Concierto descontrolado (06)

Tania remata el fin de semana con el "premio gordo".

Concierto descontrolado VI

Mis ojos ven de nuevo la luz.

Me despierto aún abrazada a Jorge y con Alberto muy cerca. Mis dos panes en el bocadillo de hace un rato. Un bocadillo en el que yo he sido el lomo y el queso. Un lomo y un queso con muchos restos de "ketchup y mostaza", por lo que puedo notar por lo enganchoso de mi cuerpo. Sobretodo de mis bajos.

He dormido poco, pero me siento pletórica. Cuerpo y mente relajados de una manera que sólo el sexo puede conseguir.

Contorneándome, consigo salir de entre los dos rendidos folladores. Casi dando brincos me dirijo al baño.

De nuevo bajo una ducha….

Es la segunda vez en pocas horas. Menos mal que, ya satisfecha, podré dar por acabado este maratón sexual y sólo ducharme cuando el cuerpo me lo pida de forma más natural (leyendo estas palabras más tarde, me doy cuenta de lo equivocada que estaba)

Con el cuerpo recubierto de gotitas de agua, me enfundo con lo único que encuentro: un albornoz. El olor a aftershave y su tamaño me indican que es de un hombre.

Al cubrirme, noto como el calorcito me inunda, como la suavidad me rodea, dejándome una sensación de paz increíble. Los primeros rayos de Sol entran por la ventana, tocándome de pleno en la cara. Disfrutando del momento me abrocho el cinturón. Al cabo de 2 días, o al menos es lo que me parece, abro los ojos.

Observo, por primera vez, el jardín que rodea la casa. Con los ojos perdidos en el exterior y la mente absorta me arremango los puños: la casa está completamente rodeada de verde. Hierba por todos lados. De la zona derecha sale un caminito empedrado que se dirige hacia el extremo derecho del solar, hasta perderse detrás de unos frondosos árboles que tapan completamente lo que hay detrás. Tan sólo llego a intuir unas cosas blancas a través de la densidad de los árboles. También se intuye algo azul…. Uuummm…. ¿Será una piscina?

Con la idea llenándome la cabeza salgo del baño y luego de la habitación, dejando a los dos durmiendo a pierna suelta. De vuelta al pasillo de antes, me meto en la habitación de enfrente, donde me he refugiado hace un rato. Buscando un bañador o algo semejante me pongo a registrar el armario. Nada que se le parezca. Es la habitación de un hombre.

Busco en la habitación de al lado. Todo de niño. Encuentro un pequeño bañador que, igual hace 10 años, me hubiera servido… Que rabia

Desilusionada bajo al piso inferior donde reina la quietud y un silencio sepulcral.

Ahí abajo sólo hay dos habitaciones. Las cuentas están claras, seguro que en una está Sergio y en la otra su hermano.

Mirando por todos sitios busco la ropa que he dejado por ahí hace un rato. Tampoco aparece nada. ¿Dónde habrá ido a parar?

Resignada salgo al exterior sin hacer ruido.

Siguiendo el caminito supero los árboles. Ahí está. Que bien: Es una piscina de medianas dimensiones rodeada por un pavimento de lamas de madera. Varias hamacas de plástico blanco y un par de sombrillas la complementan. De la madera nacen unos escalones que se introducen en el agua hasta fundirse con el fondo cerámico.

-"Que asco no tener bañador"- grito desesperada. "Si, al menos, hubiera encontrado mi ropa interior- pienso mientras me giro hacia la casa como queriendo culparla por habérmela escondido.

Las ganas de buscar culpables desaparecen al instante: no puedo ver la casa desde donde estoy. Los árboles me la tapan.

Un acto reflejo aparece en mi labio inferior en forma de leve mordisco. Los que me conocen de hace tiempo saben que algo malo pasa por mi cabeza: -"Si no puedo ver la casa, la casa tampoco me puede ver a mi"- pienso para mis adentros. El mordisco en mis labios se acentúa aún más

Antes de que el labio empiece a sangrar, ya he dejado caer el albornoz a mis pies.

Disfrutando del Sol en todo mi cuerpo me observo atentamente: mis tetas tienen marcas rojas de los apretones de la orgía anterior. Mi culo también. Y no hablemos de mi coño y de mi ano, que están empezando a irritarse como si fuera una virgen. Se merecen un premio

Bajando los escalones y tal como Dios me trajo al mundo (excepción, claro, de mi dilatado ano) me zambullo completamente en la piscina. Sólo la cabeza me une al exterior….

Al hundirme todo se torna silencio, tranquilidad, ligereza. Que momento más sublime.

Qué paz!!!!!

De vuelta al exterior me siento en los escalones y muestro mi desnudo torso al Astro Rey y fundo mis piernas con el líquido elemento. Mis tetas se muestran libres y se broncean tal como a ellas y a mi nos gusta. Me encanta hacer top-less, o sea que estar completamente desnuda me da una sensación de libertad que no puedo ni explicaros. Mis ojos se cierran y mis dedos empiezan a jugar con los pelillos de mi conejito que está justo en la superficie flotando cual frondosa isla en medio del océano. Sin pensar en lo que hago voy desenredando el rizado bello, limpiándolo de restos endurecidos de las juergas de hace un rato. (es sorprendente lo que aguanta el semen, todo y que me he duchado ya dos veces y me he limpiado a conciencia).

Ahí estirada, con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el primer escalón tengo la sensación de ser el único ser vivo de la Tierra….

Hasta que algo cae sobre mi cara

Asustada me incorporo de golpe sacando lo que me ha caído. Además huele a sudado y a algo más

-"Qué?, jugando tú solita"- una voz se carga súbitamente mi soledad a parte de darme un susto de padre y señor mío.

No hace falta que me gire, conozco esa voz de sobras. La he oído un buen rato mientras su polla taladraba mi garganta sin compasión. Es Sergio.

Por primera vez miro lo que tengo entre mis manos: es el tanga que he perdido esta noche. A buenas horas

La sensación de invasión de mi intimidad es brutal. Mis piernas se cierran instintivamente e intento taparme como puedo.

-"Ummm buenas vistas, si señora"- deja ir Sergio mientras se sienta en los escalones, a mi derecha.

El incómodo silencio que nos separa se rompe con unas palabras que se me clavan como agujas:

-"Ya me he enterado de tu fiestecilla de antes"- dice con evidente cachondeo.

Lo que me alucina es que tenga semejante libertad con su novia. Es evidente que se lo ha explicado ella.

-"Seguro que te preguntas cómo lo sé"- vuelve a preguntar Sergio

-"Pues tío, la verdad, es que no. Ya me imagino quien te lo ha contado"- le respondo duramente.

-"Sí? Eso es que debes haber visto a Isa mientras os miraba por la puerta entreabierta. Me equivoco?"- acaba preguntándome.

-"Completamente"- le dejo ir entre risas.

-"Así que es mentira que aquellos dos amigos tuyos te han empalado los dos a la vez?, uno por delante y el otro por detrás, haciéndote gritar como una perra de puro placer." –rematando su última palabra se dedica una disimulada caricia en el paquete.

-"No, no, si eso es verdad. La mentira es que tu novia estuviese en la puerta. En la puerta ha estado al principio, lo que pasa es que ha acabado con su lengua en el culo del que follaba el mío. Espero que, mientras te explicaba "su versión", no le hayas dado ningún beso porque…"- la risa al ver su cara no me deja acabar. Está claro que la ha besado. Jajaja!!!!

-"Tenía buen gusto?" -le consigo decir entre carcajadas.

-"Mira, tía, Isabel es libre de hacer lo que quiera"- me contesta Sergio con un semblante endurecido y sombrío.

."Ah, sí?. Pues que sepas que también se le han corrido en la boca"- y sigo hablando observando la reacción de Sergio - "lo que no me acuerdo si ha sido antes, después o mientras le follaban el coño, que mala memoria tengo" – está claro que se está enfadando: la vena de la frente se le empieza a hinchar. (Aunque, ilusa de mi, no era la única vena que se le estaba hinchando…. Si me hubiera fijado en su paquete….). –" lo que seguro que sé es que ha sido antes de que le dejasen el culo como un abrevadero de patos. Es curioso lo caprichosa que es la memoria…."

El hecho es que sigo mirando a Sergio, su cara sigue roja, pero algo me hace desviar la mirada: El capullo de su ya completamente trempada polla supera el límite que marca la goma de sus pantalones….

Y si recordáis la polla que tiene….

Las tías que me leáis sabéis a qué me refiero. El tamaño no importa. Noooo, para nada. Físicamente puede que no… pero psicológicamente…. Cuántas de vosotras habéis follado con uno a la que su fama de trípode le precedía. Seguro que más de una, dos y hasta diez de vosotras lo habéis hecho

Pues en esta situación me encuentro yo ahora. Al palpitar de mi corazón se vuelve a unir el de mi clítoris. De nuevo esa sensación de "Hulk" me invade por completo. Mi cuerpo tomando el control sobre mi mente.

Desnuda bajo el Sol vuelvo a mirar a Sergio a la cara. –No, no, no puedo descontrolar de nuevo- he de ser buena- me repito para mis adentros una y otra vez.

-"Vaya, vaya, mira quien quiere saludarte" – me señala Sergio. –"Como si no me hubiera dado cuenta."

-"Pero tranquila, no pasará nada, prefiero irme con Isa, que ya está acostumbrada y seguro lo hará mucho mejor…." - dejando resbalar esta última palabra entre sus labios Sergio observa mis reacciones a sus envenenadas palabras.

-"No, no Tania, te está provocando. No vayas a su terreno"- me dice el angelito de mi hombro derecho….

-"Vamos tía, en tu vida te has agenciado algo de tamaño semejante. Remata este glorioso fin de semana con la conquista del premio gordo. Déjalo seco y que vea que su puta novia no vale un pimiento."- replica el pequeño demonio de mi hombro izquierdo.

-"No te conviertas en una tía fácil. Demuéstrale que eres fuerte y capaz de resistirte a una simple polla. Grande pero sigue siendo simple"- de nuevo el iluso angelito.

El demonio no vuelve a hablar…. Mi postura inclinada hacia la derecha, con una mano en la cadera de Sergio y la lengua yendo arriba y abajo a lo largo del bulto que deforma sus pantalones le indica lo aplastante de su victoria. ¿El angelito ha creído tener algún tipo de opción a ganar? Pobre….

A la tercera subida mi lengua sobrepasa los pantalones y degusta algo diferente al algodón: algo caliente, algo carnoso, algo con un gusto y olor tan característico como indescriptible…. Mis labios lo rodean por unos instantes, haciendo que mi cara se pegue a su vientre

La mano derecha abandona las caderas y separa los pantalones de la barriga.

Dios, así la polla se pierde en las oscuras profundidades de los pantalones sin un final claro. Durante un momento pienso que es infinita…. Si no fuera porque la he podido medir perfectamente con mi garganta….

Las manos de Sergio ya se posan sobre mi cabeza.

Necesito verla ahora mismo tanto como el desea que se la chupe.

Con un fuerte tirón dejo los pantalones a la altura de sus rodillas.

Como un resorte la polla sale hacia arriba, golpeándole con un sonoro "PLAFFF" en la barriga, para rebotar hasta quedarse completamente recta. Así a la luz del día (recordad que sólo la había visto en el Chill-out de anoche) me parece aún más esplendorosa. Infinitamente larga y gruesa….

Ni me entero cuando Sergio se saca los pantalones y los tira al lado de mi albornoz, sólo tengo ojos para su regalo que apunta al cielo con sus 27cm en pleno auge.

Recorro centímetro a centímetro con la cabeza ladeada y la boca entreabierta, empezando por los huevos y acabando en la punta. Subiendo por un costado del tronco de su polla y bajando por la vena principal, empiezo a calibrar su medida de nuevo.

De vuelta al capullo abro la boca y me trago un trozo.

Estando a su lado no podré tragarme mucho más

Sin esperar, con un ligero brinco, me sitúo entre sus piernas. Agarrando la polla con la mano izquierda y aferrando una nalga con la derecha empiezo a subir y bajar la cabeza tragando cada vez más polla.

Acompaño el tragar con un pajeo con la mano izquierda.

Las manos de Sergio ya aprietan mi cabeza hacia abajo. Está claro que quiere visitar de nuevo mi garganta….. Y no seré yo quien se lo impida

Primero le miro con mis ojos con una expresión entre compasiva y de terror. Sé que eso les encanta a los tíos.

Lo que veo es a Sergio con mi tanga contra su nariz, como si fuese una mascarilla, aspirando y exclamando lo bueno de mi olor y como me va a dejar el coño dentro de un rato. Rematando la mirada con una leve sonrisa aplico lo que el propio Sergio me ha enseñado hace un rato. Así no tardo en tener mi nariz contra su bello púbico, con su polla cruzándome toda la cabeza por dentro.

Aguantando la postura como una verdadera profesional, una melodía que se me antoja igual de irreal que lejana, llega a mis oídos muy atenuada. La tensión de notar un cilindro grueso atravesándome la garganta no deja que piense mucho más en él.

-"Sí? Dígame."- dice la voz de Sergio.

Retirando la polla de mi garganta vuelvo a mirar qué coño está haciendo.

Está hablando por el móvil.

-"Buenos días…..-"contesta mientras, con un movimiento circular de su mano, me indica que continúe.

Qué cabrón, desde luego parece un ricachón en su piscina con una tía chupándosela y negociando importantes contratos con su móvil. Si él parece eso, está claro lo que parezco yo. No?. Pero la situación me está empezando a excitar mucho….

-"Sí. Que síiiii…. mamá." Afirma Sergio.

Joder su madre. Qué subidón!!!!

-"No, tranquila. A la casa no le ha pasado nada….. Sí, fue una tormenta muy fuerte, pero está todo perfecto. Podéis estar tranquilos." –afirma Sergio mirando a los lados intentado confirmar sus palabras.

Agazapada como estoy paso al ataque para demostrarle que sigo allí completamente activa y desbocada: mi cabeza describe rápidos movimientos típicos de toda mamada, subiendo y bajando, haciendo que el pelo me haga el loco, apretando fuerte con mi mano y, aún más, con mis labios, al tiempo que succiono con todas mis fuerzas y meto mi lengua en el agujerito de su glande….

-"Aaahhh, uuuffff, joder"- suelta Sergio.

Un silencio roto solamente por el ruido que hace la polla en mis labios succionadores se apodera de la conversación telefónica.

-"No, no. Nada mamá…. Sólo ha sido que una amiga que casi se atraganta…."

Joder, que cabrón.

-"Que va… es que se ha levantado con hambre y, ya sabes, no se puede comer con ansias algo de golpe"- le dice el jocoso Sergio a su bendita e inocente madre mientras me dedica un guiño y se pasa la mano por la garganta, pidiéndome más….

En vez de eso, me paro con su capullo aprisionado fuertemente entre mis labios. Juntando los mofletes aspiro y muevo mi cabeza en círculos, con la lengua recorriendo rápidamente la superficie del capullo, metiéndose entre él y la piel que lo rodea

-"No, no hará falta mamá parece que se ha recuperado. Pero no para de comer la tía. Esto de ir de conciertos da mucha hambre. Y eso que yo mismo la dí de cenar ayer mismo."- remata Sergio aguantando la risa como puede.

Sin dejar de mamar le dedico una mirada que se mueve entre la complicidad y el hastío de que sea un tío tan chulo. Hasta con su madre. Pero la verdad es que ha tenido gracia

Con mis pensamientos fluyendo Sergio se despide de su adorable madre y deja el teléfono entre sus pantalones.

Levantándome la cabeza me lleva hacia el centro de la piscina. Abrazándome con sus fuertes brazos me lanza un beso. Chuparla aún ,pero besos no… con un movimiento rápido me sitúo en su cuello, y le abrazo como si me encantase estar ahí. Con eso, aparte de escabullirme del beso consigo notar su polla clavada en mi vientre.

Si aprieta un poco más me traspasará entera.

Con un pequeño impulso me cuelgo de él, cruzando los pies por detrás de su culo. Ahora sí que noto la caliente polla donde he de notarla.

Llevándome en volandas me aprieta contra un costado de la piscina. La polla se clava en mis bajos, pero sin entrar en ningún sitio.

Separándose de mi, se agarra la polla y la levanta. Yo vuelvo a estar de pie. Que pena porque me gusta estar colgada en un hombre… se vuelve a apretar contra mí

Deberíais verlo: sus huevos bajo mi ombligo y la punta de su polla en las tetas, casi saliendo del agua. No puedo evitar reírme pensando que la saca para que sus huevos puedan respirar como si fuera una pajita.

-"De que te ríes?. A ver si ahora te ríes igual"- me dice mientras me da la vuelta y , agarrándome por la cintura, me levanta hasta conseguir que mi cuerpo descanse sobre las lamas de madera que rodean la piscina.

Mis tetas se aplastan contra las lamas, haciendo que mis pezones se queden entre dos de ellas, mi culo sale del agua dejando mis piernas sumergidas a la altura de medio muslo, la raja de mi culo bajando hasta acabar en una pequeña mata de pelo que flota sobre la piscina

Sergio se separa de mí para admirar la vista.

Al ir a girarme para ver lo que hace lo veo de refilón lanzándose sobre mí, como un tiburón con la aleta dorsal desplegada lo haría sobre una pequeña foca indefensa.

Sus manos agarran mis nalgas.

Las separan.

Me estremezco al sentir su lengua entre mi raja. Mi cuerpo tiembla entero desde el agua hasta la madera.

Jadeo con fuerza. Un tremendo "AAAhhhhaaahhh" sale de mis labios para perderse en el aire…Me vuelvo loca al notar su lengua bajando hasta mi ano…. Y volviendo a la rajita otra vez

La rajita se separa entre su lengua, completamente empapada por el agua y por otras cosas más ácidas y espesas.

Apretando me la clava aún más, al mismo tiempo que su nariz se introduce un poco en mi culo.

-"Estás jodidamente deliciosa"- me dedica después de separase de mis orificios inferiores y antes de decir: -"Demasiado limpia para mi gusto."-

Como si quisiera quitar esa pulcritud de mis bajos, los lengüetazos se suceden cada vez más rápido entre coño y culo.

Al detenerse un poco en el ano, un dedo se entretiene en mi clítoris, otra vez a pleno rendimiento.

La postura de sumisión me excita sobremanera. Deseo con todas mis ganas que violentamente taladre mi coñito con ese monumento de polla. Pero él parece más interesado en mi culo.

A la lubricante lengua anal ya se le ha unido un dedo. Sorprendente lo fácil que entra en mi recto.

-"Aún es demasiado estrecho"- consigo oír decir a Sergio entre mis jadeos y grititos.

Sin poder evitarlo, cuando mi cerebro procesa esas palabras, un sudor frío recorre mi espalda. Si antes con Alberto ya he pensado que no podría meterme su polla por el culo, con Sergio esto puede acabar en tragedia. No puedo permitir que me sodomice con semejante aparato.

Sin pensármelo ni dos segundos, giro sobre mí misma, poniéndome boca arriba. Me desplazo hacia delante, dejando mi coño sobresaliendo del límite de la piscina. Sin permitir que Sergio diga nada, paso mis piernas por detrás de su cabeza y tiro de él hacia mí.

Cuando choca contra mi ingle, separo las piernas en un ángulo muy cercano a los 180ª. (las clases de ballet de pequeña han de servir de algo.)

Misión de distracción conseguida: Mi raja se postra abierta y jugosa entre sus labios. Nadie se puede resistir a algo así.

Su lengua ya recorre las partes interiores de los labios de mi chochito.

-"Uuummm, deliciosa" – me dedica Sergio – "ahora ya empieza a saber y oler como un coño de verdad.".

Joder con los tíos. En los momentos previos a que un tío te va a comer el coño, siempre piensas: "que no huela, por favor, que no huela. Yo soy una tía limpia. Qué va a pensar si huele mal.". y en cambio a ellos parece que les gusta cuanto más huelan mejor…. Aayyyy que simples y primitivos….

En fin…. Yo a disfrutar de lo mío ahora. He de pensar menos y disfrutar más:

Si me dicen que estoy en el paraíso, yo me lo creo: Desnuda bajo el Sol, en una piscina donde no se oye ni un ruido aparte de mis jadeitos y los gruñidos del tío que me está comiendo toda la raja de arriba abajo.

Mi cabeza cae hacia atrás cerrando los ojos. Así puedo concentrarme más.

-"Te gusta como te como la grieta ehhh guarra" – me deja ir Sergio.

-Ohhh, que gran comentario. Y que acertado. Tanta sangre en la polla es evidente que ha de afectar a algún órgano principal. Estoy apunto de enviarlo a la santísima mierda…. En vez de eso de mis palabras fluyen las palabras::-"Sííiiii, sii sigue, no pares"- Qué le vamos a hacer, son momentos en que el egoísmo aflora en todo su esplendor ahogando cualquier tipo de pensamiento feminista… Y en el fondo me excita que me hable así….

-"Pues tía te vas a joder, y ahora, de verdad. Te toca jarabe de palo" – dice mientras se separa de mí y, agarrándose la polla, la saca a la superficie. Joder, parece un jodido periscopio en busca del objetivo.

Juntando las piernas y sumergiéndome en el agua me acerco a él, en busca de la follada definitiva.

Él se hace el remolón y, separándose de mí, me dice: – "Implórame que te folle" –

Me lo miro absolutamente alucinada: o lo mando a la mierda por lo machista y creído de sus palabras o me lo follo hasta que su polla llegue a mis pulmones. Evidentemente ya sabéis cuál es la opción ganadora, y por aplastante mayoría.

Mirándole fijamente le digo: -"haz lo que quieras conmigo y mi coño. Fóllamelo hasta que saque humo"- y me lanzo sobre él.

Con un movimiento más rápido que el mío se aparta y me deja sola en un abrazo lleno de agua.

Me giro y la vista que tengo es imponente: Sergio alzándose, con las manos apoyadas en la superficie de madera y un pie también sobre ella mientras la otra aún está sumergida a la altura de la rodilla. Su culo se me planta entreabierto, con un final de la raya rematado con los huevos colgando. Unos huevos que no tapan ni la cuarta parte de lo que colgando detrás, casi toca el suelo de madera: su polla. Y no exagero.

Menos mal que ya está de pie fuera del agua. Si semejante vista la tengo durante mucho rato, la piscina se evaporaría al instante. Que caliente estoy….

Sergio ya se ha sentado en una de las hamacas. Es de esas de lamas de plástico blanco, con el respaldo reclinable y una extensión para apoyar los pies y estar completamente estirado.

Con el respaldo ligeramente inclinado, Sergio me enseña su polla, apoyada sobre su barriga, de manera que supera ampliamente su ombligo, llegando casi hasta su pecho. Estoy segura que si quisiera, él mismo se la podría chupar.

Como si hubiera oído mis pensamientos Sergio se dobla y, con sus labios a escasos centímetros de su pollón, deja caer lentamente un poco de saliva. Cuando la saliva empapa su capullo se incorpora y se la esparce por toda su superficie con los ojos clavados en los míos. Con la otra mano golpeándose los muslos me invita a sentarme sobre él.

Y yo obedezco como una perrita sumisa.

Ya ante él, me planto con las piernas entreabiertas, completamente desnuda y cubierta de agua. Mis ojos se clavan en su polla. Si no lo veo en vivo y en directo estaría convencida que se trata de un fotomontaje.

Hipnotizada por semejante péndulo, sitúo mis pies sobre la hamaca, cada uno a los lados de sus caderas. Mis manos sobre mis muslos.

Y voy bajando flexionando las rodillas.

Y bajo….

Enseguida noto la punta tocándome los bajos.

Aguantando la postura sonrío con malicia a Sergio.

Mi mano derecha se hunde en mi entrepierna para separar los labios de mi rajita.

El orificio de entrada se abre.

La mano izquierda agarra la polla cerca de la punta y la dirige al espacio que ha liberado la mano derecha.

Mis piernas aflojan.

Mi cuerpo cae.

-"Aaaahhhh"-

Nunca había sentido algo semejante. Media polla está dentro y ya siento como si tocase el final.

De vuelta arriba me dejo caer otra vez.

Tres o cuatro veces más y ya entra casi toda.

Cada vez que bajo noto mi coño ardiendo. Cada centímetro que entra hace que mi coño se estire a los lados y se funda en un mar de fluidos.

Y eso que no ha entrado toda.

Como que me llamo Tania que ahora lo consigo.

Mis manos se juntan tras la nuca de Sergio, entrelazando los dedos y agarrando con fuerza.

Con ayuda de mis piernas dejo caer todo mi peso sobre la verga.

Un largo y agudo grito de dolor-placer sale de mi garganta que va aumentando a medida que cada centímetro entra en mí.

Cuando, por fin, mi culo contacta con los muslos de Sergio, el grito ya es inhumano. Si me clavasen un cuchillo en pleno vientre estoy segura que gritaría menos.

Lentamente mi garganta se va apagando mientras en mi vagina noto contacto en partes que ni sabía que tenía.

Si algún día tengo un hijo, creo que ya iré preparada con la sensación que tengo ahora. También me pasa por la cabeza que ya nada será nunca igual en temas de sexo. Seguro que me da de sí, dejando mi conejito deformado de por vida. Nunca volverá, una polla normal, a hacerme sentir nada….

Entre mis lamentos internos, mis piernas llegan al límite y tenemos que cambiar de postura. Que pena, me encantaba sentirme empalada por debajo.

Al poco yo ya estoy estirada en la hamaca, con las piernas otra vez en 180ª y aullando a cada embestida de Sergio.

Notar sus huevos rebotando cerca de mi culo me vuelve loca. Eso significa que casi 30cm de carne están dentro de mí.

Nuevo cambio y Sergio vuelve a sentarse. Yo cabalgo de nuevo, pero ahora dándole la espalda. Subiendo y bajando, mis tetas rebotando arriba y abajo, mi coño escociendo como nunca, el pelo tapándome la cara, la espalda arqueada...

De nuevo fallan mis piernas y me dejo caer hacia atrás, sobre él.

Cualquier otra polla se hubiera salido al inclinarme hacia atrás. Sergio, con su verga, no sólo no se sale, sino que me produce un contacto de una manera que nunca había sentido. Recostada sobre su pecho dejo que me agarre por las piernas, las levante y siga follándome sin compasión.

Un leve giro a la derecha y ya estoy recostada sobre ese lado, Sergio detrás de mí en la misma postura. Con una mano mantiene mi rodilla alzada y flexionada sin dejar de penetrar mi coño sin pausa y con prisa, mientras con la otra agarra una de mis tetas con fuerza. Mi cuerpo sigue moviéndose y bamboleando al ritmo de sus apretones, cada vez más violentos.

Sergio muerde la parte posterior de mi hombro izquierdo.

Pellizca un pezón.

A cuatro patas y con la cara aplastada contra la hamaca, me sorprende el primer orgasmo:

Mis grititos entrecortados, mi espalda tensa y mis manos aferradas a la hamaca así lo indican, tanto a vosotros como a Sergio, que mantiene si carnoso cilindro en lo más hondo de mí.

Si esta postura acostumbra a ser la que me ofrece más sensación de presión y profundidad, imaginaos lo que siento ahora en el momento del orgasmo.

Poniendo sus labios contra mi oreja me susurra: -"tranquila, que no será el último".

Con una sonrisa en mis labios mi cuerpo vuelve a recuperar el traqueteo típico de toda follada a cuatro patas.

La novedad ahora es un dedo en la entrada de mi culo.

Súbitamente el dedo vuelve al exterior.

-"Date la vuelta otra vez"- me manda Sergio.

Obedeciendo sus órdenes me encuentro de cara a él, con su pollón a la altura de mis ojos.

Sin poder ver cuál será el siguiente paso, mis piernas son alzadas con mi cabeza aún contra la hamaca. La fuerza que Sergio ejerce hace que me vea completamente doblada, con las rodillas a los lados de mi cabeza y los pies aún más arriba. Mi coño enfoca al aire. Igual que mi culo.

-"Me encanta chupar un coño así. Bien apretadito"- me dice.

Así noto como de nuevo recorre mi raja con su lengua, y va intercambiando atenciones entre ella y mi culito, con lametones largos y fuertes. Los labios del coño están hinchados y salidos hacia fuera.

La lengua se queda entre ellos, mientras un dedo vuelve a mi culo.

La presión hace que medio dedo me penetre.

Tres cuartos

Enseguida noto el nudillo en la entrada del culo.

Sin darme tiempo a protestar por el dolor que empiezo a sentir el dedo se retira.

Menos mal.

Pero enseguida vuelve acompañado de otro como él y de unas palabras que difícilmente olvidaré.

-"Sino dilatamos bien luego vienen las fisuras y la sangre"- dice Sergio entre risas.

Las palabras suenan totalmente terroríficas en mis oídos.

He de encontrar una distracción. No me puede sodomizar. Nooo

Barajando opciones noto como los dedos dejan de presionar y vuelven al exterior. Sólo han conseguido meter un poco sus puntas.

Sergio los humedece dentro de su boca.

Goteando saliva vuelven a mi culo. Ahora sí que entran más que antes.

-"Bien, bien. Mi putita dilata para mí"- Sergio como siempre.

Desesperada le digo: -"No Sergio. Quiero comerme algo mientras me follas. Quiero ir y hacerlo con Isa para ti" - medida desesperada y absurda, pero es lo que se me ha ocurrido. Que queréis que os diga.

Sergio para de meterme los dedos. Los saca. Observa mi culo y luego a mí. –"Si quieres comer, espera aquí". Y acto seguido, desaparece tras los árboles después de ponerse los pantalones que llevaba antes.

Sin darme tiempo a escoger entre mis opciones: (que no son más que salir corriendo pidiendo ayuda o buscar algo con que taponarme el culo) Sergio ya está de vuelta con un manojo de plátanos en una mano y la otra cerrada alrededor de un pequeño tubito de crema.,

-"Ahora podrás comer mientras me follo ese culito"- me dice antes de tirarme los plátanos y destapar el tubo de su otra mano.

-"Tranquila, que con esto ni te enteraras. Es la mejor que hay"- me dice mientras se unta la mano con el gel del bote.

-"Ponte a cuatro patas otra vez"- manda autoritariamente.

Obedeciendo como buena sumisa y adicta a las nuevas experiencias pongo el culo en pompa.

-"Así me gusta"- dice Sergio pasando la crema de la palma de su mano ente mis nalgas.

Enseguida noto que la crema hace efecto, calentando todo lo que toca. Buscando el máximo de lubricación Sergio inicia una penetración anal-digital.

Cuando ha metido dos dedos sin problemas el contacto cesa de golpe.

Mis ojos se cierran al tiempo que empiezo a rezar a un Dios en el que nunca he creído salvo en momentos de orgasmos muy concretos.

Girándome por el tiempo que está tardando veo que también está preparando su polla, untándola de arriba abajo recorriéndola entera con la palma de sus manos. Sí si, con las dos.

Parece que esté abrillantando un fusil….

Aaaah. No quiero ni verlo.

Ya noto contacto entre mis nalgas.

Sin resistencia, el capullo entra en mí.

Otra presión y pequeños empujones logran que entre algo más , hasta llegar a un punto del que estoy segura que no pasará y, donde seguro que Alberto no ha llegado antes.

-"Me la habrá metido toda entera?- me pregunto.

Con la mano compruebo el estado de la situación. Mis dedos ni siquiera pueden unir sus puntas alrededor de semejante verga.

-"Me cago en todo" pienso. Ni siquiera me ha metido ni media polla…… "Diooooosss míooooo"

Un azote en la nalga derecha me advierte que mejor quite la mano de ahí.

Con el dolor enrojeciendo la nalga un nuevo apretón me estampa contra la hamaca, una vez más.

Un nuevo azote en la otra nalga.

Un grito de dolor.

Una lagrimilla aparece en mis ojos.

-"Ha sido un fin de semana bonito. Que pena no poder despedirme de la gente que quiero"- Si antes he experimentado la sensación de un parto, ahora ya sé lo que siente una persona que cree va a morir de un momento a otro.

Entre sollozos pido a Sergio que no me folle por ahí.

Extrañamente compresible, Sergio accede a mis peticiones y saca su polla de mi culo.

-"Vale, vale así no. Pero este culito yo me lo follo. Vamos si me lo follo" – me dice antes de dedicar unas palmadas en las nalgas en indicación de que me incorpore de nuevo.

El culo me aúlla de dolor.

Mis ojos están enrojecidos y cubiertos de lágrimas.

Sergio, extrañamente comprensivo, se sienta y me dice: -"tranquila. No quiero hacerte daño. Nada más lejos de mi intención" mientras con el torso de la mano recoge las lágrimas que caen mejillas abajo.

-"Venga. Hazme caso y los dos estaremos contentos."- me dice mientras vuelve a sentarse en la hamaca. –"En esta postura entrará mejor y tú podrás controlar cuanto entra"

El amor propio me puede. Me siento sobre sus muslos y noto su polla palpitante bajo de mí.

Alzándome por las nalgas me pide que le levante la verga.

Así lo hago.

Miro al cielo, temiendo que quizás, esa sea la última vez que pueda observarlo…. Quizás penséis que soy muy exagerada. Invito a cualquiera que piense eso a sentarse, coger un spray de los grandes (un Bloom, u O’cedar o algo semejante) y se plantee meterlo por su culo. A ver si así me entendéis.

Con la polla agarrada doy unos paseos por la rajita de mi coño. Me encanta y sirve para que vuelva a tener ganas de notar eso dentro.

-"No intentes despistarme. Por ahí no….." – me dice Sergio- "más atrás". Para que no me olvide vuelve a azotar mis posaderas.

Tiro la mano más abajo hasta notar el contacto del capullo en el anillo de mi culo. Soy una chica obediente.

Bajo mi cuerpo un poco.

La polla presiona mis nalgas, entrando a través de ellas como un cuchillo caliente en mantequilla.

El capullo entra por enésima vez por detrás.

Y mis ojos vuelven a cerrarse.

Mis labios vuelven a jadear.

Pero….

No noto nada de dolor

Otro azote más fuerte de ánimos.

Bajo más.

Y más….

Ya casi han entrado 10cm.

Animada y embriagada por la sensación de victoria, vuelvo a subir dando un respiro a mis postrimerías.

Llenando mis pulmones de aire vuelvo a empujar hacia abajo.

15 centímetros bien buenos desaparecen en mi insaciable culo.

Súbitamente animada, recorro eso 15cm arriba y abajo con mi ano. Hasta lo contraigo aumentando la presión sobre el falo.

Sergio sonríe. Sabe que me lo estoy pasando bien.

Unos cuantos leves azotes aderezados con un "cabalga, cabálgame con ese culito tuyo" me hacen sonreír. Parezco una niña que ha aprendido ha utilizar o decir algo nuevo y sus padres la felicitan por ello.

Al subir noto como si parte de mi recto se quedase fuera, unido a la polla.

La crema lubricante funciona a las mil maravillas y ya noto que en mi culo aparecen sensaciones agradables (azotes aparte). En mi cabeza también. Estoy contenta.

Sergio me anima a seguir metiendo más, pero la euforia me lleva a regalarle una sorpresa improvisada.

Ver los plátanos y los condones repartidos en el suelo me enciende la bombillita de las ideas.

Sin vaciar mi culo, me inclino un poco hasta alcanzar uno de los plátanos y otro de los condones.

Sergio me mira boquiabierto.

Cuando empiezo a pelarlo y, más cuando abro la boca, Sergio se queda de piedra.

Cuando ve como sitúo la alargada fruta sobre mi lengua, cómo la rodeo con mis labios y cómo la empiezo a mamar, Sergio casi desfallece sobre la hamaca..

Como veis la polla sigue en mi culo. Cada vez que bajo no puedo evitar abrir la boca exclamando lo mucho que me gusta.

Cada vez que subo meto casi todo el plátano en mi boca.

De un mordisco acabo de inmediato con medio plátano.

Masticando, voy creando una pasta cada vez más líquida.

Después de un par de esfuerzos hacia abajo que vuelven a provocarme un poco de dolor, me incorporo, dejando mi culo vacío otra vez.

Sergio está inmóvil. No me quita ojo. Siguiendo con mi show, acerco mi mano a mi boca.

Lleno la palma con la pasta que antes era un plátano.

De pie ante Sergio, me froto las tetas con el explátano.

Impregno por completo mis pezones hasta que casi desaparecen bajo el amarillento fluido.

Sentada de nuevo sobre Sergio, estrujo su cara entre mis tetas.

Su nariz clavada en mi esternón.

Le desplazo la cabeza de derecha a izquierda, permitiéndole lamer mis emplatanados melones. La lengua relame un grumo acumulado y goteante de mi pezón izquierdo. Cuando lo deja impoluto le dedica una succión que me deja alucinada.

El pezón se pierde entre sus labios.

Los agarra cuidadosamente con sus dientes.Tira un poco.

Cuando empiezo a gritar de dolor lo suelta.

Va al otro pecho.

Lo mismo.

Su caliente lengua recorre mis tetazas en toda su extensión, rodeando los pezones, chupando la curva inferior, donde nacen. la unión del pecho con el abdomen.

Con sus dos manos como pinzas agarra mis dos tetas, apretando con fuerza y deformándolas como si me quisiese ordeñar. Debido a la presión los pezones salen hacia fuera entre sus dedos. No tarda a volverlos a succionar con fuerza.

Junta las dos tetas.

No tardo en notar como su polla sube por mi vientre. Parece que tenga vida propia. No, es Sergio que se pone en pie.

Sin llegar a erguirse del todo y, separando las tetas, llena el vacío dejado entre ellas con su enorme polla.

Vuelve a juntarlas.

Uuummm. Hacía tiempo que no hacía una buena cubana.

Y desde luego nunca una cubana y una mamada a la vez. Al menos sin dejarme el cuello jodido.

Así veo como el capullo empieza a aparecer entre mis tetas, primero tímidamente va sacando la cabeza entre mis globos pectorales. Al hacerlo me llega el olor a excitación que desprende.

Cada vez que tira hacia arriba el capullo sale entre la piel , hinchado, rojo, mirádome con ese ojo negro y profundo que tiene.

Al poco ya un buen trozo de polla casi toca mi barbilla. Sin buscarlo excesivamente, la polla entra en mi boca pasando entre mis tetas. Sergio sigue apretándomelas contra su falo. Yo noto el venoso miembro rozando la grasa de mis melones, caliente. Vuelvo a notar el sabor a polla excitada, dejando en mi lengua parte de sus jugos preseminales.

Sergio tira hacia abajo y me deja con la boca en una gran "O". Espero no desinflarme.

Como si quisiera anunciar alguna cosa importante inicia unos golpes de mis campanas con su badajo. Contra los pezones es cuando siento más los golpes: -"PLAFF, PLAFF" y la piel de mis tetas rebota con una onda expansiva.

Levantándome - ya no me gusta tanto este último numerito- recojo parte de la olvidada fruta de Canarias.

El resto del plátano no tarda en seguir el camino de la otra mitad.

De nuevo con mi mano llena, me doy la vuelta, dando la espalda a Sergio, e inclino mi torso hacia delante.

Mi redondo culo se abre como una flor ante la cara de Sergio, mostrándole el boquete que me acaba de hacer. Mi raja, brillando de fluidos y saliva, tampoco se mantiene muy cerrada. Las tetas cuelgan hacia el suelo goteando saliva y plátano.

Mi embadurnada mano aparece ante los ojos de Sergio frotando primero mi coño y después mi enrojecido ano.

Uno de mis dedos se mete en él.

Sergio resopla como un toro a punto de embestir. Pobrecito, no sabe que aún no ha visto lo mejor.

Me pongo de rodillas.

Abro el condón que he recogido antes.

Me lo meto en la boca con el pitorro hacia dentro.

El plátano sin pelar es introducido en mi boca. La lengua hace de tope. A medida que entra, con los labios voy desenrollando el condón a lo largo de la fruta.

Voy dejando que cada vez entre más.

En un par de engullidas, el condón no tarda en estar completamente protegido.

Después de hacerlo desaparecer casi completamente un par de veces en mi boca, lo voy bajando.

Sergio ya lo ve asomar por debajo de mi chocho.

Abriendo la rendija de mi coñito con la mano libre, apunto con el plátano en él.

Aprieto un poco.

-"Aaaahhhh"-

A medida que va entrando voy exagerando mis jadeos.

Fuera de sí, Sergio se abalanza sobre mi culo.

La empitonada es brutal.

La polla invade mi recto a través del ojete con una violencia descomunal.

La súbita presión hace que el plátano se desplace y, presionando contra la cara externa de mi vagina, comienza a salirse.

Ante la brutal sodomización a la que me somete Sergio me cuesta bastante volver a introducir el plátano.

Cuando lo consigo, vuelvo a notar la sensación que he tenido antes con Jorge y Alberto: la polla de Sergio contacta con el plátano, ejerciendo un roce contra la membrana que los separa.

Sergio me separa las posaderas para poder ver mejor como entra la polla en mi trasero. Si yo pudiese ver desde sus ojos no me lo pasaría tan bien: La polla de 5cm de ancho casi no cabe entre mis nalgas. Separándolas sólo por donde pasa la polla, se introduce en mi ojete sin paliativos. Parece imposible algo de ese diámetro y de semejante longitud esté dentro de mí. En un plano cercano, es tal la desproporción entre el tamaño de mi culo y de la polla, que Sergio parece un hombre follándose a una "Hobbit".

Los huevos ya rebotan contra el plátano, provocando que se mueva dentro de mi matriz, haciendo que me vuelva loca por las múltiples sensaciones que me invaden.

Creo que, a partir de ahora, miraré los plátanos de otra manera…..La puta fruta me está follando mejor que muchos tíos. Si lo supieran….

Sergio aprisiona el plátano entre sus manos y empieza a moverlo arriba y abajo. Parece que le gusta notar como roza con su polla ahí dentro.

A mí también. Aaah!!!!!!

La locura total llega cuando Sergio agarra el plátano y lo comienza a girar dentro de mí. La forma de gancho tantea todos y cada uno de los recovecos de mi lubricado coño.

Un poco más arriba el cilindro carnoso roza contra los costados de mis nalgas antes de entrar en mi aparato digestivo. En su camino de mete-saca la polla embadurna todo lo que toca con la crema lubricante que, unido a mis propios fluidos vaginales y al plátano y a los líquidos preseminales de Sergio, la zona está completamente mojada, humedecida, goteante, rezumante, resbaladiza…. Resumiendo: sexo en estado puro y primitivo.

Con los continuos empujes que sufro, ya me encuentro totalmente horizontal, con Sergio estirado sobre mí mis piernas ligeramente separadas y sus manos apoyadas en el suelo a ambos lados de mi cabeza.

Así noto sus abdominales trabajando en el movimiento del folleteo. Y su sudor cayendo sobre mi espalda. Y parte de su peso descansando sobre mí. Y su polla separando mis nalgas. Y sus piernas entre las mías, asegurándose que se mantienen separadas. Y mi culo ardiendo como una antorcha. Una antorcha que no tarda en prender la mecha que acaba con una explosión de mis sentidos. El orgasmo me hace gritar y agarrar la nalga de Sergio pidiéndole que se mantenga unos instantes sin moverse, ni él ni su polla.

No hacía falta que le pidiese nada porque noto como su polla se engorda, si es posible, un poco y empieza a emitir leves temblores.

Sergio me muerde el hombro por detrás.

Los temblores previos desatan el gran terremoto final: la polla empieza a escupir semen después de que Sergio me la incruste hasta los pulmones. Junto a las sacudidas de la polla mi ano se contrae una y otra vez de puro placer. Nunca había notado nada semejante ahí debajo. Tengo una sensación extraña. Parece que me esté meando, pero por detrás, no sé explicaros más y mejor

Jadeando como una chiquilla desvirgada el líquido caliente parece que no tarda en llenar el depósito. La presión aumenta dentro de mi recto a causa del aumento de presión pero no de volumen. Menos mal que Sergio no tarda en salirse porque si no creo que podía haber reventado.

La liberación provoca que mis bajos se conviertan en un continuo reguero de esperma que no tarda en llegar a la raja de mi coño. Noto como mi culo se ha convertido en una fuente de líquido caliente y espeso.

Sergio se mantiene encima de mí. Ya ha dejado de escupir esperma y de jadear.

El silencio nos rodea.

La profunda respiración de los dos es lo único que suena. Poco a poco se van apagando los resoplidos.

De repente una sensación de trabajo incompleto me invade: Siempre he sido una chica bien y mi madre me enseñó a limpiar todo lo que ensucio. Seguramente no se refería a lo que yo estoy pensando, pero….

Sacudiendo mi cuerpo consigo que Sergio entienda que quiero sentirme libre. Rodando, se deja caer a un lado.

Como una serpiente me deslizo, girando y posicionándome en estado de 69.

Ni corta ni perezosa, y sin dirigirle ni una palabra, me meto en la boca su aturdido miembro. El sabor es extraño por lo variado de su composición: la mezcla de plátano, gel lubricante, semen, fluidos vaginales y de otros orificios resulta repulsiva. No tengo otra opción que escupir varias veces. A la tercera vez que lo introduzco en mi boquita, el sabor que predomina ya es el normal: ese sabor salado, agrio, como de profundidades de ropa interior, uuuummmmmm!!!! Como os he dicho antes me encanta lamer una polla recién corrida. Antes se me ha escapado en el Chill-out por la inoportunidad de su novia. Ahora no hay quien me lo impida.

La boca abarca todo el diámetro de la verga, llenándola de saliva en abundancia.

Al separarme para coger aire, un cordón umbilical de saliva me sigue uniendo al miembro que me alimenta.

De nuevo para adentro.

Llenando mi boca por completo vuelvo a llenar su desproporcionado órgano de saliva, repartiéndola con suavidad y paciencia en toda su longitud.

La saco y la observo mientras trago lo que ha quedado en mi boca. La señora polla ya está completamente impoluta y reluciente.

Un grito llama a Sergio por su nombre. Es Isa, su novia.

Sergio me besa en el cuello y se separa de mí.

Siento frío.

Y soledad.

Durante unos instantes siento la tentación de pedirle que no se vaya. Que no me deje sola. Que pase de su novia y se quede conmigo toda la vida.

Menos mal que el sentido común se apodera de mí y, aparcando ese cúmulo de tonterías (seguramente provocadas reflexivamente por los orgasmos que aún perduran en mi cabeza), me concentro en el Sol que baña mi cuerpo y, dejando un nuevo rastro de semen en la madera, me tumbo en una hamaca a disfrutar de la mañana mientras repaso los interiores de mi boca con la punta de la lengua