Con un cuarentón muy dominante

En esta ocasión os cuento como un cuarentón contactó conmigo para usarme a su antojo y disfrute

Buenas! Viendo la buena acogida que ha tenido el anterior relato os voy a contar otra experiencia que tuve. Esta hace bastante tiempo, pero que a día de hoy me sigue poniendo muy cerdo. Como os dije en el anterior relato, soy un joven de

26 años, del norte de la Comunidad de Madrid. Tengo cara aniñada, pelo corto, ojos verdes, delgado y depilado todo el cuerpo siempre. De rabo no me puedo quejar, me mide 20cm y es bastante ancho. Soy versátil.

Era un día después de clase. Estudio en la Universidad y los días que tengo optativa salgo cerca de las 17:00. No me apetecía irme a casa, estaba demasiado activo como para tirarme en el sofá a ver la televisión o en el escritorio para hacer deberes. Abrí Grindr por aburrimiento, la verdad, y durante un buen rato no encontré nada. Iba en el autobús mirando como iban cambiando los perfiles por la ubicación por si hubiera alguno que me interesase, pero o no respondían o no tenían sitio. Siempre me ha dado mucho morbo abrir Grindr en el transporte público y que algún tio cerca lo vea y empiece a escribirme o algo por ahí.

Cuando me quedaba poco para llegar me salió un perfil de un tío trajeado (solo se le veía el cuerpo, y llevaba traje). La verdad es que tenía muy buena apariencia. Le estuve contando que acababa de salir de clase y que no quería ir a casa, pero él estaba aún en la oficina y hasta más tarde no salía. Al final me fui a casa pero no dejamos de hablar. Resulta que vivíamos a 3 paradas de metro en línea directa, motivo que a ambos nos interesaba.

Nos mandamos fotos de cara para que la conversación fuera un poco más interesante y fluida. Desde el rato del autobús hasta una hora después no paramos de hablar de lo que yo estudiaba, de a lo que se dedicaba él, me contaba que no era de Madrid pero que se mudó aquí por trabajo y bueno. Llegó la hora de hablar de qué buscábamos en la aplicación. Le dije que era versátil y que soy bastante morboso y cerdo. Empezamos a hablar de morbos y fetiches. A él le gustaba mucho la dominación, aunque era versátil más pasivo. Le costaba encontrar tíos que se dejaran dominar por un pasivo, pero a mi la idea me pareció bastante morbosa. Me propuso sexo donde me dominaría siendo él pasivo, aunque "complaciendo mi lado versátil". Me pareció una buena propuesta y quedamos más tarde. Me pidió que viniera sin boxers ni slips, a pelo, y me informó que todo se desarrollaría con poca luz, solo con una ligera luz de esas que son regulables y que la pondría de color azul para tampoco alumbrar mucho. Accedí.

Llegó la hora del encuentro y me pasó su dirección. Me vestí como me pidió, aunque el roce con los pantalones de chándal hacía que mi rabo andara morcillón todo el rato, teniendo incluso que tapármelo en ocasiones. Cuando llegué a su parada de metro le avisé, y me dijo que cuando llegara a su portal esperara fuera. Me indicó que delante de su ventana y hay una pequeña isla donde pasear y un banco que mira directamente a su piso. Me indicó que le esperara ahí sentado hasta que la luz de su casa se volviera de color azul. Llegué y así hice. Aunque tenía una luz blanca bastante baja se percibía una ligera sombra que me observaba, y era cierto, porque me envió una foto de cómo me estaba viendo.

Pocos minutos después de mandarme esa foto la luz cambió a color azul, la señal para levantarme e ir a su encuentro. Me dijo que cuando entrara en su portal metiera la mano en su buzón y cogiera un pequeño regalo que me había dejado. Era un antifaz. Me quedé algo sorprendido, pero me daba más morbo a la vez. Me dijo que subiera a su puerta, y que cuando estuviera delante me lo pusiera, no hacía falta llamar al timbre porque me estaría mirando por la mirilla. Así cumplí sus órdenes. Me sentía utilizado y me molaba muchísimo.

Cuando me puse el antifaz escuché la puerta abrirse y una mano que me cogía del brazo. Me metió dentro de la casa y empezó a besarme lentamente mientras me acariciaba el cuerpo suavemente. Me desnudó poco a poco. Por el tacto se percibía que él ya estaba completamente desnudo, porque una vez rocé su pecho y noté carne, así como otra vez sus piernas y pies. Cuando ya estaba completmante desnudo me cogió de la mano y con delicadeza me sentó en una silla como de madera, las típicas de comedor. Y me ató las manos y los pies a ella. Escuché como se alejaba y al poco volvía. Escuché el sonido que hace el iPhone cuando hace una foto... eso no me hizo mucha gracia pero pensé que se lo diría al acabar.

Noté que se desplazaba y sin esperármelo sentí su lengua en la punta de mi rabo, ya manchada de precum. Empezó a jugar con solo el precum un rato, yo estaba a mil. Mientras, con sus manos me acariciaba las piernas. Poco después empezó a mamarme el rabo, la verdad es que lo hacía muy bien. Estuvo así durante un buen rato. Cuando percibió que si seguía me acabaría corriendo se separó y me introdujo su rabo en mi boca. No tenía mucho margen de movimiento, así que me limité a jugar con su glande hasta que empezó a follarme la boca lentamente. Me metía sus 17cm hasta el fondo, despacio, pero provocándome la arcada. Eso le gustaba porque se escuchaba como sonreía.

Cuando ya consideró que su rabo estaba bien húmedo me desató las piernas, pero no las manos. Y levantó mis piernas ligeramente. Noté como su lengua se introducía en la raja de mi culo, rozando con mis huevos, y jugaba con esa zona muy rápido y con maestría. Me empezó a provocar suspiros y algún que otro gemido, a lo que me dijo con una voz bastante potente y agresiva (hasta ese momento no la había escuchado) que no hiciera nada de ruido. No podía contenerme, me estaba gustando mucho. Se retiró, colocándome de nuevo en la posición de la silla, y se sentó encima de mi, poniendo mi rabo poor fuera de su raja, y su cuerpo pegado al mío. Me quitó el antifaz y pude verle bien de cerca aunque con poca luz. Tendría unos 40 años, barbita de 2 días cuidada, ojos oscuros, una sonrisa muy bonita y era calvo. No me solían atraer los calvos, pero este me gustó. Empezó a restregar mi rabo por la raja de su culo mientras me besaba. Me le quería follar ahí mismo pero al tener las manos atadas no podía hacer nada.

Al rato me desató de las manos y me llevó a la cama (su casa era una especie de estudio, no había prácticamente paredes) y me tiró en ella, colocándome boca arriba y atándome las manos. Se sentó en mi cara con una intención clara, y era que le comiera el culo y los huevos mientras me sujetaba las manos. Lo gocé como nunca, tenía un buen culo y unos huevos colgones que me molaron. Él no paraba de gemir, y me gustó. Cuando ya estaba bien húmedo se quitó, me soltó las manos por completo y se fue a la mesa del comedor donde había dejado el condón. Me lo puso él mismo sin ninguna dificultad, aunque no vino a la cama, sino se puso a mirar por la ventana por la que me observaba. No se movía, y no me decía nada.

Tras unos segundos algo incómodos y sin saber qué hacer me soltó un "¿a qué esperas a venir y follarme?" Me levanté de la cama de un saltó y me coloqué detrás de él y de pie delante de la ventana empecé a meterle el rabo. Desde fuera solo se le veía a él, ya que yo estaba detrás. Empezó a suspirar y mostrar algo de dolor, pero cuanod fui a parar me dio la orden de que no lo hiciera. Cuando ya tenía todo el rabo clavado empezó a mover las caderas, provocando que entrara y saliera buena cantidad de rabo. Estuvimos así de forma suave un rato hasta que me dijo que llevara yo el ritmo ahora y de forma rápida. Y así hice, empecé a follarle rápido y duro. Tuve que parar a los dos minutos porque sino me corría de lo cachondo que estaba. En ese momento el tío aprovechó y me dijo que mirara por la ventana. Había un tío sentado en el banco donde yo estaba antes mirándonos y sobándose el paquete.

  • Ese tío es un amigo mío. Hoy le he invitado solo para que mire desde ahí, pero el próximo día estará aquí con nosotros.

Me puso muy cerdo que alguien estuviera mirándonos mientras me le follaba, así que continué dándole hasta que provoqué mi corrida dentro del condón. Él se corrió sobre el radiador que había justo debajo de la ventana. Nos tiramos después en la cama a recuperarnos un poco, me llevó a la ducha y con delicadeza me limpió entero. Y cuando terminamos, me vestí y cuando vio que ya estaba listo me cogió del pelo y me echó a empujones de su casa. Me quedé un poco impactado.

Al poco me llegó un mensaje a Grindr por su parte donde me decía que la forma de echarme formaba parte de la situación de dominación, pero que el próximo día quería que me quedara a dormir y tratarme como un rey. Ya os contaré cómo fue la segunda vez que quedamos... jajaj

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Este ha sido mi segundo relato tras la buena acogida del primero. Quedan muchas experiencias que quiero compartir con vosotros si tienen buena acogida. Espero que os guste, decídmelo en los comentarios. También podéis poneros en contacto conmigo en mi correo: dxnielxx@hotmail.com.

Nos leemos ;)

DHG.