Con un maduro de madrugada

Mi mujer de viaje, tengo que aprovechar la ocasión para tener sexo diferente... busco opciones, travestis, prostitutas... pero lo que me apetece es rabo!!

Mi mujer se había ido de viaje a Barcelona y me había dejado solo. Un mundo de posibilidades de vicio se abrían ante mi. Solo un problema, tenía una cena con unos compañeros que ahora, con este panorama, no me apetecía nada. Era verano y hacía bastante calor.

Durante la cena me olvidé un poco de mi situación, cenamos de tapas y nos tomamos unas cervezas.

Cuando estábamos para irnos, ya empecé a pensar en lo que me gustaría hacer. Me empecé a fijar tanto en las tías que había alrededor en el bar, alguna madurita de buen ver, buenas tetas y buen culo, no me importaría follármela. Y algún tío con pinta de macho bisexual, al que me gustaría comerle la polla y follármelo… o que me follase.

Nos despedimos y cada uno, con su coche, a su casa. Yo, además de lo cachondo que estaba por lo que podría venir, el par de cervezas que me había tomado también me animaron algo más, así que de camino a casa decidí añadirle un poco de morbo. Me pasaría por alguna zona de cruising a echar un ojo, y una zona en la que se ponían algunas prostitutas a ver.

Primero me pillaba una zona en la que había oído que se colocaba un travesti a partir de las media noche, era ya más tarde, así que allí fui. Para darle más morbo, me saqué la polla del pantalón, así podría acariciármela mientras y, con el morbo de la situación, seguro que se me ponía muy dura. No tenía mucho riesgo la verdad, ya que mi coche es alto (un todo terreno), así que no creo que me viese nadie con las luces apagadas.

Me acerqué a la zona, cerca de un polígono, sin tráfico, pasé despacio, pero no vi a nadie. Dí un par de vueltas por si veía un coche aparcado en el que hubiese movimiento del travesti haciendo una mamada o siendo enculada y pudiese esperar mi turno, pero nada.

Una pena, aunque la verdad tampoco tenía muy claro qué quería hacer, si pagarle por un rato de morbo, o qué, así que tampoco me importó mucho. Seguí mi ruta.

Me acerqué después de unos minutos a una zona de cruising…aquello parecía un centro comercial! Había un montón de coches entrando y saliendo, tíos apoyados en sus coches tocándose el paquete esperando a que alguien les hiciese caso… no me moló mucho, demasiado concurrido. Seguí mi camino.

Me dirigí a una gasolinera en la que, a la salida se ponían algunas putas. Había pasado por allí alguna vez, solían estar muy buenas.

En todo el trayecto yo estaba acariciándome la polla, la tenía medio tiesa ya del morbo que me daba toda la situación.

Llegué a la zona y vi a dos chicas sentadas en el borde, en unas barreras de hormigón. Desde lejos parecían que estaban muy buenas. Me acerqué con el coche despacio y me paré cerca.

Ellas se levantaron y se acercaron meneándose, vendiendo el producto.

Una venía con un vestido blanco ajustadísimo, corto tipo minifalda y hombros al aire. Supongo que muy útil para su trabajo, se lo podía poner y quitar, o solo subir o bajar cómodamente. Lucía un buen cuerpo, tetas de tamaño medio y buenas piernas. Debía tener un buen culo. Rubia, no muy guapa, pero con cara de vicio.

La otra era morena, pelo largo. Pantaloncito de esos que deben dejar medio culo fuera, camiseta corta sin mangas enseñando ombligo, estaba bastante buena.

Yo seguía con mi polla fuera, ya bastante dura. Bajé un poco la ventanilla para hablar con ellas. Se acercaron desde el lado del pasajero. Llegaron hasta el coche y me saludaron.

  • Hola guapo, ¿qué tal?, dijo la rubia.
  • Mira, dijo la morena, ya está empezando sin nosotras! Mirando mi polla y riéndose.
  • Hola chicas, les contesté, qué tal estáis?
  • Qué polla tan rica tienes!, ¿quieres que te la chupemos? Dijo la rubia. Por 50 euros te la chupamos las dos hasta que te corras. Seguro que nunca te la han chupado 2 chicas.
  • No, nunca. Les dije.
  • Venga guapetón, también podemos follas, 80 euros y te llevas el polvo de tu vida.
  • No sé, les dije. Si me voy con las dos, ¿qué haríamos?.
  • Te la chupamos, te comemos los huevos, nos follas. Todo lo que aguantes!

Una se separó un poco, se dio la vuelta y se levantó el vestido enseñándome el culo. Llevaba un tanga puesto… buen culo.

  • ¿quieres tocarle el culo?, y follártela a 4 patas?, dijo la otra.
  • Está muy buena, dije yo. Y tú?, también tienes un buen culo?
  • Yo, sí. Se dio un poco la vuelta poniendo el culo para que lo viese. Nos lo puedes sobar, pero no hacemos anal eh!
  • Ok, vale. Y mientras nos lo montamos, ¿entre vosotras también hacéis cosas?
  • No tío!, somos amigas pero no nos lo montamos dijo la rubia que ya había vuelto a la ventanilla.

Yo, a todo esto, la tenía dura ya, se me había ido empinando con la situación.

  • Venga hombretón! Anímate que esa polla necesita cariño! Me dijo la rubia riéndose.

La verdad es que no me apetecía montármelo con dos prostitutas, por muy buenas que estaban. Mi cuerpo pedía polla.

  • Chicas, me lo voy a pensar, estáis muy guapas las dos, volveré en un rato.
  • Ohhh, una pena guapo, pero aquí te esperamos!

Seguí mi camino a mi casa con otras cosas en mente. Buscar un machote que me diese rabo por el chat habitual… a ver si tenía suerte. Y si no, una buena paja homo, con masturbación anal por ejemplo… tenía que aprovechar la oportunidad de que me había quedado solo.

Llegué a casa y me preparé. Eran las 12.30, buena hora para buscar machos con ganas de sexo guarro con otros tíos salidos, se me ponía durísima solo de pensarlo.

Me puse un pantalón corto para tener movilidad ahí abajo, me conecté al chat y me puse a ver porno gay al mismo tiempo para calentarme bien.

Mientras empezaba la sesión, estuve un rato hablando con mi mujer para ver cómo estaba. Ella estaba de cena con compañeros de trabajo y yo en casa pensando en irme a dormir (jeje).

Me pasé casi 2 horas chateando con tíos, intentando quedar, conecté la cam varias veces para verme con otros, pollas, culos, bocas… pero nada, no había manera de conocer a ningún tío en mi zona que cumpliese lo necesario (sitio y que nos molásemos).

Me ofrecí a machos heteros a comerles la polla sin que ellos me hiciesen nada, otros que solo querían chupar y nada más (esto me molaba menos), otros q solo querían follar… el tema iba mal.

En un momento dado, me fui a por unas bolas chinas para jugar con mi culo y prepararme para una masturbación anal y terminar en un pajote explosivo de los que me molan a mi.

A esto de las 2 de la mañana, cuando ya estaba pensando en que al día siguiente tendría que madrugar y en terminar mi paja se conectó un tío casado que me saludó por el chat:

  • Hola tío, yo tb en tu zona, ¿qué tal?, ¿qué buscas?
  • Hola, contesté. Busco un macho con el que chuparnos las pollas y pasar un buen rato.
  • Joder, a mi también me molaría. Estoy caliente.
  • Como yo entonces. ¿tienes sitio?
  • Sí, pero busco discreción.
  • Como yo tío, estoy casado y tenemos que tener cuidado.
  • ¿qué te apetecería hacer?.
  • Me molaría comerle la polla a un macho. ¿cómo la tienes?
  • Dura. Y nos reímos los dos.
  • Como yo entonces!, y de grande?
  • 15 ó 16 cm. Y la tuya?
  • Algo más grande, pero como la tuya más o menos, 17 ó 18.
  • Joder, porqué no te vienes y nos la chupamos y hacemos guarradas?.
  • Sí, tío, me apetece mucho!
  • Ok, te doy mis datos y te vienes ya.
  • Me voy a pegar una ducha rápida para estar bien limpio para tu boca.
  • Ok, yo tb, con el calor que hace estoy sudando un montón.

Me dio su dirección y teléfono para ir.

Me pegué una ducha rápida, me puse un pantalón corto y una camiseta, nada más. Me mola sentir la polla rozando con el pantalón mientras ando, me pone muy cachondo.

Llegué a su casa, eran casi las 3 de la mañana. No había nadie en la calle, sitio de sobra para aparcar.

Me bajé del coche sintiendo como mi polla se rozaba con la tela vaquera. También sentía cómo se me metía en la raja del culo el pantalón, me sentía como una zorrita. Estaba muy cachondo.

Hacía calor, así que se estaba muy bien en la calle.

Llamé a su piso una vez llegué al portal de fuera. Nos saludamos, me indicó por donde quedaba su portal, y fue para allá.

Todo el trayecto, desde mi coche hasta su portal, me fui sobando el paquete. Estaba caliente como una perra y mi polla morcillona.

Volví a llamar en el siguiente portal y me abrió. Llamé al ascensor y subí a su piso. Cuando me acerqué a su puerta me abrió y allí estaba él. Sin camiseta, pantalón corto con un bulto evidente.

Era un tío algo mayor que yo, un poco menos de 50 años, cuerpo normalito, polla que tenía buena pinta según la visión que yo tenía. Me invitó a entrar. Nos saludamos.

  • Hola Victor, ¿qué tal?, entra.
  • Gracias. Veo que ya estás ansioso ¿no?.
  • Sí tío, estoy muy cachondo, ¿tú?
  • Si, tengo ganas de guarrear.
  • Bien, vente a la habitación, estaremos más cómodos.

Le seguí por el pasillo hasta una habitación, en donde había una cama de matrimonio. Se dio la vuelta, se notaba que estaba nervioso, como yo. Decidí lanzarme.

Le empecé a sobar el paquete, le agarré la polla por encima del pantalón y le empecé a pajear.

Nos sonreímos y él me echó la mano al paquete también. Como él no tenía el mismo tacto que yo debido al pantalón vaquero, se lanzó a desabrochármelo.

Le aparté las manos y le dije que ya lo hacía yo. Me quité la camiseta y me bajé el pantalón, quedándome desnudo. Él hizo lo mismo.

Estábamos dos machos casados, con las pollas duras, desnudos, listos para el placer.

Él me empezó a acariciar el pecho, velludo.

  • Joder Víctor, cómo me pones. Estás muy bueno.
  • Gracias, le dije sorprendido. A parte de comentarios sobre mi polla o mi culo, ningún tio me había dicho nada de esto. Yo no pensaba en él en esos términos, solo me interesaba su polla y lo que íbamos a hacer.

Yo no le soltaba la polla, se la estaba pajeando, dejándole hacer mientras yo disfrutaba del tacto de su polla en mi mano mientras se iba endureciendo más. La tenía prácticamente tiesa, pero no del todo.

Su polla era bastante gorda, no muy larga. Tenía un buen capullo, y estaba soltando líquido preseminal ya, me estaba manchando la mano… no me importaba.

Mi polla iba creciendo con la excitación, sin necesidad de que me la tocase. Yo empezaba a sentir la piel sobre mi capullo tensa, y seguro qye ya la tenía goteando también.

Él me la cogió y empezó a pajearme también, joder que morbazo.

Yo me moví hasta que mi polla se juntó a la suya, solté la suya y dejé que ambas se rozasen. Él lo entendió enseguida y cogió las dos juntas, y siguió pajeando juntándolas con lo que el placer era doble, y el morbo enorme.

Yo, con las manos libres, aproveché para tocar yo ahora su cuerpo, le pasé la mano por el pecho, sintiendo el calor del macho.

  • Pellízcame los pezones, me pone mucho.

Sin decir nada, eso hice. Le empecé a tocar y retorcer los pezones. Automáticamente su cara empezó a mostrar placer! Le molaba!.

  • No te cortes Víctor, dame caña.

Yo lo hice, le retorcí los pezones, aunque tenía miedo de hacerle daño, pero no, el tío lo estaba disfrutando.

Estábamos muy pegados y él empezó a trabajarme el culo, agarrándomelo, sobándomelo, apretando… me mola mucho q me trabajen el trasero.

Yo tenía el rabo a explotar ya de grande, él se dio cuenta:

  • Joder que pedazo de polla te gastas
  • Bufff, me tienes muy cachondo.
  • Tu polla tiene muy buena pinta, quiero comértela.

Dicho esto se sentó en la cama y se puso a chupármela. Primero se metió la polla entera en la boca, hasta el fondo, y la sacó despacito, chupando cada centímetro de mi rabo.

Bufff, la chupaba bien, con ganas. Le gustaba chupar rabo, estaba claro. Le dejé hacer, que me la chupase a fondo.

Me la estuvo chupando con ganas, con las manos me sobaba los huevos  y me rozaba por debajo, llegando hasta mi agujero del culo, suavemente… joder cómo me ponía!

Le dejé un rato más hasta que vi que su rabo estaba muy empinado y decidí que me tocaba a mi.

  • Déjame comértela ahora a mí.

Nos cambiamos los sitios, nos morreamos de camino, me metió la lengua hasta el fondo y pude saborear el sabor de mi polla, rica…

Qué morbazo el comernos la boca. Cuando empecé a quedar con hombres no me gustaba nada, pero con el tiempo me excita mucho el morrearme con otro macho, es algo muy guarro y morboso, mucho.

Me puse de rodillas, me mola más que sentado, me da la sensación de zorrita que me pone mucho. Me metí su polla hasta el fondo, no era muy grande, una pena, pero estaba dura como una piedra y podía sentir las venas duras en su tronco, y tenía un capullo muy rico.

Empecé chupando sin manos, metiendo su polla hasta el fondo de mi boca, sintiendo como latía de excitación mientras seguía creciendo un poco, aproveché para sobarles las piernas y el culo. No tenía pelo, lo que es una pena, me molan los tios machos velludos, pero bueno, podía sentar sus músculos tensos igualmente. No tenía un buen culo, plano, pero si me ponía pasar mi mano por su raja y sobarle el ojete, cosa que le gustaba.

Varié un poco y le estuve comiendo los huevos, lamiéndolos primero y chupándolos después, aquí sí tenía pelo, morbo. Y mientras le pajeaba suavemente.

  • Buff, bufff, como la chupas Víctor, qué cabrón. Cómo me estás poniendo tío.
  • ¿te mola lo que te hago?, ¿la chupo bien?
  • Joder sí!!. Pero también quiero seguir chupándotela, ¿hacemos un 69?.
  • Claro!

Y nos tumbamos en la cama a ello. Los dos de lado, acercamos las pollas a la boca contraria y empezamos el chupeteo. Un 69 no es lo más cómodo del mundo, tiene morbo claro, pero suele ser incómodo realmente. Yo me concentré en comerle bien la polla y sobarle los huevos y culo con la mano.

Él estaba enganchado a mi polla, me la devoraba, como una putita, a este ritmo yo no iba a durar nada. Le saqué la polla de boca:

  • Cómo sigas así me voy a correr tío.
  • Es q tienes una polla tremenda!

Y se lanzó a comerme los huevos. Yo seguí tragándome su polla. En un momento dado se movió un poco y se lanzó a por mí ojete. Me lo empezó a comer lamiéndomelo todo, salivando la entrada y penetrando levemente con la lengua, una pasada!

  • Joder Manuel, qué gusto!
  • ¿te molesta que te lo coma?, tienes un culo tremendo!!
  • Buff, no, sigue!

Y siguió comiéndome el culo. Yo estaba super salido y estaba ya pensando en que Manuel me follase, me estaba poniendo muy cerdo y con un poco más de trabajo, lo tendría ya para que me lo abriese con su rabo, que siendo del tamaño que era, no parecía difícil que me lo hiciese, habitualmente me masturbaba con dildos más grandes.

Pero, antes de esto, se ve que mi trabajo oral en su rabo fue demasiado para él, sacó su polla de mi boca:

  • Tío, me voy a correr, no aguanto más!, dijo mientras se movía y se la agarraba.

Yo, con lo cerdo que estaba, quería sentir su semen encima de mi como fuese. Me salí de la cama rápidamente, me puse de rodillas…

  • Córrete encima de mi, dame tu leche en mi cara!
  • Ah tío, me corro! Pon tu cara!!

Y él se acercó y, sin casi tocarse nada, empezó a lefarme, sentí los chorros en mi barbilla, cuello y pecho. Soltó tres o cuatro trallazos, calientes, con fuerza, mientras gemía como un perro. Sentía la leche caer por mi pecho, densa… quería cogerla y lamerla, pero me contuve…

Una vez terminó, se agachó a mi altura y empezó a lamer su propia lefa de mi cuerpo…joder…

Yo estaba pajeándome al mismo tiempo, así que la tenía muy dura y apunto:

  • Tío. Quiero correrme!
  • Dame tu leche en mi boca, me dijo
  • Ok, toma leche, le dije

Me levanté y le puse la polla en la cara, no tardó ni medio segundo en metérsela en la boca y meneármela un poco… no le di tiempo, solté la leche enseguida en su boca. Solté varios trallazos, no los conté pero fueron varios y largos. Los aguantó todos hasta que saqué la polla de su boca.

Se levantó y fue al baño que había en la habitación, le oí abrir el agua y escupir el semen. Volvió con papel para que me limpiase la polla, así hice. Me limpié la polla y el pecho en el baño para quitarme los lefazos.

Cuando terminé me vestí.

  • Me ha molado mucho tío, me dijo. Estás muy bueno.
  • Gracias Manuel. Me ha gustado también.
  • Podemos repetir cuando quieras, tienes mi número, dame un toque y quedamos.
  • Sí, podemos repetir otro día y follamos también.
  • Claro, me molará que me folles con esa polla.
  • Si, lo decía para que me follases tú a mi, pero vale!, nos follamos mutuamente.

Fuimos a la puerta, nos despedimos y me fui para casa satisfecho.