Con un cuarentón muy dominante (parte 2)
Vuelvo a quedar con el pasivo dominante, pero esta vez con sorpresa incluida. Acabo con la cara lefada y con un desconocido en una ducha.
Buenas! Continúo contandoos lo sucedido con el cuarentón dominante. Podéis leer la primera parte en un relato en mi perfil. Os recuerdo como soy: joven de 26 años, del norte de la Comunidad de Madrid. Tengo cara aniñada, pelo corto, ojos verdes, delgado y depilado todo el cuerpo siempre. De rabo no me puedo quejar, me mide 20cm y es bastante ancho. Soy versátil.
Los próximos días a la quedada con el pasivo dominante estuvimos hablando por Grindr, comentando todo lo que nos gustó y el morbazo de tener a un tio fuera mirándonos e intentando fijar un día para quedar de nuevo, hasta que por fin llegó el día... un viernes por la tarde-noche con sorpresa incluida (o eso me dijo). Me pidió que fuera con ropa cómoda, un chándal y unas deportivas, y sin ropa interior. La verdad es que ese último detalle me dio bastante morbo. Me pidió que no me duchara, que lo haría allí.
Cuando estaba llegando a su calle me quedé mirando el famoso banco donde días atrás había estado un chico sobándose el paquete mientras observaba como me follaba al pasivo. Me puso el rabo algo morcillón, por lo que tuve que ocultarlo como pude poniendo las manos en mis bolsillos. Llamé al timbre y me abrió sin decir nada, subí a su piso y estaba todo oscuro, salvo el baño que tenía en la entrada. Estaba la luz encendida con dos toallas esperándonos. Me empezó a besar con delicadeza mientras me quitaba la ropa y la tiraba al suelo. Cuando ya estaba completamente desnudo me agarró fuertemente del pelo y me metió en la ducha, abriendo el agua caliente, y metiéndose él conmigo (se desnudó en ese momento). Me empezó a comer el cuello y a sobarme el rabo y el culo sin soltarme del pelo, escupiéndome a la cara y a la boca. Me puso súper cerdo. Nos lavamos con jabón el uno al otro, y posteriormente me secó con la toalla mientras me besaba lentamente.
Una vez secos, me cogió de la mano y me llevó a su comedor donde estaba todo oscuro, sólo iluminaban los pequeños restos de la luz del baño. Me estaba esperando la silla de la otra vez, con cuerdas y el antifaz. Sabía lo que tenía que hacer, así que me senté y me dejé hacer. Me ató mientras me sonreía, sin haber pronunciado aún ninguna palabra, terminando poniéndome el antifaz. Noté su lengua pasando por mis piernas, mis rodillas, y bajando hasta llegar a mis pies... les pegó unas cuantas lamidas hasta que volvió a subir hasta mis huevos, jugando con ellos durante un buen rato. Cuando terminó se separo, yendo directamente a mi rabo bien duro y soltando alguna que otra gota de precum. Me la estuvo comiendo un buen rato sin parar, alternando con mis pezones, mis huevos y mi cuello. Cuando estaba lo suficientemente babeado se levantó y me metió su rabo en la boca, follándome lentamente la boca. Puso algo de música para alegrar el momento, alineando sus movimientos con el ritmo musical. Cuando estaba ya concentrado en su rabo, otra boca se introdujo mi rabo. Por un momento me quedé paralizado, a lo que mi colega me animó... "no pasa nada, confía... que te va a gustar...". Retomé el ritmo de la mamada y me dejé hacer. Tras un rato así, el tío que tenía mi rabo en su boca se despegó, llevando también su rabo a mi boca, por lo que tuve que compartir mi boca con dos miembros bien duros. Se estuvieron alternando la follada de mi boca un buen rato.
Después de eso, me soltaron y me llevaron a la cama, poniéndome boca arriba. Uno se sentó en mi cara (debió de ser el otro tío porque tenía un culo más duro pero más pequeño) y empecé a comerle todo el ojal, mientras que el otro me levantó las piernas y empezó a comerme el culo con muuucha maestría. Ahogaba mis gemidos entre las nalgas del otro. Cuando terminó de comerme el culo se movió y noté como me ponía un condón en el rabo y me echaba lubricante. El colega que estaba sentado en mi cara se echó hacia atrás y se empezó a introducir mi rabo despacio, hasta que se metió los 20cm, quedándose quieto durante unos segundos hasta que empezó a moverse lentamente y gemir. Noté como mi colega me quitaba el antifaz, pero apenas podía ver nada por la escasa luz que había.
¿Te gusta ese culito? Me preguntó mi colega al oído mientras jugaba con su lengua en mi oreja.
Claro que sí - y en ese momento aceleré la follada, provocando los gemidos del otro y que se cayera sobre mi al desequilibrarle. En ese momento pude ver algo de su cara. Era un chico bien guapo, tendría 30 años, barba de dos días, ojos marrones y una sonrisa muy pícara.
Mantuve ese ritmo mientras comencé a liarme con ese tío, y mi colega se sentaba en el sofá a pajearse mirándonos. Después de un rato en esa postura, el pasivo que tenía sentado encima se corrió sobre mi pecho, manchándonos a los dos, pero eso no hizo que dejáramos de liarnos. Mi colega se acercó y se corrió sobre mi cara, apuntando además al hueco que había entre nuestros pechos, juntando su lefa con la del otro. El pasivo aprovechó los restos de lefa de mi cara y, mientras nos liábamos, lamía la lefa que tenía y continuaba besándome. Me puso tan cerdo que me corrí dentro del condón mientras le seguía follando. Nos quedamos un rato el pasivo y yo tirados en la cama en la postura que le estaba follando, y mi colega se fue a la ducha. Cuando volvió subió un poco la luz y pude verle mejor, confirmando que era un chico muy guapo y súper morboso. Le cogí de la mano y me fui a duchar con él, donde nos seguimos liando y sobándonos. Tras eso, nos vestimos y nos fuimos cada uno a su casa, no sin antes pedirle su contacto para quedar también a solas ;)
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Este ha sido mi tercer relato tras la buena acogida de los dos anteriores. Espero que os guste, decídmelo en los comentarios. También podéis poneros en contacto conmigo en mi correo: dxnielxx@hotmail.com.
Nos leemos ;)
DHG.