Con perseo en altamar

Perseo por su parte sintió como el resto de los isleños que participaron en aquella descomunal orgía se turnaron para con sus lenguas lograr un mínimo de su esencia seminal, para su fortalecimiento interior y de esta forma su miembro quedó limpio de residuos de semen gracias a sus lenguas y su cuerpo también fue limpiado de sudoración succionado por las bocas de más de cincuenta hombres que allí se encontraban.

CON  PERSEO  EN  ALTAMAR

Perseo es un chico de unos 22 años que vive en Tegucigalpa, Honduras y tiene un hermano de 20 años al que llaman Micha, son un par de chicos estudiosos y de los mejores de sus clases; sus padres dos Abogados que se van abriendo paso en sus campos de trabajo los adoran.

Ambos son muy parecidos físicamente con una buena estructura de músculos, pero Perseo es un trigueño claro de aproximadamente 1.85 mts, pelo negro, ojos negros, un poco almendrados.

Micha es más a su madre, de piel blanca, pelo café y ojos negros, de 1.80 aproximadamente.

Sus padres son relativamente muy jóvenes, él padre de contextura fuerte por el gym, trigueño con unas pestañotas que a su mujer le causan hervir la sangre, con un rabo de infarto y un culo respingón y durísimo por donde se le toque.

Ella es como una barbie, solo que de pelo café natural; con unas pantorrillas de miedo.

Sus hijos, ambos tienen un trasero formidable y las piernas son una delicia, gruesas, fuertes, con amplias pantorrillas y un pecho bien trabajado por el ejercicio en natación y futbol que les marca todo lo demás.

En la universidad tuvieron su feriado entre semestres y un tío los invitó a salir a la costa norte en donde podrían ir a la playa, disfrutar de las delicias de al costa norte hondureña; muy rica en costumbres y bellas mujeres.

Cuando su tío los llamó para indicarles que los esperaba en San Pedro Sula a eso de las dos de la tarde, les tenía la sorpresa; el hijo de él, el primo Fernando, con sus 21 añitos, había venido de USA de vacaciones también.

Los tres jóvenes al solo verse no dudaron en abrazos y bromas sin parar, era un espectáculo ver a tres chavales de sus dimensiones jugar entre ellos, gastarse bromas y ser los tipos más atractivos por donde iban.

Al verlos juntos su tío se deleitaba y se le miraba orgulloso de acompañarse de tan exquisito ramo de machos jóvenes que eran el futuro de su gente, de su familia; su propio hijo Fernando no se quedaba atrás; medía 1.75 mts., blanco, rubio y ojos verdes esmeralda, era una delicia de chico.

A penas llegar a casa en San Pedro Sula, los tres se fueron directo a la piscina y con los calores de la ciudad pasaron allí toda la tarde entre juegos, hundimientos y  unos traguitos para celebrar, el padre de Fernando tomo cualquier cantidad de fotos de los chicos, solos, de dos en dos, los tres, en el agua, afuera del agua; tendidos en la grama, en las potrónas, bueno, había donde recrearse con ellos y rápidamente le envió a su hermana (la madre de Perseo y Micha) un archivo entero de fotos de cómo la iban pasando sus cachorritos.

Por la noche decidieron ir a la disco a transar con las chavalas y con sus mejores galas salieron a disfrutar la noche, volvieron a eso de las tantas de la madrugada y Perseo que iba conduciendo venía en mejor estado que su hermano y primo.

Ya en casa, sin importarles que relajo dejaran; allí mismo en la sala se quitaron pantalón y camisas quedando únicamente en bóxers, los tres se miraban espectaculares, la casa era una casa de machos pues la madre de Fernando se había marchado hace años y no sabían nada de ella y la noche era muy calurosa.

Con la música que pusieron y las risas de los tres, por mucho que unos a otros intentaran callar, el papá de Fernando se levantó a ver que pasaba y se encontró con ese trío festejando su encuentro y no tuvo como decirles que se callaran pues él mismo los había juntado.

A la mañana siguiente cuando Don José se levanta, se encuentra a ese racimo de chavales tirados en los muebles y debido a la juventud y lo temprano que era los tres tenían sus penes bien parados y los bóxers eran una carpa de circo completo; con la carpa mayor y las dos menores.

No lo dudo y fue por su cámara y tomó todo tipo de foto de sus muchachos con el empalme matutino de sus vidas, Perseo era evidente que lo que se traía entre piernas era exuberante; tenía la tela del interior que casi se estallaba, su hijo y el primo no es que no tuvieran los suyo, pero no alcanzaban la medida del primo mayor, ¡!sería que tendrían que esperar un tiempo más!!.

Don José, tenía que trabajar y dejó una nota indicándoles que volvería hasta bien noche por una cena de la oficina y que se divirtieran, Don José, un hombre de unos 38 años ya estaba separado de su esposa y mantenía una relación con una mujer, pero cada uno en sus casas, con sus propias familias, Fernando adoraba a su madrastra y ella a él.

Al levantarse, el trío intrépido se van directo a la cocina a buscar que devorar, por la cruda y el hambre a consecuencia de los tragos de anoche y Sorpresa; a mitad de la mesa del comedor están impresas las fotos de ellos en la sala con las vergas bien paradas y unas notas burlonas de su tío y padre respectivamente.

Todos se carcajeaban de la ocurrencia de Don José, como todos le decían por molestarlo puesto que no le gustaba que le dijeran Don, no le gustaba que le insinuaran que ya iba para  mayor.

Todo era risas y molestarse, todos notaron la carpa mayor que era de Perseo, las otras dos estaban similares.

En una de las fotos a Perseo se le salía un huevo por el costado de la pierna del Bóxer y todos a molestarlo más.

Rápido un desayuno ligerito ligerito, un en tonante y a la piscina se ha dicho.

Ya dentro de la piscina las competencias no se esperaron y pronto entre un jalón y una hundida los tres estaban completamente desnudos.

Y así continuaron, al rato suena el cell de Micha, era un ex compañero de él que se encontró al tío y este le dio indicaciones de cómo llegar a la casa y estaba llamando desde el portón del frente.

El Micha solo se enrollo la toalla indicándoles que su amigo y ex compañero estaba por entrar, ¿Qué, nos vestimos o que hondas?

Naaa nanaaaa y no es guebon ese pues y si viene con chavas pues también, así ya estamos preparados.

El amigo de Micha que se llama Alex, es rubio, piel blanca y ojos grises, mide 1.75 mts al igual que Fernando, pero Micha tenía como 4 años de no verle y fue sorpresa para Micha porque en aquel entonces el tal Alex era rechoncho y sobraba carnes por todos lados.

Pero el Alex de hoy era un completo atleta, fuera grasa y muy bien parado, hasta guapo lo miró Micha, pero no dijo nada.

Ya dentro, Micha le indicó que estaban los tres en la piscina; pero que como estaban solos no llevaban traje de baño, que si quería podía entrar en bolas como estaban ellos.

Alex aceptó, de todos modos solo machos estaban allí dijo Alex.

El cuerpo de Alex no tenía nada que envidiarle a sus amigos, con la gran diferencia que Alex era un mono completo, tenía pelos hasta en las uñas y al mojarse con el agua parecía una traje dorado sobre él.

Se miraba precioso, resaltaba algunos músculos como ser los de las piernas y las nalgas, sobre todo en la raja del culito de donde brotaban como forraje.

El día transcurrió excelente entre los cuatro amigos, por la tarde Alex se marchó no sin antes haber hecho la invitación a sus cuates, para que al día siguiente salieran en un bote que tiene y en el cual podrían ir a alta mar a pescar y pasarla bien.

Así fue, a muy 5 de la madrugada Alex pasaba a recoger a sus amigos y se encaminaron a la ciudad de La Ceiba, para abordar el bote que todos esperaban fuera pequeño; pero sorpresa, era una hermosura, dos camarotes, cocina, comedor, hasta pista de baile en la proa (parte delantera del bote).

Los cuatro amigos zarparon rumbo altamar con el fin de pescar pez espada, volverían ya entrada la noche o al día siguiente, su plan era gozar el tiempo que estuvieran juntos y de ser posible en la noche al volver a puerto ir en busca de acción femenina.

Perseo a penas subir comenzó a instalar el equipo de pesca, Alex comandaba el bote, Micha y Fernando se encargaban de las bebidas y comida; todo estaba resuelto para divertirse a lo grande.

Al echar ancla para comenzar la pesca todos decidieron que se quedarían en trajes de baño tipo speedo para marcar sombra de bronceado y así fue, los cuatro chavales, hermosos como no hay más, se bronceaban, escuchaban música, cantaron kareoque y se tomaron unos tragos para relajarse.

Entre todos se ayudaron a colocarse el bronceador y protector solar para obtener un bronceado parejo, menos en el área del speedo ya que todos querían lucir un bronceado de playa.

Las manos de Alex eran las de un hombre de mar, gruesas y callosas, las de sus amigos eran más bien suaves pues sus labores no incluían más que sus deberes de estudiantes y buenos hijos.

Esas manos no pasaron desapercibidas por ninguno de ellos que tuvo el deleite de sentirlas en la espalda para esparcir la loción bronceadora más de una vez.

Alex les ofreció de una botella de licor que su papá tenía para ir de pesca con él y que era muy rara; ocurrió que cerca de las Islas de la Bahía su padre con otros amigos encontraron un barco antiguo hundido, no supieron determinar su época; pero si les brindó una cantidad enorme de botellas de licor muy dulce al paladar y que rápidamente hacía su efecto.

Todos saborearon aquel líquido oscuro y sabroso.

Pasadas algunas copas, todos estaban muy alegres, hasta bailaron unos tonos muy movidos de música electrónica y rock, la pasaban de lo lindo divirtiéndose entre amigos y las horas corrieron.

En esas estaban a eso de la una de la tarde cuando se divisó una gran cortina de nubes, una posible tormenta que no supieron a que horas se acercaba a ellos y los tomó por sorpresa, en el reporte meteorológico no estaba por la mañana.

La mar se puso escabrosa, era una gran tormenta, el bote por ser grande resistiría como sabía bien Alex, pero sus tres amigos eran novatos y sentían un gran temor y bien infundido.

Alex los alentó a entrar al camarote del barco pero nadie quiso, todos estaban en la cabina de mando y allí todos se acompañaban, tal fue el apuro que la tormenta les sacó, que sus ropas quedaron en popa (parte de atrás del bote) y la tormenta se las llevó todas, quedaron solo con los trajes de baño.

La tormenta arreció el bote, los amigos asustados anunciaron por radio su ubicación y lo que ocurría, pero no recibieron respuesta de puerto ni de otro barco en la zona.

Alex que tenía experiencia se preocupó pero no dejo que sus amigos se enterasen de su miedo, infundía valor a los tres primos.

Los rayos caían al agua e iluminaban todo en su entorno, aunque no pudieran ver más allá de un metro de distancia.

Pasaron más de dos horas y la tormenta empeoró, el bote saltaba en las altísimas olas y todos pensaban su muerte allí en altamar.

El bote en uno de sus saltos lanzó a todos al suelo, el casco tronó con un sonido seco y pronto todos estaban en el agua; se partió el bote y rápidamente el bote se había hundido, procuraron estar unidos, pero el oleaje era alto y pronto no se miraron entre sí.

Al día siguiente, los cuatro muchachos aparecieron tirados en una playa de un color blanco nácar, una preciosidad; este efecto visual era a consecuencia de que la playa estaba cubierta de millones de segmentos minúsculos de conchas de caracolas que formaban la arena del lugar; sus cuerpos estaban desnudos completamente, sus trajes de baño habían sido arrebatados por lo fuerte de las olas y con la gran suerte de haber sido llevados todos juntos a una misma playa y no haberse ahogado.

El primero en despertar fue Fernando, buscando con su vista a la distancia descubrió a Alex que estando boca abajo, así como estaba; su trasero se miraba encantador, todo recubierto de una vellosidad que se concentraba de sobre manera en la raja de su culo, sus espaldas anchas lo hacían ver de forma peculiar, su rostro comenzaba a asomar una barba mañanera color oro y al verlo tendido así, era como una visión de un ángel de la playa.

Alex no respondía al llamado de Fernando, este se preocupó; pensó que podría estar muerto, Fernando toco su hombro y nada, decidió dar un par de nalgadas para hacerlo reaccionar, la primera no tuvo efecto alguno, excepto que tiño de un leve rojo la nalga que palmeo.

A la segunda vez, palmeo la misma nalga y luego sin esperar palmeo con fuerza la otra y Alex reaccionó.

Dando un pequeño sobre salto miró a Fernando que estaba en cuclillas a un costado y ni se percató del picor en sus nalgas por las palmadas en ese momento.

Alex saltó a abrazar a Fernando y en ese momento que sintió que sus penes chocaron desnudos, se percató de la desnudez de ambos y rápidamente se separó.

¿Qué nos pasó? Dijo como auto reflejo, Pues se hundió el bote, le dijo Fernando; espero que alguien nos haya escuchado al pedir ayuda.

Ven, vamos a buscar a los demás le dijo Alex, tenemos que encontrarlos, espero estén cerca.

A un par de kilómetros de allí estaban Perseo y Micha, ambos habían logrado estabilizarse a un madero y llegaron  juntos, estaban despertando y al ver a su primo y al amigo corrieron hacia ellos dándose un fuerte abrazo y con tanta euforia que hasta cayeron al agua todos juntos.

Los chicos estaban felices de haber sobrevivido al naufragio.

Perseo tomó la voz de mando y comenzó a analizar la zona y a buscar comida, talvés encontraran algo de las provisiones del bote, agua potable, cocos o cualquier cosa que sirva de sustento.

Sus cuerpos, completamente desnudos; no hacían mella en ser mostrados a sus compañeros de sufrimiento, cada uno con una hermosura diferente y única, en relación a los demás; cada uno por separado tenían mucho que dar para mirar.

Deambularon por muchas horas y no encontraron a nadie, ni vestigios de que esa playa tuviera habitantes, no tenían idea de donde estaban, para comer encontraron unos bananos y por agua potable tomaron unos cocos de agua.

Sus cuerpos al estar expuestos al anochecer pronto fueron castigados por la corriente fría de aire y la brisa del mar.

No querían quitarse de la playa para tener la esperanza de ver algún bote que pasara y ser rescatados.

La noche estaba fría y los cuatro amigos estaban solos, desnudos e indefensos, sus cuerpos pedían calor y se juntaron en un fuerte abrazo todos para brindarse un ambiente cálido entre ellos.

El sueño los estaba venciendo, tirados en la arena los cuatro se acurrucaron uno pegado al otro para que sus cuerpos no perdieran el calor, las piernas entrelazadas, sus culitos rozando la verga del que estaba atrás y sus brazos dando abrigo a su compañero del par.

Ninguno dijo nada al sentir como a sus traseros  eran arrimados aquellos trozos de carne en estado de reposo a causa del cansancio, pero que al pegarse se podía sentir como un calorcito cálido emanaba de esas salchichas jóvenes y hermosas.

Todos lo sintieron igual, ninguno respingó, ninguno se alteró; sus abrazos fueron reacomodados para unirse más, para brindar más calor.

Perseo dijo: Saben amigos, todos ustedes a partir de ahora son mis hermanos; estoy sumamente feliz que hayamos sobrevivido y se que saldremos sanos y salvos de aquí, los quiero mucho y acto seguido extendió su brazo completamente para abarcarlos a todos ya que él estaba de último atrás y el primero al frente era Alex.

Atrás de Alex estaba Micha y atrás de este Fernando, por lo que cuando esto ocurrió y Perseo extendió su brazo completamente, Fernando estiró el suyo hacia atrás y con la palma de su mano palmeó el glúteo de Perseo como diciéndole gracias hermano y pudo sentir con ese movimiento como la  pija de Perseo había tomado un poco de grosor por lo pegados que estaban; pero eso no le molestó.

La propia verga de Fernando también sentía rico el calorcito emanado en el medio de las nalgas de su primo Micha y el Micha pegó su frente a la cabeza de Alex, que al estar al frente de todos con sus manos tenía tapado su pene para brindarse más calor y como su peludo cuerpo le ayudaba a estar un poco más abrigado que sus amigos; el culito bien peludo de Alex estaba causando que Micha comenzara a sufrir una erección.

Micha al acercar su cabeza a la de Alex y sentir esto le dijo muy suavecito; “Lo siento hermano, es el roce”.

Alex, no dijo nada, con su mano; levantando el brazo lo llevó hasta alcanzar la cabeza de Micha y lo palmeó suavemente en la cabeza dos veces como queriendo decir que lo comprendía.

Pero la verga de Micha estaba creciendo más, las nalgas de Alex todas cubiertas de pelo, eran una caricia muy sensual y cálida para él, Alex sentía como su propia verga quería crecer por el contacto y todos ellos no lo querían aceptar, pero no era algo gay pensaron, es solo la cercanía uno del otro; el sueño los venció y durmieron todos por igual.

Al despertar, estaban rodeados de un buen número de hombres que al igual que ellos iban desnudos completamente; pero portaban lanzas y otros espadas.

Era algo sub realista ver aquel grupo de “Indígenas” ataviados con armas antiguas, sus cuerpos apenas tenían pelo en el pubis y el resto lampiño.

No hablaban español, ni inglés; era un idioma raro, no tenían idea de donde habían ido a parar.

Con indicaciones se levantaron de su nido, en donde estaban todos acurrucados juntos desde anoche.

Sin saber los chicos porque, Perseo les llamó mucho la atención a los nativos de allí.

Lo rodearon un buen número de ellos, sin descuidar a los otros tres que eran apuntados por las lanzas.

Perseo y sus amigos, entendieron que tenían que ir con ellos y todos fueron guiados al interior del lugar, durante varias horas anduvieron entre la maleza y al final llegaron a una especie de ciudadela, todos estaban desnudos allí, existían mujeres y niños que también estaban desnudos.

Llamó la atención de los cuatro chavales que al entrar a la ciudadela, todos miraban a Perseo con asombro, como si no pudieran creer lo que miraban, lo señalaban, otros se acercaron para tocarle y de esta forma fueron llevados ante el Jefe de la población.

Un nativo al igual que el resto, totalmente desnudo, un cuerpo como si hubiera sido trabajado en el gimnasio, pero eso allí no existía; entre sus piernas se encontraba la verga más grande y gruesa que Perseo y sus compañeros nunca habían visto.

Un rabo grueso y largo sin estar en erección, había mucha piel cubriendo su glande, pelos eran inexistentes en ese cuerpo perfecto, la cara del Jefe era muy masculina y muy hermosa, unos labios bien perfilados y su cabellera era abundante, le llegaba a los hombros de un color negro oscuro como la noche.

Se dirigió a su gente y luego a ellos, Alex y sus amigos no entendían nada de lo que los nativos hablaban.

A señas Micha intentó indicarles que habían naufragado, ayudado de dibujos en la tierra logró explicarse mejor.

Los nativos de allí, se miraba que no estaban interesados en golpearlos o algo similar, rápidamente les brindaron agua y comida, legumbres y frutas.

Los cuatro amigos comprendieron que estaban posiblemente en una isla apartada y que no tenían comunicación con el resto del mundo; estaban detenidos en el tiempo puesto que ni ropa utilizaban y sus armas eran muy rudimentarias, menos las espadas que eran de hierro y sus costumbres eran de un grupo civilizado, cosas muy contrastantes para ellos.

Lo extraño es que tuvieran espadas, donde la hacían, quien les enseñó.

Los días pasaban y los aldeanos les permitían visitar todo tipo de lugares, los llevaron a ver el pico más alto de la isla y pudieron divisar que era una isla muy grande, se llegaba a ver el mar hasta cierta distancia, luego había que ir a otro pico de montaña para ver el resto y fue cuando divisaron algo interesante.

Unas construcciones elevadas como de piedra.

Dándose a entender fueron llevados hasta allí y notaron que eran construcciones tipo griegas ó romanas y que allí existían una serie de estatuas talladas en piedra muy interesantes a las que los nativos se inclinaban en reverencia e hicieron que los cuatro reverenciaran también.

Una de ellas les llamó muchísimo la atención y fue muchísimo más extraño al acercarse, era una estatua de un joven guerrero que estaba con uno mayor y donde el joven era penetrado analmente por el hombre mayor.

A un costado de estas estatuas estaba nuevamente la estatua del joven guerrero con su armamento pero esta vez aparecía su pene de unas buenas dimensiones bien erecto y donde los hombres que los acompañaban se inclinaban y primeramente besaron sus pies para luego uno a uno colocarse en posición y hacerse ensartar ellos mismos con aquel pene de mármol bien tallado.

Era un pene de mármol que estaba muy liso y bien trabajado, hasta las venas en el pene se podían distinguir, debía medir alrededor de unas 10 pulgadas y grueso.

Cada uno de ellos se ensartó el pene en el culo de tal forma que se podía mirar como todos lo disfrutaban, era como si estar empalado con esa verga hasta lo más profundo de sus cuerpos hubiera sido una bendición.

Cuando hubieron acabado los lugareños de hacerlo, terminar de empalarse ellos mismos; con un gesto invitaron a los 4 amigos a que se unieran a su celebración.

Ninguno de ellos nunca jamás se habían puesto a pensar en meterse algo en el culo y mucho en presencia de una congregación de machos que no conocían y peor aún, frente a sus amigos y primos.

Los lugareños miraban que los chicos no se decidían a empalmarse y dos de ellos tomaron del brazo a Micha y lo condujeron frente a la estatua.

Micha tenía una cara de susto, terror por hacer algo para él insólito y su hermano Perseo los detuvo, con señas les indicó que él lo haría, que Micha no; fue Perseo el que fue llevado al frente de la estatua y cuando estaba cerca del falo sus piernas temblaban, su culito tuvo contacto con la cabeza del falo de la estatua y sintió que su ano no cedía en la entrada, uno, dos y hasta cuatro intentos fueron realizados y nada que el falo entraba.

Entonces ocurrió algo inesperado para Perseo y para todos los demás también, el cielo oscureció de un solo, un trueno retumbó en sus oídos y se miraban relámpagos que cruzaron los cielos volviendo aquella repentina noche en día y el jefe de los lugareños retiró rápido a Perseo y de un solo se dejó venir una tormenta que parecía que el cielo fuera a caerles encima.

Rápidamente se cubrieron en una saliente frente a la estatua estaban todos mojados y aún allí el agua les pegaba fuerte y ocurrió algo sorprendente, fuera de serie para los cuatro amigos.

Algo nunca visto por ninguno del grupo de Perseo.

Una neblina comenzó a bajar y a cubrir la estatua en la que estaba el joven guerrero y la otra estatua que representaba a un tipo más viejo.

Luego esta neblina llegó hasta donde estaba la estatua del joven guerrero con el pene bien parado que era de tamaño natural, de hecho era de la estatura de Perseo y tras caer sobre ella un rayó que aturdió a todos por su sonido y por la forma que hizo temblar la tierra la estatua comenzó a tomar vida.

Si, la estatua estaba tomando vida y los aldeanos se aprontaron a hincarse y bajar sus cabezas al ras del suelo jalando a los cuatro visitantes al suelo al igual que ellos.

La estatua no se movía, pero si tenía los ojos abiertos y parecían contener una llama interna que los iluminaba de entre la niebla y de pronto la lluvia cesó, todo se miraba en calma, pero la niebla cubría aún la estatua y escucharon un hablar y el Jefe de los aldeanos se incorporó y se postró frente a la estatua parlante y todos los amigos levantaron la cabeza para admirar tal evento.

El hecho de que la estatua se mirara como si sus ojos tuvieran luz interna, pasó a un segundo plano al verla como hablaba y tras un fuerte sonido pudieron apreciar que se movió de su lugar pegada a la roca y su textura ya no era como la de una roca, era como mármol recién tallado y pulido, su verga se miraba aún tiesa y luego de dirigir sus primeras palabras al Jefe aldeano, se movió y dirigiendo su mirada a Perseo todos pudieron mirar que la estatua y el Perseo que venía con sus amigos eran iguales, como si de gemelos se tratasen.

Los cuatro amigos estaban paralizados del terror de ver a una estatua moverse y cobrar vida frente a ellos y Perseo aún más; no podía dar crédito a sus ojos, al contemplar como la estatua era idéntica a él.

No supieron en que momento pero lo que la estatua decía ya era comprensible para todos, todos entendieron la orden de apartarse y que Perseo se quedara en el lugar en que estaba.

La estatua se aproximó a él y pronto dijo: “Tu eres Perseo, vienes a esta tierra sagrada y salvada de la impureza del mundo por mi padre y por mi; este es mi pueblo, este es tu pueblo; la vida de este poblado ha sido resguardada para adorarte y venerarte, tu eres el bendecido en la tierra del hombre para ser mi representante, tu tienes mi bendición y protección, SOY PERSEO, hijo del Padre de los Dioses.”

Perseo no atinaba a decir nada, era sub-realista todo lo que estaba viviendo.

Sus amigos miraban como eran iguales sus rostros y sus cuerpos, sus glúteos sobresalían por hermosos y la perfección en los músculos era envidiable.

La estatua habló nuevamente diciendo: “Pasaran dos movimientos de luna y vendrán por ti, no debes hablar ni tu, ni tus amigos a nadie de esta isla ni de sus habitantes, ellos están para adorar y cuidar de ti Perseo, ámalos y dales tu cariño en todas las formas imaginables; abre tu corazón y todo tu cuerpo como has visto que ellos han adorado de mi.-  Tu semilla para procrear solo debe ser depositada en la elegida y esa solo debe ser una para procrear”.

Perseo escuchó las palabras y las entendió, sus amigos escucharon las palabras y las entendieron; la estatua volvió a su posición inicial y la niebla así como vino se fue.

Rápidamente, todos los aldeanos allí presentes se arrodillaron ante Perseo y despacio besaron sus pies para luego besar la cabeza de su verga.

Perseo no podía creer lo que le ocurría, sus amigos fueron instados a hacer los mismo y no dudaron ni un segundo que lo ocurrido era divino y lo hicieron también, el primero fue Alex, después Fernando y por último Micha; su hermano le miró a los ojos y Perseo estiró su mano para acariciar su mejilla y decirle: “Te amo hermano mío”.

Micha se inclinó, besó cada uno de los pies de Perseo y levantando su cabeza aún en rodillas se postró en una de sus rodillas para reverenciarlo y con un movimiento de su cuerpo su cara se fue acercando al falo de su hermano y poco a poco su boca se acercaba hasta topar con el glande que de tanto ser besado ya tenía una erección el pene de Perseo y de su punta había comenzado a emanar líquido pre seminal que Micha paladeo en sus labios y con sumo cariño y cuidado dio un beso en la punta logrando unas gotas divinas de este Semi-Dios.

Allí mismo, en ese lugar entre las cuevas que rodeaban las estatuas estaban unos salones labrados en piedra que asemejaban una casa con cuartos y estancias, fuegos, mesas y sillas que rápidamente fueron ataviadas con cortezas suaves de los arboles y comida para su Dios y sus acompañantes.

Los aldeanos llegaban con sus familias para ser bendecidos, la entrada a la estancia solo era para los hombres, las mujeres y niños se acercaban solo hasta la entrada en donde Perseo al salir a su presencia los iba bendiciendo tocando sus cabezas con su mano, misma que todos besaron.

Por la tarde, el Jefe llegó con un grupo de hombres que guiando a Perseo lo condujeron a un arroyo en donde le bañaron con sumo cuidado, su cuerpo era acariciado por aquellas manos de hombres escogidos para tal tarea; fue reclinado en una superficie rocosa que se miraba tenía la forma de una alfombra de piedra y que era recorrida por una corriente de agua termal que aprovechaban para frotar con ella cada milímetro del cuerpo de Perseo y de esta forma dar un leve masaje a sus partes íntimas al mismo tiempo.

Perseo notó que todos los que lo asistían en su baño eran hombres jóvenes, más o menos de su edad, algunos de ellos los había visto que llegaron con sus mujeres e hijos para ser bendecidos y ahora acudían allí ellos solos.

Luego del baño, en la orilla de la pileta natural; el cuerpo de Perseo fue escurrido con unos cuchillos elaborados con hueso y jade que escurrían de su cuerpo el agua que estaba adherida a ella y estas gotas eran depositadas en unos cuencos de mármol y al estar llenos eran tapados y entregados al gran Jefe.

Luego de escurrir esta agua, los aldeanos que dieron el baño a Perseo comenzaron a utilizar sus bocas para succionar cualquier gota de agua que hubiera quedado, teniendo el cuidado de nunca pegar su lengua a su piel.

A medida esto ocurría el Supremo Sacerdote de los aldeanos entonaba cantos en la lengua de la estatua de Perseo en la cual explicaba que esas bocas eran ungidas con las gotas sagradas que se posaron en el cuerpo del hijo del Padre de Todos los Dioses y comprendió que no era una ceremonia cualquiera, era la absorción de la bendición para ser viril y procrear hijos fuertes y sanos.

La veintena de muchachos, unos más jóvenes que otros; luego de dejar el cuerpo de Perseo sin una gota de agua en sobre su piel, se formaron frente a él y fue cuando el Jefe de los aldeanos se le acercó y le indicó que tenía que escoger uno para depositar en el su sagrada semilla para que al estar él fuera de la Isla como había indicado su estatua esta semilla depositada los protegería de todo mal a través de la descendencia de aquel muchacho.

Perseo no podía saber que ocurría con su cuerpo, pero desde que fue bendecido por la estatua su cuerpo permanecía con una erección casi constante y cada líquido que era emanado de su verga era absorbido por uno de los hombres de la tribu y en ocasiones instaban a su hermano, su primo y a su amigo a que fueran ellos los que tomaran esa esencia sagrada.

Perseo noto que entre el grupo de aldeanos, había uno de ellos que era muy particular en su forma de moverse; lo hacía con la gracia de los felinos, lento y firme a la vez, su cuerpo era una obra de arte tal que, en cada movimiento se notaba cada fibra de sus músculos y sus ojos transmitían paz y sinceridad.

Perseo esa tarde cuando ya había tomado sus alimentos fue conducido a su lecho y allí se encontraban todos los aldeanos, incluidos sus 4 amigos y él sabía que en ese momento él tenía que escoger a quien transmitir su semilla.

No lo dudo, escogió al chico aquel y el Jefe al mirar que Perseo le señaló dijo: Tu eres el elegido a portar la semilla sagrada del hijo de nuestro Dios, ven, pasa y descansa a su lado para poder recibirla y así fue, tú ahora te llamaras: “Άρμα των Θεών”, fue lo que pronunció el Jefe; que en griego significa: “Carruaje de los Dioses” y ese sería desde ese momento el nombre del joven que sería poseído por Perseo.

Nada más oportuno para que en su interior Perseo depositara su semilla sagrada y protectora de los habitantes de la isla

Perseo al solo sentir la piel tersa y perfumada de su acompañante obtuvo la mayor de sus erecciones, aquel chaval comenzó besando y lamiendo cada uno de los pies de Perseo y esta caricia nunca experimentada por Perseo se incrementó cuando los dedos eran succionados por aquella sabrosa y cálida boca que hacía un dulce de ellos al paladearlos, succionarlos y lamerlos a la vez.

Todos los demás estaban presentes en el acto sexual, todos estaban alrededor de aquel lecho de amor.

Sus amigos: Su hermano, su primo y su amigo; fueron agasajados por igual, sus cuerpos eran adorados como si del mismo Perseo se tratase, a Perseo comenzó el chaval a subir por sus piernas, acariciando sus exteriores para que su lengua fuera marcando el interior hasta llegar al perineo, sus piernas fueron elevadas por dos más y su culito fue expuesto a la hábil lengua de aquel aldeano que sabía amar como si fuera un Dios Griego.

El cuerpo de Perseo comenzó a sentir como su ano era tocado por primera vez por alguien y como esa lengua raspaba en la entrada de su culito haciéndolo retorcerse de puro gozo, era una sensación nueva, algo nunca experimentado; las manos de aquel muchacho eran una delicia, se sentía como unos guantes de seda que le producían una sensación de máximo placer a medida recorrían todas las partes de su cuerpo, sus huevos eran succionados por aquella boca y sus tetillas pellizcadas por sus dedos, de repente sentía como su cuerpo era girado y con la lengua que nunca se separaba de su piel, desde la bolsa escrotal fue pasando por el perineo y la raja de su culo, para seguir subiendo por su espalda, no supo a que hora su pierna fue levantada para lograr tal maniobra; pero era como flotar, la lengua del muchacho se entretuvo en sus nalgas, tomando cada glúteo con sus manos, amasándolos, besándolos, succionándolos y mordiéndolos con sumo cariño y cuidado, lo suficientemente fuerte y firme como para hacerle sentir que por todo su cuerpo eran emitidas sensaciones iguales a corriente que era transportada por líneas irregulares parecidos a los rayos del Rey Zeus y estos llegaban a su cerebro brindándole el máximo éxtasis jamás conocido por hombre alguno.

Su cuerpo era adorado cual Dios Griego que era, todos sus sentidos eran llevados al más alto nivel para poder sentir hasta la más mínima caricia o respiro que era emitida sobre su piel sin importar el punto que fuera; podía ser un leve soplido en la entrada de su culito ó un ligero lametón en el dedo gordo del pié.

Perseo estaba embelesado de tanta caricia recibida y eso que no había disfrutado de lo sabroso que sería estar dentro de la anatomía de su compañero de lecho.

Perseo ya no resistía la necesidad de meter su verga en un culito apretado y calientito como el que había percibido en aquel joven hombre que al poner su culito en pompa, Perseo aprovechaba a meter sus dedos y de esta forma ir dilatándolo para que soportara las estocadas que le daría con su tremenda verga.

El chaval, “El Carruaje de los Dioses”; supo que al Perseo tomarlo por los costados y arrastrarlo hacia sí, primero colocándolo de tal forma que sus caras estuvieran frente a frente para regalarle su primer beso de hombre y luego al sentir como la lengua de Perseo rosaba la suya propia invadiendo su boca; regalándole néctar de su propio paladar al tiempo que las manos de su Dios iban acariciándolo desde su nuca hasta sus nalgas y escuchar como los sonidos a su alrededor iban en aumento, así como en aumento iba la sudoración en el cuerpo de Perseo; a causa de la excitación sexual de la que era presa Perseo al tenerlo allí para poder amarlo y penetrarlo a su gusto, a su antojo.

Alrededor de la cama donde estaba Perseo con el chico, había una contienda sexual completa; todos estaban amando a todos, unos eran penetrados por dos otros mamaban y otros besaban como nunca lo habían hecho jamás.

Las más intrincadas poses sexuales existentes entre hombres allí se estaban llevando a cabo, no había una posición que no se quedara sin explorar, un poro sin acariciar y todo iba en aumento; debido a la testosterona que expedía el cuerpo de Perseo que venía envuelta en la sudoración que emitía su cuerpo, era la misma testosterona de los mismísimos dioses pues él era el hijo de Zeus, el padre de los dioses.

Un aroma a hombre salvaje comenzó a cubrir aquel recinto, en su interior tenía a el Semi-Dios Perseo que estaba teniendo uno de los encuentros sexuales más ardientes que se habían tenido en este planeta, todos los allí involucrados estaban percibiendo la testosterona de Perseo y esto elevaba el lívido a su máximo exponente, no hay  ser humano que se le resista; su compañero pronto comenzó a sentir como el rabo de Perseo comenzó a buscar su entrada posterior y como sin necesidad de nada fue entrando en él y el camino que tenía en sus entrañas preparado por el falo de la estatua para tal ocasión era chico comparado con el leño de carne que le estaba perforando las entrañas.

Dolor, no había dolor; todo era gozo, lujuria y satisfacción sexual, su cuerpo estaba siendo llenado de la carne más preciada de este mundo, de la carne de Perseo, sus paredes eran untadas del lubricante más sabroso jamás sentido por humano alguno.

Άρμα των Θεών, que ese era su nombre ahora; se sentía el hombre más dichoso de toda la isla; en ese momento estaba siendo penetrado por un Semi-Dios que le daría la semilla que él recibiría en lo más profundo de su cuerpo, para procrear las generaciones de protectores de su tierra.

Άρμα των Θεών, de ahora en adelante, sería el portador de la semilla en su propia semilla, su mujer engendraría los descendientes de Perseo porque él será el portador de ese gen mesclado con su propio ADN.

Perseo sentía como su verga se agrandaba en el interior de aquel muchacho, nunca la había sentido tan gruesa y larga, la profundidad que sentía haber alcanzado era superior a la que él sabía tenía y la forma como las paredes de los intestinos de Άρμα των Θεών apretaban su riata era salvaje, eran como un gran guante de seda que se contraía y alargaba para acariciar su glande y todo su tronco, su entrar y salir se convirtió en una gran danza que lo hacía bufar mucho más.

“Carruaje de los Dioses” podía sentir como la verga de amante se agrandaba más y más en su interior, como esa verga de carne y venas superaba en grosor y longitud a la de la estatua con que los hombres de su aldea se preparaban para esta ocasión; pero al mismo tiempo estaba sintiendo como su cuerpo le brindaba más y más placer a medida Perseo le daba sus rítmicas estocadas.

“Carruaje de los Dioses” supo al estar ensartado por tan monumental verga que así era como debía satisfacer a su mujer, debía darle lo que su Señor y Amo le estaba proporcionando a él en ese momento y de esa manera él podría pasar la semilla de su Señor.

La verga de Perseo estaba en sus últimas estocadas, el glande estaba siendo estimulado al máximo por aquel guante inmaculado, nunca tocado por otro hombre y disfrutado y estrenado por él.

Perseo tomó a “Carruaje de los Dioses” por la cintura y colocándolo boca arriba de espaldas para poder tenerlo con las piernas bien abiertas y de esta forma mirar sus ojos en sus últimos momentos, besó su boca y froto sus lenguas para con sus movimientos terminar de ensartar la riata en lo más profundo de ese cuerpo ardiente y masculino de aquel joven escogido para su placer.

Perseo podía sentir como su glande rosaba todas y cada una de las partes del interior de “Carruaje de los Dioses” y como lo hacía vibrar, cuando Perseo estaba sintiendo el éxtasis de su venida, pudo sentir como “Carruaje de los Dioses” depositaba entre sus cuerpos y hasta su pecho un charco enorme de semen y como él mismo inundaba el interior de aquel joven hermoso con su propia semilla del placer.

La testosterona de Perseo terminó de llenar aquel lugar y todos, pero todos; comenzaron a sentir que sus vergas iban expulsando al mismo tiempo, en una venida colectiva de todos aquellos machos entrelazados entre sí, el esperma de los hombres que acompañaría al esperma de Perseo en la divina misión de proteger a su isla.

Poco a poco se fueron depositando en el interior de  “Carruaje de los Dioses”  todo el semen de Perseo y poco a poco la verga de Perseo fue saliendo de él.

Cuando Perseo sacó su pija del culito de  “Carruaje de los Dioses” el Jefe de todos se arrastró hasta ellos dos y con su lengua limpió todo el semen que salía de aquel culito hasta dejarlo limpio.

Perseo por su parte sintió como el resto de los isleños que participaron en aquella descomunal orgía se turnaron para con sus lenguas lograr un mínimo de su esencia seminal, para su fortalecimiento interior y de esta forma su miembro quedó limpio de residuos de semen gracias a sus lenguas y su cuerpo también fue limpiado de sudoración succionado por las bocas de más de cincuenta hombres que allí se encontraban.

Perseo indicó a sus 3 hermanos a acercarse a él, necesitaba el calor de su hermano, su primo y su amigo después de tan grande emoción.

El sueño los invadió y al despertar, sintió que algo estaba mal; unos brazos fuertes lo levantaban y el no atinaba a saber quien era aquel que lo tomaba en sus brazos y le decía que todo iba a estar bien.

Elevo su cabeza y logró ver que a los cuatro les ocurría igual, eran hombres uniformados, todos moteados, eran llevados a dos helicópteros que estaban en la orilla de aquella playa blanca nácar de aguas azul cielo.

Volvió a caer en su sueño y luego despertó en un hospital, su familia estaba allí, su despertar fue brusco y sobresaltado, de estar descansando en la cama se sentó de un solo preguntando ¿Dónde estoy?

Algunas ideas venías a su mente, parecían parte de una película que se borraba y que volvía a aparecer para luego perderse otra vez.

Su padre se aprontó a responder sus interrogantes, sus amigos estaban dormidos aún, pero todos bien; a los médicos les pareció raro encontrarlos en tan buen estado a todos, lo único es que todos estaban sumidos en un profundo sueño y a parte de no llevar ninguno de ellos nada de ropa él, Perseo, sostenía en su pecho una tabla de piedra de mármol con escrituras raras que no sabían que eran y que fue muy difícil lograr que la soltara.

Al tiempo de Perseo, sus ahora 3 nuevos hermanos despertaron también, a Perseo le fue entregada la tabla de mármol y su padre le preguntó que como habían sobrevivido 3 meses allí.

No supieron dar explicación real, a su padre a Don José, Perseo le dijo: “Mira papá, a ti te diré la verdad y eso es así:…”

Espero les haya gustado, es algo que fue inspirado en el mítico Perseo y en aquellos viejos tiempos.

Hasta la próxima.

Lugares y nombres ya saben que bla bla bla porque hoy es una inspiración, no más.

LUDAVAGI

Joanve09@gmail.com