Condenada por negarse a ser preñada

En un planeta distante, la gente se enfrenta a la extinción de su propia especie... Para evitarlo surgen leyes que obligan a todas las hembras a ser preñadas sin parar bajo la pena de castigos crueles.

Condenada por negarse a ser preñada

En un planeta lejano, con gente no muy diferente a la Tierra, se está tratando de repoblar el planeta, debido a una guerra devastadora que ha dejado estériles a muchas de las mujeres y hombres.

Se quiere que las jovencitas sean exhibicionistas y sexualmente promiscuas para poder quedar embarazadas... Se ordena que se vistan de manera provocativa para atraer a los hombres a tener sexo con ellas... Es la ley que impera en estos momentos de urgencia.

Aunque el matrimonio sigue siendo una institución, las mujeres cuyos maridos son estériles no solo pueden tener amantes, por ley deben hacerlo o serán castigadas si no lo hacen ya que toda la raza ‘ humana ’ se puede extinguir.

Kilay, es una jovencita muy guapa que ha sido acusada y va a ser condenada de varios delitos por no cumplir lo exigido por la Ley... No sólo no se vestía de manera que atrajera a los hombres, sino que no se dejaba acariciar y mucho menos dejar que se acostasen con ella, lo cual fue probado durante el juicio tanto por el testimonio de posibles pretendientes como por un testigo experto, un médico, que certificó que ella todavía era virgen.

Retomemos la historia en el momento de su sentencia...

  • "Kilay, los hechos son irrefutables...Te has estado vistiendo de tal manera que escondes tus atractivos femeninos y has rechazado todos las proposiciones que muchos hombres te han hecho... ¿Tienes algo que decir antes de que dicte tu sentencia?", le dijo el juez.

  • "Tengo miedo de tener sexo con un hombre, su señoría... Todos mis amigos me han dicho duele mucho la primera vez y a los hombres no les importa si las mujeres disfrutamos mientras follamos o no... Ellos lo que quieren es correrse dentro de nuestro coño y disfrutarlo”, respondió ella sollozando.

  • "Sea como sea, la ley dice que al cumplir la edad para concebir, debes entregarte a suficientes hombres hasta quedarte embarazada, o nuestra especie desaparecerá por completo... Por los altos delitos de no cumplir la Ley, te condeno a pasar un mes en una granja lechera, para que te baje mucho la leche, seguido de dos meses de nodriza o amamantadora, en una guardería pública... Por último, deberás de tener el embarazo en una casa de cría, es decir en una casa de putas", le dijo el juez y luego golpeó su mazo antes de dar por terminado el juicio.

Kilay se quedó allí en estado de shock... Aunque su abogado le había advertido sobre las posibles consecuencias de luchar contra los cargos, todavía no podía creer que ella, todavía muy joven, recibiría una sentencia tan dura... Esto era lo peor que podía esperar.

Los guardias la llevaron de regreso a su celda para trasladarla de inmediato a la granja lechera... Le dieron la nueva ropa que debería llevar.

Kilay vestiría el atuendo estándar de las mujeres prisioneras, es decir, una bata suelta de color gris claro, apenas lo suficientemente larga para cubrir el montículo de su coño cuando estaba de pie, pero exponía su culo y / o coño si se inclinaba, se sentaba o se acostaba...

La parte superior de la bata estaba cortada de tal manera que dejaba al descubierto la mayor parte de sus pechos sin sostén, apenas cubriendo sus areolas, y como era muy holgado, si se inclinaba hacia adelante, la bata dejaba al descubierto por completo sus pechos desnudos.

Si bien no se le permitió usar sostén, si se le dejó usar unas bragas de tanga especialmente diseñada, cuya sección de la entrepierna era solo una cuerda con nudos que se deslizaba entre los labios de su vagina y las nalgas... Los nudos estaban ubicados estratégicamente para que mientras caminaba frotaran e irritaran su clítoris, su coño y su ano.

El resultado de esto era mantener a la joven, cachonda todo el tiempo... Por último, tenía que llevar zapatos de tacones de 10 cm en todo momento, excepto cuando dormía o estaba afuera, en el patio, realizando ejercicios.

La cárcel en sí era diferente a lo que eran antes de la guerra... Ahora todas las cárceles eran mixtas... En cada celda había cuatro prisioneros... Por lo general, eran una jovencita o una mujer y tres hombres... Ocasionalmente podrían haber dos mujeres y dos hombres, pero eso era inusual.

Por supuesto, se hacía de ese modo porque se esperaba que las prisioneras tuvieran relaciones sexuales con los prisioneros varones, pero sólo para que quedaran embarazadas.

Los presos varones que intentaran obligar a las presas a practicar sexo anal u oral serían castigados con latigazos y mantenidos en aislamiento durante un período de tiempo, como castigo por desobedecer las reglas de la prisión.

Cuando Kilay entró en la prisión, fue llevada inmediatamente a la clínica... El médico le puso una inyección, explicando que tenían que engañar a su cuerpo, haciéndole creer que acababa de dar a luz y, por lo tanto, pensar que tenía que empezar a producir leche.

También le dijo que la trasladarían a la granja lechera quizá al día siguiente, pero que pasarían uno o dos días, antes de que le llegara la leche.

Aunque había ocultado con éxito sus encantos, Kilay era una jovencita físicamente bien... Tenía una estatura, un peso y una constitución acorde a su edad... Su pelo era largo y lacio de color verde, que le llegaba hasta las nalgas y unos cautivadores ojos rojos.

Su piel azul era impecable... Sus pechos eran más grande de lo normal para su edad, aunque no demasiado, pero tenían areolas mucho más grandes y pezones más largos y gruesos que la media para su edad, cuando estaban en un estado completamente erecto... Además, se la consideraba bastante guapa.

Esa noche, la ataron desnuda a la mesa de exploración ginecológica, con las piernas bien abiertas y las rodillas hacia atrás, hacia la cabeza, dejándola muy abierta, expuesta y vulnerable... A partir de este momento ya no tendría escapatoria posible y se dio cuenta de su error pero ya era tarde para rectificar.

El alcaide de la prisión se la folló así como estaba y luego todos los guardias masculinos que lo desearon también se la follaron y tiraron su semen dentro de su coño... Como no era el momento del mes para que ella quedara embarazada, no se quedó preñada.

Kilay no tuvo otra opción para poder evitar esta follada en grupo pero no fue una violación grupal porque no se hizo de manera brutal... De hecho, cada hombre estaba entrenado para dar placer a Kilay y le dio dos orgasmos, antes de depositar su semen en su útero... La idea era que ella pudiera disfrutar del sexo y, a pesar de sus recelos sobre el sexo con hombres, tuvo que admitir que fue una experiencia bastante agradable, a pesar del dolor inicial de perder la virginidad.

Además de follarle el coño, los hombres también la estuvieron entrenando para complacer oralmente a un hombre, después de que cada uno depositara su semen en su útero.

Le habían colocado una mordaza anular para evitar que mordiera las pollas de los hombres... Su cabeza colgaba sobre el extremo de la mesa y, a medida que cada hombre salía de su coño, caminaba hasta la cabecera de la mesa, metía su polla desinflada en la boca, para que ella pudiera limpiar los jugos de sus pollas.

A los hombres, sin embargo, no se les permitió desperdiciar su semen en su boca... Sólo se les permitió dejarles que limpiase sus pollas de sus jugos sexuales.

Al principio, Kilay pensó que esto era repugnante, pero como se vio obligada a lamer más y más pollas, en realidad comenzó a disfrutar del sabor del esperma de los hombres, así como de sus propios jugos... De hecho, al final de la velada, estaba haciendo su trabajo con entusiasmo.

Los hombres también llegaron a acariciar sus pechos y provocar sus pezones, mientras que el hombre que la follaba también frotaba y provocaba su clítoris, para mantenerla en un alto estado de excitación sexual.

Estaba tan excitada después de la primera media hora, que el resto de la noche fue un borrón para ella... No sabía cuántos hombres la habían follado, y luego usaron su boca, y no sabía cuántas veces ella misma se había corrido, pero sabía que era un montón de veces.

Al llegar a la granja lechera, que tenía tanto vacas reales como humanas, a Kilay se le informó que mientras que las vacas reales solo se ordeñan dos veces al día, las vacas humanas se ordeñan cuatro veces al día.

Aunque todavía no estaba produciendo leche, comenzó el tortuoso castigo a la mañana siguiente... A las 6 h. de la mañana las mujeres se despertaron, la mayoría con pechos increíblemente grandes, dolorosamente llenos de leche.

Estas mujeres se alegraron de liberar la presión de sus pechos, pero Kilay todavía estaba cansada y no tenía una necesidad ardiente de que se liberara la presión de sus pechos... Ella lo consideró  innecesario pero tuvo que hacer lo que le ordenaron.

Una vez en el establo de la lechería, las mujeres experimentadas se arrodillaron automáticamente en una estación de ordeño, mientras los asistentes masculinos enganchaban sus pezones a los dispositivos de succión, para que sus senos pudieran vaciarse de la leche.

Además, entre sus piernas abiertas, les pusieron a cada una, una máquina de placer, que consistía en dos consoladores, uno que se metía en sus coños y el otro en sus ojetes anales.

Los consoladores eran de tamaño personalizado para cada mujer, tanto en longitud como en grosor... No eran ni demasiado largos ni demasiado cortos; ni demasiado gruesos ni demasiado delgados para la mujer que los recibiría durante su hora de ordeño... Fueron seleccionados para brindar el máximo placer al destinatario.

Además, se les conectó otro tubo de succión a sus clítoris, también diseñado para maximizar el placer del usuario... Las mujeres tenían un controlador frente a sus manos que les permitía seleccionar si querían que ambos consoladores entraran y salieran de sus cuerpos juntos o exactamente opuestos entre sí... También podían controlar la velocidad a la que eran folladas por los dispositivos mecánicos...

Todo esto se hacía con el fin de mantener felices a sus vacas ‘humanas’, para que esperaran con ansias sus sesiones de ordeño.

El hombre ordeñador de Kilay tuvo que determinar primero los tamaños de sus consoladores antes de comenzar a ordeñarla, y finalmente se decidió por un consolador de 16 cm de largo y de grosor medio para su coño y uno delgado de 10 cm para su culo.

Ella había puesto en marcha la máquina con sólo un consolador dentro de ella a la vez y a un ritmo medio... A pesar de esta brutal experiencia, Kilay se sorprendió de lo bien que se sentía al ser doblemente penetrada, mientras le chupaban los pezones y el clítoris... Como todas las demás vacas, al final de la hora estaba en un estado de delirio sexual.

Mientras que las otras mujeres podían holgazanear entre sus cuatro ordeños al día, Kilay se quedó porque tendría que realizar otras tareas dado que su leche aún no había salido.

Fue llevada al corral de cerdos y se le seleccionó uno enorme de casi 400 kilos, que era el líder de los cerdos para ella... El animal fue llevado a un área alejada de la manada y el barro... Como había sido entrenado para follar, se dejo rodar sobre su espalda y lo ataron bien, esperando a su hembra.

Kilay se vio obligada a montar la polla del cerdo y acostarse sobre su vientre... Las cuerdas que sujetaban al cerdo, se usaron para atarla abrazada fuertemente al animal de granja maloliente, mientras que su polla larga y gruesa fue empalada profundamente dentro de ella, en su coño.

Luego, ayudaron al cerdo a levantarse con cuidado de no aplastarla bajo su peso y el guardia ajustó las cuerdas para que Kilay y el cerdo estuvieran apretados juntos por la barriga, con la holgura suficiente para que pudiera moverse ligeramente hacia arriba y hacia abajo por la barriga del cerdo mientras la follaba.

La razón por la que habían elegido un cerdo para que ella lo montara durante la mayor parte del día era que, a diferencia de los 'humanos', los cerdos de este planeta no perdían sus erecciones cuando estaban dentro de un coño, cerdo o humano, incluso después correrse.

Esta fue una lección práctica para Kilay... Ella estaría muy dolorida después de montar la polla del cerdo durante un día completo, en especial su coño, no sólo por estar estirado sino por la fricción constante de la polla deslizándose dentro y fuera de él.

Después de ser liberado, el cerdo trotó hacia la sombra, para protegerse del sol, y luego comenzó a follar al adolescente en serio.

A diferencia del gang bang que ella había recibido del alcaide y sus guardias la primera noche que llegó a la prisión, al cerdo no le importaba si disfrutaba de sus atenciones o no, ya que se movía de tal manera que hacía que la chica se deslizara arriba y abajo de su enorme polla, hasta que lanzó una y otra vez su carga de semen en su coño.

Debido a que recientemente había perdido su virginidad, su coño todavía estaba bastante irritado, y la polla larga y gruesa del cerdo lo estiró sin piedad mientras la golpeaba a través de su cuello uterino

Kilay estaba asombrada y consternada, pues a diferencia de sus amantes humanos, la polla del cerdo se quedaba completamente erecta después de correrse dentro de ella mientras continuaba follándola después de llenar su coño con su semen de cerdo.

El animal la folló cuatro veces sin parar, antes de estar demasiado cansado para hacerlo de nuevo, pero su polla se mantuvo en plena erección dentro de su coño.

El cerdo repitió su actuación varias veces ese día, follándola cuatro o cinco veces cada vez que la folló.

Si bien estas folladas la debilitaban físicamente y la agotaban, la experiencia le decía a sus cuidadores que, además de estar bastante dolorida, uno o dos días después, estaría bien.

A Kilay se le permitió ir directamente a la cama, después de ducharse primero, por supuesto, en lugar de tener que ir a su estación de ordeño... Se aplicó un ungüento especial en el interior de su coño, para reducir los efectos de su día de follada con el cerdo.

También le aplicaron un linimento en hombros, caderas y muslos... Por último, le dieron un relajante muscular y un analgésico fuerte, para que durmiera toda la noche.

A la mañana siguiente, a las 6:00, se despertó a todas las jovencitas y mujeres y se las condujo al establo de ordeño.

Kilay podía sentir lo pesadas que estaban sus tetas e incluso supuso que habían aumentado de tamaño... Ese día se le dio una dispensa especial, debido a la terrible experiencia del día anterior... Ella sólo fue conectada a los tubos de succión y no a la máquina de follar.

Si bien no dio leche en su primer ordeño del día, dio un poco de leche en el segundo ordeño, más en el tercero y una carga razonablemente buena, por primera vez, en el último ordeño del día.

Su asistente no quedó satisfecho con su producción y recomendó que se le pusiera más tiempo en la máquina de succión para aumentar su producción y así se hizo.

A la mañana siguiente, aunque no tan dolorida entre las piernas, notó que sus pechos estaban tan llenos de leche que le dolían tanto que pensó que iban a estallar por la presión en ellos.

Sus pechos le dolían aún más cuando rebotaban y se balanceaban mientras la conducían, junto con las otras mujeres, desnudas al establo de ordeño... Ahora se dio cuenta de por qué las otras mujeres estaban tan agradecidas de que las ordeñaran a primera hora de la mañana y tan temprano.

Entre su dieta forzada y las inyecciones que le administraron, para aumentar su producción, Kilay pronto estaba produciendo 2 litros de leche en cada ordeño.

Ella también cayó rápidamente en la rutina de ser una vaca humana.

La sensación de tener la leche extraída de sus pechos, mientras su clítoris ultrasensible también era succionado y los consoladores follándose su coño y su culo la mantuvieron en una bruma sexual durante todo el proceso de cada ordeño.

Las mujeres experimentadas incluso le dieron consejos sobre cómo sacar el máximo provecho de las jodidas máquinas, cambiando constantemente la configuración sobre la que ella tenía control.

Su mes en la granja lechera pasó rápido, y antes de que se diera cuenta, su mes había terminado.

Luego fue trasladada a una guardería, donde las personas llevaban a sus hijos para que los cuidaran mientras estaban en el trabajo.

Mientras que las mujeres que cuidaban a los niños, jugaban con ellos y les cambiaban los pañales eran profesionales remuneradas, las nodrizas que los amamantaban eran principalmente prisioneras como Kilay.

Todas las nodrizas o amamantadoras tenían un uniforme estándar... Llevaban una minifalda que las cubría desde la parte superior de las caderas hasta justo debajo de sus coños desnudos, y un par de zapatos de tacón de aguja de 10 cm.

Se ponían en la puerta de la guardería, cogían al bebé que traían sus padres y ponían su boca en sus pechos para permitir que el bebé se alimentara, si tenía hambre.

Por supuesto, si el padre dejaba al bebé, lo cual no era inusual, exponian sus pechos desnudos y llenos de leche a estos hombres... Los hombres también podían acariciar los coños o culos desnudos de la nodriza, si les apetecía... Y s solían hacerlo.

Durante el día, una nodriza pasaba la mayor parte de su tiempo en una mecedora con uno o dos bebés chupando sus tetas.

Los bebés se los traían las cuidadoras... Los bebés más pequeños no eran un problema, pero como los bebés en este planeta eran amamantados hasta que tenían entre un año y medio y dos años, esto significaba que la mitad del tiempo que amamantaban, tenían dientes y mordían con frecuencia mientras amamantaban.

Como Kilay era la nodriza o amamantadora más nueva en la instalación, se le dio sólo a los niños mayores, a menos que hubieran demasiados de los más pequeños hambrientos en este momento y no hubiesen suficientes pechos para todos... No hace falta decir que sus pechos estaban bastante doloridos por ser mordidos y amamantados constantemente.

Al final del día, cuando los padres venían a recoger a sus hijos, los padres podían follar con las nodrizas... De hecho, se consideraba de mala educación que no se follaran a las jovencitas y mujeres que habían estado alimentando a sus hijos con sus propios cuerpos, y se esperaba que lo hicieran bien, dándole a estas mujeres como mínimo un orgasmo, aunque se prefería que fueran dos o más.

Como había seis amamantadoras en esta guardería y un promedio de cuarenta niños, esto significaba que cada amamantadora podía esperar seis folladas al final de cada día.

Antes de su sentencia, Kilay nunca podría haber imaginado que le sucedería este tipo de cosas... Ahora, disfrutaba teniendo sexo y siempre esperaba con ansias el final de su día laboral.

Si bien esto puede parecer cruel e inusual para nosotras, las terrícolas, debemos recordar que estamos ante otra especie, con circunstancias completamente diferentes a las nuestras.

En primer lugar, debemos recordar que acababan de atravesar una guerra que casi provocó la extinción de su especie, al igual que pasó con los dinosaurios y otras especies, y estaban intentando repoblar un planeta entero... Así que, para nosotras, tomar decisiones de moralidad sobre todo esto que estoy contando, nos haría ser bastante hipócritas.

Sus dos meses como nodriza o amamantadora pasaron bastante rápido, y todavía no estaba embarazada, por lo que antes de llevarla a su criadero asignado, le hicieron una prueba de fertilidad, y se encontró que todo estaba en perfecto estado de funcionamiento y no era estéril, lo que significa que sus óvulos podrían aceptar esperma y convertirse en una jovencita embarazada.

Una casa de cría, aunque similar a las casas de putas de la Tierra, también era diferente.

Para empezar, para que un hombre pudiera usar un criadero, tenía que tener una licencia de criador, lo que confirmaba que su esperma era adecuado para embarazar a una mujer.

Luego, aunque se le permitió tener sexo con una mujer en cualquiera de sus orificios, o incluso que ella usara sus pechos, manos o pies para que se corriera, era imprescindible que primero tenía que tener sexo con ella y tirar el semen en su vagina, de modo que la primera, la carga más potente de su semilla, de hecho, podría embarazarla.

No hace falta decir que los condones y otras formas de control de la natalidad habían sido prohibidos, ya que la idea era embarazar a estas mujeres y jovencitas.

Por último, estas mujeres no debían ser utilizadas como objetos sexuales y depósitos de esperma solamente, se esperaba que los hombres les dieran orgasmos, cuantos más mejor, cuando se las follaran.

Si no lo hacían, recibían una multa, no muy diferente a una multa por exceso de velocidad... Si recibían tres multas en un año, cinco en dos años o siete en tres años, perderían su licencia de criador de por vida.

les dio a los hombres muchas razones para complacer a la mujer con la que estaban follando... Como nota al margen, no fueron muchos los hombres que perdieron sus licencias y como parte del proceso para obtener una de estas licencias, deberían hacer un curso de capacitación donde se les enseñaba adecuadamente cóm complacer a una mujer.

Kilay fue finalmente transferida a un criadero, donde le dieron su propia habitación pequeña para vivir y trabajar... La habitación estaba bien arreglada... Su ropa de trabajo consistía en negligés escotados, cortos y transparentes y zapatos de tacón alto... Nada más.

Se vio obligada a afeitarse el pubis, tanto por la sensualidad como por la limpieza, ya que era más fácil de limpiar después de una ronda de sexo.

Si bien al principio le resultó agotador estar emparejada con quince a veinte hombres al día, sin mencionar que la dejaban bastante dolorida entre las piernas, pronto se acostumbró y de hecho se volvió adicta al placer que estos hombres le daban, mientras intentaban dejarla embarazada.

Aunque era joven para los estándares de la Tierra, se considerara algo normal para una jovencita de su edad, en este planeta... Y ya en el límite de mayor, por no haber dado a luz ya a un bebé.

Kilay estuvo seis meses follando de diez a quince hombres al día, siete días a la semana, para quedar embarazada.

Seis meses después, Kilay, la mojigata estaba muerta... Kilay, la puta estaba preñada... Ahora podría vivir una vida más tranquila al ser devuelta a sus padres con su barriga llena.

Su experiencia le había gustado tanto que pidió permiso para poder seguir yendo al criadero pero le fue denegado... Tuvo que esperar a parir y mientras amamantaba a su hijo volvió al criadero a disfrutar de las quince a veinte folladas diarias para volver a quedar de nuevo preñada.

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