta puede efectuar la votación mediante una comunicación tridimensional refrendada por las autoridades de este planeta, nadie necesita trasladarse aquí.

Exactamente Selena, nadie necesita hacerlo, excepto aquellos que se encarguen de convencer a la Marquesa de a quién debe de votar, y dudo que no sea algo que traten de hacer ambos bandos en liza, por lo que toda esta región se va a poner, como diría su Alteza..., "muy interesante".

Pero no lo harían antes de que resultase elegida para ello, ¿o no? -pregunto Selena.

Según los datos en mi poder no, no les conviene, si la presionan antes de elegir aceptar el encargo, podría negarse por razón de esas mismas presiones, lo que le seria concedido casi automáticamente. Pero una vez aceptado, tendrá un mes de plazo para su reflexión sobre el voto que deberá de emitir... Ese mes seria el momento ideal para conseguir que "coopere".

Pero para entonces estará protegida, ¿no?

Sí, pero por las fuerzas de seguridad del Sistema, fuerzas más que posiblemente procedentes de Kidona II y que si alguien quiere apostar, lo más seguro es que estén de parte de alguno de ambos contendientes, o lo que sería peor, repartidas entre ambos. Eso querría decir que la Marquesa se encontraría a merced de cualquiera que pretenda hacerle alguna "sugerencia" sobre su intención de voto.

¿Cuándo se tomara la decisión sobre la Marquesa como electora? -preguntó Selena.

Ha sido nombrada como tal hace tan solo diez minutos, y según los datos oficiales que han emitido las cadenas planetarias de noticias, ha aceptado al no poder poner ninguna imposibilidad para hacerse cargo de su deber para con el Sistema y la Confederación Imperial –informo la Almirante-.

Luego legalmente, ahora mismo como electora y de acuerdo a sus estatutos, estaría facultada para solicitar ayuda a las fuerzas de la Confederación si se encontrase en peligro. Mira tú por donde, justo a tiro de piedra de su residencia en estos momentos se encuentran cuatro compañías completamente equipadas de Marines de Asalto de la Flota, más el heredero al trono, y cualquier cosa considerada como un ataque contra su persona dentro de este territorio seria catalogado de inmediato como Alta Traición, golpee cerca de su alteza o no. Y la pena por ello es la muerte… -dijo pensativo el General.

Sin contar además, con que seis agentes de la Guadaña están también a tiro de piedra, para si ocurriese algo de ese estilo meter las narices con un cuchillo púlsar por delante… Además para esa electora tener en el mismo suelo al propio heredero del Trono… Esto le daría un vuelco inmediato al equilibrio de poder entre la nobleza del sistema si esto se supiese y se interpretase como que la Marquesa tiene su apoyo -recalco Selena.

Me parece que alguien esta vez ha calculado muy mal sus movimientos, al resultar la Marquesa elegida como electora han metido una serpiente en la misma habitación que ellos y a su Ateza imperial justo en la de al lado con vete tú a saber que intenciones reales en todo esto. De todos modos, creo que seguiré investigando todo este asunto, no quiero que nos demos de bruces con nuevas sorpresas que nos prepare su Alteza al respecto…, porque estoy seguro de que aún hay algo más o no sería su Alteza… y más nos vale averiguarlo rápido.

Pues que bien, un nuevo embrollo -maldijo Selena-. De momento ya os informo que mañana la Marquesa está invitada a comer aquí con nosotros por su Alteza... El muy cabrón hizo su primer movimiento para lo que sea que este tramando esta mañana ante mis mismísimas narices, y no me entere de nada... ¡¡¡Maldita sea su estampa con tanto puñetero juego por su parte...!!! ¿Y ahora qué hacemos?

De momento pienso enviar al planeta dos nuevas compañías de Marines de Asalto con dos Lanzaderas de Ataque cada una y cuatro nuevos Interceptores Estelares de Clase Escorpión, y me voy a cortar de mandar bombarderos porque prefiero tenerlos aquí listos por si los necesitásemos, además serán más útiles usados desde los Superacorazados. También lo tengo muy claro, voy a pasar la Flota a alerta Amarilla en tanto estemos aquí, pienso destacar un par de naves de vigilancia en la zona y me da igual lo que opine de todo esto, pero es lo que pienso hacer -término la Almirante Tanya.

¿Más naves? -pregunto el General Mao.

No, mejor que no, no me refería a eso, no quiero “solicitar” refuerzos. En realidad nosotros nos bastamos y sobramos para cualquier problema que surja en el sistema, prefiero que las únicas fuerzas presentes de la Flota aquí seamos nosotros, nos evitara problemas y explicaciones innecesarias a nadie... Destacare dos de los Destructores junto a las dos Corbetas de Exploración y a los primeros los pondré en Órbita lejana opuesta a nosotros como cortina de protección, y las segundas las situare entre ellos y nosotros, quiero sus sensores operando a máxima capacidad para controlar todo el arco cercano a nosotros de este sistema.

Entonces pongámonos en marcha, ocupaos vosotras de su seguridad, yo por el momento voy recabar toda la información de inteligencia al respecto que pueda -finalizo la reunión el General Mao-.

Selena envió las nuevas posiciones que quería que ocupasen esas nuevas Compañías y sus lanzaderas, mientras que a los Escorpiones les envió con el resto de ellos a donde estaban ubicados en el planeta. Al resto de la escolta de la Guadaña les notifico que se había producido un aumento significativo en el riesgo que había para el Príncipe en aquel lugar, por lo que debían de extremar su trabajo aún más. Ninguno de los tres se encontraba nada contento con todo aquello, estaba claro que habían ido a elegir el peor sitio posible para el descanso y relax de su Alteza Imperial... nuevamente.

Capítulo - 4

Fecha estelar - 5328

2º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Kidona

Planeta Kidona III

Montañas Altard

La situación fue más lenta de lo que el Príncipe Jhored esperaba, Kilara Volterra se excusó de no poder acudir al día siguiente a comer y a llevar los aerodeslizadores, achaco el hecho a una serie de circunstancias personales además de a no haber podido hacerse con unos modelos aceptables para ellos. Su Alteza sopeso las razones y las encontró muy válidas, luego acudió a su pequeño despacho montado en la casa para la ocasión y pidió un buen número de informes. Tras unas cinco horas leyendo lo que había pedido, puso sobreaviso a Selena para que estuviesen aún más atentos...

Perdón Alteza, ¿ocurre algo para que haga esa advertencia?

De momento no, pero me temo que no tardando mucho puede que tengamos compañía aquí arriba.

¿Quién vendrá? -Selena apretó los labios pensando en algún invitado sorpresa de su Alteza.

No lo sé, pero antes o después aparecerán por aquí enviados del Duque Koldionar o del Duque Kildoniare. Presupongo que intentaran comprarnos nuestros derechos sobre el alquiler de este pacifico lugar, en el que gracias a vosotros estoy pasando unas muy entretenidas vacaciones -aprovecho para pinchar un poco a Selena sobre la elección del lugar.

¿Cree que darán problemas serios o solo nos intentaran tantear? -pregunto ignorando los comentarios de su Alteza fuera de la razón en sí para no hacerle el juego y cabrearse.

Dependerá de cómo vean la situación, pero es posible que se pongan bruscos si de verdad deseasen esta ubicación con... digamos que ansias. Además, estad también preparados para posibles "exhibiciones" aéreas sobre nosotros llegado el caso...

Avisare a la Almirante para que la flota este lista por si acaso -dijo muy seria Selena.

Estoy de acuerdo contigo, de paso, notifícala que quiero que los sensores de la Flota sigan a cualquier aparato aéreo que penetre en los terrenos de la Marquesa de Volterra, y me da igual un aerodeslizador que un aparato aéreo, los quiero todos junto con su destino final, ¿entendido?

Si Alteza, por supuesto, veré de dar inmediatamente las órdenes -dijo Selena saliendo a cumplirlas.

El Príncipe se quedó en el despacho pensativo, leyendo varios de los informes que solicito sobre el sistema Kidona, su fauna política y demás bichos de esa especie. Revisando, había encontrado un buen número de datos sueltos que por sí mismos no tenían nada de particular, pero que en conjunto y vistos desde un cierto prisma, eran bastante significativos y porque no decirlo, realmente sorprendentes, por esa misma razón, quería hablar lo antes posible con el Emperador. Aunque antes de hacer eso, también quería tratar personalmente con la Marquesa sobre su situación actual para poder calibrarla, momento que realmente, esperaba con cierta impaciencia...

Su Alteza tuvo la fortuna de poder comer con la Marquesa al tercer día, eso sí, anterior a tan lúdica situación, hubo tres días de problemas entremedias. En primer lugar ciertamente aparecieron los "interesados" en el contrato de alquiler, a los que para su mala suerte atendió Selena con su graceja habitual y mala leche encantadora, de hecho estuvo a un tris de desenfundar su arma y eliminarlos. Pero en lugar de eso, se limitó a sacudir un poco a los tres visitantes cuando se “soliviantaron” con la negativa por su parte de ser amable y condescendiente con sus deseos.

Por su parte, la Flota había informado de la presencia casi constante de algunos aerodeslizadores por la zona, incluso de algún que otro aparato netamente aéreo que les estaba poniendo visiblemente nerviosos, incluso en este caso a la propia Almirante, que dio orden de que si en alguno de ellos se detectaban capacidad de combate fuese destruido, de inmediato y directamente, por los cañones de la flota. Luego de eso le propuso a su Alteza cerrar por completo el espacio aéreo sobre la zona para evitar esas "pasadas", cosa a la que su Alteza se negó de momento, y aunque visto lo visto, le dio órdenes expresas de no molestarles si antes no hacían algo agresivo contra alguno de los presentes en tierra o contra la propia flota, sí que dejo claro de que en ese caso las ordenes cambiaban, si se llegaba a ese extremo sus instrucciones eran las de derribarlos en el acto tal y como ella misma había ordenado.

Al tercer día acudió la Marquesa con los tres aerodeslizadores, bueno en verdad llegó con cuatro, uno de ellos evidentemente era el que ellos usarían para regresar a la residencia principal de la finca. A la Marquesa se la veía sumamente preocupada, junto a ella además de dos de sus capataces estaba un hombre de mediana edad al que presento como Belton Von Grogoreki, Barón para más señas, sin lugar a dudas otro noble más del Planeta Kidona IIII. La comida estaba siendo de lo más entretenida y amable cuando escuchamos un fuerte ruido procedente de fuera, concretamente de algún Aerodeslizador pasando rasante sobre el tejado, más para molestar que por otra cosa. La Marquesa apretó los labios...

Creo que lo más honrado por mi parte seria devolverles el ingreso que hicieron cuando les alquile esto, ustedes vinieron para descansar y es obvio que así no lo vais a conseguir... .mejor que se alojen en el pueblo, estarán más agosto allí -dijo seria.

No, realmente no me apetece para nada, incluso estaría dispuesto llegado el caso de extender un mes más mi residencia monetaria aquí para continuar "relajándome", y repito, por favor, tutéanos.

Jhored, te doy las gracias, en serio, de verdad, pero esto de ahora no ha sido nada, es solo molestar, pero si no consiguen lo que desean, se pondrán desagradables y no quiero que nadie sufra daños por mi culpa...

¿Por tu culpa? -enarco una ceja-, no entiendo... -su Alteza simulo estar confundido.

¿Escuchaste lo de la elección en las noticias? -pregunto Kilara.

Si, bueno, creo que algo escuche en las noticias y estuve incluso mirando e investigando pro simple curiosidad en qué consistía eso de la ele... -se quedó a medias mirando a Kilara, luego se dio una palmada en la frente-. Anda, claro que sí, ahora sé a qué te refieres, ¿no me digas que eres tú la elegida para desempatar la votación esa ten importante? ¡¡Claro, Kilara Volterra…!! -afirmó más que preguntó.

Sí, soy yo, y ese es justamente el problema, ambos bandos trataran de conseguir el voto y me empezaran a presionar incluso de malas formas, más todavía si llegasen a sospechar que apoyo al contario, entonces seguro que se pondrían mucho más "agresivos" conmigo y quien anda cerca de mí, por eso creo que deberían de irse.

Lo cierto es que la Marquesa estuvo hablando durante un buen rato, también intervino en la conversación y las explicaciones, el propio Barón, lo cierto es que ambos se explayaron a gusto sobre la real situación política en el sistema estelar. Incluso el Barón tuvo a bien cargar contra el Trono en la persona del mismísimo Emperador, quien por lo visto no es que le cayese especialmente bien y de quien no tenía precisamente tampoco una gran imagen que dijéramos. Selena y el resto de los comensales parecían un tanto apurados por la claridad meridiana de los términos empleados, todo menos Kilara y por supuesto como no, su Alteza que se limitaba a mirarlos a ambos divertido, a juicio de Selena, excesivamente divertido para todas las barbaridades que esos dos estaban diciendo del Emperador y el Trono ante sus mismísimos morros. Cuando terminaron de despacharse ambos, su Alteza recondujo de nuevo la conversación al punto que realmente le interesaba “tratar” para sus planes…

Por nosotros no se preocupe con eso de la gente que dice, no somos nada fáciles de asustar, puede incluso que los que acaben teniendo miedo sean ellos –tanto el Barón como Kilara sonrieron ante la “Bravata”-. Además me gustaría quedarme hasta que termine la elección, eso no es algo que se vea todos los días. Pero díganme una cosa que no entiendo, si lo ven ambos así de mal, ¿porque no pide protección? -pregunto de forma inocente su Alteza-, al fin y al cabo por lo que he leído, creo que como electora y mientras esto dure tendría derecho a ella, ¿no?

Pues... –Kilara miró al Barón, que se recostó pensativo.

Creo que sí, es algo a lo que tienes derecho, podríamos solicitarte unos agentes armados como protección al gobierno del sistema estelar, no creo que te los denieguen y aunque mandes gente con intereses, estoy seguro que lo harían con intereses en ambos candidatos… -terminó.

Bueno, menos da una piedra y unos por otros, al menos podremos conseguir que esos aerodeslizadores no puedan hacer lo que quieran sin arriesgarse a ser detenidos -suspiro.

Perdonen los dos pero de verdad que no comprendo donde está el problema con esos aparatos que incordian tanto, según lo poco que pude leer sobre sus ventajas como electora en esta situación, usted tiene derecho a protección, y según tengo entendió se podría incluir en tal concepto la exclusión aérea sobre sus propiedades, especialmente cuando no hay ningún problema con poblaciones cerca o de interrupción de rutas aéreas planetarias como es en el caso de estas tierras... Hablo de oídas y por lo poco que he leído, entendámonos, pero bueno... no creo que por hacer la prueba…

Si, teóricamente sería posible, pero eso sí que no me lo va a conceder el gobierno del Sistema, ni aun el Planetario lo haría y me conocen bien, sería ponerse casi en contra de los dos candidatos, y ninguno de ambos querrá hacerse significar de ese modo -negó con la cabeza Kilara.

¿Y la Flota de la Confederación Imperial? -pregunto su Alteza otra vez como de pasada.

¿La Flota?... –preguntó perpleja Kilara.

Un momento -dijo de repente el Barón dando un golpe seco en la mesa-, eso es, la Flota, pues claro que sí, tiene naves orbitando el planeta en estos instantes... Quizá no directamente, pero sí creo que podamos conseguir que se decrete por su parte la exclusión aérea de tus propiedades... -sonrió malicioso el Barón.

Explícate -dijo repentinamente muy interesada la Marquesa.

Es muy simple, elevamos la petición en tu nombre como electora a los gobiernos tanto planetario como del sistema a la vez que ante el Alto Mando de la Flota Imperial y a la propia Cámara Alta ante la constante intrusión de gente "no deseada", notificando a cada uno las otras peticiones y aduciendo a la presencia aquí en este mismo instante de elementos armados en órbita que te pueden proporcionar protección instantánea de cualquier tipo... -Kilara le interrumpió pensativa.

De ese modo quizá unos por otros pensando en adelantarse y quedar bien por si los medios se enterasen, alguno termine por ceder a la petición, ¿no es eso? –preguntó sonriendo la Marquesa.

Eso mismo Kilara, especialmente si se mete suficiente ruido público -se rio a carcajadas el Barón-, su misma estupidez nos lo ha puesto en bandeja, y a ustedes muchas gracias por la idea, no creo que se nos hubiese ocurrido por nosotros mismos de tan obvia que era.

Selena miro al General Mao que a su vez clavo sus ojos en ella, luego ambos miraron a su Alteza fijamente. Los dos sabían que la Almirante Tanya había intentado conseguir que su Alteza le permitiese cerrar el espacio aéreo sin éxito, ya que eso descubriría de inmediato la presencia en el planeta del Heredero al Trono Imperial, sin embargo, en ese mismo instante, el Príncipe Jhored acababa de hacer que fuese la propia Marquesa quien le sirviese en bandeja de plata la tapadera perfecta para poder hacerlo sin que su presencia saliese a la luz e incluso de justificar llegado el caso la presencia de los Marines de su propia escolta en esas montañas.

El General Mao cada vez que le veía hacer este tipo de cosas, se preguntaba como todavía existía quien, conociéndolo bien, aún era capaz de subestimarle y creerse mucho más inteligente que él. El resto de la comida fue de lo más amena y entretenida, tanto la Marquesa como el Barón parecían enormemente satisfechos con las ideas que habían "tenido" en referencia a poner todas las trabas posibles a ambos Duques, además que hicieron la contra invitación de rigor para ser esta vez ellos los anfitriones de una nueva comida o cena. Lo negativo especialmente para Selena y compañía, es que su Alteza le sacó a la Marquesa una invitación extensa para “aprender” cómo funcionaban sus “negocios” de ganado, y eso que aún no sabían lo que en realidad pretendía este.

Nada más irse de allí los invitados, su Alteza habló directamente con la Almirante, informándola de la más que posible petición que realizaría la Marquesa o el Barón en nombre de la primera, dio orden de que según llegase a la Flota esta fuese aceptada de inmediata y se asegurase de que las órdenes oportunas terminasen en la Flotilla. La idea de su Alteza era simple, unos por otros, ambos Duques estaban tan enemistados y sus peleas por el puesto tan enquistadas, que confiaba en que cada uno de ellos pensase que había sido el otro quien consiguiese que aceptasen la idea de la exclusión aérea para las propiedades de la Marquesa y así negarle la presión necesario al contrario, lo que implicaba que a la vez pensasen en porque lo habría hecho de ese modo, que ventaja tendría para hacerlo así... Su Alteza Imperial, en realidad con tanta maniobra, lo que pretendía es que mirasen en otras direcciones y no hacia ellos.

Además por eso mismo había guiado al Barón hasta donde había podido, para que liase aún más la madeja haciendo varias peticiones ante diferentes autoridades y amenazando incluso con hacerlo público. En realidad simplemente pretendía asegurarse de que no fuese fácil discernir desde donde exactamente se había concedido realmente el permiso o con que apoyos reales contaba la facción contraria, e incluso que pudiesen aducir el hecho a la presión mediática de llegar a las noticias. Después de esto, su Alteza hizo que le trasladasen al Represor en una de las Lanzaderas de Asalto para poder comunicarse desde allí personalmente por un canal tridimensional de máxima seguridad con el Emperador...

Los datos obtenidos en los informes que había solicitado le parecían llevar a la intervención del Emperador en varios intentos de socavar la autoridad de ambas familias Ducales y quitarles a ambos del asiento en la Cámara Alta. Aunque esto no estaba muy claro y en realidad no pasaban de ser meras conjeturas de su Alteza, este considero que era algo que merecía la pena confirmar personalmente... Cuando consiguió la comunicación con el Emperador, le pregunto a su tío sin rodeos sobre ello… y obtuvo de este el mismo tipo de contestación.

En realidad es muy simple, esas dos familias están metidas en todo tipo de negocios de dudosa legitimidad, pero es imposible probarles nada, la policía lleva años intentando hacerlo, cualquier cosa, por nimia que sea, pero sin éxito ninguno hasta el momento. El asiento que obtienen en la Cámara Alta les parapeta de casi todo debido a su importancia, a las influencias y a los contactos que les consigue… -dijo el Emperador.

Entiendo… Uhmmmmm –quedo pensativo unos segundos-. Tío, dime una cosa, ¿conoces quizá al Barón Belton Von Grogoreki?

Si, si le conozco, si… ¿Por qué?

Porque le he tenido aquí invitado junto con la Marquesa de Volterra a comer, y no parece que te tenga ni a ti ni al Trono mucha estima que digamos. ¿Qué opinas de él?

Es un buen hombre, honrado a carta cabal, de lo más honrado que me he encontrado nunca, su título, aunque modesto, y familia, proceden de la nobleza más antigua de hecho. Respecto a su opinión… bueno, ha sido alguien que ha querido que se manejasen las investigaciones contra los Duques de Koldionar y Kildoniare de otra manera, que hubiesen sido más… extremas, de hecho gran parte de su resentimiento contra mí o contra el trono, es mi negativa a usar a los servicios de Inteligencia o al mismísimo SISI para investigarlos.

Un momento, un momento, ¿pero no me acabas de decir que se sabe que esas dos familias están involucradas en hechos delictivos?

Si, se sabe, pero no existe ni una mínima prueba como te dije, y con alguien así, de esa importancia política, nos guste o no, y en eso te incluyo a ti, necesitamos pruebas para poder operar con contundencia, pero eso es algo que no tenemos. Inteligencia y el SISI tienen recursos finitos, no podemos emplearlos únicamente por “saber” pero sin unas pruebas por mínimas que sean o sin un motivo lo suficientemente valido, aunque en este caso no te creas que no me hubiese gustado poder hacerlo… Eso sí es algo que me encantaría poder ordenar, enviar al SISI… a la Guadaña contra esos dos y que lo pusiesen todo patas arriba a su estilo, con muchos muertos de ambas familias por delante...

¿Y la policía?

Nada, ninguno de los diversos cuerpos ha logrado nada, cuando parece que pinchan en hueso reciben presiones para aflojar. Ya he intervenido personalmente en tres ocasiones contra esa “presión”, y he ejercido la mía propia en dirección contraria, incluso más de uno que ha presionado ahora mismo aún está en prisión por orden directa mía, pero nada, la policía no ha logrado nada en absoluto, incluso sé que han perdido varios agentes en estas investigaciones por… “accidentes”. Lamentablemente, el asiento en la mesa de la Cámara Alta genera mucho poder, y esas dos familias saben cómo usarlo…

Entonces por lo que deduzco, no están tan enfrentadas como aparentan, colaboran…

Bueno, digamos que el que ocupa el asiento manda ya que tiene los contactos necesarios y el poder preciso para protegerse. Pensamos que la otra familia se ve obligada a pagar un canon por la protección, pero en definitiva, resumiendo, quien se sienta en el asiento manda… sea quien sea de los dos… Lleva siendo así desde hace muchísimo tiempo…

Bien… ¿Y si hubiese un modo de que ninguno de ellos fuese el elegido, que quizá saliese otro? –sonrió su Alteza, atrayendo de inmediato el completo interés del Emperador.

¿Que estas tramando? Eso es imposible… Nadie aceptaría siquiera tratar de presentarse, sería su sentencia una vez alguno de esos dos saliese elegido… Esa opción ya se barajó en su momento pero sin éxito…

¿Tío, qué te parecería el Barón Belton Von Grogoreki como nuevo miembro de la mesa de la Cámara Alta?

Que firmo ahora mismo por eso. Sería una solución perfecta para nosotros, pero es imposible del todo…

No, no sería imposible si la Marquesa lo vota como su elegido… -se rio el Príncipe.

Ni aun así Jhored, ni aun así saldría, parece mentira que digas eso. La marquesa pondría un voto para el Barón, y los Duques continuarían cada uno con tres votos, después de eso, la Marquesa se vería obligada a votar si o si entre ambos candidatos mayoritarios, es lo que marca la ley de voto, eso solo dilataría la elección. Para lo que tú dices tendrías que hacer variar tres de esos votos hacia el Barón, cosa que es del todo imposible, aunque sobre el terreno tres de ellos te dijeran que si apoyarían al Barón, al final ninguno de ellos cambiaria realmente su voto… -meneo la cabeza el Emperador.

Sí, eso lo sé, tanto que no cambiarían de voto, como que solo habría una oportunidad de presentarle como opción, me leí la ley de votación de cabo a rabo. Pero… ¿y si te digo que existe una forma de que eso sea posible únicamente con el voto de la Marquesa de Volterra…? –sonrió maligno su Alteza.

Explícamelo ahora mismo, ¿cómo? –apresuró el Emperador, respetaba mucho a su sobrino, y a estas alturas ya lo conocía como para saber que si este decía que había un modo, es que lo había y él sabía cómo.

Hace unos doscientos treinta años, al entonces Marques de Volterra y a su descendencia directa en la cabeza de familia, se le otorgo la “merced” de ser los votantes decisivos en la silla del sistema Kidona en la Cámara Alta. Aunque se estipulo que para eso, se debían de cumplir ciertos requisitos por su parte…

¿Estás seguro de esto?

Sí, es un poco extraño pero veras…, creo que esto fue una especie de seguro por el entonces Emperador para impedir un uso indiscriminado de la merced concedida por parte de esta familia… o un modo quizá de asegurarse que el representante en ese asiento iría en la dirección adecuada. Recuerda que en esa época el Trono no estaba tan asentado y firme como hoy en día…, su poder entonces era… un tanto relativo, digamos que algo volátil para entendernos, ese poder dependía mucho de las cámaras, y especialmente de la Cámara Alta.

Está bien, pero ahora dime, ¿qué requisitos son esos?, porque te garantizo que se cumplirán, si es necesario, me encargare personalmente de que así sea –sonrió el Emperador por primera vez desde que empezó la conversación-.

Son simples, el primero es el más complicado de conseguir, ya que consiste en que el poseedor en el momento del título del Marquesado de Volterra debe de pertenecer por derecho legítimo al grupo elector. Eso es algo que ya se ha cumplido gracias por cierto a ambos Duques que la declararon como la séptima electora por derecho de nacimiento y título de forma legal, siguiendo todos los pasos marcados por la ley –sonrió irónico el Príncipe-.

El segundo es ejercer su derecho a voto ante el Emperador, el heredero directo al trono, o alguien debidamente autorizado por el primero para verificar que dicho voto se realiza sin presiones o de modo forzado por alguna circunstancia ajena al libre albedrio del votante, algo que como es obvio en estos instantes no será ningún problema –explicó.

Y el tercero y definitivo, que del mismo modo el voto sea validado en el instante de ser emitido por el Emperador, su heredero directo al trono o alguien debidamente acreditado para tal hecho por el Emperador. Algo que al igual que con el punto anterior, no habrá excesivos problemas –al escuchar esto su majestad estalló en carcajadas-.

Bien, bien, bien… haz lo que creas necesario para que esas condiciones… “se cumplan”. Si el Barón ocupa el asiento, podrá empezar a usar su recién adquirida influencia en apoyar con energía y cubrir eficazmente de interferencias externas las investigaciones policiales en curso contra ambas familias, y yo personalmente me encargare de “protegerle” a él de “otras interferencias externas…” -se rio el Emperador.

Me encargare de que así sea, solo quería estar seguro de que el Barón era el hombre adecuado y contaba con tu aprobación… dado el cariño que parece procesarte…

La tienes Jhored, tienes mi total aquiescencia con tu idea, créeme que la tienes… Y por el Barón no te preocupes, eso cambiara con un poco de tiempo en ese asiento, se dará cuenta por sí mismo de que tengo las manos atadas, pero que el mismo es quien podría ir facilitándome lo necesario para permitirme actuar con contundencia contra esas lacras…

Perfecto entonces, me retiro ya… Te mantendré informado de cómo avanza todo esto…

De acuerdo, pero ten cuidado, y no bajes la guardia, esas familias no son ninguna broma, se juegan mucho y si te conozco bien, no sabrán quien eres en realidad…

Pues si intentan algo contra mí, van a tener una vida muy efímera desde ese momento…

Lo sé, pero dudo que se mancharan las manos en persona, quizá no se les pueda relacionar con lo que suceda… Quiero que te antes con cuidado… no eres inmortal…

Lo sé, y recuerda tú, que conmigo es complicado tratar de jugar a según qué cosas o con según que métodos… porque me enfado bastante… Sabes que eso también es muy peligroso, porque me lo tomo como algo muy personal y las únicas naves de la Flota presentes aquí son las de mi escolta… no escaparía nadie -después de esto se despidió y cortó la comunicación con el Emperador.

Una vez que el Príncipe Jhored cortó la comunicación, se recostó en su asiento, se inclinó sobre la mesa y llamo a la Almirante Tanya para que fuese a verle a su cámara. Tenía las ideas muy claras sobre qué hacer y cómo conseguir que la Marquesa aceptase elegir al Barón, también estaba convencido de lograr que este se ofreciese voluntario para ser nominado en la elección para que pudiesen mostrar su desacuerdo con ambas familias. Pero primero tenía que hacer una importante serie de preparativos aunque sin prisa, ya que aún quedaban un par de importantes semanas para que fuese la votación, o por lo menos, la primera de ellas... Si el Emperador llevaba razón, con el Barón, como se diría en ese planeta, iba a meterle a la Cámara Alta en las botas un pedrusco de cuidado, incluso puede que iniciase el mismo antes de irse el descalabro físico de esas dos familias Ducales a poco que pudiese. Además, por otro lado la Marquesa estaba resultando una mujer la mar de interesante para él, que al pensarlo no pudo evitar sonreírse para sí mismo.

Capítulo - 5

Fecha estelar - 5328

2º Cuadrante Militar del Imperio

Sistema Kidona

Planeta Kidona III

Montañas Altard

Cuando la Almirante Tanya entró en el despacho de su Alteza este le indicó que tomase asiento, como de costumbre, Selena estaba en una esquina del mismo de guardia. La Almirante tras sentarse preguntó a su Alteza de que se trataba…

Tanya, cuando tengas la petición de exclusión aérea quiero que la amplíes a todas las propiedades circundantes, únicamente por el norte, por la zona lindante con la ciudad de Monterasnel no se podrá cerrar.

Está bien, no será ningún problema… pero será mucha extensión, es posible que presenten quejas y el Alto comando de este Distrito meta la nariz…

Por eso no hay pegas, ya deje en el sistema las instrucciones pertinentes al respecto, si alguien consulta, la orden vendrá del Alto Mando Central de la Flota con prioridad absoluta.

De acuerdo, entonces si alguien intenta indagar directamente con nosotros se los remitiré de inmediato… ¿Cómo quiere que manejemos la exclusión?

Organízalo para que al menos dos parejas de Interceptores Escorpión estén siempre en vuelo, pero que no sea ninguno de los estacionados en el planeta, esos déjalos como recurso de emergencia por si acaso.

Está bien, tengo también planes de contingencia preparados para que unidades de Asalto tomen o defiendan la vivienda de la Marquesa de ser necesario.

Amplia esos planes también a la vivienda del Barón Von Grogoreki, y planifica la posibilidad de dos escoltas armadas de Marines, una para cada uno de ellos…

Entendido, lo prepararemos, hoy mismo estarán listos. ¿Algo más?

Si, Tanya, si el Mando del distrito por casualidad enviase más naves, quiero que asumas su mando en cuanto entren en el sistema y establezcan comunicación con órdenes de un bloqueo total de comunicaciones salvo con el “Represor”. Es muy importante que no se sepa mi presencia, usa mi código personal para esas órdenes, lo conoces tan bien como yo. Si alguien rompe las órdenes y la presencia de esta nave o la mía se filtra, actúa en consecuencia con el responsable, sea quien sea y ocupe el rango que ocupe… Quiero un escarmiento que no se olvide…

Sí señor, no se preocupe, me asegurare personalmente de que el responsable termine lo antes posible en la prisión Imperial de Infierno o Hibernia… y que no regrese nunca de allí… -respondió con voz fría como el hielo.

De acuerdo, de momento eso sería todo… Impón a las patrullas la regla de las dos advertencias o dos avisos, cualquiera de ambas me sirve… deja claro ese punto.

De acuerdo, no se preocupe, me encargare de que quede claro que a su Alteza le sirve cualquiera de esas dos formas de la norma.

Gracias Tanya, no te molesto más…

A sus órdenes… -se levantó marchándose del despacho.

¿No será muy drástico lo de los dos avisos? -pregunto Selena.

No, los pilotos de los interceptores saben qué hacer para que los tomen en serio directamente con un solo aviso, pero quiero que sepan que tienen mi apoyo total si no les hacen caso y abren fuego con resultados letales.

Por eso también ha metido en la orden a los capitanes de nuestra Flotilla, aunque estos ya lo saben más que de sobra y no necesiten de esas aclaraciones, ¿no? –pregunto Selena con curiosidad.

No, eso lo he hecho, porque los esos pilotos saben que mis “capitanes” están siempre bajo mi protección personal en sus órdenes, de este modo les dejo claro que están al mismo nivel que estos.

Entiendo… es básicamente lealtad y responsabilidad…

Exactamente, quiero que tengan claras sus órdenes y que sean conscientes que no me escondo en ambigüedades, que respondo por lo que digo… Llámalo si quieres inversión de futuro… -su Alteza sonrió-.

Señor, créame que a estas alturas en la Flota ya se sabe más que de sobra que si usted ordena algo y se siguen sus órdenes, usted responde por ellas sin evadirse de la responsabilidad si algo sale mal…, que no le carga el muerto a nadie y asume los hechos. Y ahora si terminó aquí, creo que sería un buen momento para regresar al planeta…

Si, antes de que amanezca y la Lanzadera sea muy visible…

Tras esto ambos se pusieron en marcha hacia el hangar del Represor. El viaje evidentemente tenía que hacerse sin que nadie viese el movimiento, y la noche para ello era perfecta ya que era muy difícil detectar por los propios medios una Lanzadera de Asalto de la Flota, al estar diseñadas especialmente para dejar la menor huella posible de sus descensos. Para apoyarla, justo en ese momento varias de las naves de la Flota cambiaron posiciones usando entre ellas sensores de movimiento activos con el fin de entorpecer cualquier detección que pudiesen intentar conseguir al generar interferencias en toda la zona… Cuando su Alteza y Selena llegaron a la casa, esta última iba enfadada ya que acababa de recibir la grata noticia de que el Príncipe tenia pensando acompañar a la Marquesa en los días siguientes para “aprender” labores de… “pastoreo”, que fue como definió al trabajo que allí hacían con las Gylkiarezaye, animales autóctonos de Kidona III. Según le dijo ante sus objeciones de que solo molestaría, su Alteza le explico que eso ya lo había hablado con la Marquesa y ella estaba encantada de tenerle como “aprendiz”… Eso fue el gozo en un pozo para Selena.

El problema que le veía Selena, es que el ganado en cuestión, las Gylkiarezaye, eran las mal llamadas Vacas Kidona o Vacas de Kidonia ya que sabían cómo esa antigua raza que estaba presente en multitud de planetas de la Confederación Imperial, pero que no se parecían salvo en ser herbívoros, a ningún otro tipo de lo que se denominaba usualmente como “Vaca” en ningún otro planeta. Su carne era una delicatesen, era de lo más caro que existía en la Confederación Imperial, pero lo que le preocupaba a Selena de tan “selectos” y teóricamente por su nombre tiernos animalitos, era que tenían seis patas, pesaban casi mil kilos, eran engañosamente veloces, sus dientes o los cuatro pequeños cuernos de su cabeza eran casi de la dureza del diamante, y tenían una mala ostia si no se las trataba del modo adecuado que tiraba de espaldas, especialmente los machos, que además eran terriblemente territoriales en sus manadas. Y su cabreo venia porque su Alteza tenía pensado meterse a “tratar” con tan lindos animalitos acompañando a la Marquesa… Como es obvio, eso la “inundo” de felicidad.

Al día siguiente, a primera hora su Alteza estaba ante la puerta de la Marquesa hablando con esta mientras “sus amigos” le miraban con mala cara, la idea no les gustaba ni por casualidad. Se dirigieron todos hacia la manada más cercana para cambiarla de pastos, el Barón también les acompañaba con algunos de sus hombres, por su parte, la Marquesa también iba bastante bien acompañada. Aunque nadie explico nada, tanto para su Alteza como para su escolta de la Guadaña, resultaba evidente que tanta gente armada entorno a la Marquesa quería decir que no se fiaban de que no intentasen algo contra ella. Selena consiguió hacer una aparte con su alteza…

Alteza, sabe también como yo lo que significa que la Marquesa y el Barón lleven consigo tantos hombres armados. Tenga claro que si considero que tenemos problemas, y ya sabe a qué me refiero, daré ordenes de actuar con extrema contundencia tanto a la Flota como a los Marines de Asalto. Téngalo en cuenta, porque si seguimos es posible que descubran quien es usted…

No te preocupes por eso, precisamente el tener tantos hombres cerca impedirá que pase nada de lo que tu temes. Por lo menos de momento… Gracias por la advertencia Selena… sé qué harás lo que debas.

Eso ni lo dude Alteza…

Tres horas después su Alteza fue testigo del primer altercado, un par de aparatos aéreos de motor de combustión pasaron rasante sobre el ganado metiendo escándalo en la primera pasada, pero peor fue en la segunda, cuando casi sobre el ganado rompieron la barrera del sonido provocando una estampido que hizo que las “Vacas” se asustasen y emprendiesen una carrera desenfrenada… Todos los presentes, y obviamente me refiero a los nativos, empezaron a lanzar juramentos que avergonzarían a cualquiera, diciendo además cosas la mar de desagradables sobre los pilotos. Tardaron entre todos más de dos horas en volver a reunir la manada.

Debido a su tamaño, a su fuerza, a la dureza de dientes y cuernos, esos animalitos no hacían como otros, correr en manada para protegerse, el peligro de ellos es que salían corriendo en todas direcciones arrasándolo todo a su paso, incluso los depredadores más grandes e imponentes de ese planeta tenían serios problemas para poder cazarlos, y únicamente lo lograban cuando las manadas que atacaban eran de pocos miembros, una como la de la marquesa… Nosotros de hecho evitamos ser aplastados porque nos reunimos en grupos haciendo fuego con las armas al aire, armas que además del láser, podían disparar una especie de cartuchos que únicamente provocaban un agudo sonido que por lo que parece, hacía que los animales variasen su rumbo pese al miedo que sentían.

Al ser una manada grande, al correr en todas direcciones, hasta que esas carreras y direcciones se estabilizaban, chocaban unos contra otros, lo que les provocaban heridas. Esa manada según dijo la Marquesa iba a ser vendida en un mes o por ahí, cuando los reunimos vio que de trescientas cabezas, al menos cien de ellas contaban con pequeñas heridas, rasponazos por los cuernos, etc., por lo que su piel no estaría en condiciones y no alcanzarían un buen precio, lo que le iba a obligar a retrasar su venta. Por lo que dijo no tendría problemas económicos porque tenía reservas monetarias suficientes, y nuestra presencia con el alquiler, le proporcionaba además, un buen aumento al colchón económico para que esto no la afectase de modo serio.

Su Alteza había visto cómo mientras perseguían al ganado para reunirlo, en una ocasión, Selena se había separado un poco para poder usar discretamente su transmisor… quedo un poco preocupado por lo que esta hubiese hecho, por ello trato de hablar con ella a solas, costándole casi dos horas conseguirlo…

Que ordenes has dado…

¿Cómo dice Alteza?

Selena, por favor… no te hagas la tonta, sabes de sobra que te vi hablar…

La Almirante acaba de dar la orden de exclusión al Alto Mando Central usando su código de autorización, como máxima prioridad y grado de Ultrasecreto. Desde hace una hora, los Escorpión están sobre nosotros, tienes ordenes de usar misiles aire-aire instantáneamente sobre quien ignore sus instrucciones… Regla de único aviso… y represalia máxima.

¡¡Selena!! –se escandalizo por las ordenes de disparar.

Mira Jhored –su Alteza respingo, cuando Selena le tuteaba de ese modo era que estaba muy enfadada, pero muchísimo-, tu puedes seguir jugando con el ganado y la Marquesa si quieres, pero te aseguro que esto –señalo al ganado-, no volverá a pasar, o por lo menos, quienes lo hagan o tan solo lo intenten, no vas a volver a salir vivos de aquí, y que den gracias de morir sin caer antes en mis manos o las de mis compañeros.

De acuerdo, es tu decisión y en esto, tu mandas…

Si, así es, por orden del Emperador, yo mando –recalcó, dejando claro que las ordenes no se iban a rectificar.

Su Alteza se retiró del lado de Selena sonriendo para sí, de hecho la verdad es que después de lo del ganado ya se esperaba que alguien diese esa orden antes de que lo tuviera que hacer el mismo. Lo cierto es que en realidad lo que los escorpiones usarían eran unos misiles realmente singulares, estos se disparaban y eran controlados por los sistemas de guía de blancos de su nave madre, aunque en este caso esa función la realizaría el “Represor”, que detonaría cualquier misil que fuese a abandonar la zona de exclusión, pero que por el contrario, derribaría posiblemente sin dejar supervivientes, a cualquiera que no fuese lo suficientemente sensato como para irse a toda velocidad por tomar a los Escorpiones a broma.

De hecho y si no hubo ningún muerto por esta causa, fue porque al día siguiente intentaron volver a pasar sobre el ganado los dos mismos aparatos aéreos, que escaparon de los misiles de milagro, incluso uno de ellos fue alcanzado por la metralla de uno al explotar antes de salirse de la zona de exclusión, llego a su base de origen de verdadero milagro, y en ella ya les estaban esperando a los pilotos soldados de asalto de la Flota para detenerlos y conducirlos directamente a una prisión Imperial a la espera de juicio por su desobediencia. Con semejante actuación por parte de las autoridades militares en la protección de esa zona, nadie volvió a hacer oídos sordos a ninguna orden u aviso de los Interceptores. Tras darse públicamente a conocer la noticia del hecho, todo el mundo en Kidona III, ya sabía positivamente que en la Flota que orbitaba el planeta no se andaban con bromas, incluso sus instrucciones o consejos a naves comerciales, por inocentes que estos fuesen, se cumplían de inmediato.

Cuatro días antes de que la Marquesa tuviese que acudir a la capital de Kidona III, al palacio de gobierno, para ejercer su voto, durante la cena a la que asistían tanto su Alteza, la Marquesa, el Barón, como los “amigos” del primero, en plena conversación sobre como dilatar en lo posible la elección, el Barón expuso una idea que le permitió a su Alteza, introducir su propia “idea” sobre ello como si de hacer un favor a una amiga se tratase…

Perdonad los dos, pero infiero por lo que habláis, que de lo que aquí se trata es de tardar lo más posible en verte obligada a votar por uno de los dos Duques, ¿no Kilara?

Exactamente, por eso votare por el Barón, de ese modo retrasare en al menos un mes o mes y medio más la elección… -sonrieron ambos con cierta malicia.

Contra más tiempo estén esas dos familias fuera de su silla en la cámara, más débiles se volverán y mejor podrán ser investigados, o por lo menos, perderán “dinero” con sus negocios al no poder cubrirse eficazmente… -argullo el Barón.

Bien, entonces creo que en lugar de votar por el Barón, deberías de ejercer el voto nulo Kilara, eso duplicaría el tiempo de demora, ya que la opción del Barón aun estaría presente para poder ser usada, si es que yo entendí bien las reglas sobre esta elección.

No, no funcionaria, tras mi voto me darán los dos nombres sobre los que debo de votar… -dijo Kilara.

Creo que te equivocas. Según las reglas de votación, eso solo es posible hacerlo cuando el votado por el elector desempataste no tiene la más mínima posibilidad de resultar elegido o bien existen otros dos candidatos con más votos por delante, pero para ello, debes de haber votado por alguien. Si se les ocurriese hacer lo que tú dices, indicarte a quien debes de votar, podrías denunciar todo el proceso ante la comisión de las cámaras a tal efecto por “intento de manipulación de tu voto”, lo que les obligaría a abrir una investigación o como mínimo, a responderte que no tienes obligaciones, antes de tener que volver a votar como te digo.

Tienes razón, pero eso solo dilataría una semana más como mucho la elección y ya no tendré la oportunidad de votar a modo de protesta por el Barón…

Creo que te equivocas. Si la comisión rechaza tu petición sin aclararte que tienes derecho a votar a quien quieras, y tu consideras que debe de hacerse esa investigación o una aclaración como mínimo, como voto de desempate, aun te quedaría la opción de elevar la súplica para ello al propio Emperador –su alteza sonrió sarcástico-, y no creo que nadie vaya a presionar a este para que se dé prisa, o vaya a acelerar la elección para que no pueda decir si se investiga o no. Solo es cuestión, de que ellos sepan que puedes recurrir a esa… alternativa…

Jajajajajajaja –al Barón se reía a carcajadas-, tiene razón Kilara, el joven Jhored tiene toda la razón… Si saben que recurrirás hasta el último extremo y ven que efectivamente si, puedes recurrir directa y legalmente ante el propio emperador, se tragaran la segunda votación también para evitar que este centre su atención en ellos… eso nos daría algo más de dos meses…

Tres… creo si no recuerdo mal, que la segunda votación, la Marquesa puede recurrir a hacerlo en una recepción en la Capital de Kidona III, puede invitar a un buen número de personalidades, incluidos algunos que… nadie presionaría ajustándoles mucho el tiempo… -dejo caer su Alteza.

Pero aunque invit… -Kilara se detuvo un instante pensativa-. Eso daría igual, es como con lo anterior, si invito al Emperador y a su Alteza Imperial, mientras que ambos no contesten declinando la invitación nadie podría presionarme para acelerar la elección, y a estos debería de darles suficiente margen por sus agendas… El problema sería hacérselas llegar sin que nadie intente paralizarlas para que no estén en sus manos dentro del plazo...

Eso será siempre suponiendo que no acepten ninguno de los dos… -argullo el Barón-, y quizá en esto yo si pueda intentar echarte una mano. He hablado varias veces con el Emperador, tengo algunas formas de poder hacerle llegar personalmente la invitación y más importante aún, que "ellos" lo sepan de cierto, lo más probable es que la decline, pero para lo que realmente queremos nos serviría de igual modo.

¿Y su alteza imperial? -pregunto Kilara.

Eso es mucho más difícil, ahí sí que no tengo contactos, además, es muy difícil que ambos a la vez aceptasen la invitación, realmente con la del Emperador debería de ser suficiente, si él quisiese acudir y no pudiese, se lo encargaría a su Alteza o a alguien en quien delegase la representación. En cualquier caso, nos basta simplemente con conseguir ese tiempo, venga alguien o no...

Jhored, ¿una pregunta?

Si Kilara...

Lo de quedaros tres meses más es en firme, ¿no?

Si, sabes que si -respondió su Alteza ante la disimulada sorpresa de sus "amigos" que hasta el momento no sabían nada de eso.

Bien, porque he pensado que con ese dinero dado que tengo el derecho a ello, podríamos montar la recepción y votación aquí, en mi casa, contratando una empresa de eventos de la capital. La seguridad seria total, estamos bajo interdicción aérea y tenemos unidades de guerra de la Flota justo sobre nuestras cabezas. Esto casi, casi nos aseguraría el tiempo que queremos haga lo que haga el emperador, y si este por cualquier causa aceptase... -dijo Kilara.

Bien, es posible... -el Barón se masajeaba la barba pensativo-, bien. Si Kilara, creo que sí que podríamos vendérselo al gobierno planetario, especialmente con ese "si el emperador aceptase"... Además no se llevan muy allá con el gobierno electo del Sistema, son de partidos contrarios y esto les daría a ellos el control último de la teórica elección final e incluso puede que en presencia de como mínimo algún delegado imperial, con todo lo que eso les supondría. Veré de mover unos cuantos contactos que tengo en la capital, pero si, puede que si sea más que factible la jugada, aunque no cuentes con la visita de nadie “importante”, y ya sabes a quienes me refiero –la Marquesa asintió.

El decir que la buena de Selena estaba que se subía por las paredes cuando se marchaban rumbo a la casa que tenían alquilada, era decir poco. El anuncio sorpresivo de su Alteza sobre el aumento de su permanencia en el planeta no le había sido comunicado y mordía... Cuando se elevaron y tomaron velocidad rumbo a descansar por la noche Selena directamente le pregunto...

Perdone Alteza, ¿pero no cree que se está pasando un poco con todo esto?. Podríamos irnos, regresar para la votación, ejercer usted de representante y confirmar al Barón, no hay necesidad de seguir aquí.

Como que no, pues claro que hay necesidad de continuar en este planeta.

Está bien, pues por favor, dígame una que me sea válida...

¿Qué tal el conseguir a mi futura esposa? ¿Pero porque crees que quiero que retrasen la elección el mayor tiempo posible? ¡¡¡Pues para poder conocerla mejor!!!

¡¡¡Futura esposa!!! -los ojos de Selena se abrieron como platos y medio quisieron escaparse de sus orbitas-, pero... pero... ¿Quién puede…? Es que… bueno… yo… ella es… –se recuperó de la sorpresa a los pocos segundos centrándose de inmediato-. Bueno es la Marquesa, evidentemente, eso está claro… pero es que... bueno... vera... nadie ha pensado… bueno, había pensado que… -se aturullo por la sorpresa dado que tenía muy claro que su Alteza estaba hablando completamente en serio.

Que es lo que pasa Selena, ¿que no está en las listas que me enviaron? Me da igual, me pensaba casar con quien me mereciese la pena, Kilara me la merece, y además, pertenece a un linaje noble, y más antiguo aunque muchas de las presentes en esa lista, de modo que objeciones por ese lado, cero. ¡¡¡Ahhhh!!!, y por si fuese poco, no es ningún zorro redomado como todas esas... De todas formas, aun me quedan casi tres meses para decidir qué hacer al respecto… y que ella acepte, claro.

Alteza, no estará pensando casarse deprisa y corriendo con ella por eso que llaman flechazo o amor a primera vista, ¿verdad?

Oye Selena, ¿porque clase de idiota me tomas...? Si me convence en estos meses, le pediré un compromiso "no oficial" siguiendo con mi tapadera de adinerado hombre de negocios en transportes estelares, y si acepta, entonces veremos si de verdad puedo convertirla en mi esposa o no. Soy plenamente consciente de quien soy, del puesto que ocupo y de las responsabilidades que arrastro en todos los aspectos, creo que a estas alturas, tu mejor que nadie debería de saber eso...

Si Alteza, todo eso lo sé, solo trataba de asegurarme de que usted también era consciente de ello si se trataba de ella.

Pues sí, sí que lo soy Selena, sí que lo soy.

La votación en la capital fue más o menos como se esperaba, cuando todos votaron e hicieron el recuento de los mismos, apareció un voto nulo y nuevamente un doble empate entre los Duques, quienes de inmediato montaron en cólera contra la Marquesa. El presidente de la mesa de votación hizo la poca atinada observación de que para la siguiente la "Srta. Marquesa de Volterra", debía de votar por alguno de los dos candidatos más votados de forma obligatoria. A los veinte segundos, levantándose, la Marquesa informo a la mesa que de modo formal y oficial, que al día siguiente daría cuenta a la comisión adecuada a estos temas sobre su intento de coacción para forzar su voto. Añadió que si esta comisión no hiciese su trabajo, de acuerdo con su derecho como votante electa de desempate, acudiría al Emperador en persona para que este fuese quien considerase la posibilidad de cancelar las votaciones y nombrar un grupo elector completamente nuevo.

Fue un caos, el presidente de la mesa rectifico en el acto, trato de echarse atrás en sus declaraciones pero la Marquesa no acepto, arguyendo que pensaba llegar hasta el final con tal intento de coacción contra ella. A los tres minutos la sala era un maremágnum de voces, gritos, juramentos y era penoso ver a tan poderosas personalidades discutiendo como si estuviesen en la peor taberna de un puerto de mineros, los únicos que parecían mantener su compostura eran la Marquesa de Volterra y el Barón Belton Von Grogoreki sentado a su lado. Incluso los Duques de Koldionar y Kildonaire dieron un pésimo espectáculo.

En los días sucesivos fue tema principal de portada en los principales noticieros de la Confederación Imperial que tomaron los datos de los noticieros locales del Sistema, polarizando sobre todo el Sistema Estelar Kidona la atención de la opinión pública de la totalidad de la Confederación Imperial. Al final, y gracias a un tecnicismo, la mesa pudo retractarse de su declaración dejando sin posibilidad de maniobra a la Marquesa, aunque el daño que esta pretendía causar, ya estaba hecho. Tres días después la Marquesa de vuelta en su casa, se reunía con Jhored, sus amigos y el Barón a comer, ambos estaban encantados de como salió todo, agradeciéndole a su Alteza las ideas que había aportado. Selena vio como los ojos de su Alteza brillaban de forma especial al mirar a la Marquesa.

EPILOGO

La Marquesa organizo la recepción en sus tierras mediante una serie de carpas prefabricadas, acudieron importantes personalidades de la Confederación Imperial a la misma, incluidos algunos miembros del Gobierno Central, todo gracias a la atención que se creó en la opinión pública con la anterior votación. El Emperador por su parte declino la invitación amablemente, aunque si aviso de que muy posiblemente enviaría a un representante a la misma.

De la seguridad del evento se hicieron cargo por orden del Gobierno los Marines de la Flota, ya que varias naves orbitaban justo sobre la zona y estos no permitieron el paso a guardaespaldas de nadie, incluyendo los ministros, que debieron de permanecer o bien en la cercana población de Monterasnel o bien en las naves de la Flota en órbita sobre Kidona III, quedando estos de inmediato incomunicados nada más llegar, puesto que la mayoría de ellos, especialmente los de los ministros, eran muy capaces de reconocer la oculta silueta del Represor al ingresar a la Flota... y nadie quería que ese dato transcendiese antes de tiempo.

Kilara Volterra, Marquesa de Volterra, aceptó la especie de compromiso no oficial argumentado por Jhored, aunque este tuvo que darle unas explicaciones muy buenas sobre el motivo de tal petición, quedando ambos en “dedicarse” de pleno y con prioridad a los negocios que fuesen considerados más “importantes” por parte de ambos. Claro que más buenas tuvo que dárselas a esta aun, cuando se descubrió en la recepción quien era de verdad el novísimo y flamante novio de la Marquesa, que se quedó de piedra, entre otras cosas, ante lo que se le avecinaba encima con su “compromiso no oficial”.

Antes de empezar la recepción, Jhored le planteó el compromiso “no oficial” a Kilara en base a sus “presuntos negocios”, que esta con reticencias aceptó, especialmente en lo relativo a acompañarle y aprender sus nuevas responsabilidades en sus “negocios”, viendo además si de verdad, sería capaz de ser su esposa estando a la altura de ellos, siempre y cuando, esta los considerara como más importantes que los suyos propios, y fue muy específica en ello para aceptar. Selena que se encontraba cerca escuchando, meneo la cabeza cuando la Marquesa aceptó, pensando en lo “cabrón” y manipulador que podía llegar a ser su alteza para conseguir sus objetivos, como en esta ocasión, a su “prometida”.

Dicho de este modo parece "sencillo", pero ante Kilara y la cara de cabreo que tenía en esos momentos, cuando le dijo lo de “prometida oficiosa”, Selena desde una distancia prudencial, tuvo el enorme placer de poder ver sudar tinta por primera vez a su Alteza ante su "nueva prometida oficiosa", y eso que aun, en esos instantes, no conocía de verdad quien era este. Por un instante incluso, Selena se planteó la posibilidad de “estar lejos” cuando Kilara averiguase la verdad y se diese cuenta de cómo la habían manipulado, a ver si con un poco de suerte le soltaba un par de buenos guantazos a su Alteza y este empezaba a aprender a no valerse de “esos trucos tan sucios”, pero de inmediato lo descartó. Era su Alteza Imperial, y ella su guarda espaldas personal, le encantaría que sucediese y que su prometida le metiese media docena de ellos bien dados, pero no podía permitírselo sin mancillar su propio honor, lo que por cierto, considero que era una autentica mierda… solo con pensar en lo que hubiese disfrutado con ello.

Al empezar la votación, la mesa cometió un error garrafal que aún le vino muchísimo mejor a los "conspiradores", decidió que la votación fuese a mano alzada. Cuando le tocó el turno a la Marquesa y eligió como el adecuado para ocupar el escaño en la mesa de la cámara al Barón Belton Von Grogoreki, estallo un caos de voces, que no llego a mas por la presencia allí de los altos cargos del gobierno central que mostraron su desagrado por el tumulto que se generó, y los ánimos se fueron apaciguando poco a poco.

Cinco minutos después y cuando las cosas empezaban a estar nuevamente bajo control, se hizo casi de forma repentina el silencio absoluto, ante los atónitos ojos de Kilara, Jhored se acercó a ella, pero no era el quien hizo que todo el mundo se callase, sino la repentina irrupción en la recepción de varios Marines de Asalto de la Flota con las armas preparadas, y de cinco personas que de inmediato rodearon a Jhored a modo de escolta, seis personas de las que cinco portaban el uniforme del SISI, de la temida Guadaña, y la sexta, Selena, que también mostraba sobre sus ropas de fiesta su emblema. Por otro lado, determinadas personas de la recepción, como por ejemplo los ministros, cuando Jhored avanzó le reconocieron de inmediato como quien en realidad era, marcando la cadena que dio con el inicio de los saludos de rigor que se debían de realizar ante el Heredero al Trono Imperial.

La sorpresa de esta fue total cuando Jhored, identificándose por primera vez con su nombre y apellidos reales, como Heredero directo al Trono Imperial le pido a la Marquesa la confirmación sobre su elección. Kilara únicamente pudo asentir, las palabras no le salían en absoluto, al extremo que parecía que fuese incluso a desmayarse. Tras su confirmación de su voto, su Alteza hizo oficial la elección del Barón argumentando los motivos ante una más que atónita concurrencia, incluido el propio Barón que por lo que se veía también desconocía aquella particularidad sobre el Marquesado de Volterra y estaba tan estupefacto como ella con la identidad real de Jhored... Especialmente cuando solo unos minutos antes, riéndose les había felicitado a él y a la Marquesa por su “compromiso”…

Cuando ambos Duques empezaron a gritar y protestar, a una señal de su Alteza, un miembro de la Guadaña se situó junto a cada uno de ellos poniendo una de sus manos al instante sobre la culata de su arma y desenfundando esta en clara advertencia. Luego, el Príncipe con voz serena y tranquila, les advirtió que tuviesen cuidado con sus amenazas y sobre quien las proferían, no fuese que tuviesen que ser juzgados por un delito de sedición, incitación a la misma o Alta Traición, todos ellos penados con la muerte, y ante los cuales, los agentes a su lado tenían plena potestad para ejecutar la pena capital al instante. Se hizo un silencio sepulcral tras esto... Ambos Duques se marcharon de inmediato, pálidos como muertos, y acompañados, aumentando su miedo con ello, por un miembro de la Guadaña y media docena de Marines de Asalto armados hasta los dientes con los cañones de sus armas en posición baja a unos 45º, pero enfilados siempre en su dirección...

La Boda entre su Alteza Imperial y Kilara Volterra, Marquesa de Volterra, tuvo lugar por todo lo alto en la Capital Imperial en el año 5331 con el absoluto beneplácito del Emperador ante quien siguieron el antiguo ritual de formalización de los votos de mutua lealtad. Hasta esa fecha, la vida de Kilara no resulto nada sencilla dado lo mucho que tuvo que aprender para poder afrontar sus futuras responsabilidades, e incluso, llegado el fatídico caso, hacerse cargo del Trono de resultar estrictamente necesario. Buena parte de esa instrucción la realizo a bordo del "Represor", alegando que prefería la cercanía a su "prometido" y que este era quien mejor la podría orientar en su formación.

También se empeñó en tomar la Droga de longevidad, dado que para ella era factible poder hacerlo tras someterse a las pruebas de compatibilidad. Esa Droga era la misma que es su momento tomaban los miembros del SISI o que había tomado su mismo Alteza Imperial, sin embargo, fue disuadida de ello, por lo menos hasta el momento en que al menos le hubiese dado dos vástagos a la Dinastía para conceder de ese modo la estabilidad al Trono, algo que ella acepto muy reticente, mientras miraba fijamente y de modo especulativo al Príncipe. Selena ese día tuvo la sensación de que tras la ceremonia, era muy posible que su Alteza resultase ser padre antes de lo que el mismo se pudiese imaginarse....

Tras la boda, a la flamante Princesa Imperial le fue otorgada su propia escolta, incluyendo un agente de la Guadaña en exclusiva como agente principal de su esta, que fue elegido personalmente por Selena. De hecho, Selena, como escolta personal de su Alteza, encontró en la Marquesa una gran aliada a la hora de mantenerle “bajo control”, o al menos, que no se les “desmandase” tanto o tan a menudo como antes… Aunque no por casarse, su Alteza, dejo de ser “su Alteza”, para disgusto general de sus más allegados… e incluso, de su misma esposa en algunas ocasiones.

Los negocios de ambos Duques resultaron... digamos que severamente perjudicados por la presencia en la mesa de la cámara del Barón, este se aseguró de cortarles uno por uno todos los apoyos que con tanto tiempo habían ido creando. El Barón para esto conto desde las sombras con el apoyo incondicional del Emperador, cuyo poder le cubría como una especie de escudo ya que era algo "sabido" en los círculos adecuados de la capital, quien era el que estaba realmente tras el Barón, y nadie quería mostrarse mucho ante él, especialmente cuando lo que este mantenía, era una cruzada contra la corrupción en el gobierno. En cuanto a los negocios de ambas familias en el sistema Kidona, bueno, el hecho de que la futura Emperatriz era nativa del sistema Kidona, que pese a todo mantuviese sus posesiones allí con sus negocios de ganado, y que fuese ampliamente conocido el hecho de que no los tragaba ni por casualidad, no es que les beneficiase tampoco mucho que dijésemos a la hora de conseguirse “nuevos apoyos”, e incluso a mantener los viejos.

FIN

*Robots de combate y custodia SKII.

*Robots de combate y custodia SKII: Robots de Combate equipados dos poderosos cañones laser rotatorios de alta velocidad, un cañón repulsor de 20mm capaz de hacer 3000 disparos por minuto, capacidad para llevar una docena de minas personales con él que en caso necesario podían ser sustituidas por cohetes de trayectoria libre, y un escudo unidireccional de fuerza que lo protegía de daños, además de ir poderosamente blindado.

*Cazas estelares de Clase Escorpión

. Se trata del último caza interceptor estelar creado para la Flota, son lo más avanzado, más veloces y maniobrables que cualquier otro en la Galaxia. Armados con ocho cañones laser de fuego múltiple, seis misiles cazadores guiados por el ordenador, escudos independientes y medidas antimisil. Su punto débil es su tamaño, mayor que cualquier otro Interceptor.

* Bombarderos Pesados estelares de clase “Sable”.

Se trata del último modelo de Bombardero Pesado Estelar creado para la Flota. Capaz de lanzar hasta un total máximo de Veinte Torpedos de diferentes tipos en grupos de cuatro o hasta seis misiles Termonucleares de cabezas múltiples antibuque. Armado también con sendas torretas laser en panza y espalda de fuego rápido como defensa puntual, y un cañón laser cuádruple en proa de fuego múltiple. Su defensa consiste en un ligero blindaje cuántico y un fuerte escudo energético contra armas laser. Su mayor debilidad es su tamaño y su bajo nivel defensivo, pese a su blindaje cuántico, contra armas repulsoras o de impacto.