Con Mirones

Un poco mareado por el alcohol, el chaval se tumba un rato en el coche, pero con él también va su novia, deslumbrante con su top ajustado. La cosa terminará en una mamada de lujo y ella tragando todo su semen, a pesar de algunos mirones.

Esto me sucedió el verano pasado (verano del 99) con la que entonces era mi novia, y que espero que vuelva a serlo pronto. Ella es alta morena, con unos ojazos impresionantes, y unos pechos y un culo aún más impresionantes. No diré nombres ni nada, porque tampoco creo que interesen a nadie ¿no? Simplemente que ambos teníamos 24 años.

Esa noche habíamos salido a cenar con unos amigos, y después a tomar algo en una de los típicos locales de verano al aire libre. Ya en la cena habíamos bebido algo y la verdad es que íbamos todos bastante alegres cuando llegamos. Una vez allí siguió la fiesta bebiendo y bailando. Ella estaba vestida con un top brillante bastante ajustado y unos pantalones aún más ajustados que hacían que no pasara desapercibida su presencia en el local. Si ya sólo con eso ya me volvía loco, además durante toda la noche ella no había parado de rozarse conmigo y de vez en cuando disimuladamente echarme mano al paquete. Yo me lo estaba pasando en grande hasta que empecé a sentir los efectos de tanta bebida y a arrepentirme por haberme tomado ese último whisky. Si es que el alcohol es lo peor.

Después de estar un rato sentado dije que me iba al coche a ver si se me pasaba, y ella un tanto preocupada decidió acompañarme. La verdad es que me sentía fatal por haberle estropeado así la diversión, pero tenía que irme. El coche estaba aparcado en una calle no demasiado apartada y aunque no pasaba mucha gente, desde luego no estaba desierta ni mucho menos.

Yo me senté en el asiento del conductor y ella lo hizo al lado mío, ayudándome a reclinar un poco el asiento hacia atrás. Todavía estaba un poco mareado así que cerré los ojos y me recosté en el asiento hasta casi quedarme dormido. Ya se me estaba pasando el mareo cuando ella apoyó su cabeza sobre mi y comenzó a acariciarme el pecho. Yo abrí los ojos, sonreí y nos fundimos en un largo, lento y apasionado beso. Casi si darme cuenta yo había empezado a acariciarle sus pechos por encima del top, y es que de verdad que no podía resistirme a esa tentación, a lo que ella respondió bajando su mano buscando mi ya evidente erección. El beso se hizo cada vez más y más apasionado, y yo notaba como ella se iba calentando por momentos.

Yo suponía que todo iba a quedar en eso porque aún pasaba gente por la acera y también algún que otro coche, pero de repente ella me desabrochó el pantalón y metió su mano para sacarme la polla y comenzó a masturbarme lentamente. Después de eso estaba tan excitado que no me importó que la gente pudiera vernos y levantándole el top por encima de los pechos le desabroché el sujetador y me lancé a por sus tetas como un poseso. De vez en cuando pasaba alguien así que ella se abrazaba a mi para que no pudieran ver lo que estábamos haciendo. Pero una de las veces apoyó su cabeza en mi pecho y fue bajando hasta colocarse acostada sobre mi polla y se la metió de golpe en la boca. ¡¡¡Yo no podía creérmelo !!! No era la primera vez que lo hacía, pero si la primera vez que lo hacía en plena calle aunque no pasara mucha gente. Pasada la sorpresa inicial eche la cabeza para atrás, cerré los ojos, y me puse a disfrutar de la increíble mamada que me esta haciendo. Yo seguí acariciándole las tetas por debajo del top, de manera que no se viera desde fuera, aunque la verdad es que poco me importaba ya si nos veían o no, y ella seguía acariciándome el capullo con la lengua mientras mi polla salía y entraba de su boca.

Una de las veces que abrí los ojos vi como tres chicas que pasaban junto al coche se quedaban mirando de reojo, e incluso una de ellas se paró y se quedó mirando descaradamente mientras yo pensaba: sí, sí, me la está chupando, ¡¡¡qué pasa !!!

Estuvimos así un buen rato hasta que nos iluminaron las luces de un coche y ella se incorporó para volver a abrazarse a mi pecho, escondiendo así mi polla y sus tetas. Tenía los labios húmedos con una mezcla de saliva y los jugos que lubricaban mi erectísimo miembro, y después de darnos otro apasionado beso me sonrió y me dijo al oído "esta vez no se me escapa, así que relájate y disfruta que pienso llegar hasta el final". No era la primera vez que teníamos sexo oral, pero yo nunca me había corrido en su boca porque tenía miedo de que se enfadase. Así que lo que me dijo me puso más excitado de lo que ya estaba, y ella volvió agacharse para meterse de nuevo el aparato en mi boca. Ahora me lamía el capullo mientras me masturbaba con una mano y me acariciaba los huevos con la otra. Mientras yo seguía con las manos en sus tetas y mirando de reojo por si alguien pasaba, aunque ahora me importaba menos todavía que antes.

¡¡¡Me estaba matando de gusto !!! y aunque sentía que iba a explotar no quería hacerlo todavía, quería que esto durara para siempre. Cuando ya no puede aguantar más descargué todo mi semen dentro de su boca, a lo que ella respondió con una amplia sonrisa que hizo que parte de la carga se le escapara entre los labios. Ella se lo tragó todo y siguió chupándomela hasta que creí desmayarme. ¡¡¡Antes no quería que acabase ya ahora iba a perder el conocimiento si no paraba !!!

Después de un rato se seco los labios con la palma de su mano, me volvió a meter la polla en el pantalón, y se levantó sonriendo y abrazándose de nuevo a mi. Yo seguí acariciándole las tetas, a lo que ella respondió terminando de quitarse el sujetador y volviendo a su asiento. Yo me recosté sobre ella y me puse a besarle sus tetas mientras con una mano comencé a acariciarle la entrepierna por encima del pantalón. Ya incluso a ella le daba igual que nos pudieran ver y se levantó el top hasta el cuello mientras yo le desabrochaba los botones del pantalón para poder meter la mano dentro de sus bragas y acariciar su húmedo sexo.

Todo iba de maravilla hasta que un coche de policía apareció al final de la calle y se aparcó muy cerquita del nuestro. Ella se colocó la ropa como pudo y nos incorporamos como si no pasara nada. Al final todo quedó en un susto, porque la policía iba un portal cercano y no a darnos el coñazo. Superado el susto, terminamos de arreglarnos y nos dispusimos a irnos. Ninguno de los dos quería dejarlo así, pero ya no podíamos seguir allí, así que arranqué el coche y nos fuimos a un lugar algo más apartado al que ya habíamos ido alguna vez.

Pero bueno, eso ya lo contaré en otra ocasión si aún me quedan ganas de escribir (que para ser la primera vez, ya he escrito bastante) y si alguien me escribe con su opinión (que tampoco quiero escribir para que nadie lo lea).

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