Con un barrendero de 29 años
En un parque con un jóven barrendero, que tiene mucha leche para regalar.
Vivo en una gran ciudad del sur de Argentina, pero los gays ya nos conocemos, y lo interesante es buscar nuevos encuentros sexuales con los hetero que de tan calientes que andan a veces, se dejan mamar por un putito. Tengo 23 años, soy rubio, de ojos claros, mido 1,76 y soy delgado.
Todo comienza de noche, pero no tan tarde, y hay un gran parque, que está muy oscuro. Salí de mi trabajo, y veo en una de las calles internas a un barrendero, flaco, haciendo sus deberes. Me interné en una especie de descampado, y de ahí lo observaba, estaba tan caliente yo, que saque mi verga y comencé a pajearme lentamente. Con la intención de que me viese, me acerqué hasta un foco de luz, y me paseaba manoseándome el bulto, ya al palo. Como no sabía si no me veía, o que carazos le pasaba, decidí caminar por delante de él y lo miré fíjamente, de ida y de vuelta, ví que me miró, y pude verlo de cerca. Era flaco, no más de 30 años, de mi altura, con barbita de tres días, un bombón, que nadie hubiese imaginado que trabajaría de eso, porque generalmente en mi pais esos trabajos son para gentes mayores.
Me volví a internar en la zona oscura, y me volví a pajear ahora sí frenéticamente a la vista de él. Veo que termina de llenar una bolsa de residuos con hojas de árboles, y que se acerca a un árbol a mear. Ni bién hizo eso pensé: esta es la mía. Me acerqué y le pregunté la hora. Mientras meaba, me dice, mirando su reloj:
Son las diez y media.
Yo miraba su pija, que estaba ya poniéndose dura.
Que buena pija tenes, le digo.
Te gusta?. Querés chuparmela?
Sí, pero vamos más a la oscuridad.
Caminamos unos metros hasta donde nadie nos podía ver, y se para frente a un árbol, saca la pija, por sobre sus pantalones, ya totalmente al palo.
Agachate, me dijo.
Me agache, y comencé a chupársela, me encantaba el sabor que tenía, y era una pija hermosa, pareja, con venas, con una cabeza rojiza, mediría 18 por 6. Estaba limpió, olía rico, pese a yo pensar que no sería así. La estaba chupando con todo mi ser, me moría por esa verga, estaba yo tan caliente que ya me pajeaba arrodillado frente a este macho hermoso.
Así, chupámela toda, escupímela.
Yo se la mamaba y él agarraba mi cabeza marcándome suavemente el ritmo que quería.
Sí, no pares, seguí, te gusta, no??
Está genial, me encanta esa verga.
De repente y no se sinceramente como sucedió, porque tengo experiencia en este tema, me empujó la cabeza hasta tragarme toda la verga y sentí como la base de su poronga comenzó a contraerse, y largar leche. No estaba en mis planes chuparme la guasca (semen), pero estaba yo tan caliente que ni atiné a quitar mi boca de ese palo en erupción, así que comencé a chuparle la leche, que estaba caliente y muy espesa y muy a pesar mío, me encantaba el sabor. Antes de que termine de acabar, saque mi boca de su verga, lo miré a la cara y estaba mirándome con una expresión de gozo impresionante, yo comencé a acabar litros de leche, mientras los últimos chorros de mi macho, caían en mi lengua, y en mis labios.
Me levanté con los labios lleno de guasca y me los tragaba pasándome la lengua, mientras él me miraba absorto. Le digo:
Genial, che, me encantó, vas a estar trabajando por acá nuevamente.
Sí, la semana que viene me toca este parque nuevamente.
Bueno, porque voy a volver, para que la leche que guardes, me la escupas dentro del culo.
No lo dudes, me dijo, mientras me apretaba las nalgas.
Me fui, y dentro de dos días espero ser cogido por mi macho barrendero.
Mi mail es desdelaluna1@hotmail.com , cualquier cosa, me escribís, y nos hablamos.