Con nuria en la universidad i
Como me lie con Nuria cuando estábamos en la Universidad y ella estaba a pocos meses de casarse.
Nuria tenía veintidós años, estábamos en tercer año de universidad en el turno de tarde y era algo más de un año mayor que yo. Era pequeñita, mediría sobre 1,60, guapa, con unos rasgos delicados, muy bien proporcionada, piernas bonitas, delgada pero con formas, unas tetas pequeñitas, pero redonditas y bien formadas (sería como mucho una 80 copa B), pelo castaño largo y ojos miel.
Siempre entraba cuando la clase había empezado y pasaba taconeando, con una faldita a medio muslo, una blusita que se pegaba a su cuerpo marcando su contorno y una chaqueta sin abrochar. Yo la seguía con la mirada hasta su asiento y creo que debió de darse cuenta, porque aunque no teníamos mucha amistad un día a medio curso al terminar la primera clase me propuso saltarnos la siguiente y tomar algo, no dudando en aceptar su propuesta.
En vez de ir al bar, nos quedamos en el hall de la facultad. Es un espacio enorme con bancos de piedra, muchas columnas grandes y cuadradas y al fondo el Aula Magna que prácticamente solamente se usaba para los exámenes, nos sentamos en esa parte en la que a esas horas no había nadie y proporcionaba mucha intimidad y además tenía poca iluminación al no ser zona de paso. Hablamos de varios temas intrascendentes al principio y poco a poco más íntimos, fue cuando me comentó que pensaba casarse con su novio de Barcelona cuando terminase el curso, pero que tenía dudas porque no tenía orgasmos con él y no sabía de quien era la culpa porque nunca había estado con otro hombre. Mientras me contaba aquello poco a poco y como por descuido se había subido un poco la falda enseñándome sus piernas casi en su totalidad. Como he dicho eran muy bonitas y tenía unos muslos preciosos. Me arme de valor y puse una mano sobre la mitad de su muslo izquierdo y mirándola a los ojos la pregunté ¿Qué piensas hacer? Es un problema que si no resuelves puede hacer fracasar tu matrimonio. Al ver que no retiraba mi mano de su muslo, ni evitaba el contacto, pase a tocarla el interior del muslo y a subir despacio mi mano hasta llegar al borde de sus braguitas. Seguía sin rechazarme, por lo que cogiéndole de la nuca acerque su boca a la mía y comencé a besarla, aceptó mis besos sin resistencia y cada vez fueron más profundos y húmedos.
La besé durante largo rato, acaricié todo su cuerpo por encima de la ropa, su pubis, sus pechos, introduje un dedo dentro de su bragas y toque el pelo de su coñito, busque su rajita y la acaricié lenta y suavemente, separé un poco sus labios vaginales y recorrí el espacio entre su clítoris y la entrada de su coño notando como se mojaba cada vez más, sus gemidos quedaban ahogados con mis besos en su boca. La situación se estaba poniendo muy caliente, miré el reloj y vi que faltaban veinte minutos para que terminase la clase y los pasillos se llenasen de gente. Nuria estaba tan caliente que no podía perder la oportunidad, la levante y me la llevé junto al Aula Magna, la pared semicircular y las anchas columnas ofrecían algunos rincones discretos que nos ofrecían más protección a las miradas indiscretas si alguien pasaba por allí.
La coloque detrás de una columna con su espalda apoyada en ella y desabroche su blusa y sujetador. Sus tetas pequeñas eran realmente preciosas, con unas aureolas centraditas, rositas y con unos pezoncitos pequeños y puntiagudos. Se los besé, y se los lamí, se estremecía y se mordía la mano para tapar sus gemidos. Baje mi mano a su entrepierna mientras seguía chupando sus tetitas y ella levanto su falda para facilitar mis maniobras, tenía las bragas totalmente mojadas (su novio debía ser un auténtico inútil, para no hacer disfrutar a una mujer que se calentaba de esa manera y con esa facilidad).
Me puse de rodillas, la baje sus bragas hasta las rodillas y vi su sexo, tenía unos pelos que lo rodeaban de forma delicada, separe sus labios vaginales y empecé comérselo delicadamente, cuando lamí su clítoris con una mano apretó mi cabeza contra su coño, mientras se metía la otra en su boca para amortiguar el sonido de sus gemidos, sus piernas empezaron a temblar, estaba a punto de tener un orgasmo y con el miedo de que gritará más fuerte y algún bedel nos pudiese descubrir, pare, me puse en pie, saque mi polla y colocándome entre sus piernas comencé a restregarla por su rajita, gemía y se apretaba contra mí, la coloqué en la entrada de su coño y la besé en la boca, apreté un poco con mi polla en la entrada de su coño y comenzó a entrar dentro de su coño mojado y caliente. Se la metí entera poco a poco, se apretaba contra mí buscando más, la hice un mete saca rápido varias veces y volvió a ponerse al borde del orgasmo, la besé la boca de forma que se la tapaba totalmente y al ser pequeñita y manejable, la cogí por el culo y levantándola en el aire y apoyándola contra la columna, comencé a follarmela con fuerza y clavándosela fuerte hasta el fondo, estaba tan mojada que cada vez que se la sacaba y se la metía se oía un chof chof, sus líquidos salían de su coño y me mojaba a mí y corrían por sus muslos, a la quinta o sexta embestida noté como se corría, con sus piernas rodeándome la cintura se apretaba contra mí para tenerla toda dentro, su coño se contaría con espasmos tan fuertes y rítmicos que no pude evitar correrme dentro. Pese a ahogar sus gritos más que gemidos y los míos con los besos profundos en nuestras bocas, no me explico cómo no pudieron oírnos.
Nos arreglamos deprisa como pudimos faltaban menos de dos o tres minutos para que terminara la clase. La besé otra vez la boca y me respondió con unos besos calientes que me dejaban desarmado, lastima de no tener tiempo para seguir fallándomela. La pregunté si de verdad era la primera vez que se corría y me dijo con una sonrisa pícara que con su dedito ya lo había probado, pero que follando era la primera vez, que era mucho mejor que cuando lo hacía sola y que teníamos que buscar un sitio para seguir repitiéndolo todas las veces que pudiésemos. Me besó y diciendo descansa bien que mañana quiero más, y con una última mirada de vicio se alejó con ese taconeo que me volvía loco moviendo su culito.