Conchita chopeada

Una chica descubre que el panadero esta mejor que el pan de la panadería que ha visitado toda la vida

Esta historia pasó hace tiempo, cuando recién habían cambiado al viejo panadero que estuvo a cargo de la panadería del barrio, y antes de que lo cambiaran de nuevo

Era semana santa, todo mundo quería pan blanco para el bacalao y los romeritos, había filas en todas las panaderías de la ciudad y la nuestra no era la excepción, así que dejé encargadas las piezas de pan y me dijeron que regresara alrededor de las 6, faltaban unos minutos cuando entré de regreso, las cortinas de los ventanales estaban ya abajo y solo estaba la chica del mostrador y el panadero nuevo, un chico de 25 o 26 años, entonces yo tenía 19, siempre he sido llenita pero con forma, senos grandes y redondos, un trasero que hace contrapeso sin verse muy grande y cintura que hace que se note menos los kilitos de más

Al verme con la blusita de tirantes que llevaba y la vaporosa falda de gasa negras (porque en casa se lleva el luto toda la semana y hace un calor de los diablos) él se me quedó viendo lo que traslucía la falda mientras la empleada decía en voz baja que yo llegué justo cuando iba a cerrar, él le dijo que se fuera, que él cerraría. Me acerqué y le dije que me perdonara, la chica salió por la trastienda sin siquiera despedirse, él rio y me dijo que no pasaba nada, me preguntó el nombre porque no encontraba la nota, se lo dije y lo repitió varias veces, sonaba lindo en su voz varonil y profunda.

Cuando encontró el número de pedido me dijo que estaba junto al horno, propuse ir yo por él, que conozco la panadería muy bien porque de niña mi hermana y yo íbamos a jugar con los hijos del dueño, pasé y encontré la canasta junto al horno, en el espacio donde acomodan los costales de harina vacios, sentí el calor de su cuerpo y me entretuve con la puerta del horno mientras le contaba, se puso detrás de mi y pasó la mano a la puerta, rozando la mía, no la quité así que empezó a deslizarla por mi brazo mientras hablaba, puso la otra mano en mi cintura y sentí la fuerza de sus manos, un escalofrío me recorrió y me moví. Sus ojos me siguieron y pudo ver que mis pezones se hicieron notorios bajo la blusa, estaban marcándose por el escalofrío y la sensación de sus manos. Le di la espalda volteándome hacia la larga mesa donde se amasa el pan, se acercó de nuevo, esta vez presionó un poco su cuerpo contra mi espalda y preguntó en un susurro a mi oído

  • Qué pasa? Me tienes miedo?
  • No, porqué iba a tenerlo?
  • No se, de momento te quedaste callada y no volteas a verme
  • Seguramente pasó un ángel (por demás estúpida mi excusa)
  • Yo lo sigo viendo

Me tomó por la cintura y me giró, cuando logré reaccionar sus labios ya estaban sobre los míos, me gustó la sensación así que disfruté el beso, cuando terminó me quité y me dirigí al pasillo para tomar la canasta del pan e irme, ya intentaría olvidar lo ocurrido. Me agaché a tomar la canasta pero sabía que lo tenía detrás de mí, puso una mano en mi espalda y otra en la nalguita, la apretó un poco y siguió diciendo:

  • Estas muy rica como para tenerte vestida de negro, o es que vas a un entierro?
  • No, es por la semana santa
  • Te dan miedo las cosas de muertos! Jejejeje… No quieres que te enseñe otra forma de entierro?

Voltee a mirarlo y para entonces se había llevado la mano que tenía en mi espalda hacia ese bulto entre sus piernas que crecía poco a poco, entendí a que se refería y primero me dio un poco de pena, pero luego decidí que quería saber que se sentía hacerlo con un hombre mayor que yo porque solo lo había hecho con mi novio, que era de mi edad. Lo miré y le dije:

  • A quien vamos a enterrar?
  • A mi amiguito… esta deseoso de sentirte

Me sonrojé en lo que él tomaba mi mano y la llevaba a su bulto que empezaba a sentirse caliente a través de la ropa, apreté un poco al tratar de mover la mano y él lo tomó como si lo estuviera invitando, me besó de nuevo pero esta vez abrió mis labios con su lengua y la empezó a mover dentro de mi boca, nunca había besado así a un hombre y me encantó las descargas que sentía cada vez que su lengua y la mía se tocaban, sus manos subieron mi blusa, subí las manos y me la sacó de un tiro, sin miramientos, quedó a su vista el bra de encaje negro que llevaba puesto y sobre él empezó a besar mis pechos, notando lo hinchad de los pezones dentro, los chupó y besó un poco, subió su mirada para ver mi cara asombrada y preguntó:

  • Qué nunca habías sentido esto?
  • Pues no, la verdad no
  • No me dirás que eres virgen, no?
  • No, eso no… pero nunca lo había hecho con nadie que no fuera mi novio

Se rio y desabrochó el bra, mis pechos sueltos rebotaron un poco, los tomó en sus manos y empezó a amasarlos, me dio un poco de risa cuando pensé esto, me preguntó porque reía y al comentárselo rio también, llevó sus labios a uno de los pezones y lo besó, lo acarició con la lengua y jugó con él, luego fue al otro pecho e hizo lo mismo, mis manos estaban sobre sus hombros y apretaba su piel para hacerle saber que lo estaba disfrutando. Sus manos bajaron luego hacia mi falda, bajó el cierre y la dejó caer, llevaba una braga grande, no esperaba que nadie la viera, se rio un poco y me dijo:

  • Siempre vas así de sexy?
  • Es que no suponía que me viera nadie
  • No, pero ya te estoy viendo… podemos acomodarla como si fuera una tanga para imaginar que lo es?

Llevé mis manos al elástico de la cintura pero él ya había subido la tela de mis nalguitas, me sonrojé de nuevo al sentir sus manos apretarme, rio y empezó a besar mi abdomen a la altura del ombligo, de nuevo escalofríos y cerré los ojos para disfrutarlo, entonces se puso de pie, me tomó de la cintura y me ayudó a subir a la mesa, me dejó sentada en el borde, me beso de nuevo mientras sus manos recorrían mis muslos y poco a poco fue abriendo mis piernas, se colocó entre ellas, volvió a bajar por mis pechos pero esta vez siguió hasta mi entrepierna, movió al lado la tela de mi braguita y empezó a recorrerme con sus burdos dedos, di un salto de la sorpresa, soltó la tela mientras me miraba, tomó toda la prenda y me ayudó a quitarla despacito, mientras nos besábamos de nuevo. Entre besos y mordiscos en los labios preguntó:

  • Y cuando lo has hecho con tu novio, él donde estaba?
  • Quieres decir si arriba o debajo de mi?
  • Solo eso ha hecho contigo? Que desperdiciada estas mujer, si eres un pedazo de cielo, solo mírate, estas muy buena
  • Pues si, solo eso, él arriba y yo abajo o al revés, que la verdad es que yo lo disfruto más cuando estoy arriba
  • Pues mira, ahora vas a aprender conmigo muchas otras cosas mas, no te muevas y espérame quietita

Fue a bajar las cortinas de la panadería, cerro por dentro y regresó, se quitó de nuevo la playera y esta vez también los pantalones, pude ver su bóxer lleno con ese enorme pene que se me antojaba tocar.se acercó de nuevo, de un solo movimiento me separó las piernas y se paró en medio de ellas, me preguntó en que se quedó, señalé mi entrepierna, se acomodó de rodillas sobre una caja y acercó su cara, estaba muy nerviosa porque nunca nadie me había comido el coñito, había oído hablar de ello pero no lo había vivido, conforme sus dedos y luego su lengua me recorrieron de arriba abajo mi cuerpo vibró, aun no chupaba mi clítoris y yo ya sentía mi humedad recorrerme, abrió con una mano los labios y recorrió con la lengua, despacio, saboreando, metió un dedo en mi vagina, no fue difícil porque estaba empapada, se detuvo para decirme:

  • Que rico mamita! Estas llena de juguitos ricos, pero que rápido te mojaste, como se nota que no te saben tocar, pero ahorita me los voy a tomar todos

Solo atiné a responder que hiciera lo que quisiera, lamió, chupó, succionó y mordisqueo suavecito cada pedacito de mi coñito jugó con mi clítoris con la lengua, la nariz y los dedos hasta que tuve un orgasmo enorme, lo empapé pero él chupo todos mis jugos hasta que lo dejó limpio y caliente de tanto mimo. Cuando se apartó y vi su cara roja me dio un poco de risa, entonces dijo:

  • Te da risa verme empapado en tus juguitos?
  • Si, la verdad… y mucha!
  • No te preocupes, va la mía
  • La tuya? O sea, como?
  • Quiero que te comas mi verga completa
  • Nunca lo he hecho, que asco!
  • Eso dices porque nunca te has comido una, pero hoy vas a aprender mamita, anda ponte de rodillas

Lo hice y se acomodó frente a mi, me dijo que bajara los bóxers con amabas manos, cuando lo hice saltó fuera de ellos ese pene enorme que había imaginado, estaba gordo e hinchado, tenía una vena en la parte de arriba muy marcada, era un tanto más grande que el de mi novio, pero sobre todo mas gordo, lo tomé con la mano y lo llevé a mis labios como mis amigas me habían contado que hacían con sus novios y le di un beso en el glande, el sabor era raro, fuerte, pero no era desagradable, entonces abrí un poco más la boca y lo dejé entrar, él tomó mi cabeza y presionó un poco para que lo metiera mas, mis manos estaban en la base.

Trate de acomodar ese trozo en mi boca pero moví la mano y toqué sus testículos, por lo visto le había gustado porque dio un ligero respingo y suspiró, entonces saque su pene de mi boca y lo empecé a besar mientras los tocaba, recorrí por arriba, los lados, abajo con la punta de la lengua, después me diría que en ese momento mi respiración hacía que sintiera mucho mas rico, yo respiraba agitada porque no sabia si lo estaba haciendo bien o no. Luego de un rato lo tomó con su mano y me dijo que abriera la boca grande para que lo disfrutara, que si me daba asco o sentía que era mucho, apretara su mano o su pierna para que se retirara, empezó a meterlo poco a poco, lo sentí en la lengua y llegó al fondo de mi paladar, sentí arqueadas, pero no asco, se veía tan lindo ese pene entrando y saliendo de mi boca que desee poder aguantar mas a ver hasta donde podía sentirlo, pero mi cuerpo reaccionó, lo sacó y me dijo que me sentara en la caja, así lo hice, tomó mis pechos y puso en medio su pene, lo empezó a restregar por ambos lados mientras amasaba mi piel, la sensación era muy extraña pero rica, me dijo que chupara el glande para que pudiera correrse, eso hice y cuando se iba a venir quitó su pene y terminó en su mano, tomó un mandil viejo para limpiarse y volteó a verme:

  • Como ves mamacita? Me sacaste mucha lechita rica, pero no te la voy a dar ahora, quiero que me saques mas, que me pongas a mil y que te pueda coger rico antes de darte lechita, quieres que te coja rico
  • Quiero que me cojas como quieras

Aun no se de donde se me ocurrió responderle eso, pero fue lo que salió de mis labios mientras me acercaba a él y lo besaba, quería sentir su pecho en el mío, su piel burda y desnuda en la mía, el abrazo fue mas fuerte, se separó y llevó mi mano a su pene para que lo masturbara y estuviera de nuevo erecto, mientras nos besábamos a lapsos y me comía los pezones en otros momentos, cuando estuvo duro de nuevo (cosa que no tardó mucho), me sentó de nuevo en la mesa, al borde y jugó con su glande en mi coñito, lo recorrió como había recorrido con sus dedos y me preguntó si quería sentirlo, lo deseaba con ansias y le dije que me lo diera completo, que me lo diera ya, obediente me jaló al borde de la mesa y me penetró.

Un dolor mezclado con placer recorrió mi cuerpo, era un pene muy ancho comparado con el único que había sentido antes, pero también era mucho mas rico, él notó mi dolor, se retiró y me preguntó si estaba bien, abrí los ojos y le dije:

  • Si, estaba bien hasta que lo sacaste, anda, dámelo todo
  • Aunque te duela, mamita?
  • Aunque me duela, quiero sentirlo dentro, que me llenes completita
  • Pero quiero que me pidas esta verga que es tuya
  • Ok, anda, dámela papi
  • No, dime que quieres verga, anda, la quieres completa?
  • Si, quiero que me des verga, quiero que me la des ya, la quiero completa, toda dentro de mi

Una vez más obedeció y lo metió poco a poco, aprovechando que estaba destilando juguitos de nuevo empezó a moverlo dentro y fuera, primero despacio y cada vez más rápido, con una mano empujaba mi cadera al borde y con la otra tomaba uno de mis pechos para comerse el pezón, alternó uno y otro, yo gemía de placer. Cuando creía que iba a acabar se detuvo, me bajó de la mesa, me puso de espaldas y me dobló para quedar sobre ella, abrió mis piernas y tocó mi vagina un poco para ver si estaba húmeda, metió de nuevo su pene hasta dentro de un solo golpe, me quejé pero no le pedí que parara, estaba gozando como una zorra sin pensar en nada mas.

Al poco rato subió mi pierna a la mesa para poderme penetrar mejor, me dolía tenerla así estirada pero el placer pudo más que el dolor, sacó su pene, se arrodilló y empezó a chuparme de nuevo diciendo entre lengüetazos:

  • Perdóname mamita por quitártela así pero tus juguitos están bien ricos

No pude contestar pero mi cara le dijo que lo estaba disfrutando, me vine de nuevo en su cara y aprovechó mis juguitos para empezar a tocar mi culito, entonces tenía el ano virgen porque mi novio ni siquiera lo había intentado, así que cuando pasó su lengua por él lo contraje, era algo nuevo para mi, me dijo:

  • Mira mamita! Que rico se te encoje, tu novio no se ha estrenado este
  • No, nunca me ha tocado ahí
  • Y te gusta?
  • No se, se siente raro
  • Déjame hacer y te vas a acostumbrar
  • Y si me duele? Dicen que duele mucho
  • Solo al principio pero déjame hacer que voy a hacer que no te duela y que lo disfrutes mucho, tanto que luego vas a venir a pedirme que te la de por ahí

Me acomodé sobre la mesa y lo dejé chupar a gusto, poco a poco empecé a relajar mi culito y metió la punta de su lengua, me dieron escalofríos y corrieron mas juguitos, que uso para mojar un dedo y metérmelo, sentí raro y se lo dije, no contestó, solo lo movió como si fuera un destapa corchos, luego fue otro dedo más ancho, luego el pulgar, entonces le dije que me dolía un poco, se levantó y me besó me dijo que me tocara los pezones para que me excitara y me relajara, así lo hice y cuando me di cuenta el dedo estaba fuera y tenía la cabeza de su glande dentro de mi, no se movió y me dijo que no me moviera en lo que me dilataba, sentía el pulso y los latidos en mi culito dilatado pero a la vez me calentaba mucho la situación.

Cuando mi esfínter dio de si, metió y sacó ese pene gordo varias veces, no resistí muchas antes de tener el primer orgasmo porque había metido además dos dedos de la otra mano en mi vagina para estimularme y con el pulgar estaba sobando mi clítoris, tuve varios orgasmos, después del tercero perdí la cuenta… estaba empapada, sudando y disfrutando como la peor de las zorras en pleno jueves santo, mientras la familia me esperaba con la canasta del pan, pero no me importó, seguí disfrutando hasta que él se vino dentro de mi, tomó de nuevo el delantal viejo y lo puso para evitar que su lechita cayera al piso y manchara nuestras ropas. Me quedé quieta tratando de recuperar el aliento mientras él empezó a vestirme como si fuera su muñeca, me beso de nuevo, me comió los pezones y me dijo que me esperaría el día que quisiera, que le dijera a la encargada que quería ver al panadero para encargarle de esas conchas especiales que a él le gustaban y con eso sabría quien era.

Nos vimos algunas veces más antes de que el dueño decidiera cambiarlo de sucursal porque aquí se entretenía en la bodega y no terminaba de amasar los bolillos… pero puedo asegurar que a mi me amasó bastante bien!.